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miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿BAJO QUE ALAS TE CUBRES?


Cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber de tu río de deleites.
Porque en ti esta la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz. Salmo 36:7-9

Hace ya varios años atrás, un artículo en National Geographic, mostraba una foto impactante que decía estas son las Alas de Dios.
Después de un incendio forestal en el Parque Nacional de Yellowstone, E.U. los guardabosques iniciaron una larga jornada montaña arriba para valorar los daños del incendio.
Un guardabosque encontró un pájaro literalmente petrificado en cenizas, parado como una estatua en la base de un árbol…Un poco asombrado por el impactante espectáculo, dio unos golpecitos al pajarillo con una vara…
Cuando lo hizo, tres diminutos polluelos se escabullieron bajo las alas de su madre ya muerta, y alzaron el vuelo.

La amorosa madre, en su afán de impedir el desastre, había llevado a sus polluelos a la base del árbol y los había acurrucado bajo sus alas, instintivamente conociendo que el humo tóxico ascendería…Ella podía haber volado para encontrar su propia seguridad, pero se había negado a abandonar a sus polluelos. 
Cuando las llamas llegaron y quemaron su pequeño cuerpo ella permaneció firme…Porque había decidido morir para que aquellos que estaban bajo sus alas pudiesen vivir.

Mi querido amigo/a, si un animalito silvestre es capaz de dar su vida misma por sus hijos, cuanto más nuestro amado Señor Jesucristo que estuvo dispuesto a ir a la cruz, para que nosotros pudiésemos vivir eternamente, El permaneció firme ante la decisión de la cruz, con un solo propósito, para darnos vida eterna, y vernos volar el día que el venga por su iglesia. En la palabra de Dios encontramos varios versículos que describen a Dios como si el tuviese alas, lo cual es sencillamente una analogía, para que nosotros podamos comprender su grande e infinito amor.

Jesús le dijo a su pueblo; ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuantas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!. Lucas 13:34
Hoy nuestro amado señor Jesucristo, sigue invitando a los hijos de Dios a buscar refugio bajo su sombra, bajo su divina protección, pero muchos de ellos siguen negándose o resistiéndose a someterse bajo sus alas y van ahí vagando en el desierto, buscando alas rotas incapaces de cobijarles….alas humanas, las cuales, ellas mismas, están necesitadas de ser restauradas…
No busques más las alas del ser humano, hay unas alas infinitas, cargadas de amor inconmovible, llenas de calor y frescura a la vez, ellas son un refugio de día y de noche. En ellas estaremos completos y seguros….ellas son las alas de Dios.

Bajo las alas de Dios, o las de los hombres, pero jamás las dos.
¡Tú decides!

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