domingo, 17 de junio de 2012

Génesis 24; Comentario Biblico de Matthew Henry

Versículos 1—9. Preocupación de Abraham por el matrimonio de Isaac. 
10—28. Viaje del siervo de Abraham a Mesopotamia—Su encuentro con Rebeca. 29—53. Rebeca y sus familiares consienten al matrimonio de ella. 
54—67. El feliz encuentro y matrimonio de Isaac y Rebeca.

Vv. 1—9. El efecto del buen ejemplo, la buena enseñanza y la adoración de Dios en una familia, generalmente se ve en la piedad, la fidelidad, la prudencia y el afecto de los siervos. Vivir en esas familias o tener tales siervos son, ambas cosas, bendiciones de Dios que deben ser altamente valoradas y reconocidas con gratitud. Sin embargo, no hay en la vida preocupación de mayor importancia para nosotros, el prójimo o la iglesia de Dios que el matrimonio. Por tanto, siempre debe emprenderse con mucho cuidado y prudencia especialmente en referencia a la voluntad de Dios, y con oración por su dirección y bendición. Donde no se consulta ni se considera a los buenos padres, no puede esperarse bendiciones de Dios. Al disponer de sus hijos, los padres deben consultar cuidadosamente el bienestar de sus almas, y su progreso en el camino al cielo. —Obsérvese el cometido que Abraham dio a un buen siervo, uno cuya conducta, fidelidad y afecto, para con él y su familia, conocía desde hacía mucho tiempo. Obsérvese también que Abraham recuerda que Dios lo sacó prodigiosamente de la tierra de su nacimiento, por un llamado de su gracia, y, por tanto, no duda que Él prospere su preocupación de no llevar a su hijo de regreso allá. Dios hará que eso termine en consuelo para nosotros cuando sinceramente tenemos la mira puesta en su gloria.

Vv. 10—28. El siervo de Abraham reconocía devotamente a Dios. Nosotros estamos autorizados para encargar en detalle nuestros asuntos al cuidado de la divina providencia. Propone una señal, no porque tratara de no seguir más adelante si no era prosperado en ello; más bién es una oración para que Dios provea una buena esposa para su joven amo; y esa fue una buena oración. Ella debía ser sencilla, trabajadora, humilde, alegre, servicial y hospedadora. No importa cuál sea la moda, el sentido común y la piedad nos indican que estas son las cualidades apropiadas para una esposa y madre, pues es quien será compañera de su marido, administradora de las cosas domésticas y encargada de la formación de la mente de sus hijos. Cuando el mayordomo fue a buscar una esposa para su amo, no fue a lugares de diversión y placer pecaminoso orando para encontrar a una allí, sino que fue al pozo de agua, esperando encontrar allí a una que estuviera ocupada. Oró que agradara a Dios hacer claro y llano su camino ante él en este asunto. Nuestros tiempos están en las manos de Dios; no sólo los sucesos mismos sino sus tiempos. Debemos cuidarnos de no ser audaces en exceso insistiendo en lo que Dios debe hacer, no sea que los hechos debiliten nuestra fe en lugar de fortalecerla. Pero Dios lo escuchó y le allanó el camino. En todos los aspectos Rebeca respondía a las características que él buscaba en la mujer que iba a ser la esposa de su amo. Cuando llegó al pozo, ella se agachó, llenó su jarro y se enderezó para irse a casa. No se detuvo a mirar al forastero y sus camellos sino que se ocupó de sus asuntos y no hubiera sido apartada de ellos sino por una oportunidad de hacer el bien. No se puso a conversar con él por curiosidad o confiada, sino que le respondió con modestia. Satisfecho de que el Señor había oído su oración, regaló a la doncella unos adornos de los que se usan en los países orientales; al mismo tiempo que le preguntaba sobre su familia. Al saber que era pariente de su amo, inclinó la cabeza y adoró, bendiciendo a Dios. Sus palabras fueron dirigidas al Señor pero dichas al alcance del oído de Rebeca, que pudo darse cuenta quién era él y de dónde venía.

Vv. 29—53. La concertación del matrimonio de Isaac y Rebeca se narra con mucho detalle. Tenemos que notar la providencia de Dios en los hechos corrientes de la vida humana y, en ellos, ejercer prudencia y otras gracias. —Labán fue a pedirle al siervo de Abraham que entrara pero no antes de ver el aro y el brazalete en manos de su hermana. Conocemos el carácter de Labán por su conducta posterior y podemos pensar que él no hubiera estado tan libre para hospedarlo si no hubiera esperado ser bien recompensado. —El siervo estaba dedicado a su tarea. Aunque terminaba un viaje y había llegado a la casa que buscaba, no comería sino hasta cumplir su diligencia. Hacer nuestro trabajo y cumplir nuestros cometidos, sean para Dios o el hombre, debe ser preferido por nosotros antes que la comida; era la comida y bebida de nuestro Salvador, Juan iv, 34. Les cuenta el encargo que su amo le dio, con la razón de ellos. Relata lo pasado en el pozo, para apoyar la proposición, mostrando sencillamente el dedo de Dios en ello. Los sucesos que nos parecen efecto de una elección, de planes o del azar, son determinados por Dios. Esto no impide, más bien estimula, el uso de todos los medios apropiados. Ellos aceptan libre y alegremente la proposición; cuando procede del Señor, todo asunto probablemente resultará fácil. El siervo de Abraham reconoce agradecido el buen éxito que ha hallado. Él era un hombre humilde y los hombres humildes no se avergüenzan de su situación en la vida, cualquiera sea. Todas nuestras preocupaciones temporales son dulces si se mezclan con la piedad.

Vv. 54—67. El siervo de Abraham, como quien opta por su trabajo antes que por su placer, estaba presuroso por llegar a casa. Demorarse y quedarse no son propios en absoluto de un hombre sabio y bueno que es fiel a su deber. —Como los hijos no deben casarse sin el consentimiento de sus padres, así los padres no deben casarlos sin el de ellos. Rebeca consintió, no sólo en ir sino en irse de inmediato. La bondad del carácter de Rebeca muestra que nada incorrecto había en su respuesta aunque no concuerde con nuestras costumbres modernas. Podemos esperar que ella tuviera una idea tal de la religión y piedad de la familia a la que iba, que se sintió dispuesta a olvidar a su propia gente y la casa de su padre. Sus amigas la despidieron con atenciones apropiadas y con cordiales buenos deseos. Ellas bendijeron a Rebeca. Cuando nuestras relaciones entran en una situación nueva, debemos encomendarlas por medio de la oración a la bendición y gracia de Dios. —Isaac estaba bien ocupado cuando se encontró con Rebeca. Salió a aprovechar una tarde tranquila en un lugar solitario para meditar y orar, esos ejercicios divinos por los cuales conversamos con Dios y con nuestros propios corazones. Las almas santas aman el retiro; nos hará bien estar a solas con frecuencia si usamos eso en forma correcta; y nunca estamos menos solos que cuando estamos a solas. —Observe qué hijo tan afectuoso era Isaac: casi tres años habían pasado desde que murió su madre y, sin embargo, él aún no se había consolado. Vea también qué marido cariñoso fue con su esposa. Los hijos respetuosos prometen ser maridos cariñosos; el que cumple con honor su primera posición en la vida, probablemente haga lo mismo en las siguientes.

Mensaje en Audio: Cambia tu Presente



BOSQUEJO PASTORAL 

SERIE DE MENSAJES: “OLVIDA TU PASADO, CAMBIA TU PRESENTE Y CONSTRUYE TU FUTURO”

TEMA: “El PRESENTE”

TITULO: “CAMBIA TU PRESENTE”

TEXTO: Hebreos 4.7

INTRODUCCIÓN: Mucha gente en este mundo quisiera cambiar su presente, Dios nos da la oportunidad de tener esa probabilidad…

I. RECONOCER QUE HAY COSAS QUE NECESITAN SER CAMBIADAS … Proverbios 14.12
A. Hay veces que parece que marchamos bien y lo que hacemos da resultados y no es así.
B. Tenemos que disponer nuestra vida para cambiar.

II. Identificar donde esta nuestro problema … Lamentaciones 3.40
A. Pasado, arrastramos de nuestro pasado miedos, temores, limitaciones… 2 Corintios 5.17
B. Futuro, vivimos en un futuro de ilusiones, son solo sueños, anhelos, deseos sin fundamentos…Lucas 14.28-29
C. Elige hoy cambiar tu presente … Hebreos 11.24-27

III. TRABAJA PARA QUE CAMBIE … Esdras 10.4
A. Esfuérzate y se valiente … Josué 1.9
B. Trabajando de dos formas
1. Lo que yo puedo hacer para cambiar (lo que depende de mi):
   a. Arregla tus deudas…lucas 19.8
   b. Arregla tus problemas con los demás…Mateo 5.23
C. Lo que no puedo para cambiar (lo que depende de otros):
1. Entrégalo al Señor…Salmo 140.12

CONCLUSIÓN: Así que dediquemos nuestra vida de nuevo a Cristo. Jesús nos va a capacitar para vivir plenamente en el presente al tiempo que obtenemos sabiduría del pasado y encaramos el futuro con valor.

Así que hoy tu puedes cambiar tu presente y construir tu futuro. Dios quiere siempre lo mejor para ti.

sábado, 16 de junio de 2012

Usos y costumbres en los tiempos bíblicos: "Nacimiento y cuidado de los niños"



DESEO DE LAS MUJERES JUDIAS PARA TENER NIÑOS

Había entre las esposas judías el anhelo universal y alegría en la esperanza de tener hijos. El
anhelo se expresaba en las palabras de Raquel a Jacob, "Dame hijos, o si no, me muero"
(Gen. 30:1). El Señor había dicho originalmente a Adán y Eva, "Fructificad y multiplicad" (Gen.
1:28). Y la promesa a Abrahán era, "Y haré tu simiente como el polvo de la tierra" (Gen. 13:16).
La ley de Dios enseñaba que los niños eran una señal de la bendición de Dios: "Bendito el fruto
de tu vientre" (Deut. 28:4). El salmista nos pinta a un hombre bendecido por Dios, al decir: "Tu
mujer será como parra que lleva fruto a los lados de tu casa" (Sal. 128:3). La esterilidad en el
matrimonio se consideraba como una visitación divina de maldición. La esterilidad de Ana fue
"porque Jehová había cerrado su matriz" (1 Sam. 1:6). El tener un hijo después de mucho
tiempo de esterilidad, como en el caso de Elizabeth, quiere decir que el Señor había quitado su
afrenta entre los hombres (Luc. 1:25).

PREFERENCIA POR HIJOS VARONES

Entre los árabes de Palestina hay siempre un deseo de parte los dos padres para que el
recién nacido sea un niño mejor que niña. Una bendición al separarse con frecuencia usada por
los árabes es:
Que las bendiciones de Alá sean sobre ti,
Que tu sombra nunca se empequeñezca,
Que todos tus hijos sean niños y no niñas.
Los niños son siempre más deseados porque existe la tendencia a aumentar en tamaño, riqueza e importancia el grupo familia clan. Cuando crecen y se casan, traen con ellos a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúan en la casa del padre, los hombres aumentan la casa, de las mujeres se piensa que las menguan. Cuando se casan, van a vivir a la casa del esposo.
La actitud entre los árabes de los tiempos actuales, fue siempre la actitud del pueblo hebreo del Antiguo Testamento. Excepto los judíos cristianos, había una razón que añadir por qué cada mujer hebrea que esperaba, deseaba tener un niño. Ella siempre esperaba que su hijo fuera el Mesías. La promesa mesiánica de la Biblia, sin duda estaba siempre en los labios de las mujeres hebreas. "No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh" (Gen. 49:10). "Saldrá estrella de Jacob y levantaráse cetro de Israel.”
(Núm. 24:17). Esto conservaba la esperanza de la venida del Mesías, y era causa de que las madres judías desearan un niño en cada alumbramiento, y que quizá ella pudiera ser la madre de Shiloh.

CUIDADO DEL INFANTE

Por años los Orientales de las tierras bíblicas han cuidado los niños tal como cuando Jesús nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia.
Al nacer, al niño se le baña y se frota con sal; con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo. La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente.
El profeta Ezequiel indica que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo. "El día que naciste ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas” (Ezeq. 16:4). Todos estamos familiarizados con las palabras de Lucas, de cómo cuidaron al niño Jesús: "Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre" (Luc. 2:12).

RITOS JUDIOS Y OFRENDAS AL NACIMIENTO DEL NIÑO

Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacidos. El que hacía la circuncisión decía las siguientes palabras: "Bendito el Señor nuestro Dios, que nos ha santificado por sus preceptos, y nos dio la circuncisión”. Entonces el padre del niño pronunciaba estas palabras: "Quien nos ha santificado por sus preceptos, y nos permite introducir nuestro niño en el pacto de Abrahán nuestro padre”. Porque se decía que Dios había cambiado los nombres de Abraham y que le había dicho, "Este será mi pacto, que guardaréis entre mi y vosotros y tu simiente después de ti" (Gen. 17:10). Jesús fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, llamándosele "Jesús” en esa ocasión (Luc. 2:21).
Después del nacimiento, la madre judía pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de catorce días si era niña, Y aun después permanecía en casa treinta y tres días por un niño, y seis días por una niña. Entonces ya podía ir al templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del niño. Si era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas (Luc. 2:24).

ASIGNANDO AL NIÑO SU NOMBRE

A los árabes les gusta componer los nombres que pondrán a sus hijos con el nombre de Alá. Esta era una costumbre muy común entre los hebreos de incluir el nombre de Dios como parte del nombre del niño.
Se dan aquí algunos ejemplos, de nombres hebreos que van con su significado:
Abdías, "Siervo de Jehová"
Abías, "Cuyo padre es Dios"
Azarías, "Ayudado por Jehová"
Daniel, "Dios es mi Juez"
Elías, "Mi Dios es Jehová"
Elcana, "A quien Dios creo
Ezequiel, "Dios fortalecerá"
Ochozías, "Poseído por Jehová"
Otra costumbre era practicada por los judíos al poner nombre sus hijos. Después del nacimiento del primer hijo, los padres conocidos como el padre de Fulanito, y la madre de Fulanito. Y hijo añadía el primer nombre del padre como el suyo. Así habló de Pedro en el idioma arameo, como "Simón Bar-Jonás" quiere decir "Simón, hijo de Jonás" (Mat. 16:17). Los árabes dar tal nombre ahora simplemente omiten la palabra "hijo" y él sería llamado "Simón Jonás".
Los judíos en tiempo de Cristo tenían nombres dobles. Así se nota en el caso de Tomás. El Evangelio de Juan, al referirse a él, "Tomás, el que se dice el Dídimo" (Jn. 11:16).
Ambos nombres quieren decir "gemelos". El nombre de Tomás era arameo, y el nombre Dídimo era griego. Cuando viajaban a países extranjeros, los judíos con frecuencia asumían el nombre griego o latino, u otro nombre que tuviera un significado similar al suyo propio.
Los nombres judíos dados a las niñas, con mucha frecuencia eran tomados de diversos objetos hermosos de la naturaleza, o de gracias de carácter agradable. Ejemplos bíblicos son Jemima (paloma) Tabitha o Dorcas (gacela); Rhode (rosa); Raquel (cordero); Salomé (paz); Débora (abeja); Esther (estrella). Noemí dijo a las mujeres de Bethlehem, "No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara". Usando los significados de los nombres como los encontramos en el margen de nuestra Biblia, se leerá así: "No me llaméis Placentera, sino llamadme Amargura" Ruth 1:20).

OBLIGACION DE LOS PADRES DE CRIAR BIEN A LOS HIJOS

Se entiende muy claramente en las Escrituras que la madre se entendía con la mayor parte del entrenamiento y enseñanza de sus hijos en sus primeros años. El libro de los Proverbios habla de "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre" (Prov. 31:1). Y en lo que concierne a Timoteo; Pablo dice: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras" (2 Tim. 3:15). Antes, en esta epístola, Pablo se refiere a la fe de la madre de Timoteo y de su abuela (2 Tim. 1:5). Entonces los jóvenes eran enseñados por sus madres.
Las hijas, sin duda quedaban bajo el cuidado y guía de sus madres hasta que se casaban.
Como los jóvenes iban creciendo, entonces eran enseñados por sus padres, aun cuando nunca salieran del entrenamiento de sus madres. En el libro de los Proverbios frecuentemente encontramos referencias a la instrucción de un padre a Su hij0 "Guarda, Hijo mío, el mandamiento de tu padre" (Prov. 6:20). Solamente en las familias que disponían de algunos recursos la enseñanza se confiaba a los tutores, por ser muchos los hijos (2 Reyes, 10:1.5).
Las escuelas para la enseñanza de los judíos jóvenes no las hubo en operación sino hasta una
fecha mucho más tarde.

Tesoros de David, Salmos 41; Charles Spurgeon


El gran tema de este Salmo es, evidentemente, Jesucristo, traicionado por Judas Iscariote; pero
no creemos que sea el exclusivo. El es el antitipo de David, y todos los suyos son en cierta
medida como El, por lo que las palabras atribuidas al Gran Representante son aplicables a todos
los que están en El.
Los que reciben oprobio como recompensa de su bondad hacia los demás pueden leer este Salmo
con mucho consuelo, porque verán que, por desgracia, es común para el mejor de los hombres el
ser recompensado con crueldad y desprecio por su caridad; y cuando han sido humillados por
haber caído en el pecado, se ha sacado partido de su condición abatida, se han olvidado sus
buenos hechos y se les ha mostrado el vilipendio más ruin.

Vers. 1. Bienaventurado el que se preocupa del pobre. Todos aquellos que han sido participantes
de la gracia divina reciben una naturaleza más tierna y no se endurecen contra los de su propia
sangre y carne; adoptan la causa de los humildes y dirigen su mente con tesón al fomento de su
bienestar. No les echan una moneda al pasar, sino que inquieren en sus aflicciones, disciernen
sus causas, estudian los mejores métodos de aliviarlos y prácticamente acuden a rescatarlos. C.H.S.
No hablamos ya de los pobres del mundo en común ni de los pobres santos en particular, sino de
una persona pobre específica; porque la palabra está en número singular, y designa a nuestro
Señor Jesucristo, que en el último versículo del Salmo precedente se dice que fue pobre y
necesitado. John Gill
El dar dinero no es toda la obra y labor de benevolencia. Has de ir al enfermo en su cama. Has de
darle la mano para ayudarle. Ésta es la bondad verdadera y sencilla.
De un sermón de Thomas Chalmers

Un noble piamontés a quien conocí en Turín me contó la siguiente historia: «Yo estaba cansado
de la vida, y después de un día espantoso, que ni quiero recordar, salí corriendo a la calle en
dirección al río, cuando de repente me dieron un tirón de la capa; me volví y vi a un niño
pequeño que la había agarrado y ansiosamente procuraba llamar mi atención. Su mirada y su
actitud eran irresistibles. También lo fue la lección que aprendí: "Somos seis hermanos y nos
estamos muriendo de hambre."
»"¿Por qué no he de aliviar a estos desgraciados?" -pensé-. "Tengo los medios, y no tardaré más
que unos minutos. Pero es igual si tardo más." La escena de miseria a la que me condujo era
indescriptible. Les tiré la bolsa, y su explosión de gratitud me dejó anonadado. Llenó mis ojos de
lágrimas, fue un bálsamo para mi corazón. "Volveré mañana" -les grité.- "¡Necio, y tú pensabas
dejar un mundo donde se pueden tener satisfacciones de este tipo por tan poco!"» Samuel Rogers
en Italia
¡Qué necios son los que temen perder sus riquezas al darlas y no temen perderse ellos al
conservarlas! El que encierra su oro puede ser un buen carcelero, pero el que lo desparrama es un
buen mayordomo. Haz bien mientras tengas oportunidad de hacerlo; alivia al oprimido y ayuda
al huérfano en tanto que tienes tu hacienda en la mano; cuando estés muerto, tus riquezas pasarán
a otros. Una lámpara que uno lleva mirando hacia delante es mucho más útil que veinte hacia
atrás. En tu compasión por los necesitados o para otros usos piadosos, que tus manos sean los
ejecutores y tus ojos los inspectores. Francis Raworth en un sermón
En el día malo lo librará Jehová. La promesa no es que el santo generoso no tendrá tribulaciones,
sino que será preservado en ellas y a su debido tiempo se le librará. ¡Qué verdadero fue esto en el
caso de nuestro Señor! Nunca hubo aflicción más profunda ni triunfo más brillante que el suyo,
y, gloria sea a su nombre. El garantiza la victoria final a todos aquellos a quienes ha comprado
con su sangre.
El egoísmo lleva consigo una maldición; es un cáncer en el corazón, en tanto que la generosidad
es felicidad y forma tuétano en los huesos. En los días oscuros no podemos reposar en el
supuesto mérito de la limosna, pero, con todo, la música de la memoria trae consigo no poco
solaz cuando cuenta de viudas y huérfanos a quienes hemos socorrido y presos y enfermos a
quienes hemos ministrado. C. H. S.

Vers. 1, 5. El que considera. Mis enemigos. Strigelius ha observado que hay una antítesis
perpetua en este Salmo entre los pocos que tienen la debida consideración de los pobres en
espíritu y los muchos que los afligen o abandonan. W. Wilson

Vers. 2. Jehová lo guardará, y le dará vida. El avaro no es útil hasta que ha muerto: que muera; el
justo, como el buey, es útil toda su vida: que viva.
Será bienaventurado en la tierra.
Habla un hombre, un verdadero enigma,
Porque cuanto más daba, más tenía.

Vers. 3. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor. Los brazos eternos sostendrán su alma;
como manos amigas y almohadas blandas apoyarán su cuerpo enfermo. ¡Qué tierna y amorosa es
esta imagen; qué cerca trae a nuestro Dios de nuestras dolencias y enfermedades! ¿Quién ha oído
esto de los antiguos dioses paganos, los de la India o la China?
Éste es el lenguaje peculiar del Dios de Israel; El se digna atender y cuidar personalmente a los
hombres buenos. Si hiere con una mano, sostiene con la otra. ¡Oh, bendito desmayo cuando uno
cae en el pecho del Señor y es sostenido por El! C. H. S.
Tú harás su cama en su enfermedad.~ ¿Cómo va a hacer Dios mi cama si no tengo cama propia?
¡Necio! El puede hacer que el que no tengas cama pase a ser una ventaja para ti. Cuando Jacob
durmió sobre el suelo, ¿quién no habría cambiado la suya por el suelo duro, con tal de tener su
sueño celestial? Thomas Fuller
Cuando fui a visitar, un día, a un querido amigo moribundo, Benjamín Parsons, le dije: «¿Cómo
se encuentra hoy?» Me contestó: «Mi corazón descansa dulcemente sobre tres almohadas: amor
infinito, poder infinito, sabiduría infinita.» Paxton Hood

Vers. 4. Porque contra Ti he pecado. El pecado y el sufrimiento van inevitablemente juntos.
Observa que el Salmista entendía que el pecado era principalmente un mal porque iba dirigido
contra Dios. Esta es la esencia del verdadero arrepentimiento. Aplicando la petición a David y a
otros creyentes pecadores, qué evangélico resulta el argumento: sáname, no porque soy inocente,
sino porque he pecado. ¡Qué contrario es esto a toda transacción de justicia propia! ¡Cómo
concuerda con la gracia! ¡Qué incompatible con el mérito!
Incluso el hecho de que el penitente que confiesa había recordado a los pobres es mencionado
Sólo indirectamente, pero se hace una apelación directa a la misericordia en base al gran pecado.
Oh lector que tiemblas, aquí hay un precedente revelado divinamente para ti; no tardes en
seguirlo. C. H. S.
Saúl y Judas dijeron uno y otro: «He pecado»; pero David dice: «He pecado contra Ti.» William
S. Plumer

Vers. 5. ¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre? Si los perseguidores se salieran con la suya,
la iglesia tendría sólo un cuello, y éste estaría en el tajo. Los ladrones de buena gana apagarían
todas las velas. Las luces del mundo no son los deleites del mundo. Los pobres murciélagos, que
son ciegos, vuelan hacia la lámpara y tratan de derribarla. C. H. S
Es el nombre, el carácter y los privilegios de los verdaderos siervos de Dios lo que provoca el
odio de los impíos, y de buena gana extirparían a Dios de su vista. W. Wilson
Vers. 6. Y si vienen a verme, hablan mentira. Sus visitas de simpatía son una farsa. Cuando la
zorra visita al cordero enfermo, sus palabras son blandas, pero se lame el hocico pensando en su
cadáver.

Su corazón, repleto de iniquidad. A cada cual lo suyo. El pájaro hace su nido de plumas. De las
flores más dulces el químico puede destilar veneno, y de los actos y palabras más puras la
malicia puede hallar base para informes calumniosos. Es maravilloso comprobar cómo el odio
teje su telaraña sin material alguno. C. H. S.
Recuerdo un pequeño apólogo que cuenta Bromiard: «Un pajarero, una fría mañana, habiendo
cazado muchos pajaros que había estado esperando mucho tiempo, empezó a recoger sus redes,
cortando la cabeza a los pájaros y poniéndolos en el suelo unos junto a otros.
»Desde un arbusto, un tordo vio que por sus mejillas resbalaban unas lágrimas, debidas sin duda
al frío extremo reinante, y dijo a su madre que el hombre era compasivo, pues lloraba
amargamente por la calamidad cometida contra los pájaros. Pero la madre le dijo que juzgara
más bien por la actividad de su mano que por la del ojo; y si sus manos obraban a traición, nunca
admitiera amistad con él aunque hablara bien y llorara de compasión.» Jeremy Taylor

Vers. 7. Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen. El espía se reúne con sus
compañeros y se ponen a hablar en voz baja. ¿Por qué no hablar en voz alta? ¿Tenían miedo del
guerrero enfermo? ¿O bien sus designios eran tan aleves que debían esconderlos al
mencionarlos?
Observa la unanimidad de los inicuos: todos. ¡Qué fácilmente se unen los perros para salir a
cazar al ciervo! Ojalá que nosotros estuviéramos unidos en la santa labor sólo la mitad de lo que
están ellos, y nuestra prudencia fuera la mitad de su astucia.

Vers. 9. Hasta mi amigo íntimo. «El hombre de mi paz», según el original, con el cual no tenía
diferencias, con el cual estaba unido, que era antes su paz y su consuelo. Este era Ahitofel, que
fue para David lo que Iscariote fue para nuestro Señor.
Judas era un apóstol admitido a la intimidad del Gran Maestro, al corriente de su pensamiento
secreto, como si dijéramos, permitiéndosele leer el mismo corazón de Jesús. El beso del traidor
hirió el corazón del Señor como el clavo hirió su mano. C. H. S.
Los sufrimientos de la iglesia, como los de su Redentor, generalmente empiezan en casa; sus
enemigos francos no pueden dañarla hasta que sus amigos supuestos la han entregado en sus
manos; y, por extraño que parezca, los que han engordado de sus riquezas son los primeros en
«levantar el talón» contra ella. George Horne

Vers. 11. En esto conoceré que te he agradado. María y Marta recordaron a Cristo sólo dos cosas:
la primera era que Cristo amaba a su hermano Lázaro; la segunda, que Lázaro estaba enfermo;
«El que Tú amas está enfermo»; no había necesidad de decirle qué debía hacer, puesto que
sabían que El haría lo que había de hacer por él, porque le amaba.
Así también podemos decir al Señor cuando estamos seguros de que nos ama: «Señor, el que
amas necesita esto o aquello para su cuerpo o su alma.» No tenemos, pues, que asignarle lo que
ha de hacer, o cuándo, o cómo; porque lo que El vea como más conveniente para nosotros y para
su propia gloria, esto es sin duda lo que hará. William Burton

En que mi enemigo no cante victoria de mí. Cuando Dios nos libra de las manos de nuestros
enemigos, o de otra tribulación, podemos estar persuadidos por ello de que El está en favor
nuestro, como estaba David persuadido.
Pero entonces se puede preguntar: si Dios ama a su iglesia, ¿por qué permite que su iglesia sea
turbada y molestada por los enemigos? La razón es ésta: porque por este medio su amor puede
hacerse más manifiesto al salvarlos y librarlos. Porque, así como un amigo seguro no es probado
hasta el tiempo de la necesidad, del mismo modo la bondad y amor de Dios nunca serán tan bien
percibidos como cuando nos ayuda en momentos en que nosotros no podemos hacer nada por
nosotros mismos. William Burton

Vers. 12. En cuanto a mí, me sustentas en mi integridad. Somos igual que vasos sin pie, que sólo
pueden estar derechos si se les sostiene en la mano; nosotros caemos, lo derramamos y echamos
a perder todo, si se nos deja solos. El Señor debe ser alabado cada día si somos preservados de
grave pecado. Cuando los otros pecan, nos enseñan lo que seríamos nosotros de no ser por la
gracia. «El hoy, y yo mañana» fue la exclamación de un santo cuando veía a otro que caía en
pecado. C. H. S.
Esta misma integridad es como el arca en la que Noé fue preservado cuando todos los demás
perecieron al estar fuera de ella. Es como el cordón rojo que los espías de Josué entregaron a
Rahab, que fue la garantía por la que salvó su vida cuando el resto de la ciudad fue destruido.
Admito que esta integridad es de poca monta para los hombres de este mundo, que creen que no
hay cielo, sólo tierra; pero así como el cordón de Rahab fue mejor para ella que todos sus dioses,
y se probó cuando vino la espada, así también es mejor para los hijos de Dios que todo el mundo
cuando viene la muerte. William Burton

Vers. 13. El Salmo termina con una doxología. Bendito sea Jehová, esto es: sea El glorificado.
La bendición, al comienzo de la boca de Dios, es devuelta, al final, por boca de su siervo. No
podemos añadir a la bendición del Señor, pero podemos derramar nuestros deseos agradecidos, y
éstos El los acepta como nosotros aceptamos flores de los hijos que nos aman. C. H. S.

AQUÍ TERMINA EL PRIMER LIBRO DE LOS SALMOS

domingo, 3 de junio de 2012

Los fundamentos de la Vida Cristiana: "La Sangre de Jesús"




La sangre de Jesús 





a) Escrituras clave

Juan 6:53-57                                         Levítico 17:11

1 Juan l:7                                             1 Pedro 1:18-20

Hebreos 9:11-28

b) ¿Qué hace la sangre de Jesús por nosotros?


(I) Por la sangre de Jesús tenemos redención. Somos redimidos de la mano y poder del diablo (Efesios 1:7; Hebreos 9:12).

(II) Por la sangre de Jesús todos nuestros pecados son perdonados si los confesamos. Al caminar en la luz con Jesús, su sangre nos limpia continuamente de todo pecado (1 Juan 1:7-9).

(III) Por la sangre de Jesús somos justificados, hechos justos, tal como si nunca hubiéramos pecado. Estamos vestidos con Su justicia (Romanos 5:9). La persona que confía en Cristo llega a ser, en Cristo, todo lo que Dios requiere que esa persona sea, todo lo que nunca pudiese llegar a ser por sí misma (2 Corintios 5:21).

(IV) Por la sangre de Jesús tenemos acceso a la presencia de Dios a cualquier hora para obtener misericordia y ayuda, en especial en tiempo de necesidad (Hebreos 10:19-20).

(V) Por la sangre de Jesús somos santificados, hechos santos y apartados para Dios (Hebreos 13:12).

(VI) Por la sangre de Jesús nuestra conciencia es limpiada de toda culpabilidad y somos libres en cuerpo, mente, alma y espíritu para servir al Señor Jesucristo (Hebreos 9:14; 2 Timoteo 1:7).

(VII) Entonces tenemos victoria sobre el diablo y le vencemos por la sangre del Cordero y la palabra de nuestro testimonio y menospreciando nuestra vida hasta la muerte (Apocalipsis 12:11).


c) ¿Por qué la sangre?

En tiempos del Antiguo Testamento, el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo cada año para esparcir la sangre de un sacrificio animal ante el símbolo de la presencia de Dios, el arca del testimonio. Esta era una manera temporal de hacer la expiación de una nación ante Dios, por todo el pecado de la nación durante un año. Levítico 17:11 ayuda a explicar el significado de la sangre. Dice: "Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona". Se necesita notar dos puntos aquí. Primero, la sangre del sacrificio es una provisión divina (Dios la ha provisto): "Yo os la he dado". Segundo, el usa de la sangre en el sacrificio es un hecho de pagar un precio: de hacer expiación o reconciliar, lo que significa sencillamente, dar satisfacción por o pagar la consecuencia de. El pecado es el problema y la sangre es el precio redentor que nos rescata o redime de la consecuencia del pecado que es la muerte. La sangre paga el precio que iguala o anula la ofensa del pecador; por tanto, la vida es perdida o entregada en pago por el pecado.

Cristo Jesús vino como ofrenda sin pecado, derramó su propia sangre y dio su propia vida, para que todos los que en El crean y le confiesen como Señor no necesiten morir por su propio pecado. Hizo una manera de aniquilar nuestros pecados. Pagó el precio por ellos y obtuvo redención eterna a través de su muerte en la cruz (Colosenses 1:13-14). Necesitó hacerlo una sola vez porque Dios lo puso por rescate de los hombres. Este fue el costo necesario para que nosotros llegáramos a estar sin pecado ante los ojos de Dios (Hebreos 9:22). Dios estableció la muerte como condena por el pecado, y luego pagó el rescate enviando a su propio Hijo al mundo para derramar su sangre y morir por nosotros. Si aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador entonces podemos valemos de esta obra y ser rescatados del reino de las tinieblas y pasar a ser parte del Reino de Dios.

d) Cómo afecta la sangre de Jesús nuestra vida diaria


(I) Victoria sobre rebelión

En el jardín de Getsemaní Jesús oró:

No se haga mi voluntad, sino la tuya.

(Lucas 22:42)

La tensión de la muerte era tan fuerte sobre El que los vasos sanguíneos de su cara se rompieron, se mezclaron con su sudor y cayeron al suelo grandes gotas. Aquella sangre derramada en el jardín habla de una redención particular, es decir, redención de rebelión —ejercitar nuestra voluntad contra la voluntad de Dios— hacer "nuestra propia cosa" y todas sus consecuencias horrorosas. Desde Adán la raza humana ha insistido en hacer su propia voluntad y pisotear la voluntad de Dios. A veces la gente intenta guardar su voluntad en su propio poder, según la ley, pero no tienen ningún poder. Cuando Jesús pronunció la oración del sumo sacerdote: "No se haga mi voluntad, sino la tuya", oró en nuestro lugar, tal como lo hace un sacerdote, representando a la gente ante Dios. Al orar aquella oración derramó su sangre para redimir nuestra voluntad para que nosotros también podamos decir: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".

(II) Jesús derramó su sangre a través de la corona de espinas

La espina era un símbolo de la maldición de Dios sobre el pecado (Génesis 3:18). Era apropiado para Jesús, cuando estaba sufriendo en la cruz por nuestra redención de la maldición del pecado, llevar en su frente el símbolo de esa maldición, es decir, la corona de espinas (Mateo 27:29). Y de esa manera indicó que llevaba la maldición en sí mismo. La sangre derramada habla de redención de la maldición del pecado.

(III) La sangre de sus azotes o latigazos

Esta sangre fue derramada de la espalda de Jesús. Isaías 53:5 dice que por estas llagas o heridas (de los latigazos) somos sanados. Esta es una sanidad total para espíritu, alma, mente y cuerpo; incluso nuestras actitudes y relaciones. Enfermedad y aflicción son el resultado del pecado, pero la sangre de Jesús nos redime de la maldición de ese pecado.

(IV) La sangre de Jesús fue derramada en la cruz del calvario

Los clavos en las manos y pies de Jesús que le sujetaron a la cruz, derramaron sangre que era, y es, suficiente y suficientemente poderosa como para salvarnos y redimirnos eternamente del pecado y la condena de Dios en él (Romanos 8:1-2; Efesios 2:8,9 y 13).


e) Preguntas y puntos de discusión


1. ¿Por qué eligió Dios la sangre como precio para pagar la pena del pecado?

2. ¿Por qué Jesús necesitó aguantar tanto, durante un período de veinticuatro horas, antes de finalmente entregar su vida? Discútelo.

3. ¿Qué crees que estaba experimentando Jesús en el jardín de Getsemaní y por qué? (Lucas 22:39-46).

4. ¿Por qué la sangre cíe Jesús nos ha abierto un camino para poder tener acceso a Dios el Padre?

5. ¿Por qué somos santificados por la sangre de Jesús? (Hebreos 13:12).

6. En el huerto del Edén ¿qué usó Dios para satisfacer (expiar) el primer pecado del hombre? (Génesis 3:21).

7. ¿Por qué instituyó Jesús el beber de su sangre simbólicamente en la Cena del Señor? (Juan 6:53-57; Mateo 26:27-29).


f) Resumen y aplicación

1. La sangre de Jesús es suficiente para pagar el precio para rescatarnos de las consecuencias del pecado y ha preparado el camino para que nosotros volvamos a tener relación con Dios.

2. La sangre de Jesús nos purifica de todo pecado si caminamos en la luz con Dios y confesamos nuestro pecado.

3. La sangre de Jesús sólo necesitó ser derramada una vez porque El era el sacrificio perfecto y por tanto aceptable a Dios una vez y para siempre.

4. La sangre de Jesús es efectiva para nuestra vida diaria y nos pone en condiciones para servir a Dios fructíferamente, con la conciencia limpia, y con la paz de Dios rigiendo en nuestro corazón.

5. La sangre de Jesús nos habilita para tener integridad de cuerpo, alma y espíritu.