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sábado, 17 de febrero de 2024

El Tesoro de David; Salmo 65 C.H.Spurgeon


 SALMO 65

Éste es un Salmo encantador. Viniendo después de los anteriores que son tan tristes, parece la aparición de la mañana después de las tinieblas de la noche. Hay la frescura del rocío en él, y desde el versículo nueve hasta el final hay una sucesión dulce de cuadros o paisajes que nos recuerdan la hermosura de la primavera; y verdaderamente es una descripción, en imágenes naturales, del estado feliz de la mente de los hombres que resulta del «Día de la Primavera que nos visita desde lo alto» (Lucas 1-7-8). O. Prscott Hiller

Vers. 1. A Ti es debida la alabanza en Sión, oh Dios. Los que han visto en Sión la sangre del rociamiento y saben que pertenecen a la iglesia del primogénito, nunca pueden pensar en ella sin presentar humildes alabanzas al Dios de Sión.

Seguiremos esperando, afinando nuestras arpas, en medio de las lágrimas de la tierra; pero, ¡oh!, qué armonías serán las que se oirán cuando llegue el momento y el Rey aparezca en su gloria. Ciertamente, cuando el alma está más llena de adoración y reverencia, menos contenta está con la forma en que se expresa, y siente más profundamente lo inadecuados que son todos los cantos mortales para proclamar la bondad divina. C. H. S.

El alma se encuentra muchas veces sin palabras para proclamar la gracia de Dios y expresar su grandeza. Alexander Carmichael

A Ti se cumplirán los votos. Se ha dicho: «El sentimiento más intenso es el menos expresivo, al ser condensado por la represión.» Y Hooker dice de la oración: «El mismo silencio con que nuestra indignidad nos deja, hace petición por nosotros, y esto en la confianza de su gracia. Al mirar hacia dentro nos quedamos mudos; al mirar hacia arriba hablamos y prevalecemos.» Horsley lo traduce: «Sobre Ti está el reposo de la oración.» Andrew A. Bonar

Ateneus dice que el silencio es algo divino; y Thomas a Kempis llama al silencio la nutrición de la devoción. Thomas Le Blanc

Vers. 2. Tú oyes la oración. Éste es tu nombre, tu naturaleza, tu gloria. Dios no sólo ha oído la oración, sino que ahora la está oyendo, y siempre tiene que oírla, puesto que es un Ser inmutable y nunca cambia en sus atributos. David, evidentemente, creía en un Dios personal y no adoraba una mera idea o abstracción.

A Ti vendrá toda carne, a causa de sus culpas. El acudir a Dios es la vida de la verdadera religión; acudimos llorando en la conversión, esperando en la súplica, gozándonos en la alabanza y deleitándonos en el servicio. Los dioses falsos, a su debido tiempo, pierden a sus engañados seguidores, porque cuando el hombre es iluminado no podrá seguir siendo embaucado; pero cuando uno ha probado al verdadero Dios, se siente animado por su propio éxito para persuadir a otros también, y así el reino de Dios llega al hombre, y los hombres llegan a él. C. H. S.

De modo tan seguro como que Dios es el Dios verdadero, así también es seguro que a ninguno de los que le buscan con diligencia le dejará sin una recompensa. Más bien podéis dudar de que sea Dios que dudar de que El no va a escuchar la oración o a recompensar. David Clarkson

Vers. 3. Las iniquidades prevalecen contra mí. Nuestros pecados, de no ser por la gracia, prevalecerían contra nosotros en el tribunal de la justicia divina, en el tribunal de la conciencia y en la batalla de la vida. Desgraciado el hombre que desprecia a sus enemigos, y peor todavía el que considera como amigos suyos a los que le calumnian y le acusan.

Mas nuestras rebeliones, Tú las perdonas. ¡Qué consuelo que las iniquidades que prevalecen c6ntra nosotros no, prevalezcan frente a Dios! Nos mantendrían alejados de Dios, pero El las barre de delante de su presencia y la nuestra. Es digno de ser notado que así como el sacerdote se lavaba en el lavatorio antes de sacrificar, también David nos lleva a obtener purificación del pecado antes de entrar en el servicio del canto. Cuando hemos lavado nuestras vestiduras y las hemos hecho blancas en su sangre, entonces nuestro cántico es aceptado: «Digno es el Cordero que fue inmolado.»

Vers. 4. Bienaventurado el que Tú escoges y atraes a Ti. Cristo, a quien Dios escogió, y a quien dijo: «Este es mi Hijo amado, en el cual me complazco», está verdaderamente «sobre todas las cosas, Dios bendito para siempre»,; pero en El también son bienaventurados sus elegidos. Por amor a El nosotros hemos sigo escogidos. En El, no en nosotros, que hemos sido aceptados por Dios, siendo aceptados en el Amado; y, por tanto, en El somos bienaventurados; El es nuestra bendición. De Un comentario sencillo sobre el libro de los Salmos

Como corona de todo ello, no llegarnos con peligro de destrucción como Nadab y Abihú, sino que nos acercamos como escogidos y aceptados para ser residentes de la casa divina; esto es una bienaventuranza acumulada más allá de toda concepción posible. C. H. S.

Vers. 5. Con portentos de justicia nos respondes, oh Dios de nuestra salvación. Buscamos santificación, y la respuesta es prueba; pedimos más fe, y resulta más aflicción; oramos por el esparcimiento del evangelio, y la persecución cae sobre nosotros. Sin embargo, es bueno que sigamos pidiendo, porque nada de lo que el Señor nos concede en su amor puede causarnos daño alguno. Los desastres van a resultar en bendiciones, después de todo, cuando vienen como respuesta a la oración. C. H. S.

Pides perdón; esto es agradable a Dios, pero entiende bien que no es agradable a la carne; mortifica la corrupción, quebranta el corazón, conlleva una vida santa., Ahora bien, Dios es terrible para la carne pecaminosa; allí donde El aparece, muere. Jacob, por tanto, si bien venció a Dios en oración, él mismo fue vencido, lo cual viene indicado por el toque en su muslo que fue dislocado, allí donde hay la tensión principal en la lucha. Cuando somos débiles, entonces somos fuertes; porque cuando Dios aparece, nosotros morimos a nosotros mismos y vivimos en El. William Carter en un sermón titulado «Luz en la oscuridad»

Esperanza de todos los términos de la tierra. La estabilidad de las montañas no ha de ser adscrita a ciertas leyes físicas, sino al poder de Dios. Sin el poder inmediato de Dios las leyes de la naturaleza no podrían producir su efecto. Qué consolador y satisfactorio es este modo de ver la Providencia divina, comparado con el de la filosofía infiel que nos prohíbe ir más allá del poder de ciertas leyes físicas, que si bien concede que fueron establecidas por Dios, pueden ejecutar su función sin El. Alexander Carson

Y de los más remotos confines del mar. Si la tierra dio ancianos a Moisés, el mar dio apóstoles a Jesús. Noé, cuando todo era océano, estaba tan tranquilo con Dios como Abraham en su tienda. La fe es una planta de crecimiento universal; es un árbol de vida en la ribera y una planta de renombre en el mar; y, bendito, sea Dios, los que ejercen fe en El en cualquier punto, hallarán que El es rápido y fuerte en contestar sus oraciones. C. H. S.

Vers. 6. Tú, el que afianza los montes con su poder. Los filósofos de la escuela que se olvida de Dios están demasiado absortos en sus leyes sobre cómo se elevan los montes, para pensar en Aquel que los eleva. Sus teorías de la acción volcánica y de los glaciares, etc., etc., con frecuencia son usadas como cerrojos para cerrar al Señor el paso a su propio mundo. Permitidme que hable como un simple, no como un filósofo, como David, porque él se hallaba más cerca de Salomón que ninguno de nuestros científicos modernos. C. H. S.

Ceñido de valentía. Aprendamos que somos seres minúsculos; si queremos ser establecidos de veras, tenemos que ir al que es fuerte en busca de fuerza. Sin El los montes eternos se desmoronarían; cuánto más lo harán nuestros planes, proyectos y labores. Reposa, oh creyente, allí donde los montes hallan sus bases, o sea, en la potencia incólume del Señor Dios. C. H. S.

Vers. 7. Y el tumulto de las naciones. La sociedad humana debe su preservación al continuado poder de Dios; las pasiones viles darían por resultado su disolución instantánea; la envidia, la ambición y la crueldad crearían la anarquía mañana si Dios no lo impidiera; de ello tenemos clara prueba a lo largo de la Historia.

Vers. 9. Cuidas de la tierra, y la riegas. Se nos presenta aquí como el jardinero que recorre su jardín, yendo alrededor de la tierra y dando agua a toda planta que la necesita, no en pequeñas cantidades, sino hasta que la tierra queda empapada y saturada con rica provisión de refrigerio. Oh Señor, de esta manera visita a tu iglesia, y a mi pobre, reseca y marchita piedad. Haz que tu gracia rebose en gracias en mí; riégame, porque no hay planta en tu jardín que lo necesite más. C. H. S.

El sol se levanta y se pone con regularidad; las estaciones se suceden las unas a las otras con fidelidad, y todo ello lo aceptamos como algo natural, por más que sea asombroso a toda comprensión y bueno para los deseos más amplios del corazón humano más noble. Si por un momento fallara en Dios su poder, su vigilancia su voluntad de hacer el bien, ¡ sobrevendría una ráfaga súbita de muerte y aniquilación por todo el universo! ¡Las estrellas vacilarían, los planetas expirarían, las naciones perecerían! Pero, aunque pasen las edades, no ocurre una catástrofe semejante, a pesar de los peores crímenes nacionales y del ateísmo que niega la mano que lo alimenta. William Howitt

Dios es inteligente, amante y libre; Dios lo rige todo y está por encima de todo. No es desplazado o sustituido por las fuerzas y agentes que emplea; no es absorbido por el cuidado de otros mundos; no es indiferente hacia la tierra. Samuel Martin

Preparas el grano de ellos. De modo tan seguro como el maná era preparado por Dios para las tribus, igualmente el trigo que necesitamos para nuestro uso diario nos lo envía Dios. ¿Qué diferencia hay si recogemos vasijas de maná o gavillas de trigo?, y ¿qué importa si viene de arriba o si crece desde debajo? Dios está tan presente en lo uno como en lo otro; es una maravilla tan grande que el alimento surja de la tierra como que caiga de los cielos. C. H. S.

Vers. 11. Tú coronas el año con tus bienes, y tus nubes destilan abundancia. Se dice que por donde pasaban las hordas de los tártaros no volvía a crecer la hierba allí donde quedaban las marcas de las herraduras de sus caballos; por el contrario, igual se dice que por donde pasa Jehová se puede seguir la abundancia que crea.

Vers. 12. Destilan sobre los pastos del páramo. Diez mil oasis sonríen cuando el Señor de toda misericordia pasa por ellos. Los pájaros del aire, las cabras monteses y los ciervos rápidos se regocijan cuando beben de los estanques, ahora llenados desde el cielo. Dios visita con amor a la más solitaria y desolada de las almas.

Vers. 13. Y aun cantan. En la naturaleza no hay discordancias. Sus aires son melodiosos; sus coros, llenos de armonía. Todo, todo es para el Señor; el mundo es un himno al Eterno. Bienaventurado el que, oyéndolo, se une al mismo y pasa a ser un cantor en el poderoso coro. C. H. S.

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