miércoles, 18 de octubre de 2017

El conflicto


El conflicto

La batalla espiritual se mantiene todo el tiempo. Por eso es importante que los creyentes estén conscientes de ella para luchar contra el pecado de manera efectiva y vivir de una manera agradable a Dios. La lucha se da en tres esferas.
Primero, tenemos un enemigo interno. Desde la caída en el huerto del Edén, el corazón humano no busca por naturaleza a Dios. Pero el Espíritu Santo puede atraernos y dirigir nuestros pensamientos al Señor. Sin embargo, aun después de la salvación, tenemos la capacidad de pecar en este cuerpo. La Biblia menciona conductas “carnales” con las que luchamos a lo largo de la vida (Gá 5.19, 20).
Segundo, tenemos un enemigo externo: Las creencias, las actitudes y las filosofías impías que están alrededor de nosotros. Primera de Juan 2.15 advierte: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. Como creyentes en Jesucristo, tenemos que ser sal y luz para el mundo que nos rodea, sin permitir que sus normas influencien nuestros pensamientos o nuestra conducta.
Tercero, hay un enemigo infernal, y su nombre es Satanás. Su deseo es desacreditar a Dios y lograr la victoria sobre el reino del Señor. Sabemos por las Sagradas Escrituras que esto no va a suceder, pero el conflicto arreciará hasta los últimos días mencionados en Apocalipsis.
Esté consciente de estos tres enemigos. Usted no dormiría en medio de una guerra encarnizada, y tampoco debe vivir sin percatarse de la batalla espiritual de todos los días. El pasaje de hoy da la información específica para mantenerse firme en Cristo: Ármese con la Palabra, y busque la protección y la guía de Dios.

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