sábado, 30 de abril de 2011

TESOROS DE DAVID "SALMO 18" Charles Spurgeon


Lo llamamos «Una mirada retrospectiva agradecida». C. H. S.
Es una oda eucarística magnífica. John Brown
Kitto, en la Biblia pictórica, tiene la siguiente nota sobre 2º Samuel 22: «Esto es igual que el Salmo 18.»
La prueba de la grandeza de este Salmo está en el hecho de que ha pasado la prueba de toda clase de traducciones e incluso versos, que han resultado divinos. Quizá el gran encanto del mismo, aparte de la poesía del descenso, es la exquisita y sutil alteración del Yo y el Tú. George
Gilfillan, en Los bardos de la Biblia El que quiera ser sabio, que lea los Proverbios; el que quiera ser santo, que lea los Salmos. El santo David, estando cerca de la orilla, mira aquí los antiguos peligros y liberaciones, experimentados con un corazón agradecido, y escribe este Salmo para bendecir al Señor; como si
cada uno de nosotros, una vez entrado en años, repasara la vida y observara las bondades maravillosas y la providencia de Dios hacia él, y entonces se sentara y escribiera un humilde recordatorio de las misericordias más notables, para consuelo propio y para la posteridad; una excelente idea.
Después que David ha acumulado sobre Dios todos los nombres dulces que puede imaginar
(vers. 2), como verdadero santo cree que nunca puede hablar bastante bien de Dios, o demasiado mal de sí mismo, y entonces empieza su narración.
1. De sus peligros (vers. 4).
2. De su retiro, y esto era la oración sincera a Dios (vers. 6). La madre sigue atareada en tanto que el niño gimotea, pero cuando chilla más alto -el grito exacerba cada nervio y cada vena, entonces suelta lo que está haciendo y atiende su deseo. En tanto que nuestras oraciones son sólo suspiros, nuestro Dios puede seguir esperando; pero cuando caemos, entonces: «Ahora me levantaré, dice el Señor.»
3.De su rescate (vers. 7-20).
4. De la razón de estos tratos misericordiosos de Dios con él (vers. 20,
etc.). Richard Steele, Discurso sencillo sobre la justicia
Vers. 1. Te amo, oh Jehová. Te amaré de todo corazón, con mis entrañas. Nuestro Dios trino merece el amor más férvido de nuestros corazones. C. H. S.
Vers. 1, 2. Dios se ha entregado, por así decirlo, a sus creyentes. Es Dios mismo que es la salvación y la porción de su pueblo. La fe se basa principalmente en Dios mismo; El será mi salvación, si le tengo, y esto ya es salvación bastante; Él es mi vida, mi consuelo, mis riquezas, mi honor, mi todo.
David se complacía más en que Dios fuera su fortaleza que en que le diera a él fortaleza; en que Dios fuera su liberador que en ser liberado; en que Dios fuera su escudo, su cuerno, su torre alta, que en recibir el efecto de todos ellos. Lo que le complacía de veras a David y complace a todos los santos es que Dios sea su salvación, sea temporal o eterna, más que el hecho de que los salve:
los santos miran más a Dios que lo que es de Dios. Joseph Caryl
Vers. 2. Jehová, roca mía y castillo mío. Habitando en los peñascos y fortalezas montañosas naturales de Judea, David había escapado de la malicia de Saúl, y aquí compara a su Dios con estos escondederos y refugios.
Mi fortaleza. Esta palabra es realmente «mi roca», en el sentido de fuerza y fijeza; mi confianza y apoyo seguro, inmutable, eterno. Así la palabra «roca» ocurre dos veces, pero no es tautología, porque la primera vez es una roca para resguardarse, y aquí una roca para firmeza e inmutabilidad.
Mi escudo, que desvía los golpes del enemigo, me protege de las flechas o la espada.
Aquí hay muchas palabras, pero ninguna de más; podríamos examinarlas una a una si
dispusiéramos de tiempo, pero resumiéndolas en un conjunto, podemos llegar a la conclusión de Calvino de que David aquí arma al fiel de la cabeza a los pies.
Vers. 4. Torrentes de perversidad me atemorizaron. En la noche del lamentable accidente que tuvo lugar en el «Surrey Music Hall», las olas de Belial quedaron sueltas y los comentarios subsiguientes de gran parte de la Prensa fueron en extremo maliciosos y malintencionados; nuestra alma temía al ver que estábamos rodeados de olas de muerte y blasfemias crueles. Pero ¡qué misericordia hubo en todo ello, y qué dulce miel de bondad fue extraída por nuestro Señor de este león de aflicción! C.H.S.
No hay metáfora que usen con más frecuencia los sagrados poetas que la que representa las espantosas e inesperadas calamidades que resultan de las aguas avasalladoras. La imagen parece haber sido especialmente familiar entre los hebreos, puesto que se derivaba del hábito peculiar de la naturaleza de su propio país. Tenían continuamente delante de los ojos el río Jordán, que cada año rebasa sus riberas. Robert Lowth
Vers. 5. Ligaduras del Seol me rodearon. Un cordón de demonios acosaba al hombre de Dios acorralado; parecía que toda vía de escape estaba cerrada. Satán sabe cómo bloquear nuestras costas con los barcos de guerra de la aflicción, pero, bendito sea el Señor, el puerto de la oración está todavía abierto, y la gracia puede atravesar el bloqueo, llevando mensajes de la tierra al cielo y bendiciones en su retorno del cielo a la tierra.
Según las cuatro metáforas que emplea, estaba amarrado como un malhechor para ser ejecutado; abrumado como un marinero náufrago; rodeado y batido como un ciervo cazado; y capturado en una red como un pájaro tembloroso. ¡Cuánto terror y aflicción pueden caer sobre una cabeza pobre e indefensa! C. H. S.
Me tendieron lazos de muerte. Estos lazos, o trampas, estaban tendidos delante de mí.
Vers. 6. En mi angustia. Si escuchas el arpa de David, vas a oír muchos cánticos tristes, endechas, así como villancicos y cantares; y la pluma del Espíritu Santo ha trabajado más en describir las aflicciones de Job que las alegrías de Salomón. Vemos en bordados y tapices, que es más agradable tener un patrón alegre sobre un fondo triste y solemne que cuando la cosa es al revés; juzga, pues, de los placeres del corazón por los placeres del ojo. Ciertamente, la virtud es como los olores preciosos, son más fragantes cuando son exprimidos; porque la prosperidad
manifiesta el vicio, pero la adversidad manifiesta mejor la virtud. Francis Bacon
Vers. 6, 7. La oración de un solo santo va seguida a veces de efectos maravillosos; ¿qué va a resultar, pues, de la legión atronadora de plegarias de gran número de almas suplicantes? La reina de Escocia decía que temía más a las oraciones de Knox que a un ejército de diez mil hombres. John Flavel
Vers. 7. La tierra fue sacudida y tembló. Observa cómo la cosa más sólida e inconmovible nota la fuerza de la súplica. La oración ha sacudido casas, abierto puertas de cárceles y hecho temblar a los corazones más aguerridos. La oración hace sonar la campana de llamada, y el amo de la casa se levanta para prestar ayuda, sacudiendo todas las cosas bajo sus pisadas.
Vers. 8. Humo subió de su nariz. Un método violento oriental de expresar gran furor. Como el aliento de las narices es calentado por la emoción fuerte, la figura retrata al Liberador todopoderoso proyectando humo en el calor de su furor y en el ímpetu de su celo.
Y de su boca fuego consumidor. Este fuego no era temporal, sino que era permanente. C. H. S.

Vers. 8-19. Como el hombre hace más caso del cielo cuando siente sus iras que cuando siente sus bendiciones, y considera más a Dios cuando desciende a la tierra en la tormenta que cuando lo hace en el arco iris, David describe la bienaventurada condescendencia de Dios con la figura de una tempestad. Augustus F. Tholuck
Vers. 10. Cuando Dios viene a castigar a sus enemigos y a rescatar a su pueblo, no hay nada que más haya sorprendido a sus amigos o enemigos que la admirable rapidez con que se mueve y actúa: Vuela sobre las alas del viento. William S. Plumer
Vers. 11. Espesos nubarrones. Bienaventuradas las tinieblas que velan a Dios; aunque no podemos verle, es muy dulce saber que está obrando en secreto para mi bien eterno. Incluso los necios pueden creer que Dios se halla allí cuando hace el sol y la calma, pero la fe es sabia, y le discierne en las tinieblas y en la tormenta amenazadora.
Vers. 13. Tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz. ¿Cómo podrán los hombres resistir su voz el último día, cuando tenga lugar la proclamación de su condenación, si hoy están atemorizados y temblando al oírla de lejos cuando murmura? En todo este terror David halló tema para un cántico, y de esta manera cada creyente halla incluso en los terrores de Dios un tema para un cántico santo.
Granizo y centellas de fuego. Horne hace notar que «cada tempestad debería recordarnos la exhibición de poder y venganza que al final del mundo va a acompañar a la resurrección general».
Vers. 18. Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas Jehová fue mi apoyo. ¡Qué bendición este «mas», que corta el nudo gordiano y mata a la hidra de cien cabezas! No hay temor de no ser liberados cuando dependemos de Jehová. C. H. S.
Cuando Enrique VIII hubo hablado y escrito acerbamente contra Lutero, dijo éste: «Decid a los Enriques, a los obispos, a los turcos y al mismísimo diablo, que hagan lo que quieran, que nosotros somos los hijos del reino, adoradores del Dios verdadero, a quien ellos, y otros como ellos, escupieron y crucificaron.» Charles Bradbury
Vers. 19. Me sacó a lugar espacioso. El Señor no deja su obra a medias, porque habiendo derrotado al enemigo saca al cautivo y le da libertad.
Me libró, porque me amaba. Por qué ha de deleitarse el Señor en nosotros, es una pregunta a la que no podemos contestar. Creyente, siéntate y absorbe interiormente esta cláusula instructiva que tienes delante, y aprende a ver el amor sin causa de Dios como la causa de todas las bondades de que participamos. C. H. S.
Vers. 20. Jehová me retribuye conforme a mi justicia. Viendo este Salmo como profético del Mesías, estas pretensiones tan notables a la justicia se pueden entender fácilmente, porque sus vestidos eran blancos como la nieve; pero considerándolas como el lenguaje de David, han dejado perplejos a muchos. Las tribulaciones iniciales de David tuvieron lugar a causa de la malicia del envidioso Saúl, el cual, sin duda, le perseguía, pero daba pretextos y acusaciones, que
echaba sobre el carácter del «hombre según el propio corazón de Dios». David declara que estas acusaciones son falsas por completo, y afirma que posee una justicia dada por la gracia, que el Señor le ha concedido en su gracia, y con ello desafía a todos sus calumniadores. Ante Dios, el hombre, según el propio corazón de Dios, era un humilde pecador, pero ante sus calumniadores podía hablar de la limpieza de sus manos y la justicia de su vida sin ruborizarse. No está en oposición a la doctrina de la salvación por la gracia, ni es una evidencia de espíritu farisaico, el
que un hombre bajo la gracia, habiendo sido calumniado, sostenga resueltamente su integridad y defienda con vigor su carácter.
Vers. 21. Hay aquí un «he», y un «no he» y los dos vienen a unirse en una vida verdaderamente santificada; la gracia que constriñe y restringe debe tener su parte en ello. C. H. S.
No me aparté impíamente de mi Dios. El hombre de corazón falso en el mundo no mira sólo a Dios, sino a algo más junto con Dios; aunque Herodes tenía en consideración a Juan, consideraba más a Herodías; y el joven del evangelio viene a Cristo, pero está pensando en sus posesiones; y Judas siguió a Cristo, pero tiene la mirada en la bolsa; esto es apartarse impíamente de Jehová. William Strong

Vers. 23. Fui fiel para con él, y me he guardado de mi maldad. El genio impulsivo de David podría haberle llevado a matar a Saúl cuando le tuvo en su poder, pero la gracia le capacitó para mantener las manos limpias de la sangre de su enemigo.C.H.S.
Tal como en la colmena tiene que haber una reina, así también en el corazón ha de haber un pecado dominante; hay un pecado que no sólo está más cerca del hombre que el vestido que lleva, pero que le es agradable a los ojos. El diablo puede dominar a un hombre de modo tan firme por medio de este eslabón como por medio de toda una cadena de vicios. El cazador de pájaros tiene al pájaro bien sujeto con sólo que agarre una de sus alas. Un cristiano recto echa mano del cuchillo sacrificador de la mortificación y atraviesa con él su pecado predilecto.
Thomas Watson
Vers. 24. Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia; conforme a la pureza de mis manos delante de su vista. Dios primero nos da la santidad y luego nos recompensa por ella. Al premiado se le concede la flor del concurso, pero el hortelano la ha cultivado; el niño gana el premio en la escuela, pero el honor real de su enseñanza se halla en el maestro, aunque en vez de recibirlo es el que da el premio. C. H. S.
Vers. 24-27. Así como el sol es muy agradable y sano para los ojos sanos y sin enfermedades, aunque para los mismos ojos, cuando son débiles, enfermos, doloridos, es muy pernicioso y penoso, por más que el sol sea siempre el mismo en uno y otro caso, lo mismo Dios, que se ha mostrado benigno y generoso con los que son tiernos y buenos con los santos, es misericordioso para con los que muestran misericordia. Pero, con respecto a estos mismos hombres, cuando caen en la maldad y su comportamiento es cruel, el Señor se muestra lleno de ira y furor, y, con todo, es un mismo Dios inmutable desde el siglo y para el siglo. Robert Cawdray
Vers. 25. Con el misericordioso te mostrarás misericordioso. «Noé era un varón justo y perfecto en su generación,, y Noé anduvo con Dios. Y Noé halló gracia a los ojos de Jehová. Estas son las generaciones de Noé; Noé engendró tres hijos.» Noé, Noé, Noé, me gusta el sonido de este tu nombre; y todos vuestros nombres son preciosos para Dios, por más que sean aborrecidos por los hombres, si el nombre de Dios os es querido y dulce.
Para un hipócrita hay «muchos dioses y muchos señores», y ha de tener un corazón para cada uno de ellos; pero para el justo sólo hay uno, Dios el Padre, y un Señor Jesucristo, y un corazón sirve a los dos. El que pone su corazón sobre las criaturas, ha de disponer su corazón sobre cada una de ellas, y al hacerlo lo divide y lo destruye (Oseas 10:2). Los beneficios mundanos llaman a la puerta, ha de tener un corazón para ellos; los placeres carnales se presentan, ha de tener un corazón para ellos; los atractivos pecaminosos se presentan, ha de tener un corazón para ellos. El justo ha hecho su elección, que es Dios, y con ello le basta. Richard Steele
Vers. 28. Tú encenderás mi lámpara. Las lámparas encendidas por Dios el diablo no las puede apagar.
Vers. 29. Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios saltaré muros. Estas hazañas han sido ya realizadas, pues hemos pasado de un tirón huestes de dificultades, y hemos escalado cosas imposibles de un salto. Los guerreros de Dios pueden esperar que tendrán que pasar por toda forma de lucha, y mediante el poder de la fe han de decidir comportarse como hombres de veras.
Vers. 31. ¿Quién es Dios sino sólo Jehová? El Dios de David crea, sostiene, prevé y rige. ¿Hay otros que puedan hacerlo? ¿Quién sino El es perfecto en cada atributo y glorioso en cada acto? C.H.S.
Aquí ocurre por primera vez en los Salmos el nombre Eloah, traducido como Dios. Ocurre más de cincuenta veces en las Escrituras, si pero sólo cuatro veces en los Salmos. Es el singular de Elohim. Muchos han supuesto que este nombre se refiere especialmente a Dios como objeto de adoración religiosa. Esta idea puede muy bien ser prominente en este lugar. William S. Plumer
Vers. 33. Quien hace mis pies como de ciervas, y en las alturas me sostiene en pie. Persiguiendo a sus enemigos el guerrero había sido rápido en sus pies como una cierva joven, pero, en vez de gozarse en la ligereza de los pies de un hombre, adscribe la virtud a la rapidez del mismo Señor.
Vers. 34. Quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce. Estos arcos eran muy difíciles de doblar con la fuerza de los brazos; el arquero requería la ayuda del pie; era una gran hazaña, pues, el tener fuerza para doblar un arco.
Jesús no sólo destruye las sugerencias de Satanás, sino que desmenuza los argumentos del mismo por medio del uso de las Santas Escrituras contra él; por los mismos medios podemos conseguir el triunfo, rompiendo el arco y partiendo la lanza con el golpe de la verdad revelada.
Probablemente David tenía una naturaleza muy vigorosa y forzuda; pero aún es más probable que, como Sansón, estuviera revestido a veces de una fuerza descomunal; en todo caso, adscribe el honor de sus hazañas enteramente a su Dios. No intentemos robar al Señor lo que se merece, sino démosle fielmente la gloria debida a su nombre.

Vers. 35. Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó. Por encima de todo hemos de tomar el escudo de la fe, porque nada más puede apagar los dardos encendidos de Satanás.
Tu benignidad me ha engrandecido. Otros traducen «Tu condescendencia». En un sentido Dios se empequeñece al acercarse a nosotros, como si ejerciera humildad. Es Dios, haciéndose pequeño, que es la causa de que nosotros seamos engrandecidos. Somos tan poco, que si Dios se manifestara en su grandeza sin condescendencia, seríamos aplastados sin remisión; pero Dios, que se inclina para mirar los cielos y los ángeles, mira a los humildes y contritos y los engrandece.
Vers. 36. Ensanchaste el camino debajo de mis pasos. Es una gran misericordia el ser llevados a la libertad y ensanchamiento cristianos, pero es un mayor favor todavía el ser capacitados a andar dignamente en esta libertad, sin que nuestros pies resbalen. C. H. S.
Vers. 37, 38.
Oh, he visto el día
En que con una sola palabra
Dios me ayudó a decir:
«Mi confianza está en el Mi alma ha hecho callar a miles de enemigos,
Sin temer a cuantos puedan oponérseme. —William Cower
Vers. 39, 40. Es imposible excederse en el cumplimiento del deber de adscribir todas nuestras victorias al Dios de nuestra salvación.
Vers. 41. Clamaron, y no hubo quien salvase; aun a Jehová, pero no los oyó. La oración es un arma tan notable que incluso los malvados pueden atreverse a usarla en momentos de desesperación. Los malos han apelado a Dios en contra de sus propios siervos, pero es en vano.
Hay oraciones a Dios que no son mejores que blasfemias, que no producen respuesta agradable, sino que provocan al Señor a una mayor ira. C. H. S.
Se cuenta de Antioco que juró en su última enfermedad que «se haría él mismo un judío, y que iría por todo el mundo habitado y declararía el poder de Dios.» Pero, sigue el historiador: «A pesar de todo esto, sus dolores no cesaron, porque el justo juicio de Dios había caído sobre él.» John Lorinus Y Remigius, citado por J. M. Neale
Vers. 42. Y los molí como polvo delante del viento; los desmenucé como lodo de las calles.
El infierno y los pecados resisten mi curso, Pero uno y otros son enemigos vencidos.
Jesús los clavó en la cruz, y luego Resucitó y entona el himno triunfal. —C. H. S.

El echar a uno, pues, como si fuera lodo de la calle, es una imagen muy fuerte de desprecio. John Kitto
Vers. 43. Me has librado de las contiendas del pueblo; me has hecho cabeza de naciones; pueblo que yo no conocía me sirve. Sin duda hay mucho más de Jesús que de David aquí.
Vers. 44. En cuanto me oyen, me obedecen; los hijos de los extranjeros se sometieron a mí. «El amor a primera vista» no es raro cuando Jesús es el que corteja. Jesús puede escribir el mensaje de César sin que sea jactancia; su evangelio, en algunos casos, tan pronto es oído es creído. ¡Qué estímulo para esparcir la doctrina de la cruz!
Vers. 45. Los extranjeros palidecieron y salieron temblando de sus encierros. Los que son extraños para Jesús son extraños a toda felicidad duradera; los que se apartan temblando son los que rehúsan beber del río de la vida. C. H. S.
Ellos temerán por causa de sus lugares de encierro. Un erudito judío lo interpreta de la siguiente manera: «Ellos temerán las prisiones en las cuales yo los encerraré y los tendré confinados.» John Brown
Vers. 46. El Señor vive. Nosotros no servimos a ningún Dios inanimado, imaginario o
moribundo, sino al único que tiene inmortalidad. Como leales Súbditos de este rey exclamamos:
«Jehová vive. Vive el Rey de reyes». C. H. S.
¿No ves a los herederos jóvenes de grandes haciendas que gastan el dinero en abundancia, pues no tienen ninguna escasez? ¿Por qué tú, pues, siendo hijo del Dios del cielo, tienes que ir vestido de harapos como si no valieras un ochavo?
Una mujer verdaderamente piadosa, habiendo enterrado a su hijo, y sentada sola en medio de la tristeza, consiguió aliviar su corazón con la expresión «Dios vive»; y después de haberse despedido de otro hijo, todavía insistió: «Los consuelos mueren, pero Dios vive». Al fin murió su querido esposo, y se sentó abatida y abrumada por el dolor. Tenía un niño pequeño todavía, el cual, habiendo observado lo que ella había dicho antes, para consolarla se le acercó y le dijo:
«¿Ha muerto Dios, madre? ¿Ha muerto Dios?» Esto le llegó al corazón, y con la bendición de Dios recobró la antigua confianza en su Dios, que es un Dios vivo. Así, oh cristianos, es necesario que salgáis de vuestro desánimo y animéis vuestros espíritus como hizo David. Oliver Heywood en Misericordias firmes a David
Enaltecido sea el Dios de mi salvación. Deberíamos proclamar la historia del pacto y de la cruz, de la elección del Padre, de la redención del Hijo y de la regeneración del Espíritu.
Vers. 47. El Dios que venga mis agravios, y somete pueblos debajo de mí El que perezcan los pecadores es en sí una consideración penosa, pero el que la ley del Señor sea vengada sobre los que la quebrantan es para la mente piadosa un tema de agradecimiento. C. H. S.
Es Dios. «Sire, esto no es nada más que la mano de Dios; y a Él sólo pertenece la gloria, que nadie ha de compartir con Él. El general te ha servido con toda fidelidad y honor; y el mejor elogio que puedo hacer de él es que me atrevo a decir que lo atribuye todo a Dios, y antes perecería que atribuírselo a él mismo.» Escrito al Speaker del Parlamento, después de la batalla de Naseby, por Oliver Cromwell
Ver. 49. Por tanto yo te confesaré entre Zas naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre. Al luchar con los demás, David los venció; pero al cantar y deleitarse, se venció a sí mismo. Thomas Playfbre

martes, 26 de abril de 2011

La mano del Maestro


En Florencia, Italia, un grupo de artistas consideraba un enorme bloque de un muy hermoso mármol de cuatro metros de altura, que por desdicha había sido esculpido por la mano de un escultor torpe. «No se puede sacar nada de esto», pensaban ellos. Pero cierta mañana un joven erigió un vallado alrededor del bloque abandonado. Durante cuatro años (1501-1504) se oyó el ruido del cincel labrando el mármol. Cuando las tablas fueron derribadas, los florentinos maravillados pudieron contemplar la magnífica estatua del David de Miguel Ángel, que aún hoy es una joya de la ciudad. De un bloque frío y deforme, bajo el cincel del maestro, había brotado una hermosa obra maestra.

Son numerosos los que dicen: «He estropeado mi vida. No queda nada de mis esfuerzos y esperanzas». «¡No desesperes! Dame tu vida atormentada y miserable, dice Jesucristo, yo la transformaré para la gloria de Dios».

Si usted abandona su voluntad a la Suya, él hará algo hermoso con su vida. Quizás empiece por levantar un vallado entre usted y lo que ha amado hasta ahora, lo cual constituye un obstáculo para el trabajo que él debe hacer. Quizás haga un corte profundo en sus planes y en su corazón, porque quiere reproducir en usted su propia imagen moral. Él trabaja “hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19). Sí, el Señor sabe transformar en obra maestra lo que nosotros hemos estropeado.

sábado, 23 de abril de 2011

La vida central de todos los tiempos


Nació en una oscura aldea, hijo de una mujer campesina. Creció en otra aldea, donde trabajó como carpintero, hasta la edad de treinta años. Entonces enseñó, predicó el evangelio, y sanó toda enfermedad y toda dolencia.
Nunca escribió un libro.
Nunca tuvo una oficina.
No estableció una familia ni poseyó un hogar.
No fue a la universidad.
Nunca visitó una ciudad grande.
Nunca viajó a más de 320 kilómetros del lugar de su nacimiento.
Nunca hizo ninguna de las cosas que se asocian usualmente con la grandeza.
Jamás presentó credenciales, porque no las tenía; el era su propia credencial.
Había llegado apenas a los 30 años cuando la corriente de la opinión pública se volvió en su contra.
Sus amigos huyeron.
Fue entregado a sus enemigos y se le sujetó a la farsa de un juicio.
Fue clavado en una cruz, entre dos ladrones.
Mientras agonizaba, sus verdugos echaban suertes sobre sus ropas, única propiedad que tuvo en este mundo.
Cuando murió, fue depositado en una tumba prestada, gracias a la piedad de un amigo.
Casi 20 siglos han pasado, y ahora es la figura central de la raza humana, y guía del progreso del hombre.
Ni todos los ejércitos que han marchado, ni todos las escuadras que hayan navegado, ni todos los parlamentos que hayan sesionado, ni todos los reyes que hayan reinado, puestos juntos, habrán afectado la existencia del hombre sobre esta tierra, como lo ha hecho esa única vida central de todos los siglos.
No fue médico - y curó todas las enfermedades.
No fue abogado - y explicó todos los principios básicos de la ley.
No fue escritor - e inspiró las obras cumbres de la literatura.
No fue poeta ni músico - y es alma de todos los poemas inmortales.
No fue artista - y llenó de luz a los genios de todos los tiempos.
No fue estadista - y fundó las más sólidas instituciones de la sociedad.
No fue general - y conquistó a millones de corazones en el mundo.
No fue descubridor - y demostró a los mortales los mundos de la inmortalidad.

Tesoros de David: "Salmo 17" Charles Spungeon


Título y tema: «Una oración de David». David no habría sido un hombre según el propio corazón de Dios de no haber sido un hombre de oración. Era un maestro en el arte sagrado de la súplica.
Recurrió a la oración en todo tiempo de necesidad, como el piloto se apresura al puerto bajo la presión de la tempestad. Tenemos aquí un cántico doliente. «Una apelación al cielo» por las persecuciones en la tierra. C. H. S.
Aunque los otros Salmos contienen varias oraciones mezcladas con otras cosas, ésta es una súplica en todo su curso. El Venerable Beda Divisiones: No hay líneas de separación clara en sus partes; pero preferimos la división adoptada por este gran comentarista antiguo, David Dickson.
En los versículos 1-4 David anhela justicia en la pugna entre él y sus opresores. En los versículos 5 y 6 requiere la gracia del Señor para poder obrar rectamente mientras dura su prueba. Desde el versículo 7 al 12 busca protección de sus enemigos, a quienes describe gráficamente; y en los versículos 13 y 14 suplica que ellos queden decepcionados, terminando el conjunto en una confianza sosegada de que todo acabará bien al final. C. H. S.
Vers. 1. Oye, oh Jehová, una causa justa. El que tiene la peor causa hace más ruido; por ello el alma oprimida teme que su voz sea ahogada, y por tanto suplica en este versículo que se le oiga no menos de tres veces. Es más de temer que nosotros no oigamos al Señor que no que el Señor no nos oiga a nosotros. C. H. S.
Está atento a mi clamor. Un grito real, amargo, sincero, puede casi fundir una roca; no hay temor de que no sea atendido por nuestro Padre celestial. Si nuestra oración, como el grito del niño, es más natural que inteligente, y más sincera que elegante, no por ello será menos elocuente para Dios. Hay un gran poder en el grito del niño para prevalecer en el corazón del padre. C. H. S.
Escucha mi oración. La duplicación usada aquí no es ni superstición ni tautología, sino que es un golpe repetido del martillo que da en el mismo clavo, para afirmarlo de modo más efectivo, o el importuno aldabonazo del mendigo a la puerta, que no quiere que se le niegue la limosna. C. H. S.
Esta petición repetida tres veces indica un gran poder de sentimiento y muchas lágrimas; porque la astucia de los impíos, en verdad, aflige al hombre espiritual más que su poder y violencia, pues podemos darnos cuenta de la violencia y la fuerza aplicadas abiertamente, y cuando vemos el peligro, podemos resguardamos de alguna forma contra él. Martin Lutero
Hecha de labios sin engaño. El que quiere engañar y halagar es mejor que emplee su astucia con un necio como él mismo, porque el engañar al Dios omnipotente es tan imposible como recoger la luna en una red o entrampar al sol. El que quiera engañar a Dios se engaña a si mismo burdamente. Nuestra sinceridad en la oración no tiene mérito en si, como no la tiene la sinceridad del mendigo en la calle; pero al mismo tiempo el Señor la considera, por medio de Jesús, y no rehusará prestar su oído a uno que suplica de modo sincero y ferviente. C. H. S.
Hay lo que podemos llamar «labios fingidos»; una contradicción entre el corazón y la lengua, un clamor en la voz y una mofa en el alma. Stephen Charnock
Se puede observar que el águila sube más arriba en el aire, no con la intención de volar al cielo, sino para conseguir mejor su presa; y así es que muchos se extienden en aparente devoción,elevando sus ojos al cielo; pero lo hacen sólo para realizar de modo más fácil, seguro y con aplauso sus designios malvados y perversos en la tierra; son Catones por fuera pero Nerones por dentro; escúchalos; nadie habla mejor; sondéalos y ponlos a prueba, ninguno es peor; tienen la voz de Jacob pero las manos de Esaú; profesan ser santos, pero en la práctica son satanases; pronuncian oraciones largas, pero lo que piden es breve; son como algunos productos del
boticario, títulos excelentes, pero dentro veneno mortal; santidad falsa es su capa para toda clase de vilezas. Peter Bales en Spencer: Cosas nuevas y viejas
Vers. 2. De tu presencia proceda mi vindicación. Con Jesús como nuestra justicia completa y gloriosa no tenemos que temer aunque el día del juicio comience al instante y el infierno abra su boca a nuestros pies, sino que podemos probar con gozo la verdad en que confía el escritor del himno:
De pie me sostendré aquel gran día; Pues ¿quién pondrá nada a mi cargo?
Por la sangre de Cristo he sido absuelto, Del oprobio y maldición del pecado.C.H.S.
Vers. 3, 4, 5. Allí donde hay verdadera gracia, hay aborrecimiento de todo pecado. Stephen Charnock
Vers. 3. Tú has probado mi corazón, me has inspeccionado de noche, me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste. Sin duda el Salmista quiere decir nada hipócrita o inicuo en el sentido en que sus calumniadores le acusaban; porque si el Señor pone a prueba al mejor de su pueblo en el crisol, la escoria haría su aparición terrible, y requeriría que la penitencia abriera sus compuertas.
Los refinadores pronto descubren la presencia de otro metal, y cuando el Jefe de los refinadores,al final, nos diga que no ha hallado nada, será un momento glorioso verdaderamente. «Están sin falta alguna delante del trono de Dios.» Incluso aquí, vistos en la Cabeza del pacto por lo menos, el Señor no ve pecado en Jacob ni perversidad en Israel; incluso la mirada escrutadora del Omnisciente no puede ver falta donde el gran Sustituto lo cubre todo con su hermosura y perfección.
He resuelto que mi boca no ha de propasarse. El número de enfermedades de la lengua es tan numeroso como el resto de las del hombre puestas juntas, y son más inveteradas. Se necesita más que resolución para mantener a este ágil ofensor dentro de sus propios límites. El domar leones y el encantar serpientes no se pueden considerar tan difíciles, porque a la lengua nadie la puede domar.
David deseaba, en todos sentidos, afinar sus labios a la música dulce y sencilla de la verdad Sin embargo, David fue calumniado, como para mostrarnos que la inocencia más pura puede ser enlodada por la malicia. No hay sol sin sombra, ni fruto maduro al que no picoteen los pájaros. C. H. S.
Vers. 4. En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos. He de adscribirlo a la buena Palabra de Dios; la consulto, y por medio de ella me mantengo aparte de los métodos turbios de otros que no hacen uso de la Palabra como defensa, los cuales son arrastrados por Satanás el destructor. ¿Podemos ir contra el pecado y contra Satán con un arma mejor que la que Cristo usó para vencer al tentador? Cristo podía, con un rayo disparado desde su divinidad (si El hubiera querido hacerlo), dejarle postrado a sus pies,
como hizo después con los que fueron a atacarle; pero prefirió poner a un lado la majestad de su divinidad y permitir a Satán que se le acercara, para poder confundirlo con la Palabra, y de este modo darle prueba de lo que es la espada de sus santos, que El había de dejarles para su defensa contra el mismo enemigo. William Gurnall
«Os escribo a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes.» ¿Dónde se halla su fuerza? «Y la Palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno» (1ª Juan 2:14). Thomas Manton
Vers. 5. Platón dijo a uno de sus discípulos: «Cuando los hombres hablan mal de ti, vive de modo que nadie les crea.»
Sustenta mis pasos —como el cochero tira de la rienda de su caballo al ir cuesta abajo. Tenemos toda clase de pasos, rápido y lento, y el camino nunca sigue mucho tiempo igual, pero sosteniendo Dios nuestros pasos no puede haber fallo por causa del camino o de nuestro paso.
En tus caminos. No podemos guardarnos del mal sin seguir obrando el bien.
Para que mis pies no resbalen. Sí, el camino es bueno, pero nuestros pies son malos, y por tanto resbalan, incluso en la carretera real. Uno puede tropezar tanto sobre una ordenanza como sobre una tentación. C. H. S.
La oración de Beza, que debe ser nuestra, era: «Señor perfecciona lo que has empezado en mi, para que no sufra naufragio cuando ya estoy para llegar al puerto.» Thomas Watson
Vers. 6. Yo te he invocado, por cuanto tú me oyes, oh Dios. Dios no sólo oirá nuestro clamor, sino que también nos oirá antes que clamemos, y nos ayudará. T. Playfere
Te he invocado antes; por tanto, Señor, escúchame ahora. Los comerciantes están dispuestos a favorecer a los que han sido parroquianos suyos desde hace tiempo. Matthew Henry
Vers. 8. Guárdame como a la niña de tus ojos. El sabio Creador ha colocado el ojo en una posición muy protegida; se halla rodeado por huesos salientes, como Jerusalén está rodeada de montañas. Además, su gran Autor lo ha rodeado de varias túnicas interiores, así como del seto de las cejas, el telón de los párpados, el vallado de las pestañas; y, además de esto, ha imbuido en cada hombre la idea de un valor tan alto para sus ojos, y una respuesta tan rápida ante la aprensión del peligro, que ningún miembro del cuerpo está mejor protegido que el órgano de la vista. C. H. S.
¿No te parece que es una obra de la Providencia el que, considerando la debilidad del ojo, El lo haya protegido con párpados como puertas, que siempre que hay ocasión para usarlos se abren y de nuevo se cierran durante el sueño7 Y para que no sufran lesión por los vientos, ha puesto las pestañas como un cedazo, y sobre los ojos ha dispuesto las cejas como cubierta, para que el sudor de la cabeza no los alcance. Sócrates en Jenofonte.
Vers. 9. De la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos que buscan mi vida. Los enemigos del alma del creyente son enemigos mortales de modo claro, porque los que hacen guerra contra nuestra fe tienen por objetivo la misma vida de nuestra vida. Los pecados mortales son enemigos mortales, y ¿qué pecado hay que no lleve la muerte en sus entrañas?
Vers. 10. Envueltos están con su grosura. La lascivia y la glotonería engendran grosura vana en el corazón, que cierra sus puertas contra toda emoción compasiva y todo juicio razonable. El viejo proverbio dice: «A vientres repletos, cráneos vacíos», y aún es más cierto que hacen, con frecuencia, corazones vacíos.
Con su boca hablan arrogantemente. El que se adora a si mismo no dispondrá su corazón para adorar al Señor. Lleno de placer egoísta en su corazón, el infiel llena su boca de expresiones jactanciosas y arrogantes. La prosperidad y la vanidad con frecuencia se alojan juntas. ¡Ay del buey cebado cuando brama a su amo; su fin está muy cercano! C. H. S.
Vers. 11. Han cercado ahora nuestros pasos; tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra Es una alusión, creo yo, a los cazadores, que hurgan el suelo para hallar las huellas de la liebre cuando los sabuesos no encuentran su rastro por el olfato. Joseph Caryl
Vers. 13. Libra mi alma de los malos con tu espada. El diablo y sus esbirros pueden ser usados como instrumentos por Dios; por tanto, «los malos» son llamados su «espada». El diablo y todo su grupo son como necios para Dios; es más, su sabiduría es necedad. William Gurnall
Vers. 14. De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida. Lutero siempre tenía miedo de obtener su porción aquí, y por ello, con frecuencia, repartía grandes cantidades de dinero que le habían ofrecido. No podemos tener la tierra y el cielo a la vez como nuestra porción; los sabios escogen lo que va a durar más.C.H.S.
Dios da a los malos su porción aquí para enseñarles lo poco de bueno que hay en todas estas cosas, y mostrar al mundo el escaso valor de todas las cosas que existen aquí en la tierra.
Ciertamente, si fueran muy buenas no las tendrían; se dice que no hay gran valor en la fuerza del cuerpo, porque un buey tiene más que tú; se dice que no hay gran valor en la agilidad del cuerpo, porque un perro tiene más que tú; se dice que no hay gran valor en vestidos lujosos, porque un pavo real los tiene mejores que tú; se dice que no hay gran valor en el oro y en la plata, porque los indios, que no conocen a Dios, tienen más que tú; y si estas cosas tuvieran gran valor en si mismas, ciertamente Dios nunca las concedería a los malvados.
En cuanto a las cosas externas, el Señor no tiene inconveniente en que vayan a parar a manos no santas; pero cuando se trata de las misericordias escogidas en Cristo, hace una distinción. ¡Oh, esto es fruto precioso! Un herrero que trabaja sobre hierro, con sus golpes levanta infinidad de chispas, y no le preocupa; pero un orfebre que trabaja con oro, preserva cada partícula de polvo del mismo; un lapidario que trabaja con piedras preciosas, se asegura de que sean bien preservadas; un carpintero corta acá y acullá, y tira los pedazos.
Así que estas cosas, virutas y aserrín, es lo que Dios da como porción a los malos. Jeremiah Burroughs
La tierra y los productos de la misma, Dios los distribuye sin hacer acepción de personas, incluso a los que son sus hijos sólo por la creación, no por la adopción. Miles Smith
Hay aún otra cosa que se puede observar, mucho más monstruosa, en esta criatura el hombre:que aunque está dotado de razón y consejo, y sabe que esta vida es como una sombra, un sueño,un cuento, una vela de la noche, hum9, tamo que el viento esparce, una burbuja de agua y cosas pasajeras, y que la vida venidera no tendrá fin, sin embargo centra su mente cuidadosamente en la vida presente, que hoy es y mañana no es; pero en la vida que es perdurable, ni tan sólo piensa.
Si esto no es ser un monstruo, no sé a qué puede llamarse monstruoso. Thomas Tymme
Lo que los malos poseen en este mundo es todo lo que esperan; ¿por qué regatearles costales llenos o títulos rimbombantes? Esta es toda su porción; reciben ahora sus cosas buenas.
En tanto que tú, oh cristiano, que no posees nada, eres el heredero del cielo, coheredero con Jesucristo, el cual es el heredero de todas las cosas, y tiene una cantidad infinita de riquezas atesoradas para ti; tan grande e infinita, que todas las estrellas del cielo son pocas para igualar su número; no tienes razón de quejarte de que te quedas corto; porque todo lo que tiene Dios es tuyo, sea prosperidad o adversidad, vida o muerte, todo es tuyo. Lo que Dios da es para tu
bienestar, lo que te niega o te quita es para probarte; es con miras al aumento de estas gracias,que son mucho más valiosas que todos los goces temporales. Si al ver a los malvados e impíos flotando en la riqueza y el bienestar te sientes forzado a luchar contra los inconvenientes y las dificultades de tu escasez, has aprendido un santo desprecio y desdén al mundo, créeme, y Dios te ha dado más que si te hubiera dado el mismo mundo. Ezekiel Hopkins
Un amo o señor paga a su siervo su sueldo actual, en tanto que reduce la asignación a su hijo cuando es menor de edad, para que pueda aprender a depender de su padre para su herencia.
Sin duda, dicen muchos, si Dios no me amara no me daría esta porción en el mundo. No te engañes en una cuestión de tanta importancia. Lo mismo puedes decir que Dios amaba a Judas porque llevaba la bolsa, o a Dives porque comía manjares delicados, y ahora está gimiendo en el infierno. John Frost

Y cuyo vientre está lleno de bienes que tú les reservas. Un hombre generoso no niega los huesos a sus perros; y nuestro Dios generoso da incluso a sus enemigos bastante con qué saciarse, si no fueran tan poco razonables que nunca están contentos. El oro y la plata que están encerrados en las entrañas oscuras de la tierra son concedidos a los malos generosamente, y por ello se regodean en toda clase de deleites carnales. C. H. S.
Los malos pueden tener la tierra y su plenitud, la tierra y todo lo que es terrenal; sus vientres son llenados por Dios mismo con bienes que Dios les reserva. Joseph CARRIL
Los corazones de los santos están sólo llenos de «maná escondido», pero los vientres de los malos con frecuencia están llenos de tesoro escondido; esto es, con las golosinas y grosuras que suelen estar escondidas y brotan de las entrañas de la tierra. Joseph CARRIL
Sacian a sus hijos. La significación es evidente, que tienen bastante para ellos y para sus hijos. Albert Barnes
Vers. 15. En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; al despertar, me saciaré de tu semblante. Los hombres buenos tienen aquí abajo vistas de la gloria, para calmar su hambre sagrada, pero el pleno banquete les aguarda en los cielos. Frente a esta plenitud de deleite profundo, inefable, eterno, los goces de los mundanos son como la luciérnaga comparada con el sol, o un cubo de agua con el océano. C. H. S.
Ahora se mantiene el andamio entre los hombres mucho después que el fresco ha empezado a ser pintado; y veremos descubrimientos asombrosos cuando Dios quite este andamio y revele lo hecho.
Tu retrato y el mío van siendo pintados, y Dios, con rasgos e influencias, está formándonos a su propio ideal. Una y otra vez lo que estás haciendo te forma a ti mismo; Dios está obrando para hacerte semejante a El. Y la declaración maravillosa es que cuando estés delante de Dios y veas lo que se ha hecho por ti, quedarás «satisfecho». ¡Oh palabra que has venido vagando solitaria y sin alojamiento desde que empezó el mundo, y las estrellas de la mañana cantan juntas con gozo!
¿Ha habido una criatura humana que pueda hallarse en esta vieja tierra, vestida de carne, y decir:
«Estoy satisfecha»? Henry Ward Beecher en Verdades regias Incluso bajo el peso y combinación de tantos males y aflicciones, David se comporta como quien
no ha perdido la esperanza ni se siente abandonado; sí, compara su situación con la de ellos y, en este estado abatido de su curso, les desafía en cuanto a felicidad. William Spurstow
Cuando un conquistador romano había ido a la guerra y ganado grandes victorias, regresaba a Roma con sus soldados y entraba privadamente en su casa, y se solazaba en ella hasta el próximo día, en que debía salir de la ciudad, para volver a entrar públicamente en triunfo. Ahora, los santos, diríamos, entran privadamente en el cielo sin sus cuerpos; pero en el último día, cuando sus cuerpos despierten, van a entrar en sus carros triunfales. Me parece estar viendo esta gran procesión, en que Jesucristo, delante, con muchas coronas en su cabeza, con su cuerpo glorioso,
resplandeciente e inmortal, dirige la marcha.

«Estaré satisfecho» en aquel glorioso día cuando todos los ángeles de Dios vendrán, a ver los triunfos de Jesús, y cuando su pueblo será victorioso con El. Sermones de Spurgeon
Cuando un hombre que tiene sed sea llevado a un océano de agua pura, y tenga bastante. Si hay bastante en Dios para satisfacer a los ángeles, entonces, sin duda, hay bastante para satisfacernos a nosotros. Hay goces renovados que brotan continuamente de su rostro; y son tan deseables ahora como dentro de millones de años para las almas glorificadas. Si hay tanto deleite en Dios cuando le vemos sólo por fe (1! Pedro 1:8), ¡cuál será el gozo de la visión cuando le veremos cara a cara! Si los santos hallan tanto deleite en Dios mientras están sufriendo, ¡oh, qué gozo y deleite no tendrán cuando estén coronados! ¿Quién puede comparar algo con la Divinidad?
¿Quién puede sopesar una pluma con una montaña de oro? Dios excede a todas las cosas de modo más infinito que el sol excede la luz de una vela. Thomas Watson
Dicen que los galos, cuando probaron por primera vez los vinos de Italia, se quedaron tan prendidos de su sabor y dulzura que, no contentándose con ir a buscarlos allí, decidieron conquistar la tierra que los producía. Así el alma sincera cree que no basta con recibir un poco ahora y luego otro poco de la gracia y consuelo del cielo, en un comercio a distancia con Dios en sus ordenanzas aquí abajo, sino que proyecta y medita una conquista de esta tierra santa y lugar
bendito del cual proceden tales mercancías, para que pueda beber el vino de este reino. William Gurnall
Hay un triple significado en este versículo:
1. Los santos se deleitarán grandemente en el estado glorioso en que resucitarán. 2. Van a deleitarse grandemente en Jesús, en quien y por quien han sido traídas a la luz la resurrección y la inmortalidad. Y 3. Se deleitarán grandemente al contemplar la faz bienaventurada y reconciliada de Jehová el Padre, a quien los ojos de la carne no pueden ver. Benjamin Weiss

viernes, 22 de abril de 2011

EL LIBRO DIFERENTE


Es la Biblia. Es el libro que es diferente.
Los siglos pasan, pero la Biblia ahí está todavía
Los imperios aparecen, desaparecen y son olvidados,
Pero la Biblia permanece.
Las dinastías suceden a las dinastías,
Pero la Biblia ahí está.
Los reyes son coronados y destronados,
Pero la Biblia ahí está.
Los emperadores decretan su destrucción, pero ahí está.
Los ateos la atacan, pero ahí está.
Los agnósticos sonríen cínicamente, pero ahí está.
Los incrédulos lo abandonan, pero ahí está.
Los de la alta crítica niegan su inspiración,
Pero ahí está.
Encienden hogueras para quemarla,
Pero ahí está.
Se predice que será abandonada y olvidada pronto,
Pero ahí está.
Los modernistas tratan de "desmitificarla",
pero ahí está.
Pues Dios a decretado y declarado:
"EL CIELO Y LA TIERRA PASARÁN, PERO MIS PALABRAS NO PASARÁN."

LAS TRES PUERTAS


Un joven discípulo dijo a un sabio filósofo: Maestro, un amigo tuyo estuvo hablando mal de ti. Espera, le interrumpió el filosofo.¿Ya hiciste pasar lo que vas a contarme por las tres puertas?
El joven preguntó:

¿Tres puestas?, ¿Cuáles tres puertas? Sí, las tres puertas:La primera es la verdad ¿Estás seguro que es totalmente cierto lo que vas a decirme? El discípulo respondió: No, lo oí comentar a unos vecinos.

Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda puerta, la bondad. Lo que quieres decirme ¿Es bueno
para alguien?.El joven contestó: No, al contrario.Y la última puerta es la necesidad ¿Es necesario que yo sepa lo que quierescontarme?.El discípulo aseveró: No, no es estrictamente necesario.

Entonces dijo el sabio sonriendo: "Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, mejor será olvidarlo para siempre". "Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad.Todos fallamos mucho.

Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo, especialmente su lengua.

Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, podemos controlar todo el animal. Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad del piloto. Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida" Santiago 3:1-6.

martes, 12 de abril de 2011

TESOROS DE DAVID "SALMO 16" Charles Spurgeon


Titulo: Mictam de David. Esto se entiende generalmente que significa el Salmo de oro.
Ainsworth lo llama «Joya de David o cántico notable», el Salmo del secreto precioso.
No nos vemos limitados a intérpretes humanos para hallar la clave de este misterio de oro, porque hablando por el Espíritu Santo, Pedro nos dice: «David habla con respecto a El» (Hechos 2:25). El apóstol Pablo, guiado por la misma inspiración infalible, cita este Salmo y testifica que David escribió del hombre a través del cual nos es predicado el perdón de los pecados (Hechos 13:35-38). El plan de los comentaristas ha sido, en general, aplicar el Salmo a David a los san-tos y al Señor Jesús, pero nos atrevemos a creer que en él «Cristo es todo», puesto que en los
versículos noveno y décimo podemos ver «a Jesús solo», como los apóstoles en el monte. C.H.S.
Vers. 1. Guárdame, presérvame, como un cuerpo de guardias que rodean a su monarca, o como los pastores protegen sus rebaños. Uno de los grandes nombres de Dios es el de «Preservador de los hombres» (Job 7:20), y este oficio de gracia del Padre se ejerce hacia nuestro Mediador y Representante. Había sido prometido al Señor Jesús en palabras expresas que sería preservado (Isaías 49:7, 8). C. H. S.
Vers. 2. Oh alma mía, dijiste a Jehová; Tú eres mi Señor. En lo más íntimo de su corazón, el Señor Jesús mismo se inclinó para rendir servicio a su Padre celestial, y ante el trono de Jehová su alma ofreció lealtad al Señor en favor nuestro. C. H. S.
No hay, para mí bien fuera de Ti. Antigua traducción usada aquí: Mi bondad no se extiende a Ti.
Aunque la obra de la vida y la agonía de la muerte del Hijo reflejaron resplandor sobre cada uno de los atributos de Dios, con todo, el Dios bienaventurado infinitamente no tenía necesidad de la obediencia y muerte de su Hijo; fue por nuestra causa que la obra de redención fue emprendida, y no por falta o necesidad en el Altísimo. ¡Con qué modestia estima aquí su propia bondad!
Creo que las palabras deberían entenderse respecto a lo que el Mesías hacía por los hombres. Mi bondad, tobhathi, «mi bien», no añade nada a tu Divinidad; Tú no provees este sacrificio asombroso para derivar excelencia de él; pero esta bondad se extiende a los santos -a todos los espíritus de los justos hechos perfectos, cuyos cuerpos están todavía en la tierra-; y a los excelentes, addirey, «los nobles o supereminentes», los que por la fe y paciencia heredan las promesas. Adam Clarke
¡Oh!, ¿qué puedo entregarte a Ti, mi Dios, por todos tus beneficios hacia mí? ¿Cómo te pagaré?
¡Ay!, no puedo hacer bien alguno porque mi bondad imperfecta no puede complacerte, pues eres perfecto y bueno esencialmente; el bien que haga no puede añadir a tu bien; mi maldad no puede perjudicarte. Yo recibo todo el bien de Ti, pero no puedo devolverte ninguno; por lo que te reconozco como muy rico, y yo como muy pobre; tú estás muy lejos de tener necesidad de mí. Richard Greenham
Vers. 2, 3. Mi bondad se extiende no a Ti, sino a los santos que están en la tierra. Algunos hijos no sacan nada de sus padres terrenales, como el hijo de Cicerón, que no se parecía en nada a su padre, excepto en el nombre; pero los hijos de Dios participan todos de la naturaleza de su Padre celestial. William Gurnall
Vers. 3. Para los santos que están en la tierra, y para los íntegros, es toda mi complacencia. Estos santificados, aunque están todavía sobre la tierra, participan de los resultados de la obra mediadora, y por su bondad son hechos lo que son. El pueblo peculiar, celoso para buenas obras, y santificado para el servicio sagrado, está revestido de la justicia del Salvador y ha sido lavado en su sangre, y por ello recibe de la bondad atesorada en El; éstas son las personas que se benefician de la obra del Hombre Jesucristo; pero esta obra no añade nada a la naturaleza, atributos o felicidad de Dios, que es bienaventurado para siempre jamás.

Los creyentes pobres son receptores de Dios y tienen la garantía de la corona para recibir el producto de nuestra ofrenda en el nombre del Rey. Los santos que han partido, nosotros no los podemos bendecir; incluso la oración en favor de ellos no tiene valor alguno; pero, en tanto que están aquí, hemos de probar de modo práctico nuestro amor a ellos, como hizo nuestro Maestro, porqué ellos son los buenos y óptimos de la tierra. C. H. S.
Sabemos que el Nuevo Testamento brilla más que el Antiguo, tal como el sol brilla más que la luna. Si, pues, vivimos en una dispensación más gloriosa, debemos observar una conducta más gloriosa... excelente. Si el sol no diera más luz que una de las estrellas, no podríamos creer que fuera el regente del día; si no transmitiera más luz que una luciérnaga, pondrías en duda que fuera la fuente del calor elemental. Si Dios no hiciera más que la criatura, ¿dónde se hallaría su
Divinidad? Si el hombre no hiciera más que el bruto, ¿dónde se hallaría su condición humana? Si un santo no fuera superior al pecador, ¿dónde se hallaría su santidad? William Secker
Ingo, un antiguo rey de los dravos, en una fiesta oficial relegó a sus nobles, que en aquel tiempo eran paganos, a que se sentaran en una sala inferior, y mandó que ciertos pobres cristianos fueran traídos a la cámara de presencia, para que se sentaran a su mesa, comieran y bebieran y se alegraran con él, por lo que muchos se asombraron, y él dijo que consideraba a los cristianos, aunque pobres, como el mayor ornamento de su mesa, y una compañía más digna que la de los mayores nobles no convertidos a la fe cristiana; porque éstos es posible que fueran echados al infierno, en tanto que los pobres serían su consuelo y compañeros príncipes en el cielo. Aunque vemos las estrellas algunas veces reflejadas en un charco, en el fondo de un pozo o en una charca hedionda, con todo, las estrellas están situadas en el cielo. Igualmente, aunque vemos a un hombre piadoso en condición pobre, miserable, baja, despreciada, considerando las cosas de este mundo, sin embargo está fijo en el cielo, en la región del cielo. «El cual nos ha levantado» -dice el apóstol- «y nos ha hecho sentar en lugares celestiales en Cristo Jesús». Charles Bradbury, Cofre de joyas
Vers. 4. Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentes a otros dioses. Los creyentes de mera profesión con frecuencia son lentos en servir al verdadero Señor, pero los pecadores sirven diligentes a otros dioses. Corren como locos en tanto que no50tr05 nos arrastramos como caracoles. Que su celo sea un reproche para nuestra tardanza. Con todo, cuanto más corren, peor, porque sus aflicciones serán multiplicadas por su diligencia en multiplicar sus pecados. Matthew Henry dijo: «El que multiplica los dioses multiplica sus propias aflicciones;
porque el que cree que un Dios es demasiado poco, hallará que dos son demasiados, y, con todo, centenares no le bastarán. »
Las crueldades y dificultades que sufren los hombres por causa de los falsos dioses son asombrosas; nuestros misioneros informan en abundancia sobre este punto; pero quizá nuestra propia experiencia es igualmente vívida en lo que nos dice; porque cuando hemos dado nuestro corazón a los ídolos, más tarde o más temprano hemos tenido que sufrir por ello.
Moisés desmenuzó el becerro de oro, y molió el polvo y lo echó en el agua de la cual bebía Israel, y lo mismo nuestros ídolos queridos pasarán a ser porciones amargas para nosotros, a menos que los abandonemos.

No hay comunión posible entre el pecado y el Salvador. Él vino para destruir las obras del diablo, no para aliarse con ellas o favorecerlas. De ahí que rehusara el testimonio de los espíritus impuros en cuanto a su divinidad, porque no quería tener contacto alguno con las tinieblas.
Deberíamos tener cuidado extremo en no relacionarnos en el menor grado con la falsedad en la religión.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre. El viejo proverbio dice: «No es seguro comer en la mesa del diablo, por larga que sea la cuchara. »
El mero mencionar las palabras zafias es algo que hemos de evitar: ni en mis labios tomaré sus nombres. Si permitimos que el veneno se ponga en contacto con los labios, es posible que antes de poco penetre en el interior, y es bueno mantener fuera de la boca lo que no queremos que entre en el corazón. Si la iglesia quiere gozar de su unión con Cristo, debe romper todos los lazos de impiedad y mantenerse pura de todas las contaminaciones del culto de la voluntad carnal, que ahora contamina el servicio de Dios. C. H. S.
Un pecado que se esconde bajo la lengua se vuelve blando y movible, y la garganta es tan corta y su paso tan resbaladizo que insensiblemente puede deslizarse de la boca al estómago; y el desparpajo en la consideración rápidamente se transforma en impureza práctica. Thomas Fuller
Vers. 5. Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa. ¡Con qué confianza y gozo se vuelve Jesús a Jehová, a quien posee su alma y en quien se deleita! Contento sin medida con su porción en el Señor su Dios, no tiene el menor deseo de ir en busca de otros dioses.
Vers. 6. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado. Jesús halló que el camino de la obediencia guía a lugares deleitosos. A pesar de todas las aflicciones que marcan su rostro, exclama: «He aquí he venido; en el rollo del libro está escrito de mí, y me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío; sí, tu ley está en mi corazón.» Puede parecer extraño, pero aunque ningún otro hombre llegó a conocer la aflicción tan a fondo, creemos que ningún otro hombre experimentó jamás tanto gozo y deleite en el servicio, porque ninguno sirvió tan fielmente y con tales resultados a la vista de su recompensa.
Todos los santos pueden usar el lenguaje de este versículo, y cuanto más completamente puedan entrar en su espíritu de contento, agradecimiento y gozo, mejor para ellos y más gloria para su Dios. Los espíritus descontentos no son como Jesús, sino tan disimilares a El como el ronco cuervo de la paloma arrulladora. Los mártires eran felices en sus calabozos.
Mr. Greenham osó decir: «Nunca han sentido el amor de Dios o probado el perdón de sus
pecados los que están descontentos.» Algunos teólogos creen que el descontento fue el primero de los pecados, la roca que echó a perder a nuestra raza en el paraíso; ciertamente, no hay paraíso allí donde este espíritu malo tiene poder. Su baba emponzoñará todas las flores del jardín. C.H.S.
Las hierbas amargas pueden tragarse bien cuando el hombre dispone de estas «viandas deliciosas que el mundo no conoce». El sentimiento del amor de nuestro Padre es como la miel al final de la vara; hace volver la piedra en pan, el agua en vino y el valle de tribulación en una puerta de esperanza; hace que los mayores males parezca que no lo son o que son mejores de lo que son en realidad; porque hace que nuestros desiertos se vuelvan jardines del Señor, y cuando estamos sobre la cruz, por Cristo, es como si estuviéramos en el paraíso con Cristo. Timothy Cruso

Vers. 7. Mi conciencia me enseña en la noche. Los grandes generales pelean sus batallas en su mente mucho antes de que suene la trompeta, y lo mismo hizo nuestro Señor para ganar nuestra batalla de rodillas antes de ganarla en la cruz. El que aprende de Dios se procura la simiente y pronto hallará sabiduría dentro de si, que crece en el huerto de su alma: «Tus oídos oirán una voz detrás de ti que dirá: Este es el camino, anda por él, y te diré cuándo has de volver a la derecha o a la izquierda.» La noche es la hora que el pecador escoge para sus pecados; y es la hora quieta cuando los creyentes escuchan las voces sosegadas del cielo y de la vida celestial dentro de sí.
Vers. 8-11. El temor de la muerte durante un tiempo proyectó su sombra oscura sobre el alma del Redentor, pero se le apareció un ángel confortándole; entonces la esperanza brilló plenamente sobre el alma del Señor y, como nos dicen estos versículos, contempló el futuro con santa confianza porque había estado con los ojos fijos en Jehová y gozado su presencia perpetua.
Sintió que, sostenido así, nunca podía ser apartado del gran plan de su vida; ni lo fue, porque no se detuvo nunca su mano hasta que pudo decir: «Consumado es.» ¡Qué misericordia tan infinita fue la suya para nosotros!
El reconocer la presencia del Señor es el deber de todo creyente: «He puesto al Señor siempre delante de mí.» Y el confiar en el Señor como nuestro campeón y guarda es el privilegio de todo santo: «porque El está a mi derecha, y no seré zarandeado». C. H. S.
Vers. 8. Un cristiano fiel, tanto si abunda en la riqueza como si lo atenaza la pobreza, tanto si su posición en el mundo es elevada como si es humilde, debe tener continuamente su fe y esperanza edificadas y basadas con firmeza, en Cristo, y tener su corazón y su mente fijos y establecidos en El, y seguir por las buenas y las malas, por el fuego y el agua, en guerra y paz, en hambre y frío, entre amigos y enemigos, a través de mil peligros y riesgos, ante las embestidas de la envidia, la
malicia, el odio, las calumnias, las amenazas, los insultos, el desprecio del mundo, la carne y el diablo, y aun en la misma muerte, por cruel, amarga y tiránica que sea, sin perder nunca de vista a Cristo, sin ceder la fe, la esperanza y la confianza en El. Robert Cawdray
La nube cargada pronto deja caer lluvia; el mortero cargado pronto se dispara cuando se le aplica el fuego. Un alma que medita está en potencia próxima a la oración. William Gurnall
Enoc anduvo tanto con Dios que andaba como Dios; no «andaba como los hombres», algo que el apóstol reprueba (lª Corintios 3:3). Andaba tan poco como el mundo, que permaneció poco en el mundo. Joseph Caryl
Vers. 9. Por tanto, se alegró mi corazón y se gozó mi alma. Su gozo interior era incontenible.
Nosotros damos testimonio de nuestro placer en cosas comunes, incluso por la gratificación de nuestros sentidos; cuando nuestro oído recoge una melodía suave, cuando nuestro ojo contempla objetos hermosos, cuando nuestro olfato se recrea en olores agradables, cuando nuestro sentido del gusto se deleita en provisiones exquisitas; y mucho más se deleitará nuestra alma cuando sus facultades, que son de una constitución más delicada, encuentren cosas que son en todos los aspectos agradables y placenteras para ellas; y en Dios las encontrarán; con su luz nuestro
entendimiento será renovado, y nuestra voluntad con su bondad y su amor. Timothy Rogers

Vers. 10. No dejarás mi alma en el Seol. Cristo, en su alma, descendió al infierno cuando, como nuestra garantía, se sometió a sufrir las penas infernales (o su equivalente) que nosotros merecíamos sufrir, por causa de nuestros pecados, para siempre. Así Cristo descendió al infierno cuando estaba vivo, no cuando estaba muerto. Así su alma estuvo en el infierno cuando en el jardín sudó gotas de sangre, y en la cruz cuando exclamó tan afligido: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mateo 26:38). Nicholas Byfield, Exposición del Credo Ni permitirás que tu santo vea corrupción. En la prisión externa de la gracia su cuerpo pudo
entrar, pero en la prisión interna de la corrupción Él no podía entrar. Esto es un noble aliento para todos los santos; todos ellos han de morir, pero se levantarán, y aunque en su caso ellos verán corrupción, con todo, resucitarán para vida eterna. La resurrección de Cristo es la causa, las arras, la garantía y el emblema de la resurrección de todos los suyos. C.H.S
Vers. 11. Me mostrarás la senda de la vida. En este versículo se pueden observar cuatro cosas:
1) Un Guía -Tú;
2) un viajero -yo;
3) un camino -la senda;
4) el fin -la vida descrita después.
Porque lo que sigue no es otra cosa que la descripción de esta vida.
El Guía lo hallamos mencionado en el primer versículo: Jehová. Aquí podemos empezar, como debemos en todos los ejercicios santos, con adoración. El viajero. Habiendo hallado al Guía, no buscaremos ya a uno que carezca de Él; porque si es así, aquí hay un hombre fuera de su senda.
Así como hay un solo Guía, así también habla en la persona de un solo viajero. Es para mostrar su confianza.
Pero veamos ahora lo que El nos mostrará: «la senda». Hemos de saber que así como los
hombres tienen muchos caminos fuera de la senda en el mundo, pero todos ellos terminan en la destrucción, así Dios tiene muchas sendas en el camino general de su Palabra, y todos ellos terminan en la salvación. William Austin
En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre. La nota de Trapp sobre el versículo celestial que termina el Salmo es un bocado deleitoso, que puede servir para una meditación y proveernos de un anticipo de nuestra herencia. Escribe: «Aquí se dice cuanto se puede decir, pero las palabras son demasiado débiles para expresarlo. Como calidad hay los placeres y gozo del cielo; como cantidad hay plenitud, una corriente en la que beber sin cese o saciedad; como constancia está a la diestra de Dios, el cual es más fuerte que todos, y nadie
puede arrebatarnos de su mano; es una felicidad constante, sin interrupción; y como perpetuidad, es para siempre. Los goces del cielo son sin medida, mezcla o término.» C. H. S.
Todos los que estamos aquí presentes ahora somos meros extraños en medio del peligro, estamos perdiéndonos a nosotros mismos y perdiendo nuestras vidas en la tierra de los muertos. Pero antes de poco hallaremos nuestras vidas, y nosotros mismos otra vez en el cielo con el Señor de la vida, y seremos hallados en El en la tierra de los vivos. Si cuando morimos, morimos en el Señor de la vida, nuestras almas con toda seguridad serán unidas al haz de la vida, de modo que, cuando vivamos otra vez, podamos estar seguros de hallarlas en la vida del Señor.
una onza, una libra, una tonelada de pesadez; ahora tenemos sólo una gota de gozo para un océano de penas, un momento de sosiego para un siglo de dolor; pero entonces tendremos un solaz interminable sin dolor, la verdadera felicidad sin pesadez, la mayor medida de felicidad sin la menor miseria, la medida más plena de gozo que pueda haber, sin mezcla alguna de aflicción.
Aquí, pues (como nos advierte san Gregorio el teólogo), hemos de soltar nuestras pesadas cargas de sufrimientos, y endulzar nuestras copas amargas de penas en la meditación continua y en la expectativa constante de la plenitud del goce de la presencia de Dios, y el placer a su diestra para siempre.
En tu presencia hay -no habrá, ni tampoco puede que haya, sino que hay-; hay plenitud de gozo sin cese ni interrupción, está siempre y ha estado y tiene que estar. Porque ¿qué es lo que el hombre aquí en el presente desea más que el gozo? ¿Y qué medida de gozo puede desear hombre alguno más que la plenitud del gozo? La consumación de la felicidad, por Edward Willan
En el cielo están libres de necesidades; no les falta nada, a menos que sea el mismo faltarles.
Pueden hallar la falta de mal, pero nunca sienten el mal de carencia. El mal no es sino la carencia de bien, y la carencia de mal no es sino la ausencia de carencia. Aquí algunos comen sin hambre, mientras que otros tienen hambre sin comida, y algunos beben en exceso sin tener sed, mientras que otros, sedientos, no tienen nada que beber. Pero en la presencia gloriosa de Dios ninguno será mimado en exceso ni ninguno languidecerá deseando algo. Edward Willan
En esta vida nuestro gozo está mezclado con aflicción como las espinas con la rosa. Jacob tuvo gozo cuando sus hijos regresaron de Egipto con los sacos llenos de trigo, pero mucha aflicción cuando se dio cuenta de la plata en la boca de los sacos. David tuvo mucho gozo al subir el arca de Dios, pero al mismo tiempo mucha pena cuando Uzá cometió su infracción. Ésta es la gran sabiduría del Señor, templar y moderar nuestro gozo.
Como el hombre de constitución débil ha de beber el vino diluido con agua por temor de sufrir del estómago, así también en esta vida (debido a nuestra debilidad) tenemos nuestro gozo mezclado con aflicción, para que no nos volvamos altaneros e insolentes. Aquí nuestro gozo está mezclado con temor (Salmo 2). «Gózate temblando». Las mujeres partieron del sepulcro de nuestro Señor «con temor y gran gozo» (Mateo 28:8).
Como nuestro gozo aquí está mezclado con temores, también ocurre lo mismo con nuestras aflicciones. Los creyentes sanos miran al Cristo crucificado y se regocijan en su incomparable amor, de que una persona así haya muerto de una muerte semejante por los que eran enemigos de Dios a causa de sus inclinaciones pecaminosas y sus malas obras; se miran a sí mismos en sus propios pecados que hirieron y crucificaron al Señor de la gloria, y esto les parte el corazón.
William Colvill, Corrientes refrescantes Nota que como calidad hay placeres; como cantidad, plenitud; como dignidad, a la diestra de Dios; como eternidad, para siempre. Y millones de años multiplicados por millones, no hacen ni un minuto de esta eternidad de gozo que los santos tendrán en el cielo. En el cielo no habrá
pecado que pueda echar a perder nuestro gozo, ni el diablo para quitárnoslo; ni hombre alguno para usurpárnoslo. «Vuestro gozo nadie puede quitároslo» (Juan 16:22). Los goces del cielo nunca declinan, nunca se marchitan, nunca mueren, ni nada puede interrumpirlos ni disminuirlos.
El gozo de los santos en el cielo es un gozo constante, eterno, en la raíz y en la causa, y en la materia del mismo, y en sus objetos. «Su gozo permanece para siempre si su objeto permanece para siempre». Así es Cristo (Hebreos 13:8). Thomas Brooks

martes, 5 de abril de 2011

VIDEO: "ALGUN DIA LO HARÉ"

PORQUE ES IMPORTANTE CONOCER NUESTRA BIBLIA


Muchas son las razones por las cuales el cristiano debe de esforzarse en conocer la
Biblia. Observemos algunas de ellas...
El Cristiano Debe Conocer La Biblia Porque...
Ella tiene poder para salvar nuestras almas (Stg. 1:21)
Ella tiene poder para hacernos sabios para la salvación que es por la fe en Cristo
Jesus (2 Ti. 3:15)
Ella puede traer felicidad a nuestra vida (Jer. 15:16; Sal. 19:8)
Ella puede iluminar nuestra andar (Sal. 19:8; 119:105)
Ella nos alimenta adecuadamente (1 P. 2:2; Jer. 15:16; Ez. 2:8-9; He. 5:11-14)
Ella nos sobreedifica y nos da herencia entre los santificados (Hch. 20:32)
Ella tiene poder para ayudarnos a no pecar contra nuestro Dios (Sal. 119:11)
Ella tiene poder para limpiar nuestros caminos del mal (Sal. 119:9)
Ella tiene poder para ayudarnos a vencer al enemigo (Mt. 4:4, 7, 10)
Ella tiene poder para discernir los pensamientos e intenciones del corazón (He.
4:12)
Ella es inspirada por Dios (Dada por el aliento de Dios) (2 Ti. 3:16; 2 P. 1:20-21;
1 Co. 2:14; 1 Co. 14:37)
Ella puede prepararnos para toda buena obra (2 Ti. 3:17)
Ella es la verdad de Dios (Jn. 17:17; Sal. 19:7-8; 119:160)
Ellas permanecerán para siempre (Mt. 24:35; 1 P. 1:23-25)
Ella nos habla de Jesus (Jn. 5:39, 46-47; Lc. 24:25-27, 44-47)
Ella nos aconseja en el buen camino (Sal. 119:24)
Ella nos enseña de donde venimos y a donde vamos (Gen. 1:26; 2; 1 Ts. 4:16-18)
Ella nos enseña quien creo el universo (Gen. 1:1; Ex. 20:11; Sal. 19:1; 33:6, 9;
He. 1:10-11; 11:1-3)
Ella nos muestra exactamente lo que el hombre debe de hacer para ser salvo (Mr.
16:15-16; Jn. 3:16; 8:24; Lc. 13:3, 5; Hch. 3:19; Hch. 8:37; Ro. 10:9-10; Hch.
2:38; 22:16; Fil. 2:12; Ap. 2:10; Mt. 24:13)
Ella nos dice lo que tenemos que hacer para estar bien con Dios (2 Cron. 7:14)
Ella es el mensaje que Dios nos ha enviado por medio de Jesucristo (Hch. 10:36)
Ella nos enseña lo que es el pecado y nos advierte de las consecuencias si lo
practicamos (1 Jn. 3:4; 1 Jn. 5:17; Stg. 4:17; Ro. 14:23; Ro. 6:23; Stg. 1:13-15)
Estas son solo algunas razones por las cuales el cristiano debería de amar, respetar y conocer las Escrituras. Espero en el Señor que estas razones nos ayuden y nos
motiven para que amemos más la Biblia y nos familiaricemos con ella.

TESOROS DE DAVID "SALMO 15" Charles Spungeor


Este Salmo de David no tiene título o dedicatoria que indique la ocasión en que fue escrito, pero es muy probable que su composición, junto con la del Salmo veinticuatro, que tiene con él una notable semejanza, estuviera relacionada con el traslado del arca al santo monte de Sión.

Lo llamaremos el Salmo de «La pregunta y la respuesta». El primer versículo hace la pregunta;el resto de los versículos son la respuesta.
Vers. 1. Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? Allí donde los ángeles inclinan sus rostros velados, ¿cómo podrá el hombre adorar en absoluto? C. H. S.
¿Quién es éste? Decidlo si podéis:
¿Quién llegará a esta firme morada?
Pilato dice: «¡He aquí el Hombre!»
Y Juan: «¡He aquí el Cordero de Dios!»
—John Barclay, citado por A. A. Bonar
Vers. 2. El que anda en integridad y hace justicia, y habla ver-dad en su corazón. Observad el andar, obrar y hablar del hombre aceptado. Andar es de más importancia que hablar. Sólo es justo el que anda en integridad y hace justicia. Su fe se muestra mediante buenas obras, y por tanto no es una fe muerta. La casa de Dios es una colmena de obreros, no un nido de zánganos.C. H. S.
Cuando las ruedecillas de un reloj se mueven dentro de la caja, las manecillas de la esfera se mueven fuera. Cuando el corazón de un hombre es sano en su conversión, entonces la vida será hermosa en su profesión. Cuándo un conducto está cerrado a la vista, ¿cómo podremos juzgar de la fuente sino por las aguas que circulan y salen del caño? William Secker
Y hace justicia. Un justo puede hacer obras justas, pero no hay obras de un hombre injusto que puedan hacerle justo. Thomas Boston
La escalera de Jacob tenía peldaños, en los cuales no vio a nadie que estuviera quieto, sino que todos ascendían o descendían por ella. Asciende tú de la misma manera al extremo de la escalera, al cielo, y allí oirás a uno que dice: «Mi Padre está obrando ahora, y yo también obro.» Thomas Playfere
Pero observa aquí, dice David, «que obra justicia»; no que habla sobre la justicia, piensa u oye sobre ella; porque «no son los oidores de la ley, sino los obradores de la ley, los que son justificados». La única obra que podemos esperar que sea considerada y tenida en cuenta es la obra de justicia; todas las demás obras que nos impulsan o atraen bajo la apariencia de piedad no son nada. Martin Lutero
Y habla verdad en su corazón. Los anatomistas han observado que la lengua del hombre está relacionada con una doble cuerda al corazón. Thomas Boston
Estoy agradecido por la convicción y sentimiento que tengo de la maldad de mentir; el Señor aumente mi aborrecimiento a él. Me esforzaré por limpiarme de toda inmundicia: nunca habrá una lengua mortificada cuando haya un corazón sin mortificar. Benjamín Bennet, Oratoria cristiana

Vers. 3. El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni hace agravio alguno a su vecino. Todos los calumniadores son el fuelle del diablo para aumentar la contienda, pero son peores los que soplan desde detrás del fuego. Trapp dice que «el chismoso lleva al diablo en su lengua, y los que le escuchan, el diablo en su oído».
«¡Echad a este hombre!», decimos de un borracho; con todo, es discutible si su comportamiento zafio nos causará tanto daño como la historieta insinuante del chismoso. «¡Llamad a la policía!»,
decimos cuando vemos a un ladrón haciendo de las Suyas; ¿no deberíamos sentir indignación cuando oímos a un chismoso aplicado a su labor? «¡Perro rabioso, perro rabioso!» es un grito terrible y causa un gran alboroto, pero hay pocos perros que muerdan con tanta saña como las lenguas de los que llevan comidillas. «¡Fuego, fuego!» es un grito que nos alarma, pero la lengua del chismoso está encendida en el fuego del infierno, y los que se ocupan en chismorrear harían mejor en cambiar, pues van a hallar que hay fuego en el infierno para las lenguas sin freno. C. H. S.
Y esto sería más tolerable si fuera la única falta del hombre impío, de los enemigos de la religión, porque como dice el proverbio: «La maldad procede del malvado.» Cuando el corazón de un hombre está lleno del infierno, no es de extrañar escuchar a esta persona que reprocha a los hombres de bien, incluso por su bondad. Pero, ¡ay!, la enfermedad no se limita a esto; esta plaga no se halla sólo entre los egipcios, sino también entre los israelitas. Ten compasión de tus hermanos; ya es suficiente que los ministros y cristianos piadosos estén llenos de reproche hacia el malo, no hay necesidad de que tú aportes tu porción en esta forma diabólica. Matthew Poole
La víbora sólo hiere cuando pica; las hierbas o raíces venenosas sólo matan al que las masca, maneja, huele o se acerca a ellas; pero el veneno de las lenguas calumniadoras es mucho más letal y pestífero; porque a escondidas mata y hiere, no sólo de cerca, sino también de lejos; no sólo en casa, sino también fuera; no sólo en nuestra nación, sino en los países extranjeros; y no tiene compasión ni de vivos ni de muertos. Richard Turnbull
Vers. 3, 4 y 5. ¿Qué me importa ver a un hombre conmovido al escuchar un sermón, si engaña y miente tan pronto como llega a su casa? El que no tiene religión para gobernar su moralidad no es mucho mejor que mi mastín; en tanto que se le acaricia, complace y no se le pellizca, jugará contigo como si fuese un animal bueno y moral; pero si le dañas, se te echará a la cara y te desgarrará el cuello. John Seldon
Vers. 4. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. Un pecador adornado con una cadena de oro y vestidos de seda no puede ser comparado con un santo en harapos, como la lumbre de un candelero de plata con el sol tras una nube. C. H. S.
El condenar al malo y honrar al piadoso son cosas que están en oposición. Dios no aborrece a nadie, pero no hay nada más que aborrezca en el mundo que el pecado.Peter Baro
Agustín, como dice Posidonio, para mostrar cuánto aborrecía a los chismosos y alumniadores de los demás, tenía dos versitos escritos sobre su mesa; la traducción de los mismos es como sigue:
Aquel a quien le gusta difamar al ausente, Sepa que en esta mesa no puede estar presente. —Richard Turnbull
Aquel que jura para su propio daño, y no cambia después.
Sus palabras son firmes como oráculos; Su amor, sincero; inmaculado es su pensamiento; Sus lágrimas, del corazón mensajeros directos; Su corazón se halla del fraude tan distante Como lejos se halla el cielo del infierno. —William Shakespeare
Vers. 5. Quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho. Los teólogos puritanos están casi unánimemente en contra de aceptar interés alguno por un préstamo de dinero, y llegan a decir que prestar a un penique por ciento al año basta para llevar al infierno al que persiste en hacerlo. El exigir un interés excesivo es un pecado detestable; el percibir los intereses usuales y corrientes en un país comercial no es contrario a la ley del amor.C. H. S.
Por usura se entiende generalmente la ganancia de algo por encima del capital, o sea lo que se presta, exigido sólo en consideración al préstamo, se trate de dinero, trigo, mercancía u otra cosa semejante. Es considerada como una ganancia ilegítima la que una persona hace por medio de su dinero o bienes. Alexander Cruden
No hay clases de usura peores que una manera injusta de hacer tratos, en que la equidad es puesta a un lado por los dos participantes en el trato. Recordemos, pues, que todos los tratos en que uno injustamente procura ganar por medio de la pérdida del otro, se les dé el nombre que se quiera, han de ser condenados.
Se puede preguntar si todas las clases de préstamos a interés han de ser puestas bajo esta denuncia y ser consideradas como ilegitimas. Si las condenamos a todas sin distinción, hay el peligro de que muchos se vean llevados a una situación apurada en que, viendo que han de incurrir en pecado en cualquier forma que se muevan, puedan sentirse desesperados y, por ello, se lancen a toda clase de usura sin discriminación. Por otra parte, cuando admitimos que algo puede hacerse legalmente en esta dirección, muchos pueden creer que se les da carta blanca, y piensan que se les ha concedido hacer uso de la usura sin control o moderación.
No es sin causa que Dios, en Levítico 25:35-37, prohíbe la usura, añadiendo esta razón: «Y cuando tu hermano empobrezca y se acoja a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia.» Vemos que el fin que motiva la ley fue que el hombre no oprima cruelmente al pobre, sino que le reciba con simpatía y compasión.
De donde se sigue que la ganancia que adquiere el que presta su dinero a interés sin causar opresión a otro no está incluida dentro del capítulo de la usura injusta. La palabra hebrea neshek que emplea David, se deriva de otra que significa «morder», lo cual muestra suficientemente que la usura es condenada en cuanto al hecho implicado en ella de llevar a la licencia de robar y esquilmar a nuestro prójimo. En resumen, siempre que hayamos grabado en nuestro corazón la regla de equidad que Cristo prescribe en Mateo 7:12: «Así que, todo cuanto queráis que los hombres os hagan a vosotros, así también hacedlo vosotros a ellos», no será necesario entrar en una discusión prolongada respecto a la usura. Juan Calvino
El que hace estas cosas, no resbalará jamás. No es el que oye mucho o habla mucho de religión, ni el que predica u ora mucho, ni el que piensa mucho sobre estas cosas y tiene buena intención, sino el que hace estas cosas -el que realmente se ocupa en ellas- el que es religioso y verdaderamente piadoso.
No es el que profesa de modo formal, el que discute mucho, el perfeccionista; no es el que oye constantemente o habla sin cesar, ni el maestro laborioso, ni el hermano dotado, ni el que tiene buenos deseos pasajeros, sino que el que honrada y sinceramente hace estas cosas, permanecerá firme en la prueba, en tanto que todas las pretensiones falsas arderán y se consumirán bajo las llamas escudriñadoras, como paja y hojarasca, según expresa el apóstol.
El llevar la librea de Cristo y no servirle, es una burla para el Maestro; el admitir en nuestra profesión y negar en nuestra vida práctica, es como el caso de Judas: Traicionarle con un beso de homenaje; como el de los rudos soldados, inclinar la rodilla delante de El y, entretanto, golpearle la sagrada cabeza con el cetro de caña; y como Pilato, coronarle de espinas, crucificarle y escribir sobre su cabeza «Rey de los judíos»; en una palabra, injuriarle con nuestros honores y herirle con nuestros reconocimientos.
Profesar ser cristianos sin que haya una vida que corresponda, no sólo no contribuirá en forma alguna a salvar a nadie, sino que agravará la condenación del tal; una amistad fingida, en el gran día de los descubrimientos, se verá que es la peor de las enemistades. Una mera formalidad externa de adoración es, a lo más, el sacrificio de Prometeo, un esqueleto de huesos y un fraude religioso. Condensado de Adam Litleton
Porque si fuera bastante con leer o escuchar estos preceptos, entonces habría un número ingente de personas vanas y malvadas que entrarían y seguirían en la iglesia, que, después de todo, no tienen lugar en ella; porque hay muy pocos, o ninguno, que no haya leído o escuchado estas cosas. A pesar de ello, no las hace. Richard Turnbull