domingo, 21 de febrero de 2010
lunes, 1 de febrero de 2010
El poder de mantenerse verde
EL PODER DE MANTENERSE VERDE
Mientras leía el Capitulo 9 y verso 4 de Apocalipsis, sobre la orden que Dios les da a las langostas de no destruir nada verde, un pensamiento saltó dentro de mí.
Me di cuenta que aquí estaba la llave para mantenerse seguro en cualquier tiempo de terror: “mantenerse verde”. David escribió, “Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios…eternamente y para siempre” (Salmo 52:8).
El “verde” al que David se refiere aquí, significa salud espiritual. Significa estar lleno de vida, crecer, ser fructífero. David nos está diciendo, “Mi salud viene de confiar en el Señor. Yo me lleno de vida cuando me vuelvo a él. Mi confianza en él produce vida espiritual en mí.”
Aquí hay una gloriosa verdad sobre el poder de mantenerse verde. “Así ha dicho Jehová; ¡Maldito aquél que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de Jehová! Será como la retama en el desierto, y no verá cuando llegue el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada” (Jeremías 17:5-6).
El Señor nos advierte, “No confíes en el hombre. Si pones tu fe en el poder humano en lugar del mío, serás maldito.”
Pero, si ponemos nuestra confianza en el Señor, aquí está lo que nuestra fe producirá: “¡Bendito el hombre que confía en Jehová, cuya confianza está puesta en Jehová! Por que será como un árbol plantado junto a las aguas, que junto a las corrientes echará sus raíces. No temerá cuando llegue el calor, sino que su hoja estará verde. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar fruto” (17:5-6).
Cuando confiamos totalmente en el Padre, ponemos nuestras raíces en el río de la salud. Y su divina fortaleza – salud espiritual frondosa, verde- fluye dentro y a través de todo nuestro ser. Mientras todo alrededor nuestro se esté pudriendo, nosotros estaremos frondosos como un árbol verde, saludable y fuerte. Y cuando venga la hora de los problemas, no nos marchitaremos ni decaeremos. En lugar de eso, nuestra fe continuará creciendo.
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