sábado, 24 de septiembre de 2011

Génesis 10; Comentario Bíblico de Matthew Henry

Versículos 1—7. Los hijos de Noé, de Jafet, de Cam 8—14. Nimrod el primer monarca. 15—32. Los descendientes de Canaán—Los hijos de Sem. Vv. 1—7. Este capítulo habla de los tres hijos de Noé, que de estos se esparcieron las naciones en la tierra. Ninguna nación, excepto los judíos, puede estar segura de cuál de estos setenta desciende. Por amor al Mesías, solo los judíos conservaron la lista de nombres de padres e hijos. Sin embargo, muchos hombres doctos han mostrado, con alguna probabilidad, qué naciones de la tierra descendieron de cada uno de los hijos de Noé. A la posteridad de Jafet fueron asignadas las islas de los gentiles; probablemente, la isla de Bretaña entre las demás. Todos los lugares de ultramar más allá de Judea son llamados islas, Jeremías xxv, 22 [o costas, RVR 1960]. Esa promesa, Isaías xlii, 4, “las costas esperarán su ley”, habla de la conversión de los gentiles a la fe de Cristo. Vv. 8—14. Nimrod fue un gran hombre en su época; él comenzó a ser poderoso en la tierra. Los anteriores a él se contentaban con estar al mismo nivel de su prójimo y, aunque cada hombre reinaba en su propia casa, ningún hombre pretendía ser más. Nimrod estaba decidido a enseñorearse de sus vecinos. El espíritu de los gigantes de antes del diluvio, que llegaron a ser hombres poderosos y hombres de renombre, Génesis vi, 4, revivió en él. —Nimrod fue vigoroso cazador. En aquel entonces cazar era el método de impedir el aumento dañino de las bestias salvajes. Esto requería mucho valor y destreza y así dio a Nimrod, una oportunidad para mandar a los demás y, paulatinamente, sumó una cantidad de hombres bajo un jefe. Probablemente desde tal comienzo Nimrod empezó a gobernar y a obligar a los demás a someterse. Él invadió los derechos y propiedades de sus vecinos y persiguió a hombres inocentes; proponiéndose hacer todo suyo por la fuerza y la violencia. Ejecutó sus opresiones y la violencia desafiando al mismo Dios. Nimrod fue un gran rey. De una u otra forma, por la razón o la fuerza, obtuvo poder y, así, fundó una monarquía que fue el terror del fuerte y con buenas probabilidades de gobernar todo el mundo. Nimrod fue un gran constructor. Obsérvese en Nimrod la naturaleza de la ambición. No tiene límites; lo mucho quiere tener más, y todavía clama: Dame, dame. Es incansable; Nimrod, cuando tuvo cuatro ciudades bajo su mando, no pudo contentarse hasta que tuvo cuatro más. Es cara; Nimrod prefería encargarse de levantar ciudades si no tenía el honor de gobernarlas. Es atrevida, y ante nada se detendrá. El nombre de Nimrod significa rebelión; los tiranos entre los hombres son rebeldes ante Dios. Vienen días en que los conquistadores no ya serán encomiados, como en las historias parciales del hombre; más bien llevarán el sello de la infamia, como en los registros imparciales de la Biblia. Vv. 15—32. La posteridad de Canaán fue numerosa, rica y gratamente establecida; sin embargo, Canaán estaba bajo una maldición divina, y no una maldición sin causa. Quienes están sometidos a la maldición de Dios pueden, quizá, florecer y prosperar en este mundo; porque nosotros no podemos conocer el amor o el odio, la bendición o la maldición por lo que está delante sino por lo que está dentro de nosotros. La maldición de Dios siempre obra realmente y siempre es terrible. Quizá sea una maldición secreta, una maldición para el alma y no obra de modo que los demás pueden verla; o es una maldición lenta y no obra pronto; pero los pecadores están reservados por ella para el día de la ira. Canaán tiene aquí una tierra mejor que Sem o Jafet y, sin embargo, ellos tienen mejor suerte pues heredan la bendición. —Abram y su simiente, el pueblo del pacto de Dios, descendieron de Heber, y por él fueron llamados hebreos. Cuanto mejor es ser como Heber, el padre de una familia de hombres santos y honestos que ser el padre de una familia de cazadores de poder, de riquezas mundanas o de vanidades. La bondad es la verdadera grandeza.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Visión motivadora

Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el liquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenia que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas. Hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar Y donde habían estado de vacaciones. Y cada tarde cuando de hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes arboles adornaban el paisaje, y se podía ver a la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. Según el hombre de la ventana describía todo esto con detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro no podía oír la banda, podía verlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras. Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entro coa, el agua ¡para asearlos, encontrándose en cuerpo sin vida d hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. Se lleno de pesar y llamo a los ayudantes del hospital para llevarse el cuerpo. Tan pronto como lo considero apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambio encantada y, tras asegurarse que estaba cómodo, salió de la habitación. Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo por el mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama...y se encontró con una pared blanca. El hombre pregunto a la enfermera que podía haber motivado a su compañero muerto a describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no podría haber visto ni la pared, y le indico: "Quizás solo quería animarle a usted". Es una tremenda felicidad hacer felices a los demás. Sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble. Si quiere sentirse rico, solo cuente todas las cosas que tiene y que el dinero no puede comprar. "Hoy es un regalo que Dios nos da, por eso se le llama presente."

Génesis 9, Comentario Bíblico de Matthew Henry

Versículos 1—3. Dios bendice a Noé y le concede la carne como alimento. 4—7. Prohibición del derramamiento de sangre y el homicidio. 8—17. El pacto de Dios y el arco iris. 18—23. Noé planta una viña—se emborracha y es escarnecido por Cam. 24—29. Noé maldice a Canáan, bendice a Sem, ora por Jafet—Su muerte. Vv. 1—3. La bendición de Dios es la causa de nuestro bienestar. Dependemos de Él, debemos estar agradecidos de Él. No olvidemos la ventaja y el placer que tenemos del trabajo de las bestias, y el que su carne suministra. Tampoco debemos ser menos agradecidos por la seguridad que disfrutamos en cuanto a las bestias salvajes y dañinas, por el temor del hombre que Dios ha puesto en lo profundo de ellas. Vemos el cumplimiento de esta promesa todos los días y en todas partes. Este obsequio de los animales para comida garantiza plenamente el uso de ellos, pero no el abuso por glotonería y menos por crueldad. No debemos causarle dolor innecesariamente mientras vivan, ni cuando les quitamos las vidas. Vv. 4—7. La razón principal de prohibir comer la sangre, sin duda, se debió a que el derramamiento de sangre en los sacrificios tenía por objeto que los adoradores tuvieran su pensamiento puesto en la gran expiación; aunque también parece tener el propósito de controlar la crueldad, para que los hombres, acostumbrándose a derramar la sangre de los animales y alimentarse de ella, se pusieran insensibles frente a ello y les afectara poco la idea de derramar sangre humana. —El hombre no debe tomar su propia vida. Nuestra vida es de Dios y debemos darla solamente cuando a Él le plazca. Si precipitamos de alguna forma nuestra propia muerte, debemos responder ante Dios por ello. —Cuando Dios le pide a un hombre que responda por una vida que quitó injustamente, el homicida no puede responder y, por tanto, debe entregar la propia vida a cambio. En uno u otro momento, en este mundo o en el venidero, Dios descubrirá los crímenes y castigará aquellos homicidios cuyo castigo quedó fuera del alcance del poder del hombre. Pero hay quienes son ministros de Dios para proteger al inocente, para infundir temor a los malhechores y que no deben esgrimir en vano la espada, Romanos, xiii, 4. El homicidio deliberado debe ser siempre castigado con la muerte. A esta ley se le agrega una razón. Todavía hay remanentes de la imagen de Dios en el hombre caído, de modo que quien mata injustamente a un hombre, desfigura la imagen de Dios y lo deshonra. Vv. 8—17. Como el mundo antiguo fue destruido para ser un monumento de justicia, así este mundo permanece hasta ahora como un monumento de misericordia. Pero el pecado, que ahogó al mundo antiguo, quemará a este. Entre los hombres se sellan acuerdos, para que lo prometido pueda ser más solemne y para hacer que lo pactado sea más seguro para mutua satisfacción. Este pacto fue sellado con el arco iris que, probablemente, haya sido visto antes en las nubes, pero nunca como sello del pacto, hasta ahora. El arco iris aparece cuando hay mayor razón para temer que la lluvia prevalezca; entonces Dios muestra este sello de la promesa, de que no prevalecerá. Mientras más densa la nube, más brillante el arco en la nube. Así, como abundan las aflicciones amenazadoras, abundan mucho más los consuelos alentadores. El arco iris es el reflejo de los rayos del sol que brillan sobre o a través de las gotas de lluvia: toda la gloria de los sellos del pacto derivan de Cristo, el Sol de la justicia. Y Él derramará gloria sobre las lágrimas de sus santos. Un arco habla de terror, pero este no tiene cuerda ni flecha; y un arco solo hará poco daño. Es un arco, pero está dirigido hacia arriba, no hacia la tierra; pues los sellos del pacto tienen la intención de consolar, no de aterrar. Como Dios mira el arco para recordar el pacto, así nosotros debemos tener presente el pacto con fe y gratitud. Sin revelación no pudiera ser conocida esta bondadosa seguridad; y sin fe no sería útil para nosotros; y, así es tocante a los peligros aún mayores a que todos están expuestos, y en cuanto al nuevo pacto con sus bendiciones. Vv. 18—23. La embriaguez de Noé está registrada en la Biblia, con esa transparencia que solamente se halla en la Escritura, como caso y prueba de la debilidad e imperfección humana, aunque haya sido tomado de sorpresa por el pecado, y para mostrar que el mejor de los hombres no puede estar en pie si no depende de la gracia divina y es sostenido por ella. Cam parece haber sido un hombre malo y, probablemente, se alegró de encontrar a su padre en una situación impropia. De Noé se dice que era perfecto en sus generaciones, capitulo vi, 9; pero esto se refiere a la sinceridad, no a la perfección sin pecado. Noé, que se mantuvo sobrio en compañía de borrachos, ahora está borracho en compañía de sobrios. El que piensa que está firme, mire que no caiga. Tenemos que poner mucho cuidado cuando usamos abundantemente las buenas cosas creadas por Dios, para no usarlas en exceso, Lucas xxi, 34. —La consecuencia del pecado de Noé fue la vergüenza. Obsérvese aquí el gran mal del pecado de la ebriedad. Descubre a los hombres; cuando están ebrios delatan los males que tienen, y, entonces, se les sacan fácilmente los secretos. Los porteros borrachos mantienen las puertas abiertas. Trae desgracia a los hombres y los expone al desprecio. En la medida que los delata los avergüenza. Cuando están embriagados, los hombres dicen y hacen cosas que, estando sobrios, los haría enrojecer sólo el pensarlo. Fíjese el cuidado de Sem y Jafet para tapar la vergüenza de su padre. Hay un manto de amor que se puede poner sobre las faltas de todos, 1 Pedro iv, 8. Además de eso, hay un manto de reverencia que se puede poner sobre las faltas de los padres y de otros superiores. La bendición de Dios espera a quienes honran a sus padres, y su maldición se enciende especialmente contra quienes los deshonran. Vv. 24—29. Noé pronuncia una maldición sobre Canaán, el hijo de Cam; quizás este nieto suyo fuera más culpable que los demás. Aun entre sus hermanos iba a ser un esclavo de siervos, esto es, el menor y más despreciable de los siervos. Esto ciertamente apunta a las victorias obtenidas por Israel en épocas posteriores, sobre los cananeos, en las cuales fueron pasados a espada o llevados cautivos para pagar tributo. Todo el continente de África estaba poblado principalmente por los descendientes de Cam; y ¡por cuántas épocas han estado las mejores partes de ese territorio bajo el dominio de los romanos, luego de los sarracenos y, ahora, de los turcos!1¡En medio de cuánta maldad, ignorancia, barbarie, esclavitud y miseria vive la mayoría de sus habitantes! Y de los pobres negros, ¡cuántos son vendidos y comprados anualmente como bestias en el mercado y llevados de uno a otro rincón del mundo a hacer el trabajo de bestias! Pero esto de ningún modo excusa la codicia y barbarie de los que se enriquecen con el producto del sudor y la sangre de ellos. Dios no nos ha mandado a esclavizar a los negros y, sin duda, castigará severamente todas estas crueles fechorías. El cumplimiento de esta profecía, que contiene casi la historia del mundo, libera a Noé de la sospecha de haberla pronunciado por enojo personal. Prueba plenamente que el Espíritu Santo usó como ocasión la ofensa de Cam para revelar sus propósitos secretos. —“Bendito sea el Señor Dios de Sem”. La iglesia sería edificada y continuaría en la posteridad de Sem; de él vinieron los judíos, que fueron, por largo tiempo, el único pueblo profesante que tuvo Dios en el mundo. Cristo, que era Jehová Dios, en su naturaleza humana descendería de Sem; pues de él, en lo que a la carne concierne, vino Cristo. Noé también bendice a Jafet y, en él, las islas de los gentiles que fueron pobladas por su simiente. Habla de la conversión de los gentiles y entrada de ellos a la iglesia. Podemos leerlo, “Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem”. Judíos y gentiles serán unidos en el redil del evangelio; ambos serán uno en Cristo. Noé vivió para ver dos mundos; pero siendo heredero de la justicia que es por la fe, ahora reposa en esperanza, para ver un mundo mejor que esos dos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Ilustración: "El ladrillo"

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, con precaución de no toparse con un chico cruzando la calle sin mirar. Al bajar la velocidad; sintió un estruendoso golpe en la puerta, y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto. Trancó los frenos, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto. Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia un auto estacionado; le gritó a toda voz: ¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tu? ¿Qué crees que haces con mi auto? Y enfurecido casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: !Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! ¿Por qué hiciste eso? "Por favor, Señor, por favor. Lo siento mucho! no sé que hacer", suplicó el chiquillo." Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado. "Es mi hermano", le dijo. Se descarriló su sillón de ruedas y se cayó al suelo y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: "Puede usted, por favor; ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mí solito". Soy pequeño. Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó grueso el taco que se le formó en su garganta. Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó en su silla nuevamente sacando su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró; y el chiquillo le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo. El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita. El ejecutivo no reparó la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo; para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención.

martes, 13 de septiembre de 2011

Mensaje en audio: "El corazón"

Génesis 8; Comentario Biblíco de Matthew Henry

Versículos 1—3. Dios se acuerda de Noé y seca las aguas 4—12. El arca descansa sobre el Ararat—Noé manda un cuervo y una paloma. 13—19. Noé sale del arca habiéndole mandado hacerlo. 20—22. Noé ofrece un sacrificio—Dios promete no maldecir más la tierra. Vv. 1—3. Toda la raza de la humanidad, salvo Noé y su familia, estaban ahora muertos, de modo que el acordarse Dios de Noé, fue el retorno de su misericordia a la humanidad, a la cual no había exterminado por completo. Las exigencias de la justicia divina habían sido contestadas por la ruina de los pecadores. Dios envió el viento para secar la tierra y selló sus aguas. La misma mano que trae la desolación debe traer la liberación; por tanto, debemos mirar siempre esa mano. Cuando las aflicciones han hecho la obra para la cual fueron enviadas, sea obra que mata o que cura, serán quitadas. Como la tierra no fue anegada en un día, tampoco se secó en un día. Dios suele liberar gradualmente a su pueblo para que no sea despreciado el día de las cosas pequeñas ni haya desconsuelo por el día de las grandes cosas. Vv. 4—12. El arca descansó sobre una montaña, hacia donde fue dirigida por la sabia y bondadosa providencia de Dios, para que pudiera descansar más pronto. Dios tiene tiempos y lugares de reposo para su pueblo después de haber sido zarandeado; y muchas veces Él hace provisión para que se establezca cómoda y oportunamente, sin estratagemas propias de ellos, y completamente más allá de lo que ellos pudieran prever. —Dios había dicho a Noé cuando vendría el diluvio, aunque no le dio una revelación detallada de los tiempos y pasos por los cuales terminaría. El conocimiento de lo anterior era necesario para la preparación del arca, pero el conocimiento de lo último hubiera servido sólo para satisfacer la curiosidad; el ocultárselo ejercitaría su fe y paciencia. —Noé envió a un cuervo del arca que siguió volando y comiendo de los cadáveres que flotaban. Luego Noé envió una paloma que volvió, la primera vez, sin buena noticia; pero la segunda vez, trajo en su pico una hoja que había arrancado de un olivo, mostrando simplemente que los árboles, los frutales, empezaban a aparecer sobre el agua. La segunda vez Noé envió la paloma a los siete días de la primera, y la tercera vez fue también a los siete días; probablemente en el día de reposo. Habiendo guardado el día de reposo con su pequeña iglesia, él esperaba una bendición especial del cielo y preguntó por ella. La paloma es un emblema de un alma bondadosa que, no hallando paz o satisfacción firmes en este mundo inundado y corrupto, regresa a Cristo como a su arca, como a su Noé, su reposo. El corazón carnal, como el cuervo, se arregla con el mundo y come de la carroña que encuentra ahí; pero, vuelve a mi reposo, oh alma mía, a tu Noé, así dice la palabra, Salmo cxvi, 7. Como Noé sacó su mano, tomó la paloma y la atrajo a él, al interior del arca, así Cristo salvará, ayudará y acogerá a los que huyen a Él en busca de reposo. Vv. 13—19. Dios consulta nuestro beneficio más que nuestros deseos; Él sabe lo que es bueno para nosotros mejor que nosotros mismos, y por cuánto tiempo más es conveniente que continúen nuestras restricciones y sean demoradas las misericordias anheladas. Nosotros saldríamos del arca antes que estuviera seco el suelo; y, quizá, si la puerta está cerrada, estamos dispuestos a tirar la cubierta y trepar de alguna forma; pero el tiempo de Dios para mostrar misericordia es el mejor tiempo. Como Noé recibió la orden de entrar al arca así, por tedioso que haya sido su confinamiento, él iba a esperar de nuevo una orden para salir. Nosotros debemos reconocer a Dios en todos nuestros caminos y ponerlo delante de nosotros en todos nuestros movimientos. Solamente van bajo la protección de Dios, los que siguen las instrucciones de Dios y se someten a Él. Vv. 20—22. Noé ahora iba a salir a un mundo desolado, donde, uno hubiera podido pensar, su primera preocupación debiera ser edificar una casa para él, pero empieza con un altar para Dios. Empieza bien quien empieza con Dios. Aunque el ganado de Noé era poco y salvado con gran cuidado y trabajo, él no se quejó para servir de ello a Dios. Servir a Dios con lo poco que tenemos es la manera de hacerlo crecer; nunca debemos pensar que es desperdicio aquello con que honramos a Dios. La primera cosa hecha en el nuevo mundo fue un acto de adoración. Ahora tenemos que expresar nuestro agradecimiento, no con holocaustos, sino con alabanza, devociones y conversaciones piadosas. Dios se sintió bien agradado con lo que se hizo. La carne quemada no puede agradar más a Dios que la sangre de toros y machos cabríos, salvo como tipo del sacrificio de Cristo y como expresión de la fe y la consagración humilde de Noé a Dios. —El diluvio eliminó la raza de hombres malos, pero no quitó el pecado de la naturaleza del hombre, que siendo concebido y nacido en pecado, piensa, imagina y ama la maldad, aun desde su juventud, y tanto antes como después del diluvio. Pero Dios por gracia declaró que nunca anegaría de nuevo al mundo. Mientras permanezca la tierra, y el hombre en ella, habrá verano e invierno. Es claro que esta tierra no va a permanecer para siempre. En breve debe ser quemada junto con todas las obras de ella; y veremos nuevos cielos y una nueva tierra, cuando todas estas cosas sean deshechas. Pero en la medida que permanecen, la providencia de Dios hará que el curso de los tiempos y de las estaciones prosiga y cada una tenga su lugar. Y basados en esta palabra, confiamos en que así sea. Vemos que se cumplen las promesas de Dios a las criaturas y podemos inferir que de la misma manera serán cumplidas sus promesas a todos los creyentes.

Salmo 28, Tesoros de David: Charles Spurgeon

Decían los antiguos que hay una espina en el pecho del ruiseñor que le hace cantar. Las aflicciones de David dan elocuencia a su santo Salterio. C. H. S. Vers. 1. A Ti clamaré, oh Jehová. Roca mía. Será en vano clamar a las rocas en el día del juicio, pero nuestra Roca escucha nuestros clamores. C. H. S. Es de la mayor importancia que tengamos un objeto definido en que fijar nuestros pensamientos. «Invócame, y te responderé, y te mostraré grandes proezas que tú no sabes.» Uno que le está mirando desde arriba le escucha, se prepara para contestarle. Querido lector, en tiempo de tribulación no desvaríes, que tus pensamientos no vayan de un lado a otro buscando un punto en que fijarse. «A Ti clamaré...» Feliz el hombre que siente y sabe que cuando llega la tribulación no tiene que estar perplejo y confuso por el golpe, por fuerte que sea. PHILIP BENNETT POWER Roca mía. «Cristo en su persona, Cristo en el amor de su corazón y Cristo en el poder de su brazo es la Roca sobre la cual reposamos.» K. ARVINE No te desentiendas de mí. Su silencio llena de temor al ansioso suplicante. ¡Qué caso tan terrible sería si el Señor se quedara para siempre silencioso ante nuestas oraciones! C. H. S. ¿Qué deseamos que nos diga Dios? Queremos que nos haga saber que nos escucha; queremos oírle que nos habla de modo claro a nosotros, tal como sabemos que nosotros le hemos hablado. «Se nos dice» -dijo Rutherford sobre la demora del Salvador en contestar la petición de la mujer sirofenicia- «"que Él no le contestó una palabra"», pero no se nos dice que "Él no oyó una palabra". Cristo escuchaba, aunque con frecuencia no diera respuesta. El que no responda es una respuesta, y nos dice "Sigue orando, sigue y clama, porque el Señor mantiene la puerta cerrada", no para que te quedes fuera, sino para que llames, y llames más, y entonces se te abrirá.» PHEUP BENNETT POWER Para que no sea yo. . . semejante a los que descienden al sepulcro. Con horror secreto oigo que algunos blasfeman los dones inefables de tu gracia, y ridiculizan la fe y el fervor de los fieles, como si fuera imbecilidad mental. Temo que insensiblemente yo mismo me engañe hasta disfrazar mi timidez culpable con el nombre de prudencia. Sé que es imposible agradar a la vez al mundo corrupto y al Dios santo, y, con todo, estoy perdiendo de vista esta verdad. Fortaléceme, oh Señor, contra estos descensos tan perjudiciales para tu gloria, tan fatales para la fidelidad debida a Ti. JEAN MASSILLON Vers. 2. Oye la voz de mis ruegos. Una oración silenciosa puede hablar con voz más alta que los gritos de los sacerdotes que se esforzaban por despertar a Baal con sus gritos. C. H. S. Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo. Extendemos nuestras manos vacías porque somos mendigos; las levantamos porque buscamos provisiones celestiales; las elevamos hacia el propiciatorio de Jesús. C. H. S. Vers. 3. No me arrebates juntamente con los malos. Éstos serán arrastrados al infierno, como leños echados al fuego, como haces en una hoguera. David teme que sea atado en un haz y arrastrado a su perdición. Los cuales hablan paz con sus prójimos, pero la maldad está en su corazón. Palabras blandas, untuosas por el amor fingido. Sería mejor estar encerrado en un pozo con serpientes que obligado a vivir entre mentirosos. C. H. S. El amor fingido es peor que el odio; la amistad falsificada es peor una mentira. THOMAS WATSON Vers. 4. Lector infiel, ¿cuál será tu destino cuando el Señor te juzgue? Nuestros «intentos» son considerados como si fueran «actos»; los juzga tanto la voluntad como el hecho, y castiga o recompensa en consecuencia conforme a sus obras. C. H. S. Es indudable que si la carne nos impulsa a vengarnos, el deseo es malo a la vista de Dios. Él prohíbe las imprecaciones de mal sobre nuestros enemigos como venganza. El santo profeta no se siente inflamado aquí, por su aflicción personal, a invocar la destrucción de sus enemigos, sino que poniendo a un lado el deseo de la carne, enjuicia la cosa en sus propios méritos. Antes que un hombre pueda clamar pidiendo venganza, pues, contra los malvados, primero tiene que desembarazarse de todos los sentimientos impropios en su propia mente, algo que sucedía incluso a los discípulos de Cristo. En resumen, David, estando libre de malas pasiones, ruega aquí, no en favor de su propia causa, sino por ser la causa de Dios. JUAN CALVINO Gran Dios, Tú desde el principio te has venido ocupando solamente de la salvación de los hombres. La misma benevolencia hacia la humanidad requiere tus truenos contra estos corruptores de la sociedad. Sus labores incesantemente alejan a los hombres de Ti, Dios mío, y en justo pago Tú les apartarás de Ti para siempre y tendrán la desoladora consolación de ser ellos mismos así por toda la eternidad. ¡Espantosa necesidad la de odiarte a Ti para siempre! JEAN MASSILLON Dales conforme a sus obras. Medita en la justicia de Dios, que no es sólo su voluntad el castigar el pecado, sino que es también su naturaleza. Dios no puede por menos que aborrecer el pecado, porque es santo; y no puede por menos que castigarlo. Dios no puede renunciar a su propia naturaleza para satisfacer nuestros caprichos. CHRISTOPHER FOWLER David ora contra sus enemigos, siendo guiado por el Espíritu infalible de la profecía, viendo a estos hombres como los enemigos de Cristo, y de su pueblo, en todas las edades. DAVID DICKSON Dales su merecido... Él los destruirá. Por tanto, si los verbos en todos estos pasajes fueran traducidos en futuro, se vería claramente que son, precisamente, profecías de los juicios divinos que ya han sido ejecutados contra los judíos. GEORGE HORNE Vers. 6. Bendito sea Jehová. Nuestro Salmo ha sido una oración hasta este punto, y ahora se transforma en alabanza. Los que oran bien, pronto van a alabar bien: la oración y la alabanza son los dos labios del alma; dos altares; dos de los lirios de Salomón. C. H. S. Vers. 7. Jehová es mi fortaleza y mi escudo. Si se le añade fortaleza, en caso de que la carga se duplique, la fortaleza se triplica, y la carga no será más pesada, sino más liviana. Si no podemos llevar la carga con nuestra propia fuerza, ¿por qué no hemos de poderla llevar con la fuerza de Jesucristo? ¿Podemos tener la fortaleza de Jesucristo? Sí, esta misma fortaleza nos es entregada por la fe y, por tanto, la fortaleza de Cristo es nuestra, que ha pasado a nosotros. ISAAC AMBROSE Por lo que exulta de gozo mi corazón,, y con mi cántico le alabaré. Alabemos al Señor y regocijémonos en El. Es bueno que seamos más como la alondra y menos como el cuervo. Cuando Dios nos bendice, nosotros deberíamos alabarle con todo nuestro corazón. C. H. S. Vers. 8. Jehová es la fortaleza de su pueblo. No la mía solamente, sino la fortaleza de cada creyente. Porque estamos seguros que hay bastante para todos y para cada uno. MATTHEW HENRY

Paz en la tormenta

Una mujer atrapada en una espantosa tormenta, en medio del Océano Atlántico, tuvo a todos los niños pequeños entretenidos con historias de la Biblia, evitando así que tuviesen miedo. Al llegar a la seguridad del puerto, el capitán de la nave se aproximó a la mujer, a la cual había estado observando en medio del temporal. Le preguntó: "¿Cómo fue capaz de mantener la calma cuando todos a su alrededor temían que el barco se hundiera en la tormenta?" Cuando ella alzó los ojos, él vio en ellos la misma paz que había mantenido durante toda la travesía. "Yo tengo dos hijas", explicó la mujer cristiana. "Una vive en Nueva York. La otra vive en el cielo. Yo sabía que iba a ver a una de ellas al cabo de algunas horas."

domingo, 11 de septiembre de 2011

Génesis 7 : Comentario Bíblico de Matthew Henry

Versículos 1—12. Noé, su familia y las criaturas vivas entran al arca y empieza el diluvio. 13—16. Noé se encierra en el arca. 17—20. El desarrollo del diluvio por cuarenta días. 21—24. Toda carne destruida por el diluvio. Vv. 1—12. El llamado a Noé es muy bondadoso, como el de un padre tierno a sus hijos para que entren a la casa cuando ve que se acerca la noche o una tormenta. Noé no entró al arca hasta que Dios se lo ordenó, aunque sabía que iba a ser su lugar de refugio. Es muy consolador ver que Dios va delante de nosotros en cada paso que damos. Noé pasó mucho trabajo para construir el arca y, ahora, él mismo iba a conservarse vivo en ella. Lo que hacemos en obediencia al mandamiento de Dios, y con fe, ciertamente nos traerá consuelo, tarde o temprano. El llamado a Noé nos recuerda el llamado que da el evangelio a los pobres pecadores. Cristo es un arca y en él solo podemos estar a salvo cuando llegan la muerte y el juicio. La palabra dice “Ven”; los ministros dicen “Ven”; el Espíritu dice “Ven, entra en el Arca”. —Noé fue tenido por justo no por su justicia propia sino como heredero de la justicia que es por la fe, Hebreos xi. 7. Él creyó la revelación de un Salvador, y buscó y esperó la salvación solo a través de Él. Así fue justificado por la fe y recibió ese Espíritu cuyo fruto es en toda bondad; pero si algún hombre no tiene el Espíritu de Cristo, no es de los suyos. —Después de ciento veinte años, Dios dio un espacio de siete días más para el arrepentimiento. Pero estos siete días fueron malgastados, como todo el resto. Será tan sólo siete días. Tenían sólo una semana más, un día de reposo más para mejorar y considerar las cosas que corresponden a su paz. Pero es común que quienes han sido descuidados con sus almas durante los años de su salud, sean igualmente negligentes durante los días, esos pocos días de su enfermedad, en que avizoran la muerte a la distancia, en que ven acercarse a la muerte, estando endurecidos sus corazones por el engaño del pecado. Como Noé preparó el arca por fe en la advertencia dada de que vendría el diluvio, así entró en ella, por fe en la advertencia de que vendría muy prnto. Y el día en que Noé estuvo seguro, dentro del arca, se rompieron las fuentes del gran abismo. La tierra tenía en sí esas aguas que, a la orden de Dios, brotaron y la inundaron; así, nuestros cuerpos tienen en sí mismos esos humores que, cuando a Dios le place, se vuelven semilla y fuente de enfermedades mortales. —Las ventanas del cielo fueron abiertas y las aguas que estaban por arriba del firmamento, esto es, en la atmósfera, fueron derramadas sobre la tierra. La lluvia cae en gotas; pero entonces cayeron lluvias tan grandes como nunca se había sabido antes ni después. Llovió sin parar ni escampar por cuarenta días con sus cuarenta noches, sobre toda la tierra de una sola vez. Así como hubo un ejercicio especial de la omnipotencia de Dios al causar el diluvio, sería vano y presuntuoso tratar de explicar por medio de la sabiduría humana el método que usó. Vv. 13—16. Las criaturas voraces fueron hechas mansas y manejables; sin embargo, cuando la circunstancia hubo terminado, fueron las mismas que antes, pues el arca no modificó su naturaleza. Los hipócritas de la iglesia que se conforman exteriormente a las leyes de esa arca, siguen sin cambiar, y, en uno u otro momento, mostrarán de qué clase son. Dios siguió cuidando a Noé. Dios cerró la puerta para asegurarlo y mantenerlo a salvo en el arca; también dejó afuera para siempre a todos los demás. En qué forma fue hecho esto, es algo que no ha placido a Dios dar a conocer. —Hay mucho que ver de nuestros deberes y privilegios en el evangelio en la seguridad de Noé en el arca. El apóstol lo hace tipo del bautismo cristiano, 1 Pedro iii, 20, 21. Obsérvese, entonces, que es nuestro gran deber, en obediencia al llamado del evangelio, mediante una fe viva en Cristo, ir por el camino de salvación que Dios ha provisto para los pobres pecadores. Los que entran en el arca deben traer a cuantos puedan con ellos, mediante buenas instrucciones, convenciéndolos y a través de un buen ejemplo. Hay suficiente espacio en Cristo para todos los que acudan. Dios puso a Adán en el paraíso pero no le cerró la puerta; luego, él mismo se expulsó; pero cuando Dios pone a Noé en el arca, y cuando lleva un alma a Cristo, la salvación es segura: no es seguridad nuestra, sino la mano del Mediador. Pero la puerta de la misericordia pronto quedará cerrada para aquellos que ahora la toman a la ligera. Llame ahora, y se le abrirá, Lucas xiii, 25. Vv. 17—20. El diluvio fue creciendo durante cuarenta días. Las aguas subieron tan alto que las cumbres de los montes más elevados quedaron tapados por más de veinte pies [poco más de 6 metros). En la tierra no hay un lugar tan elevado que ponga a los hombres fuera del alcance de los juicios de Dios. La mano de Dios alcanzará a todos sus enemigos, Salmo xxi, 8. Cuando creció el diluvio, el arca de Noé fue levantada y las aguas, que rompían todo lo demás, sostuvieron el arca. Eso que para los incrédulos es señal de muerte para muerte, para los fieles es señal de vida para vida. Vv 21—24. Murieron todos los hombres, mujeres y niños que había en el mundo, excepto los que estaban en el arca. Podemos imaginar fácilmente el terror que los embargó. Nuestro Salvador nos dice que hasta el mismo día en que llegó el diluvio, ellos estaban comiendo y bebiendo, Lucas xvii, 26, 27; estaban sordos y ciegos a todas las advertencias divinas. La muerte los sorprendió en esta postura. Ellos se convencieron de su necedad cuando ya era demasiado tarde. Podemos suponer que intentaron todos los medios posibles para salvarse, pero todo fue en vano. Los que no se encuentran en Cristo, el Arca, ciertamente serán destruidos, destruidos para siempre. —¡Hagamos una pausa y consideremos este tremendo juicio! ¿Qué puede prevalecer delante del Señor cuando él está airado? El pecado de los pecadores será su ruina, temprano o tarde, si no se arrepienten. El Dios justo sabe llevar la ruina al mundo de los impíos, 2 Pedro iii, 5. ¡Qué terrible será el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos! Felices los que son parte de la familia de Cristo y que como tales están a salvo con Él; ellos pueden esperar sin desmayo y regocijarse de que triunfarán cuando el fuego queme la tierra y todo lo que en ella hay. Podemos suponer algunas distinciones favorables en nuestro propio caso o carácter, pero, si descuidamos, rechazamos o abusamos de la salvación de Cristo, pese a las imaginadas ventajas, seremos destruidos en la ruina común de un mundo incrédulo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Ejemplo de un niño

Un pequeño de unos cuatro años de edad fue afectado repentinamente por la poliomielitis (parálisis infantil). Hasta entonces su vida había estado llena de felicidad… Solía lanzar gritos de gozo, saltar, jugar, y su pequeño corazón desbordaba de alegría. De repente, la enfermedad cayó y afectó a toda la familia. Ahora el pequeño yace paralizado en su cama, a veces con dolores muy fuertes. Cierta mañana, cuando su madre entró en la habitación, él exclamó, radiante: –¡Oh, qué bien que hayas venido, mamá! Justamente estaba calculando cuántas veces debemos dar las gracias al amado Salvador, pero mis dedos no alcanzan para contar todo lo que le debemos, también necesito los tuyos. La madre miró amorosamente a su hijo. ¡Verdaderamente este niño era un don de Dios! Con su fuerte y alegre fe infantil, podía regocijarse por la bondad de Dios en la situación difícil en la que se encontraba. Ella se acercó a la cama y el pequeño empezó a contar: 1. Piensa, mamá, que dormí bien. 2. No tuve dolores. 3. Hoy es un lindo día. 4. El sol llega hasta mi cama. 5. Puedo mover mi brazo un poco más. 6. Puedo volver a agarrar a mi osito. Así siguió hasta terminar de contar con sus deditos. Con ojos brillantes juntó sus manos y dio las gracias a Dios en una sencilla oración. ¡Cuánto más feliz y tranquilo sería nuestro corazón si nos ocupáramos en agradecer a Dios por las innumerables bondades con las que nos colma! Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. Hebreos 13:5-6

martes, 6 de septiembre de 2011

Tesoros de David: Salmos 27, Charles Spungeon

Este Salmo puede ser leído provechosamente en un triple plano: como lenguaje de David como refiriéndose a la iglesia y como referente al Señor Jesús. La plenitud de la Escritura aparecerá maravillosa de esta manera. C. H. S Vers. 1. Jehová es mi luz y mi salvación. Allí donde no hay bastante luz para ver nuestra propia oscuridad y sentir anhelo del Señor Jesús, no hay evidencia de salvación. La salvación nos halla en la oscuridad, pero no nos deja allí. No se dice meramente que el, Señor da luz, sino que El «es» luz; no que da salvación, sino que El «es» salvación. C. H. S. Alice Driver, mártir, al ser examinada hizo callar a los doctores que la interrogaban, de modo que no pudiendo decir una sola palabra, se miraron el uno al otro; entonces ella dijo: «¿No tenéis nada más que decir? Dios reciba todo honor, que no podéis resistir al Espíritu de Dios en mí, una pobre mujer. Soy la hija de un hombre pobre pero honrado, nunca he ido a la universidad como vosotros; he guiado el arado ayudando a mi padre muchas veces, por lo que estoy agradecida a Dios; sin embargo, en defensa de la verdad de Dios y la causa de mi Señor, Cristo, por su gracia os desafío a todos en el mantenimiento y defensa de ella; y si mil vidas tuviera, mil vidas ofrecería por amor de la misma.» Por lo que el canciller la condenó, y fue devuelta gozosa a la cárcel. Chas. Bradbury Hay una gran diferencia entre la luz y el ojo que la ve. Un ciego puede saber mucho acerca del brillo del sol, pero éste no brilla para él, no le da luz. De igual modo, el saber que «Dios es luz» es una cosa (1ª Juan 1:5), y el poder decir: «El Señor es mi luz» es algo distinto. Cuando El es en esta forma «nuestra luz», entonces es también «nuestra salvación». El nos ha prometido que nos guiaría rectamente; no sólo para mostramos el pecado, sino para libramos de él; no sólo para hacernos ver el aborrecimiento que tiene Dios al pecado y su maldición del mismo, sino también para atraernos al amor de Dios y quitar la maldición. De Meditaciones sacramentales «Sol agradable» -gritó san Bemard-, «no puedo andar sin Ti; ilumina mis pasos y provee a este entendimiento ignorante y reseco pensamientos dignos de Ti. Adorable plenitud de luz y calor, sé el mediodía de mi alma; extermina sus tinieblas, dispersa sus nubes, quema, seca y consume toda su suciedad e impurezas. ¡Sol divino, levántate en mi alma y no te pongas nunca!» Jean Avrillon ¿De quién temeré? Una pregunta que lleva consigo la respuesta. A los poderes de las tinieblas no hay que temerlos, porque el Señor, nuestra Luz, los destruye; y a la condenación del infierno no tenemos por qué temerla, puesto que el Señor es nuestra salvación. C. H. S. No comprendo una profesión de cristiano tímida y vacilante. Estos predicadores y profesos son como una rata jugando al juego del escondite tras un friso de madera en la pared: asoman la cabeza por un agujero para ver si hay peligro a la vista, y se atreven a salir si no hay nadie cerca, pero vuelven a esconderse al instante si aparece algún peligro. No podemos ser sinceros para Cristo a menos que seamos atrevidos. El vale más que todo lo que podemos perder por El, o no vale nada. H. G. Salter Vers. 2. Cuando los malignos. Es una señal de esperanza cuando los malignos nos aborrecen; si nuestros enemigos fueran personas piadosas, sería algo lamentable, pero tratándose de los malignos, su aborrecimiento es mejor que su amor. C. H. S. No hay bocado más delicado para un estómago malicioso que la carne de un enemigo; se lo traga sin mascarlo, como hacen los glotones. Sir Richard Baker Todos los grandes peces se comen a los pequeños, y los hombres prepotentes no tienen más peso en la conciencia por comerse a Otros que por comer una rebanada de pan. R. Sjbbes Los buitres sienten antipatía hacia los olores placenteros; así también, en los malvados hay una antipatía contra el pueblo de Dios; odian el suave perfume de sus gracias. Thomas Watson Hay mucha sabiduría en la plegaria de John Wesley: «Señor, si he de tener pugnas, que no sea con tu pueblo.» Cuando tenemos como enemigos a los que aborrecen a los buenos, hallamos por lo menos esta consolación: que Dios no está a su lado, y por tanto son esencialmente débiles. Wm. Plumer Vers. 3. Aunque un ejército acampe contra mi, no temerá mi corazón. El ejército acampado inspira mayor terror que el mismo ene-migo en plena batalla. Young nos dice que «algunos sienten mil muertes al temer una». C. H. S. Felizmente para mí, no podéis anularme delante de Dios, y su estimación sola me compensa, y me recompensa, por vuestro desprecio. Jean Avrillon Allí donde no hay confianza en Dios, no habrá permanencia de contacto con Dios. Cuando el viento de la fe deja de hinchar las velas, el barco de la obediencia deja de surcar los mares. Wm. Secker Vers. 4. Una sola cosa. El hombre de un libro es eminente; el hombre que tiene sólo un ideal triunfa. Que todos nuestros afectos se reúnan en el haz de un afecto, y que éste se centre en las cosas celestiales. C. H. S. Entiendo, de modo general, que David se refiere a la comunión del hombre con Dios, y que si un cristiano la tiene, no desea nada mas. John Stoughton He pedido. Lo que no podemos conseguir al instante, está bien que lo deseemos. Dios nos juzga, en gran parte, por los deseos de nuestro corazón. El que cabalga un caballo cojo, no es culpado por su amo por su lentitud, si él va tan deprisa como puede; Dios acepta la voluntad por los actos con respecto a sus hijos. C. H. S. Del Señor. Este es el objetivo apropiado para nuestros deseos; este es el pozo en que hundir nuestros cubos; ésta es la puerta a la que hay que llamar, el banco al que girar; centra tu deseo en los hombres y yaces en el polvo como Lázaro; pon tu deseo en el Señor y eres llevado por los ángeles al seno de Abraham. Bajo las penosas circunstancias de David podríamos haber esperado que deseara reposo, seguridad y mil otras cosas buenas, pero no, ha puesto su corazón en la perla y deja lo demás. C. H. S. Y la vengo buscando. Los santos deseos deben llevar a una acción resuelta. C. H. S. Para contemplar la hermosura de Jehová. No hemos de entrar en las asambleas de los santos para ver y ser vistos, o meramente para escuchar al ministro. ¡Mejor contemplar por fe! ¡Qué vista será cuando cada creyente, fiel seguidor de Jesús, contemplará «al Rey en su hermosura»! ¡Oh, qué visión infinitamente bienaventurada! C. H. S. Decidme si hay, si puede haber, alguna petición mayor. Este «una cosa» que David desea es, en efecto, el unum necessarium de que habla Cristo en el evangelio; lo que María escogió, lo mismo que David, aquí. Sir Richard Baker Otra cosa que podemos llamar un elemento de la hermosura en Dios es la combinación de sus varios atributos en un todo armonioso. Los colores del arco iris son hermosos tomados aislados; pero hay una hermosura en el arco iris que no depende de ninguno de los colores aislados. La santidad es hermosa; la misericordia es hermosa; la verdad es hermosa. Andrew Gray Vers. 5. Porque Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal. El me dará el mejor refugio en el peor peligro. En el secreto de su tabernáculo El me esconderá. Nadie en la antigüedad osaba entrar en el lugar santísimo, bajo pena de muerte; y si el Señor ha escondido a su pueblo allí, ¿qué enemigo se atreverá a molestarles? C. H. S. Vers. 7. Oye, oh Jehová, mi voz con que a Ti clamo. La voz que en el último versículo estaba afinada a la música, aquí se ha transformado en llanto. A los fariseos no les importaba que el Señor les oyera con tal que les oyeran los hombres. C. H. S. Vers. 8. Cuando Tú dices: Buscad mi rostro, mi corazón responde: Tu rostro buscaré, oh Jehová. ¡Oh si pudiéramos estar aún mejor dispuestos a esta santidad! Es decir, que Dios nos hiciera más maleables a la mano divina, y más sensibles al toque del Espíritu de Dios. C. H. S. Dios quiere que le conozcamos. Él está dispuesto a abrirse y dejar-se ver. No se deleita en esconderse. Dios no nos mantiene a distancia como algunos emperadores, que creen que la presencia disminuye el respeto. Dios no es esta clase de Dios, sino que puede ser buscado. En el hombre, cuando descubrimos alguna debilidad, podemos pronto hurgar y hallar los límites de su excelencia; pero con Dios es totalmente al revés. Cuanto más le conocemos, más hallamos en El para admirar. Buscad mi rostro. El desea revelarse a nosotros. R. Sibbes Cuando Tú dices. Aquí tenemos una oración; esto es, Él derrama sobre un hombre un espíritu de gracia y de suplicación, una disposición a orar. Pone motivos, sugiere argumentos y ruegos hacia Dios. Thomas Goodwin Podemos decir esto: Dios no nos estimula y corrobora para que le busquemos sino cuando Él intenta que le hallemos. «Tú has oído el deseo del humilde; Tú prepararás su corazón; Tú harás que tu oído escuche» (Salmo 10:17). «Y me buscaréis y me hallaréis, cuando me busquéis de todo corazón» (Jeremías 29:13). Thomas Cobbet Mi corazón responde. El corazón está entre Dios y nuestra obediencia, como si fuera un embajador. Comprende lo que Dios quiere que se haga, y luego pone una orden sobre todo el hombre. El corazón y la conciencia del hombre son en parte divinos y en parte humanos. Richard Sibbes No rechaces con ira a tu siervo. Dios aparta a muchos con ira a causa de su supuesta bondad. Pero no a ninguno por su maldad confesada. John Trapp Tu siervo. Es algo bendito y feliz ser un verdadero siervo de Dios. Considera lo que dijo la reina de Sebá de los siervos de Salomón: «Felices son tus siervos» (1º Reyes 10:8). Thomas Pierson Vers. 10. Aunque mi padre y mi madre me abandonasen. Éstas son relaciones queridas y son las últimas en abandonamos, pero si la leche de la bondad humana se seca incluso en los pechos, hay un Padre que no olvida nunca. C. H. S. Con todo, Jehová me recogerá. Se trata de su amor, su sabiduría, su poder, su eternidad, y todo en su naturaleza. Y a éstos añade su promesa, con lo que tenemos la plenitud de toda la seguridad que uno puede desear. Robert Sanderson Vers. 11. Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos. Si un hombre viaja por la carretera real y le roban en pleno día, puede recibir satisfacción del condado en el cual tuvo lugar el robo; pero si emprende el viaje por la noche, no hay protección durante este tiempo, hace el camino bajo su riesgo y ha de aceptar el resultado. Del mismo modo, si un hombre guarda los caminos de Dios, puede estar seguro de la protección de Dios; pero si se ha descarriado, él mismo se expone al peligro. Robert Skinner A causa de mis enemigos. Es maravilloso observar en qué forma la simple sinceridad desconcierta y supera la astucia de la maldad. La verdad es sabiduría. El mejor modo de proceder es la sinceridad. C. H. S. Los creyentes condenan con sus vidas a quienes condenan con sus labios. Cristiano, si tú vives en la tienda abierta del libertinaje, el inicuo no retrocederá unos pasos, como por vergüenza hicieron Sem y Jafet, para cubrirte, sino que seguirá adelante para publicarlo, como hizo Cam. Así, hacen uso de tu debilidad como excusa para su maldad. Los hombres son implacables en sus censuras de los cristianos; no tienen simpatía y comprensión respecto a su debilidad. En tanto que un santo es una paloma a los ojos de Dios, es sólo un cuervo para la estimación de los pecadores. Wm. Secker Resiste, tus enemigos huirán. Tiembla el infierno cuando le mira el cielo; Procura defenderte más bien que atacar la confianza propia falla en el conflicto. Cuando te desafían, has de arrostrar peligros; El valor verdadero no es fuego de virutas, Sino un horno encendido permanente; Siempre es humilde, no confía en sí mismo, Y no se lanza de por sí al peligro. Sé fiel a Dios, encomiéndate a El, y encontraras Que Dios lucha por ti si a El te resignas. ¡Ama a Jesús!, el temor no resiste al amor. ¡Ama a Jesús!, y serás vencedor. -Thomas Secken Vers. 12. Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. La calumnia es un arma antigua del armamento del infierno, y se hace de ella abundante uso todavía; y no importa lo santo que pueda ser un hombre, siempre habrá quienes estén dispuestos a difamarle. Su mismo aliento es odiar al que es bueno. C. H. S. Vers. 13. Hubiera yo desmayado. Puedes, si quieres, dudar de que todas las aguas del océano llenen una cuchara, antes que dudar de que la plenitud divina no baste para ti si no te queda nada en este mundo. Una gota de la dulzura divina es bastante para hacer que en la misma agonía de la muerte más cruel grites con gozo: «La amargura de la muerte ha pasado.» La bondad de Dios le dispone a hacerlo. Su bondad pone en marcha un gran poder para que obre en favor de los santos que sufren. David Clarkson Vers. 14. Espera en Jehová. Espera a su puerta en oración; espera a sus pies con humildad; espera a su mesa con servicio; espera a su ventana con expectación. C. H. S. Resiste, tus enemigos huirán. Tiembla el infierno cuando le mira el cielo; Procura defender más bien que atacar. La confianza propia falla en el conflicto. Cuando te desafían, has de arrostrar peligros; El valor verdadero no es fuego de virutas. Si no un horno encendido permanente; Siempre es humilde, no confía en sí mismo. Y no se lanza de por sí al peligro. Se fiel a Dios, encomiéndate a El y encontrarás Que Dios lucha por ti si a El te resignas. ¡Ama a Jesús!, el temor no resiste al amor. ¡Ama a Jesús!, y serás vencedor. .Thomas Ken.

Génesis 6; Comentario Bíblico de Matthew henry

CAPÍTULO VI Versículos 1—7. La maldad del mundo que provocó la ira de Dios. 8—11. Noé halla gracia. 12—21. Anuncio del diluvio a Noé—Instrucciones sobre el arca. 22. Fe y obediencia de Noé. Vv. 17. La cosa más notable acerca del mundo antiguo es su destrucción por el diluvio. Se nos cuenta la abundante iniquidad de ese mundo malo: la justa ira de Dios y su santa resolución de castigarlo. En todas las épocas ha habido una maldición específica de Dios para el matrimonio entre un profesante de la verdadera religión y sus enemigos declarados. El mal ejemplo del cónyuge impío corrompe o hiere mucho al otro. Se acaba la religión de la familia y los niños son educados conforme a las máximas mundanas del progenitor que no tiene temor de Dios. Si profesamos ser hijos e hijas del Señor Todopoderoso, no debemos casarnos sin su consentimiento. Él no nos dará su bendición, si preferimos la belleza, la inteligencia, la riqueza o los honores mundanales a la fe y la santidad. —El Espíritu de Dios contendió con los hombres enviando a Enoc, Noé y quizá a otros, para que les predicaran; esperaba mostrar su gracia a pesar de sus rebeliones despertando temor y convicción en sus conciencias. Pero el Señor declaró que su Espíritu no siempre contendería así con los hombres; Él los dejaría endurecerse en el pecado y madurar para la destrucción. Esto lo determinó Él porque el hombre era carne: no sólo frágil y débil, sino carnal y depravado, habiendo usado mal los poderes nobles de su alma para satisfacer sus inclinaciones corruptas. —Dios ve toda la maldad que hay entre los hijos de los hombres; no la pueden ocultar de Él ahora; y si no se arrepienten de ella, será dada a conocer por Él dentro de poco. Indudablemente la maldad de un pueblo es grande, cuando los pecadores notorios son hombres célebres entre ellos. Muchísimo pecado se cometía en todas partes por toda clase de personas. Cualquiera podía ver que la maldad del hombre era grande: pero Dios vio que toda imaginación o propósito de los pensamientos del corazón del hombre era de continuo solamente el mal. Esto era la raíz amarga, la fuente corrupta. El corazón era engañoso y perverso; los principios eran corruptos; los hábitos y las disposiciones, malas. Sus intenciones y planes eran malvados. Ellos hacían el mal deliberadamente, y se las ingeniaban para hacer perversidades. No había bien entre ellos. Dios vio la maldad del hombre como quien es herido y maltratado por ella. La vio como un padre tierno ve la necedad y porfía de un hijo rebelde y desobediente, cosa que le aflige y le hace desear no haber tenido hijos. Las palabras usadas aquí son muy notables; las usa según el entendimiento de los hombres y no significan que Dios pueda cambiar o sentirse infeliz. ¿Dios odia así nuestro pecado? Y nosotros, ¿no debiéramos afligirnos de corazón por eso? ¡Oh, que podamos mirar a Aquel a quien hemos afligido, y lamentar! —Dios se arrepintió de haber hecho al hombre; pero nunca lo encontramos arrepentido de haber redimido al hombre. Dios resuelve destruir al hombre: la palabra original es muy impactante, “raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres” como se barre el polvo o la suciedad de un lugar que debe estar limpio y se arroja al montón de basura, el lugar apropiado para ello. Dios habla del hombre como de su propia criatura, cuando resuelve su castigo. Pierden su vida los que no responden al propósito de sus vidas. Dios tomó esta decisión sobre los hombres después que su Espíritu había contendido por mucho tiempo con ellos pero en vano. Nadie es castigado por la justicia de Dios sino aquellos que detestan ser reformados por la gracia de Dios. Vv. 8—11. Noé no halló favor ante los ojos de los hombres; ellos lo odiaron y persiguieron porque por su vida y predicación él condenaba al mundo: pero halló gracia ante los ojos del Señor y eso lo hizo más verdaderamente honorable que los hombres de renombre. Que este sea nuestro deseo principal, esforcémonos para que podamos ser aceptados por Él. Cuando el resto del mundo era malo Noé mantuvo su integridad. La buena voluntad de Dios para con Noé produjo esta buena obra en él. Él era justo, esto es, un hombre justificado ante Dios por fe en la Simiente prometida. Como tal fue hecho santo y tuvo principios justos. Y fue justo en su conducta. No sólo fue honesto sino devoto; su afán constante era hacer la voluntad de Dios. Dios mira con favor a quienes miran sinceramente a Él con los ojos de la fe. Fácil es ser religioso cuando la religión está de moda; pero muestra fe y resolución firmes nadar contra la corriente y estar por Dios cuando nadie más está por Él; Noé lo hizo así. —Toda clase de pecados se hallaban entre los hombres. Ellos corrompieron la adoración de Dios. El pecado llena la tierra con violencia y esto justificaba plenamente la decisión de Dios de destruir el mundo. El contagio se disemina. Cuando la maldad se vuelve general, la ruina no está lejos; mientras en una nación haya un remanente de gente que ora, vaciando así la medida antes que se llene, los juicios pueden ser aplazados; pero cuando todas las manos están ocupadas en echar abajo las cercas, por el pecado, y nadie se pone en la brecha para repararla, ¿qué puede esperarse sino un diluvio de ira? Vv. 12—21. Dios contó a Noé su propósito de destruir el mundo malo con agua. La comunión íntima del Señor es con los que le temen, Salmo xxv, 14. Está con los creyentes capacitándolos para entender y aplicar las declaraciones y advertencias de la palabra escrita. Dios optó por hacerlo con inundación de las aguas que anegarían el mundo. Al elegir la vara con que corrige a sus hijos, Él escoge la espada con que corta a sus enemigos. —Dios estableció su pacto con Noé. Este es el primer lugar de la Biblia en que se halla la palabra “pacto”; parece significar, —1. El acuerdo de providencia; que el curso de la naturaleza continuará hasta el fin del tiempo. —2. El pacto de gracia en que Dios será el Dios de Noé, y que de su simiente Dios tomaría un pueblo para sí. —Dios dio órdenes a Noé para que hiciera un arca. Esta arca era como el casco de un navío, adecuado para flotar sobre las aguas. Era muy grande, la mitad del tamaño de la catedral de San Pablo [Londres, Inglaterra]. Y podría contener más de dieciocho de las naves más grandes usadas en nuestro tiempo. Dios hubiera podido salvar a Noé sin ponerlo a pasar trabajos, dolores ni problemas, pero lo empleó para construir lo que iba a ser el medio de preservarlo, para prueba de su fe y obediencia. La providencia y la gracia de Dios poseen y coronan al obediente y diligente. Dios dio a Noé órdenes específicas sobre cómo hacer el arca, que, por tanto, no podían sino ser perfectas para su propósito. —Dios prometió a Noé que él y su familia serían mantenidos vivos en el arca. Probablemente nosotros y nuestras familias tengamos el beneficio de lo que hacemos por obediencia a Dios. La piedad de los padres da bien a sus hijos en esta vida y los encamina más por la senda a la vida eterna, si ellos mejoran. V. 22. La fe de Noé triunfó sobre todos los razonamientos corruptos. Armar un edificio tan grande, como nunca antes había visto, y proporcionar comida para las criaturas vivas, iba a requerir de él mucha dedicación, trabajo y gastos. Sus vecinos se iban a reír de él. Pero todas esas objeciones superó Noé por la fe; su obediencia era pronta y resuelta. Habiendo empezado a construir, no lo dejó hasta que hubo terminado: así hizo él y así debemos hacerlo nosotros. —Tuvo temor del diluvio y, por tanto, preparó el arca. En la advertencia dada a Noé hay una advertencia aún más solemne dada a nosotros: huir de la ira venidera que raerá el mundo de los incrédulos arrojándolos al abismo de la destrucción. Cristo, el verdadero Noé, que nos consolará personalmente, ya preparó el arca por sus sufrimientos y bondadosamente nos invita a entrar por fe. Mientras dure el día de su paciencia, oigamos y obedezcamos su voz.