viernes, 20 de abril de 2012

Usos y costumbres en tiempos biblicos: Vestidos y Ornamentos



Los estilos de vestidos en las tierras occidentales sufren cambios constantemente. Por el contrario, en los países orientales, la manera de vestir actual es casi la misma de hace siglos. Hay un punto de vista prevaleciente en las tierras bíblicas, y es que está moralmente equivocado el cambiar cualquiera cosa antigua. Así el vestido redominante en Palestina en los tiempos modernos (excepto el de los judíos que han regresado a su tierra de varios países del globo) es tal como era en las épocas en que se escribió la Biblia.
LA ROPA INTERIOR TUNICA O CAMISA
La túnica (impropiamente traducido "saco") era una camisa que se usaba junto al cuerpo. Se hacia de piel, tela de pelo, lana, lino, y en tiempos modernos usualmente de algodón. La forma más sencilla era sin mangas, y llegaba hasta la rodilla y algunas veces al tobillo. La gente "bien" la usaba con mangas y hasta el tobillo, tanto las mujeres como los hombres las usaban (véase Cant. 5:3), aun cuando sin duda había una diferencia de estilo y modelo en lo que ambos usaban. Entre las clases pobres, la túnica era la única prenda de vestir usada en verano. Las personas de más alta clase usan solamente la túnica en el interior de su casa, pero no la usaban sin llevar una vestidura encima cuando estaban fuera de casa, o cuando recibían alguna persona. El término "desnudo" en la Biblia, se usaba cuando el hombre vestía sólo la túnica (cf. Isa. 20:2-4; 1:8; Jn.21:7). De la persona que iba vestida de esa manera escasa, se decía que iba "desnuda".
Por regla general los judíos en tiempo de Cristo al menos tenían un cambio de indumentaria. Un hombre era considerado pobre si tenía sólo un vestido. Juan el Bautista decía a los que le escuchaba "el que tiene dos túnicas, dé al que no tiene" (Luc. 3:11). Y Jesús envió a los Doce en misión evangelística y sanadora, les dijo que no llevaran dos ropas de vestir (Mat. 10:10).
La túnica que Jacob dio a José (Gen. 37:3) fue, según la Septuaginta y la Vulgata, según la traducción en español una "ropa diversos colores". Pero la expresión hebrea usada aquí es la misma que se usa para el vestido que usó Tamar, la hija del rey David, traducida en griego y latín como "un vestido con mangas" (Vea 2 Sam. 13:18). Por esta razón muchos de los eruditos bíblicos creen que la ropa de Jesús era una túnica larga con mangas: Las clases trabajadoras por lo regular usaban túnicas cortas, mientras que la aristocracia usaba túnicas largas con mangas también largas, era una distinción para José el usar la túnica de los aristócratas, sin embargo, algunos se inclinan a pensar que era un manto que usaba sobre la túnica.
El vestido de Jesús sobre el que los soldados echaron suertes, una túnica sin costura Jn. 19:23). Siempre se ha hecho referencia a él como un manto, pero esto no es correcto porque no era su vestido exterior, sino su ropa interior. Desgraciadamente las tradiciones han sido responsables de esta idea errónea.

LA TUNICA EXTERIOR
En los tiempos bíblicos había una túnica más suelta y más larga, que algunas veces se usaba, pero no por la gente común. La Escritura indica su uso por los reyes (1 Sam. 24:4), por los profetas (1 Sam. 28:14), por los nobles (Job 1:20), y algunas veces por los jóvenes (1 Sam. 2:19). Algunos eruditos bíblicos piensan que era un tercer vestido, es decir, aparte de la túnica acostumbrada y la capa exterior. Pero otros han pensado de esto como de un manto especial que se usaba sobre la túnica, y ésta puede haber tomado el lugar de la capa.

EL CINTO
Si la túnica no se sujetaba con un cinto, podía estorbar, no permitiendo andar libremente, así es que siempre se usa un cinto cuando se sale del hogar para hacer cualquier jornada (véase 2 Reyes 4:29; Hech. 12:8). Hubo antes y hay actualmente dos clases de cintos.
Uno era la variedad común, hecho de cuero, por lo regular de quince centímetros de ancho y equipado con broches. Esta era la clase de cinto usada por Elías (2 Reyes 1: 8), y por Juan el Bautista (Mat.3:4). El otro es de una clase más costosa. Es de lino (véase Jeremías 13:1),aunque algunas veces era de seda o de material bordado. Es generalmente de ancho, como de una mano. El cinto sirve como una faltriquera donde se guarda dinero (2 Sam.18:11) y otras
cosas que se necesitan (Marc. 6:8). El cinto se usaba para afianzar la espada de la persona a su cuerpo (1 5am. 25:13). Por eso el cinto era una parte muy necesaria en el vestuario del hombre.
En las Escrituras con frecuencia se hace un uso simbólico del cinto. Cuando Jesús dijo a sus discípulos: "Estén ceñidos vuestros lomos" (Luc. 12:35), es como si hubiese dicho: "Sed como hombres que tienen una gran carrera que hacer, recoged vuestras ropas, asegurándolas
con el cinto; para que nada os impida vuestros pasos".
En lenguaje bíblico "estar ceñidos" quiere decir: estar listos a la acción" (cf. Sal. 18:39).
El profeta Isaí habla de que será la justicia cinto de los lomos del Mesías cuando él gobierne el mundo (Isa. 11:5). Y Pablo describe la verdad como cinto del cristiano en su lucha con Satán (Ef. 6:14).

EL MANTO O LA CAPA
El vestido exterior que los aldeanos palestinos usan, es una larga que serviría a los occidentales de abrigo. Se fabrica de o pelo de cabra y algunas veces de algodón. Es de color café oscuro de diferentes tonos y con tiras blancuscas perpendiculares, como abrigo contra el viento y la lluvia, y como cobertor por las noches. Es un cuadro más o menos común el ver a un hombre andando en un día caluroso, llevando su pesada capa. Y si se le pregunta por qué la
lleva, su contestación será, "Lo que resguarda del frío, resguarda también del calor".
Fue este vestido o capa exterior la que usó Elías para abrir aguas del río Jordán cruzándolo en seco con Eliseo. Luego, al transportado al cielo, su capa vino a ser propiedad de Eliseo (2 Reyes 2:8-13). Los tres jóvenes hebreos que fueron arrojados al horno ardiendo,
estaban ataviados con sus mantos, así como de sus capas y otro vestido (Dan. 3:21).
La ley de Moisés contenía un mandamiento explícito acerca de este vestido exterior.
Dice la Ley: "Si tomares una prenda de vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se la volverás: porque sólo aquello es su cubierta, es aquel el vestido para cubrir sus carnes, en el que ha de dormir: y que cuando él a mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso" (Ex.22:26, 27).
La necesidad de este mandamiento se entiende fácilmente do se sabe cómo el manto se usaba por la noche. El acostarse por la noche es un asunto muy sencillo para los beduinos y labriegos. Esteras, alfombras o colchones se usan para acostarse, pero el huésped no provee nada. Cada persona provee lo propio que consiste en su manto. Estando su tejido muy apretado, es caliente, y si la persona duerme fuera en el campo, su abrigo lo resguarda aun de la lluvia
Es por causa de este vestido exterior, que es el abrigo del hombre por la noche, por lo que esta ley no permite a nadie tomarlo como prenda o garantía, porque ello le priva de conservarse en calor mientras duerme. Tal vestido, si se tomaba, tenía que ser devuelto antes de meterse el sol.
El conocimiento de esta ley y su propósito ayuda a entender algunas de las aseveraciones de Cristo. En una ocasión dijo: "y al te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas" (Luc. 6:29). Esta orden fácilmente se entiende porque el vestido exterior sería el que
con más facilidad fuera tomado por un ladrón. Pero en otra ocasión también dijo: "Y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa déjale también la capa" (Mat. 5:40). Un juzgado judío no consentiría que un vestido exterior le fuese quitado a manera de juicio por causa de la ley de Moisés a que se ha hecho referencia. Sin embargo, puede dictarse una sentencia sobre una ropa interior, tales casos Jesús recomendaba ir "1a segunda milla" dando también el vestido
exterior. Debido al tamaño del manto, éste servía para llevar varias cosas en él. El seno siempre se usaba para llevar granos o fruta. Jesús dijo: "Dad, y se os dará; medida buena, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la medida con que midiereis, será vuelto a medir" (Luc. 6:38). Ruth pudo poner seis medidas de cebada en su manto (Ruth 3:15). Así es que el vestido de encima servía para muchas cosas útiles.

TURBANTE
Mucha atención al cuidado de su cabello prestaban los judíos en tiempos bíblicos. A las jóvenes les encantaba llevarlo grande y encrespado (Cant. 5:11), y se enorgullecían dc tenerlo grueso y abundante (2 Sam. 14:25, 26). Los hombres de edad mediana y los sacerdotes ocasionalmente se cortaban el pelo, pero muy poco. La calvicie era rara y se sospechaba que cuando la había, era propicia a la lepra. Por eso cuando los muchachos dijeron a Eliseo "¡Calvo
¡Calvo, sube!" (2 Reyes 2:23), usaban una maldición extrema, que el profeta siendo joven, posiblemente no estaba calvo. Los hombres no se cortaban la barba, sino que se la dejaban crecer bastante (2 Sam. 10:4, 5). La barba se la ungían con aceite con frecuencia.
Los judíos siempre usaban un turbante en público, porque en ciertas estaciones del año es peligroso en Palestina exponer la cabeza a los ardientes rayos del sol. Este turbante era hecho de material grueso y se pasaba varias veces en derredor de la cabeza. Eran algo
parecidos a nuestros pañuelos y eran hechos de lino. Recientemente se fabrican de algodón. El patriarca Job y el profeta Isaías mencionan el uso de turbantes como tocado (Job 29:14; Isa.3:23).
En lugar de turbante, los árabes de Palestina actualmente usan un velo en la cabeza que llaman kaffieh, el cual cuelga sobre parte de su vestido.

SANDALIAS
Los zapatos usados por la mayoría en tiempos del Nuevo Testamento eran sin duda lo que nosotros llamaríamos sandalias. Estas consistían de una suela de madera o de cuero, que se aseguraban a los pies con correas de cuero. Algunas personas usaban algo que se
asemejaba a los zapatos occidentales. Con ellos el pie estaba completamente cubierto, o sólo los pulgares quedaban de fuera. Tales zapatos se consideraban como una voluptuosidad, porque las referencias bíblicas al calzado indican el uso universal de las sandalias.
En el Antiguo Testamento con frecuencia se hace mención de las sandalias. El profeta Amós dijo: "porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos" (Amós 2:6).
Abrahán habló de las correas de las sandalias (Gen. 14:23). Las referencias del Nuevo Testamento a las sandalias son muchas. El ángel dijo a Pedro “Cíñete y átate tus sandalias” (Hech. 12:8). Y Juan el Bautista se refiere a la agujeta o correa de las sandalias del Mesías (Marc. 1:7).

DIFERENCIA ENTRE EL VESTIDO DE LA MUJER Y DEL HOMBRE
La ley de Moisés prohibí a al hombre usar vestido de mujer, y la mujer usar el vestido del hombre (Deut. 22:5). Entre los árabes beduinos de Palestina hay un gran cuidado en que cualquier no imite la manera de vestir del otro. Un día un viajero descubrió a un hombre que se había puesto un vestido de mujer para hacer un trabajo pesado. Había sido alquilado para ser guía, pero tenía mucho cuidado de que ninguno de sus paisanos lo viera con traje mujer, y se
escabullía tan pronto como podía para ponerse las ropas de hombre.
La diferencia entre el vestido del hombre y el de la mujer se debe notar cuidadosamente. El vestido de la mujer se diferenciaba más del detalle que en clase. Debemos suponer que en cada caso sus vestidos eran un poco más bien acabados. Sin duda que las túnicas eran más largas, capas más largas, que la generalidad. Y si así lo hacían, puede decirse que tenía todo el derecho para ello, porque ellas sólo hacían sus propios vestidos, sino también los de sus señores.
El velo era la característica distintiva del vestido de la mujer. Todas las mujeres, con excepción de las criadas y mujeres de baja condición de vida, usaban el velo. Las mujeres, por lo general nunca se lo quitaban, a menos que estuvieran en presencia de los sirvientes y en muy raras ocasiones. Esta costumbre ha prevalecido entre los orientales hasta la época moderna. Cuando viajan, las mujeres echan hacia atrás el velo sobre la parte trasera de la
cabeza, pero si ven que se aproxima un hombre, lo vuelven a su posición original. Así Rebeca, cuando vio que Isaac se aproximaba a su camello en la caravana, se cubrió la cara con el velo (Gen.24:64, 65). Cuando la mujer está en su casa, no habla a un huésped sin antes ponerse el velo y en la presencia de doncellas. No entran en la cámara del huésped; más bien, permanecen de pie a la puerta, haciendo saber al sirviente lo que desean (véase 2 Reyes 4:12,
13). Es conveniente recordar que las prostitutas no usan velo. Hoy, como en tiempos antiguos, tanto las vírgenes como las mujeres casadas pueden verse llevando el velo en las tierras bíblicas. Las costumbres antiguas no se observan estrictamente por algunas mujeres
musulmanas, porque actualmente van sin velo.
Aun cuando la costumbre era que las mujeres usaran un velo que cubriera completamente la cabeza, cuando estaban en público, esta costumbre no se guardaba estrictamente entre las mujeres hebreas. Se les daba más libertad que la que se permitía a las mujeres árabes.
Los egipcios vieron el rostro de Sara (Gen. 12:14). Cuando estaba orando, Elí "vio moverse su boca" (1 Sam. 1:12). Cuando una mujer se bajaba el velo, estaba estrictamente prohibido a cualquier persona levantárselo, pero ella estaba en libertad para hacerlo si así lo
deseaba. Jesús dijo: "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Mat. 5) La Escritura indica que las mujeres algunas veces exponían su a la vista.
Las solteras eran siempre más idóneas para cubrirse el velo que las mujeres casadas.
La cofia de las bethlehemitas tiene bastante interés y nos da sobre las costumbres bíblicas. Constaba de dos partes. Primero había lo que podía llamarse una cachucha alta en cuyo frente cosían hileras de moneda de oro o de plata. Tenía que ser una honrosa circunstancia la que le hiciera compartir con alguien sus monedas. Si ella perdía una de ellas, quería decir que se atraería a mal por la pérdida, y se consideraba como una gran vergüenza, pues, la mujer de quien Jesús nos habla en Lucas 15:8.10, sólo había perdido una dracma que
podía usarse para adquirir algunos artículos, sino que había perdido una parte de lo que su ornamento y que era también su dote. Se hacían reflexiones sobre su carácter. Segundo, estaba el velo que era una pieza grande quizá dos metros y como de uno y fracción de ancho.
Se ponía sobre la cachucha de una manera que cubriera toda la cofia, con excepción de las monedas. La mayor parte de estos velos se fabricaba de lino grueso blanco. Algunos son bordados, mientras que están completamente cubiertos con trabajo de aguja.

O R N A M E N T O S
Como regla general, los judíos no favorecían la extravagancia en el vestido, y había pocos adornos en ellos ornamentos.. Algunos hombres llevaban un anillo en su mano derecha, o suspendido del cuello con un cordón o cadena. En aquel tiempo ésta era una sortija con sello,
y servia como la firma de la persona de su dueño, y por lo tanto no era usado como ornamento.
(Para ejemplos de anillos en la Escritura, véase Gen. 38.18, Cant. 8.6, Luc. 15:22, etc.).
Entre las mujeres había más deseo de adornarse que en los hombres. Pedro y Pablo condenaron el encrespamiento exagerado del cabello en la mujer (1 Ped. 3:3; 1 Tim. 2:9), y el uso de ornamentos posiblemente entraba en la costumbre. Los aretes en su tiempo eran
usados por la familia de Jacob (Gen. 35:4). Los zarcillos de oro de las mujeres israelitas contribuyeron para que Aarón hiciese el becerro de oro (Ex. 32:2). Estos zarcillos como se usan ahora en el Oriente tienen como principales patrones los que son en forma de bolas, pendientes largos, formas semicirculares o discos. En nombre de su amo, el siervo de Abrahán llevaba dos brazaletes listos para regalarle a Rebeca (Gen. 24:22). En años recientes éstos se hacían de oro, plata o vidrio de color. En el tercer capitulo de la profecía de Isaías, hace una lista de muchos de los ornamentos femeninos. A collares y pendientes se hacia alusión en Isaías 3:19. Ahora toman la forma de bolas, cuadros, o cilindros huecos. Las tobilleras que ahora tienen campanas y discos adheridos, también se mencionan en este capítulo (Isa. 3:19).
Actualmente son usados por las mujeres de los beduinos. Los joyeles de las narices que usan estas mujeres forman parte de la lista que hace Isaías de los ornamentos femeninos (Isa. 3:21).
Los amuletos se usaban en tiempos de Isaías (Isa. 3:20), y aún se usan en el Oriente como un hechizo para proteger a la persona de varias clases de males.

VESTIDOS ESPECIALES DE LOS FARISEOS
Los fariseos en su vestido religioso, usaban dos artículos de estido, los que usaban otros judíos y lo enfatizaron de una manera especial que llegó a ser su vestido distintivo. Uno de estos era la filatería. Consistía en una pequeña caja de metal, o tiras de pergamino que se aseguraban en las manos o en la frente por medio de ellas. Esta contenía pasajes de la Escritura que se referían a la Pascua y a la redención del primogénito de Egipto. Esta costumbre basaba en ciertas prevenciones (Ex.13:9, 16). Los judíos aún ponen en sus brazos y en sus frentes.
El otro rasgo característico especial del vestido de los eran las franjas azules puestas en las esquinas del manto, como mandaba la ley mosaica (Núm. 15:37, 38; Deut. 22:12). Los judíos usaban sus filacterias anchas, y franjas largas (Mat. 23:5). Fue por el orgulloso uso de estas cosas sin una apreciación de su valor, Jesús los condenó severamente.

EL VESTIDO DE CRISTO
¿Cómo se vestía el Señor Jesucristo? Los artistas famosos han hecho un retrato famoso de El para nosotros, no siempre nos a dado una idea exacta. Un escritor del siglo pasado ha tratado de describir su vestido. Merece un cuidadoso estudio.
"El debe haber usado siempre sobre su cabeza el turbante, el tocado nacional usado tanto por ricos como por pobres... El turbante que El usaba era blanco probablemente, asegurado bajo su mentón por un cordón y por los lados caía sobre los hombros y sobre su túnica, su turbante llevaba su cabello largo, y su barba sin rasurar. Su túnica el vestido interior, era de una pieza y sin costura; por lo mismo era de algún valor, y probablemente le había sido obsequiada por alguna de las mujeres que le “ministraban de sustancias”. Sobre ésta llevaba el manto suelto y flotando. Este manto no era blanco, pero se ha dicho que emblanqueció durante la transfiguración. No era rojo, porque era el color militar; probablemente era azul, porque el
azul era entonces común; o bien, pudo haber sido simplemente blanco con rayas cafés. En cualesquiera caso, Jesús tenía en las cuatro esquinas de su manto, las franjas... El usó sandalias en sus pies, como lo sabemos por Juan el Bautista; y cuando viajaba de un lugar en lugar, sin duda llevaba un cinto en derredor de su cintura, llevando un bastón en su mano”.

NO IMPORTA LO QUE TE SUCEDE SINO COMO REACCIONAS ANTE LO QUE TE SUCEDE


El enemigo de nuestras almas es un especialista en la utilización de un arma que se llama tentación.

Pero que es la tentación?

La tentación es una combinación de una necesidad real junto con una duda lógica que despierta en nosotros un deseo inapropiado.

Esto quiere decir que él se especializa en utilizar nuestras necesidades reales insatisfechas en nuestra contra, la BIBLIA dice que cuando Jesús fue tentado por el diablo en el desierto (Mateo 4: 1 al 11), el enemigo trabajo sobre tres necesidades especificas que se encontraban insatisfechas, fruto de haber estado 40 días en el desierto.
Estas eran las tres necesidades:

Necesidad física = hambre “…di que estas piedras se conviertan en pan”

Necesidad emocional = seguridad “…Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti y En sus manos te sostendrán,

Necesidad material = posesión “…Todo esto te daré, si postrado me adorares”

Jesús en su naturaleza humana estaba hambriento después de haber pasado 40 días sin comer , se sentiría solo dado que nadie lo acompañaba y también estaba desprovisto de todo bien ya que estaba en el medio del desierto en ayuno.

Pero ante cada tentación presentada por el enemigo, Jesús utilizo un “arma espiritual poderosa en Dios” y le respondió por “… porque escrito está”.

Han pasado más de 2000 años pero aún hoy en día el diablo sigue utilizando la tentación a través de nuestras necesidades reales insatisfechas para que abortemos el propósito de Dios para nuestras vidas, pero también sigue siendo la PALABRA DE DIOS el arma espiritual para “…derribar todo argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios” (2da Cor.10:5).

La proclamación de la PALABRA frente a tus necesidades reales dejan en manifiesto lo que hay en tu interior y en quien esta puesta tu esperanza, porque “de la abundancia del corazón habla la boca”.

El es padre de toda mentira (Juan 8:44) y te quiere hacer creer que la crisis que estás viviendo será para siempre que nunca cambiara, pero la BIBLIA dice otra cosa:

“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria…” (2da Cor. 4: 17)

La clave para entender este principio del reino es ver más allá de la dificultad sabiendo que…

“…no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 da. Cor. 4:18)

Por eso, lo importante no es lo que te sucede sino como reaccionas ante lo que te sucede, la reacción de Jesús frente a lo que le acontecía fue la clave, tal vez no puedas cambiar tu realidad, probablemente tus necesidades reales insatisfechas sigan están ahí, formando parte de tu vida, pero si puedes determinarte cómo reaccionar ante ellas y sobre todo ante la utilización que el enemigo quiere hacer de las mismas.

viernes, 6 de abril de 2012

Manual de Billy Graham para Obreros Cristianos, Tema : "El Aborto"



"EL ABORTO"

Antecedentes
La mayoría de los cristianos evangélicos consideran que ningún médico ni practicante tiene derecho a tomar el lugar de Dios para poner fin a una vida humana mediante el aborto. Ninguna mujer tiene "derechos" sobre su propio cuerpo hasta el punto de tener libertad para destruir arbitrariamente niños no nacidos. El embrión que se desarrolla en su cuerpo es mucho más que una simple parte de ella. Tiene existencia separada. ¡Es otra vida!
Las Escrituras conceden un valor primordial a la vida humana. Es sagrada y de un valor inestimable para Dios, que nos creó "a su imagen" (Génesis L26, 27), que sostiene la vida ("En sus manos está el alma de todo viviente y el hálito de todo el género humano" (Job 12:10) ) y nos redimió (2 Corintios 5:19).
El aborto es malo porque la Biblia dice: "No matarás" (Deuteronomio 5:17). Es malo porque cada feto tiene potencial para convertirse en una persona plenamente desarrollada y responsable ante Dios. David escribió hace miles de años: "Mi embrión vieron tus ojos. Y en tu libro estaban escritas todas aquella cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:16).

Estrategia de asesoramiento
Este problema tiene muchas facetas. Dos de las que es muy posible que el consejero tenga que abordar son el de una mujer que está planeando tener un aborto, y el de los sentimientos de culpa de alguien que lo haya tenido ya. Será preciso tratar a esas personas de modos distintos. Los consejeros pueden tener también que tratar a los padres de una joven encinta, el padre de un bebé, el personal médico que deberá efectuar abortos o ayudar en ellos, etc.

La persona que planea tener un aborto:
1. Déle ánimo. Dígale que hizo muy bien al decidirse a compartir su ansiedad, que se siente feliz de poder hablar con ella y que espera poder darle cierta información que le ayudará a tomar su decisión final.
2. A continuación, con tacto, hágale comprender que es muy posible que tenga ya sentimientos profundos muy firmes respecto a las implicaciones morales del aborto, porque, de lo contrario, no hubiera llamado.
Evite emitir juicios sobre su situación. Por ejemplo, si es una joven soltera, su embarazo puede deberse a que buscó el amor, la atención y el afecto que nunca recibió en su hogar. Al mismo tiempo, evite tratar de suavizar la gravedad de su conducta, porque se trata de un pecado.
3. Hágale preguntas respecto a sus sentimientos relativos al aborto. ¿Qué fue lo que le impulsó a llamarnos para hablarnos de su problema?
¿Cuáles son sus verdaderos sentimientos respecto al aborto? ¿Hubo algo en el mensaje del doctor Graham que se dirigió a usted en forma especial? ¿Qué fue?
4. Tanto si la persona de que se trate admite que el aborto es malo como si no es así, preséntele los aspectos bíblicos a ese respecto, con amabilidad; pero de manera firme (véase ANTECEDENTES).
5. Pídale que tome en consideración otras alternativas. Si está pensando en tener un aborto debido al estigma de tener un hijo ilegítimo, compli¬cará su situación todavía más y se sentirá culpable por ello. ¡El quitarle la vida a su hijo no nacido convertirá un mal sueño en una verdadera pesadilla! Recomiéndele que piense en la posibilidad de tener su bebé, pidiéndole a Dios que la experiencia sea para bien. El Señor podrá hacerlo así, si la dama se entrega a El y le confía su problema. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28).
Si le preocupa el no ser capaz de cuidar o sostener a su bebé, recomiéndele que piense en ofrecerlo en adopción. Hay muchas parejas que buscan niños que adoptar, y pueden proporcionar amor y un buen hogar. Existen muchas organizaciones a las que puede acudir en busca de ayuda. Recomiéndele que busque los consejos de un pastor evangélico local, que deberá estar en condiciones de iniciar los trámites para asegurar la adopción del bebé.
6. Pregúntele si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su Señor y Salvador. Si es apropiado, use las "Etapas para obtener la paz con Dios".
7. Aconséjele que comience a leer la Biblia. Para reestructurar su vida según los principios bíblicos, necesita leer y estudiar la Palabra de Dios. Ofrézcale enviarle el folleto "Cómo vivir en Cristo" para ayudarle a comenzar.
8. Pregúntele si tiene una iglesia cerca de ella. Deberá tratar de identificarse con una iglesia que enseñe las doctrinas de la Biblia para encontrar compañerismo, ánimo y crecimiento cristiano.

La persona que ha tenido un aborto y tiene sentimientos de culpabilidad
1. Anímela, asegurándole que ha acudido al lugar correcto. Nos preocupamos y deseamos ayudar en todas las formas que podamos. Dios tiene una solución para cada situación humana y esa persona puede confiar en que el Señor actuará para su bien.
2. No recalque demasiado su pecado; sin embargo, no trate tampoco de quitarle importancia. El hecho de que esté dispuesta a hablar de sus sentimientos de culpabilidad es una indicación de que Dios le está hablando.
3. Háblele del perdón de Dios para quienes están dispuestos a arrepen¬tirse y confesarle sus pecados al Señor.
A la mujer sorprendida en adulterio, Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno; vete, y no peques más" (Juan 8:11).
4. En el caso de que se produzca una confesión, no haga hincapié en el pasado (véase Filipenses 3:13,14).
5. Pregúntele si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Si es apropiado, déle las "Etapas para obtener la paz con Dios".
6. Aconséjele que busque la comunión con Dios por medio de la lectura de la Biblia y la oración.
El perdón es inmediato; pero el sentimiento de restauración y aceptación se obtendrá en el momento apropiado. Mediante su entrega a esta importante disciplina de oración y lectura de la Biblia, esa persona crecerá en su relación con Dios.
7. Aconséjele que busque o reanude su identificación con una iglesia que enseñe las doctrinas de la Biblia.
Allí podrá recibir los consejos del pastor, escuchar las enseñanzas sobre la Palabra de Dios y obtener fortaleza mediante el compañerismo con otros cristianos.
8. Ore con ella.
Pídale a Dios perdón, entrega y fortaleza para el futuro.

Citas bíblicas
La maravilla de la vida
"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre" (Salmo 127:3).
"Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras. Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:13-16).

El perdón
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
"Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías 55:7).
"El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias" (Salmo 103:3,4). j
Salmo 32:1-5 (Estos versículos los escribió una persona culpable de adulterio y asesinato).
Valor y fortaleza para seguir adelante
"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán" (Isaías 40:31).
"¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te abates dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío"
(Salmo 42:11).

lunes, 2 de abril de 2012

Tesoros de David; Salmo 39, Charles Spungeon


El Salmista, abatido por la enfermedad y la pena, se ve agobiado por pensamientos de incredulidad que decide ahogar para que no le venga ningún mal por expresarlos (vers. 1, 2).
Pero el silencio crea una pena insoportable, que por fin exige ser expresada, y lo consigue en la oración de los versículos 3-6, que es casi una queja y un suspiro por la muerte, o por lo menos un cuadro sin esperanza de la vida humana. En los versículos 7-17 el tono es de mayor sumisión y se hace más claro el reconocimiento de la mano divina; la nube evidentemente ha pasado y el corazón dolorido es aliviado. C. H. S.
La más hermosa de todas las elegías en el Salterio. H. Ewald

Vers. 1. Dije. He resuelto, me he decidido. En su gran perplejidad, su mayor temor era que podría pecar; y, por ello, busca el método que más le garantice el evitarlo, y está decidido a callar. Es excelente que un hombre se confirme en un buen curso o trayectoria, por el recordatorio de una resolución bien hecha y buena. C. H. S.
Dije: Velaré sobre mis pasos. Se cuenta de un tal Pambo, un hombre bueno y bien intencionado que fue a ver a un amigo suyo y le pidió que le enseñara uno de los Salmos de David. El amigo le leyó este versículo. Pambo contestó: «Este versículo es bastante si lo aprendo bien.»
Diecinueve años más tarde dijo que durante todo aquel tiempo apenas había podido aprender aquel versículo. Samuel Page Para no pecar con mi lengua. Los pecados de la lengua son muy graves; como las chispas del fuego, las palabras necias o vanas esparcidas pueden causar gran daño. Si los creyentes pronuncian palabras duras contra Dios en tiempos de depresión, el maligno y los impíos van a aprovecharlo y usarlas como justificación para sus vidas pecaminosas. Si los propios hijos de un hombre murmuran o le faltan al respeto, no es de extrañar que la boca de los enemigos se halle llena de insultos. C.H.S
La boca del hombre, aunque es sólo un agujero pequeño, puede contener un mundo de pecado.
Porque no hay ningún pecado prohibido en la ley o en el evangelio que no sea dicho por la lengua, pensado en el corazón o hecho en la vida. ¿No es, pues, casi tan difícil gobernar la lengua como gobernar al mundo? Edward Reyner
Pondré a mi boca un freno, o más exactamente, un bozal o mordaza. El bozal -según el originales más efectivo que una brida o un freno, pues impide hablar del todo David habría hecho bien resolviendo ser muy precavido en sus palabras, pero cuando tomó la decisión de guardar silencio total, incluso para el bien, es que tenía evidentemente amargura en su alma. El evitar una falta no nos debe llevar a otra. El usar la lengua contra Dios es un pecado de omisión, pero el no usarla a su favor es un pecado de omisión. Las virtudes elogiosas deben ser seguidas tanto como los vicios han de ser evitados; pero para librarnos de Escila no hemos de caer en Caribdis.
En tanto que el impío esté delante de mí. Esto modifica el carácter de su silencio y atenúa la crítica, porque el mal hombre va a usar mal incluso nuestras palabras más santas, y no es bueno que echemos nuestras perlas delante de los puercos. Los creyentes más firmes son probados por la incredulidad, y el diablo conseguiría una gran victoria si publicaran sus dudas y vacilaciones.
Si yo tengo calentura, no hay razón para que procure contagiar al vecino. Si hay alguien a bordo enfermo, hay que poner el corazón en cuarentena y no permitir que nadie desembarque en el bote del habla hasta que tenga un certificado de salubridad. C. H. S.
Es una aflicción el verse obligado a escuchar tanta cháchara en este mundo, y es una ventaja el discernirlo y evitar las palabras inútiles. Es sorprendente que los hombres puedan poner en movimiento tanto viento, y cuanto más exhalan, más pródigos son en su aliento y su abuso de la paciencia de los demás, y descuidados de sus propias conveniencias. William Struthr

Vers. 2. Enmudecí. Hay siete clases de silencio:
1) Silencio estoico.
2) Silencio político o diplomático.
3) Silencio necio.
4) Silencio hosco.
5) Silencio forzado.
6) Silencio del desánimo.
7) Silencio santo, prudente, gracioso. Thomas Brooks
Guardé silencio y me callé. A un cristiano le preguntaron qué fruto había obtenido de Cristo, y contestó: «¿No es un fruto el no sentirse afectado por vuestros reproches?» En casos de esta
naturaleza hemos de referirlo todo a Dios. Christopher Sutton, B. D.
Vers. 2-9. Un inválido al cual habían ordenado que tomara un par de tabletas, en vez de tragárselas de golpe, fue desplazándolas por la boca con la lengua para que se disolvieran a pesar de ser muy amargas.
Gotthold estaba presente y murmuró: «Los insultos y las calumnias de los adversarios son píldoras amargas; no todos entienden el arte de tragar sin mascar.»
Para los cristianos, sin embargo, son saludables en varias formas. Les recuerdan su propia culpa; ponen a prueba su mansedumbre y paciencia; les muestran de qué deben guardarse; y al fin redundan en su honor y gloria a la vista de Aquel por quien han tenido que sufrir.
Con respecto a las píldoras de la calumnia, sin embargo, así como las otras, es aconsejable no ir diluyéndolas continuamente en la mente, o juzgarlas según la carne y la opinión del mundo. Esto
va a incrementar su sabor amargo, lo extenderá por la lengua y llenará el corazón de animosidad en proporción. La forma correcta de proceder es tragarías, guardar silencio y olvidar. Christian
Scriver

Vers. 3. Ardía mi corazón dentro de mí. La fricción de los pensamientos internos producía un calor intenso mental. La puerta de su corazón estaba cerrada, y con el fuego del sufrimiento ardiendo dentro la estancia de su alma se había calentado de modo irresistible. El silencio es algo terrible para el que sufre; es un método seguro para perder la razón.
En mi meditación se encendió fuego. En tanto que su corazón estaba meditando, se estaba derritiendo, puesto que el tema era confuso.C.H.S.
¡Qué bendición, qué privilegio es la oración (aparte de ser un deber)! Ahora, la meditación es una ayuda a la oración. Gersom la llama el ayo de la oración. La meditación es como aceite para la lámpara; la lámpara de la oración se apagará, a no ser que la meditación la Sostenga.
La meditación y la oración son como dos tórtolas; si se separa la una de la otra, mueren. Un pescador astuto observa el tiempo y la sazón en que los peces pican más, y entonces mete el anzuelo en el agua; cuando el corazón está calentado por la meditación, es el mejor momento para echar la caña de la oración y pescar misericordia.
Después que Isaac hubo meditado en el campo, estaba preparado para la oración cuando llegó a casa. Cuando el cañón ha sido cargado con la pólvora está a punto para disparar. Así que cuando la mente está llena de buenos pensamientos, el cristiano está preparado para disparar la oración, y ahora envía ráfaga tras ráfaga de suspiros y gemidos del cielo.
La meditación produce un doble beneficio: vierte dentro y fuera; primero vierte buenos pensamientos en la mente, y luego los derrama otra vez en oración; la meditación primero provee el material para la oración y luego prepara al corazón para orar. Thomas Watson
Medita hasta que veas que tu corazón se ha calentado para este deber. Si cuando un hombre siente frío le preguntas durante cuánto tiempo se quedará junto al fuego, te dirá: hasta que me haya calentado y me sienta listo para trabajar.
Así que, cristiano, tu corazón es frío; ponte cerca del fuego de la meditación hasta que sientas tus afectos calientes y preparados para el servicio espiritual. Thomas Watson
Cuando los alguaciles entran por la noche en una casa sospechosa, la primera pregunta que hacen es: «¿Cuántos y quiénes son los que están aquí?» Así, cuando Dios entra en nuestro corazón oscuro, la pregunta es: ¿Qué pensamientos hay aquí? ¿Por qué surgen estos pensamientos en tu mente? «¿No os habéis vuelto jueces de malos pensamientos?» (Lucas 24:38; Santiago 2:4). Faithful Teat
Proferí con mi lengua. La lengua amordazada rompe las trabas. Va a salir miseria en abundancia.
Puedes hacer enmudecer la alabanza, pero la angustia dama y vocifera. Resolución o no, precaución o no, pecado o no, el torrente avasallador se abre paso y lo arrastra todo a su paso. C.H.S.

Vers. 4. Hazme saber mi fin. El Salmista quiere saber más de la brevedad de su vida para poder sobrellevar sus males pasajeros, y hasta aquí podemos arrodillarnos con él, pronunciando la misma petición. Pero el que no haya límite a su miseria es un verdadero infierno; el que haya fin a la aflicción de la vida es la esperanza de todos los que tienen esperanza más allá de la tumba.
Dios es el mejor maestro de la filosofía divina, que mira hacia un fin esperado. Los que ven la muerte a través del cristal del Señor ven una vista hermosa, que les hace olvidar el mal de la vida al prever el fin de la vida. C. H. S.
Y cuál es la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy. Es decir, cuándo voy a dejar de ser.
¡Ay!, pobre naturaleza humana, querida como la vida, el hombre alterca con Dios de mod6 que más bien desea dejar de ser que sobrellevar lo asignado por el Señor. ¡Qué mezquindad en un santo! Pero esperemos un poco hasta que nos hallemos en una posición semejante a la suya, y no obraremos mucho mejor. El barco en el muelle se sorprende de que aparezca una vía de agua en la barca, pero cuando él se lanza a alta mar se asombra de que los maderos resistan tales tempestades sin resquebrajarse. El caso de David no se registra para que lo imitemos, sino para que aprendamos. C. H. S.
Entre Walsall e fretsy, en Cheshire, hay una casa (una taberna), edificada el año 1636, con el armazón de roble, rellenado con ladrillo. Sobre el dintel de una ventana se puede leer, grabada en
el roble, una inscripción en latín que dice: «Llorarías si supieras que sólo te queda un mes de vida; pero ríes, sin saber qué quizá sólo te queda un día.»
Qué triste es la idea de que con este mentor silencioso, este sermón veraz ante los ojos, hayan sido a millares los que, entrando en ella, se han emborrachado para la destrucción de su alma. Y, con todo, esto es una semejanza de lo que vemos constantemente en nosotros mismos.

Vers. 5. El tiempo de mi vida es como nada delante de Ti. Tan corto que no es casi nada. Piensa en la eternidad, y en un ángel recién nacido, el mundo nuevo y reluciente, el sol como una chispa que ha saltado del fuego, y el hombre inexistente. Ante el Eterno, la edad del hombre es como un tic-tac de reloj. C. H. S.
Si un hombre es tan minúsculo comparado con la fábrica del gran mundo, y el mundo en sí tan pequeño que no puede contener al Señor, tan pequeño y ligero que El no siente el peso del mismo en la punta de su dedo, se puede muy bien decir del hombre que no es «nada» colocado ante el Señor. Edmund Layfielde
Ciertamente es como un soplo todo hombre que vive. Esto es una gran verdad, y no hay nada más cierto que ello. Considera un hombre, el mejor, y no es más que un hombre, un soplo, insustancial como el viento. Su constancia es la inconstancia. Su vanidad es la única verdad; lo mejor en él es que es vano, sólo vanidad. C. H. S.
Selah. Esta expresión se menciona setenta y cuatro veces en la Escritura: setenta y una veces en el libro de los Salmos y tres en el libro del profeta Habacuc, que fue escrito en forma de Salmo.
E. Layfielde

Vers. 6. Sí, como una sombra que pasa es el hombre. Los hombres en el mundo andan como un viajero que tiene un espejismo: engañados, confundidos y, pronto, llenos de desengaño y desesperación.
Ciertamente, en vano se afana. Lee bien este texto y luego escucha el clamor del mercado, el rumor de la bolsa, el estruendo de las calles de la ciudad, y recuerda que todo este ruido, esta interrupción de la quietud, es algo insustancial, vanidades pasajeras. El descanso interrumpido, el temor ansioso, el cerebro sobrecargado, la mente que se derrumba, la locura, todos ellos son
pasos en el proceso de la inquietud y desasosiego de muchos, y todos se afanan para ser ricos, o sea, llenarse hasta rebosar de arcilla; arcilla que van a dejar pronto, después de todo. C. H. S.
Todo hombre carnal anda en una feria de vanidad y, pese a todo, ¡cómo se envanece de su feria de vanidad! Se inquieta en vano, y es sólo vanidad lo que le inquieta. Labora toda su vida por la ganancia de las riquezas, y, con todo, en la muerte, sus riquezas no le aprovecharán. El que mira a un buey que pasta en un prado lozano, llega a la conclusión de que le preparan para la matanza.
William Secker
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. Los hombres se levantan temprano y se acuestan tarde para edificar una casa, y luego un extraño se pasea por sus corredores, se ríe en sus estancias, y ni se acuerda de quien la edificó y la llama suya propia. Este es uno de los males bajo el sol para el cual no hay remedio prescrito. C. H. S.
La trinidad del mundo consiste en:
12 honores sin fruto; los que les parecen honores de sustancia no son sino una vana ostentación.
22 Cuidados innecesarios. Se desasosiegan en vano. Congojas imaginarias que sustituyen a los cuidados reales y necesarios.
32 Riquezas inútiles; tales que no
les dan satisfacción permanente ni a ellos ni a sus descendientes que las reciben. G. Rogers
Mañana, mañana, y de nuevo mañana,
Que vienen paso a paso, uno tras otro,
Y así hasta el fin del tiempo registrado;
Y cada ayer fue acompañando a necios En su camino al polvo.
¡Basta ya, endeble vela!
La vida es una sombra que se mueve;
Un pobre actor que se pasea un rato
De arriba abajo por la escena, y luego
Se va y no vuelve ya a asomarse; es un relato
Contado por un necio, bien repleto
De gritos y de gestos, mas sin significado.
—William Shakespeare

Vers. 8. Líbrame de todas mis transgresiones. Es una buena señal cuando el Salmista ya no insiste sobre sus aflicciones, sino que pide ser librado de sus pecados. ¿Qué es la pena cuando la
comparamos con el pecado? Que el veneno del pecado sea quitado de la copa, y no tenemos por qué temer su amargura, porque lo amargo cura. Nadie puede librar a un hombre de su trasgresión, más que Aquel bendito a quien llamamos Jesús, porque El salva a su pueblo de sus
pecados. C. H. S.
No me pongas por escarnio del insensato. ¡Por los placeres carnales de unos pocos días algunos truecan su joya eterna! ¡Por unos granos de tierra amarilla se pierden la ciudad empedrada de oro y puertas de perlas! ¡Oh necedad sin medida! ¡Oh locura inconcebible! Verdaderamente, hemos de orar con toda sinceridad: «No me pongas por escarnio del insensato.» Origenes, citado por J.M. Neale

Vers. 9. Enmudeci no abrí mi boca, porque Tú lo hiciste. Dios está enseñando a sus hijos aquí. Este es el verdadero carácter de sus tratos con ellos. La educación de sus santos es el objeto que tiene a la vista. Es un entrenamiento para el reino; es una educación para la eternidad. Es la disciplina del amor. Cada paso del mismo es bondad. No hay ira ni venganza en parte alguna del proceso. La disciplina de la escuela puede ser severa y rígida, pero la de la familia es amor.
El santo anciano estaba en la prisión «por la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo». Sus perseguidores implacables le llevaron en una bandeja la cabeza sangrante de su hijo martirizado, Richard Cameron, y le preguntaron con sorna si la conocía. «La conozco, la conozco» dijo el padre, y besó la frente del hijo; «¡es la de mi hijo, mi propio hijo querido! ¡Es el Señor! Buena es la voluntad del Señor, que no puede hacerme daño a mí o a los míos, sino que ha hecho que la bondad y la misericordia nos sigan todos los días de la vida». Horatius Bonar en La noche del llanto Si el Rey de reyes pone su mano sobre nuestro hombro, queridos, pongamos la nuestra sobre la
boca. Nicholas Estwick, B. D.
Una niña, en la providencia de Dios, nació sordomuda. Fue aceptada y enseñada en una institución establecida para los que padecen este defecto. Un día, un visitante hacía preguntas a estos niños privados de los goces comunes de la infancia. Hizo varias preguntas, que fueron rápidamente contestadas mediante papel y lápiz.
Finalmente, el visitante escribió: «¿Por qué naciste sordomuda?» Una mirada de angustia nubló por un momento el rostro de la niña, pero rápidamente desapareció y, tomando el papel y el lápiz, escribió:
«Está bien, Padre, porque así agrado a tu vista.» Mrs. Rogers en El rey pastor
Vers. 10. Estoy consumido bajo la dureza de tu mano. Podemos fundar nuestros ruegos en nuestra debilidad y aflicción. Es bueno mostrar a nuestro Padre las magulladuras que resultan de sus azotes, por si su compasión paternal le aligera la mano, y le mueve a consolarnos en su pecho. No es para consumirnos que El dirige su disciplina, sino para consumir nuestros pecados.

Vers. 11. Castigando sus pecados, corriges al hombre. Dios no juega con su vara; la usa a causa del pecado, y con vistas a vapulearnos con ella; de ahí que quiere que sintamos los golpes, y de veras los sentimos.
Y deshaces como polilla toda su belleza. Como la polilla echa a perder la tela, y con ello su belleza, agujereándola y dejándola inservible, lo mismo los castigos de Dios descubren en nosotros nuestra locura y debilidad y nos hacen sentir como vestidos viejos, gastados e inútiles.
La belleza ha de ser muy poca cosa cuando una polilla puede consumirla y una reprensión echarla a perder. C. H. S.
Las polillas del Oriente son muy grandes y hermosas, pero de corta vida. Después de unos chubascos, estos espléndidos insectos se ven revolotear en la brisa, pero el tiempo seco y sus numerosos enemigos pronto los eliminan. Del mismo modo, la hermosura del hombre se
consume como la de este hermoso insecto, vestido en sus ropas de púrpura, escarlata y verde. John Kitto
Algunas mariposas sólo viven unas veinticuatro horas. ¡Qué tragedia para la que nace en un día lluvioso! Anónimo
Sin duda como un soplo es todo hombre. ¿Qué es la grandeza? ¿Podemos adscribirla al hombre, independientemente de sus cualidades como ser inmortal? ¿O de sus acciones, independientemente de sus principios y motivos? Así pues, el relucir de la nobleza no es superior al plumaje de un pavo real, ni el valor de un Alejandro a la furia de un tigre, ni los deleites sensuales de Epicuro a los del animal que merodea por el bosque. Ebenezer Porter, D. D.

Vers. 12. Oye mi oración, oh Jehová. Ahora, en esta oración de David hallamos tres cosas, que son tres calificaciones para las oraciones aceptables. La primera es la humildad. La segunda son el fervor y la insistencia. La tercera es la fe. «El que va a Dios es menester que crea que existe, y que es galardonador de los que le buscan con diligencia» (Hebreos 11:6). Y, ciertamente, como el que va a Dios ha de creer esto, el que lo cree, no puede por menos que acudir a Dios.
Condensado, de Robert Leighton
No te hagas sordo a mis lágrimas. Las lágrimas hablan con más elocuencia que diez mil lenguas; actúan como llaves en los departamentos de los corazones tiernos, y la compasión no les niega
nada si a través de ellas el que llora mira las gotas de la sangre de Jesús.
Porque forastero soy junto a Ti. No para Ti, sino junto a Ti. Como Tú, Señor mío, un extraño entre los hijos de los hombres, un extraño para los hijos de mi madre. Dios hizo el mundo, lo sustenta, lo posee, y, con todo, los hombres le tratan como si fuera un intruso y extraño; y como tratan al Señor, así tratan a sus siervos. «No es sorprendente que seamos desconocidos». Estas palabras pueden también significar: «Yo comparto la hospitalidad de Dios» como un extraño
hospedado por un anfitrión generoso. C. H. S.
Por más que estén bien establecidos, éste es el temple de los santos sobre la tierra: el considerarse como extraños. Todos los hombres son en realidad extraños y forasteros, pero los santos disciernen mejor y lo reconocen de modo más franco.
Los hombres malos no tienen morada permanente en la tierra, pero esto va contra sus intenciones; su pensamiento y su deseo internos son que puedan vivir para siempre. Son extraños contra su voluntad; su habitación en el mundo es incierta; y no pueden evitarlo. Thomas Manton

Vers. 13. Déjame, y tomaré fuerzas, antes que me vaya y perezca. El hombre en su estado corrupto es como Nabucodonosor: tiene un corazón de bestia que solamente anhela la satisfacción de su apetito sensual; pero cuando es renovado por la gracia, entonces recobra el
entendimiento.
David, hasta aquí no se ha recobrado todavía de aquel pecado que le puso en un nivel tan bajo como podemos percibir en los versículos 10 y 11. Y el hombre bueno no puede pensar en morir, aceptando el hecho, hasta que su corazón está en condición más santa; y para la paz del evangelio, serenidad de la conciencia y gozo ininterno, toda falta de santidad es como veneno para los espíritus que la beben. William Gurnall

lunes, 19 de marzo de 2012

Predicación en Audio: "Tiempo de Crecer"




Bosquejo Sermón Dominical

Título: Tiempo de crecer

Texto: 1º Tesalonicenses 3:12 ¨Y el Señor os haga crecer¨

Introducción: Ilustración sobre el crecimiento... La semilla que sembramos, parece que no crece con rapidez y crece las semillas que no hemos plantados. De la misma forma Dios ha sembrando en los corazones de los creyentes "La Buena Semilla", y lo primero que crece lamentablemente en el creyente no es lo que Dios sembró, sino lo que el quería sacar...

I. A QUE SE DEBE LA FALTA DE CRECIMIENTO

a) Incapacidad de entender la doctrina... 1º Cor. 3:1-3
b) Incapacidad para valerse por si mismo... Gálatas 4:1-3
c) Inestabilidad en la fe... Efesios 4:14
d) Ausencia de interés... Hebreos 5:11-13

II. COMO SE ALCANZA EL CRECIMIENTO:
a) Dejando atrás las cosas de niños... lº Cor. l3:l1
b) Madurando en los sentimientos (Implica aptitudes - emociones) ... lº Cor. 14:20
c) Siguiendo el modeló de Cristo... Efesios 4:13
d) Profundizando en el evangelio...Hebreos 5:14
e) Venciendo la tentación... 1º Juan 2:14

CONCLUSIÓN: En este día hemos visto en la Palabra de Dios, a que se debe la falta de crecimiento... Piensa un poco en tu vida desde el inicio en este camino, has crecido... ¿tu crecimiento se ha detenido?...Solo meditemos en una cosa, la semilla de Dios es buena semilla, y la tierra donde el la planto es la misma (no hay justo ni aún uno), la semilla cayó en e apóstol Pablo, como así también en el hermano Hermenindo...
¡Pablo no se quedo con la semilla, germino, creció etc.
Si la ¡semilla es la misma y la tierra es la misma
¿Porque el hermano Hermenindo no crece?
¿Como quién eres tú?

Génesis 21; Comentario Bíblico de Matthew Henry


Versículos 1—8. Nacimiento de Isaac—El gozo de Sara.
9—13. Ismael se burla de Isaac.
14—21. Agar e Ismael expulsados—Socorridos y consolados por un ángel.
22—34. El pacto de Abimelec con Abraham.

Vv. 1—8. En el Antiguo Testamento son pocos los que vinieron al mundo con tantas expectativas como Isaac. En esto fue un tipo de Cristo, esa Simiente que el santo Dios prometiera mucho tiempo antes y que los hombres santos esperaron por tanto tiempo. Nació conforme a la promesa en el momento designado del cual Dios había hablado. Las misericordias prometidas por Dios ciertamente llegarán en el momento que Él determina y ese es el mejor momento. Isaac significa “risa” habiendo buena razón para el nombre, capítulo 17.17; 18.13. Cuando el Sol del consuelo se levanta en el alma, es bueno recordar cuán bien recibida fue el alba del día.
—Cuando Sara recibió la promesa, se rió con desconfianza y duda. Cuando Dios nos da las misericordias de las que empezamos a desesperar, debiéramos recordar con pena y vergüenza nuestra pecadora desconfianza en su poder y promesa, cuando estábamos en busca de ellas.
—Esta misericordia llenó a Sara con gozo y asombro. Los favores de Dios para su pueblo del pacto son tales que superan sus propios pensamientos y expectativas como también los ajenos: ¿quién podía imaginar que Él hiciera tanto por aquellos que merecen tan poco, más aun, para aquellos que merecen recibir el mal? ¿Quién hubiera dicho que Dios enviaría a su Hijo a morir por nosotros, su Espíritu para hacernos santos, sus ángeles para servirnos? ¿Quién hubiera dicho que pecados tan grandes serían perdonados, que servicios tan mezquinos serían aceptados y que gusanos tan indignos serían integrados en el pacto?
—Se hace un breve relato de la infancia de Isaac. Hay que reconocer la bendición de Dios sobre la crianza de los niños y su preservación a través de los peligros de la edad infantil, como ejemplo de señales del cuidado y ternura de la providencia divina. Vea Salmo 22.9-10; Oseas 6.1-2.

Vv. 9—13. No descuidemos la manera en que este asunto familiar nos enseña a no descansar en los privilegios externos o en nuestras propias obras. Procuremos las bendiciones del nuevo pacto por fe en la certeza Divina. La conducta de Ismael fue de persecución, con desprecio profano del pacto y la promesa, y con malicia contra Isaac. Dios se fija en lo que dicen y hacen los niños en sus juegos; y les tomará en cuenta si dicen o hacen mal, aunque no lo hagan sus padres. Burlarse es un pecado grande y resulta en provocación contra Dios. Los hijos de la promesa deben esperar que se burlen de ellos.
—Abraham se dolió de que Ismael se portara mal y que Sara exigiera un castigo tan severo. Pero Dios le mostró que Isaac debe ser el padre de la Simiente prometida; por tanto, “manda lejos a Ismael no sea que corrompa las costumbres o trate de usurpar los derechos de Isaac”. La semilla del pacto de Abraham debe ser un pueblo por sí mismo, no mezclado con los que están fuera del pacto: Sara poco pensó en lo que hizo, pero Dios rectificó lo que ella dijo.

Vv. 14—21. Si Agar e Ismael se hubieran comportado bien en la familia de Abraham, hubieran continuado ahí pero fueron justamente castigados. Nosotros perdemos los privilegios por abusar de ellos. Los que no saben cuándo están bien, conocerán el valor de las misericordias cuando les faltan. —Ellos fueron llevados a la angustia en el desierto. No se dice que se acabaran las provisiones ni que Abraham los echara sin dinero. Pero se acabó el agua y, habiendo perdido su camino, en ese clima cálido, Ismael fue rápidamente vencido por la fatiga y la sed. La prontitud de Dios para ayudarnos cuando estamos en problemas, no debe disminuir sino apurar nuestros esfuerzos para ayudarnos a nosotros mismos. —La promesa tocante a su hijo es repetida como razón por qué Agar debe ponerse en acción ella misma para ayudarle. Debemos comprometer nuestra atención y cuidados por los niños y jóvenes al considerar que no sabemos cuál sea la gran tarea que Dios les tiene designada ni sabemos lo que pueda hacer de ellos. —El ángel le muestra una provisión presente. Muchos que tienen razón para estar consolados, pasan condoliéndose de día en día porque no ven que haya una razón para tener consuelo. Hay un pozo de agua cerca de ellos en el pacto de gracia, pero ellos no se dan cuenta hasta que el mismo Dios que abrió sus ojos para ver sus heridas, se los abre para que vean el remedio.
—Parán era un lugar silvestre, adecuado para un hombre rudo como Ismael. Los que nacen según la carne se acomodan al desierto de este mundo, mientras los hijos de la promesa que se dirigen a la Canaán celestial no pueden tener reposo hasta que están allá. Sin embargo, Dios estaba con el muchacho; su bienestar exterior se debía a esto.

Vv. 22—34. Abimelec se sintió seguro de que las promesas de Dios le serían cumplidas a Abraham. Es sabio que nos relacionemos con quienes son bendecidos por Dios; y hemos de pagar con bondad a quienes han sido bondadosos con nosotros. Los pozos de agua son escasos y valiosos en los países orientales. Abraham tuvo cuidado de asegurar su derecho al pozo para evitar futuras disputas. No puede esperarse otra cosa de un hombre honesto sino que esté listo para hacer el bien tan pronto como sepa que ha hecho mal.
—Abraham, estando ahora en un buen lugar, se quedó mucho tiempo en él. Allí hizo no sólo una práctica constante, sino además una profesión franca de su religión. Allí invocó el nombre de Jehová como el Dios eterno; probablemente el tamarisco que plantó, fue su lugar de oración. Abraham mantuvo el culto público, en el cual podían participar sus vecinos. Los hombres buenos deben hacer todo lo que puedan para hacer que los demás lleguen a ser buenos. Donde quiera que peregrinemos no debemos descuidar la adoración de Jehová, ni avergonzarnos de hacerlo.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Usos y costumbres bíblicas: "Programa Diario de Actividades"


LEVANTARSE TEMPRANO
Referente a la hora de levantarse de la cama, un escritor ha descrito el asunto así:
“El hábito de levantarse temprano es general en Palestina. El clima lo hace una
necesidad la mayor parte del año, siendo tal el calor que los trabajos pesados son opresivos una hora después de la del sol. Al amanecer los trabajadores van al desempeño de sus obligaciones, y los viajeros temprano emprenden su camino".
Muchos pasajes bíblicos indican la costumbre de levantarse temprano que se practicaba en aquellos días. El libro del Génesis menciona una ocasión en que "Abraham se levantó muy de la mañana" (Gén. 22:3). El libro del Éxodo nos dice que: "Moisés se levantó temprano” (Exo. 34:4). Las Sagradas Escrituras nos dicen que Job “Levantabase de mañana" (Job. 1:5).
De las gentes que deseaban oír las enseñanzas de Cristo, dice Lucas: "y todo el pueblo venía por la mañana, para oírle en el templo" (Luc. 21:38). Y Marcos dice de Jesús, "y levantándose muy de mañana, aún muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y ahí oraba" (Marc.1:35). Otros ejemplos de levantarse temprano en tiempo de las Escrituras, Podrían citarse.

LAS MUJERES MUELEN EL GRANO
El primer sonido que alegra el oído temprano en la mañana en muchos pueblos
palestinos, es el de la molienda del grano. Actualmente, como en los años antiguos, muchas de estas gentes usan molino de mano con este propósito. Un viajero que pasa frente estos hogares humildes oye el ruido del molino de mano en la mañana y en la tarde, Este ruido de la molienda no es precisamente musical, pero así a muchos les gusta dormirse oyéndolo. En la mente de las personas que viven en el Oriente, este ruido lo asocian con el hogar, el confort y la abundancia. Las mujeres son quienes hacen esta tarea, principalmente temprano por las mañanas, requiriéndose algunas veces trabajar hasta el medio día para terminarlo.
Cuando Jeremías lanzó juicio sobre Israel por sus pecados, dijo con referencia a lo que Dios quería de ella: "Y haré que perezca de entre ellos voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz desposada, ruido de muelas" (Jer. 25:10). De esto puede inferirse que el ruido de estos molinos de mano es una indicación de actividad y vida, y su ausencia puede ser signo de suma desolación.
Las referencias bíblicas a los molinos de mano son fieles a las costumbres Orientales.
El trabajo es de los sirvientes si acaso la familia dispone de ellos; si no, las mujeres lo ejecutan, porque los hombres lo consideran muy humilde, y ellos no ejecutan tareas serviles. La parte del juicio sobre Israel es la destrucción de Jerusalén por el enemigo. "Llevaron los mozos a moler"
(Lam. 5:13). Y los filisteos castigaron a Sansón de esa manera, porque se dice de él, "que moliese en la cárcel" (Jue. 16:21).
Aun cuando hay molinos de mano sencillos para usarlos una sola persona, es común
que dos mujeres trabajen en uno juntas. El molino está compuesto de dos piedras de cuarenta y cinco a sesenta centímetros de diámetro. Las mujeres se sientan a él poniéndose la una frente a la otra. La piedra superior se mueve sobre la inferior impulsada por una manija que es halada alternativamente y empujada. Este es el proceso que se sigue, según Anis C. Haddad, en Palestine Speaks:
"La piedra superior da vueltas en derredor de un pivote de madera en el Centro de la de abajo.
El agujero de la piedra superior para el pivote está en forma de embudo para recibir el maíz, el que es puesto por ambas mujeres dentro, según se requiere. La harina que va saliendo de entre las piedras se recoge en una piel de oveja puesta bajo el molino".
Job habla de un corazón "fuerte como una piedra, y fuerte como la muela de abajo" (Job 41:24). El Dr. Thompson dice que la piedra inferior del molino no siempre es más dura que la superior pero él ha visto la muela hecha de una lija muy compacta y gruesa, mientras que la piedra superior era de lava, sin duda, porque siendo muy ligera, es más fácil hacerla girar en derredor con la mano.

TIEMPO PARA LAS COMIDAS
Las comidas no siempre se sirven al mismo tiempo en el Oriente, y la naturaleza de las comidas varía en las diferentes regiones. Este mismo fue igual en los tiempos bíblicos. En general debe de se que los hebreos daban solamente dos comidas, el almuerzo y comida. La hora para el almuerzo varía desde temprano en la mañana hasta el medio día. Jesús les sirvió el almuerzo a un grupo de pescadores hambrientos temprano en la mañana (Jn. 21:12).
Al comentar las negligencias de los guardas del rey Eglón 3:24), Josefo el historiador judío dice: "Era tiempo de verano, medio día, cuando los guardas no estaban en su puesto, tanto el calor, como porque habían ido a comer". Se llama la atención al hecho de que la palabra que Josefo usa por "comida" es una pala que quiere decir "almuerzo" como se usa en el Nuevo Testamento. Se desprende de esto que el historiador judío da a entender que algunas veces el almuerzo se servia tan tarde como al medio día, en tiempo. Sin duda que con frecuencia se servia al medio día. En la parábola del casamiento del hijo del rey, el mensaje se envió a los invitados, "He aquí, mi comida he aparejado” (Mat. 22:4). La de bodas sería semejante a la "comida de bodas" inglesa.
Jesús menciona las dos comidas de los judíos en una exhortación hecha a su
hospedador, "cuando haces comida o cena" (Luc. 14 La comida de la tarde en muchos casos es la principal, pero siempre; todo dependía de la naturaleza y lugar de trabajo de hombres. La costumbre en algunas ciudades modernas de almuerzo entre las nueve y las doce, y la comida por la tarde, corresponden a las dos comidas de los judíos en tiempos bíblicos.

FABRICACION DE TELAS Y HECHURAS DE VESTIDOS
Las mujeres judías fabricaban las telas para la familia. La lana que usaban se obtenía de los rebaños. Tenía que hilarse sin el USO de telares modernos. Referente a este proceso, el libro de los Proverbios en su tributo a la madre ideal lo describe así: "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaran la rueca" (Prov. 31:19). Los antiguos egipcios y babilonios, eran expertos en tejer, tenían grandes telares, pero la mayoría del pueblo común palestino usaba telares muy primitivos, y el proceso de tejido era de necesidad, era lento y tedioso. Por supuesto que no
había máquinas de coser o agujas de acero. Las agujas eran muy toscas y hechas de bronce, y algunas veces de astillas de hueso que se afilaban de un extremo y con un agujero en el otro.
Se dice que actualmente la mayor parte del hilado en Siria es hecho por mujeres ancianas. Da ocasión a las tejedoras de unirse. Así ellas hilan mientras platican, y algunas veces mientras comen en un modo informal. Cuando dice la Escritura, "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaron la rueca” (Prov. 31:19), es lo mismo que decir, "Ella nunca está ociosa", o como dirían los sirios, "Su huso nunca está fuera de sus manos".

LAVADO DE TELAS
Las mujeres árabes, al lavar su ropa actualmente, van a los manantiales, corrientes de agua, piscinas o canales de riego. Sumergen su ropa, luego la sacan poniéndola sobre piedras planas, las cuales abundan en Palestina, la golpean con una cachiporra de medio metro de largo. Acarrean el agua en recipiente de piel de cabra Y tienen una vasija para enjuagar la ropa.
Qué proceso se usó en tiempos de David, seguramente indica en su oración de su
salmo penitencial: "Lávame más de mi maldad" (Sal. 51:2). Este cuadro viene del proceso del lavado de la ropa. Alejandro McLaren dice a este respecto:
“La palabra empleada es significativa; probablemente quiere decir lavar amasando y
golpeando, no simplemente enjuagando. El salmista esta listo a someterse a una disciplina dolorosa, con objeto de ser limpiado. "Lávame, golpéame, hóyame, golpéame con malletes, arrójame contra las piedras, haz conmigo cualquier cosa, si acaso estas sucias manchas son quitadas de los tejidos de mi alma”.
El jabón que se usaba para lavar está muy claro en las Escrituras. La palabra se
encuentra en las traducciones comunes de libros de Jeremías y Malaquías (Jer. 2:22 y Mal.3:2). Este jabón era indudablemente un alcalí vegetal. Job dijo: "Aunque me lave aguas de nieve, y limpie mis manos con la misma limpieza" (9:30). Este era un alcalí vegetal. Hay en la Biblia dos referencias al alcalí mineral, el que era llamado nitrato (Prov. 25:20 y 2:22). Esto era probablemente el "natrón" tan ampliamente usado en Egipto.

LAS NIÑAS CUIDAN EL GANADO
Entre los árabes beduinos donde los camellos requieren la atención de los hombres, la tarea de cuidar las cabras es asignada a jóvenes de la casa. Estas pastorcitas algunas veces tienen dificultades para dar agua a sus ganados, si acaso los pastores de los rebaños de camellos vienen en uno de sus períodos de cinco días de pasto sin agua. Las mujeres no son consideradas, a pesar de su sexo, por estos hombres. La Historia Sagrada nos relata cómo Moisés protegió a las hijas de Jetro cuando ellas buscaban una oportunidad dar agua a sus ganados. Una de estas hijas vino a ser después esposa de Moisés (Ex. 2:15-21).

LA SIESTA DEL MEDIO DIA
Durante la temporada del verano en Palestina, el tiempo de calor máximo es al medio
día, de las doce a las tres de la tarde, hay cesación de la mayor parte de las actividades durante ese tiempo en muchas partes de la tierra. Descansan en sus casas o donde pueden encontrar un lugar apropiado. Las lavanderías y las tiendas por lo regular cierran sus puertas durante esas horas.
En el Antiguo Testamento era común este descanso al medio día. El Génesis nos
cuenta que Abraham estaba sentado a la puerta de su tienda en el calor del día (Gen. 18:1).
El hijo de Isboset, estaba durmiendo al medio día "el cual esta durmiendo en su cámara la siesta" (2 Sam. 4:5). Y cuando Saúl entró en la cueva donde David y sus hombre habían sido localizados, él sin duda lo hizo para dormir su siesta del medio día. "Entró Saúl en ella a cubrir sus pies" (1 Sam. 24:4).

CONVERSACION DIARIA
Usar el nombre de Dios en la conversación. En las tierras anglosajonas raramente se
menciona el nombre de Dios en las conversaciones diarias, excepto por los profanos. Pero entre los árabes de las tierras bíblicas, el nombre de Dios constantemente está en los labios de aquella gente. Una persona asombrada exclamará "Masahallah", es decir "Lo que ha hecho Dios" Que es la misma expresión usada hace siglos por Balaam (Núm. 23:23). Si a un hombre se le pregunta si espera hacer cierta cosa, contestará, "Si Dios quiere". Esta es la clase de contestación que recomienda Santiago en su Epístola (Sant. 4:1). Si se pone a un niño en tal forma que usted pueda admirarlo, la abuela dirá: "He aquí, la dádiva de Dios", palabras reminiscentes de la declaración del salmista, "He aquí, heredad de Jehová son los hijos" (Sal.
127:3). Cuando un agricultor saluda a Sus trabajadores les dice: "Dios sea con ustedes". Ellos contestarán, "Dios lo bendiga". Estos son algunos de los saludos usados hace siglos cuando Booz se acercó a sus trabajadores (Ruth 2:4) - Esas pías expresiones, por supuesto pueden usarse tan frecuentemente que lleguen a perder su significado, y en los labios de gente insincera pronto pierden su valor. Pero esas conversaciones forman un gran contraste con las que se oyen entre los occidentales.
Desde los días de los patriarcas hasta los de los apóstoles, la conversación diaria entre los judíos incluye muchas referencias a la Deidad. Sin duda que había labios insinceros que pronunciaban el nombre de Dios descuidadamente, pero cuando esta costumbre practicada por gente de Dios. ¡Qué hermosa era! En el libro de Ruth, encontramos muchos ejemplos de tales conversaciones. Uno de ellos es, cuando las amigas de Noemí exclamaron: "Bendito sea el Señor”. (Ruth 4:14). Sería bueno que los cristianos modernos usaran el nombre de Dios en sus diarias conversaciones.
Uso de lenguaje figurado y expresiones exageradas. La manera oriental de hablar,
frecuentemente es para registrar gráficamente que se quiere dar a entender, o quizá
demostrarlo. Lucas nos da buen ejemplo en su relato de las experiencias de Pablo: "Descendió de Judea un profeta, llamado Agabo; y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón cuyo dueño es este cinto" (Hech. 21:10, 11).
Si Juan el Bautista hubiese hablado como algunos oradores de Occidente, hubiese
dicho: "Vuestras pretensiones a la virtud y nacimiento, exceden grandemente vuestra práctica actual de la virtud". Siendo un oriental legítimo, él dijo: "Generación de víboras ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que vendrá? Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Y no penséis decir dentro de vosotros. A Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede despertar hijos a Abraham aun de estas piedras" (Mat. 3:7-9)
El mucho uso de figuras en el idioma en la enseñanza y conversación hacen del libro un típico libro oriental.
Los orientales con frecuencia hacen declaraciones que para occidentales parecen
exageraciones inmerecidas. Un hombre dirá otro: "Lo que te digo es cierto; si no, me corto el brazo o si no, dirá: "Te prometo esto, y si no cumplo mi promesa, me sacaré el ojo derecho". En aquellas tierras nadie soñará siquiera que tal resolución pueda llevarse al cabo. Esas expresiones simplemente quieren decir que el que las dice, es persona seria.
Los orientales pueden muy bien apreciar lo que Jesús daba a entender cuando decía:
"Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala y échala de ti" (Mat. 5:29, 30). Muchas de las expresiones de Jesús deben entenderse a la luz de las conversaciones diarias de su tiempo.
Aquí tenemos algunos ejemplos: "Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mat. 19:24) -"Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello" (Mat. 23:24) "Y ¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?" (Mat. 7:3). Al leer estos pasajes de la Escritura, los occidentales deben recordar el afecto de los orientales por la hipérbole. Tratando asuntos delicados en compañía mixta. Los que visitan Palestina de todas partes del mundo, con frecuencia se ofenden por la manera como en las diarias conversaciones de los nativos, se incluyen asuntos de los que nunca se hablaría en círculos corteses occidentales. El oriental considera perfectamente propio hablar acerca de cualquiera
cosa que sea natural en presencia de hombres, mujeres y niños. Y esto se hace en círculos sociales refinados. Una mujer respetable de la Tierra Santa no puede entender por qué algunos críticos de la Biblia han condenado la mención de ciertos pasajes escriturales que tratan asuntos que parecen una sinrazón para los occidentales. La historia que se relata en Génesis de los detalles concernientes al nacimiento de los gemelos, Esaú y Jacob (Gen. 25:23-26), puede ser relatada en una asamblea en el Oriente, aun con más detalles, sin venir un sonrojo a ninguno de los presentes. Hace algunos cientos de años se hacía lo mismo en Inglaterra.

LAS MUJERES VAN POR AGUA
Tarea es de las mujeres el ir a traer el agua de los pozos, y manantiales para los
quehaceres hogareños. En la actualidad lo ha en muchas partes en Oriente, de la misma manera que lo hace cuando los relatos del Génesis hablan de "la hora de la tarde, la hora en que salen las mozas por agua" (Gen. 24:11) - Las mujeres entrenan para este trabajo desde la niñez, pues Saúl y su siervo “hallaron unas mozas que salían por agua" (1 Sam. 9:11). El mejor tiempo para este trabajo era por la tarde, aun cuando algunas veces se hacía temprano por las mañanas. Cántaros de barro (Lam. 4:2), se usaban para este trabajo, los que tienen a veces una o dos asas.
Ha sido una costumbre entre las mujeres siríacas, llevar el cántaro de agua en su
hombro, aunque algunas lo llevan sobre la cabeza. La mayoría de las mujeres árabes en Palestina lo llevan sobre su cabeza. La Escritura nos dice que Rebeca llevaba su cántaro en el hombro (Gen. 24:15).
El llevar un cántaro al agua era costumbre universal de las mujeres. Debe haber sido un cuadro pintoresco verlas ir y venir con su cántaro graciosamente puesto en su cabeza o su hombro. Cuando Jesús dijo a dos de sus discípulos "Id a la ciudad y os encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle" (Marc. 14:13), ese era un modo fácil de identificar a una persona, porque no es nada común ver a un hombre llevar un cántaro con agua, porque esta es tarea de las mujeres. Cuando grandes cantidades de agua se necesitan, los hombres usan grandes sacos de piel de oveja o cabra para llevarla. Los cántaros se reservan para uso de las mujeres.
No se deja nada en el pozo que pueda servir para sacar agua de lo profundo. Cada una
de las mujeres que van a traer el agua además de Su cántaro, lleva una cubeta de cuero y una soga, suficientemente larga para bajarla hasta el nivel del agua. La mujer samaritana a quien Jesús encontró en el pozo de Jacob, había traído todo esto, pero Jesús no tenía un equipo igual. De allí que ella le dijera: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo" (Jn 4:11).
En respuesta a su solicitud de que le diese de beber, ella la sacó del pozo y la dio a él.

martes, 28 de febrero de 2012

Génesis 20, Comentario Biblico Matthey Henry


Versículos 1—8. Abraham en Gerar—Sara tomada por Abimelec.
9—13. La reprimenda de Abimelec a Abraham.
14—18. Abimelec devuelve a Sara.

Vv. 1—8. Las políticas torcidas no prosperarán: nos ponen en peligro a nosotros y a los demás. Dios da aviso a Abimelec de su peligro de pecar, y del peligro de muerte por su pecado. Todo pecador voluntario es un hombre muerto, pero Abimelec alega ignorancia. Si nuestra conciencia atestigua que, por haber sido de alguna manera engañados con una trampa, no hemos pecado a sabiendas contra Dios, será nuestro regocijo en el día malo. Es consolador para quienes son honestos que Dios conozca su honestidad y la reconozca. Es gran misericordia que se nos impida cometer pecado; Dios debe llevar la gloria en esto. Pero si hemos hecho mal por ignorancia, eso no nos excusará si persistimos en ello a sabiendas. El que hace mal, sea quien fuere, príncipe o campesino, ciertamente recibirá su paga por el mal que ha hecho, a menos que se arrepienta y, en lo posible, haga restitución.

Vv. 9—13. Véase en esto mucha culpa, aun en el padre de los fieles. Note su desconfianza de Dios, el indebido temor por su vida, su intento de engañar. Él también puso tentación en el camino de los demás, causándoles aflicción, exponiéndose él mismo y a Sara a las justas reprimendas, y sin embargo, intentó excusarse. Estas cosas quedaron escritas para nuestra advertencia, no para que las imitemos. Hasta Abraham no tiene de qué gloriarse. Él no puede justificarse por sus obras, sino que debe estar agradecido por la justificación, a esa justicia que está sobre todos y que es para todos los que creen. No debemos condenar por hipócritas a todos los que caen en pecado si no continúan en él. Deje que el impenitente orgulloso se dé cuenta que no debe seguir pecando, si piensa que la gracia puede abundar. —Abimelec, advertido por Dios, acepta la advertencia; y estando verdaderamente asustado del pecado y sus consecuencias, se levanta pronto para seguir las órdenes de Dios.

Vv. 14—18. A menudo nos perturbamos y hasta somos llevados a la tentación y el pecado por sospechas sin fundamento; y encontramos el temor de Dios donde no lo esperábamos. Los acuerdos para engañar suelen terminar generalmente en vergüenza y pena; y las restricciones del pecado, aunque sea por el sufrimiento, deben ser reconocidas con gratitud. Aunque el Señor reprende, no obstante, Él perdonará y librará a su pueblo, y les dará gracia ante los ojos de aquellos con quienes ellos están; y vencerá sus enfermedades cuando sean humillados por ellas, de modo que resulten útiles para sí mismos y para los demás.

Tesoros de David, Salmos 38; Charles Spungeor


Título: «Salmo de David, para recordar». David tenía la impresión de que Dios le había olvidado, y por ello repasa sus aflicciones y clama en alta voz pidiendo ayuda. El Salmo 70 tiene el mismo título y en él el Salmista derrama sus quejas delante de Dios. Sería de poco provecho tratar de acertar el punto en la historia de David en que fue escrito; por otra parte, puede haber sido compuesto por él para uso de los santos enfermos y calumniados, con una referencia especial a sí mismo.
Entre las cosas que David recuerda, las principales son:
1) sus pruebas y liberaciones pasadas. El punto culminante del Salmo de David, sin embargo, es el recordar;
2) la corrupción de su naturaleza. Quizás no hay otro Salmo en que se describa más plenamente la naturaleza humana, vista a la luz que Dios, el Espíritu Santo, proyecta sobre ella, al tiempo en que nos redarguye de pecado.
Estoy persuadido de que la descripción que hay en el Salmo no corresponde a ninguna enfermedad corporal conocida. Es muy semejante a la lepra, pero hay ciertos rasgos que nos se hallan en ningún caso de lepra descrito, sea en el pasado o en nuestros días.
El hecho es que se trata de una lepra espiritual; es una enfermedad interior la que describe, y David la pinta en su propia vida y quiere que nosotros la recordemos. C. H. S.

Vers. 1. Jehová, no me reprendas en tu furor. He de ser reprendido porque soy un hijo que ha errado, pero Tú, Padre cuidadoso, no pongas demasiada ira en el tono de tu voz; trátame suavemente aunque haya pecado de modo grave. La ira de otros puedo sobrellevaría, pero no la tuya. C. H. S.

Vers. 2. Porque tus saetas se han clavado en mí. Son saetas, verdaderamente, que penetran rápidamente, y para darles impulso son disparadas en tu arco cruzado, pues de otro modo no volarían tan rápidas, no penetrarían tan profundo como las cruces y aflicciones con que me has sorprendido.
¡Oh, así como has extendido el brazo de tu ira, oh Dios, para disparar estas flechas contra mí, extiende tu brazo de misericordia para arrancarlas, y que pueda cantarte himnos y no elegías; y
que Tú puedas mostrar tu poder al perdonarme como lo has hecho al condenarme! Sir Richard Baker
Las flechas son:
1) rápidas;
2) secretas;
3) agudas;
4) letales.
Son instrumentos que sacan sangre y beben sangre hasta emborracharse (Deuteronomio 32:42); las aflicciones son como flechas en todos estos rasgos. Joseph Caryl

Vers. 3. Tu indignación... mi pecado. ¡Ay! Soy como un yunque bajo dos martillos: el uno tu ira, el otro mi pecado; ambos me golpean incesantemente; el martillo de tu ira golpea mi carne, y el de mi pecado, mis huesos; tu ira golpe a mi carne, que es más sensible; mi pecado golpea mis huesos, que son más duros.
La ira de Dios y el pecado son dos causas eficientes de toda miseria; pero la causa verdaderamente es el pecado; la ira de Dios, como ocurrió con el edificio que Sansón derribó sobre su propia cabeza, no cae sobre nosotros a menos que nosotros empujemos y tiremos hasta que se nos venga encima. Sir Richard Baker
Ni hay reposo en mis huesos, a causa de mi pecado. El cristiano en esta vida es como el mercurio, que tiene en si mismo un principio de movimiento, pero no de reposo; nunca está quieto, como el barco sobre las olas.
En tanto tenemos pecado, somos como el mercurio: un hijo de Dios está lleno de movimiento e inquietud... Está en constante fluctuación, siempre tiene prisa; su vida es como la marea, unas
veces sube, otras veces baja. No hay descanso; y la razón es porque se halla fuera de su centro.
Todo está en movimiento hasta que vuelve a su centro; Cristo es el centro del alma; la manecilla de la brújula tiembla hasta que marca el polo norte. Thomas Watson
Aprende aquí de los mendigos a procurarte alivio y subsistencia. Muestran sus llagas, dan a conocer su necesidad, manifiestan toda su miseria; no hacen su situación mejor de lo que es. Los mendigos saben por experiencia que cuanta mayor miseria exhiben más son compadecidos y más auxilio reciben. William Gouge

Vers. 4. Como carga pesada gravitan sobre mí. Es bueno que el pecado sea una carga intolerable y que el recuerdo de nuestros pecados nos abrume hasta hacerse irresistible. Este versículo es el clamor genuino de uno que se siente deshecho por su trasgresión y, con todo, no ve el gran sacrificio. C. H. S.
No hay nadie tan fuerte al que no se le pueda cargar en exceso; aunque Sansón se cargó al hombro las puertas de Gaza, cuando se derrumbo el templo de Dagón sobre su cabeza murió aplastado.
Y así soy yo; desde que nací llevo sobre mí carga de pecado; antes la llevaba ligeramente, como Sansón las puertas de Gaza; pero ahora he tirado de la casa entera del pecado y ha caído sobre mí, y no puedo evitar ser aplastado por un peso tan grande. Y aplastada habrías quedado, oh alma mía, si Dios a pesar de su ira no se hubiera compadecido de ti y, a pesar de su desagrado, no hubiera detenido su mano de un mayor castigo. Sir Richard Baker
Es de utilidad especial para nosotros que las caídas de los santos de Dios sean registradas en las Sagradas Escrituras. Las manchas no se ven más desagradables en parte alguna que en un rostro hermoso o en un vestido limpio.
Y es conveniente tener un conocimiento perfecto de la inmundicia del pecado. Aprendamos también a pensar con humildad de nosotros mismos y depender de la gracia de Dios para mantenernos bajo estricta vigilancia, no sea que caigamos en los mismos pecados, o peores
(Gálatas 6:1). Herman Witsius, D. D.

Vers. 5. Hieden y supuran mis llagas, a causa de mi locura. La conciencia ha ido hurgando el mal hasta llegar a ser una herida que supura, y la corrupción es espantosa. ¡Qué criatura tan horrible
se ve el hombre ante su propia conciencia cuando su corrupción y vileza son abiertas y hechas patentes por la ley de Dios, aplicada por el Espíritu Santo!
Ni las enfermedades más repelentes pueden compararse al pecado. Ni las úlceras, cánceres o llagas pútridas pueden compararse en su indescriptible pestilencia. Nosotros mismos nos vemos de esta manera. Escribimos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto; e incluso ahora temblamos al pensar lo enconado del mal en lo profundo de nuestra naturaleza. C.H.S.
¿Podía la tumba retener a Lázaro cuando Tú abriste tu boca y le llamaste? Tampoco puede la corrupción de mis llagas ser un estorbo para su curación si te complaces en curarlas. Sir Richard Baker

Vers. 5, 6. Siempre que Dios quiere revelar a su Hijo con poder, siempre que quiere que el evangelio haga resonar las cuerdas del corazón en cuanto al pecado, hace sentir el peso del mismo a la conciencia y la hace gemir. Y estoy seguro de que cuando una persona está trabajando bajo la carga del pecado lo hará llena de gemidos y quejas. La Biblia registra centenares de quejas de hijos de Dios bajo la carga del pecado.
La queja espiritual, pues, es una marca de vida espiritual y Dios la reconoce como tal.
«Ciertamente, he oído los gemidos de Efraín» (Jeremías 31:18). Muestra que Efraín tiene algo que le oprime, que le hace gemir; que su pecado está patente a su vista en toda su malignidad; que es angustia para su alma; que se lo encuentra en la boca; que es descubierto por el ojo penetrante de Dios y fustigado por la mano de Dios. J. C. Philpot

Vers. 6. Estoy encorvado, estoy abatido en gran manera, ando como enlutado todo el día. Que un hombre se vea y se sienta encadenado por la culpa, en peligro del infierno, bajo el poder de sus concupiscencias, en enemistad contra Dios, y Dios como un extraño para él; que el sentimiento de esta condición se halle en su corazón, y toda su alegría se habrá disipado.

¡Qué lamentable criatura es el hombre ante sus propios ojos! Envidia la dicha de las bestias que corren y retozan en los prados. Sabemos de uno que al ver un sapo sollozó, porque Dios le había hecho un hombre; la bondad de Dios le hacia llorar, según él la veía; pero este hombre cree que su condición es inmensamente peor que la de un sapo, y quisiera cambiarse en uno, porque el sapo no siente la culpa del pecado, no teme la ira de Dios, no está bajo las garras de la
concupiscencia; Dios no es un enemigo para el sapo; esto es lo que él siente. Giles Firmin.

Vers. 7. Mis lomos están ardiendo de fiebre. En muchas cosas nuestras evaluaciones son exageradas, pero nunca estimamos con exceso la maldad del pecado. Corrompe y condena.
Cubre el alma de manchas de plaga, como la lepra (Isaías 1:5, 6 ) William S. Plumer

Vers. 8. Estoy debilitado y molido en gran manera. El original dice «entumecido», como helado; hay contradicciones en mi mente que desvaría y en mi cuerpo enfermo; me parece que, alternativamente, parte de mi es caliente y otra fría.
Como las almas en el purgatorio de los papistas, echadas desde hornos ardientes a témpanos de hielo, así los corazones atormentados van de un extremo al otro, los dos torturantes igualmente.
Del calor del temor, al escalofrío del horror; del deseo ardiente, a una insensibilidad horrible; estos estados sucesivos del que se halla bajo convicción de pecado le llevan a la puerta de la muerte. C. H. S.
Gimo, etc. Es difícil que el penitente verdadero, en la amargura de su alma, repase la vida que ha arrastrado en su pecaminosidad sin gemir y suspirar desde el fondo de su corazón. Pero ¡dichosos
son estos gemidos, dichosos estos suspiros y sollozos, puesto que fluyen de la influencia de la gracia y del aliento del Espíritu Santo, el cual, en forma inefable, gime dentro de nosotros y con
nosotros, y forma estos gemidos en nuestros corazones por medio de la penitencia y del amor! Jean Baptiste Elias Avrillon

Vers. 9. Mi suspiro no te es oculto. Las lágrimas secretas para los pecados secretos son una señal excelente de un corazón santo y de un bálsamo curativo para los espíritus quebrantados. Samuel Lee

Vers. 11. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi llaga. Es muy duro, porque los que deberían acudir primero para ayudarnos son los primeros en abandonarnos. En tiempos de
tribulación profunda del alma, incluso los amigos más íntimos no pueden entrar en el caso del que sufre. Pueden estar ansiosos acerca de él, pero no pueden vendar las heridas de una conciencia dolorida y tierna. ¡Oh, qué soledad la de un alma que pasa por el poder del Espíritu Santo que la redarguye de pecado! C. H. S.
La prueba del afecto se ve en los hechos. Oigo el nombre de parientes y amigos, pero no veo los hechos. A Ti acudo, pues, cuya Palabra son hechos; porque necesito tu ayuda. Del latín de A.
Rivetus

Vers. 13. Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; y soy como mudo que no abre la boca. ¡Oh!, qué felices podríamos ser si siempre pudiéramos hacer lo que sabemos que es mejor hacer y si nuestras voluntades estuvieran dispuestas a obrar tal como puede actuar nuestra razón; entonces evitaríamos muchas rocas en las que tropezamos ahora; evitaríamos muchos errores en los que incurrimos. El ser sordo-mudo es ciertamente una gran incapacidad cuando estos defectos son naturales; pero cuando son voluntarios, podríamos decir artificiales, entonces más bien son ventajas, son perfecciones. Sir Richard Baker

Vers. 15. Porque en Ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío. El hombre que ha de descender a un gran pozo no se tira de cabeza en él o salta a ver qué pasa, sino que ata una cuerda a una viga atravesada en la boca, o fija de modo seguro, y va descendiendo gradualmente.
Así pues, desciende en la consideración de tu pecado colgando de Cristo, y cuando hayas ido tan abajo que ya no puedas más, pero estás dispuesto a vencer el horror y oscuridad de tu desgraciado estado, no permanezcas más tiempo ante las puertas del infierno, para que el diablo no te haga entrar de un tirón, sino asciende nuevamente por actos de fe renovados, y «huye para refugiarte en la esperanza que está puesta delante de ti» (Hebreos 6:18). Thomas Cole en Ejercicios matutinos

Vers. 16. Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí. La menor falla en un santo es infaliblemente notada; mucho antes de que sea una caída el enemigo ya empieza a abochornar; el menor desliz del pie hace ladrar a todos los perros del infierno. ¡Qué cuidadosos hemos de ser y qué insistentes en la oración para obtener gracia sustentadora! No queremos, como Sansón ciego, ser burla de nuestros enemigos; de modo que estemos alerta y vigilemos a la traidora Dalila del pecado, por cuyos medios puede que nos saquen los ojos. C. H. S.

Vers. 17. Porque yo estoy a punto de caer. De mostrar mi debilidad en mis pruebas y aflicciones, como Jacob cojeaba después de su lucha con el ángel (Génesis 32:31). En griego, «estoy listo para los azotes», esto es, para sufrir corrección y castigo por mis pecados; y en caldeo, para la «calamidad». Henry Ainsworth

Vers. 18. Por tanto, confieso mi maldad. Cuando la pena lleva a un reconocimiento sincero y apenado del pecado, es una pena bienaventurada, algo que tenemos que agradecer a Dios de corazón.
Y me contrista mi pecado. El sentir dolor por el pecado no es expiación para el mismo, pero es el espíritu adecuado con que acudir a Jesús, que es la reconciliación y el Salvador. Cuando el hombre se halla finalmente delante de sus pecados, está cerca del fin de sus tribulaciones.

Vers. 19. Porque mis enemigos son activos y poderosos. Por débil y desfalleciente que se encuentre el justo, los males que se le oponen son verdaderamente activos. Ni el mundo, ni la carne, ni el demonio se sienten conmovidos por la debilidad que le aqueja; este terceto de maldad labora con implacable energía para derrocarnos.
Si el diablo estuviera enfermo o nuestros deseos carnales fueran débiles, podríamos aflojar en la oración; pero teniendo enemigos tan activos y vigorosos, no podemos cesar en nuestro clamor a Dios.

Vers. 20. Me son contrarios, por seguir yo lo bueno. Si los hombres nos aborrecen por esta razón, nosotros hemos de regocijarnos de ello; su ira es un homenaje inconsciente que el vicio rinde a la
virtud. Este versículo no es incompatible con la previa confesión del escritor; podemos sentirnos igualmente culpables delante de Dios y, pese a ello, ser enteramente inocentes de mal alguno hacia nuestros prójimos. Una cosa es el reconocimiento de la verdad, y otra el someterse a ser calumniado. El Señor me hiere justamente, y, con todo, yo puedo decir a mi vecino: «¿Por qué me hieres?» C. H. S.