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viernes, 21 de junio de 2013

Manual de Billy Graham para Obreros Cristianos: El abuso de las drogas



EL ABUSO DE LAS DROGAS

Antecedentes

Droga es cualquier substancia que produzca cambios físicos, mentales o psicológicos en el usuario. Desde los tiempos más antiguos, el hombre ha experimentado con las drogas, tratando de escapar a la realidad. Hoy en día, cientos de millones de personas toman drogas que van de la cafeína que crea un hábito ligero, a las drogas ilegales y muy adictivas, tales como la heroína y la cocaína.

Cualquiera puede adquirir el hábito físico y psicológico de tomar cual­quier droga, si ingiere dosis elevadas durante un periodo suficientemente grande.

Los drogadictos proceden de todos los estratos de la vida. Muchas de las raíces de la dependencia se deben buscar en la inseguridad, los sentimientos de culpa, las decepciones, la inmoralidad y las conductas sexuales desviadas, las frustraciones, las tensiones, las presiones ejercidas por los coetáneos, y la competencia intensa, como en los deportes profesionales, etc. A esto se debe añadir el gran vacío espiritual que ha dado como consecuencia el desplome de las normas morales, la desintegración del hogar, cuatro guerras importantes en 50 años, y la tremenda facilidad con la que se pueden conseguir drogas a todas las edades, incluyendo a los niños de las escuelas, primarias.

La dependencia de las drogas es un problema de la persona total: espiritual, físico, emocional y social. Una vez con el hábito, la persona dependiente vive en un mundo ilusorio que se caracteriza por sentimientos, paralizantes y respuestas emocionales, negativas mentales y alucinaciones, aislamiento social y una especie de limbo espiritual. Para muchos, es un estado de impotencia, una vida sin retorno.

El abandono de las drogas para quienes desean liberarse de ellas puede ser muy doloroso, tanto física como psicológicamente. ¡El retiro sin vigilan­cia médica puede resultar peligroso! El liberarse de la dependencia y la rehabilitación subsiguiente suelen ser procesos prolongados. Se requiere un firme sistema de respaldo que aborde el nivel espiritual, el emocional, el mental y el físico.

Para recibir ayuda espiritual, el drogadicto debe desear ayuda y dar los primeros pasos para obtenerla. Es aquí donde interviene el consejero cris­tiano. Debemos fomentar su entrega a Cristo como Señor y Salvador. Este primer paso de fe debe conducir a una nueva perspectiva y a una nueva motivación para el drogadicto, con el fin de llevarlo hacia la rehabilitación y una vida plena.

Sin embargo, incluso después de su entrega a Cristo, suele haber necesidad de seguir trabajando en los temas personales que condujeron a al vicio, tales como una mala autoimagen, inseguridad, incesto, homosexuali­dad, inmoralidad, temor, sentimientos de culpa, etc.

Estrategia de asesoramiento

Podemos ayudar en tres formas distintas:

• Espiritualmente, fomentando la entrega de esa persona a Cristo.

• Poniéndole en contacto con un grupo o un centro para drogadictos de su zona, donde pueda recibir ayuda para abandonar el hábito y rehabilitarse.

• Permanecer a su lado para ofrecerle respaldo y ánimo, ha comprenda con mayor seguridad lo que significa su entrega a Cristo; y sus implicaciones.

1. No sermoneen a su interlocutor respecto a lo malo que son las drogas y el vicio de ellas. Utilicen las citas bíblicas sobre el pecado solo donde surjan en forma natural durante la presentación del evangelio.

2. Sean cordiales y compasivos. Animen a su interlocutor, diciéndole que simpatizan con él y están dispuestos a escucharle y ofrecerle consejos.

3. Escuchen todo lo que tenga que decirles, dándole muchas oportunidades para que exprese sus sentimientos y opiniones. Asegúrenle que Dios le ama. La gracia de Dios es suficiente para satisfacer cualquier necesidad de su vida (una buena definición de la gracia es la Dios nos ama sin condiciones).

4. Deberá enfrentarse a la responsabilidad de su hábito. En algún momento, decidió tomar drogas y tiene la responsabilidad moral de la conducta que le llevó a las drogas. Si trata de culpar de su problema circunstancias, otras personas, la sociedad, etc., háganlo regresar continuamente, en forma amable, hacia su propia responsabilidad personal y moral. "Sino que cada uno es tentado, cuando de su concupiscencia es atraído y seducido" (Santiago 1:14).

5. En el momento oportuno, explíquenle las "Etapas para obtener la paz con Dios".

6. Continúen siguiendo las etapas, si son apropiadas: comenzar estudiar la Palabra de Dios, aprender a orar e ingresar a una iglesia que se enseñen las doctrinas de la Biblia.

7. El drogadicto deberá abandonar a las personas y el ambiente que hicieron que se habituara a las drogas. Deberá dejar de tomar toda clase de drogas. Esto requerirá probablemente que reciba tratamiento en un centro para drogadictos, donde podrán supervisar adecuadamente su retiro del hábito y las primeras etapas de su rehabilitación. Con frecuencia se requiere vigilancia las veinticuatro horas del día.
NOTA: A menudo, el consejero debe tomar la iniciativa de a drogadicto a encontrar un centro de tratamiento y ayudar a ingresar a él o, quizá, ayudar a su familia a que lo haga por sí misma. No se podrá confiar en que el drogadicto hará lo necesario por sí solo. Es posible que prometa, sin llevarlo a cabo en absoluto. Tanto durante el tratamiento como después de él, el consejero deberá dar tanto apoyo como le sea posible, visitarlo con fre­cuencia, iniciarle en la lectura y el estudio de la Biblia y la oración, ayudarle a encontrar un grupo de cristianos exdrogadictos que le brinden su respaldo, si es posible hallarlo. Hacer que participe en la vida de una iglesia acogedora y basada en la Biblia, y ponerle en contacto con un consejero profesional cristiano o un grupo experimentado en el tratamiento de drogadictos. También requerirá ayuda constante para resolver los problemas personales que lo condujeron a las drogas desde el principio.

8. El consejero puede declarar que tratará de ayudar al asesorado para llegar a un centro de tratamiento de drogadictos y personas que le puedan brindar apoyo en la zona en que vive. 
CUIDADO: No prometan ayuda, sólo que harán todo lo que puedan. La Billy Graham Evangelistic Ássociation tiene contactos con personas que pueden ayudar a los drogadictos en algunas ciudades.

9. Oren con el drogadicto pidiendo valor, entrega de su parte, y para que el poder del Espíritu Santo se ejerza en su vida. Todo esto es necesario en el proceso de recuperación. "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7).

Citas bíblicas

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Juan 8:36).

"Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupis­cencias, ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia" (Romanos 6:11-13).

"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos... Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros...Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? (Lucas 4:18,21,36).

"Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías" (1 Pedro 4:3).

"Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da aa luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:14,15).

viernes, 6 de abril de 2012

Manual de Billy Graham para Obreros Cristianos, Tema : "El Aborto"



"EL ABORTO"

Antecedentes
La mayoría de los cristianos evangélicos consideran que ningún médico ni practicante tiene derecho a tomar el lugar de Dios para poner fin a una vida humana mediante el aborto. Ninguna mujer tiene "derechos" sobre su propio cuerpo hasta el punto de tener libertad para destruir arbitrariamente niños no nacidos. El embrión que se desarrolla en su cuerpo es mucho más que una simple parte de ella. Tiene existencia separada. ¡Es otra vida!
Las Escrituras conceden un valor primordial a la vida humana. Es sagrada y de un valor inestimable para Dios, que nos creó "a su imagen" (Génesis L26, 27), que sostiene la vida ("En sus manos está el alma de todo viviente y el hálito de todo el género humano" (Job 12:10) ) y nos redimió (2 Corintios 5:19).
El aborto es malo porque la Biblia dice: "No matarás" (Deuteronomio 5:17). Es malo porque cada feto tiene potencial para convertirse en una persona plenamente desarrollada y responsable ante Dios. David escribió hace miles de años: "Mi embrión vieron tus ojos. Y en tu libro estaban escritas todas aquella cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:16).

Estrategia de asesoramiento
Este problema tiene muchas facetas. Dos de las que es muy posible que el consejero tenga que abordar son el de una mujer que está planeando tener un aborto, y el de los sentimientos de culpa de alguien que lo haya tenido ya. Será preciso tratar a esas personas de modos distintos. Los consejeros pueden tener también que tratar a los padres de una joven encinta, el padre de un bebé, el personal médico que deberá efectuar abortos o ayudar en ellos, etc.

La persona que planea tener un aborto:
1. Déle ánimo. Dígale que hizo muy bien al decidirse a compartir su ansiedad, que se siente feliz de poder hablar con ella y que espera poder darle cierta información que le ayudará a tomar su decisión final.
2. A continuación, con tacto, hágale comprender que es muy posible que tenga ya sentimientos profundos muy firmes respecto a las implicaciones morales del aborto, porque, de lo contrario, no hubiera llamado.
Evite emitir juicios sobre su situación. Por ejemplo, si es una joven soltera, su embarazo puede deberse a que buscó el amor, la atención y el afecto que nunca recibió en su hogar. Al mismo tiempo, evite tratar de suavizar la gravedad de su conducta, porque se trata de un pecado.
3. Hágale preguntas respecto a sus sentimientos relativos al aborto. ¿Qué fue lo que le impulsó a llamarnos para hablarnos de su problema?
¿Cuáles son sus verdaderos sentimientos respecto al aborto? ¿Hubo algo en el mensaje del doctor Graham que se dirigió a usted en forma especial? ¿Qué fue?
4. Tanto si la persona de que se trate admite que el aborto es malo como si no es así, preséntele los aspectos bíblicos a ese respecto, con amabilidad; pero de manera firme (véase ANTECEDENTES).
5. Pídale que tome en consideración otras alternativas. Si está pensando en tener un aborto debido al estigma de tener un hijo ilegítimo, compli¬cará su situación todavía más y se sentirá culpable por ello. ¡El quitarle la vida a su hijo no nacido convertirá un mal sueño en una verdadera pesadilla! Recomiéndele que piense en la posibilidad de tener su bebé, pidiéndole a Dios que la experiencia sea para bien. El Señor podrá hacerlo así, si la dama se entrega a El y le confía su problema. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28).
Si le preocupa el no ser capaz de cuidar o sostener a su bebé, recomiéndele que piense en ofrecerlo en adopción. Hay muchas parejas que buscan niños que adoptar, y pueden proporcionar amor y un buen hogar. Existen muchas organizaciones a las que puede acudir en busca de ayuda. Recomiéndele que busque los consejos de un pastor evangélico local, que deberá estar en condiciones de iniciar los trámites para asegurar la adopción del bebé.
6. Pregúntele si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su Señor y Salvador. Si es apropiado, use las "Etapas para obtener la paz con Dios".
7. Aconséjele que comience a leer la Biblia. Para reestructurar su vida según los principios bíblicos, necesita leer y estudiar la Palabra de Dios. Ofrézcale enviarle el folleto "Cómo vivir en Cristo" para ayudarle a comenzar.
8. Pregúntele si tiene una iglesia cerca de ella. Deberá tratar de identificarse con una iglesia que enseñe las doctrinas de la Biblia para encontrar compañerismo, ánimo y crecimiento cristiano.

La persona que ha tenido un aborto y tiene sentimientos de culpabilidad
1. Anímela, asegurándole que ha acudido al lugar correcto. Nos preocupamos y deseamos ayudar en todas las formas que podamos. Dios tiene una solución para cada situación humana y esa persona puede confiar en que el Señor actuará para su bien.
2. No recalque demasiado su pecado; sin embargo, no trate tampoco de quitarle importancia. El hecho de que esté dispuesta a hablar de sus sentimientos de culpabilidad es una indicación de que Dios le está hablando.
3. Háblele del perdón de Dios para quienes están dispuestos a arrepen¬tirse y confesarle sus pecados al Señor.
A la mujer sorprendida en adulterio, Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno; vete, y no peques más" (Juan 8:11).
4. En el caso de que se produzca una confesión, no haga hincapié en el pasado (véase Filipenses 3:13,14).
5. Pregúntele si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Si es apropiado, déle las "Etapas para obtener la paz con Dios".
6. Aconséjele que busque la comunión con Dios por medio de la lectura de la Biblia y la oración.
El perdón es inmediato; pero el sentimiento de restauración y aceptación se obtendrá en el momento apropiado. Mediante su entrega a esta importante disciplina de oración y lectura de la Biblia, esa persona crecerá en su relación con Dios.
7. Aconséjele que busque o reanude su identificación con una iglesia que enseñe las doctrinas de la Biblia.
Allí podrá recibir los consejos del pastor, escuchar las enseñanzas sobre la Palabra de Dios y obtener fortaleza mediante el compañerismo con otros cristianos.
8. Ore con ella.
Pídale a Dios perdón, entrega y fortaleza para el futuro.

Citas bíblicas
La maravilla de la vida
"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre" (Salmo 127:3).
"Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras. Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:13-16).

El perdón
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
"Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías 55:7).
"El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias" (Salmo 103:3,4). j
Salmo 32:1-5 (Estos versículos los escribió una persona culpable de adulterio y asesinato).
Valor y fortaleza para seguir adelante
"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán" (Isaías 40:31).
"¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te abates dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío"
(Salmo 42:11).