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sábado, 20 de enero de 2024

Esfuércese y sea valiente

 

Esfuércese y sea valiente

Deuteronomio 31.1-8

¿Alguna vez enfrentó usted un desafío que le dejó con sentimientos de incompetencia y temor? Los grandes hombres y mujeres en la Biblia no fueron sobrehumanos, por lo que sin duda experimentaron las mismas debilidades que nosotros. Aunque Josué era un fuerte líder militar, es probable que se sintiera incompetente para ocupar el lugar de Moisés. Después de todo, Moisés había hablado con Dios cara a cara, hecho milagros impresionantes y sacado a los israelitas de la esclavitud en Egipto.

No obstante, recordemos que Moisés no empezó siendo un poderoso hombre de fe. Cuando Dios lo llamó a liberar a los hijos de Israel, dirigió su atención a su propia insuficiencia, y le rogó al Señor que enviara a otra persona (Ex 4.10-13). Pienso que Moisés sabía exactamente cómo se sentía Josué. Es por eso que animó a su sucesor a esforzarse y ser valiente.

Pero la fortaleza que Josué necesitaba no iba a venir del pensamiento positivo o de la confianza en sí mismo. Lo que necesitaba era la seguridad de que el Señor iría delante de él en todo momento, y que le daría a la nación la tierra que les había prometido. La confianza frente a los desafíos que nos plantea el Señor nunca viene de nosotros mismos. Pero cuando le creemos al Señor y confiamos en su Palabra, y no en nuestros sentimientos, Él nos da la capacidad y la valentía para hacer su voluntad.

Si su vida fuera fácil siempre, usted nunca necesitaría esforzarse y ser valiente. Pero desaprovecharía oportunidades maravillosas de conocer a Dios. Solo cuando enfrentamos desafíos a nuestra fe y experimentamos la fidelidad de Dios, aprendemos a depender de Él en vez de nosotros mismos.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Dios y la eternidad



Dios y la eternidad

La Palabra de Dios habla claramente de la vida después de la muerte; las personas pasarán la eternidad, o bien en el cielo, o bien en el infierno. Sin embargo, muchos creen que esta realidad no es compatible con otras verdades en cuanto al Señor. Aunque sus objeciones son comprensibles, la Biblia ofrece las respuestas a sus preguntas:
¿Cómo puede el Señor ser bueno si permite que algunas personas vayan al infierno? Dios es amor, y no quiere que nadie viva sin Él (1 Jn 4.8; 1 Ti 2.4). Toda persona puede dejar el pecado y recibir al Salvador, evitando así la separación eterna de Dios. Pero algunos rechazan a Cristo y viven sin Él todos sus días en la Tierra. Por esa decisión, vivirán excluidos de su presencia por la eternidad.
¿Por qué el Señor creó a ciertas personas, a sabiendas de que nunca creerían en Él? Para algunos, esto parece una crueldad. Sin embargo, la alternativa sería peor. Dios nos creó con libre albedrío, lo que significa que podemos elegir obedecer y seguirle. Si nuestro Padre celestial no nos hubiera dejado ninguna opción, seríamos simples robots, incapaces de amarlo y de adorarlo.
¿No es injusto un castigo eterno, particularmente si los no cristianos nunca escucharon del evangelio? Mientras que los no creyentes están vivos, el Padre celestial hace todo para librarlos del castigo eterno —menos violar su libre albedrío. Él da tiempo y evidencias suficientes para que nadie tenga razones para rechazar el camino a la salvación (Ro 1.20; Jn 14.6).
¿Conoce usted al Señor Jesucristo como su Señor y Salvador? Él quiere que pase la eternidad con Él.

martes, 13 de enero de 2015

Devocional

Lectura 13 de Ene -   "Y al que a mí viene, no le echo fuera." Juan 6: 37.   ¿Hay algún caso en el que nuestro Señor hubiere echado fuera a alguien que viniera a Él? Si existiera un caso así, nos gustaría conocerlo; pero no ha habido ningún caso, y nunca lo habrá. Entre las almas perdidas en el infierno no hay una sola que pudiera decir:"yo vine a Jesús, y Él me rechazó." No es posible que tú o yo fuéramos los primeros a quienes Jesús no les cumpla Su palabra. No abriguemos una sospecha tan oscura.  Supongan que acudimos a Jesús en relación a nuestros males de hoy. De esto podemos estar seguros: Él no nos denegará una audiencia, ni nos echará fuera. Aquellos de nosotros que hemos ido con frecuencia a Él, y aquellos que no han ido nunca antes: vamos juntos, y comprobaremos que Él no cerrará en la cara de ninguno de nosotros la puerta de Su gracia.  "Este a los pecadores recibe" , pero a nadie desecha. Venimos a Él en debilidad y pecado, con temblorosa fe, escaso conocimiento, y tenue esperanza; pero Él no nos echa fuera. Venimos por medio de la oración, y esa oración es imperfecta; con confesión, y esa confesión es deficiente; con alabanza, y esa alabanza no tiene muchos méritos; sin embargo, Él nos recibe. Venimos enfermos, contaminados, desgastados, e indignos; pero Él no nos echa fuera. Vengamos de nuevo a Él hoy, pues nunca nos echa fuera.