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jueves, 24 de marzo de 2011

TESOROS DE DAVID "SALMO 12" Charles Spurgeon


Este Salmo está encabezado con el título «Al músico principal; sobre Seminit. Salmo de David», título que es idéntico al del Salmo seis, excepto que aquí se omite «Neginot». El tema será más gráfico silo llamamos «Buenos pensamientos en tiempos malos». Se supone que fue escrito cuando Saúl perseguía a David y a los que favorecían su causa.

Vers. 1. Salva, oh Jehová. El Salmista ve el peligro extremo de su posición, porque para un hombre es mejor estar entre leones que entre mentirosos; siente su propia incapacidad para tratar con estos hijos de Belial, porque «el que los toque debe estar rodeado de hierro». Por tanto, se
vuelve a su Ayudador del todo suficiente: el Señor. Su ayuda nunca es negada a sus siervos, y su ayuda es bastante para todas las necesidades.
Así como los navíos pequeños pueden navegar en puertos en que otros mayores, por calar más profundo, no pueden entrar, así también nuestras breves exclamaciones y cortas peticiones pueden navegar al cielo cuando nuestra alma es privada por el viento, o por los asuntos, de ejercicios de devoción más prolongados, y cuando la corriente de la gracia parece demasiado baja para que flote en ella una suplica mas elaborada.C. H. S.
Ya era hora de pedir ayuda al cielo, cuando Saúl había dicho: «íd, matadme los sacerdotes de Jehová» (que se supone es la ocasión en que fue escrito este Salmo), y por ello cometió el pecado contra el Espíritu Santo, en opinión de algunos solemnes teólogos. John Trapp
Porque se acabaron los compasivos. La muerte, la partida o la declinación de los hombres piadosos debería ser un trompetazo que llame a más oración.
Porque han desaparecido los leales de entre los hijos de los hombres. Cuando se ve la piedad, inevitablemente le sigue la lealtad; sin el temor de Dios los hombres no aman la verdad. David, en medio del desorden general, no se armó complots y ediciones, sino que presentó peticiones solemnes; ni se juntó con la multitud para obrar mal, sino que echó mano de las armas de la oración para resistir los ataques de ellos contra la virtud. C. H. S.
¿Te encuentra tu amigo o vecino fiel con respecto a él? ¿De qué da testimonio nuestro trato diario? ¿No resulta a expensas de la verdad, con frecuencia, lo que decimos con ánimo de ser agradables? Charles Bridges
Vers. 2. Habla mentira cada uno con su prójimo. Los cumplimientos y halagos son odiosos para las personas sinceras; éstas saben que silos aceptan deben devolverlos, y desprecian una y otra cosa.
Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. El que hincha el corazón de otro no tiene nada más que viento en el propio. C. H. S.
No hay una cosa más apropiada para hacer una capa de ella que la religión; no hay nada más de moda, nada tan provechoso; es una librea con la cual el prudente puede servir a dos señores, a Dios y al mundo, y ganar en el servicio de ambos. Yo sirvo a los dos, y con ello a mí mismo, prevaricando a los dos. Ante el hombre, no hay nadie que sirva a su Dios con una devoción más severa; por lo cual, entre los mejores de los hombres, busco y alcanzo mis objetivos, y me sirvo a mí mismo. En privado, sirvo al mundo; no con una devoción tan estricta, pero con más deleite; cuando cumplo los deseos de sus siervos, procuro mis propios objetivos y me sirvo a mí mismo.
La casa de la oración, ¿quién la frecuenta más que yo? En todos los deberes cristianos, ¿quien se halla más a la vista que yo? Ayuno con los que ayunan y como con los que comen. Hago luto
con los que lo observan. No hay mano más abierta a la causa que la mía, y en sus familias no hay nadie que ore más tiempo y más alto. Así, cuando la opinión de una vida santa ha proclamado la bondad de mi conciencia, mi tienda es frecuentada por los parroquianos, mi mercancía tiene buen precio, mis palabras merecen crédito, mis acciones no carecen de alabanza.
Soy avaro, pero se interpreta que soy providente; soy ruin y mezquino, esto es, templado; si melancólico, se me interpreta como piadoso; si amo el jolgorio, se entiende que es gozo espiritual; si soy rico, son las bendiciones de una vida piadosa; si soy pobre, se supone que es el fruto de una conciencia estricta en los tratos; si se habla bien de mí, lo merezco por mi santa conducta; si mal, es malicia de envidiosos.
Así que navego con todos los vientos, y consigo mis fines en todas condiciones. Esta capa en verano me mantiene fresco, caliente en invierno, y esconde el costal de todos mis secretos deseos carnales. Bajo esta capa ando en público en medio del aplauso frecuente, y en privado peco sin temor a ofensa; actúo astutamente sin que se me descubra. Busco cielo y tierra para hacer un prosélito; y una vez lo hago, él me hace a mí. En el ayuno proclamo Ginebra; en una fiesta, Roma.
Si soy pobre, hago ver que tengo abundancia, para salvaguardar mi crédito; si soy rico, lo disimulo, y presento pobreza para que no me echen cargas. Las opiniones más cismáticas son las que hallo más provechosas, pues de ellas aprendo a divulgar y mantener nuevas doctrinas; ellas me sostienen con la cena tres días a la semana. Hago uso de alguna mentira a veces, como una nueva estratagema para defender el evangelio; y execro la opresión con los juicios de Dios ejecutados sobre los malos. La caridad la tengo por un deber extraordinario; por tanto, no la ejecuto de ordinario. Lo que repruebo de cara al público, para mi propio provecho, lo hago
secretamente en casa, para mi propio placer. Pero, alto, veo un escrito en mi corazón que hace desfallecer mi alma. Las palabras del mismo son: «¡Ay de vosotros, hipócritas!» (Mateo 23:13).
Francis Quarles en Soliloquio del hipócrita.
El mundo verdaderamente dice que la sociedad no podría existir si hubiera una veracidad y una sinceridad perfectas entre hombre y hombre; pero, ¡qué cuadro presenta el edificio social, cuando sus paredes parecen tener por argamasa sólo halagos y la falsedad! Barton Bouchier
El filósofo Bion, cuando se le preguntó qué animal consideraba como el más dañino, contestó:
«De todas las criaturas salvajes, el tirano; de las domesticadas, el halagador. » El libro de los símbolos Hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. El original dice: «un corazón y un corazón»; uno para la iglesia, otro para lo demás; uno para los domingos, otro para los días de entre semana; uno para el rey, otro para el papa. Un hombre sin corazón es una maravilla, pero un hombre con dos corazones es un monstruo. Se dice de Judas «Había muchos corazones en un
hombre»; y leemos de los santos: «Y la multitud de los que habían creído eran de un solo corazón» (Hechos 4:32). ¡Una bendición especial! Thomas Adams
Cuando un hombre cesa de ser fiel a su Dios, el que espera que sea fiel a los otros quedará decepcionado. George Horne
Vers. 3 Arranque Jehová todos los labios lisonjeros, y la lengua que habla jactanciosamente. Es extraño que el yugo fácil del Señor sea tan duro para los hombros del orgulloso, en tanto que las cadenas de Satanás que los atan les parezcan de oro.

Uno se imagina generalmente que los halagadores son parásitos despreciables, que se arrastran y lamen, y que no pueden ser orgullosos; pero el sabio te dirá que si bien todo orgullo es verdaderamente mezquino, hay mucho orgullo en la mezquindad extrema. El caballo de César está más orgulloso de llevar al César que éste de cabalgar en él. Nadie es tan detestable como dominador como las criaturas ruines que se encaraman a los cargos de importancia aferrados a la levita de los grandes; son tiempos malos, verdaderamente, aquellos en que estos seres nefastos son numerosos y poderosos. C. H. S.
Vers. 4. A los que han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos. Desde el tiempo de Tertuliano al de Juliano el Apóstata toda clase de oratoria, conocimientos e ingenio fueron usados pródigamente contra la Iglesia de Dios. Michael Ayguan en Comentario de J. M. Neale
Nuestros labios por nosotros; ¿quién va a ser amo nuestro? Si tenemos que ver con Dios, hemos de dejar de decir que somos nuestros y considerar a Dios como nuestro amo. John Howe
Vers. 5. Por la opresión de los humildes. La pobreza, la necesidad y la miseria deben ser motivos para la compasión; pero los opresores hacen de ellas las piedras afiladoras de su crueldad y severidad, y por tanto el Señor defiende la causa de sus pobres y oprimidos, contra sus opresores, sin honorarios ni temor; sí, El defenderá su causa con pestilencia, sangre y fuego. Thomas Brooks
Vers. 6. Las palabras de Jehová son palabras sinceras, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces. Las palabras del hombre son sí y no, pero las promesas del Señor son sí y amén. En el original hay una alusión al proceso purificador más estricto conocido por los antiguos, por medio del cual la plata pasaba al grado de pureza máximo deseado; la escoria era consumida totalmente, y sólo quedaba el metal precioso y reluciente; así, limpio y libre de toda aleación de error o infidelidad es el libro de las palabras del Señor. La Biblia ha pasado por
medio del horno de la persecución, el criticismo literario, la duda filosófica, los descubrimientos científicos, y no ha perdido nada sino las interpretaciones humanas que se adhieren a ella como aleación al precioso mineral. C. H. S.
Los que purificaban la plata, para conseguirlo la introducían en el fuego una y otra vez, hasta que quedaba totalmente probada. La doctrina de la gracia gratuita de Dios ha sido puesta a prueba una y otra vez y mil veces. Pelagio empieza y mezcla con ella su escoria: dice que la gracia no es nada más que la naturaleza del hombre. Bien, su doctrina fue purificada, y una gran parte de la escoria fue eliminada.
Luego vienen los semipelagianos, que dicen que la naturaleza no puede hacer nada sin la gracia, pero hacen que la naturaleza concurra con la gracia, y tenga su influencia, lo mismo que la gracia; y esta escoria también fue quemada. Los papistas emprenden la misma cuestión, y no serán ni pelagianos ni semipelagianos, pero siguen mezclando todavía escoria.
Vienen los arminianos y refinan el papismo sobre este punto una vez más; con todo, aún siguen mezclando escoria. Dios hace que su verdad sea probada siete veces en el fuego, hasta que puede presentarse pura, como debe ser. Y digo esto porque esta verdad es preciosísima. Thomas Goodwin

La Escritura es el sol; la iglesia es el reloj. El sol sabemos que es seguro, y regular de modo constante en sus movimientos; el reloj puede adelantarse o bien atrasarse. Por ello, hemos de condenar como loco al que profesa confiar en el reloj más bien que en el sol, y también no podemos por menos que echar de ver la credulidad de los que prefieren confiar en la iglesia a confiar en la Escritura. Obispo Hall
«Cuando Voltaire lee un libro, saca de él lo que quiere, y luego escribe contra lo que él se ha imaginado», dice Montesquieu de Voltaire. Gardiner Spring
«La palabra de Dios es limpia, es escudo a los que en él esperan» (Proverbios 30:5); así como el oro no sufre pérdida al ser sometido al fuego, tampoco las promesas sufren pérdida cuando son puestas a prueba, sino que siguen válidas aun en nuestras mayores tribulaciones. Thomas Manion
Vers. 8. Los malvados nos cercan, porque la vileza es exaltada entre los hijos de los hombres.
Así como el sol caliente trae moscas nocivas, lo mismo el pecador puesto en honra estimula el vicio por todas partes. C. H. S.

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