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domingo, 24 de abril de 2016

Sabiduría verdadera



Piense en la multitud de decisiones que tiene que tomar a lo largo de su vida. En su conjunto, ellas determinan el curso de su existencia. Por eso es muy importante que busque la dirección del Señor en las decisiones que tome. Después de todo, Él es la única fuente de sabiduría verdadera. El asunto que usted puede estar enfrentando en estos momentos puede ser de mucha o poca importancia, pero en cualquier caso Dios lo conoce mejor que nadie. Al buscar su sabiduría uno puede disfrutar de la mejor vida posible, sin tener que sufrir malas consecuencias por tomar decisiones equivocadas.
Ahora bien, si ignoramos la dirección de Dios, es seguro que tomaremos decisiones que lamentaremos después. Lo que mucha gente olvida es que las decisiones tienen consecuencias. La presión social nos anima a que disfrutemos del momento, sin pensar en los posibles resultados. Es por eso que las personas compran casas que no pueden costear, y acumulan deudas en tarjetas de crédito que no pueden pagar. Pero, desde el principio en el huerto del Edén, Dios ha enseñado claramente que las decisiones desatinadas traen consecuencias que llegaremos a lamentar.
Primera a los Corintios 3.18-20 hace una diferenciación entre dos clases de sabiduría: la de Dios y la del mundo. Los habitantes de Corinto valoraban la sabiduría a la que el Señor describe como sabiduría del mundo. Él sabe lo que es el razonamiento humano y lo inútil que es.
La sabiduría del mundo se basa en la perspectiva del hombre. Pero aun las personas más brillantes tienen un conocimiento limitado. De hecho, su inteligencia es muchas veces la barrera que hay entre ellos y el Señor. Santiago utiliza tres adjetivos para describir la sabiduría del mundo: “terrenal, animal, diabólica” (Stg 3.15). En primer lugar, la sabiduría del mundo es terrenal, lo que significa que está limitada a los sentidos y al razonamiento humano. En segundo lugar, Santiago dice que es animal. En la Biblia, esta palabra se utiliza a menudo para referirse a la parte sensual del hombre controlada por su naturaleza pecaminosa. Y en tercer lugar, la raíz de toda la sabiduría del mundo es diabólica. Satanás está tratando todo el tiempo de engañar a la humanidad, para hacerle creer que no necesita al Señor.
La verdadera sabiduría es ver la vida desde la perspectiva de Dios, y responder de acuerdo a sus mandamientos (Sal 111.10). Dado que el único lugar seguro para encontrar la perspectiva y dirección de Dios es su Palabra, debemos hacer de las Sagradas Escrituras una prioridad en nuestra vida. Ignorar la Palabra de Dios es elegir un estilo de vida insensato. Nunca debemos basar nuestras decisiones en lo que las demás personas hagan o piensen. Por el contrario, necesitamos descubrir lo que Dios dice sobre el asunto.
La sabiduría del Señor es suficientemente grande para encargarse de cualquier preocupación humana. Él nos conoce a cada uno a la perfección, y a nuestras necesidades (Sal 139.1-6). Puesto que su conocimiento es infinito, nada le toma por sorpresa. Aunque nuestro mundo está en cambio constante, Dios nunca ha tenido que corregir o modificar su Palabra, porque Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos (He 13.8).
No importa qué tan difíciles sean nuestros problemas, Él tiene poder ilimitado para manejarlos.
Con tal caudal de sabiduría disponible para nosotros, ¿por qué confiar en nuestro razonamiento y en nuestros sentimientos y deseos?
Aun cuando las instrucciones del Señor parezcan no tener sentido, nunca nos equivocaremos si le creemos y le obedecemos. Solo recuerde que todo el conocimiento y la inteligencia del hombre son como un pequeño grano de arena comparado con la playa llena de la sabiduría de Dios. No debemos temer a lo que pudiera suceder mañana. Podemos dormir profundamente cada noche sabiendo que el Señor tiene al futuro en sus manos, y que es soberano sobre todos los acontecimientos de la vida.

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