miércoles, 27 de octubre de 2010
LA LUCIERNAGA Y LA SERPIENTE
Cuenta la leyenda que, una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Esta huía rápido, con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
Huyó un día, y la serpiente no desistía... Dos días y nada...
Ya en el tercer día, y sin fuerzas, la Luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar éste último deseo a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No
-¿Yo te hice algún mal?
-No
-Entonces... ¿Por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar...
Esta ilustración me la leyo por telefono Yessica Duarte en un momento dificil de mi vida... Gracias Yessi, Dios te bendiga!!
NO ES FÁCIL
No resulta fácil...
Pedir perdón, empezar de nuevo, aceptar un consejo,
Admitir un error,
Ser generoso, enfrentar la crítica, ser amoroso, seguir probando,
Ser considerado, evitar las equivocaciones mostrarse modesto en el éxito,
beneficiarse de los errores, perdonar y olvidar, salirse de la rutina,
pensar y después actuar,
pensar primero y hablar después,
Lograr lo mejor de lo poco,
Dominar un temperamento rebelde,
Mantener un nivel elevado,
Aceptar una culpa merecida,
Ver la luz al final del tunel,
Pero siempre merece la pena. Procúrelo.
LA MEJOR BIBLIA
Cuatro hombres estaban parados en el pasillo de una iglesia. Discutían sobre qué versión bíblica era la mejor.
Uno decía que era la versión Reina Valera citando su bello, elocuente y antiguo lenguaje.
El segundo sugería que la Nueva Versión Internacional, era literal, y le daba confianza, por lo que él sentía compromiso hacia el mensaje más fiel de los textos originales. El tercer hombre elogiaba a Dios Habla Hoy por su estilo fácil de entender y su forma coloquial.
Luego de haber escuchado los argumentos apasionados de sus amigos, el cuarto hombre dijo con seguridad:
-En realidad, prefiero la traducción de mi jefe.
-¿Qué quieres decir? -le preguntó el primer hombre con incredulidad-. Tu jefe es solo un supervisor de almacenes. Ni siquiera deber haber terminado el instituto.
-Sostengo mi teoría -dijo el cuarto hombre-, mi jefe ha traducido las páginas de la Biblia en su vida. Él ha vivido el mensaje. Y ha sido la traducción más perfecta de la cual yo haya sido testigo.
Todo el conocimiento teológico no puede compararse con una vida vivida a través del amor y marcada con veracidad, gentileza y humildad. Esa en efecto, es la manera de vivir que se enseña en cada traducción de las Escrituras.
Un buen ejemplo es el mejor sermón.
Filipenses 4:9
Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí,
esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
Enviado por: Misionera Sara Pérez, Monterrey - México
Gracias Sara, Dios te Bendiga!!
lunes, 25 de octubre de 2010
CONOCER SU VOZ
Aquellos que verdaderamente conocen a Dios, han aprendido a reconocer su voz por encima de todas las otras voces. El quiere que usted esté absolutamente convencido que él desea hablarle a usted – para decirle cosas que usted no ha visto ni escuchado antes.
Yo creo que hay tres cosas que son requeridas de aquellos que van a escuchar la voz de Dios:
1. Una confianza inamovible de que Dios quiere hablarle a usted. Usted tiene que estar completamente persuadido y convencido de esto. Verdaderamente, él es un Dios que habla – y él quiere que usted conozca su voz para que usted pueda hacer su voluntad. Lo que Dios le diga, nunca irá más allá de los límites de las Escrituras.
2. Tiempo de calidad y silencio. Usted debe de estar deseoso de encerrarse con Dios y dejar que todas las otras voces se callen. Es verdad, Dios nos habla durante todo el día. Pero cuando él ha querido construir algo en mi vida, su voz vino a mí sólo después de haberme apartado de todas las demás voces, para escuchar sólo su voz.
3. Pedir en fe. No obtenemos nada de Dios (incluyendo el escuchar su voz) a no ser que nosotros verdaderamente creemos que él puede comunicar su mente a nosotros – ¡para que podamos entender su propósito perfecto!
¡Dios no es un bromista! El no permitirá que el enemigo lo engañe. Cuando Dios habla, la paz sigue – ¡y Satanás no puede falsificar esa paz!
“Pero el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños” (Juan 10:2-5).
domingo, 24 de octubre de 2010
EL SILENCIO DE DIOS
Cuenta una antigua Leyenda Noruega, acerca de un hombre llamado Haakon quien cuidaba una Ermita. A ella acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta ermita había una cruz muy antigua. Muchos acudían ahí para pedirle a Cristo algún milagro. Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor. Lo impulsaba un sentimiento generoso. Se arrodilló ante la cruz y dijo: "Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la cruz." Y se quedó fijo con la mirada puesta en la Efigie, como esperando la respuesta. El Señor abrió sus labios y habló... Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: "Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición." ¿Cuál, Señor?, - preguntó con acento suplicante Haakon.
¿Es una condición difícil? ¡Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!, - respondió él viejo ermitaño.
- Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardarte en silencio siempre.
- Haakon contestó: "Os, lo prometo, Señor!" Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los clavos en la Cruz. El Señor ocupaba el puesto de Haakon. Y Este por largo tiempo cumplió el compromiso. A nadie dijo nada.
Pero un día, llegó un rico, después de haber orado, dejó allí olvidada su cartera. Haakon lo vio y calló. Tampoco dijo nada cuando un pobre, que vino dos horas después, se apropió de la cartera del rico. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante él poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje.
Pero en ese momento volvió a entrar el rico en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo: ¡Dame la bolsa que me has robado!. El joven sorprendido, replicó: ¡No he robado ninguna bolsa!. ¡No mientas, devuélvemela enseguida!. Le repito que no he cogido ninguna bolsa! , Afirmó el muchacho.
El rico arremetió, furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte: ¡Deténte! El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, grito, defendió al joven, increpó al rico por la falsa acusación. Este quedó anonadado, y salió de la Ermita. El joven salió también porque tenía prisa para emprender su viaje.
Cuándo la Ermita quedó a solas, Cristo Se dirigió a su siervo y le dijo: Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio".
" Señor, - dijo Haakon -, ¿Cómo iba a permitir esa injusticia?".
Se cambiaron los oficios. Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la Cruz. El Señor, siguió hablando: "Tú no sabías que al rico le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El pobre, por el contrario, tenía necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para él resultaría fatal. Ahora, hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida. Tú no sabías nada. Yo sí sé. Por eso callo. Y el señor nuevamente guardó silencio".
Muchas veces nos preguntamos ¿por qué razón Dios no nos contesta... ¿Por que razón se queda callado Dios? Muchos de nosotros quisiéramos que él nos respondiera lo que deseamos oír... pero, Dios no es así. Dios nos responde aun con el silencio... Debemos aprender a escucharlo. Su Divino Silencio, son palabras destinadas a convencernos de que, él sabe lo que esta haciendo. En su silencio nos dice con amor; "CONFIAD EN MI..."
jueves, 21 de octubre de 2010
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