viernes, 7 de julio de 2017

Benignidad: Una cualidad admirable

Benignidad: Una cualidad admirable
Leer | Jeremías 9.23, 24

Ayer leímos acerca del fruto producido en una vida llena del Espíritu Santo, y señalamos que todas las demás cualidades son expresiones de la primera —el amor (Gá 5.22-23). El pastor y escritor Ray Stedman dijo: “Después de todo, gozo es amor que se goza en sí mismo; paz es amor que descansa; paciencia es amor que espera; benignidad es amor que reacciona; bondad es amor que decide; fidelidad es amor que cumple su palabra; mansedumbre es amor que empatiza; y templanza es amor que resiste la tentación”.
Enfoquémonos en la benignidad, la cual se revela en...
• Pensamientos de bien que buscan encontrar en otros lo bueno y no lo malo.
• Palabras delicadas para el rebelde que necesita disciplina, y de alabanza para el que se porta bien.
• Respuestas amables ante la ira o la injusticia.
• Acciones deliberadas que ayudan a otros, sin la búsqueda del interés egoísta.
Piense en sus acciones. ¿Hay alguna reacción o palabra que desearía borrar?
La benignidad no es algo que nos ponemos para ciertas ocasiones, es un atributo que Dios desea reproducir en nosotros. Tómese el tiempo para reconocer lo benigno que ha sido con usted el Padre celestial. Confiese cualquier acción poco bondadosa, y reciba el perdón que Él promete (1 Jn 1.9). Pídale que siga obrando por medio del Espíritu Santo para producir el fruto de la benignidad en usted, reconozca que la benignidad es una de las cualidades en las que Él se deleita, y exprese su deseo de que este atributo sea evidente en su persona.


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