lunes, 23 de mayo de 2011

No intentes ayudar a Dios


"... He puesto el socorro sobre uno que es poderoso.,." Salmo 89.19

Un hombre caminaba con una carga de leña sobre sus espaldas cuando paró una camioneta y su conductor se ofreció a llevarlo, el hombre subió en la parte posterior.
Luego de andar algún trecho el conductor observa que aquel hombre estaba parado haciendo equilibrio sobre la caja, aún con su carga sobre las espaldas.
Detiene el vehículo, y le pregunta porqué no baja la leña y aprovecha para descansar; el hombre le responde:
- "Ya es suficiente la molestia de llevarme a mí, no le cargaré además con mi leña"
Dios ha hecho todo lo necesario para que seamos libres de nuestras cargas, pero nosotros insistimos en seguir llevándolas como si con ello le evitáramos algún dolor a Jesús. Él ya fue expuesto hasta lo máximo, su dolor ya no puede ser mayor de lo que fue. No intentemos "ayudarle" porque no es posible hacerlo. Aprovecha esta posibilidad que te brinda de descansar en su regazo mientras Él se hace cargo de todo.

Desechemos los malos recuerdos


"En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre que está viciado.,. y vestios del nuevo hombre, creado según Dios..,'". Efesios4.22 y 24.

Un antiguo proverbio chino dice:
"Para que tú puedas beber vino en una copa que se halla llena de té, es necesario primero tirar el té y entonces podrás servir y beber el vino"
Limpia tu vida, comienza por los armarios viejos hasta llegar a las personas que te han herido y que no tienen más sentido para ti, pero que siguen ocupando un lugar en tu mente.
Cuando cargamos demasiadas cosas viejas en nuestra mochila emocional no hay lugar para las cosas nuevas. Es necesario que nos despojemos de las cosas feas que llenan nuestras emociones y cambiemos nuestra percepción de ellas, mirando hacia adelante y no más hacia atrás.
Recuerdos amargos de la infancia, amores perdidos, oportunidades desaprovechadas, personas que nos hirieron deben ser echadas en un saco y entregados al Señor; Éi sabrá que hacer con ello mucho mejor que nosotros.
No te quejes con tu Dios diciéndole que tienes un gran problema, dile a tu problema que tienes un gran Dios.

TESOROS DE DAVID "SALMO 21" Charles Spurgeon


Si pedimos un beneficio y lo recibimos, antes de que se ponga el sol hemos de alabar a Dios por esta misericordia, o bien merecemos que se nos niegue la próxima vez. Este Salmo ha sido llamado el cántico triunfante de David, y podemos recordarlo como «La oda triunfal del rey». El rey es muy prominente en todo, él, y lo leeremos con verdadero provecho si nuestra meditación de El es suave al considerarlo. C. H. S.
Estoy persuadido de que no hay nadie que consienta en la aplicación del Salmo precedente a Cristo en su tribulación que no reconozca en éste a Cristo en su triunfo.
Allí estaba en el valle oscuro, en el valle de Acor; ahora está en el monte de Sión; allí sufría tribulación y aflicción; ahora recuerda solamente la angustia, porque el gozo de una simiente espiritual ha nacido en el mundo; allí estaba asediado por enemigos mortales que le rodeaban por todos lados; pero aquí ha entrado en lo que está escrito en Salmo 78:65, 66: «Entonces despertó el Señor como si se hubiese dormido, como un guerrero aturdido por el vino. E hirió a sus enemigos en las partes posteriores; les dio perpetua afrenta.» Hamilton Verschoyle
Vers. 1. El rey se alegra en tu poder, oh Jehová. Jesús es un personaje real. La pregunta «Luego, ¿tú eres un rey?» recibió su plena respuesta de los labios del Salvador: «Tú dices que yo soy un rey. Para esto he nacido, y para esto vine al mundo, para poder dar testimonio de la verdad.»
No es meramente un rey, sino el Rey; rey sobre las mentes y los corazones, reinando con un dominio de amor ante el cual todos los otros dominios son mera fuerza bruta. Fue proclamado Rey incluso en la cruz, porque allí, verdaderamente, para el ojo de la fe, reinó como en un trono, bendiciendo con más que munificencia imperial a los hijos necesitados de la tierra. C. H. S.
Tu fuerza... tu salvación. No hallamos motivo para el gozo en la fuerza sola. No, no en la fuerza de Dios, si no lleva consigo, además, salvación. Fuerza, no para derribarnos, sino fuerza para librarnos; éste es el aspecto gozoso. Ahora mirémoslo desde el otro lado. Como la fuerza, si termina en salvación, es motivo de gozo, asimismo la salvación, si va con la fuerza, hace que el gozo sea aún más gozoso; porque pasa a ser una fuerte salvación, una poderosa liberación. Lancelot Andrewes
El gozo de que se habla aquí se describe como una nota de exclamación y una palabra de sorpresa: ¡cómo! El gozo de nuestro Señor resucitado ha de ser inefable como su agonía. Si los montes de su gozo se elevan en proporción a la profundidad de los valles de su aflicción, entonces su bienaventuranza sagrada es tan alta como el séptimo cielo. Porque por el gozo que estaba puesto delante de El sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y ahora el gozo crece diariamente, porque reposa en su amor y se regocija sobre sus redimidos con cánticos cuando en su debido orden son llevados a hallar su salvación por su sangre.
Gocémonos en nuestra salvación con nuestro Señor, puesto que viene de Dios, llega a nosotros, se extiende a otros, y pronto va a alcanzar a todos los países. No debemos temer regocijarnos en exceso a este respecto; este fundamento sólido va a sostener el magnífico edificio del gozo. Los gritos de los primitivos metodistas en el entusiasmo de su gozo eran mucho más comprensibles que nuestra propia tibieza. Nuestro gozo debería tener algo de inexpresable. C. H. S.
Y no le negaste la petición de sus labios. Lo que está en el pozo del corazón es seguro que saldrá en el cubo de los labios, y las únicas oraciones seguras son las del deseo del corazón, primero, y las seguidas por la petición de los labios después.
Vers. 3. Porque le has salido al encuentro con bendiciones venturosas. La palabra «prevenir», o salir al encuentro, significa preceder o ir delante, y sin duda Jehová ha precedido a su Hijo con bendiciones. Antes de que murieran los santos eran salvados por el mérito anticipado de su muerte; antes, de que Él viniera los creyentes veían su día y estaban contentos; y El mismo tenía sus deleites con los hijos de los hombres.
El Padre está tan dispuesto a dar bendiciones a través de su Hijo que, en vez de ser constreñido a conceder su gracia, va más adelante que la marcha mediadora de la misericordia. «No digo que rogaré a mi Padre por vosotros, porque el mismo Padre os ama.» Antes que Jesús llamara, el Padre contesta, y cuando Jesús está hablando todavía, Él ya oye. Las misericordias pueden ser comparadas con sangre, pero son dadas gratuitamente. El amor de Jehová no es debido al sacrificio del Redentor, sino que este amor, con sus bendiciones de bondad, precede a la gran expiación y provee la expiación para nuestra salvación.
Lector, será muy acertado y dichoso por tu parte si, como tu Señor, puedes ver a la vez la providencia y la gracia precediéndote, saliendo al encuentro de tus necesidades y preparando tu camino. La misericordia, en el caso de muchos de nosotros, va delante de nuestros deseos y oraciones, y siempre va más deprisa que nuestros esfuerzos y expectativas, y aun nuestras esperanzas se quedan atrás. La gracia preveniente merece cánticos; podemos hacer uno de esta cláusula: prorrumpamos en gritos. C. H. S.
Como si dijera: «Señor, nunca te he pedido un reino, y nunca he pensado en un reino, pero Tú me has precedido con tus bendiciones y tu bondad.» De donde llego a esta conclusión o doctrina: que es una cosa dulce y digna de todo nuestro reconocimiento y agradecimiento el ser precedido por las bendiciones de la bondad de Dios o las buenas bendiciones de Dios.
No es nada nuevo que Dios salga al encuentro de sus hijos con amor y misericordia. Es de esta forma que siempre nos ha tratado, nos trata y nos tratará; así ha tratado siempre con el mundo, con las naciones del mundo, con las ciudades y los pueblos, con las familias y con las almas particulares.
Y dime: ¿qué piensas de este capítulo de Lucas, el quince? Hay tres parábolas: la parábola de la moneda perdida, la de la oveja perdida, y la del hijo perdido. La mujer había perdido la moneda y barrió para hallarla, pero ¿se dirigió la moneda hacia la mujer o la mujer hacia la moneda?
El pastor había perdido su oveja, pero ¿dio los primeros pasos para hallar al pastor la oveja, o fue el pastor el que buscó la oveja? Verdaderamente, se dice con respecto al hijo perdido que el hijo hace la resolución: «Iré a mi padre», pero cuando su padre le vio de lejos, corrió y fue a su encuentro, le besó y le dio la bienvenida a su casa. ¿Por qué? Para mostrar que la obra de la gracia y la misericordia son realizadas en forma de amor que precede. Condensado de William Brige
Una gran porción de nuestra bendición nos es dada antes de que la pidamos o la busquemos. La existencia, la razón, el intelecto, el nacimiento en un país cristiano, la llamada de nuestra nación al conocimiento de Cristo, y Cristo mismo, con muchas otras cosas, nos son concedidas sin que las busquemos, como el derecho de David al trono le fue concedido. Nadie pidió nunca un Salvador, hasta que Dios por su propia cuenta prometió «la simiente de la mujer». William S. Plumer
Corona de oro fino has puesto sobre su cabeza. Jesús llevó la corona de espinas, pero ahora lleva la corona de gloria. Es una «corona» que indica naturaleza real, poder imperial, honor merecido, conquista gloriosa y gobierno divino. Napoleón se coronó a si mismo, pero Jehová coronó al Señor Jesús; el imperio del uno se derritió en una hora, pero el Otro tiene un dominio permanente. C. H. S.
Vers. 4. Vida te demandó. Ezequías pidió una vida, y Dios le, dio quince años, lo cual nosotros consideramos como dos vidas. El da generosamente, y a su propia medida; como hizo el gran Alejandro cuando dio al mendigo una ciudad; y cuando envió a su maestro un barco lleno de incienso y le mandó que sacrificara en abundancia. John Trapp
Vers. 5. Gran gloria le da tu salvación. Señor, ¿quién es como Tú? Salomón, en toda su gloria no podía compararse contigo, ¡Tú que fuiste un tiempo el despreciado Hombre de Nazaret! C. H. S.
Supongamos que todas las arenas de la playa, todas las flores, hierbas, hojas, ramitas y árboles de los bosques, todas las estrellas de los cielos, todas las criaturas racionales, tuvieran la sabiduría y lenguas de los ángeles para expresar la hermosura, gloria y excelencia de Cristo una vez ha ido al cielo y está sentado a la diestra del Padre. Aun así se quedarían cortos, con toda esta alabanza, en millones de leguas de llegar a la que merece Jesucristo. Isaac Ambrose
Honor y majestad has puesto sobre El. Si hay un peso eterno de gloria, sobremanera grande, para sus humildes seguidores, ¿cuál ha de ser el de nuestro mismo Señor? Todo el peso del pecado fue puesto sobre El; es apropiado que la medida plena de la gloria de llevarlo sea puesta sobre la misma Persona amada. Una gloria conmensurada con su oprobio es la que tiene que recibir, porque se la ha ganado.
No es posible que honremos a Jesús demasiado; aquello que nuestro Dios se deleita en hacer, nosotros podemos ciertamente hacerlo hasta lo sumo. C. H. S.
Feliz el que deja un hueso o un brazo para ponerlo en la corona sobre la cabeza de nuestro Rey, cuyo carro está cubierto de amor. Si hubiera diez mil millones de cielos creados sobre los cielos más altos, y otros tantos encima de ellos, y otros tantos sobre éstos, hasta que los ángeles se cansaran de contarlos, el lugar sería demasiado humilde para establecer el trono principesco de nuestro Señor Jesús en él. Samuel Rutherford
Vers. 7. Por cuanto el rey confía en Jehová, y con la gracia del Altísimo, no ha de vacilar. La misericordia eterna asegura el trono mediador de Jesús. El que es más alto en todo sentido ocupa todas sus perfecciones infinitas en mantener el trono de gracia sobre el cual reina nuestro rey en Sión. No fue desviado de su propósito ni por sus sufrimientos, ni por sus enemigos, ni será desviado del cumplimiento de sus designios. El es el mismo, ayer, hoy y por los siglos. C. H. S.
Vers. 8. ¿Quién puede resistir el día de su venida? Si los hermanos de José estaban tan aterrorizados que no sabían qué contestarle cuando les dijo: «Yo soy José vuestro hermano», ¿qué les ocurrirá a los pecadores cuando oigan la voz del Hijo de Dios, cuando El venga triunfante sobre ellos en su ira, y les diga: «Yo soy Aquel» a quien despreciasteis; «Yo soy Aquel» a quien ofendisteis; «Yo soy Aquel» a quien crucificasteis?
Si estas palabras «Yo soy» hicieron caer de espaldas a los soldados en el huerto de los Olivos (Juan 18:6), aunque fueron pronunciadas con naturalidad, ¿qué ocurrirá cuando su indignación salga a borbotones y caiga sobre sus enemigos como un rayo que los reduzca a polvo? Entonces gritarán aterrorizados y dirán a las montañas: «Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de Aquel que está sentado en el trono, y de la ira del Cordero» (Apocalipsis 6:16). James Nouet
Vers. 9. Los pondrás como horno de fuego en el día de tu ira. Como haces de leña en un horno arderán bajo la ira del Señor; «serán echados en un horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes».
Éstas son palabras terribles, y los maestros no hacen bien cuando se esfuerzan en presentar razonamientos sofisticados que debiliten su fuerza.
Lector, no consientas en el más leve pensamiento que desprecie el infierno o pronto vas a tener pensamientos tolerantes con el pecado. El infierno de los pecadores debe ser terrible más allá de toda concepción, pues de otro modo no se usaría el lenguaje que tenemos aquí. ¿Quién quiere tener al Hijo de Dios como un enemigo cuando este fin es el que les espera?
La expresión «el día de tu ira» nos recuerda que ahora es el día de la gracia, de modo que hay un tiempo dispuesto para su ira. El juez se sienta en el tribunal en el momento designado. Hay un día de venganza para nuestro Dios; que los que desprecien el día de la gracia recuerden este día de la venganza. C. H. S.
No sólo serán echados en un horno de fuego (Mateo 13:42), sino que ellos mismos serán hechos como un horno de fuego, ellos mismos serán sus atormentadores; las reflexiones y terrores de sus propias conciencias serán su infierno. Los que podrían haber tenido a Cristo para que gobernara sus vidas y los salvara, pero lo rechazaron, y lucharon contra El, incluso el recuerdo de esto será bastante para hacer que su eternidad sea un horno de fuego para ellos. Matthew Henry
Ningún poder puede rescatamos de la ira de Dios; ningún rescate, excepto la sangre de Cristo, puede redimirnos. Una vez la voluntad de Dios es puesta en marcha, todos sus atributos siguen; si su voluntad dice: «Estoy airado», sus ojos buscan el objeto de su ira y lo hallan; su sabiduría prepara la copa, y sus manos afilan la espada, su brazo da el golpe. De, esta manera hay un día de la ira de Dios hacia el pecado, porque El quiere que sea así. John Cragge
Vers. 11. Porque intentaron mal contra Ti. Dios toma nota de sus intenciones. El que quiso hacerlo pero no pudo, es tan culpable como el que lo hizo. La iglesia de Cristo y su causa no sólo son atacadas por los que no la entienden, sino también por los muchos que tienen la luz y la odian.
El mal intencional tiene un virus en sí que no se halla en los pecados de ignorancia; ahora, cuando los impíos con malicia preconcebida, atacan el evangelio de Cristo, su crimen es mayor, y su castigo será proporcionado. Las palabras «contra Ti» nos muestran que el que intenta mal contra el pobre creyente, quiere mal contra el mismo Rey; que tengan cuidado los perseguidores.
Los que fraguan maquinaciones, no prevalecerán. La falta de poder es lo que, como el fango, detiene el pie de los que odian al Señor Jesús.
Tienen la maldad de imaginar, la astucia de intrigar y la malicia de planear iniquidades, pero, bendito sea Dios, fracasan al intentar ejecutarlas; serán juzgados, sin embargo, por lo que tienen en su corazón, y la voluntad será tomada como un hecho en el gran día en que se pasarán cuentas. C. H. S.

jueves, 19 de mayo de 2011

Un refugio seguro


«¡El granero estaba ardiendo! Con la energía de la desesperación, el granjero combatía el incendio que acababa de iniciarse. El establo, el gallinero y la casa misma estaban amenazados por las llamas.

Bomberos y voluntarios consiguieron finalmente dominar el fuego. El granjero, preocupado por sus animales, recorrió su hacienda: estaban a salvo, ¡qué alivio! ¿Pero dónde se hallaba la gallina blanca con sus ocho pollitos? ¡Ah! Ahí estaba muerta con las plumas chamuscadas. El granjero levantó sus alas inertes y ocho pollitos se escaparon piando. Entonces comprendió que al ver el peligro, la gallina había reunido su pollada bajo sus alas. Ella habría podido correr fuera del alcance de las llamas, pero sus pollitos no tenían la agilidad necesaria. Para salvarlos, ella perdió la vida».

Jesucristo, el Hijo de Dios, dio su vida para salvar otras vidas. A fin de evitarnos el fuego de la ira de Dios, cargó con el juicio debido a nuestros pecados; en la cruz dio su vida en nuestro lugar. Mucho más allá de una sencilla protección, Él da una nueva vida a todos los que creen en Él. Salvado por la eternidad, el creyente conoce un refugio frente a los múltiples peligros de la vida; es lo que la Biblia llama “las alas” del Dios Todopoderoso. A causa de sus pecados toda persona está expuesta a soportar el juicio divino. ¿Quién se atrevería a rechazar el seguro refugio que Dios ofrece gratuitamente?

TESOROS DE DAVID "SALMO 20" Charles Spurgeon


Tema: Tenemos delante un himno nacional apropiado para ser cantado al comienzo de una guerra, cuando el monarca está ciñéndose la espada para el combate. Si David no hubiera sido afligido con guerras, no habríamos sido favorecidos jamás con un salmo así. Hay necesidad de que el santo sea atribulado, para que pueda dar consolación a los demás.
Vers. 1. Jehová te oiga en el día de la angustia. ¡Qué misericordia que podamos orar en el día de la tribulación, y qué privilegio bendito que ninguna tribulación pueda impedir que el Señor nos escuche! Las tribulaciones rugen como el trueno, pero la voz del creyente puede ser oída por encima de la tempestad. C. H. S.
Todo los días de Cristo fueron días de tribulación. El fue un hermano nacido para la adversidad, un varón de dolores y experimentado en quebrantos... Pero de modo más particular fue un «día de angustia» aquel en que estuvo en el Jardín, apesadumbrado y angustiado, sudando gotas de sangre que caían al suelo, y su alma estaba angustiada hasta la muerte; pero más especialmente ocurrió esto cuando colgaba de la cruz..., cuando llevaba todos los pecados de su pueblo, sobrellevó la ira de su Padre y fue desamparado por Él. Condensado de John Gill
¿Y quién hay de los hijos de los hombres para quien no llega un día de tribulación, cuyo camino no sea oscuro a veces, o que vea el sol, sin nubes, desde la cuna a la tumba? «Hay pocas plantas» —dice el viejo Jacom— «que tengan sol por la mañana y por la tarde»; y uno mucho más antiguo ha dicho: «El hombre ha nacido para la tribulación.» Barton Bouchier
El nombre de Jacob te defienda del Dios. Cuanto más conocemos su nombre, esto es, su bondad, misericordia, verdad, poder, sabiduría, justicia, etc., más osadamente pedimos a El, no dudando que El va a contestamos... Porque aquellos que tienen más renombre por su amor a la libertad y la compasión son los que primero acudirán para ayudar a los necesitados, y los pobres dirán:
«Voy a ir a esta casa, porque tiene buena fama.» Nicholas Bownd
Vers. 2. Te envíe ayuda desde el santuario. Los hombres del mundo desprecian la ayuda del santuario, pero nuestros corazones han aprendido a valorarla en más que toda ayuda material.
Los hay que buscan su ayuda en la armadura, el tesoro, la alacena, pero nosotros nos volvemos hacia el santuario. C. H. S.
Aquí vemos la naturaleza de la verdadera fe, que hace que busquemos nuestra ayuda en el cielo, y por ello oremos pidiéndola cuando no hay nadie alrededor visible en la tierra.
Y ésta es la diferencia entre la fe y la incredulidad: que los mismos no creyentes pueden por la razón concebir ayuda, siempre y cuando tengan algún medio para ayudar; pero si fallan, ya no pueden ver nada más; de modo que son como los cortos de vista, que no pueden ver nada, a menos que esté muy cerca. Pero la fe ve a distancia, incluso llega al cielo, de modo que es «la evidencia de las cosas que no se ven». Nicholas Bownd
Vers. 3. Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto. Selah. Antes de la guerra los reyes ofrecían sacrificios de cuya aceptación ellos dependían para la victoria; nuestro Señor se presenta a si mismo como víctima, y fue un olor suave para el Altísimo, y después emprendió el combate y derrotó a las legiones del infierno.C.H.S.
Todas tus ofrendas. Estas son: la humillación que le trajo del cielo a la tierra; su paciente permanencia en el seno de la Virgen madre; su natividad humilde; el pesebre duro; el buey y el asno como cortesanos; la huida penosa a Egipto; la casita de Nazaret; el hacer bien y soportar el mal; los milagros, los sermones, las enseñanzas; el ser increpado como hombre comilón y bebedor, amigo de publícanos y pecadores; la atribución de sus actos maravillosos a Beelzebú.
Y acepte tu holocausto. Como cada parte de la víctima era consumida en un holocausto, ¿qué miembro, qué sentido de nuestro querido Señor no sufrió agonías en su pasión? La corona de espinas sobre su cabeza; los clavos en sus manos y sus pies; los reproches que llenaron sus oídos; las multitudes burlándose de su agonía; el vinagre y la hiel; los hedores de la colina de muerte y corrupción. Arados araron sobre su espalda e hicieron surcos profundos; su rostro sagrado fue herido por manos insolentes, su cabeza con una caña. Dionisio Y Gerohus, citado por J.M.Neale
Aceptar: en hebreo «transformar en cenizas», por el fuego del cielo, como prueba de su aceptación, como era costumbre. Matthew Poole
Vers. 5. Nosotros nos alegraremos de tu victoria. Deberíamos hacer la resolución de que, venga lo que venga, nos gozaremos en el brazo salvador del Señor Jesús. Las personas en este Salmo, antes de que su rey vaya a la batalla, están seguras de la victoria y, por tanto, empiezan a regocijarse de antemano; ¡cuánto más deberíamos hacerlo nosotros, que hemos visto ganada la victoria por completo! La incredulidad empieza a llorar pensando en el entierro antes que el enfermo haya muerto; ¿por qué no debe la fe hacer sonar los pífanos antes que empiece la danza de la victoria? C. H. S.
En el nombre de nuestro Dios. Como los que gritaron (Jueces 7:20):
«La espada de Jehová y de Gedeón»; y como tenemos en Josué 6:20:
«Y el pueblo gritó, y las murallas de Jericó cayeron»; y el rey Abías, gritando con sus hombres de la misma manera, hizo enormes estragos en el ejército de Israel (2º Crónicas 13:17).
Lo mismo ahora, según las costumbres militares de nuestros tiempos, los soldados se jactan en el nombre y gloria de su general, a fin de animarse contra sus enemigos. Y es precisamente esta costumbre que el versículo presente nos está enseñando, sólo que en una forma piadosa y religiosa. Martin Lutero
Vers. 6. Le responde. Estaría contento de ser objeto de las oraciones de todas las iglesias de Cristo; oh, si no hubiera un santo en la tierra que no tuviera mi nombre en sus oraciones por la mañana y por la tarde (seas quien seas que lees esto, te ruego que ores por mí), pero, por encima de todo, dejadme poseer las oraciones e intercesiones que son propias sólo de Cristo; estoy seguro de que entonces nunca fracasaré; las oraciones de Cristo son celestiales, gloriosas y muy efectivas. Isaac Ambrose
Vers. 7. Unos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Señor nos acordamos. Los carros y los caballos son imponentes ante los ojos, y con sus arreos y sus adornos tienen un aspecto que entusiasma a los hombres; pero el ojo discerniente de la fe ve más en el Dios invisible que en ellos. La máquina de guerra más temida en los tiempos de David era el carro de guerra, armado con guadañas, que segaba a los hombres como si fueran hierba; esto era el orgullo y gloria de las naciones vecinas, pero los santos consideraban el nombre de
Jehová como una defensa mejor.

El nombre de nuestro Dios es Jehová, y esto no debe ser olvidado nunca; este YO SOY existente por si mismo, independiente, inmutable, siempre presente e infinito. Adoremos este Nombre incomparable y nunca lo deshonremos al desconfiar de él o poniendo nuestra confianza en la criatura. C. H. S.
Sería para el tiempo de san Miguel, a finales de septiembre, cuando, hallándome en un apuro de dinero extremo, salí al campo, en un tiempo espléndido, y contemplé el cielo azul, y mi corazón fue fortalecido en su fe (algo que yo no adscribo a mis propios poderes, sino solamente a la gracia de Dios), de modo que pensé dentro de mí: «¡Qué cosa tan excelente es el que no tengamos nada, y no podamos confiar en nada, excepto en el Dios vivo, que hizo los cielos y la tierra, y nuestra única confianza es El, y que esto nos permita estar tranquilos en el mismo corazón de la necesidad!»
Aunque me daba cuenta de que necesitaba dinero aquel mismo día, con todo, mi corazón se sentía fortalecido en la fe y mi ánimo era elevado. Al llegar a casa me esperaba el capataz de los obreros y albañiles, el cual, como era sábado, esperaba recibir dinero con qué pagarles la soldada. El hombre confiaba en que el dinero estaría preparado para poder pagarles al punto, pero al preguntarme si tenía qué darle, y si había recibido algo, yo le contesté: «No, pero tengo fe en Dios.»
Apenas había pronunciado estas palabras, cuando vino un estudiante para anunciarme que traía treinta dólares que alguien le había dado, cuyo nombre no podía decirme. A continuación fui al capataz, que esperaba en la otra habitación, y le pregunté cuánto necesitaba para pagar a los obreros; me contestó: «Treinta dólares». «Aquí están», le dije, y le pregunté al mismo tiempo si necesitaba algo más. El me contestó que no, lo cual fortaleció mucho la fe de los dos, puesto que se había hecho evidente la milagrosa mano de Dios que había resuelto la dificultad enviando el
dinero en el mismo momento que lo necesitaba. Augustus Herman Franke
Vers. 8. Ellos flaquean y caen. El mundo, la muerte, Satanás y el pecado serán pisoteados bajo las plantas de los campeones de la fe, en tanto que los que confían en el brazo de la carne serán avergonzados y quedarán confundidos para siempre.C.H.S.

lunes, 16 de mayo de 2011

El Fin de lo Terrenal


Ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Apocalipsis 21:4.

Cierta vez un predicador del Evangelio conversó con un desconocido. Éste le dijo: –Usted habla de lo que cree, pero yo no creo lo que usted predica.
–¿Puedo saber qué es lo que usted cree?, repuso el predicador.
–Bien, creo que todo se acaba con la muerte, fue la respuesta.
–Yo también lo creo, dijo el creyente.
– ¿Qué, usted también cree que todo termina con la muerte?, exclamó su interlocutor. –Es cierto que la muerte pone fin a todo lo presente, prosiguió el predicador. Quita toda posibilidad de obrar mal, pone fin a todos nuestros deseos y vuelve superfluos todos nuestros proyectos. Todas las amistades se acaban, todo orgullo desaparece. La muerte pone fin a todo esto. Entonces todo el que no cree a Dios irá a la eterna perdición. En lo que me concierne, la muerte pone fin a todas mis preocupaciones y dificultades, a todos mis pesares, penas y lágrimas. Para mí todo esto termina con la muerte, y me iré de aquí para estar en la gloria de mi Señor, en donde me espera un infinito gozo, una eterna paz y felicidad. –No había considerado las cosas desde ese punto de vista, repuso el desconocido.

El resultado de esta conversación fue que más tarde el hombre halló la paz con Dios.

Sí, con la muerte todo lo terrenal termina. A los inconversos les espera el juicio; los hijos de Dios van con Cristo al paraíso, “teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23d). Su futuro es glorioso y está asegurado por la eternidad.

sábado, 7 de mayo de 2011

UNA VIDA VIRTUAL


"Pero sed hacedores de la palabra,y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos". Santiago 1.22
Un hombre entró a un restaurante muy apurado pensando revisar en su computadora los últimos negocios del día mientras almorzaba algo rápido. Pronto descubrió a su lado un niño que lo miraba con atención y que comenzó a hacerle preguntas.
-¿Me dejas trabajar? Estoy muy apurado.
-¿Qué está haciendo?
- Estoy leyendo e-mails.
-¿Y qué son e-mails?
- Son mensajes enviados vía Internet.
-¿Y qué es Internet?
- Es un lugar virtual en la computadora.
-¿Y qué es virtual?
- Virtual es un lugar imaginario que no podemos tocar ni alcanzar, en donde podemos hacer muchas cosas que imaginamos pero que no existe de verdad.
-Ha,ya se,yo también vivo en un mundo v¡rtual.
-¿Tú tienes Internet?
-No, pero mi vida también es virtual. Mi madre trabaja todo el día para alimentarnos porque mi papá está preso y yo tengo que cuidar a mis hermanitos que lloran de hambre mientras mi hermana sale y dice que vende su cuerpo para conseguir dinero. Y yo siempre imagino toda la familia junta, comiendo con alegría en una larga mesa con mantel y platos llenos de comida ¿Eso no es virtual señor?
Hay cristianos que también viven un cristianismo virtual, creyendo que son parte de algo que en realidad conocen de lejos porque no ponen por obras los mandamientos del Señor.
Nuestra relación con Jesucristo debe ser real y verdadera, es la única manera de ser cristianos de verdad.
"LA ÚNICA FORMA DE SER CRISTIANOS ES PONIENDO EN PRÁCTICA LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS Y NO SOLO HABLANDO DE ELLAS."

TESOROS DE DAVID "SALMO 19" Charles Spurgeon


El hombre sabio lee el libro del mundo y el libro de la Palabra como dos volúmenes de la misma obra y piensa respecto a ellos: «Mi Padre escribió los dos.» C. H. S.
Este Salmo forma un contraste perfecto con el Salmo 8, evidentemente compuesto por la noche,y debería leerse en relación con él, ya que es probable que fuera escrito aproximadamente al mismo tiempo, y los dos son cánticos de alabanza derivados de los fenómenos naturales, y por tanto apropiados de modo peculiar a la vida rural o pastoral. John Mason Good
Así como Aristóteles tenía dos clases de escritos, unos llamados exotéricos, para los oyentes comunes, y otros acromáticos, para sus estudiantes privados y conocidos, del mismo modo Dios tiene dos clases de libros, según se da a entender en este Salmo; a saber, el libro de sus criaturas, como un libro corriente para todos los hombres del mundo (versículos 1-6), y el libro de sus Escrituras, como un libro de estatutos para su auditorio doméstico: la iglesia (versículos 7, 8).
Así, los cielos declaran, esto es, hacen que los hombres declaren la gloria de Dios a causa de su estructura, movimientos e influencias admirables. La predicación de los cielos es maravillosa en tres aspectos:
1) como predicación realizada toda la noche y todo el día, sin interrupción (vers. 2);
2) como predicación en todos los lenguajes (vers. 3);
3) como predicación en todas partes del mundo, y en cada templo de cada parte, y en cada lugar de cada templo (vers. 4).
Son pastores diligentes, que predican sin cesar; son pastores entendidos, que predican en todas las lenguas; y pastores ecuménicos, O católicos, que predican en todas las ciudades.
Éste es el primer libro de lectura de Dios, como si dijéramos, para toda clase de personas. Los paganos leen este libro, pero los cristianos están familiarizados con su Biblia. John Boys
Vers. 1. Los cielos cuentan la gloria de Dios. El libro de la naturaleza tienes tres hojas: el cielo,la tierra y el mar, de los cuales el cielo es el primero y el más glorioso, y con su ayuda podemos ver las bellezas de los otros dos. El que empieza a leer la creación estudiando las estrellas empieza el libro en el lugar debido.
Los cielos son plural por su variedad, ya que comprenden los cielos acuíferos, con sus nubes en formas incontables; los cielos aéreos, con sus calmas y tempestades; los cielos solares, con todas las glorias del día, y los cielos estrellados, con todas las maravillas de la noche; lo que el cielo de los cielos debe ser no ha entrado en el corazón del hombre, pero allí todas las cosas cuentan la gloria de Dios de modo principal. No es meramente gloria lo que declaran los cielos, sino la
gloria de Dios.
El firmamento anuncia la obra de sus manos. La expansión está llena de obras que muestran la habilidad suprema de las manos creadoras del Señor. En la expansión encima de nosotros Dios hace volar, por así decirlo, su bandera estrellada, para mostrar que el rey está en casa, y cuelga su escudo para que los ateos vean cómo El desprecia sus increpaciones. El que mira el firmamento y luego se hace llamar ateo, se muestra como un necio o un mentiroso. C. H. S.
Los cielos manifiestan su sabiduría, su poder, su bondad; y así no hay una criatura, por pequeña que sea, que no admire al Creador en ellos. Como una habitación en cuyas paredes cuelgan espejos representa el rostro en cualquier dirección en que uno se vuelva, así también todo el mundo muestra la misericordia y la magnificencia de Dios; aunque visible, con todo, descubre a un Dios invisible y sus atributos invisibles. Anthony Burges
Durante la Revolución Francesa, Jean Bon St. André, el revolucionario vendeano, dijo a un labrador: «Voy a hacer derribar todas las cúpulas de las iglesias, para que no tengáis ningún objeto que os recuerde vuestras antiguas supersticiones.» «Pero» -replicó el labrador-«no puedes por menos que dejarnos las estrellas». John Bates
Vers. 1, 2. Podrían presentarse los dos primeros versículos de modo literal de la siguiente manera:
Los cielos CUENTAN la gloria de Dios.
El firmamento ANUNCIA la obra de sus manos;
Un día a otro día COMUNICA el mensaje,
Una noche a la otra EXHALA conocimiento. —Henry Crak
Vers. 1-4. Aunque todos los predicadores de la tierra callaran, y toda boca humana cesara de publicar la gloria de Dios, los cielos arriba nunca cesarían de declarar y proclamar su majestad y gloria. Aunque la naturaleza se mantuviera en silencio cuando el sol en su gloria alcanza el cenit en el cielo de azur, aunque el mundo guardara su silencio festivo cuando las estrellas brillan por la noche, con todo, dice el Salmista, hablan; sí, un silencio santo que es un hablar, siempre que
haya un oído para escucharlo. Augustus T. Tholuck
Vers. 2. Un día comunica el mensaje a otro día, y una noche a otra noche declara la noticia.
Como si un día emprendiera el relato allí donde lo dejó el otro, y cada noche prosiguiera la maravillosa historia que viene de la noche anterior. C. H. S.
Un día habla al otro, es un día enseña al otro. John Boys
Vers. 3. No es un lenguaje de palabras. No diré que la voz de Dios no se oiga; habla, en el mismo silencio, tan alto como un trueno que retumba. John Gadsby
Vers. 4-6. El comienzo de la dispensación del evangelio tal como fue introducida por Cristo es llamado el Sol de justicia levantándose (Malaquías 4:2). Pero esta dispensación del evangelio comienza con la resurrección de Cristo. Aquí el Salmista dice que Dios ha colocado un tabernáculo para el sol en los cielos; también que Dios el Padre ha preparado una morada en el cielo para Jesucristo; ha puesto un trono para Él en el cielo, al cual El ascendió después de resucitar. Así Cristo, cuando resucitó de la tumba, ascendió a la altura del cielo, y mucho más arriba que todos los cielos, pero al final del día del evangelio va a descender de nuevo a la tierra.
Se dice aquí que el sol al levantarse «se alegra como un atleta corriendo su carrera». Así también Cristo, cuando resucitó, se levantó como un hombre de guerra, como el Señor fuerte y poderoso, el Señor poderoso en batalla. Jonathan Edwards
Vers. 5. Como esposo que sale de su tálamo; Cristo es el esposo, la naturaleza del hombre la esposa, la conjunción y bienaventurada unión de ambos en una persona en su matrimonio. La mejor manera de reconciliar dos familias desavenidas es hacer un matrimonio entre ellas; así, también, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros en el mundo para que pudiera de esta manera hacer nuestra paz, reconciliando a Dios con el hombre y al hombre con Dios. Mi pecado es su pecado, y su justicia es mi justicia. El que no conoció pecado, por mí fue hecho pecado; y, en sentido inverso, a pesar de no tener nada bueno, soy hecho justicia de Dios en El. John Boys
Vers. 6. Y nada hay que se esconda de su calor. Las entrañas de la tierra están llenas del producto antiguo de los rayos de sol, y aun las cavernas más profundas del mundo han sentido su poder.
Allí donde se cierra el paso a la luz, aún hay calor, y otras influencias más sutiles penetran de todas formas.
El camino de la gracia de Dios es sublime y ancho y pleno de su gloria; en todas sus
manifestaciones ha de ser admirado y estudiado con diligencia. Jesús, como el sol, reside en medio de la revelación, teniendo su tabernáculo entre los hombres en todo su resplandor; gozándose, como el Esposo de su iglesia, para revelarse a los hombres, y, como un campeón, conseguir renombre para El. El hace un circuito de misericordia, bendiciendo los rincones más remotos de la tierra.
La tierra recibe su calor del sol, y por medio de la conducción, una parte del mismo penetra la corteza de nuestro globo. Por convección, otra porción es llevada a la atmósfera y la calienta.
Otra porción es radiada al espacio, según leyes que no entendemos bien del todo aún, pero que están evidentemente relacionadas con el color, la composición química, la estructura mecánica de las partes de la superficie de la tierra. Edwin Sidney en Conversaciones sobre la Biblia y la Ciencia
No sólo es en la cumbre de las montañas que se ve la luz de Cristo, como en los días anteriores a su venida y resurrección plena, cuando sus rayos, aunque invisibles para el resto del mundo, rodearon de gloria las cabezas de los profetas que le vieron, en tanto que para la parte principal de la humanidad estaba situado todavía por debajo del horizonte. Ahora, sin embargo, Él ha subido y derrama su luz por todo el valle, así como sobre la montaña; ni hay nadie, por lo menos en estos países, que no capte algunos rayos de esta luz, excepto los que cavan y hurgan las madrigueras y se esconden en las cavernas del pecado.

No sólo ilumina los entendimientos, sino que ablanda y funde y calienta el corazón, de modo que amará la verdad, y producirá fruto de ello, y madurará el fruto que ha producido; y esto tanto en la planta más humilde que se arrastra por el suelo como en el árbol más elevado. Julius Charles Hare
Vers. 7. La ley de Jehová es perfecta; por medio de la cual no queremos decir meramente la ley de Moisés, sino la doctrina de Dios, toda la extensión de la Sagrada Escritura. No hay redundancias ni omisiones en la Palabra de Dios y en el plan de la gracia; ¿por qué, entonces, los hombres tratan de mejorarlo si es perfecto? El evangelio es perfecto en todas sus partes, y perfecto como conjunto; es un crimen añadir al mismo, una traición el alterarlo, y un grave error quitar de él.
Convierte el alma. El gran medio de la conversión de pecadores es la Palabra de Dios, y cuanto más cerca nos mantengamos en nuestro ministerio, mayores garantías tenemos de triunfar en nuestra empresa. Es la Palabra de Dios, más bien que el comentario sobre la Palabra de Dios por el hombre, que tiene poder sobre las almas.
Vers. 8. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón. Nota el progreso; el que fue convertido, luego fue hecho entendido, y ahora es hecho feliz; esta verdad hace recto al corazón y luego da gozo al corazón recto. C. H. S.
¡Qué detestable es el descuido de los cristianos que no se preocupan de la Santa Escritura y se entregan a la lectura de otros libros! ¡Cuántas horas preciosas pasan muchos, y no sólo los días de entre semana, sino también los domingos, en novelas necias, historias fabulosas y Poemas lascivos! Y ¿por qué esto, sino que con ello se alegran y deleitan, cuando el pleno gozo sólo se encuentra en estos libros sagrados? Otros libros pueden consolarnos en casos de problemas externos, pero no contra los temores internos; pueden alegrar la mente, pero no aquietar la conciencia; pueden animar y dar algunas chispas de gozo, pero no pueden calentar el alma con el
fuego permanente de las consolaciones firmes.
Si Dios te da alguna vez oído espiritual para juzgar las cosas debidamente, vas a reconocer que no hay campanas como las de Aarón, ni arpa como la de David, ni trompeta como la de Isaías, ni flautas como las del apóstol; y vas a confesar con Petrus Damianus que los escritos de los oradores, filósofos y poetas paganos, que antes te gustaban tanto, ahora son aburridos y monótonos en comparación con el consuelo de las Escrituras. Nathanael ARDÍ
Alumbra los ojos. Tanto si el ojo está nublado por la aflicción como por el pecado, la Escritura es un hábil oculista que deja el ojo claro y brillante. Mira el sol, y te hace cerrar los ojos; mira a lo que es más que la luz del sol, la de la Revelación, y te ilumina; la pureza de la nieve puede cegar al viajero alpino, pero la pureza de la verdad de Dios tiene el efecto contrario y cura la ceguera
natural del alma. Es bueno observar de nuevo la gradación; el convertido se vuelve un discípulo y luego un alma que se regocija; ahora se consigue un ojo discerniente, y como un hombre espiritual discierne todas las cosas, aunque él mismo no es discernido por ninguno.
Vers. 9. Permanece para siempre. Cuando los gobiernos de las naciones son conmovidos por una revolución y las antiguas constituciones son abrogadas, es consolador saber que el trono de Dios queda inconmovible y su ley inalterada.
Vers. 10. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado. La metáfora consigue fuerza por la manera en que es presentada: oro, oro afinado, mucho oro afinado; es bueno, mejor, el mejor, y por tanto no es sólo deseable para la codicia del avaro, sino mucho más que esto. Los hombres hablan de oro sólido, pero ¿qué hay tan sólido como una verdad sólida? Por amor al oro se pone a un lado el placer, se renuncia a la comodidad y aun se pone en peligro la vida; ¿no estaremos dispuestos a hacer otro tanto por amor a la verdad? C. H. S.
Y dulces más que la miel, y que el destilar de los panales. No hay diferencia para nosotros entre lo delicado de la miel del panal y la que está separada del mismo. Samuel Burder en Costumbres orientales
Vers. 11. Tu siervo es además instruido con ellos. Cierto judío había concebido el plan de envenenar a Lutero, pero fue desengañado por un amigo fiel, que envió a Lutero un retrato de este hombre, advirtiéndole contra él. De este modo, Lutero conoció al presunto asesino y escapó de sus manos. Del mismo modo la Palabra de Dios, oh cristianos, muestra el rostro de los deseos carnales que emplea Satanás para destruir tus consuelos y envenenar tu alma. G. S. Bowes
En guardarlos hay un gran galardón. Hay una paga, y es grande; aunque nosotros no sacamos nada de la deuda, conseguimos grandes beneficios de la gracia. C. H. S.
No sólo por guardarlos, sino en el hecho de guardarlos hay gran galardón. Thomas Brooks
Ver. 12. ¿Quién podrá descubrir sus propios errores? El que se conoce mejor es el que conoce mejor la Palabra, pero incluso éste se asombrará respecto a lo que no sabe, más bien que en el montón de felicitaciones por lo que sabe. C. H. S.
Nadie puede entender sus errores en cuanto a profundidad y fondo. En este punto hay dos cosas a considerar: 1) Una concesión. 2) Una confesión. Las Escrituras afirman que «Todos nos descarriamos como ovejas». Todo hombre por naturaleza es como un árbol cortado de raíz, cuyos frutos son comidos por los gusanos. El hombre en sí, en la vida, es como un instrumento musical desafinado, que desafina en cada sonido. Aunque no los entendamos, son muchos. Robert Abbot
Si un hombre no se arrepiente hasta que ha hecho confesión de todos sus pecados al oído de un padre fantasma; si un hombre no puede tener absolución de sus pecados hasta que los ha contado al oído de un sacerdote, y puesto que, dice David, nadie puede entenderlos, y mucho menos expresar todos sus pecados, ¡ay!, ¿no se sentirá un hombre apartado del arrepentimiento por esta doctrina? John Bradford (mártir)
«El corazón del hombre es en extremo malvado, ¿quién puede conocerlo?» Obadiah Sedgwick
No hay aritmética que pueda poner número a nuestros pecados. Antes que lleguemos a contar hasta mil ya hemos cometido diez mil mas. Thomas Adam
Límpiame de los que me son ocultos. Los pecados secretos, como los conspiradores privados, deben ser buscados, o pueden causar daños irreparables; es bueno orar mucho respecto a ellos.
En el Concilio lateranense de la Iglesia de Roma fue aprobado un decreto por el que todo verdadero creyente debe confesar sus pecados, todos ellos, por lo menos una vez al año; y añadieron al decreto esta declaración: que no hay esperanza de perdón si no se cumple este decreto. ¿Qué hay que pueda compararse en absurdidez a un decreto así? ¿Suponen que pueden contar sus pecados de modo tan fácil como cuentan sus dedos? C. H. S.
«Desgraciado hombre de mí» dice Pablo, «¿quién me librará?» Verdaderamente, hermanos, el suyo no era pecado fuera, sino en casa; no al exterior, sino dentro; no era el pecar de Pablo con los hombres, sino el pecar de Pablo dentro de Pablo. Como Rebeca estaba cansada, no debido a problemas exteriores, sino dentro de su propia casa «las hijas de Het» dentro de la casa le hacían la vida penosa-, del mismo modo la irrupción privada y secreta de corrupción dentro de Pablo era la causa de su turbación, que daba motivo a su deseo y exclamación: «¿Quién me librará?» Obadiah Sedgwick
Algunos pueden ver y no ven, como Balaam; otros quisieran ver y no pueden, como el eunuco; algunos ni ven ni pueden ver, como Faraón; algunos pueden ver y ven, como David. Thomas Adams
La ley del Señor es tan santa que es necesario orar pidiendo perdón incluso por los pecados escondidos. (NOTA: Este fue un texto principal de los reformadores contra la confesión auricular de los católicorromanos.) T. C. Barth, Manual Bíblico
Si aparece al exterior pecado en un hombre hay un ministro a mano, un amigo cerca, u otros le reprueban, le advierten y le guían; pero cuando es él mismo el artífice de sus deseos carnales, él mismo se priva de todo remedio público y procura y se arriesga a condenar su alma cubriendo sus pecados secretos con sumo cuidado, con algún barniz plausible que pueda producir una buena opinión en los demás respecto a sus caminos. Obadiah Sedgwick
Hay un poema singular de Hood, llamado «Sueño de Eugene Aram», un fragmento literario
notable, que ilustra el punto que tratamos. Ararn ha asesinado a un hombre y ha echado su cadáver al río, «agua turbia, negra como tinta, en extremo profunda». A la mañana siguiente visita la escena de su culpa:
Y busca el maldito remolino,
Con ojo inquieto y receloso;
Y vio al muerto en el fondo del lecho,
Pues la corriente estaba seca.
Entonces cubre el cadáver con montones de hojas, pero se levanta un viento recio que se lleva la hojarasca y deja el secreto a la luz del sol.
Entonces incliné el rostro Y empecé a llorar al punto,
Pues me di cuenta que la tierra Se negaba a guardar el secreto;
Tierra o mar, ni que lo escondiera
A diez mil leguas de profundidad.
En acentos quejumbrosos profetiza su propio descubrimiento. Entierra a su víctima en una cueva y la cubre de piedras, pero cuando pasan los años, el hecho es al fin descubierto y el asesino es ejecutado.
La hipocresía es un juego muy duro de jugar porque enfrenta a un engañador contra muchos observadores. ¡Pecador secreto!, si te falta tener un anticipo de la condenación sobre la tierra; sigue en tus pecados secretos; porque ningún hombre es más desgraciado que el que peca secretamente y sigue intentando preservar su fama. El ciervo perseguido por sabuesos con las fauces espumeantes, es mucho más feliz que el hombre que es perseguido por sus pecados.
Sermón de Spurgeon sobre «Pecados secretos»
El que Satanás nos tiente es como prender fuego a leña seca, que pronto arde; nuestros corazones se encienden con la primera chispa que cae; como un vaso que está a punto de rebosar, a la menor sacudida se derrama. Y por ello ocurre que muchas veces las tentaciones pequeñas y las ocasiones triviales dan motivo a grandes corrupciones; como un vaso que está lleno de licor nuevo, fácilmente produce espuma. Ezequiel Hopkins
La Escritura ordena a menudo el deber de escudriñar, probar, examinar y estar en contacto con nuestros corazones. Anthony Burgess
Vers. 12, 13. El que quiere pecar, cuando ha pecado dirá, no para fortalecer su alma contra Satanás, sino para halagarse a sí mismo en su pecado, que no es sino una debilidad; pero, que yo sepa, puede ir al infierno por sus debilidades.
David no dice «limpia», sino «preserva» a tu siervo de insolencia, o sea, el pecado de presunción. Podemos, pues, mantenernos a distancia. Obtén el perdón diariamente. A menos que seas preservado de ellos, estos pecados van a tener dominio sobre ti. Sigue, luego, «entonces seré irreprochable»; de modo que el hombre en quien el pecado o pecados de presunción no tienen dominio es un hombre recto. Richard Capel
Vers. 13. Preserva a tu siervo. Es una cruz para el hombre malo el ser restringido del pecado y es un gozo del buen hombre el ser apartado del pecado. Un mal hombre es apartado del pecado como un amigo de otro amigo, como un amante de su amada, con afectos unidos y proyectos de reunirse otra vez; pero un buen hombre es preservado del pecado como un hombre de su enemigo mortal, cuya presencia aborrece y con deseos de que sea destruido. La desgracia del buen hombre es que tiene un corazón que ha de ser más dominado; el descontento y aflicción del mal hombre es que en todo tiempo sea retenido por una cuerda y una brida. Obadiah Sedgwick
No es nuestra gracia, nuestra oración ni nuestra vigilancia lo que nos guarda, sino que es el poder de Dios, su diestra, que nos apoya. Anthony Burgess
Dios guarda a sus siervos de pecar: 1) Por medio de la gracia preservadora; 2) por medio de la gracia ayudadora; 3) por medio de la gracia avivadora; 4) por medio de la gracia directiva, y 5) por medio de la gracia activa. Condensado de Obadiah Sedgwick
De los pecados de presunción. Los pecados de presunción son peligrosos de modo especial. Es notable que aunque fuera provista una expiación para toda clase de pecado, en la ley judía hay una sola excepción: «Pero el alma que peca por presunción, no tendrá expiación; será cortada de en medio de mi pueblo.» Los pecadores por presunción mueren sin perdón, han de esperar recibir una doble porción de la ira de Dios y una porción más terrible del castigo eterno en el hoyo cavado para los malos. C. H. S.
Los rabinos distinguen todos los pecados en los cometidos por ignorancia y los de presunción. Benjamin Kennicott
Cuando el pecado comienza a pasar de un acto a un deleite, del deleite a nuevos actos, de la repetición de actos pecaminosos a una indulgencia en el vicio, a un hábito y costumbre y a una segunda naturaleza, de modo que todo lo que toca es gravoso y hiere el corazón del hombre; cuando ha llegado al lugar de Dios y requiere ser amado con toda la fuerza, hace retirar la gracia y los demás vicios le prestan homenaje, exige que todo sea sacrificado al mismo y ser servido con la reputación, la fortuna, cuerpo y alma del hombre, hasta la pérdida irreparable de su tiempo
y su eternidad, cuando llega a esta altura en su dominio, entonces el pecado pasa a ser «excesivamente pecaminoso». Adam Littleton
David pide que Dios le preserve de los pecados de presunción, de los pecados conocidos y evidentes, tales como los que proceden de la elección de la voluntad perversa contra la mente iluminada. Alexander Cruden
Que no se enseñoree de mí. Todo pecado, aunque sea pequeño, puede acabar dominando al
pecador y derrotarle con el tiempo, pero el pecado de presunción causa una gran alteración en el estado del alma al instante, y en un sólo acto avanza de modo terrible, debilita al espíritu y da una ventaja inmensa a la carne, incluso hasta el punto de una conquista completa. Robert Sanderson
David ora primero: líbrame de los que me son ocultos, refiriéndose a los pecados, los causados por la ignorancia, y luego ora por los de presunción, que, como muestra la oposición entre los otros, son pecados de conocimiento; porque dice: «que no se enseñoree de mi; entonces seré irreprochable y quedaré libre de grave delito», esto es, este pecado imperdonable que no debe ser olvidado nunca. Porque para cometer este pecado hay dos cosas que son necesarias: luz en la mente y malicia en el corazón; no sólo malicia, sino también luz. Thomas Goodwin
Felices las almas que, bajo un sentimiento de paz, por medio de la sangre de Jesús, oran diariamente para ser conservadas por la gracia de Dios. Estas se conocen verdaderamente, ven su peligro de caer, no quieren, no se atreven a paliar o aminorar la odiosa naturaleza y deformidad de su pecado. No quieren dar un nombre más suave al pecado que el que merece, para no despreciar el valor infinito de la preciosa sangre que Jesús derramó para expiar su culpa. ¡Ay!, el santo más exaltado, el creyente más establecido, si se deja a él mismo, pronto va a cometer los pecados más horribles, los pecados de presunción, que acabarán dominándole. Willam Mason en
Un tesoro espiritual para los hijos de Dios.
Entonces seré irreprochable y quedaré libre de grave delito. David tiembla ante la idea de haber cometido el pecado imperdonable. El pecado secreto es una pasarela hacia el pecado de presunción, y éste es el vestíbulo del «pecado que es para muerte». El que tienta al diablo a que le tiente, está en el camino que le llevará de mal en peor, y así más y más. C. H. S.
Ocurre en los movimientos de un alma tentada a pecar como en los movimientos de una piedra que cae por la ladera de una colina: al principio es fácil de detener, pero una vez ha adquirido ímpetu, ¿quién la va a detener? Y, por tanto, la mayor sabiduría del mundo es observar los primeros movimientos del corazón, para frenarlo y detenerlo. G. H. Salter
Ten cuidado especial en aquellos pecados que se acercan al pecado contra el Espíritu Santo; y éstos son: hipocresía, hacer sólo una profesión externa de religión, y de este modo fingir y burlarse de Dios; pecar voluntariamente contra la convicción de la conciencia, y contra una gran luz y conocimiento, pecar por presunción. Estos pecados, aunque ninguno de ellos es un pecado directo contra el Espíritu Santo, sin embargo se acercan al mismo. Robert Russell
Vers. 14. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Las palabras de la boca son una burla si el corazón no las medita. C. H. S.
Pero, Señor, ¿qué son mis palabras?, ¿qué son mis pensamientos? Unos y otros son malos; mi corazón, una fuente de corrupción, y mi lengua, una corriente contaminada; ¿y voy a presentar un sacrificio así a Dios? El animal cojo, el ciego, por más que en otros aspectos fueran limpios, eran sacrificios abominables a Dios; ¿cuánto más si nosotros ofrecemos animales que son inmundos? Y, con todo, Señor, mi sacrificio no es mejor: palabras vacilantes, pensamientos errabundos; ni unos ni otros son presentables a Ti; ¡cuánto menos los pensamientos malos, las palabras ociosas! Con todo, esto es lo mejor que tengo. ¿Hay remedio? Si es que existe, está en Ti, oh Señor, es en Ti que debo buscarlo y por ello lo estoy buscando en Ti. Tú solo, oh Señor, puedes santificar mi lengua; santifica mi corazón para que mi lengua pueda decir, y mi corazón pensar, lo que es aceptable delante de Ti, sí, lo que pueda causarte deleite. Arthur Lake en Meditaciones divinas

viernes, 6 de mayo de 2011

EL PRECIO COMPLETO


"Porque habéis sido comprados por precio. I Corintios 6,20
Un día Jesús le preguntó al diablo qué estaba haciendo con la gente en el mundo. El diablo le contestó:
-Me estoy divirtiendo muchísimo, enseñándoles a hacer bombas y a matar, a odiarse y tomar drogas, a abusar de la infancia, y a hacer todas las cosas que están prohibidas.
Jesús le preguntó - ¿Qué harás luego con ellos?
-Después voy a acabar con todos ellos - volvió a responder el diablo.
Jesús volvió a preguntar - ¿Cuánto quieres por ellos?
El diablo dijo - ¿Por qué querrías estas personas? Son malas, traicioneras, falsas, mentirosas, codiciosas. Ellas nunca te amarán de verdad, blasfemarán de ti, y te escupirán en el rostro.
-¿Cuánto quieres por ellas? - Volvió a preguntar Jesús. -Está bien - contestó el diablo - quiero todas tus lágrimas y toda tu sangre. -Trato hecho.
Y Jesús pagó el precio completo por nuestra liberación, para que el diablo nunca más tenga derecho sobre nuestra vida y podamos librarnos de él y de sus perversiones. Ahora tienes la posibilidad de hacerlo, aprovecha esta oportunidad que Jesús te está ofreciendo a partir de su sacrificio en la cruz del Calvario, entrégale tu corazón y hazlo Señor de tu vida..

domingo, 1 de mayo de 2011

Conocer la Biblia o conocer a Jesús


Yo sé que mi Redentor vive.
Job 19:25.

(Jesús dijo) Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Juan 10:14.

Un célebre comediante fue invitado a una fiesta de familia y se le pidió que recitase un texto. Como no sabía qué escoger, el abuelo le propuso el Salmo 23. El artista, un poco molesto, declamó con su habitual talento y fue felicitado con aplausos. Cuando se hizo silencio, el anciano creyente a su vez recitó el Salmo con su voz habitual. Todos estaban emocionados. Entonces el actor se volvió hacia el abuelo y le confesó: –Bien puedo decir que yo conozco el Salmo, pero usted conoce al Pastor.

En otra oportunidad, durante un ensayo, una solista acababa de cantar el fragmento de «El Mesías» de Haendel en el cual el compositor puso música al versículo 19:25 del libro de Job. Entonces el jefe de orquesta le dijo: –Usted canta magníficamente, señora, pero no se siente que su Redentor vive. La cantante no supo qué contestar.

Estas dos anécdotas atraen nuestra atención sobre un hecho importante. ¿Leemos la Biblia y podemos recitar pasajes enteros de ella? Está bien, pero lo importante es que yo esté convencido de que es la Palabra de Dios para mí, que me lleva a tener un contacto personal con Jesucristo, el Hijo de Dios. El conocimiento intelectual del Santo Libro no salva ni da la paz. Lo que necesitamos es un Salvador, una persona viva, un Redentor que atraiga nuestro corazón hacia él y nos aleje de la esclavitud de Satanás y del pecado. Él también es el buen Pastor que se ocupa con amor diariamente de nosotros.