lunes, 31 de julio de 2017

¿Qué significa "nacer de nuevo"?


¿Qué significa “nacer de nuevo”?

Leer | Juan 3.1-16

En el pasaje de hoy, el Señor le dice a Nicodemo que nadie puede entrar en el reino de Dios, a menos que “nazca de nuevo”. Jesús le dio a la frase un significado espiritual que puede ser familiar para nosotros hoy, pero que Nicodemo no entendió. “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?”, preguntó. ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” (Jn 3.4).
A pesar de que era un maestro fariseo, a Nicodemo le resultaba difícil entender lo que Jesús estaba diciendo. Y sospecho que muchas personas —incluso a creyentes y no creyentes— no tienen hoy una mejor compresión del concepto. Por tanto, tomémonos el tiempo para entender esta importante idea.
“Nacido de nuevo” es una descripción acertada de lo que significa poner la fe en Jesús como nuestro Señor y Salvador. Nuestra vida no es cambiada cuando iniciamos una relación con Cristo; en vez de eso, nuestra vida vieja termina, y somos renacidos totalmente en el Espíritu.
Por consiguiente, tiene perfecto sentido decir que somos “nacidos de nuevo”. Esto significa que ya no somos lo que éramos cuando estábamos viviendo en pecado. En vez de eso, somos una nueva creación que existe para dar gloria a Dios (2 Co 5.17).
¿Refleja su vida en Cristo la gloria de Dios, o sigue aferrado a su vieja manera de vivir? Es importante entender que el Señor no quiere simplemente cambiarle; lo que Él quiere es rehacerle. Al orar hoy, pida el valor que necesita para rendirse a Dios y para vivir proclamando que su viejo yo ha muerto. ¡Dios desea hacerle nuevo!

sábado, 29 de julio de 2017

Cómo manejar el agotamiento



Cómo manejar el agotamiento
Leer | Salmo 62.1, 2

Debido a la necesidad del mundo por lograr más, de hacer más, y de ser más, es posible que nos encontremos atrapados en un ciclo interminable de actividad.
Por sí solas, las responsabilidades diarias de la vida pueden parecer pequeñas. Sin embargo, cuando se juntan día tras día, pueden ser el origen de tensión y un serio agotamiento; y es entonces cuando debemos dar dos pasos de acción.
Primero, es imperativo que encontremos el tiempo para estar quietos delante del Señor y descansar en Él. En Marcos 6.31, Jesús dijo a sus discípulos: “Venid vosotros aparte a un lugar solitario, y descansad un poco”. Descansar en Dios renueva nuestra alma y aquieta nuestra mente inquieta, lo que nos permite participar de su fuerza.
Segundo, debemos preguntarnos con frecuencia: ¿Son necesarias todas las cosas que hago, y son las que quiere el Señor? Dios nos da esta instrucción en su Palabra: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Sal 46.10). En efecto, nuestro Padre celestial quiere que hagamos una pausa, y que nos demos cuenta de que nuestra vida está en sus manos. Con esta seguridad, podemos sustituir el afán por el descanso y la confianza. Lo que sea que hagamos en la vida, debemos hacerlo para la gloria de Dios.
Tómese un tiempo hoy para disfrutar de un momento de quietud delante del Señor. Deje que Él le dé las fuerzas y el descanso que necesita. Mientras hace esto, pídale que le revele cualquier aspecto de su vida en la que esté “afanándose” sin necesidad. Él desea dar paz y descanso a sus hijos.

viernes, 28 de julio de 2017

Cuando nos sintamos agotados



Cuando nos sintamos agotados
Leer | Isaías 40.27-31
Casi todos podemos recordar momentos en los que nuestras mentes y nuestros cuerpos se han sentido extenuados por el trabajo físico y la tensión mental. Si estas condiciones llegan a ser constantes o extremas es muy fácil que nos agotemos.
Afortunadamente, se nos ha dado un aliciente preciso para esos momentos de agotamiento. La lectura bíblica de hoy revela tres verdades reconfortantes en cuanto a Dios y su fidelidad en nuestros momentos de debilidad.
Primero, descubrimos que Dios “no desfallece, ni se fatiga con cansancio” (v. 28). Su fuerza no ha mermado, ni tampoco disminuirá en el futuro. Él es el mismo Dios ayer, hoy y por los siglos (He 13.8).
Segundo, encontramos que “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is 40.29). Nuestro Padre celestial no nos frunce el ceño cuando somos débiles. En vez de eso, nos abraza y nos levanta cuando no podemos ayudarnos a nosotros mismos.
Por último, se nos ha dado una promesa increíble. El versículo 31 dice: “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
La próxima vez que se sienta demasiado cansado o desalentado para seguir adelante, recuerde que nuestro Dios es infatigable. Él es fiel para dar una provisión de fortaleza extraordinaria e inagotable a quienes estén dispuestos a esperar su tiempo perfecto. En todas las cosas, Él da exactamente lo que necesitamos en el momento adecuado.

jueves, 27 de julio de 2017

Lo más importante



Lo más importante

Leer | Lucas 11.1-4
Muchos de nosotros hemos rediseñado el tiempo de para “ajustarlo” al afán de nuestras vidas y para tener más comodidad, olvidando que lo más importante de la oración es nuestra relación con Dios.
La oración debe ser un tiempo de separación del mundo para estar con el Señor. Esto tiene lugar cuando entregamos planes, prioridades y nuestra propia vida al gozo de acercarnos a nuestro Padre celestial. Es una ocasión para experimentar el amor de Dios, y para expresarle el nuestro a Él; para recordar que la vida está centrada en el Señor Jesús, y que nuestra prioridad es obedecerle. Es donde nuestras almas se nutren, y recibimos fuerzas para continuar.
Para nosotros, como hijos del Rey, la oración es el medio para comunicarnos con Él. Es, también, una de las maneras fundamentales para recibir sus respuestas. Pero aun más importante, es un tiempo para deleitarnos en la presencia de Dios nuestro Padre celestial, y de Jesús nuestro Salvador; y para ser guiados por el Espíritu Santo en la conversación celestial.
El valor de la oración se ve en la vida de Jesús. Él se apartaba con frecuencia de las multitudes e incluso de sus propios discípulos con el fin de pasar tiempo considerable con su Padre. ¿Qué valor le da usted a la oración? ¿A quién o qué busca por medio de sus oraciones? ¿Con qué frecuencia entra en el trono celestial simplemente para pasar tiempo con Dios? Dedíquese a buscar con ahínco una vida de oración como la de Jesús, teniendo a Dios mismo como centro de atención y prioridad absoluta.

miércoles, 26 de julio de 2017

Para andar sabiamente



Para andar sabiamente
Leer | Proverbios 28.26
Según 2 Corintios 5.7, los creyentes deben andar por fe. Sin embargo, con tantas voces que claman pidiéndonos que sigamos los caminos del mundo, a menudo tenemos dificultades para escuchar y aplicar la sabiduría divina. Por ejemplo, es difícil ignorar nuestro impulso natural de ser rencorosos, a pesar de que el Señor dice que tenemos que perdonar (Ef 4.32).
La sabiduría divina es la capacidad de ver las cosas como el Señor las ve, y responder de acuerdo a los principios bíblicos. Pero este discernimiento no es automático. Sí, el Espíritu Santo de Dios vive dentro de los creyentes para impulsarlos a hacer lo correcto. Sin embargo, cada persona decide si seguirá o no el camino sabio.
Si una persona quiere andar sabiamente, debe tomar de corazón la determinación de obedecer a Dios, pase lo que pase. Agradar a Dios y conformarse a su semejanza es siempre lo correcto.
La resolución de honrar a Dios transforma la manera en que tomamos decisiones. Significa elegir lo que Él dice, en vez de seguir nuestros instintos o impulsos. Y antes que confiar en el consejo de otras personas, implica la decisión de examinar la Biblia para ver lo que Dios dice. Como resultado, la dulce voz del Espíritu se vuelve más fácil de discernir, y los gritos del mundo se desvanecen.
Usted tiene un Padre celestial misericordioso que honra a quienes hacen el compromiso sincero de andar de acuerdo con su voluntad. Dios asume la responsabilidad de dar a sus hijos la sabiduría que buscan, y mantenerlos andando en el camino recto (Pr 3.5, 6). Obedecer al Señor es siempre la mejor decisión.

martes, 25 de julio de 2017

Cómo manejar las relaciones desiguales



Cómo manejar las relaciones desiguales

Leer | 1 Corintios 15.33, 34
En un entorno ideal, todas nuestras relaciones interpersonales deberían acercarnos más al Señor. Sin embargo, vivimos en un mundo con gente pecadora. Dios quiere que influyamos en quienes no están caminando obedientemente con Él; pero a menos que seamos cuidadosos, podemos acabar siguiéndoles a ellos. Entonces, ¿cómo debemos lidiar con relaciones que nos pueden llevar a pecar? Con:
• Oración. Su primer paso debe ser orar por las personas que tienden a alejarle de Dios. Su tarea no es cambiarlas, pero puede pedir al Señor que obre en sus vidas. Y no olvide pedirle que le dé la sabiduría y la paciencia que necesita para relacionarse con ellas.
• Separación. Es posible que tenga que romper una relación si ella afecta su testimonio. Sin embargo, esto debe hacerse solamente después de mucha oración y consejo sabio. Recuerde que algunas relaciones están destinadas a ser permanentes; por tanto, escuche con mucha atención lo que Dios le esté diciendo.
• Perseverancia. Si la relación negativa nunca cambia, y el Señor no le está llamando a romper el vínculo con esa persona, entonces Él quiere que usted persevere en la situación. En ese caso, su objetivo debe ser caminar fielmente con su Padre celestial, a pesar de los obstáculos o la oposición.
Si usted lidia con relaciones negativas, cultive amistades con creyentes que puedan ayudarle a crecer en la fe. Dedique tiempo a la Palabra de Dios, llenando su mente con las verdades que sirven de ancla a su alma en situaciones tempestuosas, y persevere andando fielmente con Cristo.

lunes, 24 de julio de 2017


Andar en la Palabra

Leer | Salmo 119.97-104
La gente toma un montón de decisiones a diario. La mayoría de las opciones se presentan rápidamente, dejando poco tiempo para sopesar los pros y los contras. Así que, actuamos con el instinto. Pero los creyentes que quieran andar sabidamente en medio de los peligros de este mundo necesitan algo más fiable que el instinto carnal. Necesitamos conocimiento y principios de acuerdo con lo que Dios dice.
Menciono a menudo en mis escritos y predicaciones la meditación en las Sagradas Escrituras, y lo hago por una buena razón. La Biblia es la clave para conocer a Dios y obedecer su voluntad. Los creyentes no podemos desatender el pasar tiempo estudiando sus palabras. Si usted quiere saber cuál es el sentir del Señor en cuanto a un asunto, vaya a esta fuente para llenar su mente con la verdad.
Todos tenemos, en cierto modo, un modelo en nuestra mente. Está formado por los principios que nos enseñaron cuando niños, los hábitos que nos hemos formado, y la información que aceptamos como verdadera. La nueva información que nos llega pasa a través de ese patrón y es, o bien asimilada o bien rechazada. Así que, el diablo desea infiltrarse en su vida y ganar terreno en su mente y en su espíritu.
Algunos de los dardos que Satanás dispara a su mente parecen inofensivos o incluso buenos; es por eso que actuar con el instinto es tan peligroso. Un patrón mental revestido con la verdad bíblica es esencial para los creyentes, ya que identifica y rechaza todo lo que es pecaminoso, inconveniente, o simplemente impropio para los hijos de Dios.

sábado, 22 de julio de 2017

¿Por qué permite Dios el mal?


¿Por qué permite Dios el mal?

Leer | Génesis 2.15-17
Cuando los creyentes hablan de cómo y cuándo entró el mal en el mundo, la mayoría señala la tentación de la serpiente a Eva. Pero, en realidad, hay que remontarse al momento en que Dios plantó el árbol de la ciencia del bien y el mal. Al ofrecer a Adán y Eva la alternativa de elegir entre la obediencia y la rebeldía, Dios permitió que el mal entrara en su creación perfecta.
Ahora bien, usted probablemente se estará haciendo la pregunta que inquieta a muchos creyentes y no creyentes: ¿Por qué Dios permite el mal? Por años, se han dado algunas respuestas insatisfactorias; por ejemplo, que eso no le importa al Señor, o que Él es impotente para evitar el mal. Tales respuestas contradicen lo que Dios dice de sí mismo en las Sagradas Escrituras (Ro 5.8; Sal 47.8). La verdad es que nuestro amoroso Padre celestial tiene autoridad absoluta sobre este mundo.
Dios tuvo una razón para dejar que el mal entrara al mundo. El árbol del conocimiento era un campo de prueba. Adán y Eva tuvieron que elegir entre la rebeldía y el amor, el mal y el bien, la desobediencia y la obediencia. Puesto que el Señor deseaba el amor de los seres humanos que Él creó, tenía que ofrecer una alternativa, o bien prescindir de todo el proceso de la creación, o bien programar a la humanidad como robots que le dieran gloria y alabanzas.
El Señor nos asegura dos cosas en cuanto al mal. Primero, su propósito no es que pequemos (Stg 1.13). Él desea que tengamos intencionalmente una vida santa, para que el mal no encuentre lugar en nuestros corazones. Segundo, cuando seamos tocados por el mal, Él usará la situación para nuestro bien (Ro 8.28).

viernes, 21 de julio de 2017

Maneras prácticas de llevar las cargas

Maneras prácticas de llevar las cargas
Leer | 1 Tesalonicenses 5.14
En todas partes hay personas que sufren, pero a veces no sabemos qué decir o hacer para aliviar su dolor. He aquí seis maneras prácticas para ayudar a llevar las cargas de los demás:
1. Estar allí. A veces el mejor “método” de ayudar es simplemente estar presente. En nuestras horas más tristes, no necesitamos a alguien que trate de arreglarlo todo; solo necesitamos un amigo.
2. Escuchar. No intente dar respuestas o decirle a la persona qué es lo que tiene que hacer. Las almas heridas muchas veces solo quieren tener un oído atento para poder expresar lo que hay en su mente.
3. Compartir. Nunca haga alarde de ser alguien que al parecer tiene todas las respuestas. En vez de eso, comparta sus fracasos, y permita que ayuden a otros.
4. Orar. Hay poder en pronunciar delante del Señor los nombres de las personas. Cuando los demás escuchan a alguien hablar con Jesús a su favor, comienza a menudo a producirse la sanidad.
5. Dar. A veces, ayudar a los demás implica más que un apretón de manos o un abrazo cálido. Tal vez necesiten algo económico o material. Una de las mejores maneras de medir nuestra sinceridad es nuestra disposición a dar a los demás.
6. Sustituir. Usted puede conocer a alguien que está llevando la carga de cuidar a otra persona. Si interviene y toma su lugar por un tiempo, está imitando a su Salvador —Él, también, fue un sustituto.
Ya que no éramos capaces de hacerlo por nosotros mismos, Jesús cargó con todos nuestros pecados y sufrimientos. Si Cristo hizo eso por nosotros, ¿cómo podemos decir: “Estoy demasiado ocupado para llevar la carga de otra persona”?


jueves, 20 de julio de 2017

Cómo llevar las cargas de otros


Cómo llevar las cargas de otros
Leer | Romanos 15.1, 2

La Biblia ordena a los cristianos a llevar las cargas de otros. Hacer esto de manera efectiva requiere tres cosas.


• Sensibilidad. Si usted no es sensible a las luchas de quienes le rodean, ¿cómo puede ayudar? Cada domingo se sienta en la iglesia rodeado de personas que sufren. El Señor conoce la profundidad de su sufrimiento y desea liberarlos de la esclavitud, pero a menudo actúa por medio de sus hijos. Afortunadamente, contamos con su Espíritu para hacernos sensibles a las necesidades que haya en medio de nosotros.


• Aceptación. No estamos llamados a llevar cargas de otros basándonos en cómo nos sintamos en cuanto a ellos. Jesús no hace discriminación sobre a quiénes amar o ayudar. Si queremos ser como Cristo, debemos estar dispuestos a ayudar a los demás, sin importar quiénes sean.

• Disponibilidad. A veces, los cristianos piensan que es responsabilidad del pastor cuidar a toda la congregación. Pero él también tiene sus cargas. Su pastor quiere ayudar a todo el mundo en todas las formas posibles, pero si él es el único que está disponible para ofrecer apoyo a la congregación, tanto él como la iglesia colapsarán. Hágase la pregunta de si habrá una manera en que usted pueda ayudar a llevar la carga.
La Biblia nos dice que toda la ley se resume en un solo mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Gá 5.14). Después de amar al Señor con todo nuestro corazón, este es el segundo gran mandamiento (Mt 22.39). Por tanto, cuando nos solidarizamos con la angustia y las cargas de otra persona, cumplimos con una gran ley de Dios.


miércoles, 19 de julio de 2017

Los peligros de las enseñanza falsas



Los peligros de la enseñanza falsa
Leer | Gálatas 1.6-9
La Palabra de Dios es viva y eficaz, y penetra el alma humana (He 4.12). Considere cuán poderosa es la Sagrada Escritura que puede transformar los corazones, salvar vidas de la condenación eterna y dar esperanza a los desesperados.
¿Es de extrañar, entonces, que la Biblia sea un campo de batalla para Satanás? El diablo hará todo lo posible para destruir su mensaje y tergiversar su verdad.
Nuestro Padre celestial nos ha permitido, por su gracia, saber que el resultado de esta batalla es la victoria de la verdad. Pero aunque el Señor tiene la victoria final, Satanás puede ganar terreno entre las personas. Sus tácticas son peligrosas y engañosas para los incautos. Por esta razón, debemos evitar sus ataques, que son difíciles de reconocer a menos que estemos preparados.
La enseñanza falsa es una de las tácticas preferidas de Satanás para llevarnos por el mal camino. A primera vista, esa enseñanza parece coincidir con la Biblia, pero no se deje confundir por el engaño. Dos cosas son esenciales para mantenerse firme contra estas escurridizas falacias: estar bien arraigados en la verdad de la Palabra de Dios, y escuchar a su Santo Espíritu. Solo entonces podremos identificar el error, y evitar las trampas de las mentiras del enemigo.
Satanás anhela inducir al error a los creyentes para hacerlos inútiles para el reino. También quiere mantener a todas las almas lejos de la salvación que hay en Jesucristo. Hermano, prepárese para la batalla, crezca en el conocimiento de la verdad y apóyese en el Espíritu de Dios para que Él le guíe en todo momento.

Mar del Plata – Argentina
E-mail: pasosdefe@hotmail.com.ar
Facebook: Templo Cristiano Pasos de Fe

martes, 18 de julio de 2017

Cómo responder a la crítica

Cómo responder a la crítica
Leer | Proverbios 15.31-33
A nadie le gusta ser criticado, pero es inevitable; por tanto, tenemos que aprender a responder correctamente. Aunque usted pueda sentirse tentado a ponerse a la defensiva, mantenga la calma y escuche. Las palabras pueden herir, pero quienes prestan atención a lo que se les dice pueden salir beneficiados.
Si nos negamos a aceptar la reprensión, limitaremos nuestro potencial para madurar espiritualmente. Algunas de las mejores lecciones de la vida se reciben por medio de las experiencias difíciles. Si el Señor permitió la situación, usted puede tener la seguridad de que Él quiere utilizarla para transformarle a la imagen de su Hijo. Ya sea que la crítica sea legítima o no, o sea hecha con gentileza o dureza, lo que usted debe hacer es responder de una manera que glorifique al Señor.
Cuando alguien le critique, manténgase callado y escuche hasta que la otra persona haya terminado. Haga contacto visual para demostrarle atención y respeto. Cuando quien le critique termine de hablar, dele las gracias por hacerle saber su preocupación, y dígale que usted pensará en lo que dijo. Pregúntele al Señor si la acusación es legítima. Deje que Él escudriñe su corazón, bien sea para confirmar su inocencia o para convencerle de su falta.
Cada reprensión es una oportunidad que viene de Dios. Es una ocasión para demostrarle amor a quien le critica. Si la persona le está atacando airadamente, su actitud respetuosa y su gentileza se convertirán en un testimonio poderoso. La crítica es también una ocasión para que usted se humille y acepte la corrección del Señor.


sábado, 15 de julio de 2017

EL escudo de la fe

El escudo de la fe
Leer | Efesios 6.14-17
El apóstol Pablo escribió acerca de la guerra espiritual para que podamos conocer a nuestro enemigo y saber cómo luchar contra él. Comparó la armadura y las armas que Dios nos ha dado, con el equipo de un soldado: un casco para proteger nuestra mente, una coraza para cubrir nuestro corazón, zapatos especiales para ayudarnos a mantenernos firmes, un cinturón de la verdad de Dios para mantener unidas todas las partes de la armadura, la poderosa espada del Espíritu, y el escudo protector de la fe.
Los soldados romanos tenían grandes escudos y cuando enfrentaban un ataque, permanecían de pie, hombro con hombro, teniendo a su lado otros escudos que podían tocar. Luego, cuando las flechas enemigas volaban hacia ellos, se arrodillaban al mismo tiempo levantando sus escudos por sobre sus cabezas, manteniendo siempre el contacto con los escudos que tenían a cada lado. Nada podía penetrar esa defensa.
Esta es una ilustración de cómo debemos luchar cuando Satanás lance dardos de fuego a nuestro camino. Estos dardos entran a nuestra vida en forma de tentaciones, dudas y ansiedades. Cuando mantenemos levantado nuestro escudo de la fe, el ataque falla. Sin embargo, si lo bajamos o dejamos de mantenernos unidos como el cuerpo de Cristo, las flechas penetrarán.
Nuestro Padre Celestial ha dado todo lo que necesitamos para vivir en un campo de batalla. Ha garantizado la victoria por medio de Jesucristo, ha destruido el poder del pecado sobre nosotros, y nos ha dado una armadura para que nos la pongamos. Nuestra parte es andar por fe, creyéndole a Dios en todo momento.


viernes, 14 de julio de 2017

La fe para perseverar


La fe para perseverar

Leer | Hebreos 12.3-11

A veces la vida puede parecer un largo y oscuro túnel. Tal vez no podemos descubrir la solución para un problema, o no podemos encontrar alivio al dolor. Independientemente de la dirección que tomemos, no podemos encontrar esperanza para nada mejor que nuestras circunstancias actuales.
Afortunadamente, servimos a un Dios que siente nuestro dolor y conoce nuestras limitaciones. Jesucristo caminó por el valle de sombra de muerte, y clamó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mr 15.34). Esto significa que cuando nuestra fe llega al límite, nuestras fuerzas se agotan, y nuestros sueños se hacen añicos, Jesús lo entiende. Él nos pide que perseveremos, aun cuando queremos renunciar.
Renunciar no es más que abandonar la ayuda de Dios para valernos de nuestras propias fuerzas. Tratamos de manipular una situación o simplemente evitar el dolor. En esencia, elegimos creer que Satanás, con su poder terrenal, es más poderoso que Cristo dentro de nosotros (1 Jn 4.4). Por supuesto, el diablo no es más poderoso, pero nosotros dejaremos que gane una batalla si renunciamos a la seguridad de que Dios nos ayudará en la dificultad. Cuando tenemos esa actitud, perdemos la bendición del Padre y limitamos nuestra utilidad en su reino.
Aunque no podamos detectar su presencia, Dios está actuando en cada detalle de nuestro problema. Pero tenemos que confiar en su tiempo perfecto para que nos muestre la respuesta. El Padre celestial conoce su dolor, y Él vendrá a su auxilio en ese oscuro túnel. No se rinda antes de recibir su bendición.

miércoles, 12 de julio de 2017

Éxito y dinero

Éxito y dinero
Leer | Lucas 12.13-21
Existe una gran mentira que hace que las personas arriesguen sus familias, su salud y su integridad. Ésta es que el éxito se define por nuestra riqueza material. Muchos de nosotros decidimos que somos un fracaso sin ella. Y con ella, de alguna manera nos sentimos exitosos. Para descubrir la verdad, solo tenemos que preguntarnos: ¿Cómo nos ve el Señor?
Dios ve que algunos de nosotros tenemos una actitud idolátrica hacia la riqueza. La vida gira en torno al tema del dinero —conseguirlo, guardarlo y tener suficiente. Pero un concepto adecuado de la riqueza ve al dinero como un medio de intercambio dado por Dios para que podamos ayudar a los demás y satisfacer nuestras necesidades básicas. Nuestra adoración solo es para Dios, no para las riquezas.
El Señor nos hace una advertencia en cuanto a nuestra actitud materialista (Mt 6.24). La búsqueda de riqueza puede alejarnos de Él, o minimizar el poder de la Palabra en nuestras vidas. Incluso, puede esclavizarnos cuando tratamos de alcanzar la seguridad económica. El Señor dice que Él —no lo material— debe ser el centro de nuestras vidas; nuestra seguridad se encuentra en Él solo. Se nos insta a dar los pasos necesarios para protegernos contra las tentaciones que vienen con desear o tener riquezas.
Ninguno de nosotros es inmune al atractivo del dinero o a la tentación de definirnos como exitosos cuando lo tenemos. Pídale a Dios que le muestre con claridad la actitud que usted tiene hacia el dinero y el éxito. Luego, confiese cualquier actitud pecaminosa. Él puede usar nuestro dinero para el bien de su reino, si rendimos nuestras vidas a Él.


martes, 11 de julio de 2017

El placer momentáneo

El placer momentáneo
Leer | Hebreos 13.5, 6
Hay todo tipo de anuncios publicitarios en la televisión y en la radio. Con frecuencia, cuando se trata de los defectos del producto, el locutor habla tan rápido que usted no es capaz de seguirle. ¿Por qué habla tan rápido? Porque está leyendo la parte que la compañía no quiere que usted escuche. El mensaje que ellos quieren que usted capte es: ¡Cómprelo ya!
Satanás hace una presentación parecida: No te preocupes por el futuro; ¡puedes tener satisfacción inmediata ahora mismo! Él enfatiza que las cosas del mundo están disponibles de inmediato, sin mencionar el mañana. Debido a que quiere que perdamos nuestro futuro, nos invita a exigir la satisfacción inmediata de nuestros deseos. Pero no hay nada en este mundo que valga la pena como para salirnos de la voluntad de Dios o perder los privilegios y las oportunidades que Él ha preparado para nosotros. El Señor tiene un plan para nuestra vida, y no hay absolutamente nada que pueda compararse con su voluntad, su propósito y sus objetivos.
Nuestra relación con Dios es el aspecto más importante de nuestra existencia. Ninguna experiencia de la vida se compara en lo más mínimo con conocer al Señor. Sin embargo, la realidad es que continuamente somos tentados a preferir lo que Satanás ofrece, en lugar de esperar lo que Dios quiere.
Sacrificamos nuestro futuro cuando tomamos decisiones irrevocables en momentos de debilidad emocional. Jesucristo puede ayudarnos a enfrentar cualquier tentación o prueba que Satanás puede ponernos en el camino. El Señor está con nosotros, y Él nunca nos desamparará, ni nos dejará.


lunes, 10 de julio de 2017

Cómo perdonarnos

Cómo perdonarnos
Leer | 1 Juan 3.20
¿Alguna vez escuchó decir a alguien: “Sé que Dios me ha perdonado, pero nunca voy a ser capaz de perdonarme a mí mismo”? Aunque tal autocondenación puede tener diversos orígenes, es un enemigo que el Señor ya ha derrotado. Romanos 8.1 nos dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Pero ¿cómo debemos, entonces, lidiar con ella?
Primero, debemos distinguir entre remordimiento y culpa. Tenemos razón para sentir tristeza y remordimiento por acciones del pasado, pero cargar con la culpa por ellas no es necesario. La Biblia nos asegura que si confesamos nuestros pecados, Dios es fiel para perdonarnos (1 Jn 1.9). Los sentimientos persistentes de culpabilidad son enemigos que tratan de robarnos nuestra libertad en Cristo.
A veces, los sentimientos de culpabilidad surgen del concepto equivocado de que todavía tenemos que pagar por nuestros pecados, por lo que inconscientemente aceptamos el remordimiento perpetuo como una manera de reparar los errores del pasado. Tal práctica sugiere la idea errónea de que la preciosa sangre de Cristo no fue suficiente para cubrir todos los pecados de nuestro pasado, presente y futuro. Una vez que nos damos cuenta de que Él pagó por completo nuestra cuenta, no debemos jamás intentar aliarnos con quienes quisieran hacernos creer lo contrario.
Ya que nuestro Padre Celestial nos ha dado su Palabra, podemos rechazar todas las voces acusadoras y descansar en su promesa: “Si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas” (1 Jn 3.20).


sábado, 8 de julio de 2017

Cómo amar a nuestras madres

Cómo amar a nuestras madres
Leer | 1 Corintios 13.4-7

De niños, mostrábamos amor a nuestra madre con abrazos, dibujos y mimos. Pero ahora que somos adultos, algunos no estamos seguros de cómo demostrarle amor. A veces, esto se debe a que la relación es problemática. Atender sus necesidades a medida que envejece puede ser agotador emocionalmente y requerir mucho tiempo. Quizás resentimientos o experiencias de conflictos en el pasado, de maltratos o rechazo en la niñez, han creado una barrera.
Sin embargo, a pesar de las historias del pasado y de las dificultades en el presente, no podemos ignorar el mandamiento bíblico de honrar a nuestros padres (Ef 6.2). Permítame sugerirle cuatro maneras de respetar y amar a su madre, a pesar de lo que haya sucedido en su relación.
1. Ámela con paciencia. Todos cometemos errores. Piense simplemente en cuán paciente es Dios con usted, y haga lo mismo con su madre.
2. Trátela con amabilidad. La rudeza sólo revela nuestras propias imperfecciones y en nada ayuda a su madre o mejora la relación.
3. Actúe con generosidad. Estamos llamados a seguir el ejemplo de Cristo de servir con generosidad, en vez de lo que nos convenga o resulte cómodo.
4. Recuerde que el amor requiere perdón. Guardar resentimiento no solamente nos envenena; también impide que se cultive una buena relación.
Ahora bien, todo esto suena imposible, y lo es —si Cristo no está viviendo en usted. Él sabe exactamente cómo amar a su madre. El Señor le guiará y le dará el poder para responder como Él lo haría, si le da el control de su vida.


viernes, 7 de julio de 2017

Benignidad: Una cualidad admirable

Benignidad: Una cualidad admirable
Leer | Jeremías 9.23, 24

Ayer leímos acerca del fruto producido en una vida llena del Espíritu Santo, y señalamos que todas las demás cualidades son expresiones de la primera —el amor (Gá 5.22-23). El pastor y escritor Ray Stedman dijo: “Después de todo, gozo es amor que se goza en sí mismo; paz es amor que descansa; paciencia es amor que espera; benignidad es amor que reacciona; bondad es amor que decide; fidelidad es amor que cumple su palabra; mansedumbre es amor que empatiza; y templanza es amor que resiste la tentación”.
Enfoquémonos en la benignidad, la cual se revela en...
• Pensamientos de bien que buscan encontrar en otros lo bueno y no lo malo.
• Palabras delicadas para el rebelde que necesita disciplina, y de alabanza para el que se porta bien.
• Respuestas amables ante la ira o la injusticia.
• Acciones deliberadas que ayudan a otros, sin la búsqueda del interés egoísta.
Piense en sus acciones. ¿Hay alguna reacción o palabra que desearía borrar?
La benignidad no es algo que nos ponemos para ciertas ocasiones, es un atributo que Dios desea reproducir en nosotros. Tómese el tiempo para reconocer lo benigno que ha sido con usted el Padre celestial. Confiese cualquier acción poco bondadosa, y reciba el perdón que Él promete (1 Jn 1.9). Pídale que siga obrando por medio del Espíritu Santo para producir el fruto de la benignidad en usted, reconozca que la benignidad es una de las cualidades en las que Él se deleita, y exprese su deseo de que este atributo sea evidente en su persona.


jueves, 6 de julio de 2017

Un amor imposible hecho posible

Un amor imposible hecho posible
Leer | Gálatas 5.22, 23

Cuando un doctor de la ley preguntó a Jesús cuál de los mandamientos era el más grande, su respuesta fue: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Citó también el segundo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22.37, 39). ¡Qué tarea tan grande!
Con nuestras propias fuerzas, ninguno de nosotros podría cumplir con esta obligación, pero Dios ha proporcionado una manera para que los cristianos hagan lo imposible. El Espíritu Santo que habita en nosotros, obra para producir su fruto en nosotros, y el primero de la lista es el amor (Gá 5.22). De hecho, las otras ocho cualidades son, realmente, descripciones de la expresión del amor.
Cada vez que demostramos bondad, paciencia, o mansedumbre, vemos el amor del Señor en acción por medio de nosotros, sobre todo cuando la otra persona ha sido poco amable y no merece ese trato afable. Este fruto no se produce por esforzarnos en llenarnos de buena voluntad para con alguien con quien es difícil llevarse bien. En vez de eso, piense en el proceso más como la savia que corre a través de una rama en una vid. La rama no produce uvas; la savia sí. De la misma manera, el Espíritu fluye a través nuestro, produciendo el amor de Dios, para que nosotros, a su vez, podemos darlo a otros.
El amor ágape es la razón por la que somos capaces de amar a alguien que nos trate mal -—es obra de Dios, no nuestra. Incluso la adoración que ofrecemos al Señor no es algo que podemos producir en nuestro corazón sin su ayuda. Aunque el mandamiento de amar es tremendo y pesado, la gracia de Dios es suficiente.


miércoles, 5 de julio de 2017

Un modelo de oración poderosa

Un modelo de oración poderosa
Leer | Colosenses 1.9-14

Si alguien le preguntara: “¿Cómo puedo orar por usted?”, sería capaz de darle una respuesta clara? Muchas veces, no sabemos qué decir, y lo mismo sucede cuando hacemos esa pregunta a nuestros amigos —recibimos con frecuencia una respuesta vaga. Saber cómo orar unos por otros no es algo natural, por lo tanto, requiere que aprendamos cómo hacerlo.
Es por eso que la Biblia contiene muchos modelos sobre la oración eficaz. Uno de ellos se encuentra en la epístola de Pablo a los creyentes en Colosas. Oró para que ellos fueran “llenos del conocimiento de su voluntad” (Col 1.9). El hecho de que el apóstol hiciera esa oración, significa que podemos llegar a saber lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, cuando entendemos su voluntad.
La oración de Pablo incluyó también otras peticiones a favor de los colosenses. Pidió que Dios los bendijera con el conocimiento de lo correcto. Pero más que eso, pidió que anduvieran de una manera digna de Cristo, y que fueran fortalecidos con todo poder (vv. 10, 11).
Cuando eso sucede en la vida de un creyente, los testigos de esto se sienten atraídos por lo que ven. Algunos, incluso, pueden llegar a reconocer la actividad del Señor en la vida de un cristiano que refleja el poder del Padre celestial para perdonar los pecados y andar delante de Él en santidad.
Estas son peticiones específicas que usted debe hacer al orar por los demás. De hecho, haría bien en pedir las mismas cosas para usted mismo. Puede tener la seguridad de que la poderosa oración será contestada, porque está de acuerdo con la voluntad de Dios.


martes, 4 de julio de 2017

Orar en las crisis

Orar en las crisis
Leer | Números 21.6-8

¿Cuándo fue la última vez que usted clamó a Dios por algo que no fuera un problema personal? A menudo estamos tan involucrados en nuestras vidas, que no somos capaces de ver las crisis que enfrentan otros.
Estoy hablando de situaciones que no afectan a su familia directamente -—problemas políticos de otras naciones o desastres naturales —¿acaso no siente como si tales asuntos fueran demasiado grandes para que su oración pudiera tener alguna influencia?
Pues bien, no es así. El enemigo quiere que demos por sentado que la mayoría de los problemas son demasiado grandes para nuestras oraciones. Pero la Biblia nos asegura que “la oración eficaz del justo puede mucho” (Stg 5.16). Y el versículo 17 nos da un ejemplo grandioso: “Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses”.
Dios todopoderoso tiene el poder de sanar, dar paz y cambiar las circunstancias. Él permite que sus hijos tengan parte en esto por medio de la oración. Él nos dice que hablemos con Él de lo que sea (Fil 4.6), y promete escuchar cuando el pecado no obstaculice nuestra comunicación (Sal 66.18).
La próxima vez que usted sepa de una tragedia o un problema —independientemente de que eso afecte a extraños o a personas que usted conozca— resista la tentación de distanciarse de la situación. Usted puede tener un impacto en las vidas de otros cuando ore a favor de ellos. Por tanto, permita que la noticia de una crisis se convierta en un motivo para orar.


lunes, 3 de julio de 2017

Su diario personal de esperanza

Su diario personal de esperanza
Leer | Deuteronomio 7.17-19

Al igual que una liebre inmovilizada por la repentina aparición de los faros de un automóvil, nosotros también podemos quedar paralizados por emociones o circunstancias inesperadas. Con nuestras mentes en blanco y nuestras emociones congeladas, Satanás y sus huestes están listos para susurrar mentiras a nuestro oído y desenfocarnos de la verdad.
La Biblia ocupa un lugar invalorable, sobre todo a la hora de señalarnos la verdad. Ella es un registro de la relación y la obra de Dios en y por medio de la nación de Israel y la iglesia del Nuevo Testamento. Somos bendecidos cuando leemos la manera como Dios ha obrado en la vida de las personas. Es importante cultivar el hábito de leer la Biblia para que nuestra respuesta automática sea acudir a ella cuando enfrentemos una crisis.
Un diario personal también tiene un valor incalculable, ¿por qué razón? Porque es un registro de cómo el Señor ha obrado en nuestra propia vida. Si no se escriben, muchos detalles se olvidan. Estos detalles dan un testimonio maravilloso de la presencia de Dios en nuestra vida, y de su intervención en beneficio nuestro.
En el Antiguo Testamento se le dice a menudo a Israel que recuerde lo que Dios había hecho. Poner por escrito cómo se ha dado Dios a conocer personalmente a usted, le ayudará a recordar su misericordia. Esto también le ayudará en la lucha contra las mentiras del enemigo, que dice que usted está indefenso. La Palabra de Dios y lo que usted ha escrito en cuanto a la obra del Señor en su vida son un arma poderosa para hacer huir al desaliento.


sábado, 1 de julio de 2017

Cuando se sienta desalentado

Cuando se sienta desalentado
Leer | 2 Crónicas 20.5-12

Ayer vimos lo que hizo Josafat cuando se encontró en una situación de evidente impotencia. Hoy sacaremos otro principio del relato para aprender cómo manejar momentos similares.
En los versículos 5 al 12, Josafat sigue centrado en el Señor, lo cual debe ser también nuestra primera respuesta al temor. Pero observe lo que hace en esta oración, él no está hablando de su temor por lo que podría suceder. En vez de eso, está recordando el pasado, evocando los tiempos en la historia de la nación cuando Dios sacó a Israel de situaciones parecidas.
¿Cuántas veces ha hecho el Señor un milagro a favor de usted? Él está activamente involucrado en nuestras vidas, sin embargo a veces le damos gracias en el momento y luego olvidamos lo que ha hecho por nosotros. Más tarde, cuando tenemos temor otra vez, es difícil recordar cómo ha dado el Señor evidencias de Él en nuestras vidas.
Todos necesitamos aliento cuando nos sentimos desanimados. En esos momentos, nos ayuda pensar en lo que el Señor ha hecho a lo largo de la historia por la humanidad, y recordar las maneras en que ha obrado en nuestras vidas.
Dios sabe que nuestra fe se fortalece cuando tomamos en cuenta su historial. Es por eso que la Biblia nos dice a menudo que recordemos lo que el Señor ha hecho, y nos invita a compartir esa información con nuestros familiares.
Al pensar en sus muchas bendiciones, usted contemplará la obra de Dios desde una nueva perspectiva. Comenzará a ver cómo está entretejiendo cada hilo de su vida para crear un hermoso tapiz y así glorificarse por medio de su vida.