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sábado, 18 de enero de 2025

Orar de acuerdo con la voluntad de Dios

Orar de acuerdo con la voluntad de Dios
Colosenses 1.10-14

El apóstol Pablo deseaba con fervor que el cuerpo de Cristo —cada iglesia y creyente— madurara espiritualmente. Al saber que tal crecimiento impactaría al mundo, el apóstol pedía que los creyentes conocieran la voluntad de Dios para luego...

Vivir en santidad (Colosenses 1.10). Pablo oraba para que nuestras conversaciones, conducta y carácter fueran congruentes con los del Señor. Los cristianos somos los representantes de Cristo, y por eso nuestra vida debe ser una extensión de la suya, con ojos que vean con compasión a los demás, con corazones que ofrezcan perdón y amor, y con manos que estén ocupadas en servir. El carácter del creyente, aunque imperfecto, debe reflejar cada vez más la piedad del Señor.

Hacer lo bueno (Colosenses 1.10). A los ojos de Dios, no todo lo que hacemos es fructífero; muchas de nuestras actividades surgen del deseo de complacernos o de complacer a otros. Pero lo único que importa es lo que hagamos en obediencia a nuestro Padre celestial. El Señor habló de la importancia de dar mucho fruto, lo cual solo es posible cuando estamos conectados con Él (Juan 15.5).

Experimentar el poder de Dios (Colosenses 1.11). Por medio de la presencia del Espíritu Santo, tenemos todo lo que necesitamos para hacer la voluntad del Padre celestial.

Mantenernos dedicados y agradecidos (Colosenses 1.12). Dios responde en su tiempo perfecto.
Debemos permanecer firmes en la oración, y agradecidos por todo lo que Él ya ha hecho.

Ya sea que al orar usemos estos versículos en favor de nosotros o de otros, podemos saber que nuestras peticiones están en armonía con la voluntad del Señor.

1 Juan 5.14-15 nos dice que al orar de esta manera tendremos la maravillosa seguridad de que Dios responderá de manera positiva.

jueves, 26 de septiembre de 2024

El poder de la oración

El poder de la oración
2 Crónicas 20.1-15

En la Biblia encontramos ejemplos de personas que oraron con autoridad. Elías desafió valientemente a los profetas del falso dios Baal, porque sabía que el Señor escucharía y respondería. El rey Josafat se enteró de que un gran ejército venía contra Israel, por lo que buscó a Dios por dirección y fuerzas, e hizo un llamamiento a la nación a hacer lo mismo.

Estos ejemplos pueden enseñarnos acerca de cómo orar con poder.

Depender de Dios. Las peticiones de ambos hombres mostraban su gran confianza en el Señor. Por saber que la victoria sobre los enemigos de Israel estaba más allá de sus propias capacidades, le pidieron al Señor que interviniera.

Centrarse en su plan. El profeta hizo las cosas a la manera de Dios con enormes posibilidades en su contra, y con un gran riesgo personal (1 R 19.1, 2). Y, al mismo tiempo, el rey llamó a la nación a ayunar, mientras él buscaba conocer la estrategia del Señor.

Tener una motivación pura. Ambos líderes tenían intenciones centradas en Dios, con el propósito de apoyar los planes del Señor. No estaban tratando de ganar nada para sí.
Confiar en la fidelidad del Señor. Ninguno de los hombres dudó en pedir públicamente la ayuda divina. Elías explicó el plan a los 450 profetas enemigos, y Josafat exhortó a todo Israel a unirse a él en oración.

Si sus oraciones parecen estar teniendo poco efecto, pregúntese: _¿He estado confiando en mis fuerzas para resolver las cosas? ¿Hay una razón egoísta en mi petición? ¿Me falta confianza en Dios (Stg 1.5-7)?_ Si es así, vuélvase al Señor, confiese su pecado y busque seguir el ejemplo de Elías y Josafat.