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viernes, 4 de agosto de 2017

Cómo manejar las distracciones


Cómo manejar las distracciones 

Leer | Nehemías 1.1−2:20
Cuando Nehemías era copero del rey, su corazón estaba profundamente preocupado por las noticias de la difícil situación de los israelitas y de su ciudad. Con el permiso del rey, se dispuso a reconstruir los muros de Jerusalén. Encontró obstáculos, pero se negó a desviar la atención de la tarea. Su ejemplo muestra la importancia de...

• Estar en el centro de la voluntad de Dios. Cuando Nehemías clamó a Dios por sus hermanos que estaban en Jerusalén, y por la ciudad, el Señor le mostró exactamente qué hacer. Dios hizo también que el rey tuviera una actitud favorable a la solicitud, y que le diera todo lo que se necesitaba. Saber que estamos donde Dios quiere que estemos nos dará confianza para manejar las pruebas sin desviar nuestra atención.

• Recordar cuál es la meta. Nehemías sabía que la prioridad del Señor era que reconstruyera los muros. Dios ha dispuesto cosas que nosotros debemos hacer de gran valor. No debemos subestimar nuestra parte en el mismo, no importa lo pequeño que nos parezca.

• Llevar a cabo cada tarea. Después de cada crisis, Nehemías volvía a la tarea que tenía por delante. Al recordar la meta del Señor, seguiremos donde Él nos haya puesto, cumpliremos con cada paso, y nos mantendremos trabajando.

• Identificar lo que nos distrae. Las cosas que tratan de interrumpir nuestro trabajo, desviar nuestra atención, o atacarnos personalmente, no proceden de Dios. Con la ayuda del Padre celestial, Nehemías supo a quién hacer caso, y a quién ignorar.

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