Maneras prácticas de llevar las cargas
Leer | 1 Tesalonicenses 5.14
En todas partes hay personas que sufren, pero a veces no sabemos qué decir o hacer para aliviar su dolor. He aquí seis maneras prácticas para ayudar a llevar las cargas de los demás:
1. Estar allí. A veces el mejor “método” de ayudar es simplemente estar presente. En nuestras horas más tristes, no necesitamos a alguien que trate de arreglarlo todo; solo necesitamos un amigo.
2. Escuchar. No intente dar respuestas o decirle a la persona qué es lo que tiene que hacer. Las almas heridas muchas veces solo quieren tener un oído atento para poder expresar lo que hay en su mente.
3. Compartir. Nunca haga alarde de ser alguien que al parecer tiene todas las respuestas. En vez de eso, comparta sus fracasos, y permita que ayuden a otros.
4. Orar. Hay poder en pronunciar delante del Señor los nombres de las personas. Cuando los demás escuchan a alguien hablar con Jesús a su favor, comienza a menudo a producirse la sanidad.
5. Dar. A veces, ayudar a los demás implica más que un apretón de manos o un abrazo cálido. Tal vez necesiten algo económico o material. Una de las mejores maneras de medir nuestra sinceridad es nuestra disposición a dar a los demás.
6. Sustituir. Usted puede conocer a alguien que está llevando la carga de cuidar a otra persona. Si interviene y toma su lugar por un tiempo, está imitando a su Salvador —Él, también, fue un sustituto.
Ya que no éramos capaces de hacerlo por nosotros mismos, Jesús cargó con todos nuestros pecados y sufrimientos. Si Cristo hizo eso por nosotros, ¿cómo podemos decir: “Estoy demasiado ocupado para llevar la carga de otra persona”?
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