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sábado, 24 de febrero de 2024

Cómo no ser un hijo pródigo

 


Cómo no ser un hijo pródigo

Lucas 15.11-19

La partida del hijo pródigo de su casa comenzó con un deseo. Tal vez quería dejar atrás algunas de las restricciones que acompañan el vivir bajo el techo de los padres. O quizás quería más dinero para ir con sus amigos tras los placeres de la vida. En cualquier caso, su deseo dio a luz el razonamiento engañoso que dice: “Lo que quiero no le hace daño a nadie. Me lo merezco”. Esta manera de pensar lo llevó a una decisión —pedir prematuramente su herencia—, y a abandonar, tanto su hogar, como a todo lo que le habían enseñado.

Un cristiano que se ha alejado de Dios sigue una senda semejante a la del hijo pródigo. Todo comienza en nuestra mente con un anhelo de algo distinto a lo que tenemos. Cuanto más tiempo dejamos que se mantenga la idea, más fuerte nuestro deseo de tenerlo. Cuando nos aferramos a un anhelo que está fuera de la voluntad de Dios, nos engañamos, y encontramos la manera de justificar lo que queremos. Basaremos la decisión en nuestro razonamiento pecaminoso, y nos alejaremos del Señor para satisfacer nuestros sueños egoístas. Como el hijo pródigo, podremos disfrutar de los placeres del mundo por un tiempo, pero al final nos encontraremos sin lo que realmente necesitamos: amor incondicional, seguridad y propósito en la vida.

Tenemos un enemigo que trata de desviar nuestra atención de la voluntad del Señor, un mundo que pone a los deseos por encima de Dios, y unas inclinaciones “carnales” que prefieren el placer a la obediencia. Para evitar engañarse, haga de la Biblia el fundamento de su vida, y ajuste su mente y decisiones como debe ser (Ro 12.2).

Tenga cuidado siempre

 


Tenga cuidado siempre

Efesios 4.1-7, 14-16

¿Sabe con certeza que sus creencias tienen un fundamento sólido? Son muchas las personas de diversas creencias que han sido influenciadas por un líder con una personalidad carismática, alguien elocuente, convincente y afable. ¡Tenga cuidado! Las creencias del cristiano deben basarse en lo que Dios enseña; por eso, asegúrese de que las suyas estén basadas en algo más que las ideas de una persona influyente.

Pablo advirtió a su pupilo Timoteo que tuviera cuidado de la falsa doctrina, y con los que enseñaban solo lo que sus oyentes querían escuchar (2 Ti 4.3). Pero, ¿cómo reconocer el error a no ser que conozcamos la verdad de la Palabra de Dios y podamos usarla como una vara de medir?

Conocer las enseñanzas de la Biblia no solo le ayudará a evitar ser engañado por la falsa doctrina, sino también le protegerá de la intimidación de aquellos que puedan atacar su fe. Por tanto, examine lo que cree, y por qué lo cree. Al hacerlo...

1. Evitará ser engañado.

2. Le protegerá del temor y la intimidación.

3. Le preparará para responder las preguntas de quienes buscan la verdad.

4. Le permitirá ser convincente al presentar lo que cree.

5. Profundizará su relación personal con Dios.


El pasar tiempo regularmente en la Palabra de Dios, desarrolla un filtro bíblico a través del cual pasa toda nueva información. Ese filtro en su mente le permite distinguir entre lo falso y lo verdadero. Si este está firmemente afianzado en su mente y en su corazón, usted podrá identificar la verdad de Dios.

Estemos siempre listos


 
Estemos siempre listos

2 Timoteo 4.1-5

Los no creyentes tienen derecho a preguntarnos qué creemos, y por qué lo creemos. Y nosotros tenemos la responsabilidad de darles razones de peso. Por lo tanto, debemos estar preparados en todo momento para decirles con paciencia lo que sabemos acerca de Jesús.

La apologética (del griego apo, que significa “de”, y logia, “dichos”) es una rama de la teología dedicada a defender las verdades bíblicas. El fundamento del cristianismo es mucho más que un mensaje esperanzador; los creyentes tienen una seguridad bendita basada en la verdad eterna del Dios vivo. Por lo tanto, siempre debemos estar listos para defender, explicar y dar razón de la fe que tenemos (1 P 3.15).

Algunas personas creen en cosas que nos son ciertas; sin embargo, tienen convicciones fuertes acerca de lo que se les ha enseñado. Muchas de ellas forman parte del gran porcentaje de nuestra sociedad que no toma en cuenta la Palabra de Dios. Como seguramente usted ha descubierto, no podemos hacer que una persona crea lo que no quiere creer. Por eso, si nos encontramos con personas así, es aconsejable dejarles primero ver cómo vivimos. Después, tal vez, estarán más abiertas a escuchar de nuestra fe.

Pero he aquí una advertencia: la hipocresía es fácil de detectar; así que asegúrese de vivir conforme a las convicciones que dice tener. Si la gente ve que sus acciones no concuerdan con sus palabras, rechazarán la verdad de Dios.

La Palabra de Dios es digna de confianza; por eso, viva de manera cónsona con

ella, tanto por el bien suyo, como por el de los que espera alcanzar con el evangelio.

Una vida fructífera

 


Una vida fructífera

Proverbios 3.5-12

Dios nos creó con la necesidad de saber que nuestra presencia en este mundo tiene significado; y nos diseñó para que nos sintamos realizados mediante su Hijo Jesucristo.

La dependencia de Dios es vital para tener vida abundante. Confiar en Él con todo nuestro corazón es darle el control de nuestras familias, finanzas, trabajos y todo lo demás. El pasaje de hoy enfatiza lo esencial que es la fe para una vida fructífera. Dios nos advierte en contra de ser sabios a nuestros propios ojos, y nos recuerda dos veces que no debemos apoyarnos en nuestra propia sabiduría. Cuando enfrentamos decisiones, tendemos a recopilar información y a optar por la solución que consideramos correcta. Sin embargo, no podemos conocer todos los hechos o predecir con seguridad cómo reaccionarán los demás. Pero Dios es omnisciente. Conoce nuestros corazones y pensamientos (1 Cr 28.9). Ninguna parte de nuestra vida escapa a su conocimiento (He 4.13), y se interesa por todos nosotros. Es por eso que Él sabe con seguridad qué decisión es la que conviene a nuestras circunstancias.

Otro aspecto de una vida abundante es reconocer a Dios en todo lo que hacemos. Hablar sobre Él es solo una parte de lo que significa darle nuestro reconocimiento. Como sus hijos, debemos parecernos a nuestro Padre celestial en pensamientos, actitudes y acciones. Nuestras prioridades deben reflejar las suyas, y nuestros planes armonizar con sus propósitos.

La vida se vuelve fructífera cuando nos rendimos a Dios y hacemos su voluntad. Al dejar que su Espíritu viva en nosotros (Ga 2.20), nuestras vidas se caracterizarán por un sentido de propósito y santificación.

La guía de Dios para una vida fructífera

 


La guía de Dios para una vida fructífera

Proverbios 3.1-4

Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto” (Jn 15.5). A medida que llevemos a cabo los planes de Dios por medio del poder de su Espíritu, nuestra vida tendrá significado y dos prácticas nos caracterizarán:

1. Atesoraremos la Palabra de Dios en nuestros corazones. Cuando valoramos algo, pensamos en ello a menudo, lo estudiamos con regularidad y aprendemos lo más que podemos del mismo. Al estudiar la Biblia aprendemos muchas cosas importantes acerca de nuestro Dios, entre ellas su identidad, su plan y sus promesas. La meditación habitual en las Sagradas Escrituras desarrolla nuestra capacidad de pensar bíblicamente, y profundiza nuestra relación con el Señor. Una de las señales de que atesoramos su Palabra es un cambio de conducta; nuestras decisiones serán guiadas cada vez más por sus preceptos, y nuestras acciones reflejarán el fruto del Espíritu ( Ga 5.22-23).

2. Nos adornaremos de misericordia y verdad. En la vida cristiana, estas dos virtudes deben ser nuestra compañía constante. La verdad de Dios tiene el poder de mostrar la falta de caridad en la actitud y la conducta. Cuando esto sucede, ser misericordiosos nos ayuda a evitar la discordia y la división al relacionarnos con otros, fuera y dentro de la iglesia. Dios quiere que digamos la verdad, pero suavizada con una actitud de amorosa compasión.

La vida cristiana es una peregrinación llena de tentaciones, obstáculos y dificultades (1 P 4.12). Al mismo tiempo, debe caracterizarse por el fruto abundante que produce el seguir a nuestra guía: el Señor Jesucristo.

sábado, 17 de febrero de 2024

Cuando clamamos a Dios

 


Cuando clamamos a Dios

Salmo 57.1-3

Lo más probable es que todos hayamos clamado a Dios en momentos de desesperación. Si era algo tan sencillo como temer a una prueba de la escuela, o algo tan grave como estar en la sala de espera durante la cirugía de un ser querido, sabemos lo que se siente cuando la única opción es invocar a Dios todopoderoso.

Es importante tener en cuenta que existe una diferencia entre nuestro clamor a Dios y nuestras oraciones. En la oración, traemos muchas cosas al Padre de una sola vez; vaciamos nuestros corazones delante de su trono, y escuchamos lo que Él quiera decirnos. Pero, cuando clamamos, sucede algo más. En ese momento estamos tan dominados por la emoción (ya sea de temor, pánico, dolor o incluso de ansiosa esperanza), que no podemos evitar arrojarnos de forma natural a la misericordia de Dios por nuestra necesidad inmediata. La Biblia registra muchos momentos de clamor. Hay gritos de desesperación (Mt 14.29-30), de impotencia (2 Cr 20.9-12), e incluso de fe (Sal 34.15-17).

Pero la verdad más poderosa que podemos aprender de nuestros clamores es que el Padre celestial escucha cada uno de ellos. En el desierto, el Señor escuchó el clamor de angustia de Moisés y respondió de inmediato (Ex 17.3-7). Asimismo, en Jueces 3.9-11, Dios escuchó al pueblo que clamaba por liberación y respondió justo a tiempo.

Nuestro Padre celestial quiere que sus hijos clamen a Él con las cargas que hay en sus corazones. ¿Ha clamado a Dios con fe? Tenga la seguridad de que Él está escuchando, y de que, aun cuando no sepamos qué decir, su Espíritu Santo intercede por nosotros (Ro 8.26).

La transformación del creyente

 


La transformación del creyente

Ezequiel 36.25-27

Me maravilla la metamorfosis de la oruga. Un insecto viscoso y erizado que se desaparece para convertirse en crisálida, y al poco tiempo surge una delicada y hermosa mariposa. Es algo maravilloso.

Nuestra transformación en el momento de la salvación es igualmente radical y milagrosa. De un corazón destinado a la muerte, pecaminoso y depravado, Dios saca una criatura nueva que ha sido perdonada, hecha justa y creada para tener el Espíritu de Dios dentro de sí (2 Co 5.21; Jn 14.17).

¿Se ha preguntado alguna vez por qué seguimos luchando con el pecado después de poner la fe en Cristo como Salvador? ¿No deberían haber desaparecido todos los hábitos e inclinaciones de nuestro viejo corazón? La respuesta es que el término “nueva criatura” se refiere a nuestra posición en Cristo. Es cierto que los creyentes son perdonados y que están eternamente seguros como hijos del Padre celestial, pero seguimos viviendo en cuerpos carnales, y mientras estemos en la tierra habrá una batalla entre el espíritu y la carne.

Dios nos transforma a lo largo de nuestra vida para que nos parezcamos cada vez más a Cristo. Su Espíritu nos ayuda a combatir el pecado, y nos enseña cómo vivir. Este proceso, llamado santificación, es una peregrinación que durará hasta que seamos llamados a nuestro hogar celestial.

Mientras que la salvación es un hecho que sucede una sola vez, la santificación es un proceso de toda la vida. Y aunque el Señor ve a los creyentes como justos, todavía tenemos la capacidad de pecar. Felizmente, el Espíritu de Dios nos guía y nos da poder para ser más como Cristo, y si nos sometemos a Él, nuestra conducta y pensamientos cambiarán.

El trono de la gracia


El trono de la gracia

Hebreos 4.14-16

Dios Todopoderoso es recto y justo. Romanos 3.23 nos dice que todos hemos pecado, y que no somos aptos para estar en su presencia. Como resultado de su ira contra el pecado, estábamos condenados a la separación eterna de Él.

Pero, afortunadamente, la historia no terminó ahí. Por su amor y su misericordia, Dios envió a su Hijo a morar entre nosotros. El Señor Jesús experimentó los sufrimientos y las tentaciones comunes a todas las personas, pero nunca pecó. El Salvador decidió sufrir una muerte horrible en nuestro lugar, pagando el castigo por nuestros pecados.

No hay amor más grande, dice la Biblia, que el del hombre que da su vida por un amigo (Jn 15.13). Pero Jesús fue aun más lejos, al morir por nosotros cuando todavía éramos sus enemigos (Ro 5.10). Realmente, Él se habría sacrificado por usted, aunque hubiese sido la única persona que existiera.

Cristo promete perdón y vida eterna a todo pecador que cree en Él y le sigue. Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, somos adoptados como hijos de Dios y recibimos su Espíritu que viene a morar en nosotros, y quien nos bendice abundantemente con gozo, paz y dirección. Somos bienvenidos siempre al trono de la gracia, y tenemos acceso a Él en cualquier momento. Él promete escuchar y responder cuando le buscamos con un corazón arrepentido.

No merecemos la invitación del Señor para que nos relacionemos con Él. Sin embargo, por su gracia, Él es amoroso y compasivo con nosotros. ¡Qué privilegio tan grande es poder acercarnos al trono del Rey, y saber que Él nos escucha, comprende y ama! Descanse en el amor de Dios y disfrute de una dulce comunión con Él.




El trono de la gloria

 


El trono de la gloria

Mateo 25.31

Cuando ora, ¿cómo se acerca a Dios? Muchos cristianos visualizan a un ser santo y justo, y se dirigen a Él con sentimientos de temor, indignidad y reserva. Por otro lado, otros creyentes imaginan al Señor como un amigo más, y hablan con Él con poca reverencia.

Ninguna de estas actitudes es saludable. Nuestras mentes finitas no pueden comprender plenamente que Dios es tanto santo como misericordioso. Veamos primero el lado santo del Señor, generador de temor reverente. Si consideramos la fuerza de la naturaleza que Dios creó y los asombrosos milagros que ha realizado, es más fácil visualizar el increíble poder del trono celestial.

El templo del primer siglo tenía un área llamada el Lugar Santísimo, donde residía la presencia de Dios. Solamente el sumo sacerdote podía entrar, y eso en días específicos, después de la limpieza y preparación del ritual. Si él no se preparaba de acuerdo con las normas sagradas, era herido de muerte.

Estar en la presencia de Dios requiere obediencia. De hecho, debido a la absoluta santidad y perfección del Señor, Él no puede tener comunión con la pecaminosidad, que es la condición de toda la humanidad (Ro 3.9). Por consiguiente, cada uno de nosotros es culpable y merece la condenación. Pero, por fortuna, Dios no nos dejó desvalidos, sino que por su amor y su gracia envió a su Hijo para que fuera nuestro Redentor.

Cada página de la Biblia puede aumentar nuestra comprensión de la grandeza de Dios. ¿Está usted maravillado ante su presencia y sus hechos? Para entender más sobre la naturaleza de Dios, lea su Palabra y medite en ella. Luego, dedique tiempo para alabarlo, pues solo Él es digno de nuestra adoración.

Para conocer a Cristo personalmente



Para conocer a Cristo personalmente

Filipenses 3.12-21

No importa dónde esté en este momento en su andar con Cristo, nunca es demasiado tarde para buscar una relación más profunda con Él. Ya sea usted un apasionado seguidor de Cristo, o lo conozca solo superficialmente, haría bien en seguir el consejo de Pablo, de “[proseguir] a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil 3.14). Para empezar, siga estos seis pasos:

1. Estudie la Biblia. Nadie puede conocer a Dios sin su Palabra, porque Él nos habla por medio de ella, mostrándonos quién es Él y lo que hace.

2. Dispóngase a pasar tiempo a solas con el Señor en oración, meditación y adoración. Una de las principales razones por la que algunos cristianos no tienen una relación estrecha con Jesús, es porque no están dispuestos a invertir el tiempo necesario para llegar a conocerlo de manera personal.

3. Confíe en el Señor. La profundidad de cualquier relación depende del nivel de confianza.

4. Obedézcale. Cuando damos cada paso de obediencia, Dios revela más de sí mismo.

5. Observe cómo trabaja Cristo en su vida. Al prestar atención a cómo actúa el Señor, usted se familiarizará con sus caminos y sus propósitos.

6. Haga de Jesús su prioridad. Deje a un lado todo lo que compita con su devoción al Señor. Conocer a Cristo es una meta alcanzable. La clave es la perseverancia; por tanto, deje atrás el pasado. Encuentre un modelo a imitar. 




El Tesoro de David; Salmo 65 C.H.Spurgeon


 SALMO 65

Éste es un Salmo encantador. Viniendo después de los anteriores que son tan tristes, parece la aparición de la mañana después de las tinieblas de la noche. Hay la frescura del rocío en él, y desde el versículo nueve hasta el final hay una sucesión dulce de cuadros o paisajes que nos recuerdan la hermosura de la primavera; y verdaderamente es una descripción, en imágenes naturales, del estado feliz de la mente de los hombres que resulta del «Día de la Primavera que nos visita desde lo alto» (Lucas 1-7-8). O. Prscott Hiller

Vers. 1. A Ti es debida la alabanza en Sión, oh Dios. Los que han visto en Sión la sangre del rociamiento y saben que pertenecen a la iglesia del primogénito, nunca pueden pensar en ella sin presentar humildes alabanzas al Dios de Sión.

Seguiremos esperando, afinando nuestras arpas, en medio de las lágrimas de la tierra; pero, ¡oh!, qué armonías serán las que se oirán cuando llegue el momento y el Rey aparezca en su gloria. Ciertamente, cuando el alma está más llena de adoración y reverencia, menos contenta está con la forma en que se expresa, y siente más profundamente lo inadecuados que son todos los cantos mortales para proclamar la bondad divina. C. H. S.

El alma se encuentra muchas veces sin palabras para proclamar la gracia de Dios y expresar su grandeza. Alexander Carmichael

A Ti se cumplirán los votos. Se ha dicho: «El sentimiento más intenso es el menos expresivo, al ser condensado por la represión.» Y Hooker dice de la oración: «El mismo silencio con que nuestra indignidad nos deja, hace petición por nosotros, y esto en la confianza de su gracia. Al mirar hacia dentro nos quedamos mudos; al mirar hacia arriba hablamos y prevalecemos.» Horsley lo traduce: «Sobre Ti está el reposo de la oración.» Andrew A. Bonar

Ateneus dice que el silencio es algo divino; y Thomas a Kempis llama al silencio la nutrición de la devoción. Thomas Le Blanc

Vers. 2. Tú oyes la oración. Éste es tu nombre, tu naturaleza, tu gloria. Dios no sólo ha oído la oración, sino que ahora la está oyendo, y siempre tiene que oírla, puesto que es un Ser inmutable y nunca cambia en sus atributos. David, evidentemente, creía en un Dios personal y no adoraba una mera idea o abstracción.

A Ti vendrá toda carne, a causa de sus culpas. El acudir a Dios es la vida de la verdadera religión; acudimos llorando en la conversión, esperando en la súplica, gozándonos en la alabanza y deleitándonos en el servicio. Los dioses falsos, a su debido tiempo, pierden a sus engañados seguidores, porque cuando el hombre es iluminado no podrá seguir siendo embaucado; pero cuando uno ha probado al verdadero Dios, se siente animado por su propio éxito para persuadir a otros también, y así el reino de Dios llega al hombre, y los hombres llegan a él. C. H. S.

De modo tan seguro como que Dios es el Dios verdadero, así también es seguro que a ninguno de los que le buscan con diligencia le dejará sin una recompensa. Más bien podéis dudar de que sea Dios que dudar de que El no va a escuchar la oración o a recompensar. David Clarkson

Vers. 3. Las iniquidades prevalecen contra mí. Nuestros pecados, de no ser por la gracia, prevalecerían contra nosotros en el tribunal de la justicia divina, en el tribunal de la conciencia y en la batalla de la vida. Desgraciado el hombre que desprecia a sus enemigos, y peor todavía el que considera como amigos suyos a los que le calumnian y le acusan.

Mas nuestras rebeliones, Tú las perdonas. ¡Qué consuelo que las iniquidades que prevalecen c6ntra nosotros no, prevalezcan frente a Dios! Nos mantendrían alejados de Dios, pero El las barre de delante de su presencia y la nuestra. Es digno de ser notado que así como el sacerdote se lavaba en el lavatorio antes de sacrificar, también David nos lleva a obtener purificación del pecado antes de entrar en el servicio del canto. Cuando hemos lavado nuestras vestiduras y las hemos hecho blancas en su sangre, entonces nuestro cántico es aceptado: «Digno es el Cordero que fue inmolado.»

Vers. 4. Bienaventurado el que Tú escoges y atraes a Ti. Cristo, a quien Dios escogió, y a quien dijo: «Este es mi Hijo amado, en el cual me complazco», está verdaderamente «sobre todas las cosas, Dios bendito para siempre»,; pero en El también son bienaventurados sus elegidos. Por amor a El nosotros hemos sigo escogidos. En El, no en nosotros, que hemos sido aceptados por Dios, siendo aceptados en el Amado; y, por tanto, en El somos bienaventurados; El es nuestra bendición. De Un comentario sencillo sobre el libro de los Salmos

Como corona de todo ello, no llegarnos con peligro de destrucción como Nadab y Abihú, sino que nos acercamos como escogidos y aceptados para ser residentes de la casa divina; esto es una bienaventuranza acumulada más allá de toda concepción posible. C. H. S.

Vers. 5. Con portentos de justicia nos respondes, oh Dios de nuestra salvación. Buscamos santificación, y la respuesta es prueba; pedimos más fe, y resulta más aflicción; oramos por el esparcimiento del evangelio, y la persecución cae sobre nosotros. Sin embargo, es bueno que sigamos pidiendo, porque nada de lo que el Señor nos concede en su amor puede causarnos daño alguno. Los desastres van a resultar en bendiciones, después de todo, cuando vienen como respuesta a la oración. C. H. S.

Pides perdón; esto es agradable a Dios, pero entiende bien que no es agradable a la carne; mortifica la corrupción, quebranta el corazón, conlleva una vida santa., Ahora bien, Dios es terrible para la carne pecaminosa; allí donde El aparece, muere. Jacob, por tanto, si bien venció a Dios en oración, él mismo fue vencido, lo cual viene indicado por el toque en su muslo que fue dislocado, allí donde hay la tensión principal en la lucha. Cuando somos débiles, entonces somos fuertes; porque cuando Dios aparece, nosotros morimos a nosotros mismos y vivimos en El. William Carter en un sermón titulado «Luz en la oscuridad»

Esperanza de todos los términos de la tierra. La estabilidad de las montañas no ha de ser adscrita a ciertas leyes físicas, sino al poder de Dios. Sin el poder inmediato de Dios las leyes de la naturaleza no podrían producir su efecto. Qué consolador y satisfactorio es este modo de ver la Providencia divina, comparado con el de la filosofía infiel que nos prohíbe ir más allá del poder de ciertas leyes físicas, que si bien concede que fueron establecidas por Dios, pueden ejecutar su función sin El. Alexander Carson

Y de los más remotos confines del mar. Si la tierra dio ancianos a Moisés, el mar dio apóstoles a Jesús. Noé, cuando todo era océano, estaba tan tranquilo con Dios como Abraham en su tienda. La fe es una planta de crecimiento universal; es un árbol de vida en la ribera y una planta de renombre en el mar; y, bendito, sea Dios, los que ejercen fe en El en cualquier punto, hallarán que El es rápido y fuerte en contestar sus oraciones. C. H. S.

Vers. 6. Tú, el que afianza los montes con su poder. Los filósofos de la escuela que se olvida de Dios están demasiado absortos en sus leyes sobre cómo se elevan los montes, para pensar en Aquel que los eleva. Sus teorías de la acción volcánica y de los glaciares, etc., etc., con frecuencia son usadas como cerrojos para cerrar al Señor el paso a su propio mundo. Permitidme que hable como un simple, no como un filósofo, como David, porque él se hallaba más cerca de Salomón que ninguno de nuestros científicos modernos. C. H. S.

Ceñido de valentía. Aprendamos que somos seres minúsculos; si queremos ser establecidos de veras, tenemos que ir al que es fuerte en busca de fuerza. Sin El los montes eternos se desmoronarían; cuánto más lo harán nuestros planes, proyectos y labores. Reposa, oh creyente, allí donde los montes hallan sus bases, o sea, en la potencia incólume del Señor Dios. C. H. S.

Vers. 7. Y el tumulto de las naciones. La sociedad humana debe su preservación al continuado poder de Dios; las pasiones viles darían por resultado su disolución instantánea; la envidia, la ambición y la crueldad crearían la anarquía mañana si Dios no lo impidiera; de ello tenemos clara prueba a lo largo de la Historia.

Vers. 9. Cuidas de la tierra, y la riegas. Se nos presenta aquí como el jardinero que recorre su jardín, yendo alrededor de la tierra y dando agua a toda planta que la necesita, no en pequeñas cantidades, sino hasta que la tierra queda empapada y saturada con rica provisión de refrigerio. Oh Señor, de esta manera visita a tu iglesia, y a mi pobre, reseca y marchita piedad. Haz que tu gracia rebose en gracias en mí; riégame, porque no hay planta en tu jardín que lo necesite más. C. H. S.

El sol se levanta y se pone con regularidad; las estaciones se suceden las unas a las otras con fidelidad, y todo ello lo aceptamos como algo natural, por más que sea asombroso a toda comprensión y bueno para los deseos más amplios del corazón humano más noble. Si por un momento fallara en Dios su poder, su vigilancia su voluntad de hacer el bien, ¡ sobrevendría una ráfaga súbita de muerte y aniquilación por todo el universo! ¡Las estrellas vacilarían, los planetas expirarían, las naciones perecerían! Pero, aunque pasen las edades, no ocurre una catástrofe semejante, a pesar de los peores crímenes nacionales y del ateísmo que niega la mano que lo alimenta. William Howitt

Dios es inteligente, amante y libre; Dios lo rige todo y está por encima de todo. No es desplazado o sustituido por las fuerzas y agentes que emplea; no es absorbido por el cuidado de otros mundos; no es indiferente hacia la tierra. Samuel Martin

Preparas el grano de ellos. De modo tan seguro como el maná era preparado por Dios para las tribus, igualmente el trigo que necesitamos para nuestro uso diario nos lo envía Dios. ¿Qué diferencia hay si recogemos vasijas de maná o gavillas de trigo?, y ¿qué importa si viene de arriba o si crece desde debajo? Dios está tan presente en lo uno como en lo otro; es una maravilla tan grande que el alimento surja de la tierra como que caiga de los cielos. C. H. S.

Vers. 11. Tú coronas el año con tus bienes, y tus nubes destilan abundancia. Se dice que por donde pasaban las hordas de los tártaros no volvía a crecer la hierba allí donde quedaban las marcas de las herraduras de sus caballos; por el contrario, igual se dice que por donde pasa Jehová se puede seguir la abundancia que crea.

Vers. 12. Destilan sobre los pastos del páramo. Diez mil oasis sonríen cuando el Señor de toda misericordia pasa por ellos. Los pájaros del aire, las cabras monteses y los ciervos rápidos se regocijan cuando beben de los estanques, ahora llenados desde el cielo. Dios visita con amor a la más solitaria y desolada de las almas.

Vers. 13. Y aun cantan. En la naturaleza no hay discordancias. Sus aires son melodiosos; sus coros, llenos de armonía. Todo, todo es para el Señor; el mundo es un himno al Eterno. Bienaventurado el que, oyéndolo, se une al mismo y pasa a ser un cantor en el poderoso coro. C. H. S.

sábado, 10 de febrero de 2024

El anhelo de conocer a Cristo



El anhelo de conocer a Cristo

Filipenses 3.3-11

Muchas personas saben los hechos fundamentales de la vida del Señor, pero pocas lo conocen a Él personalmente. Están tan ocupados en sus actividades e intereses, que rara vez piensan en Cristo hasta que surge una situación desesperante.

Pero quienes conocen al Señor íntimamente, lo hacen su prioridad absoluta, y todas las posesiones, logros, o intereses, carecen de valor cuando los comparan con el hecho de conocerle. Considere los resultados de hacer de Cristo lo más importante en su vida (Fil 3.8-10):

Un hambre cada vez mayor: “para ganar a Cristo”. Aunque Pablo tenía una relación maravillosa con el Señor, su mayor deseo era conocerle más.

Una vida transformada: “la justicia que es de Dios”. Cuanto más conozcamos a Cristo, más exhibiremos su justicia.

Un poder mayor: “el poder de su resurrección”. El poder del Espíritu fluye a través de quienes se relacionan estrechamente con el Señor Jesús.

Una nueva perspectiva: “la participación de sus padecimientos”. Cuando entendemos a Cristo, vemos sus bendiciones mediante nuestros sufrimientos.

Una vida victoriosa: “llegando a ser semejante a él en su muerte”. El verdadero creyente se considera muerto a los pecados que una vez dominaron su vida.

¿Anhela usted conocer a Cristo, o es su relación con Él superficial? Los creyentes no debemos permitir que los placeres, los problemas y las responsabilidades de este mundo nos roben el tesoro de conocer a Cristo. Es hora de contar todo como pérdida, y de seguir adelante con Cristo.

Dejar a un lado la procrastinación


 

Dejar a un lado la procrastinación
Hechos 24.24-27

A algunas personas les gusta decir que son “procrastinadores de nacimiento”, (concepto de moda). Pero, según la Biblia, eso es inaceptable. El postergar las responsabilidades es una forma de esclavitud, y Dios no nos creó para estar esclavizados.

La procrastinación tiene dos causas reales. La primera es la “evasión de la incomodidad”. Muchas personas posponen el ponerse en acción por angustia o incomodidad, como en el pasaje de hoy; por el temor que le produjo la disertación de Pablo acerca de la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix despidió al apóstol. La segunda causa para procrastinar es la inseguridad. Si nos consideramos incompetentes para realizar una tarea, podemos decidir no comenzarla.

En nuestra vida espiritual, a veces posponemos la lectura de la Biblia porque Dios saca a la luz asuntos que necesitamos encarar. Problemas como el orgullo o la culpa pueden ser incómodos de enfrentar, pero esquivarlos bloquea los planes de Dios para nuestra vida.

Si postergamos la acción, podemos preocuparnos por la posibilidad de fracasar o por temor a cometer un error. Entonces tendemos a sentirnos sin creatividad y energía para emprender las tareas que debemos realizar. Pero posponer lo que Dios nos manda a hacer es lo mismo que desobedecerlo.

La procrastinación no es un asunto de chiste. ¿Tiene usted la tendencia a posponer la realización de las cosas? Identifique los aspectos de su vida donde tenga problemas en cuanto a esto, como también los sentimientos que los acompañan. Luego, confiese su negligencia al Padre celestial, y confíe en el poder de Él para enfrentar lo que tenga que hacer.

Otros fundamentos de la meditación efectiva

 



Otros fundamentos de la meditación efectiva

Salmo 19.14

Ya hemos analizado tres fundamentos de la meditación efectiva. Hoy completaremos la lista añadiendo los siguientes:

4. Silencio. ¡Esta puede ser una lucha muy grande! ¿Con qué frecuencia se sienta usted a orar, y termina siendo el único que habla? El profeta Isaías nos recuerda que “en quietud y confianza será [nuestra] fortaleza” (Is 30.15). Sin embargo, por lo general no estamos quietos en la oración. A veces, pasamos de una a otra petición, sin dar nunca al Padre la oportunidad de responder. ¿Cómo podemos saber realmente lo que desea para nosotros, si no hacemos una pausa y le escuchamos en silencio?

5. Dominio propio. Esto significa simplemente reconocer que necesitamos ocuparnos de algunas cosas en nuestra vida. Dios está purificándonos continuamente, y convirtiéndonos en las personas que Él quiere que seamos. A medida que nos entreguemos más y más a su voluntad, necesitaremos reconocer que tales áreas ya no están bajo nuestro control.

6. Sometimiento. Finalmente, los creyentes debemos someternos a Dios. Toda la oración y toda la meditación que hagamos, no cambiará nada en nuestra vida si tenemos un espíritu rebelde. Dios desea conocerle, usarle y moldearle conforme al buen plan que tiene para usted específicamente. Pero esto no puede suceder si no se somete intencionalmente a la actividad de Dios en su vida.

La meditación puede resultar difícil, pero como sucede con el ejercicio, las recompensas bien valen el esfuerzo. Pida la ayuda del Espíritu Santo y tome la decisión de comenzar a meditar hoy.

Fundamentos de la meditación efectiva

 



Fundamentos de la meditación efectiva

Salmo 46.10

Usted pudiera preguntarse: ¿Cómo puedo incorporar la meditación bíblica y genuina a mi vida? Creo que hay varios fundamentos sobre la meditación que le permitirán obtener grandes beneficios en su camino de fe.

1. Un tiempo sin prisas. ¿Se apresura en su tiempo de oración para poder hacer otras cosas? Piense en el ejemplo que nos dio Jesús. ¿Alguna vez se apuró Él para terminar su tiempo de oración? No. Él hacía de su comunión con el Padre su prioridad, y todo lo demás era secundario.

2. Quietud. Leemos el llamado a la quietud en el Salmo 46.10. Pero, podemos preguntarnos: ¿Qué significa “estad quietos”? En pocas palabras, dejar todo lo demás. Esto puede ser difícil para nosotros en este mundo acelerado y donde hay que hacer tantas cosas. ¡Nos hemos acostumbrado a hacer una docena de cosas a la vez! Pero la verdadera meditación requiere que enfoquemos nuestra mente en Dios todopoderoso.

3. Aislamiento. Esto es algo con lo cual el Señor tuvo siempre que luchar en su ministerio, ya que estaba constantemente rodeado de gente. Pero, a pesar de que atendía sus necesidades, también protegía su necesidad de aislamiento. A menudo, vemos a Jesús en los evangelios retirándose para tener un tiempo privado e íntimo con el Padre. No importaba lo que estuviera sucediendo, Él insistía siempre en tener períodos, de vez en cuando, para descansar en el Espíritu, enfocarse en su relación con el Padre y recuperar fuerzas.

¿Está su vida de oración caracterizada por el tiempo apartado y protegido para poder estar quieto y a solas con Dios? Comprométase hoy a incorporar estos elementos esenciales a su vida cotidiana.

¿Qué está haciendo Jesús ahora?

 



¿Qué está haciendo Jesús ahora?

Hebreos 1.1-3

El Nuevo Testamento nos dice lo que Jesús hizo mientras estuvo en la Tierra, pero ¿qué está haciendo ahora, después de haber ascendido al Padre en el cielo? Su ausencia física no significa que nos haya abandonado. Aunque no podemos verlo hoy, su Palabra nos asegura que Él está siempre en actividad por nosotros, para prepararnos, dirigirnos y perfeccionarnos.

Él nos da vida en abundancia (Jn 10.10). Cristo hace posible que vivamos con paz, gozo, fortaleza y determinación para perseverar en el logro de todo lo que Él nos llame a hacer.

El Señor intercede por nosotros (Ro 8.34). Jesús escucha cada una de nuestras oraciones, y está sentado a la diestra de su Padre, presentando nuestras peticiones a Él.

Cristo revela al Padre (Col 1.15). Por medio de Jesús entendemos que el Señor es nuestro amoroso Padre celestial, que está personalmente interesado en cada aspecto de nuestra vida. La Biblia nos invita a imitar el ejemplo de Cristo en cuanto a mantener una conversación íntima y continua con Dios.

Está preparando un lugar para nosotros (Jn 14.2-3). Un día, el Señor vendrá para llevarnos al hogar celestial, y así podremos estar con Él para siempre.

El Señor Jesús también está haciendo preparativos para su regreso. Vendrá a gobernar y a reinar en la Tierra como Rey de reyes y Señor de señores.

“Ojos que no ven, corazón que no siente” no es, definitivamente, una frase que describe la relación de Cristo con nosotros. Su permanente cuidado de nosotros debe motivarnos a tener la seguridad de que, aunque no lo estemos viendo, Él nos ve y se preocupa por nosotros. "No vemos al Señor con nuestros ojos naturales, pero nuestros corazones sienten su presencia de una manera poderosa."

viernes, 9 de febrero de 2024

El poderoso nombre de Jesús


El poderoso nombre de Jesús

Juan 16.7-24

Los discípulos debieron sentirse confundidos cuando Jesús les dijo que era por el bien de ellos que Él se marcharía; durante tres años los había guiado y protegido. Pero el Señor podía decir esto porque sabía que su Espíritu y su nombre los protegerían y dirigirían poderosamente hasta que se reunieran en el cielo.

De la misma manera, nosotros hemos sido salvos y tenemos la promesa del cielo, pero todavía hay un largo camino por recorrer antes de llegar allá. No obstante, en el nombre de Jesús, tenemos todo lo que necesitamos para llegar hasta el final, pese a los obstáculos y desafíos que enfrentemos. Basta con considerar las siguientes formas en que Jesús viene en nuestra ayuda:

Abogado (1 Jn 2.1-2). Aunque somos llamados a vivir en santidad, habrá ocasiones en que pecaremos. Jesús es nuestro Abogado, quien es nuestro defensor porque su sangre nos limpia continuamente del pecado.

Autoridad (Mt 28.18). Vivimos bajo la autoridad divina de Cristo. Nada nos toca sin primero pasar por sus manos. Y Él nos capacita para hacer todo lo que Él nos llame a realizar.

Ayuda (Jn 16.13-15). Jesús nos ha dado el Espíritu Santo como nuestro Ayudador, que nos conforta, guía, enseña y capacita para vivir en santidad y obediencia.

Respuesta (Jn 16.23-24). Cuando pedimos en el nombre de Jesús, es decir, conforme a lo que Él desea, nuestras oraciones son respondidas.

La mano de Dios se mueve en el nombre de Jesús cuando tenemos un corazón santo y puro delante de Él. Por consiguiente, que nuestro anhelo sea vivir en dependencia total de este poderoso nombre.

               



domingo, 4 de febrero de 2024

El Tesoro de David; Salmo 64 C.H.Spurgeon

 

SALMO 64 

Un Salmo de David. Su vida estaba llena de conflictos, y raramente terminaba un Salmo sin mencionar a sus enemigos; en este instante sus pensamientos están completamente ocupados en oración contra ellos. C. H. S. 

Este Salmo es aplicado por el rabino Abdías a Amán y a Mardoqueo. El enemigo es Amán, y el objeto de la ira de éste, Mardoqueo. John Gill 

El clamor del elegido de Dios cuando es perseguido por causa de la justicia. Arthur Pridham en Notas y reflexiones sobre los Salmos 

Vers. 1. Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento. ¿No leemos que Moisés habló con sus labios en el mar Rojo, y que el Señor le dijo: "¿Por qué clamas a mí?" Las oraciones que no son oídas en la tierra pueden ser las mejor oídas en el cielo. Nuestro deber es notar de qué forma tan constante David hace uso de la oración; es su hacha de combate y su arma de guerra. C. H. S. 

Vers. 3. Que afilan como espada su lengua. El verbo significa dice Parkhurst- "afilar, amolar", lo cual se realiza mediante una fricción persistente con un objeto más duro; y esta hermosa metáfora es aplicada a la lengua malvada. Sin embargo, ha sido traducido también como "vibrar", tal como hace la serpiente con su lengua. Richard Mant 

El ingenio del hombre se ha aplicado de modo maravilloso a dos cosas: inventar armas de guerra destructivas, e ingeniarse métodos variados para ser la ruina de los hombres con palabras malignas. La lista de las primeras se halla en los escritos militares. Pero las varias formas de hablar mal apenas se pueden catalogar. 

Los que hablan mal disponen de flechas agudas con la punta mojada en veneno. Tienen "espadas llameantes, espadas de dos filos, espadas desenvainadas, sacadas en ira, con las cuales cortan y hieren y matan el buen nombre de su prójimo". Los pecados de la lengua son crueles, muy crueles. Cuando calumnian en secreto, como hacen comúnmente, uno no puede defenderse contra estos ataques. Sus cañones son infernales. Uno de ellos es: "Si una mentira es más útil que la verdad, di la mentira." Otro es: "¡Calumnia, algo quedará!" William S. Plumer 

Lanza cual saetas sus palabras amargas. Se afanan, y con fuerza preparan sus palabras como saetas, y luego las lanzan habiéndolas mojado en amargura. Al clavarse causan angustia, para destruir según es su intento. C. H. S. 

Vers. 3, 4. Vimos en el Museo de Venecia un instrumento con el cual los antiguos tiranos de Italia acostumbraban clavar agujas envenenadas a los que hacían objeto de su malignidad. Pensamos en las murmuraciones y calumnias secretas, y deseamos que estos artefactos malévolos tengan fin. Las armas de la insinuación solapada y la murmuración parecen tan insignificantes como agujas; pero su veneno instilado es mortal para la reputación de muchos. C. H. S. 

Hasta qué punto, pues, debe andar un hombre con prudencia para no dar motivo justo de reproches y no hacerse objeto de la burla de los necios del mundo; mas si es reprochado (y no cabe duda que lo será), que sea por andar en derechura en los caminos de Dios, y no por sus pecados, para que el reproche pueda caer sobre la cabeza del que lo lanza, y su lenguaje escandaloso se les atragante. J. Burroughs 

Vers. 3,7-8. Las armas más ponzoñosas son las palabras malignas, "palabras amargas"; pero la Palabra es el arma principal del Espíritu Santo; y así como esta espada del gran Capitán hizo fracasar al tentador en el desierto, del mismo modo podemos vencer a "los obradores de iniquidad" con la verdadera hoja de Jerusalén. J. L. K. 

Vers. 4. Para asaetear a escondidas al inocente. La conducta sincera y recta no nos es una garantía contra los ataques de la calumnia. El diablo asaeteó al mismo Señor, y nosotros podemos estar seguros que él tiene saetas también para nosotros. C. H. S.

¿Quién podría haber pensado que hubiera un diablo en Pedro que tentaba al Maestro, o sospechado que Abraham fuera su instrumento para traicionar a su amada esposa para que cometiera un pecado? Con todo, fue así. Si, a veces lo hace de modo tan secreto que dispara sus saetas con el arco de Dios, y el pobre cristiano es trastórnado, pensando que es Dios el que le reprende y está airado con El, cuando es el diablo que le tienta para que lo crea, y sólo imita fraudulentamente la voz de Dios. William Gurnall 

Le tiran de improviso y nada temen. Hemos visto en la vida diaria la saeta de la calumnia hiriendo gravemente a su víctima; pero, aun así, no hemos podido descubrir el lugar desde el cual fue disparada el arma, ni averiguar cuál fue la mano que forjó la saeta o la mojó con veneno. 

¿Es posible que la justicia invente un castigo lo bastante severo para que sea proporcionado al daño que causa el malvado que ensucia el buen nombre de una persona y permanece escondido? Un mentiroso a la vista es un ángel comparado con este demonio. Las víboras y las cobras son inocentes comparadas con un reptil así. El diablo mismo debería sonrojarse de ser el padre de una descendencia tan baja. C. H. S. 

Vers. 5. Obstinados en su inicuo designio. Los hombres buenos se hallan desanimados con frecuencia y no es raro que se desanimen el uno al otro, pero los hijos de las tinieblas son astutos en su generación, y persisten en su estado de ánimo, y se anima el uno al otro. 

Calculan para tender lazos ocultos. Saben cuál es el beneficio de la cooperación; ponen sus experiencias en común; se enseñan el uno al otro, nuevos métodos. 

Y dicen: ¿Quién podrá verlo? Se olvidan que hay un ojo que todo lo ve y una mano que todo lo descubre, que será dura sobre ellos. Por tanto, no temáis vosotros que tembláis, porque el Señor está a vuestra mano derecha, y no os causará daño el enemigo. C. H. S. 

Vers. 6. Inventan maldades. Es triste que para causar la ruina de un buen hombre los malvados muestren con frecuencia tanta diligencia como si estuvieran buscando un tesoro. C. H. S. 

Es una señal de que la malicia está hirviendo en los corazones de los hombres cuando son activos en la búsqueda de algo contra sus prójimos. El amor prefiere no ver o escuchar los fallos de los demás; y si esto es inevitable, se ocupa en curarlos y reformarlos dentro de lo que está en su poder. John Milward en Ejercicios matutinos 

Vers. 8. Sus propias lenguas los harán caer. Las calumnias y mentiras producirán su efecto sobre ellos mismos. Con sus propias lenguas se cortarán el cuello. C.H.S. 

Un refrán común dice que "las palabras son viento"; pero son un viento que puede soplar para llevar al alma a un cielo de reposo si son santas, salutíferas, espirituales y edificantes, o bien puede llevarla al mar Muerto de la miseria eterna si son profanas, necias, espuma y sin provecho. Edward Reyner en Reglas para el gobierno de la lengua 

Se asombrarán todos los que los vean. ¿A quién le gusta estar cerca de Herodes cuando los gusanos le están royendo?, ¿o en el mismo carro de Faraón cuando las olas le rodean? Los rodean a un perseguidor poderoso y se arrastran a sus pies son los que primero le abandonan en el día de la ira. ¡Ay de vosotros mentirosos! ¿Quién deseará vuestra compañía cuando os halléis en el lago de fuego? 

Vers. 9. Entonces temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios. Tan espantoso y decisivo ser· el derrocamiento de los malvados por el SeÒor que todo el mundo hablar· de ello. C. H. S.

jueves, 1 de febrero de 2024

El Tesoro de David; Salmo 63 C.H.Spurgeon

 


SALMO 63 

Título: ¨Un salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. Este salmo fue escrito probablemente cuando huía de Absalón; ciertamente en el tiempo que lo escribió, era rey (vers. 11) y está apurado por los que procuraban matarle.

La palabra distintiva de este Salmo es ¨temprano¨. Cuando la cama es más blanda, nos sentimos tentados de levantarnos tarde, pero cuando no hay comodidad, y la cama es dura, si nos levantamos más temprano para buscar al Señor, tenemos mucho que agradecer a la aspereza o al desierto. C. H. S. 

Hay salmos propios para el desierto o la soledad; y tenemos razones para agradecer a Dios que es el desierto de Judá, el lugar en que estamos, no el desierto de pecado. Matthew Henry 

Agar vio a Dios en el desierto y llamó un pozo según el nombre derivado de la visión Beer-lahai- roi (Génesis 16:13-14). Moisés vio a Dios en el desierto (Éxodo 3:1-4). Elías vio a Dios en el desierto (1º Reyes 19:4-18). David vio a Dios en el desierto. La Iglesia cristiana verá a Dios en el desierto (Apocalipsis 12:6-14). Toda alma devota que anhela ver a Dios en su casa, tendrá el refrigerio de visiones de Dios en el desierto de la soledad, la aflicción, la enfermedad y la muerte. Christopher Wordsworth 

Era éste el Salmo favorito de M. Schade, el famoso predicador de Berlín, Salmo que él oraba diariamente con tal fervor y aplicación a si mismo, que era imposible escucharle sin emoción. E. W. Hentstenerg 

Vers. 1 Oh Dios, mi Dios eres tú. El último Salmo dejó resonando en nuestro oído el eco del poder; y aquí nos es recordado. C. H. S. 

Oh Dios. Esta es una expresión solemne; lastima que algunos la usen como una simple exclamación, sin darle ningún sentido. Matthew Henry 

En hebreo, el Salmo empieza Elohim, Eh. Ahora bien, Elohim es plural, y Eh es singular, para expresar el misterio de la Trinidad, el misterio de la Unidad, la subsistencia distinta de las (tres) hipóstasis y su consustancialidad. Salterium Quin. Fabri Stapulensis 

De madrugada te buscaré. La posesión engendra deseo. La plena seguridad no es un obstáculo a la diligencia, sino el resorte principal de la misma. ¿Cómo puedo yo buscar el Dios de otro hombre? Pero busco con ardiente deseo a Aquel a quien sé que es mío. Observa el afán implicado en el tiempo mencionado; no va a esperar hasta el mediodía ni el fresco del atardecer, sino que se levanta al cantar el gallo, para reunirse con su Dios. Mi alma tiene sed de Ti. La sed es un anhelo insaciable hacia algo que es uno de los pilares más esenciales de la vida; no hay modo de razonar con ella, ni de olvidarla, ni de despreciarla, ni vencerla con indiferencia estoica. La sed se hace notar; todo el hombre ha de ceder a su poder; del mismo modo ocurre con el deseo divino que la gracia de Dios crea en el hombre regenerado. C. H. S.

 ¡Oh, si Cristo viniera cerca, y estuviera quieto, y me diera permiso para contemplarle! Porque el mirar parece el privilegio del pobre, puesto que sin pagar nada en absoluto puede contemplar el sol. Samuel Rutherford

 Vers. 2. Como te contemplaba en el santuario, para ver tu poder y tu gloria. Nuestra miseria es que tenemos muy poca sed de estas cosas sublimes y mucha de las bagatelas insulsas del tiempo y del sentido. La vista de Dios era suficiente para David, pero nada inferior a ella le contentaba. C. H. S. 

El deseo de todo cristiano es, o debería ser, el ver y gozar mas y más de la gloria de Dios. Una mirada a la gloria divina crucifica nuestros deseos carnales y da muerte a las corrupciones de nuestro corazón. John Angell James 

Vers. 3. Porque mejor es tu misericordia que la vida. El morar con Dios es mejor que la mejor vida que podamos imaginarnos: una vida de comodidades, en un palacio, con salud, honores, riquezas y placeres; sí, mil vidas no son iguales a la vida eterna que se halla en la sonrisa de Jehová. C. H. S. 

El favor divino es mejor que la vida; sí, es mejor que muchas vidas juntas. Sabemos hasta qué punto tan elevado los hombres consideran sus vidas; y para preservarlas van a sangrar, sudar, separarse de sus posesiones, incluso de sus propios miembros. Ahora bien, aunque la vida sea tan cara y preciosa para el hombre, un alma abandonada valora las recompensas del favor divino por encima de la vida, sí, por encima de muchas vidas. Muchos hombres se han sentido hastiados de sus vidas, como es evidente por la Escritura y la Historia, pero ningún hombre se ha cansado del amor y del favor de Dios. No hay persona que dé más valor a poder contemplar el sol que el que ha languidecido largos años en un oscuro calabozo. Thomas Brooks 

¿Qué hay de deseable en la vida si un hombre no tiene lugar en el corazón de Dios? Ésta es la mayor bendición temporal y nada puede superarla excepto el favor del Dios de nuestra vida; y esto es excelente en verdad. ¿Qué comparación hay entre el aliento de nuestras narices y el favor del Dios eterno? Timothy Cruso

Mis labios te alabarán. ¿Es posible que un hombre ame a otro y no le alabe o no hable de él? Si tienes un halcón o un sabueso al que quieres mucho, vas a alabarlo; y ¿puedes amar a Cristo sin hablar nunca o raramente de Él, o de, su amor, sin alabarlo nunca a otros, para que ellos se enamoren de Él también? Puedo asegurarte que será una razón principal por la que desees vivir el que des a conocer al Señor Jesús a tus hijos, amigos, conocidos, de modo que en la edad venidera su nombre pueda resonar y su memoria ser un olor suave de generación en generación. Thomas Sheppard en El creyente sano 

Vers. 4. En tu nombre alzaré mis manos. Las manos no tienen que colgar inertes cuando Dios nos atrae en amor. El nombre de Jesús con frecuencia ha hecho saltar a un cojo como si fuera un ciervo, y ha hecho prorrumpir en aplausos de alegría al triste. C. H. S. 

Vers. 5. Como de meollo y de enjundia será saciada mi alma. Con frecuencia David se encontraba sin tener nada más que el suelo duro como cama, y las piedras como almohada, y los setos como cortina, y los cielos como dosel; sí, en esta condición Dios era más dulce que el tuétano y la enjundia para él. Thomas Brooks

Cuando el Señor pone su Espíritu en nosotros, entonces nuestras almas hambrientas empiezan un festín; porque su Espíritu bendito nos muestra las cosas de Cristo y nos las aplica, y por este medio estamos capacitados para comer su carne y beber su sangre. Y después de recibir de este modo el Espíritu Santo, El ya no nos lo quita. Bosquejo de un sermón de John Fraser 

Vers. 7. Porque has sido mi socorro. Ésta es la gran utilidad de la memoria, el proporcionarnos pruebas de la fidelidad, del Señor y guiarnos hacia adelante a una confianza creciente en El. C. H. S. 

El modo más seguro y más asequible de echar mano de Dios es la consideración de todo lo que El ya ha hecho, que era el método de David aquí; porque, dice David, ésta era la manera con que Dios me trató antes, por tanto esperaré en Dios del mismo modo. No puedo tener mejor seguridad para el presente o el futuro que las antiguas misericordias que Dios me ha mostrado. Abraham Wright 

Dios ayuda a los suyos a saber llevar con paciencia las cruces que El pone sobre ellos. El participa en sus sufrimientos, y en todas las aflicciones de ellos El es afligido, según nos dice con frecuencia. El no les impone cargas que El mismo no les ayude a llevar y les capacite para soportar. Thomas Horton 

Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. La misma sombra de Dios es dulce para el creyente. C. H. S. 

Como el pájaro se cobija del calor del sol en el follaje frondoso y canta alegremente, también el creyente entona sus cantos de alabanza a la sombra de las alas de Dios. Augustus F. Tholuck 

Vers. 8. Mi alma está apegada a Ti. Éste es el lenguaje del hombre bueno en sus peores momentos; porque cuando ha perdido su proximidad a Dios, estará desasosegada hasta que la haya obtenido de nuevo y la seguirá con toda su fuerza. Es también su lenguaje en sus mejores circunstancias; porque cuando saborea y goza al máximo de Dios, quiere conocerle y gozar de El más aún. El objeto de su afán no es el cielo ni la tierra meramente, sino Dios mismo. Condensado de Benjamin Bednome. Sermón: "La búsqueda del cristiano"

El primer sentido es agglutinavit, pegarse; de ahí pasa al sentido figurado de "asociarse", adherirse, estar unido con; y de modo particular estar unido firmemente con afecto fuerte. "Por tanto, dejará el hombre a su padre y madre, y se unirá a su mujer"; en realidad, el estar unido y adherido a su esposa con el afecto más permanente. Samuel Chandler 

La adhesión del espíritu de David era un pegarse al Espíritu del Señor; un matrimonio hecho por el Señor no lo puede deshacer el diablo. Alexander Pringle

Vers. 9. Caerán en las honduras de la tierra. Todo golpe dirigido a los fieles va a repercutir en el perseguidor; el que golpea a un creyente, clava un clavo a su propio ataúd. 

Vers. 10. Serán pasto de los chacales. Ni aun merecen ser comida de los leones; los chacales husmearán sus cadáveres y festejarán en su carne. C. H. S.

¿No es contra la ley de la naturaleza que el hombre sea carne para las fieras? Sí, la carne de estos animales es carroña, no la carne de los hombres. Con todo, la naturaleza da su consentimiento a esta clase de castigo por crímenes contra ella. Porque es conforme a razón que la ley de la naturaleza sea quebrantada con el castigo de los que la quebrantan con su pecado; que los que devoran a los hombres como fieras sean devorados por las fieras; que los que con sus manos ofrecen violencia no natural a su Soberano sufran de las garras y dientes de las fieras. 

San Agustín, exponiendo toda esta profecía de Cristo, presenta una razón especial para este juicio de Dios, por el cual los judíos fueron condenados a los chacales. Los judíos dice mataron a Cristo para no tener que perder su país; pero, en realidad, con ello perdieron su país, porque mataron a Cristo; porque rehusaron, al Cordero de Dios y prefirieron a Herodes, una zorra, antes que a El, por lo que la retribución justa del Todopoderoso es que fueran entregados a las zorras y chacales como su porción. Damel Featley en Clavis mystica 

Qué sentencia es la que pronuncia David sobre los que buscan el alma de los justos para destruirla: Serán pasto de las zorras; o lo que es igual, de los chacales. Estos animales, cuando se ven acuciados por el hambre, buscan alrededor de las tumbas, y luchan entre sí cuando devoran sus presas. Su banquete máximo es lo que queda sobre el campo después de la batalla. ¡Oh!, no quiero ni aun soñar en uno que haya caído por la espada y esté echado en el suelo, sea destrozado, roído y arrastrado por estos repugnantes animales. W. M. Thomson en La tierra y el libro. 

Vers. 11. Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada. Y cuanto antes mejor. Si no por la vergüenza, o el temor, o la razón, sea cerrada por unas paladas de tierra del sepulturero; porque el mentiroso es un diablo humano, es la maldición de los hombres, maldito por Dios, que ha dicho de modo general: "Todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre." Ved la diferencia entre la boca que alaba a Dios y la boca que fabrica mentiras; la primera nunca será cerrada, sino que cantará para siempre; la segunda será cerrada ante el tribunal de Dios. C. H. S.

El destino de un nombre


El destino de un nombre

Mateo 1.18-25

Hoy, por lo general, damos nombres a los hijos basándonos en nuestras preferencias. Pero en los tiempos del Antiguo Testamento, los padres judíos escogían los nombres según lo que deseaban que sus hijos llegaran a ser, o de lo que estaba sucediendo en el momento del nacimiento. Los nombres conllevaban un sentido de la historia o del destino del niño.

Igualmente, Dios el Padre escogió el nombre de su Hijo y lo comunicó a José, diciendo: “Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1.21). El nombre significa literalmente “Jehová es salvación”, que es exactamente lo que Jesús vino a hacer. Su obra de salvación puede resumirse en cuatro palabras:

Expiación. Nuestros pecados nos han hecho enemigos de Dios, pero Cristo vino a pagar nuestra pena con sangre. Como resultado, todos los que creen en Él pueden ser perdonados y reconciliados con el Padre (Ro 5.10).

Acceso. Jesús abrió la puerta para que pudiéramos relacionarnos con el Padre, y entrar con confianza a su presencia (Jn 14.6; He 4.16).

Adopción. Hemos sido adoptados como hijos de Dios por medio de Jesucristo. y somos herederos con Él (Ef 1.5; Ro 8.16-17).

Seguridad. Por medio de Jesús, hemos recibido vida eterna, la cual nunca puede perderse (Jn 5.24). Nuestro futuro está seguro en su nombre.

El destino de Jesús fue la muerte en una cruz para que pudiéramos tener vida eterna en gloria. El nombre del Señor debe hacer que nuestros corazones se desborden de amor y gratitud por nuestro Salvador, que se sacrificó para salvarnos.

Jesús: ¡Nombre precioso!

 


Jesús: ¡Nombre precioso!

Lucas 1.26-33

Nunca ha habido el anuncio de un nacimiento semejante al del Señor Jesús. ¿Qué otro nacimiento ha sido proclamado por ángeles, no solo una vez, sino tres veces? Primero, el ángel Gabriel se le apareció a María para informarle que sería la madre del Hijo de Dios, quien se sentaría en el trono de David y gobernaría para siempre. Luego, un ángel vino a decirle a José que el niño en el vientre de María había sido concebido por el Espíritu Santo (Mt 1.18-21). Y finalmente, una multitud de ángeles apareció a unos pastores, anunciando que el Salvador había nacido (Lc 2.8-14).

Además, Dios mismo eligió el nombre de este niño especial. Tanto a María como a José se les ordenó que lo llamaran “Jesús”. A pesar de que este era un nombre común en Israel en ese tiempo, adquirió gran importancia cuando se le dio al Hijo de Dios. Filipenses 2.9-10 dice que Dios “le exaltó… y le dio un nombre que es sobre todo nombre”; y llegaría el día cuando todo el mundo se inclinará ante el nombre de Jesús, y le confesarán como Señor.

Pero hoy el precioso nombre de Jesús es utilizado con frecuencia de una manera irreverente. Cuando escucho a personas insultar y utilizar mal el nombre del Señor, mi primera reacción es sentirme enojado porque no es tratado con la reverencia que merece. Pero mi ira rápidamente se convierte en compasión, porque me doy cuenta de que no saben ni entienden cuánto significa Él para mí.

¿Y qué de usted? ¿Cómo se siente cuando el nombre de su Salvador es degradado por personas ignorantes o incrédulas? ¿Qué puede hacer para ayudarles a apreciar la grandeza de ese nombre, y a Quién lo lleva?