lunes, 4 de enero de 2016

Creados para alabarle

Leer | Salmo 103

¿Alguna vez se ha preguntado el motivo de su existencia? Estamos tan envueltos en las actividades cotidianas y las preocupaciones que nos agobian, que rara vez nos detenemos a pensar en el propósito de nuestra vida. Dios nos ha creado con un propósito específico: ¡Que le glorifiquemos en todo momento! (Is 43.7).
En su Palabra, Dios enfatiza que debemos glorificarle por su fidelidad y por sus grandes obras. Jesús también reconoció en todo momento la importancia de este tema. Es por eso que comenzó la oración modelo con palabras de adoración (Mt ­6.9).

¿Por qué, entonces, al orar dedicamos más tiempo en peticiones que en alabanzas? Quizás algunos creyentes sientan que están demasiado ocupados como para adorar a su Señor. Es posible que otros se sientan incómodos expresando su gratitud. Ninguna de estas excusas son aceptables. El Salmo 103.2 nos recuerda los beneficios de adorar a nuestro Creador humildemente. Y nos explica cómo podemos exaltarle con nuestras palabras. Específicamente se nos dice que debemos alabarle por sus atributos y obras (vv. 2-8, 19).

También podemos alabarle de otras maneras. Los tres términos que más se usan en el Antiguo Testamento para referirse a la alabanza están relacionados con la música, las palabras de nuestros labios y los gestos que podamos hacer con nuestras manos. Pero también podemos alabarle con nuestras acciones, pensamientos y creatividad.

Es posible que usted no esté muy familiarizado con el tema de la alabanza. Pero todo ser humano ha sido creado para alabar a Dios. Así que adórelo hoy al dedicar tiempo en su presencia.

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