viernes, 28 de julio de 2017

Cuando nos sintamos agotados



Cuando nos sintamos agotados
Leer | Isaías 40.27-31
Casi todos podemos recordar momentos en los que nuestras mentes y nuestros cuerpos se han sentido extenuados por el trabajo físico y la tensión mental. Si estas condiciones llegan a ser constantes o extremas es muy fácil que nos agotemos.
Afortunadamente, se nos ha dado un aliciente preciso para esos momentos de agotamiento. La lectura bíblica de hoy revela tres verdades reconfortantes en cuanto a Dios y su fidelidad en nuestros momentos de debilidad.
Primero, descubrimos que Dios “no desfallece, ni se fatiga con cansancio” (v. 28). Su fuerza no ha mermado, ni tampoco disminuirá en el futuro. Él es el mismo Dios ayer, hoy y por los siglos (He 13.8).
Segundo, encontramos que “Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is 40.29). Nuestro Padre celestial no nos frunce el ceño cuando somos débiles. En vez de eso, nos abraza y nos levanta cuando no podemos ayudarnos a nosotros mismos.
Por último, se nos ha dado una promesa increíble. El versículo 31 dice: “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
La próxima vez que se sienta demasiado cansado o desalentado para seguir adelante, recuerde que nuestro Dios es infatigable. Él es fiel para dar una provisión de fortaleza extraordinaria e inagotable a quienes estén dispuestos a esperar su tiempo perfecto. En todas las cosas, Él da exactamente lo que necesitamos en el momento adecuado.

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