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martes, 29 de noviembre de 2011

Usos y costumbres bíblicas: "Moradores de Tiendas de Campaña"


El vivir en tiendas es de origen muy antiguo según la Biblia. Se remonta hasta antes de los días de Abrahán. En las Sagradas Escrituras encontramos la primera referencia a esa vida
en Génesis 4:20, cuando se refiere a un hombre llamado Jabal, que .fue el padre de los que habitaron en tiendas.. Después del diluvio se dice en las Sagradas Escrituras.Dios engrandezca a Japhet, y habite en sus tiendas de Sem. (Génesis 9:27).
Los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob pasaron la mayor parte de su vida en tiendas en la tierra de Canaán y sus alrededores. Se dice de Abraham que levantó su tienda. cerca de Bethel (Gén. 12:8). De Isaac se dice que levantó su tienda" en el Valle de Gerar (Gén. 26:17).
Y de Jacob, que levantó su tienda frente a la ciudad de Sichem, (Gén. 33:18).
Los hijos de Israel vivieron en tiendas durante su peregrinación por el desierto durante cuarenta años. De ellos dice Moisés "los hijos de Israel asentarán en tiendas, cada uno en su escuadrón" (Núm. 1:52). Refiriéndose a Balaam, dice: alzando sus ojos vio a Israel alojado por sus tribus. (Núm. 24:2).
Por muchos años después que Israel entró a poseer la Tierra Prometida aún vivían en sus tiendas. Al rey David le fue dicho en sus días: "El arca, e Israel, y Judá están debajo de
tiendas" (2 Sám. 11:11), lo que indica que la mayoría de las gentes moraban en tiendas. En tiempos de las diez tribus comandadas por Jeroboam el grito que se oía era "Israel, a tus
estancias" (1 Reyes 12:16).
Cuando las tribus se reunían en lugares pequeños como Gilgal y Silo, siempre llevaban consigo sus tiendas. Y cuando el templo fue terminado en Jerusalén, y el pueblo hacía sus
peregrinaciones para ir a la celebración de las fiestas del Señor, algunos millares de ellos dormían en tiendas que levantaban en las laderas de las montañas que rodean la ciudad.
Como los judíos de antaño, los nómadas o árabes beduinos de Palestina, y especialmente de la Transjordania, por siglos han morado en sus tiendas, y su manera de vivir es bastante parecida a la de las gentes de la Biblia. De ahí que un estudio de la estructura de las tiendas de las tierras bíblicas de hoy día, arrojará mucha luz sobre la manera de vivir de los
hombres de los primitivos tiempos bíblicos. Con tal estudio estaremos capacitados para imaginarnos el fondo para entender la vida y las contribuciones de esos hombres de épocas
pasadas.

MATERIAL DE LA TIENDA
La habitación de los beduinos es su tienda, la que es fabricada con telas de pelo negro.
Se llama beit sha'ar, "casa de pelo". Se fabrica con una tela basta, y sirve para proteger a la familia de los vientos fríos del invierno. En el verano, los lados de la tienda se levantan, y sirve entonces como sombra.
La tela de pelo de cabra usada para hacer estas tiendas es porosa, cuando está seca; pero con las primeras lluvias de la estación se aprieta el tejido de manera que se convierte en
impermeable.
En el libro del Cantar de Cantares de Salomón se habla de estas tiendas de pelo negro de cabra cuando leemos: "Morena soy, oh hijas de Jerusalén... como las cabañas de Cedar" (Cant. 1:5).
Para fabricar las tiendas de los beduinos se usa el mismo material llamado cilicio en los días de la Biblia. Debemos recordar que el cilicio oriental no se parece al cotense occidental, sino que es un material hecho de pelo de cabra espinoso y basto.
El apóstol Juan al comparar las tinieblas a este cilicio, dice: "el sol se puso negro como saco de cilicio" (Apoc. 6:12). En tiempos bíblicos se usaba el saco de cilicio para demostrar la
tristeza (Gén. 37:34; 2 Sam. 3:31); como signo de humillación (1 Reyes 29:1); como signo de arrepentimiento (Dan. 9:3; Jonás 3:5).

CAMPAMENTOS DE TIENDAS Y MODO DE LEVANTARLAS
Si los árabes beduinos viven juntos como tribu o clan, como casi siempre lo hacen, o si más de una familia vive con ellos, entonces sus tiendas no se levantan en racimo confuso, sino en un círculo grande para que cuando menos sus ganados puedan quedar protegidos dentro del círculo. Al lado de la tienda del jefe y a su cabecera, se coloca hincada en tierra una lanza
grande como emblema de su autoridad (1 Sam. 26:7). Su tienda, por lo general, es de mayores dimensiones que la de los demás.
Dice la Biblia que algunos de los hijos de Ismael vivían en campamentos de tiendas (Gén. 25:16). El número de las tiendas que constituían el campamento de Abrahán debe haber sido grande, porque en la guerra que sostuvo con la federación de reyes, los cuales se habían llevado cautivo a su sobrino Lot, se dice que Abrahán tenía a sus órdenes trescientos dieciocho
soldados entrenados y nacidos en su casa (Gén. 14:14). El arreglo de sus tiendas sin duda file como el del más rico beduino de nuestros días.
La parte principal, encima de la tienda del beduino, se compone de un gran toldo que se sostiene por postes, y las extremidades de la tela de la tienda se estiran con cuerdas que se
atan a estacas hincadas en la tierra. Fue una de estas estacas de la tienda la que usó Jael para matar a Sísara (Jueces 4:21).

ARREGLO INTERIOR DE UNA TIENDA
La tienda oriental es comúnmente de forma oblonga y consta de dos y algunas veces de tres apartamentos divididos por cortinas de pelo de cabra. La entrada conduce al departamento de los hombres, el que también sirve de sala de recepción; mas allá está el departamento de las mujeres y los niños. Algunas veces hay un tercer apartamento para los criados o el ganado.
En el departamento interior, que está encortinado, están las mujeres, no visibles desde la sala de recepción, pero pueden ellas oír todo lo que sucede en esa sala. Así fue como Sara
en su departamento oyó lo que el ángel dijo a Abrahán en la sala de recepción (Gen. 18:10-15).
Hay casos en que son necesarias tiendas separadas para las mujeres. Se necesitaron varias tiendas para alojar a la gran familia de Jacob. Se hace referencia a la tienda de Jacob, a la
tienda de Lea, a la de Raquel y a la tienda de las dos criadas (Gén. 31:33).

AMUEBLADO INTERIOR DE LAS TIENDAS
La tienda de un pastor está siempre sujeta a continuos cambios, como lo indica Ezequías en su canto de gratitud después de la recuperación de su salud (Isa. 38:12). El amueblado de una tienda debe incluir sólo lo necesario. El piso se cubre con alfombras, y por la noche se usa la ropa de cama, la que se compone de esteras o carpetas, sobre las cuales se duerme. Los mantos usados durante el día les sirven por la noche de colchas. Se pueden poner en derredor de los postes de en medio sacos de grano. Deben encontrarse a la mano en la tienda un molino de mano y el mortero en que se muele el grano. Colgados de los postes estarán los sacos de piel para el agua y demás líquidos. También habrá una cubeta de cuero para sacar el agua del pozo que se encuentra cerca, y un cántaro que usan las mujeres para llevar el agua. Los utensilios de cocina no son muchos, pero incluyen botes, bandejas y vasijas.
Con las fuentes para servir se incluirán esteras y platos más grandes, así como tazas para beber. Una lámpara de las primitivas quemando aceite de oliva se usará para iluminar la tienda por las noches. Si la familia tiene la dicha de contar con un camello, entonces se usará la fornitura para sentarse en el interior de la tienda, de la manera como Raquel hizo cuando su padre buscaba sus dioses en su tienda (Gén. 31:34) -Pocas cosas además de las enumeradas arriba se necesitan para la vida sencilla de los moradores de tiendas.
El fogón queda, por supuesto, sobre el piso. Se cava un pozo en el piso donde se pueda encender el fuego, poniéndose en derredor de él varias piedras y los utensilios de cocina
se ponen sobre ellas, por encima del fuego. Uno de estos fogones está dentro de la tienda y otro estará fuera, cerca del departamento de las mujeres. En tiempo de verano se cocinan los
alimentos mejor fuera que dentro de la tienda.

REMENDANDO LA TIENDA Y AGRANDANDOLA
Es muy raro que se hagan nuevas tiendas entre los beduinos. Cuando esto llega a acontecer es cuando un novio y su novia ponen su casa aparte de la de sus padres, y esto ocurre muy raramente.
El procedimiento a seguir es acumular la trasquila de una cabra durante un año o más, y con ello se hace una tira más de tela para añadirla a la vieja tienda. Las mujeres hacen este
trabajo. La parte del techo de la tienda más averiado se corta, y la nueva tira de tela la reemplaza. La tira vieja se usa como cortina. CadA año nuevas tiras de tela se ponen en lugar
de las averiadas, y esta "casa de pelo" se pasa de padre a hijo aun cuando no esté completamente nueva o completamente vieja, en cualquier tiempo.
Cuando la familia que vive en una tienda crece o se hace rica y desea agrandaría, lo hace añadiéndole secciones, de la misma manera que un occidental añade un cuarto a su casa.
Pero la diferencia es que en lugar de hacer una tienda nueva, continúa añadiéndole secciones.
Isaías tenía este proceso en mente al comparar la prosperidad profética de Israel a una tienda beduina. "Ensancha el sitio de tu cabaña y las cortinas de tus tiendas sean extendidas; no seas escasa: alarga tus cuerdas, y fortifica tus estacas" (Isa. 54:2).

CARACTER DE LA VIDA EN LAS TIENDAS
El occidental aún no puede apreciar el carácter peregrino del oriental que mora en tiendas. Un viajero entre estos nómadas decía de ellos lo siguiente:
"La tienda de un árabe es su hogar; pero la palabra "hogar" para el no tiene el significado que tiene para nosotros. De nuestra idea del hogar no tiene ningún concepto. Su hogar es el pequeño paraje donde levanta su tienda y donde su ganado se reúne por la noche; su país, la tierra de sus padres; es el pequeño distrito sobre el que vaga en verano".
Recordemos que Abrahán, Isaac y Jacob fueron peregrinos en la Tierra Prometida. "Por fe (Abrahán) habitó (fue morador de tiendas) en la tierra prometida, como en tierra ajena... con
Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa" (Heb. 11:9). Y el autor de Hebreos dice además de estos profetas, "Murieron todos estos sin haber recibido las promesas, sino
mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra" (Heb. 11:13).
La vida de las tiendas con su sencillez, y todo el tiempo que se pasa fuera de ellas, tiene un encanto real para aquellos que están avezados a ella. La mayoría de sus moradores no vivirían de otra manera si se les diese a escoger. Y como los antecesores de los judíos fueron moradores de tiendas, sus descendientes consideran esa vida en un espíritu de
verdadera dignidad. Esto explica las numerosas referencias a la vida en las tiendas en su poesía sagrada y en la profecía (cf. Sal. 84:1-10; Cant. 1:5; Jer. 4:20, etc.).

Génesis 14; Comentario Bíblico de Matthew Henry


Versículos 1—12. La batalla de los reyes—Lot llevado prisionero.
13—16. Abram rescata a Lot. 17—20. Melquisedec bendice a Abram. 21—24. Abram devuelve el botín.

Vv. 1—12. Las guerras de las naciones forman gran parte de la historia pero no hubiésemos tenido el relato de esta guerra si Abram y Lot no hubieran sido parte de ella. Por codicia Lot se había instalado en la fértil pero malvada Sodoma. Sus habitantes estaban completamente maduros para la venganza contra todos los descendientes de Canaán. Los invasores eran de Caldea y Persia en aquel entonces reinos pequeños. Tomaron a Lot y sus bienes entre los demás. Era justo e hijo del hermano de Abram, sin embargo, estaba con los demás en este problema. Ni nuestra propia piedad ni nuestra relación con los favoritos del cielo nos pueden dar seguridad cuando se inicien los juicios de Dios. Más de un hombre honesto sufre lo peor debido a sus malos vecinos: es sabiduría nuestra separarnos o, por lo menos, distinguirnos de ellos, 2 Corintios, 6.17. Un pariente tan cercano de Abram debiera haber sido compañero y discípulo de Abram. Si prefirió morar en Sodoma fue gracias a sí mismo que participó de las pérdidas de Sodoma. Cuando nos salimos del camino de nuestro deber, nos salimos de la protección de Dios y no podemos esperar que la opción tomada por nuestra lujuria termine en nuestro provecho. Ellos se llevaron el patrimonio de Lot; justo para Dios es quitarnos los deleites, por los cuales nos vemos privados de su gozo.

Vv. 13—16. Abram aprovecha esta oportunidad para dar una prueba real de que es verdaderamente amigo de Lot. Nosotros debemos estar listos para socorrer a los que están en problemas, especialmente parientes y amistades. Aunque el prójimo haya faltado a sus deberes para con nosotros, aun así no debemos descuidar nuestro deber para con ellos. Abram rescató a los cautivos. Al tener la oportunidad debemos hacer el bien a todos.

Vv. 17—20. A Melquisedec se le llama rey de Salem, que se supone es el lugar que después se llamó Jerusalén y, generalmente, se piensa que era simplemente un hombre. Las palabras del apóstol, Hebreos 7.3, sólo dicen que la historia sagrada nada menciona de sus antepasados. El silencio de las Escrituras sobre esto es para que elevemos nuestros pensamientos a Cristo, cuya generación no puede ser declarada. —Pan y vino fue un buen refrigerio para los cansados seguidores de Abram; notable es que Cristo designara los mismos elementos como recordatorio de su cuerpo y sangre que, indudablemente, son carne y bebida para el alma. —Melquisedec bendijo a Abram de parte de Dios. Bendijo a Dios de parte de Abram. Nosotros tenemos que agradecer las misericordias para con el prójimo como por las que nosotros recibimos. Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, es el Mediador de nuestras oraciones y alabanzas y no sólo eleva las nuestras sino eleva las suyas propias por nosotros. —Abram le dio el diezmo del botín, Hebreos, 7.4. Cuando hemos recibido una misericordia grande de Dios, es muy apropiado que expresemos nuestra gratitud por un acto especial de piadosa caridad. Jesucristo, nuestro gran Melquisedec, está para que se le rinda homenaje y para reconocerle humildemente como nuestro Rey y Sacerdote; debemos darle no solamente el diezmo de todo, sino todo lo que tenemos.

Vv. 21—24. Observe la oferta de gratitud del rey de Sodoma a Abram: “Dame las personas y toma para ti los bienes”.
La gratitud nos enseña a recompensar lo más que podamos, a quienes han soportado fatigas, han corrido riesgos y han gastado para nuestro servicio y provecho. Abram rehusó generosamente esta oferta. Acompaña su rechazo con una buena razón: “Para que no digas: Yo enriquecí a Abram”, lo cual se reflejaría en la promesa y pacto de Dios, como si el Señor no hubiera enriquecido a Abram sin los despojos de Sodoma. El pueblo de Dios, en aras de su propio crédito, debe tener cuidado de hacer algo que parezca mezquino o mercenario o que tenga resabios de codicia e interés propio. Abram puede confiar en el Dueño del cielo y la tierra que le proveerá.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los fundamentos de la vida cristiana: "¿Que es un discípulo?"

Escrituras clave
a) 1 Pedro 2:21 Lucas 6:40
Juan 8: 31-32 Colosenses 3:17
2 Timoteo 2:2 1 Juan 2:6
b) Definición
La palabra discípulo en griego es "mathetes" que significa "uno que aprende instrucción de otro". Se usaba en el mundo secular griego para el aprendizaje de un artesano. Un discípulo no era solamente un alumno sino un adherido, por eso se hablaba de ellos como imitadores de sus maestros.
Todo cristiano es llamado a ser discípulo de Jesús y esto significa que seguirá a Jesús y pondrá las declaraciones de Jesús primero en su vida, no importa lo que le cueste a sí mismo. De modo que un discípulo cristiano es una persona que está determinada a seguir a Jesucristo, con el deseo de aprender de El y vivir según su ejemplo.
c) Cinco principios básicos
1. Un discípulo es una persona que vive continuamente según la Palabra de Jesús. No son personas que siguen sólo ocasionalmente las palabras del Maestro, sino personas que se comprometen a llevar hasta el fin sus enseñanzas de una manera disciplinada y confiada. Jesús es nuestro Maestro. El nos hablará palabras vivas diariamente a través del Espíritu Santo. Lo que necesitamos hacer nosotros es vivir en nuestra vida diaria los mandamientos, enseñanzas y ejemplos que ya nos ha dado. El pensamiento principal detrás del discipulado no es uno de inspiración sino de instrucción. Debemos poner en práctica lo que nos ha sido revelado hacer por la Palabra de Dios. Necesitamos los fundamentos estables de la obediencia a la Palabra de Dios como la base de nuestro discipulado, si no estaremos a merced de toda noción o sentimiento subjetivo que venga.

2. Un discípulo es una persona que confía su vida completamente al Señor. Esta confianza debería ser total, mas no es sólo un compromiso con cualquiera, sino con un Maestro amoroso que no tiene interés en sí mismo, sino que se preocupa por nuestro bienestar y crecimiento total en Dios. Jesús tiene el derecho de exigir este cometido porque entregó su vida por nosotros. Jesús está totalmente comprometido con nosotros y quiere el mismo compromiso como respuesta. Quiere que confiemos en El a cada paso, mientras El lleva nuestra vida y la moldea según su voluntad (Mateo 6:24; Juan 10:1-18)

3. Un discípulo es uno que vive una relación fructífera con Jesús (Juan 15:4-5). Waylon Moore escribe: "Nuestra unión con Cristo hace posible una vida a través de la cual otros pueden ser salvos. Cuando un árbol está tan lleno de savia que ya no la puede aguantar, ¡el resultado es el fruto! Cuando un cristiano está lleno de Cristo, otros lo ven y oyen sobre El y entonces son renacidos espiritualmente en el Reino de Dios. Así los nuevos creyentes son uno de los frutos del discipulado". Sin esta clase de productividad en nuestra vida, el Reino de Dios no se expanderá y el cuerpo de Cristo no crecerá.

4. Un discípulo es uno que está comprometido con un amor incondicional y de sacrificio por otros (Juan 13:34-35). Este no es ningún amor humano ordinario sino el amor que Dios ha demostrado hacia nosotros. Es un amor desinteresado que no busca ganancia para estimular su acción. La palabra griega para este amor es "ágape" ¡pe significa "amor desinteresado", donde Dios y los demás son más importantes para nosotros que nuestros propios deseos egoístas.

5. Un discípulo es uno que está dedicado al cumplimiento de la comisión de Cristo (Mateo 28:18-20). La meta de nuestro discipulado debería ser la de ganar otros discípulos, no sólo convertidos. Los convertidos pueden cambiar sus mentes, pero los discípulos siguen a su Maestro.

d) Un discípulo es una persona muy privilegiada
- Es llamado y escogido por Dios (Efesios 1:4-5).
— Jesús es su Salvador; murió en la cruz para que sus pecados pudieran ser perdonados, haciéndole aceptable a Dios (Romanos 5:8).
- Dios es su Padre, con el que tiene una relación personal, por tanto es un hijo de Dios y es del Reino de Dios (Galatas 4:6-7).
- Le ha sido dada vida eterna (Juan 3:16).
- El Espíritu Santo vive en él, dándole poder para testificar de su vida nueva en Cristo (Hechos 1:8).
- Tiene paz con Dios (Romanos 5:1).
- Nada puede separarle del amor de Dios (Romanos 38:39).

e) Un discípulo tiene responsabilidad
"¿Qué haría Jesús?" Aquellos que quieran tomar su discipulado seriamente se harán esta pregunta, y otras similares, en toda situación que se presente ante ellos. Esto es un pacto o acuerdo que todo cristiano necesita hacer entre él y Jesús (1 Juan 2:6). Cuando estés perplejo pide al Espíritu Santo que te enseñe lo que haría Jesús en tu lugar. Te contestará, si genuinamente quieres saber lo que a El le agrada. Tal como tu conocimiento de la enseñanza y acciones de Jesús aumenta mientras lees la Palabra de Dios, también aumentará tu habilidad de saber lo que haría Jesús en cualquier situación.
. . .
(I) Toma una decisión firme
— Un discípulo necesita tomar una decisión firme de hacer lo que haría Jesús, de otra forma se conformará con menos de lo mejor de Dios para él y continuará entristeciendo a su Señor.
- Nuestra decisión de seguir a Jesús no es una respuesta emocional al evangelio sino un acto categórico de la voluntad. Las decisiones no realizadas en la vida real son de poco valor.
- Habrá momentos en los que necesitarás someter algunas decisiones importantes a los que están en autoridad espiritual sobre ti. Si genuinamente quieres la voluntad de Dios en tu vida no necesitas temer el hacerlo. Los discípulos no han de actuar en independencia, sino que han de ser personalmente responsables ante el Señor por sus acciones.
(II) Algunos de los beneficios
— Habrá cambios para bien en tu actitud hacia la gente, el dinero, los negocios y la responsabilidad social.
- Experimentarás la refinación o purificación de tu vida, para que muchos pensamientos, actitudes y acciones negativas, que sean inconsecuentes con la vida de Jesús sean quitados.
- Jesús no actuaría en incredulidad. Cuando deseas actuar como El, te dará la fe para hacerlo. Cuando sea necesario puedes confesar tus dudas y pedir su perdón y fe,
- El amor gobernará tus acciones, palabras y actitudes. Te volverás más dispuesto a perdonar; tendrás mayor compasión por los necesitados y te preocuparás más por los perdidos.

Heredamos todo lo que Cristo hereda de Dios. Si estamos dispuestos a compartir sus padecimientos, también compartiremos su Gloria (Romanos 8:17). Incluso cuando la obediencia resulta costosa, no serás el perdedor, porque Dios siempre devolverá muchísimo más que lo que le es dado; tanto en esta vida como eternamente en el cielo (Lucas 6:38; Juan 10:10).
Se realizarán cambios en algunos de tus hábitos viejos porque el Señor quiere ver estos cambios en ti. Sométete voluntariamente a esos cambios, y resiste la tentación de volver a los hábitos viejos y así comprometer tu discipulado (Colosenses 3:17).
Si tomas tu discipulado en serio estarás buscando primero el reino de Dios y su justicia. Puedes tener confianza en que Dios guardará su promesa y proveerá para toda necesidad, como lo hizo con Jesús (Mateo 6:33).

Preguntas y puntos de discusión
1 ¿Deberíamos vivir como nosotros queremos, o como Dios quiere en cada situación? (2 Corintios 5:15).
2. ¿Quién es nuestro guía en las cosas de Cristo Jesús? (Juan 16-13-14).
3. ¿Que clase de cosas hará cualquiera que tiene fe en Jesús? (Juan 14:12-14).
4. ¿Podemos aprender algo sobre el amor, de la entrega por Dios de su hijo Jesús (1 Juan 4:10-11), y cómo nosotros como discípulos permanecemos en su amor? (Juan 15:9-14).
5. ¿Cuáles son los dos mandamientos principales de Dios? (Mateo 22:37-39).
6. ¿Cómo podemos nosotros, como discípulos, vivir nuestra vida cotidiana manifestando el amor "ágape" hacia Dios y los demás como Dios lo requiere? (Romanos 5:5).
7. Cuando las cosas se ponen difíciles, ¿podemos relajarnos un poco hasta que podamos hacer frente a la vida otra vez? (Lucas 9:62). Si no, ¿por qué tantos cristianos lo hacen?

Resumen y aplicación
1. Necesitamos estar totalmente comprometidos con Jesús, haciéndole nuestro Señor. Esto significa que no le diremos "No" cuando nos pida que hagamos algo por El.
2. Todo discípulo de Jesús debería hacerse esta pregunta: "¿Qué haría Jesús en esta situación?"
3. Necesitamos vivir continuamente en la Palabra de Dios como discípulos suyos para que le conozcamos mejor, luego tendremos mayor habilidad para saber lo que haría Jesús en cada situación.
4. Necesitamos ver a Dios como nuestro Maestro amoroso que quiere sólo nuestro bien.
5 Necesitamos amar y servir a Dios primeramente, a los demás en segundo lugar, y por último a nosotros mismos.

Salmo 32; Tesoros de David; Charles Spungeor


Título: «Salmo de David. Masquil». Que David escribió este Salmo gloriosamente evangélico queda probado no sólo por este título sino por las palabras del apóstol Pablo en Romanos 4:6-8:«Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras... » Probablemente su profundo arrepentimiento del gran pecado fue seguido por una paz bienaventurada, y se vio llevado por ella a derramar su espíritu en la música suave de este cántico escogido. En el orden cronológico parece seguir el cincuenta y uno. C. H. S.
La marca del verdadero penitente cuando ha sido una piedra de tropiezo para los otros es el ser tan cuidadoso en levantarlos con su arrepentimiento como les fue perjudicial con su pecado; y creo que nunca un hombre que es verdaderamente penitente se avergüenza de enseñar a los pecadores el arrepentimiento mediante su propia prueba particular.
La mujer samaritana, cuando se convirtió, dejó el cubo en el pozo, fue a la ciudad y dijo: «Venid aquí; ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho» (Juan 4:29). Y nuestro Salvador dijo a Pedro: «Cuando te hayas vuelto, fortalece a tus hermanos» (Lucas 22:32). Tampoco Pablo, después de su conversión, se avergonzó de llamarse el principal de los pecadores, y de enseñar a los otros a arrepentirse de sus pecados arrepintiéndose de los propios. Feliz, tres veces feliz, el hombre que puede edificar tanto como ha derribado. Archibald Symso
Se dice de Lutero que un día le preguntaron cuál de los Salmos era el mejor, y contestó: «Psalmi paulini»; y cuando sus amigos insistieron en saber cuáles eran, añadió: «El 32, el 51, el 130 y el Porque todos ellos enseñan que el perdón de nuestros pecados viene sin la ley y sin las obras del hombre que cree, y por tanto los llamo Salmos Paulinos.» Lutero, Conversaciones de sobremesa Los Salmos penitenciales: Cuando Galileo fue encarcelado por la Inquisición en Roma por afirmar la exactitud del sistema copernicano, se le mandó como penitencia que repitiera los siete salmos penitenciales cada semana durante tres años.
Esto tiene que haber sido con el objeto de extraer de él una especie de confesión de su culpa y admisión de la justicia de su sentencia; y en ello había cierta sagacidad, y en realidad humor, añadida a la iniquidad (o necedad) del procedimiento. De otra manera, no es fácil entender qué idea de castigo podían adscribir los padres a un ejercicio devocional así, que en cualquier caso sólo podía ser agradable y consolador para el preso. M. Montague en Los siete Salmos penitenciales en vers.

Vers. 1. Bienaventurado. Como el Sermón del Monte, este Salmo empieza con bienaventuranzas.
Este es el segundo Salmo de bienaventuranzas. El primer Salmo describe el resultado de la santa bendición; el treinta y dos detalla la causa de la misma. El primero describe el árbol en pleno crecimiento; éste muestra cuándo se le planta y riega. C. H. S.
Bienaventurado. ¡Oh dichoso!; o bien: ¡Oh felicidad de este hombre! Robert Leighton
Nota que éste es el primer Salmo, -sin contar el primero de todos-que empieza con una «bienaventuranza». En el primer Salmo tenemos la bienaventuranza de la inocencia, o mejor, de aquel que únicamente es inocente; aquí tenemos la bienaventuranza del arrepentimiento como el estado más feliz que sigue al de la falta de pecado. Lorinus en Comentario de Neale
Bienaventurado aquel a quien es perdonada su trasgresión. Un perdón de la trasgresión pleno, instantáneo, irreversible, vuelve el infierno del pobre pecador en un cielo y le convierte, de heredero de ira, en participante de bendición. La palabra traducida por «perdón» en el original es «quitar», como una carga que es quitada o una barrera eliminada. ¡Qué descanso y alivio! Le costó a nuestro Salvador sudar sangre el llevar nuestra carga. Sí, le costó la vida el quitarla.
Sansón se llevó las puertas de Gaza a cuestas, pero ¿qué era esto comparado con el peso que Jesús llevó en favor nuestro? C. H. S.
El santo David, al comienzo de este Salmo nos muestra en qué consiste la verdadera felicidad: no en la hermosura, el honor, las riquezas (la trinidad del mundo), sino en el perdón del pecado.
Pablo exclama: «He obtenido misericordia» (1ª Timoteo 1:13). Cuando el Señor perdona a un pecador, Él no paga una deuda, sino que concede un legado.
Dios, al perdonar el pecado, remite la culpa y el castigo. La culpa dama a la justicia: tan pronto como Adán hubo comido la fruta, vio la espada flameante y oyó la maldición; pero en la
remisión Dios parece decir al pecador: «Aunque has caído en las manos de mi justicia y mereces la muerte, a pesar de ello te absuelvo, y todo lo que está cargado a tu cuenta queda remitido.» Thomas Watson
Cubierto su pecado. Cubierto por Dios, como el arca estaba cubierta por el propiciatorio, como Noé fue cubierto por el diluvio, como los egipcios fueron cubiertos por las profundidades del mar. ¡ Qué cubierta ha de ser que esconda para siempre de la vista del Dios Omnisciente toda la inmundicia de la carne y del espíritu! El que ha visto una vez el pecado en toda su horrible deformidad, puede apreciar la felicidad de no tener que verlo más. C. H. S.
Hay una forma de cubrir el pecado que es una maldición (Proverbios 28:13). «El que encubre sus pecados, no prosperará.» Hay un modo de encubrirlo, que es no confesarlo, o lo que es peor, negarlo -Gehazi lo usó-, un cubrir el pecado con una mentira; y hay también un cubrir el pecado al justificamos: «No he hecho esto», o «No era nada malo».
Todas éstas son formas falsas de cubrirlo; el que cubre así su pecado no prosperará. Pero hay una forma bendita de cubrir el pecado: el perdón del pecado es esconderlo de la vista, y esto es la bienaventuranza. Richard Alleine

Vers. 1, 2. En estos versículos se mencionan cuatro males: 1) Trasgresión, pesha; 2) pecado, chataah; 3) iniquidad, avon; 4) doblez, remiyah.
El primero significa pasarse de la raya, hacer lo prohibido.
El segundo significa errar el blanco, no hacer lo mandado; pero es con frecuencia tomado como expresión pecaminosa, o pecado en la naturaleza, que produce trasgresión en la vida.
El tercero significa lo que se ha desviado de su curso o situación apropiados; algo moralmente deformado o tergiversado; iniquidad, que es contrario a equidad o justicia.
El cuarto significa fraude, dolo, doblez, etc.
Para quitar estos males son mencionados tres actos: perdonar, cubrir, no imputar. Adam Clarke

Vers. 1-2, 6-7. ¿Quién es bienaventurado? No el que cubre, esconde o no confiesa su pecado. En tanto que David estaba en este estado, era muy desgraciado. Había doblez en su espíritu (2), miseria en su corazón, sus mismos huesos habían envejecido, su jugo se había secado como en una sequía de verano (3, 4).
¿Quién es bienaventurado? El que no tiene pecado, que no ha pecado, el que no contrista más con su pecado el pecho de aquel sobre el cual se reclina. Esta es una bienaventuranza superlativa,su elemento más alto de felicidad del cielo. El ser como Dios, el rendir obediencia implícita, plena, perfecta, la obediencia del corazón, de nuestro ser entero; ésta ha de ser la más bendita de todas las bienaventuranzas. James Harrington Evans, M. A.

Vers. 2. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no imputa iniquidad. Nota las tres palabras usadas con tanta frecuencia para denotar desobediencia: trasgresión, pecado e iniquidad, son las tres cabezas del cancerbero del infierno, pero nuestro glorioso Señor ha hecho callar sus ladridos contra los suyos que creen para siempre. La trinidad del pecado es vencida por la Trinidad del cielo.}
Y en cuyo espíritu no hay doblez. Libre de culpa, libre de doblez. Los que son justificados de culpa son santificados de falsedad. Un mentiroso no es un alma perdonada. La traición, la
doblez, la disimulación, la tacañería, son rasgos de los hijos del diablo, pero el que ha sido limpiado de pecado es veraz, sincero y simple como un niño. C. H. S.
Cuando ha sido perdonado, el creyente tiene el valor de ser veraz ante Dios; puede permitirse el abandonar la doblez en el espíritu. ¿Quién no declara todos sus débitos cuando otro está
dispuesto a pagarlos? ¿Quién no declararía su enfermedad si estuviera seguro de ser curado con ello?
La fe verdadera no sólo sabe que la doblez es imposible delante de Dios, sino también que ya no es necesaria. El creyente no tiene nada que esconder; se ve como delante de Dios, abierto y
desnudo; y si ha aprendido a verse a sí mismo tal cual es, también ha aprendido a ver a Dios cuando se revela. J. W. Reeve, M. A.

«Aquí hay agua» dijo el eunuco, «¿qué impide que sea bautizado?» (Hechos 8:36). Ahora bien, observa la respuesta de Felipe, vers. 37: «Si crees de todo corazón, bien puedes»; como si dijera:«No hay nada, excepto un corazón hipócrita, que pueda impedirlo. Es el corazón falso solamente el que halla cerradas las puertas de la misericordia.» William Gurnall

Vers. 3. Se consumieron mis huesos. ¡Qué clase de muerte es el pecado! Es una enfermedad pestilencial! ¡Un fuego en los huesos! En tanto que intentamos cubrir nuestro pecado ruge por
dentro y, como una herida infectada, se hincha horriblemente y es causa de gran dolor.
En mi gemir todo el día. Nadie conoce los dolores de la convicción de pecado como el que ha pasado por ella. El potro, la rueda, el haz llameante son fáciles de soportar comparados con el Tófet que es una conciencia culpable inflamada dentro del pecho: es mejor sufrir todas las enfermedades que aquejan la carne que yacer bajo el sentimiento aplastante de la ira del Dios Todopoderoso. La Inquisición española, con todas sus torturas, no era nada comparado con la pesquisa de la conciencia dentro del corazón.

Vers. 4. Porque de día y de noche pesaba sobre mí tu mano. El dedo de Dios puede aplastarnos - ¿qué no puede hacer su mano?- y está presionando de modo pesado y continuo. Bajo los terrores
de la conciencia los hombres tienen poco descanso, día y noche; porque los tristes pensamientos de todo el día les acosan en sus dormitorios y les persiguen en sus sueños, o bien les dejan
despiertos en un sudor frío de temor; es mejor llevar un mundo en el hombro, como Atlas, que la mano de Dios en el corazón, como David. C. H. S.
La sequía del verano. Durante los doce años de 1846 a 1859 sólo llovió, escasamente, un par de veces en Jerusalén entre los meses de mayo y octubre. Una vez fue enjulio de 1858; la otra en junio de 1859. Dr. Whitfy
Si Dios aflige y castiga con dolor a aquellos que le son propicios, ¡cuán más duramente no afligirá a aquellos que no le son propicios! Gregory

Vers. 4, 5. Si vuestras ofensas han sido, no como mosquitos, sino como camellos, nuestra pena ha de ser, no una gota, sino un océano. Los pecados carmesí requieren lágrimas de sangre; y si Pedro pecó vergonzosamente, tuvo que llorar amargamente. Por lo tanto, si tu vida antigua ha sido una retahíla de iniquidades, una cuerda bien trenzada, un escrito repleto de borrones, un curso manchado con pecados diversos y serios, multiplica tus confesiones y amplía tu humillación; dobla tus ayunos y triplica tus oraciones; derrama tus lágrimas y acarrea profundos suspiros.
En una palabra, repite e incrementa tu reconocimiento, aunque, como dice el apóstol en otro caso: «No te aflijas como los que no tienen esperanza», que ante tu arrepentimiento sincero y
apropiado la bondad divina va a perdonarte los pecados. Nathanael Hardy

Vers. 5. Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Entre los hombres, una confesión franca abre el paso a la sentencia; pero con Dios, cuanto más lamenta un pecador su ofensa más
se atenúa la ira de su Juez. El pecado llama la justicia, puesto que es una ofensa contra Dios; con todo, una vez es una herida para el alma, le mueve a la misericordia y la clemencia. Isaac Craven

Este pecado parece muy probable que fuera su adulterio con Betsabé y el asesinato de Urías.
Ahora David, para dar más evidencia de la misericordia perdonadora de Dios, dice que no sólo perdonó su pecado, sino la iniquidad de su pecado; y ¿qué era esto?
Sin duda, lo peor que se puede decir sobre esto, su complicado pecado, es que hubiera tanta hipocresía en él: David jugó arriesgada-mente con Dios y el hombre al cometerlo; esto, sin duda, era la iniquidad de su pecado, y agravó la cosa mucho más que la sangre que había vertido.
¿No había dado David ningún otro paso falso además de éste? ¿Declara el Espíritu de Dios, exceptuando esto, su aprobación de todo lo demás que había hecho? No; sin duda el Espíritu de
Dios registra otros pecados que escaparon a este eminente siervo de Dios; pero todos éstos quedan incluidos aquí, y éste mencionado es la gran mancha de su vida.
Pero, ¿por qué? Sin duda porque aquí aparecía menos sinceridad, sí, más hipocresía en éste que en todos los demás juntos; aunque David en estos otros había obrado mal en cuanto al acto
cometido, pese a todo, su corazón era menos torcido en la forma de cometerlo. William Gurnall

Vers. 6. Por esto orará a Ti todo santo, dice David. ¡Por esto! ¿Qué? Sus pecados. Y ¿quién? No es el inicuo, sino el santo, en este sentido, que tiene motivos para orar. ¿Y por qué ha de orar?
Sin duda, para que le sea renovado el perdón, incrementada la gracia y perfeccionada la gloria.
No podemos decir que no tenemos pecado. ¡ Oh!, oremos, pues, con David: «No entres en juicio con tu siervo, ¡oh Jehová!» Nathanael ARDÍ
En el tiempo en que puedas ser hallado. Hay, sin embargo, un tiempo señalado para la oración, más allá del cual no sirve de nada; entre el tiempo del pecado y el día del castigo la misericordia tiene la palabra, y Dios puede ser hallado; pero una vez la sentencia ha sido pronunciada, las apelaciones son inútiles, porque el Señor no será hallado por el alma condenada. C. H. S.
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él. Los efectos de la oración hasta entonces habían sido maravillosos. La oración había cerrado las ventanas de los cielos para que no lloviera, y de nuevo habían sido abiertas para que la tierra pudiera dar su crecimiento.
La oración había detenido el rápido curso del sol y hecho que regresara quince grados. La oración detuvo la mano de Dios para que no hiriera a su pueblo cuando El estaba dispuesto a
hacerlo. La oración, sin ninguna otra ayuda o medio, había derribado los sólidos muros de Jericó.
La oración ha dividido el mar para que las aguas no alcancen a los israelitas. En este lugar, ahora, había librado al hombre fiel de todos los peligros de este mundo. Thomas Playfere
El fuego y el agua no tienen misericordia, decimos. Pero, de los dos, el agua es la peor. Porque el fuego puede ser apagado con agua; pero la fuerza del agua, si entra en violencia, no hay poder humano que, la detenga.
El. La filosofía define a este «él», o sea, el hombre, por la razón y las virtudes morales de la mente; pero la Divinidad define al cristianismo por su fe y su conjunción por medio de ella con Cristo. Thomas Playfere

Vers. 7. Tú eres mi refugio. Observa que el mismo hombre que en el versículo cuatro estaba oprimido por la presencia de Dios aquí halla refugio en El. Ve lo que pueden hacer la sincera
confesión y el pleno perdón. El evangelio en la doctrina de la sustitución hace de El nuestro refugio, cuando de otro modo sería nuestro Juez. C. H. S.
Supongamos que un viajero en un páramo expuesto y solitario se alarma cuando ve avecinarse una tempestad. Busca cobijo. Pero si su ojo discierne un lugar donde esconderse de la tormenta,
¿se queda quieto y dice: «Veo este refugio, y por tanto voy a permanecer donde estoy»? ¿No se dirigirá a él? ¿No va a correr para escapar de la furia del viento y la tempestad? Era «un» refugio ya antes, pero pasa a ser «su» refugio cuando el viajero se esconde en él y está seguro. Si no hubiera entrado en él, aunque podría haber sido protección para otros viajeros que hubieran acudido al mismo, para él habría sido como si no existiera.
¿Quién no se da cuenta al instante, por esta simple ilustración, de que las bendiciones del evangelio son sólo para el que se las apropia al alma? El médico sólo puede curar al que le llama; la medicina sólo puede curar al que la toma; el dinero sólo enriquece al que lo posee; y el mercader de la parábola no habría sido más rico al descubrir que había una «perla de gran precio» si no la hubiera adquirido.
Lo mismo sucede con referencia a la salvación del evangelio: Si Cristo es el «bálsamo de Galaad», aplícate el remedio; si es el «médico», ve a Él; si es «la perla de gran precio»,, vende
todo lo que tienes y cómprala; y si es el «refugio», corre a El y ponte, a salvo; no habrán gozo y paz sólidos en tu alma hasta que El sea tu «escondedero». Fountain Elwin
Me guardarás de la angustia. La angustia no me causa daño cuando el Señor está conmigo; más bien será causa de mucho beneficio para mí, como la lima que quita la herrumbre pero no
destruye el metal. Observa los tres tiempos; hemos notado el pasado deplorable, la última cláusula era un gozoso presente, ésta es un futuro gozoso. C. H. S.
Dios usa ambos medios en favor de sus siervos: a veces suspende la operación de lo que ha de obrar como tormento, como cuando suspendió el furor de los leones de Daniel y el calor del
fuego del horno encendido de los jóvenes; otras veces concede insensibilidad al que sufre; así san Lorenzo no sólo fue paciente, sino que se burló e hizo bromas cuando le asaban; y así leemos de muchos otros mártires que han sido menos afectados por los tormentos que sufrieron que los verdugos que los infligían. John Donne

Vers. 8. Esta triple repetición: haré entender, enseñaré, guiaré, muestra tres características de un buen maestro. Primero, hacer que las personas entiendan el medio de salvación; segundo, ir delante de ellos; tercero, velar sobre ellos y sus caminos. Archibald Symson
Sobre ti fijaré mis ojos. «Te aconsejaré, mis ojos estarán sobre ti.» Éste es el sentido del hebreo.
El significado literal es: «Te aconsejaré; mis ojos estarán sobre ti.» De Wette: «Mi ojo está dirigido hacia ti.»
La idea es la de uno que muestra a otro el camino que ha de tomar a fin de llegar a cierto punto; y le dice que le observa, o fija el ojo sobre él, para asegurarse que no se desvía. Albert Barnes

Vers. 9. No seáis como el caballo, o como el mulo. Según la naturaleza de estas dos bestias, los padres y otros expositores han dado varias interpretaciones, o por lo menos alusiones.
Consideran que el caballo y el mulo admiten a un jinete, una carga, sin discreción o diferencia, sin debate o consideración; no preguntan si el jinete es noble o villano, ni si la carga es de oro para el tesoro u hortalizas para el mercado. Y estos expositores hallan la misma indiferencia en el pecador habitual a toda clase de pecado; tanto si es por placer, o para beneficio, o para compañía, todos son pecados. John Donne
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque Si no, no se pueden dominar. El freno de la aflicción muestra lo duros que somos de dominar; las bridas de la enfermedad y dolencias manifiestan lo obstinado de nuestra voluntad. No deberíamos ser tratados como mulas si no hubiera mucho del asno en nosotros.

Vers. 10. Muchos dolores habrá para el impío. El que siembra pecados cosechará aflicción en gavillas copiosas. Las penas de la conciencia, el desengaño, el terror, son la herencia segura del pecador en el tiempo, y luego las penas de remordimiento y desesperación para siempre.
Mas al que espera en Jehová, le rodeará la misericordia. El malvado tiene un enjambre de avispas que le rodean, muchas penas; pero nosotros tenemos un enjambre de abejas que producen miel. C. H. S.
Se verá rodeado de misericordia, como nos rodea el aire o la luz del sol. Hallará misericordia y favor por todas partes: en casa, fuera; de día, de noche; en sociedad, en soledad; en enfermedad, en salud; en vida, en muerte; en el tiempo, en la eternidad. Andará entre misericordia, morirá entre misericordias; vivirá en un mundo mejor en medio de las misericordias eternas. Albert Barnes
«Nota bien este texto» dijo Richard Adkins a su nieto Abel, que estaba leyéndole el Salmo treinta y dos-. «Nota este texto: "Al que espera en Jehová, le rodea la misericordia." Lo leí en mi
juventud y lo creí; y ahora lo leo en mi ancianidad, y, gracias a Dios, sé que es verdad. Oh, es una gran bendición en medio de los goces y sufrimientos del mundo, Abel, el confiar en el
Señor». El Tesoro cristiano

Vers. 11. Alegraos. La felicidad no es sólo un privilegio, sino que es nuestro deber.
Verdaderamente servimos a un Dios generoso, puesto que hace que una parte de nuestra obediencia sea el estar gozosos. ¡Qué pecaminosas son nuestras murmuraciones rebeldes!
Leemos de uno que murió al pie del patíbulo, de la inmensa alegría que tuvo al recibir el perdón de su monarca; y ¿vamos a recibir el perdón gratuito del Rey de reyes y, con todo, nos
entregamos a una pena inexcusable? Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón. Es de temer que la iglesia de nuestros días, aunque sea a causa de su afán de comportarse debidamente, se ha vuelto demasiado artificial; así, los gritos de los penitentes y de los creyentes, si alguien intentara pronunciarlos en nuestras reuniones, serían acallados. Esto puede ser mejor que el fanatismo vociferante, pero hay
tanto peligro en una dirección como en la otra.

Por nuestra parte, nos conmueve el corazón un poco de exceso sagrado, y cuando los hombres piadosos, en su gozo, saltan los límites estrechos del decoro, no los miramos con espíritu crítico, como la hija de Saúl, Mical, a David. C. H. S.
Cuando el poeta Carpani inquirió de su amigo Haydr por qué su música religiosa era tan alegre, el compositor le dio una hermosa respuesta: «No puedo hacerla de otra forma. Escribo según los pensamientos que siento; cuando pienso en Dios, mi corazón está tan lleno de gozo que las notas bailan y saltan de mi pluma; y como Dios me ha dado un corazón alegre, me perdonará si le sirvo con un espíritu alegre. Anécdotas de John Whitecross

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Génesis 13; Comentario Bíblico de Matthew Henry


Versículos 1—4. Abram vuelve desde Egipto con grandes riquezas.
5—9. Pelea de los pastores de Abram y los de Lot
—Abram da la elección de país a Lot.
10—13. Lot elige vivir en Sodoma.
14—18. Dios renueva su promesa a Abram, que se va a Hebrón.

Vv. 1—4. Abram era muy rico: él estaba muy pesado, así es la palabra hebrea; pues las riquezas son una carga; y los que serán ricos sólo se cargan con barro espeso, Habacuc 2.6.
Hay una carga de cuidado al obtener riquezas, miedo de perderlas, tentación de usarlas, culpa por abusar de ellas, pena por perderlas, y un peso de la rendición de cuentas que, por último, debe ser dada por ellas. Sin embargo, Dios en su providencia a veces hace ricos a los hombres buenos, y de este modo la bendición de Dios hizo rico a Abram sin penas, Proverbios 10.22. Aunque es difícil que un rico entre al cielo, en algunos casos puede ser, Marcos 10.23-24.
Vaya, la prosperidad externa, si es bien administrada, es un ornamento de la piedad y una oportunidad para hacer más bien.
—Abram se fue a Betel. Su altar no estaba así que no puede ofrendar sacrificio; pero invocó el nombre del Señor. Es más fácil encontrarse un hombre vivo sin respirar que uno del pueblo de Dios sin orar.

Vv. 5—9. Las riquezas no sólo dan lugar a la discordia siendo las cosas por las que más corrientemente se pelea; sino que también pueden incitar un espíritu contencioso, haciendo que la gente se enorgullezca y se ponga codiciosa. Mío y tuyo son los grandes productores de rabia del mundo. La pobreza y el trabajo, las carencias y los vagabundeos no pudieron separar a Abram y Lot pero sí las riquezas.
—Los malos siervos a menudo han hecho mucho mal en las familias y entre los vecinos, por su orgullo y pasión, mintiendo, calumniando y llevando chismes. Aquellos que así hacen son los agentes del diablo y los peores enemigos de sus amos. Lo que empeoró la pelea fue que los cananeos y ferezeos habitaban la tierra. Las peleas de los profesantes son el reproche de la religión y dan ocasión de blasfemar a los enemigos del Señor.
—Mejor es conservar la paz, que no sea rota pero la otra cosa mejor es, si se presentan diferencias, sofocar con toda velocidad el fuego que está empezando. El intento de apaciguar esta discordia fue hecho por Abram aunque él era el hombre anciano y más grande. Abram se demuestra como hombre de espíritu sereno que mandaba su pasión y que sabía como calmar la ira con una respuesta blanda. Aquellos que mantengan la paz nunca deben devolver mal por mal. De espíritu condescendiente (Abram) estuvo dispuesto a implorar aún a su inferior para estar en paz. El pueblo de Dios debe estar por la paz sea lo que sea que los demás apoyen. El ruego de Abram por la paz fue muy poderoso. Que la gente de la tierra contienda por fruslerías; pero no caigamos nosotros que sabemos cosas mejores y que esperamos un país mejor. Los profesantes de la fe deben tener sumo cuidado para evitar contiendas. Muchos profesan estar por la paz sin hacer nada por ella: no así Abram. Cuando Dios condesciende a rogarnos que nos reconciliemos, bien podemos rogarnos unos a otros. Aunque Dios había prometido a Abram darle esta tierra a su simiente, sin embargo, ofreció una parte igual o mejor a Lot que no tenía un derecho igual; y él, bajo la protección de la promesa de Dios, no actuaría con dureza con su pariente. Noble es estar dispuesto a renunciar en aras de la paz.

Vv. 10—13. Habiendo Abram ofrecido la opción a Lot, éste la aceptó de inmediato. La pasión y el egoísmo hacen maleducados a los hombres. Lot miró la bondad de la tierra; por tanto, no dudó que florecería ciertamente en un suelo tan fértil. Pero ¿qué salió de ello? Aquellos que, al elegir relaciones, llamamientos, habitaciones o establecimientos, son guiados y gobernados por la lujuria de la carne, la lujuria del ojo o el orgullo de la vida, no pueden esperar la presencia o bendición de Dios. Corrientemente se desilusionan hasta de aquellos a los que principalmente apuntan. Este principio debe dirigir todas nuestras opciones. Que lo óptimo para nosotros es lo que es óptimo para nuestras almas.
—Lot consideró poco la maldad de los habitantes. Los hombres de Sodoma eran pecadores osados e impúdicos. Esta era la iniquidad de Sodoma, el orgullo, la hartura de pan y la abundancia de ocio, Ezequiel 16.49. Dios da a menudo una gran abundancia a los grandes pecadores. Con frecuencia ha sido la suerte vejadora de los hombres buenos el vivir entre vecinos malos; y debe ser más doloroso si, como Lot aquí, se lo han acarreado a sí mismos por mala elección.

Vv. 14—18. Los mejor preparados para las visitas de la gracia divina, son aquellos cuyos espíritus están calmos y no alterados por la pasión. Dios compensará abundantemente con paz espiritual lo que perdemos por conservar la paz con el prójimo. Cuando nuestras relaciones se nos alejan, Dios no.
—Observe también las promesas con que Dios consoló y enriqueció ahora a Abram. Él le aseguró dos cosas: una buena tierra y una progenie numerosa para disfrutarla. Las perspectivas vistas por fe son más ricas y bellas que aquellas que vemos a nuestro alrededor. Dios le hizo caminar por la tierra, no para pensar de establecerse en ella sino para estar siempre sin instalarse y caminar por ella en pos de un Canaán mejor. Él edificó un altar como prenda de su agradecimiento a Dios. Cuando Dios nos satisface con promesas bondadosas, espera que le obedezcamos con alabanzas humildes. En las dificultades externas muy provechoso es para el creyente verdadero que medite en la herencia gloriosa que el Señor tiene para él al final.

Testimonio que impacta


El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo;
el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso,
porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna;
y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida;
el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
1 Juan 5:10-12.


Un hombre estaba enfermo desde hacía doce años; ya no podía caminar y hablaba con dificultad. Su esposa lo cuidaba con amor y abnegación. Ambos eran creyentes y habían puesto toda su confianza en Jesucristo, el Hijo de Dios. Una enfermera venía todos los días para ocuparse de él. Era una persona agradable; su venida era esperada y apreciada. Por eso dicha pareja se entristeció mucho cuando supo que la mujer había enfermado y no podía más atenderlos. Su sorpresa fue grande dado que la enfermera parecía gozar de buena salud.

La esposa decidió ir a visitarla al hospital, en donde se enteró de que tenía una grave enfermedad, de la cual parecía que no podría reponerse. Y mayor fue su asombro cuando oyó el testimonio vivo de su fe: «Soy feliz y no lamento nada. Al verlos a ustedes cada día juntos, tan tranquilos y consolados en compañía del Señor Jesús, quise conocer su secreto. Por eso conseguí una Biblia, de la cual, por lo visto, ustedes sacaban su fe. Ahora tengo al Señor Jesús como mi Salvador. El testimonio de su vida me llevó a él». Nuestra amiga, conmovida pero feliz, volvió junto a su marido y ambos dieron gracias al Señor por lo que había hecho.

Cristianos, tratemos de que nuestra fe sea conocida por los que nos rodean.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Salmo 31; Tesoros de David; Charles Spungeor


Algunos han pensado que la ocasión en la atribulada vida de David que le llevó a este Salmo fue la traición de los hombres de Keila, y nos hemos sentido muy inclinados a esta conjetura; pero, después de reflexionar, nos ha parecido que el tono doliente y la alusión a su iniquidad requieren una fecha posterior, y podría ser más satisfactorio decir que ilustra el período en que Absalón se rebeló y sus propios partidarios le abandonaron, y labios mentirosos esparcieron millares de rumores maliciosos contra él.

Vers. 1. En Ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás. ¿Cómo puede el Señor permitir que sea de modo definitivo avergonzado el hombre que depende y confía exclusivamente en El? Esto no sería tratarnos como un Dios de verdad y de gracia. Traería deshonor sobre Dios mismo si la fe no fuera al final recompensada. Sería un día triste verdaderamente para la religión si Dios no trajera consolación y ayuda. C. H. S.

Vers. 2. Inclina a mí tu oído. Escucha mi queja. Pon tu oído junto a mis labios, para que puedas escuchar lo que mi debilidad es capaz de pronunciar. Generalmente ponemos los oídos cerca de los labios de los enfermos y los moribundos para poder escuchar lo que dicen. A esto parece que se refiere el texto. Adan Clarke
Y ciudadela para salvarme. ¡Cuán simple y sencilla es la oración del justo y, no obstante, cuán enjundiosa y profunda! No echa mano de ornamentos ni florituras; su espíritu es demasiado sincero y profundo como para hacerlo de otra forma; cuánto mejor no sería si cuando oramos en público tuviéramos siempre en cuenta esta regla.

Vers. 3. Se Tú mi roca y mi ciudadela para salvarme. Las dos promesas personales son como clavos firmes sobre los que colgar la fidelidad al Señor. ¡Oh, si tuviéramos gracia para que
nuestro corazón estuviera fijo en la creencia imperturbable y firme en Dios!
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás. No es posible que el Señor permita que su, honor sea mancillado, pues esto implicaría que los que confían en El han de perecer. Este fue el ruego de Josué. «¿Qué harás a tu gran Nombre?» C. H. S.
Si el mero honor de la criatura, el crédito de los ministros o la gloria de los ángeles fuera lo implicado, la salvación del hombre sería sin duda incierta. Pero cada paso de ella implica el honor de Dios. Rogamos en su Nombre. William S. Plumer

Vers. 4. Pues Tú eres mi refugio. El Omnipotente corta la red que teje las conveniencias. Aunque nosotros, pobres criaturas, estamos en la red, Dios no está. En la antigua fábula el ratón pone en libertad al león; aquí el león libera al ratón.

Vers. 5. En tus manos encomiendo mi espíritu. Estas palabras vivas de David fueron las palabras que pronunció nuestro Señor al morir, y han sido usadas con frecuencia por los santos en la hora de su partida. Podemos estar seguros que son buenas, sabias y solemnes; podemos usarlas ahora y en nuestra última hora. C. H. S.
Estas fueron las últimas palabras de Policarpo, de Bernardo, de Huss, de Jerónimo de Praga, de Lutero, de Melanchthon y de muchos Otros. «Bienaventurados son» dijo Lutero» «los que mueren no sólo por el Señor como mártires, no sólo en el Señor, como todos los creyentes, sino igualmente con el Señor, exhalando sus vidas en sus manos: "En tus manos encomiendo mi espíritu".» J. J. Stewart Perowne
Encomiendo y pongo en tus sagradas manos, oh Dios mío, lo que soy, que Tú conoces mucho mejor que yo, débil, desgraciado, herido, voluble, ciego, sordo, mudo, pobre, desprovisto de todo, sí, menos que nada, a causa de mis pecados, y más miserable de lo que puedo saber o expresar.
Recíbeme, Señor Dios, y haz de milo que Él, el Cordero divino, quiere que sea. Te encomiendo y ofrezco y entrego en tus manos todos mis asuntos, cuidados, afectos, consuelos y labores, todo lo que Tú sabes viene sobre, mí. Fray Tomás De JESÚS
Con gran voz El exclamó estas palabras ante el mundo, que para siempre irá hundiéndose en la aprehensión pagana de la muerte, del temor de la muerte, la desesperanza de la inmortalidad y la
resurrección, porque está siempre permitiendo que la presencia y conciencia de la personalidad de Dios, y de la unión personal con El, queden oscurecidas y desfiguradas. J. P. Lange, D. D.
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad. La redención es una base sólida para la confianza. David no conoció el Calvario como lo conocemos nosotros, pero la redención temporal le animaba; y ¿no nos consolará más dulcemente a nosotros la redención eterna?

Vers. 6. Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias. Los que no se apoyan en el verdadero brazo de fortaleza, van a poner confianza vana en sí mismos. Muchos han de tener un dios, y si no adoran al Dios vivo, verdadero y único, se hacen uno ellos mismos, y le prestan atención supersticiosa, y esperan con esperanza ansiosa, basada en una ilusión. Los hombres que
hacen dioses de sus riquezas, sus personas, sus entendimientos o cualquier otra cosa, tienen que ser evitados por aquellos cuya fe descansa sobre Dios en Jesucristo; y, lejos de ser envidiados, han de ser compadecidos por depender de estas vanidades. C. H. S.

Los romanistas fingen milagros de los santos, para hacerlos, según creen, más gloriosos. Dicen que la casa en que la Virgen María se hallaba cuando la visitó el ángel Gabriel, muchos
centenares de años después, fue transportada de Galilea a Dalmacia, a unas dos mil millas, y de allí, por mar, a Italia, en donde fue llevada de un Sitio a otro, hasta que se halló un lugar apropiado; y por ella fueron realizadas muchas curas maravillosas, y que los mismos árboles, cuando llegó, se inclinaron ante ella.
Hay infinitas historias de esta naturaleza, especialmente en la leyenda de los santos, que llaman «La leyenda áurea», un libro lleno de errores tan inmensos que Luis Vives, un católico, pero
hombre inteligente y erudito, dijo de él con gran indignación: «¿Qué puede haber más abominable que este libro?»; y se maravilló de que lo llamaran «áureo», pues «lo que se escribió
en él tiene hierro por boca y plomo por corazón».
«Por todas partes podéis hallar» dice Erasmo, «ofrecida para obtener ganancia, la leche de María, que honran casi como el cuerpo de Cristo consagrado; aceite prodigioso; muchos fragmentos de la cruz, que si fueron recogidos, no cabrían en un gran barco.
»Aquí hay el capuchón de Francisco; allí las prendas interiores de la Virgen; en otro lugar el peine de Ana; en otro, un calcetín de José; en otro, el zapato de Thomas de Canterbury; en otro, el prepucio de Cristo, que, aun siendo algo incierto, adoran con más fervor que a la persona de Cristo.
»Y no dicen que estas cosas han de ser meramente toleradas, para ayudar a la gente sencilla, sino que toda la religión está casi colocada en ellas.» Christopher Cartwright
Mas yo en Jehová he esperado. Esto puede no estar de moda, pero el Salmista se atreve a ser distinto. Los malos ejemplos no nos deben desviar de la verdad, sino que, aun en medio de una
defección general, deberíamos hacernos más osados. Esta adherencia a la confianza en Jehová es el punto sobre el cual se insiste: el que está turbado se acoge a los brazos de su Dios y se atreve a todo en la fidelidad divina.

Vers. 7. Me gozaré y alegraré en tu misericordia. Estas dos palabras, alegraré y gozaré, son una reduplicación instructiva. No tenemos que ser mezquinos en nuestro triunfo santo. Este vino podemos beberlo a jarros, sin temor a excedemos.
Tú has visto mi aflicción. Dios reconoce a sus santos cuando otros están avergonzados de reconocerlos; nunca rehúsa reconocer a sus amigos. No piensa poco en ellos por el hecho de que vayan cubiertos de harapos. No los juzga en falso y los echa cuando sus caras están demacradas por la enfermedad, o sus corazones pesados por el abatimiento. C. H. S.
Sí, aunque hayamos perdido nuestro rico vestido y vayamos a Él en harapos; aunque nuestra carne esté debilitada por el dolor o la vejez (Salmo 6:7); aunque la enfermedad y la pena hayan
consumido nuestra hermosura como la polilla (Salmo 39:11); aunque el sonrojo, las lágrimas y el polvo se extiendan por nuestro rostro (Salmo 69:7), El nos reconoce todavía y no se avergüenza de nosotros. Consuélate con esto, porque ¿qué daño te va a hacer el que los hombres te desprecien, si Dios el Señor no te ha olvidado? Christian Scriver

Vers. 8. Pusiste mis pies en lugar espacioso. Bendito sea Dios por la libertad: la libertad civil es valiosa, la libertad religiosa es preciosa, la libertad espiritual no tiene precio.

Vers. 9. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia. Esta primera frase abarca todo lo que sigue: es el texto de su discurso quejumbroso. La miseria mueve a misericordia -no se necesitan más razonamientos-. «Ten misericordia» es la oración; el argumento prevalece, puesto que es sencillo y personal: «Estoy atribulado. Mis ojos se han consumido de tristeza. Las lágrimas sacan su sal de nuestra fuerza, y cuando manan en abundancia pueden consumir la fuente de la cual proceden. Los ojos hundidos y ojerosos son una indicación clara de mala salud. Dios quiere que le digamos los síntomas de nuestra enfermedad, no para su información, sino para mostrar nuestro sentimiento de necesidad.
Mi alma también, y mis entrañas. El alma y el cuerpo están tan íntimamente unidos que la una no puede declinar sin que lo sienta el otro. En estos días no son raros estos dobles decaimientos como los descritos por David; hemos sentido que nos desmayamos por el sufrimiento físico, y sido afligidos por la enfermedad mental; cuando las dos coinciden, es bueno que el piloto esté frente al timón, en medio de la borrasca, y haga que la tempestad se transforme en un triunfo de su arte.

Vers. 10. Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar. El dolor es un mercado muy triste en que gastar toda la riqueza de nuestra vida, pero un negocio mucho más provechoso que el que se hace en la Feria de Vanidad; es mejor ir a la casa del luto que a la del festín. El negro es un color que cae bien. La sal de las lágrimas es una medicina saludable. Es mejor pasar los años suspirando que pecando.
Se agotan mis fuerzas a causa de mi aflicción. Es una aflicción provechosa la que nos lleva a ver nuestros fallos. ¿Se trataba del peor pecado que cometió el Salmista y que roía su corazón y
devoraba su energía? Es muy probable que lo fuera. C. H. S.
Hallo que cuando los santos están atribulados y muy humillados, los pecados pequeños gritan desaforadamente en su conciencia; pero, en la prosperidad, la conciencia es un papa que da
dispensaciones y manga ancha a nuestros corazones. La cruz es, por tanto, necesaria, como la corona es gloriosa. Samuel Rutherford

Vers. 11. De todos mis enemigos soy objeto de oprobio. Se divertían en echarme algo en cara; mi estado lastimoso era música para ellos, porque interpretaban maliciosamente que era un juicio del cielo sobre mí. Los que no son llamados a soportarlo no dan mucha importancia a los reproches, pero el que se halla bajo su látigo conoce lo profundo de sus heridas. Los mejores hombres pueden tener los enemigos más acerbos y verse sometidos a las increpaciones más crueles. C. H. S.
Si alguno procura ser paciente y humilde, se dice que es un hipócrita. Si se permite algunos de los placeres de este mundo, que es un glotón; si busca la justicia, impaciente; si no la busca, un necio. Si es prudente, se le llama avaro; si quiere hacer felices a los demás, di-soluto. Si se da a la oración, vanidoso.
Y ésta es la gran pérdida de la iglesia, ¡que por estos medios muchos se abstienen de obrar bien!, de lo cual el Salmista se lamenta diciendo: «De todos mis enemigos soy objeto de oprobio.» Crisostomo, citado por J. M. Neale
Y de mis vecinos mucho más. Los que están más cerca de nosotros son los que peor nos apuñalan. Sentimos más los desprecios de los que deberían mostrarnos simpatía.
Y el horror de mis conocidos. Cuanto más íntimos, más se apartan de nosotros. Nuestro Señor fue negado por Pedro, traicionado por Judas y abandonado por todos en la hora de la máxima necesidad. Todo el rebaño se vuelve contra el ciervo herido. La leche de la bondad humana se vuelve agria cuando un creyente despreciado es víctima de acusaciones calumniosas.
Las que me ven en la calle huyen de mí. ¡Qué cosa más monstruosa y villana es la calumnia,capaz de transformar al más eminente de los santos, al hombre que fuera admiración de todos, en un despreciado, convirtiéndole en el blanco de las cornadas de todos y objeto de la aversión general!

Vers. 12. He sido olvidado de su corazón como un muerto. Mejor le es al hombre la muerte que el verse asfixiado en la calumnia y el escándalo. De los muertos no se dicen más que virtudes y
alabanzas, pero en el caso del Salmista no decían de él más que lo malo.
He venido a ser como un vaso echado a perder. Veamos aquí el retrato del Rey de reyes en su humillación, cuando renunció a todo buen nombre y tomó sobre sí forma de siervo.

Vers. 13. Porque oigo el murmurar de muchos. Una víbora calumniadora es muerte para todo consuelo. ¿Cuál será el veneno de toda la nidada? C. H. S.
Desde mi misma infancia, cuando me di cuenta de los intereses de las almas de los hombres, me entró admiración al hallar que por todas partes los religiosos y piadosos, que sólo se preocupaban seriamente de su propia salvación y de la de los demás, eran objeto de toda clase de desprecios y calumnias, especialmente por los hombres más nefandos y viciosos; de modo que los que profesaban los mismos artículos de fe, los mismos mandamientos como ley de Dios y las mismas peticiones del Padrenuestro como su deseo, y así profesaban la misma religión, por todas partes hablaban mal de los que se esforzaban en vivir sinceramente lo que decían.
Si la religión es mala y nuestra fe no es verdadera, entonces, ¿por qué la profesan estos hombres?
Si es verdadera y buena, ¿por qué aborrecer y menospreciar a los que viven en la práctica seria de la misma, si ellos mismos no la practican? Pero no hemos de esperar que sean razonables los hombres a los que el pecado y la sensualidad han hecho irrazonables.
Aun así, he de admitir que desde que observé el curso del mundo y el acuerdo entre la Palabra y la providencia de Dios, consideré como una prueba notable de la caída del hombre, de la verdad de las Escrituras, y del origen sobrenatural de la santificación verdadera, el hallar esta enemistad universal entre la simiente santa y la de la serpiente, y hallar que el caso de Caín y Abel queda ejemplificado con regularidad, y el que es nacido de la carne, persigue a aquel que ha nacido del
Espíritu. Creo que en el día de hoy vemos la evidencia patente que confirma nuestra fe cristiana. Richard Baxter
Mientras se conjuran contra ml y maquinan quitarme la vida. Es mejor caer en las garras de un león que bajo la voluntad de perseguidores maliciosos, porque la fiera puede no hacer caso de su presa si está harta, pero la malicia es implacable y cruel como un lobo. De todos los enemigos, el más cruel es la envidia.

Vers. 14. Digo: Tú eres mi Dios. David proclamó en voz alta su decisiva fidelidad a Dios. No era un creyente de los que continúan cuando todo va viento en popa. Podía hacer uso de su fe en el helado invierno y envolvérsela alrededor del cuello para protegerle y evitar las inclemencias.
El que puede decir lo que dijo David, no tiene por qué envidiar la elocuencia de Cicerón. «Tú eres mi Dios» es más dulce que todas las demás palabras que pueda formular el habla humana.
Nota que esta fe mencionada aquí es un argumento que usa para recordar a Dios su promesa de enviarle liberación pronta.C.H.S.
¡De cuánto más valor que poseer diez mil minas de oro es el poder decir «Dios es mío»! El siervo de Dios está convencido de ello, y esto es la felicidad completa para él, y en ella se
deleita.
Cierto servidor del rey Ciro, que gozaba de su favor, estaba a punto de conceder su hija en matrimonio a un hombre muy importante, si bien él no poseía muchas riquezas; por ello, alguien le dijo: «Oh, ¿cómo vas a poder dar una dote a tu hija proporcionada a su categoría? ¿Dónde están tus riquezas?» A lo que contestó: «No necesito nada. Ciro es mi amigo.»
Pero ¿no podemos decir nosotros mucho más siendo nuestro amigo el Señor, que tiene todos los atributos excelentes y gloriosos que no pueden quedar cortos en ninguna necesidad y hacernos
felices, especialmente siendo capaces para ello? John Stoughton, La verdadera felicidad del justo

Vers. 15. En tu mano están mis tiempos. Se dice que la luna con-trola las mareas de los mares; ¿no hay un poder dominante de las almas? No tiene por qué ser así, al parecer, en la mayoría de las vidas que son terrenales, pero lo es en las celestiales; del mismo modo que la luna dirige las mareas, lo mismo Dios nuestras almas. La mano de Jesús es la mano que rige nuestros tiempos.
El regula el reloj de nuestra vida. Cristo por nosotros y Cristo en nosotros. Mis tiempos están en su mano. Mi vida no puede ser en vano, como la vida del Salvador no es en vano. E. Paxton Hood
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Es legítimo desear escapar de la persecución si es la voluntad del Señor.

Vers. 16. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia. Dame la luz del sol del cielo en mi alma, y desafiaré las tempestades de la tierra. Permíteme gozar del
sentimiento de tu favor, oh Señor, y saber lo que quieres en mi manera de vivir, y no me importa que los hombres frunzan el ceño y me calumnien.

Vers. 18. Enmudezcan los labios mentirosos, que profieren insolencias contra el justo. Los pensamientos propios orgullosos con frecuencia dan por resultado estimaciones devaluadoras de los demás. Cuanto más espacio procuramos para nosotros, menos queda para nuestros vecinos.
¡Qué iniquidad es que los personajes indeseables siempre estén despotricando contra los hombres buenos! No tienen capacidad para apreciar el valor moral, del cual ellos carecen por completo, y tienen la desvergüenza de ascender al tribunal y juzgar a los hombres, a cuyo lado ellos no son más que escoria. C. H. S.
En la venerable y monumental obra original de la Iglesia Valdense, titulada La lección de oro, de fecha 1100, hallamos un verso que ha sido traducido de la siguiente forma:Si alguno ama y teme a Jesucristo, Y no maldice, jura o miente,Es casto, no mata, ni hurta a otros; Dicen que es un valdense, y merece castigo.Antoine Monastier,en Historia de la Iglesia Valdense

Vers. 19. Cuán grande es tu bondad. No nos dice lo grande que es la bondad de Dios, porque no puede; no hay medidas para delimitar la inconmensurable bondad de Jehová, que es la bondad
misma. Se asombra, usa interjecciones cuando fallan los adjetivos. Si no podemos medirla, podemos asombrarnos.

Vers. 20. En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre. Los que viven al pie de la cruz de Cristo se vuelven indiferentes a la burla de los poderosos. Las heridas de Jesús destilan un bálsamo que cura todas las heridas que infligen las armas del desprecio; de hecho, cuando tengo la misma mentalidad que había en Cristo Jesús, soy invulnerable a todos los dardos del orgullo.

Vers. 21. Bendito sea Jehová. Cuando el Señor nos bendice, nosotros no podemos por menos que bendecirle a Él de vuelta.

Vers. 22. Decía yo en mi inquietud: Cortado soy de delante de tus ojos. etc. Generalmente,cuando tenemos prisa farfullamos lo que no debemos. Las palabras precipitadas las dice la lengua en un momento, pero pueden permanecer durante muchos años en la conciencia. C. H. S.
¡Oh, qué amor le debemos a Cristo, que ha abogado por nosotros cuando nosotros no teníamos nada que decir! ¡Esto nos ha sacado del foso de los leones y de las fauces del león rugiente!
Es decir, como afirmó Mrs. Sarah Wright: «He obtenido misericordia, cuando yo creía que estaba más allá ya de la misericordia; esperanza del cielo, cuando creía que ya estaba condenada por mi incredulidad; he dicho muchas veces: no hay esperanza para mí; estaba desesperada y no me importaba lo que hubiera de pasarme.
»A menudo me hallaba al mismo borde de la muerte y el infierno, incluso a las mismas puertas de ellos, y entonces Cristo las cerró. Me hallaba como Daniel en el foso de los leones, y El
detuvo a estos leones y me dio libertad.
»La bondad de Dios es inescrutable; cuán inmensa es la excelencia de su majestad para que se digne mirar a una persona como yo; que me haya dado paz cuando estaba llena de terror y
andaba continuamente en medio del fuego y el azufre.» Timothy Rogers

Vers. 23. Amad a Jehová todos vosotros sus santos. Si los santos no aman al Señor, ¿quién lo 'hará? El amor es la deuda universal de toda la familia salvada; ¿quién quiere eximirse de
pagarlo? Se dan las razones para amar, porque el amor que cree no es ciego. C. H. S.

Vers. 23. Y paga abundantemente al que procede con soberbia. Lo que hemos de preguntar seguidamente es: ¿cómo recompensa Dios al orgulloso?
1º) Por medio de represalia o desquite -porque a Adoni-bezek, que cortaba los pulgares de las manos y de los pies de los demás, le cortaron los suyos (Jueces 1:7)-. Así los judíos, que
vociferaban: «Crucifícale, crucifícale», fueron muchos de ellos crucificados; que si hemos de creer a Josefo, no había bastante madera para hacer cruces, ni espacio, en el lugar acostumbrado,
para colocar tantas cruces como hicieron. Las trampas que cava el orgulloso son para él mismo, y de ello da abundante testimonio la Escritura.
2º) Mediante desengaños vergonzosos, cosechando raramente de lo que habían sembrado, o no comiendo lo que habían cazado, lo cual se ve claro en el estado judío cuando Cristo se hallaba
entre ellos. Judas traicionó a Jesús por dinero, y no vivió para poder gastarlo. Pilato, para agradar al César, resiste todos los consejos, y cede y accede al asesinato por el que vino su ruina y la del César. Hugh Peters

Vers. 24. Esforzaos todos vosotros. El ánimo del cristiano puede ser descrito así: Es la audacia indomable de un corazón santificado que se aventura a afrontar dificultades y sufrir penalidades por una buena causa cuando Dios le llama a ello.
La audacia que hay en los brutos es mencionada como semejante al valor que Dios concede a los hombres (Ezequiel 3:9). Esta es la promesa del Señor: «Como el diamante, más duro que el
pedernal, he hecho yo tu frente.» La locución «más duro» es la misma en el hebreo que se usa en este texto -fortiorem petra-, la roca que no teme las inclemencias del tiempo: verano o invierno, sol o lluvia, calor o frío, heladas o nieve; no se sonroja, no se arruga, no cambia en su calidad; es todavía la misma.
Amado, el valor no consiste en un ojo penetrante, una mirada hosca, en palabras altisonantes; sino que consiste en los hechos, el vigor de tu brazo, de tu pecho. La raíz de donde viene el coraje es el amor a Dios; todos los santos de Dios que aman al Señor son de buen ánimo. El amor a Cristo me constriñe a estas empresas, dice el apóstol (2ª Corintios 5:14). La regla por la cual se rige es la Palabra de Dios: lo que el Señor se ha complacido en dejarnos registrado para la guía del cristiano en las páginas sagradas (lº Crónicas 22:12, 13). Y el final, al cual se refiere, es Dios.
Porque para todo hombre santificado, siendo un hombre que se niega a sí mismo y mira a Dios y sus intereses, Dios en su centro, en que reposan sus actividades y sus empresas; y su alma no se satisface, ni puede hacerlo, si no es en Dios. Simeon Ash, «Sermón predicado ante los comandantes de las fuerzas militares de la ciudad de Londres.»
El cuartear los deseos camales, para un hombre, es como cuartear su propio cuerpo; es un trabajo doloroso y penoso, como si un hombre se cortara sus propios pies, se cortara las manos o se pinchara sus propios ojos, como expresan Cristo y el apóstol Pablo. Simeon Ash.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Génesis 12; Comentario Bíblico de Matthew Henry


Versículos 1—3. Dios llama a Abram y lo bendice con la promesa de Cristo.
4, 5. Abram se va de Harán.
6—9. Viaja por Canaán y adora a Dios en esa tierra.
10—20. Abram es llevado a Egipto por una hambruna—Finge que su esposa es su hermana.

Vv. 1—3. Dios eligió a Abram y lo separó de entre sus congéneres idólatras para reservar un pueblo para sí, entre los cuales se mantuviese la verdadera adoración hasta la venida de Cristo. Desde aquí en adelante Abram y su simiente son casi el único tema de la historia de la Biblia. Se probó a Abram, si amaba a Dios más que a todo y si podía dejar voluntariamente todo para ir con Dios. Sus parientes y la casa de su padre eran una constante tentación para él; no podía seguir entre ellos sin el riesgo de ser contaminado por ellos. Quienes dejan sus pecados y se vuelven a Dios ganarán lo indecible con el cambio. —La orden que Dios dio a Abram es en gran medida igual que el llamamiento del evangelio, porque los afectos naturales debe ceder el paso a la gracia divina. El pecado y todas sus oportunidades deben abandonarse, en particular, las malas compañías. —He aquí muchas promesas grandes y preciosas. Todos los preceptos de Dios van acompañados de promesas para el obediente.
—1. Haré de ti una nación grande. Cuando Dios sacó a Abram de su pueblo, prometió hacerle cabeza de otro pueblo.
—2. Te bendeciré. Los creyentes obedientes estarán seguros de heredar la bendición.
—3. Engrandeceré tu nombre. El nombre de los creyentes obedientes ciertamente será engrandecido.
—4. Serás bendición. Los hombres buenos son bendición para sus países.
—5. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré. Dios se ocupará de que nadie sea perdedor por algún servicio hecho en favor de su pueblo.
—6. En ti serán benditas todas las familias de la tierra. Jesucristo es la gran bendición del mundo, la más grande que el mundo haya poseído jamás. Toda verdadera bienaventuranza en el mundo ahora o que alguna vez llegue a tener, se debe a Abram y su descendencia. Por medio de ellos tenemos una Biblia, un Salvador y un evangelio. Ellos son la cepa sobre la cual ha sido injertada la iglesia cristiana.
Abram creyó que la bendición del Todopoderoso supliría todo lo que él pudiera perder o dejar atrás, satisfaría todas sus carencias y respondería, más aun, sobrepasaría todos sus deseos, y sabía que nada sino la desgracia seguiría a la desobediencia. Este tipo de creyentes, justificados por fe en Cristo, tienen paz con Dios.
—Ellos siguen en su camino a Canaán. No se desalientan por las dificultades del camino ni son arrastrados fuera del camino por los deleites que encuentran. Los que se dirigen al cielo deben perseverar hasta el fin. Los que emprendemos el camino en obedeciencia a la orden de Dios y atendiendo humildemente su providencia, ciertamente triunfaremos y finalmente tendremos consuelo. Canaán no era, como otras tierras, una simple posesión externa, sino un tipo del cielo y, en este sentido, los patriarcas la apreciaban fervientemente.

Vv. 6—9. Abram halló la tierra poblada por cananeos que eran malos vecinos. Él viajó, y siguió adelante aún. A veces la suerte de los hombres buenos es no estar establecidos y, a menudo, cambiar a diversos estados. Los creyentes deben considerarse como peregrinos y extranjeros en este mundo, Hebreos xi, 8, 13, 14. Pero observe cuánto consuelo tenía Abram en Dios. Cuando tuvo escasa satisfacción en sus contactos con los cananeos que allí encontró, tuvo abundante placer en la comunión con aquel Dios que lo había llevado hasta ahí, y que no lo desamparó. La comunión con Dios se mantiene por la palabra y la oración. Dios se revela Él mismo y sus favores en forma gradual a su pueblo; antes había prometido mostrarle a Abram la tierra; ahora, promete dársela: a medida que crece la gracia, crece el consuelo. Pareciera que Abram lo entendió también como la concesión de una tierra mejor, de la cual esta era tipo, porque esperaba un país celestial, Hebreos xi, 16.
—Abram se estableció tan pronto como llegó a Canaán, y aunque no era sino extranjero y peregrino ahí, mantuvo la adoración de Dios en su familia. No sólo se preocupó de la parte ceremonial de la religión, la presentación de sacrificios, sino tomó conciencia de buscar a Dios e invocar su nombre, el sacrificio espiritual con el cual se agrada Dios. Predicaba sobre el nombre del Señor; enseñó a su familia y a sus vecinos el conocimiento del Dios verdadero y de su santa religión.
La adoración familiar es un buen camino antiguo, nada nuevo, sino la antigua costumbre de los santos. Abram era rico y tuvo una familia numerosa, aun no estaba establecido, y estaba rodeado de enemigos; sin embargo, doquiera levantara su campamento, edificaba un altar: donde quiera que vayamos no dejemos de llevar nuestra religión con nosotros.
Vv. 10—20. No hay en la tierra una situación libre de pruebas, ni personaje libre de defectos. Hubo hambruna en Canaán, la más gloriosa de todas las tierras, como hubo incredulidad, en Abram el padre de los fieles, con los males que siempre conlleva.
La felicidad perfecta y la pureza perfecta están solamente en el cielo. Abram, cuando debe dejar Canaán por un tiempo, va a Egipto, con la intención de demorarse allí no más de lo necesario, para que no pareciera que mira hacia atrás.
—Ahí Abram oculta su relación con Sarai, equivocado, y pide a su esposa y a sus siervos que hagan lo mismo. Él ocultó una verdad como un modo de negarla efectivamente, y por ello, expone al pecado tanto a su esposa como a los egipcios. La gracia por la cual más se destacaba Abram era la fe; sin embargo, así cayó por la incredulidad y desconfianza en la providencia divina, aun después que Dios le había aparecido dos veces. ¡Ay, qué será de una fe débil cuando la fe firme se ve así remecida! Muchas veces, si Dios no nos librara de las angustias e inquietudes en que nos metemos nosotros mismos, por nuestro propio pecado y necedad, estaríamos destruidos. Él no nos trata conforme a lo que merecemos.
—Son castigos felices aquellos que nos impiden ir por el camino del pecado y nos lleva a cumplir nuestro deber, particularmente el deber de hacer reparación por lo que hemos tomado o conservado indebidamente.
—La reprensión de faraón para Abram fue muy justa: “¿Qué es esto que has hecho conmigo?” ¡Cuán inapropiado de un hombre sabio y bueno! Si quienes profesan la fe hacen lo injusto y engañoso, especialmente si dicen lo que está al borde de la mentira, deben estar dispuestos a oír una reprensión, y tienen razón para agradecer a quienes les hablen de esa manera.
—La despedida fue bondadosa. El faraón estaba tan lejos de toda intención de matar a Abram, como éste temía, que tuvo un particular cuidado de él. A menudo, nos confundimos con temores que no tienen absolutamente ningún fundamento. Muchas veces tememos cuando nada hay que temer. El faraón encargó a sus hombres que no dañaran en nada a Abram. No basta que los que tienen la autoridad no hieran por sí mismos; ellos deben impedir que sus siervos y quienes los rodean hagan daño.