miércoles, 7 de marzo de 2012

Usos y costumbres bíblicas: "Programa Diario de Actividades"


LEVANTARSE TEMPRANO
Referente a la hora de levantarse de la cama, un escritor ha descrito el asunto así:
“El hábito de levantarse temprano es general en Palestina. El clima lo hace una
necesidad la mayor parte del año, siendo tal el calor que los trabajos pesados son opresivos una hora después de la del sol. Al amanecer los trabajadores van al desempeño de sus obligaciones, y los viajeros temprano emprenden su camino".
Muchos pasajes bíblicos indican la costumbre de levantarse temprano que se practicaba en aquellos días. El libro del Génesis menciona una ocasión en que "Abraham se levantó muy de la mañana" (Gén. 22:3). El libro del Éxodo nos dice que: "Moisés se levantó temprano” (Exo. 34:4). Las Sagradas Escrituras nos dicen que Job “Levantabase de mañana" (Job. 1:5).
De las gentes que deseaban oír las enseñanzas de Cristo, dice Lucas: "y todo el pueblo venía por la mañana, para oírle en el templo" (Luc. 21:38). Y Marcos dice de Jesús, "y levantándose muy de mañana, aún muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y ahí oraba" (Marc.1:35). Otros ejemplos de levantarse temprano en tiempo de las Escrituras, Podrían citarse.

LAS MUJERES MUELEN EL GRANO
El primer sonido que alegra el oído temprano en la mañana en muchos pueblos
palestinos, es el de la molienda del grano. Actualmente, como en los años antiguos, muchas de estas gentes usan molino de mano con este propósito. Un viajero que pasa frente estos hogares humildes oye el ruido del molino de mano en la mañana y en la tarde, Este ruido de la molienda no es precisamente musical, pero así a muchos les gusta dormirse oyéndolo. En la mente de las personas que viven en el Oriente, este ruido lo asocian con el hogar, el confort y la abundancia. Las mujeres son quienes hacen esta tarea, principalmente temprano por las mañanas, requiriéndose algunas veces trabajar hasta el medio día para terminarlo.
Cuando Jeremías lanzó juicio sobre Israel por sus pecados, dijo con referencia a lo que Dios quería de ella: "Y haré que perezca de entre ellos voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz desposada, ruido de muelas" (Jer. 25:10). De esto puede inferirse que el ruido de estos molinos de mano es una indicación de actividad y vida, y su ausencia puede ser signo de suma desolación.
Las referencias bíblicas a los molinos de mano son fieles a las costumbres Orientales.
El trabajo es de los sirvientes si acaso la familia dispone de ellos; si no, las mujeres lo ejecutan, porque los hombres lo consideran muy humilde, y ellos no ejecutan tareas serviles. La parte del juicio sobre Israel es la destrucción de Jerusalén por el enemigo. "Llevaron los mozos a moler"
(Lam. 5:13). Y los filisteos castigaron a Sansón de esa manera, porque se dice de él, "que moliese en la cárcel" (Jue. 16:21).
Aun cuando hay molinos de mano sencillos para usarlos una sola persona, es común
que dos mujeres trabajen en uno juntas. El molino está compuesto de dos piedras de cuarenta y cinco a sesenta centímetros de diámetro. Las mujeres se sientan a él poniéndose la una frente a la otra. La piedra superior se mueve sobre la inferior impulsada por una manija que es halada alternativamente y empujada. Este es el proceso que se sigue, según Anis C. Haddad, en Palestine Speaks:
"La piedra superior da vueltas en derredor de un pivote de madera en el Centro de la de abajo.
El agujero de la piedra superior para el pivote está en forma de embudo para recibir el maíz, el que es puesto por ambas mujeres dentro, según se requiere. La harina que va saliendo de entre las piedras se recoge en una piel de oveja puesta bajo el molino".
Job habla de un corazón "fuerte como una piedra, y fuerte como la muela de abajo" (Job 41:24). El Dr. Thompson dice que la piedra inferior del molino no siempre es más dura que la superior pero él ha visto la muela hecha de una lija muy compacta y gruesa, mientras que la piedra superior era de lava, sin duda, porque siendo muy ligera, es más fácil hacerla girar en derredor con la mano.

TIEMPO PARA LAS COMIDAS
Las comidas no siempre se sirven al mismo tiempo en el Oriente, y la naturaleza de las comidas varía en las diferentes regiones. Este mismo fue igual en los tiempos bíblicos. En general debe de se que los hebreos daban solamente dos comidas, el almuerzo y comida. La hora para el almuerzo varía desde temprano en la mañana hasta el medio día. Jesús les sirvió el almuerzo a un grupo de pescadores hambrientos temprano en la mañana (Jn. 21:12).
Al comentar las negligencias de los guardas del rey Eglón 3:24), Josefo el historiador judío dice: "Era tiempo de verano, medio día, cuando los guardas no estaban en su puesto, tanto el calor, como porque habían ido a comer". Se llama la atención al hecho de que la palabra que Josefo usa por "comida" es una pala que quiere decir "almuerzo" como se usa en el Nuevo Testamento. Se desprende de esto que el historiador judío da a entender que algunas veces el almuerzo se servia tan tarde como al medio día, en tiempo. Sin duda que con frecuencia se servia al medio día. En la parábola del casamiento del hijo del rey, el mensaje se envió a los invitados, "He aquí, mi comida he aparejado” (Mat. 22:4). La de bodas sería semejante a la "comida de bodas" inglesa.
Jesús menciona las dos comidas de los judíos en una exhortación hecha a su
hospedador, "cuando haces comida o cena" (Luc. 14 La comida de la tarde en muchos casos es la principal, pero siempre; todo dependía de la naturaleza y lugar de trabajo de hombres. La costumbre en algunas ciudades modernas de almuerzo entre las nueve y las doce, y la comida por la tarde, corresponden a las dos comidas de los judíos en tiempos bíblicos.

FABRICACION DE TELAS Y HECHURAS DE VESTIDOS
Las mujeres judías fabricaban las telas para la familia. La lana que usaban se obtenía de los rebaños. Tenía que hilarse sin el USO de telares modernos. Referente a este proceso, el libro de los Proverbios en su tributo a la madre ideal lo describe así: "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaran la rueca" (Prov. 31:19). Los antiguos egipcios y babilonios, eran expertos en tejer, tenían grandes telares, pero la mayoría del pueblo común palestino usaba telares muy primitivos, y el proceso de tejido era de necesidad, era lento y tedioso. Por supuesto que no
había máquinas de coser o agujas de acero. Las agujas eran muy toscas y hechas de bronce, y algunas veces de astillas de hueso que se afilaban de un extremo y con un agujero en el otro.
Se dice que actualmente la mayor parte del hilado en Siria es hecho por mujeres ancianas. Da ocasión a las tejedoras de unirse. Así ellas hilan mientras platican, y algunas veces mientras comen en un modo informal. Cuando dice la Escritura, "Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaron la rueca” (Prov. 31:19), es lo mismo que decir, "Ella nunca está ociosa", o como dirían los sirios, "Su huso nunca está fuera de sus manos".

LAVADO DE TELAS
Las mujeres árabes, al lavar su ropa actualmente, van a los manantiales, corrientes de agua, piscinas o canales de riego. Sumergen su ropa, luego la sacan poniéndola sobre piedras planas, las cuales abundan en Palestina, la golpean con una cachiporra de medio metro de largo. Acarrean el agua en recipiente de piel de cabra Y tienen una vasija para enjuagar la ropa.
Qué proceso se usó en tiempos de David, seguramente indica en su oración de su
salmo penitencial: "Lávame más de mi maldad" (Sal. 51:2). Este cuadro viene del proceso del lavado de la ropa. Alejandro McLaren dice a este respecto:
“La palabra empleada es significativa; probablemente quiere decir lavar amasando y
golpeando, no simplemente enjuagando. El salmista esta listo a someterse a una disciplina dolorosa, con objeto de ser limpiado. "Lávame, golpéame, hóyame, golpéame con malletes, arrójame contra las piedras, haz conmigo cualquier cosa, si acaso estas sucias manchas son quitadas de los tejidos de mi alma”.
El jabón que se usaba para lavar está muy claro en las Escrituras. La palabra se
encuentra en las traducciones comunes de libros de Jeremías y Malaquías (Jer. 2:22 y Mal.3:2). Este jabón era indudablemente un alcalí vegetal. Job dijo: "Aunque me lave aguas de nieve, y limpie mis manos con la misma limpieza" (9:30). Este era un alcalí vegetal. Hay en la Biblia dos referencias al alcalí mineral, el que era llamado nitrato (Prov. 25:20 y 2:22). Esto era probablemente el "natrón" tan ampliamente usado en Egipto.

LAS NIÑAS CUIDAN EL GANADO
Entre los árabes beduinos donde los camellos requieren la atención de los hombres, la tarea de cuidar las cabras es asignada a jóvenes de la casa. Estas pastorcitas algunas veces tienen dificultades para dar agua a sus ganados, si acaso los pastores de los rebaños de camellos vienen en uno de sus períodos de cinco días de pasto sin agua. Las mujeres no son consideradas, a pesar de su sexo, por estos hombres. La Historia Sagrada nos relata cómo Moisés protegió a las hijas de Jetro cuando ellas buscaban una oportunidad dar agua a sus ganados. Una de estas hijas vino a ser después esposa de Moisés (Ex. 2:15-21).

LA SIESTA DEL MEDIO DIA
Durante la temporada del verano en Palestina, el tiempo de calor máximo es al medio
día, de las doce a las tres de la tarde, hay cesación de la mayor parte de las actividades durante ese tiempo en muchas partes de la tierra. Descansan en sus casas o donde pueden encontrar un lugar apropiado. Las lavanderías y las tiendas por lo regular cierran sus puertas durante esas horas.
En el Antiguo Testamento era común este descanso al medio día. El Génesis nos
cuenta que Abraham estaba sentado a la puerta de su tienda en el calor del día (Gen. 18:1).
El hijo de Isboset, estaba durmiendo al medio día "el cual esta durmiendo en su cámara la siesta" (2 Sam. 4:5). Y cuando Saúl entró en la cueva donde David y sus hombre habían sido localizados, él sin duda lo hizo para dormir su siesta del medio día. "Entró Saúl en ella a cubrir sus pies" (1 Sam. 24:4).

CONVERSACION DIARIA
Usar el nombre de Dios en la conversación. En las tierras anglosajonas raramente se
menciona el nombre de Dios en las conversaciones diarias, excepto por los profanos. Pero entre los árabes de las tierras bíblicas, el nombre de Dios constantemente está en los labios de aquella gente. Una persona asombrada exclamará "Masahallah", es decir "Lo que ha hecho Dios" Que es la misma expresión usada hace siglos por Balaam (Núm. 23:23). Si a un hombre se le pregunta si espera hacer cierta cosa, contestará, "Si Dios quiere". Esta es la clase de contestación que recomienda Santiago en su Epístola (Sant. 4:1). Si se pone a un niño en tal forma que usted pueda admirarlo, la abuela dirá: "He aquí, la dádiva de Dios", palabras reminiscentes de la declaración del salmista, "He aquí, heredad de Jehová son los hijos" (Sal.
127:3). Cuando un agricultor saluda a Sus trabajadores les dice: "Dios sea con ustedes". Ellos contestarán, "Dios lo bendiga". Estos son algunos de los saludos usados hace siglos cuando Booz se acercó a sus trabajadores (Ruth 2:4) - Esas pías expresiones, por supuesto pueden usarse tan frecuentemente que lleguen a perder su significado, y en los labios de gente insincera pronto pierden su valor. Pero esas conversaciones forman un gran contraste con las que se oyen entre los occidentales.
Desde los días de los patriarcas hasta los de los apóstoles, la conversación diaria entre los judíos incluye muchas referencias a la Deidad. Sin duda que había labios insinceros que pronunciaban el nombre de Dios descuidadamente, pero cuando esta costumbre practicada por gente de Dios. ¡Qué hermosa era! En el libro de Ruth, encontramos muchos ejemplos de tales conversaciones. Uno de ellos es, cuando las amigas de Noemí exclamaron: "Bendito sea el Señor”. (Ruth 4:14). Sería bueno que los cristianos modernos usaran el nombre de Dios en sus diarias conversaciones.
Uso de lenguaje figurado y expresiones exageradas. La manera oriental de hablar,
frecuentemente es para registrar gráficamente que se quiere dar a entender, o quizá
demostrarlo. Lucas nos da buen ejemplo en su relato de las experiencias de Pablo: "Descendió de Judea un profeta, llamado Agabo; y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón cuyo dueño es este cinto" (Hech. 21:10, 11).
Si Juan el Bautista hubiese hablado como algunos oradores de Occidente, hubiese
dicho: "Vuestras pretensiones a la virtud y nacimiento, exceden grandemente vuestra práctica actual de la virtud". Siendo un oriental legítimo, él dijo: "Generación de víboras ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que vendrá? Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Y no penséis decir dentro de vosotros. A Abraham tenemos por padre: porque yo os digo, que puede despertar hijos a Abraham aun de estas piedras" (Mat. 3:7-9)
El mucho uso de figuras en el idioma en la enseñanza y conversación hacen del libro un típico libro oriental.
Los orientales con frecuencia hacen declaraciones que para occidentales parecen
exageraciones inmerecidas. Un hombre dirá otro: "Lo que te digo es cierto; si no, me corto el brazo o si no, dirá: "Te prometo esto, y si no cumplo mi promesa, me sacaré el ojo derecho". En aquellas tierras nadie soñará siquiera que tal resolución pueda llevarse al cabo. Esas expresiones simplemente quieren decir que el que las dice, es persona seria.
Los orientales pueden muy bien apreciar lo que Jesús daba a entender cuando decía:
"Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: Y si tu mano derecha te fuere ocasión de caer, córtala y échala de ti" (Mat. 5:29, 30). Muchas de las expresiones de Jesús deben entenderse a la luz de las conversaciones diarias de su tiempo.
Aquí tenemos algunos ejemplos: "Mas os digo, que más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Mat. 19:24) -"Guías ciegos, que coláis el mosquito, mas tragáis el camello" (Mat. 23:24) "Y ¿Por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu ojo?" (Mat. 7:3). Al leer estos pasajes de la Escritura, los occidentales deben recordar el afecto de los orientales por la hipérbole. Tratando asuntos delicados en compañía mixta. Los que visitan Palestina de todas partes del mundo, con frecuencia se ofenden por la manera como en las diarias conversaciones de los nativos, se incluyen asuntos de los que nunca se hablaría en círculos corteses occidentales. El oriental considera perfectamente propio hablar acerca de cualquiera
cosa que sea natural en presencia de hombres, mujeres y niños. Y esto se hace en círculos sociales refinados. Una mujer respetable de la Tierra Santa no puede entender por qué algunos críticos de la Biblia han condenado la mención de ciertos pasajes escriturales que tratan asuntos que parecen una sinrazón para los occidentales. La historia que se relata en Génesis de los detalles concernientes al nacimiento de los gemelos, Esaú y Jacob (Gen. 25:23-26), puede ser relatada en una asamblea en el Oriente, aun con más detalles, sin venir un sonrojo a ninguno de los presentes. Hace algunos cientos de años se hacía lo mismo en Inglaterra.

LAS MUJERES VAN POR AGUA
Tarea es de las mujeres el ir a traer el agua de los pozos, y manantiales para los
quehaceres hogareños. En la actualidad lo ha en muchas partes en Oriente, de la misma manera que lo hace cuando los relatos del Génesis hablan de "la hora de la tarde, la hora en que salen las mozas por agua" (Gen. 24:11) - Las mujeres entrenan para este trabajo desde la niñez, pues Saúl y su siervo “hallaron unas mozas que salían por agua" (1 Sam. 9:11). El mejor tiempo para este trabajo era por la tarde, aun cuando algunas veces se hacía temprano por las mañanas. Cántaros de barro (Lam. 4:2), se usaban para este trabajo, los que tienen a veces una o dos asas.
Ha sido una costumbre entre las mujeres siríacas, llevar el cántaro de agua en su
hombro, aunque algunas lo llevan sobre la cabeza. La mayoría de las mujeres árabes en Palestina lo llevan sobre su cabeza. La Escritura nos dice que Rebeca llevaba su cántaro en el hombro (Gen. 24:15).
El llevar un cántaro al agua era costumbre universal de las mujeres. Debe haber sido un cuadro pintoresco verlas ir y venir con su cántaro graciosamente puesto en su cabeza o su hombro. Cuando Jesús dijo a dos de sus discípulos "Id a la ciudad y os encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle" (Marc. 14:13), ese era un modo fácil de identificar a una persona, porque no es nada común ver a un hombre llevar un cántaro con agua, porque esta es tarea de las mujeres. Cuando grandes cantidades de agua se necesitan, los hombres usan grandes sacos de piel de oveja o cabra para llevarla. Los cántaros se reservan para uso de las mujeres.
No se deja nada en el pozo que pueda servir para sacar agua de lo profundo. Cada una
de las mujeres que van a traer el agua además de Su cántaro, lleva una cubeta de cuero y una soga, suficientemente larga para bajarla hasta el nivel del agua. La mujer samaritana a quien Jesús encontró en el pozo de Jacob, había traído todo esto, pero Jesús no tenía un equipo igual. De allí que ella le dijera: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo" (Jn 4:11).
En respuesta a su solicitud de que le diese de beber, ella la sacó del pozo y la dio a él.

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