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martes, 28 de noviembre de 2017

¿Cómo llenar una vida vacía?

¿Cómo llenar una vida vacía?

Leer | Juan 4.3-18
El clamor del vacío se oye desde el barrio más pobre, hasta la mansión más lujosa. Hay ancianos, adultos y adolescentes con corazones igualmente vacíos, para lo cual no existe ninguna receta médica.
La mujer samaritana en el pozo simboliza a millones de personas a través de la historia que han hecho todo lo que han podido para satisfacer sus ansias de amor y de realización. Sin embargo, hasta que la persona experimente el amor del Señor, su sensación de vacío no podrá ser satisfecha de manera permanente. Fuimos creados para honrar y dar gloria a Dios; ningún otro acto de adoración —ya sea a otra persona, al trabajo o al dinero— puede proporcionar satisfacción permanente.
No es de extrañar que la samaritana aceptara con ansiedad la oferta de Jesús del sorbo que saciaría su sed para siempre (Jn 4.15). La promesa de la salvación incluye más que la eliminación de la culpabilidad. Cuando una persona pone su fe en Cristo como Salvador, el Espíritu Santo mora en el nuevo creyente, y expresa el amor divino hacia esa persona y por medio de ella. Si estamos dispuestos a aceptar la muerte de Cristo a favor nuestro, y a pedirle su perdón por nuestros pecados que lo pusieron en la cruz, entonces podemos experimentar el desbordamiento del amor de Dios llenando nuestro vacío.
El creyente que se siente vacío debe confesar cada pecado albergado en su corazón. La transgresión y la idolatría bloquean la comunión con el Padre celestial, pero el arrepentimiento rompe el dique de contención. Lo único que puede satisfacer una vida vacía es el amor que Dios ofrece a manos llenas.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Dios y la eternidad



Dios y la eternidad

La Palabra de Dios habla claramente de la vida después de la muerte; las personas pasarán la eternidad, o bien en el cielo, o bien en el infierno. Sin embargo, muchos creen que esta realidad no es compatible con otras verdades en cuanto al Señor. Aunque sus objeciones son comprensibles, la Biblia ofrece las respuestas a sus preguntas:
¿Cómo puede el Señor ser bueno si permite que algunas personas vayan al infierno? Dios es amor, y no quiere que nadie viva sin Él (1 Jn 4.8; 1 Ti 2.4). Toda persona puede dejar el pecado y recibir al Salvador, evitando así la separación eterna de Dios. Pero algunos rechazan a Cristo y viven sin Él todos sus días en la Tierra. Por esa decisión, vivirán excluidos de su presencia por la eternidad.
¿Por qué el Señor creó a ciertas personas, a sabiendas de que nunca creerían en Él? Para algunos, esto parece una crueldad. Sin embargo, la alternativa sería peor. Dios nos creó con libre albedrío, lo que significa que podemos elegir obedecer y seguirle. Si nuestro Padre celestial no nos hubiera dejado ninguna opción, seríamos simples robots, incapaces de amarlo y de adorarlo.
¿No es injusto un castigo eterno, particularmente si los no cristianos nunca escucharon del evangelio? Mientras que los no creyentes están vivos, el Padre celestial hace todo para librarlos del castigo eterno —menos violar su libre albedrío. Él da tiempo y evidencias suficientes para que nadie tenga razones para rechazar el camino a la salvación (Ro 1.20; Jn 14.6).
¿Conoce usted al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador? Él quiere que pase la eternidad con Él.