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sábado, 29 de julio de 2017

Cómo manejar el agotamiento



Cómo manejar el agotamiento
Leer | Salmo 62.1, 2

Debido a la necesidad del mundo por lograr más, de hacer más, y de ser más, es posible que nos encontremos atrapados en un ciclo interminable de actividad.
Por sí solas, las responsabilidades diarias de la vida pueden parecer pequeñas. Sin embargo, cuando se juntan día tras día, pueden ser el origen de tensión y un serio agotamiento; y es entonces cuando debemos dar dos pasos de acción.
Primero, es imperativo que encontremos el tiempo para estar quietos delante del Señor y descansar en Él. En Marcos 6.31, Jesús dijo a sus discípulos: “Venid vosotros aparte a un lugar solitario, y descansad un poco”. Descansar en Dios renueva nuestra alma y aquieta nuestra mente inquieta, lo que nos permite participar de su fuerza.
Segundo, debemos preguntarnos con frecuencia: ¿Son necesarias todas las cosas que hago, y son las que quiere el Señor? Dios nos da esta instrucción en su Palabra: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Sal 46.10). En efecto, nuestro Padre celestial quiere que hagamos una pausa, y que nos demos cuenta de que nuestra vida está en sus manos. Con esta seguridad, podemos sustituir el afán por el descanso y la confianza. Lo que sea que hagamos en la vida, debemos hacerlo para la gloria de Dios.
Tómese un tiempo hoy para disfrutar de un momento de quietud delante del Señor. Deje que Él le dé las fuerzas y el descanso que necesita. Mientras hace esto, pídale que le revele cualquier aspecto de su vida en la que esté “afanándose” sin necesidad. Él desea dar paz y descanso a sus hijos.

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