viernes, 20 de abril de 2012
Usos y costumbres en tiempos biblicos: Vestidos y Ornamentos
Los estilos de vestidos en las tierras occidentales sufren cambios constantemente. Por el contrario, en los países orientales, la manera de vestir actual es casi la misma de hace siglos. Hay un punto de vista prevaleciente en las tierras bíblicas, y es que está moralmente equivocado el cambiar cualquiera cosa antigua. Así el vestido redominante en Palestina en los tiempos modernos (excepto el de los judíos que han regresado a su tierra de varios países del globo) es tal como era en las épocas en que se escribió la Biblia.
LA ROPA INTERIOR TUNICA O CAMISA
La túnica (impropiamente traducido "saco") era una camisa que se usaba junto al cuerpo. Se hacia de piel, tela de pelo, lana, lino, y en tiempos modernos usualmente de algodón. La forma más sencilla era sin mangas, y llegaba hasta la rodilla y algunas veces al tobillo. La gente "bien" la usaba con mangas y hasta el tobillo, tanto las mujeres como los hombres las usaban (véase Cant. 5:3), aun cuando sin duda había una diferencia de estilo y modelo en lo que ambos usaban. Entre las clases pobres, la túnica era la única prenda de vestir usada en verano. Las personas de más alta clase usan solamente la túnica en el interior de su casa, pero no la usaban sin llevar una vestidura encima cuando estaban fuera de casa, o cuando recibían alguna persona. El término "desnudo" en la Biblia, se usaba cuando el hombre vestía sólo la túnica (cf. Isa. 20:2-4; 1:8; Jn.21:7). De la persona que iba vestida de esa manera escasa, se decía que iba "desnuda".
Por regla general los judíos en tiempo de Cristo al menos tenían un cambio de indumentaria. Un hombre era considerado pobre si tenía sólo un vestido. Juan el Bautista decía a los que le escuchaba "el que tiene dos túnicas, dé al que no tiene" (Luc. 3:11). Y Jesús envió a los Doce en misión evangelística y sanadora, les dijo que no llevaran dos ropas de vestir (Mat. 10:10).
La túnica que Jacob dio a José (Gen. 37:3) fue, según la Septuaginta y la Vulgata, según la traducción en español una "ropa diversos colores". Pero la expresión hebrea usada aquí es la misma que se usa para el vestido que usó Tamar, la hija del rey David, traducida en griego y latín como "un vestido con mangas" (Vea 2 Sam. 13:18). Por esta razón muchos de los eruditos bíblicos creen que la ropa de Jesús era una túnica larga con mangas: Las clases trabajadoras por lo regular usaban túnicas cortas, mientras que la aristocracia usaba túnicas largas con mangas también largas, era una distinción para José el usar la túnica de los aristócratas, sin embargo, algunos se inclinan a pensar que era un manto que usaba sobre la túnica.
El vestido de Jesús sobre el que los soldados echaron suertes, una túnica sin costura Jn. 19:23). Siempre se ha hecho referencia a él como un manto, pero esto no es correcto porque no era su vestido exterior, sino su ropa interior. Desgraciadamente las tradiciones han sido responsables de esta idea errónea.
LA TUNICA EXTERIOR
En los tiempos bíblicos había una túnica más suelta y más larga, que algunas veces se usaba, pero no por la gente común. La Escritura indica su uso por los reyes (1 Sam. 24:4), por los profetas (1 Sam. 28:14), por los nobles (Job 1:20), y algunas veces por los jóvenes (1 Sam. 2:19). Algunos eruditos bíblicos piensan que era un tercer vestido, es decir, aparte de la túnica acostumbrada y la capa exterior. Pero otros han pensado de esto como de un manto especial que se usaba sobre la túnica, y ésta puede haber tomado el lugar de la capa.
EL CINTO
Si la túnica no se sujetaba con un cinto, podía estorbar, no permitiendo andar libremente, así es que siempre se usa un cinto cuando se sale del hogar para hacer cualquier jornada (véase 2 Reyes 4:29; Hech. 12:8). Hubo antes y hay actualmente dos clases de cintos.
Uno era la variedad común, hecho de cuero, por lo regular de quince centímetros de ancho y equipado con broches. Esta era la clase de cinto usada por Elías (2 Reyes 1: 8), y por Juan el Bautista (Mat.3:4). El otro es de una clase más costosa. Es de lino (véase Jeremías 13:1),aunque algunas veces era de seda o de material bordado. Es generalmente de ancho, como de una mano. El cinto sirve como una faltriquera donde se guarda dinero (2 Sam.18:11) y otras
cosas que se necesitan (Marc. 6:8). El cinto se usaba para afianzar la espada de la persona a su cuerpo (1 5am. 25:13). Por eso el cinto era una parte muy necesaria en el vestuario del hombre.
En las Escrituras con frecuencia se hace un uso simbólico del cinto. Cuando Jesús dijo a sus discípulos: "Estén ceñidos vuestros lomos" (Luc. 12:35), es como si hubiese dicho: "Sed como hombres que tienen una gran carrera que hacer, recoged vuestras ropas, asegurándolas
con el cinto; para que nada os impida vuestros pasos".
En lenguaje bíblico "estar ceñidos" quiere decir: estar listos a la acción" (cf. Sal. 18:39).
El profeta Isaí habla de que será la justicia cinto de los lomos del Mesías cuando él gobierne el mundo (Isa. 11:5). Y Pablo describe la verdad como cinto del cristiano en su lucha con Satán (Ef. 6:14).
EL MANTO O LA CAPA
El vestido exterior que los aldeanos palestinos usan, es una larga que serviría a los occidentales de abrigo. Se fabrica de o pelo de cabra y algunas veces de algodón. Es de color café oscuro de diferentes tonos y con tiras blancuscas perpendiculares, como abrigo contra el viento y la lluvia, y como cobertor por las noches. Es un cuadro más o menos común el ver a un hombre andando en un día caluroso, llevando su pesada capa. Y si se le pregunta por qué la
lleva, su contestación será, "Lo que resguarda del frío, resguarda también del calor".
Fue este vestido o capa exterior la que usó Elías para abrir aguas del río Jordán cruzándolo en seco con Eliseo. Luego, al transportado al cielo, su capa vino a ser propiedad de Eliseo (2 Reyes 2:8-13). Los tres jóvenes hebreos que fueron arrojados al horno ardiendo,
estaban ataviados con sus mantos, así como de sus capas y otro vestido (Dan. 3:21).
La ley de Moisés contenía un mandamiento explícito acerca de este vestido exterior.
Dice la Ley: "Si tomares una prenda de vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se la volverás: porque sólo aquello es su cubierta, es aquel el vestido para cubrir sus carnes, en el que ha de dormir: y que cuando él a mí clamare, yo entonces le oiré, porque soy misericordioso" (Ex.22:26, 27).
La necesidad de este mandamiento se entiende fácilmente do se sabe cómo el manto se usaba por la noche. El acostarse por la noche es un asunto muy sencillo para los beduinos y labriegos. Esteras, alfombras o colchones se usan para acostarse, pero el huésped no provee nada. Cada persona provee lo propio que consiste en su manto. Estando su tejido muy apretado, es caliente, y si la persona duerme fuera en el campo, su abrigo lo resguarda aun de la lluvia
Es por causa de este vestido exterior, que es el abrigo del hombre por la noche, por lo que esta ley no permite a nadie tomarlo como prenda o garantía, porque ello le priva de conservarse en calor mientras duerme. Tal vestido, si se tomaba, tenía que ser devuelto antes de meterse el sol.
El conocimiento de esta ley y su propósito ayuda a entender algunas de las aseveraciones de Cristo. En una ocasión dijo: "y al te quitare la capa, ni aun el sayo le defiendas" (Luc. 6:29). Esta orden fácilmente se entiende porque el vestido exterior sería el que
con más facilidad fuera tomado por un ladrón. Pero en otra ocasión también dijo: "Y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa déjale también la capa" (Mat. 5:40). Un juzgado judío no consentiría que un vestido exterior le fuese quitado a manera de juicio por causa de la ley de Moisés a que se ha hecho referencia. Sin embargo, puede dictarse una sentencia sobre una ropa interior, tales casos Jesús recomendaba ir "1a segunda milla" dando también el vestido
exterior. Debido al tamaño del manto, éste servía para llevar varias cosas en él. El seno siempre se usaba para llevar granos o fruta. Jesús dijo: "Dad, y se os dará; medida buena, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la medida con que midiereis, será vuelto a medir" (Luc. 6:38). Ruth pudo poner seis medidas de cebada en su manto (Ruth 3:15). Así es que el vestido de encima servía para muchas cosas útiles.
TURBANTE
Mucha atención al cuidado de su cabello prestaban los judíos en tiempos bíblicos. A las jóvenes les encantaba llevarlo grande y encrespado (Cant. 5:11), y se enorgullecían dc tenerlo grueso y abundante (2 Sam. 14:25, 26). Los hombres de edad mediana y los sacerdotes ocasionalmente se cortaban el pelo, pero muy poco. La calvicie era rara y se sospechaba que cuando la había, era propicia a la lepra. Por eso cuando los muchachos dijeron a Eliseo "¡Calvo
¡Calvo, sube!" (2 Reyes 2:23), usaban una maldición extrema, que el profeta siendo joven, posiblemente no estaba calvo. Los hombres no se cortaban la barba, sino que se la dejaban crecer bastante (2 Sam. 10:4, 5). La barba se la ungían con aceite con frecuencia.
Los judíos siempre usaban un turbante en público, porque en ciertas estaciones del año es peligroso en Palestina exponer la cabeza a los ardientes rayos del sol. Este turbante era hecho de material grueso y se pasaba varias veces en derredor de la cabeza. Eran algo
parecidos a nuestros pañuelos y eran hechos de lino. Recientemente se fabrican de algodón. El patriarca Job y el profeta Isaías mencionan el uso de turbantes como tocado (Job 29:14; Isa.3:23).
En lugar de turbante, los árabes de Palestina actualmente usan un velo en la cabeza que llaman kaffieh, el cual cuelga sobre parte de su vestido.
SANDALIAS
Los zapatos usados por la mayoría en tiempos del Nuevo Testamento eran sin duda lo que nosotros llamaríamos sandalias. Estas consistían de una suela de madera o de cuero, que se aseguraban a los pies con correas de cuero. Algunas personas usaban algo que se
asemejaba a los zapatos occidentales. Con ellos el pie estaba completamente cubierto, o sólo los pulgares quedaban de fuera. Tales zapatos se consideraban como una voluptuosidad, porque las referencias bíblicas al calzado indican el uso universal de las sandalias.
En el Antiguo Testamento con frecuencia se hace mención de las sandalias. El profeta Amós dijo: "porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos" (Amós 2:6).
Abrahán habló de las correas de las sandalias (Gen. 14:23). Las referencias del Nuevo Testamento a las sandalias son muchas. El ángel dijo a Pedro Cíñete y átate tus sandalias (Hech. 12:8). Y Juan el Bautista se refiere a la agujeta o correa de las sandalias del Mesías (Marc. 1:7).
DIFERENCIA ENTRE EL VESTIDO DE LA MUJER Y DEL HOMBRE
La ley de Moisés prohibí a al hombre usar vestido de mujer, y la mujer usar el vestido del hombre (Deut. 22:5). Entre los árabes beduinos de Palestina hay un gran cuidado en que cualquier no imite la manera de vestir del otro. Un día un viajero descubrió a un hombre que se había puesto un vestido de mujer para hacer un trabajo pesado. Había sido alquilado para ser guía, pero tenía mucho cuidado de que ninguno de sus paisanos lo viera con traje mujer, y se
escabullía tan pronto como podía para ponerse las ropas de hombre.
La diferencia entre el vestido del hombre y el de la mujer se debe notar cuidadosamente. El vestido de la mujer se diferenciaba más del detalle que en clase. Debemos suponer que en cada caso sus vestidos eran un poco más bien acabados. Sin duda que las túnicas eran más largas, capas más largas, que la generalidad. Y si así lo hacían, puede decirse que tenía todo el derecho para ello, porque ellas sólo hacían sus propios vestidos, sino también los de sus señores.
El velo era la característica distintiva del vestido de la mujer. Todas las mujeres, con excepción de las criadas y mujeres de baja condición de vida, usaban el velo. Las mujeres, por lo general nunca se lo quitaban, a menos que estuvieran en presencia de los sirvientes y en muy raras ocasiones. Esta costumbre ha prevalecido entre los orientales hasta la época moderna. Cuando viajan, las mujeres echan hacia atrás el velo sobre la parte trasera de la
cabeza, pero si ven que se aproxima un hombre, lo vuelven a su posición original. Así Rebeca, cuando vio que Isaac se aproximaba a su camello en la caravana, se cubrió la cara con el velo (Gen.24:64, 65). Cuando la mujer está en su casa, no habla a un huésped sin antes ponerse el velo y en la presencia de doncellas. No entran en la cámara del huésped; más bien, permanecen de pie a la puerta, haciendo saber al sirviente lo que desean (véase 2 Reyes 4:12,
13). Es conveniente recordar que las prostitutas no usan velo. Hoy, como en tiempos antiguos, tanto las vírgenes como las mujeres casadas pueden verse llevando el velo en las tierras bíblicas. Las costumbres antiguas no se observan estrictamente por algunas mujeres
musulmanas, porque actualmente van sin velo.
Aun cuando la costumbre era que las mujeres usaran un velo que cubriera completamente la cabeza, cuando estaban en público, esta costumbre no se guardaba estrictamente entre las mujeres hebreas. Se les daba más libertad que la que se permitía a las mujeres árabes.
Los egipcios vieron el rostro de Sara (Gen. 12:14). Cuando estaba orando, Elí "vio moverse su boca" (1 Sam. 1:12). Cuando una mujer se bajaba el velo, estaba estrictamente prohibido a cualquier persona levantárselo, pero ella estaba en libertad para hacerlo si así lo
deseaba. Jesús dijo: "Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (Mat. 5) La Escritura indica que las mujeres algunas veces exponían su a la vista.
Las solteras eran siempre más idóneas para cubrirse el velo que las mujeres casadas.
La cofia de las bethlehemitas tiene bastante interés y nos da sobre las costumbres bíblicas. Constaba de dos partes. Primero había lo que podía llamarse una cachucha alta en cuyo frente cosían hileras de moneda de oro o de plata. Tenía que ser una honrosa circunstancia la que le hiciera compartir con alguien sus monedas. Si ella perdía una de ellas, quería decir que se atraería a mal por la pérdida, y se consideraba como una gran vergüenza, pues, la mujer de quien Jesús nos habla en Lucas 15:8.10, sólo había perdido una dracma que
podía usarse para adquirir algunos artículos, sino que había perdido una parte de lo que su ornamento y que era también su dote. Se hacían reflexiones sobre su carácter. Segundo, estaba el velo que era una pieza grande quizá dos metros y como de uno y fracción de ancho.
Se ponía sobre la cachucha de una manera que cubriera toda la cofia, con excepción de las monedas. La mayor parte de estos velos se fabricaba de lino grueso blanco. Algunos son bordados, mientras que están completamente cubiertos con trabajo de aguja.
O R N A M E N T O S
Como regla general, los judíos no favorecían la extravagancia en el vestido, y había pocos adornos en ellos ornamentos.. Algunos hombres llevaban un anillo en su mano derecha, o suspendido del cuello con un cordón o cadena. En aquel tiempo ésta era una sortija con sello,
y servia como la firma de la persona de su dueño, y por lo tanto no era usado como ornamento.
(Para ejemplos de anillos en la Escritura, véase Gen. 38.18, Cant. 8.6, Luc. 15:22, etc.).
Entre las mujeres había más deseo de adornarse que en los hombres. Pedro y Pablo condenaron el encrespamiento exagerado del cabello en la mujer (1 Ped. 3:3; 1 Tim. 2:9), y el uso de ornamentos posiblemente entraba en la costumbre. Los aretes en su tiempo eran
usados por la familia de Jacob (Gen. 35:4). Los zarcillos de oro de las mujeres israelitas contribuyeron para que Aarón hiciese el becerro de oro (Ex. 32:2). Estos zarcillos como se usan ahora en el Oriente tienen como principales patrones los que son en forma de bolas, pendientes largos, formas semicirculares o discos. En nombre de su amo, el siervo de Abrahán llevaba dos brazaletes listos para regalarle a Rebeca (Gen. 24:22). En años recientes éstos se hacían de oro, plata o vidrio de color. En el tercer capitulo de la profecía de Isaías, hace una lista de muchos de los ornamentos femeninos. A collares y pendientes se hacia alusión en Isaías 3:19. Ahora toman la forma de bolas, cuadros, o cilindros huecos. Las tobilleras que ahora tienen campanas y discos adheridos, también se mencionan en este capítulo (Isa. 3:19).
Actualmente son usados por las mujeres de los beduinos. Los joyeles de las narices que usan estas mujeres forman parte de la lista que hace Isaías de los ornamentos femeninos (Isa. 3:21).
Los amuletos se usaban en tiempos de Isaías (Isa. 3:20), y aún se usan en el Oriente como un hechizo para proteger a la persona de varias clases de males.
VESTIDOS ESPECIALES DE LOS FARISEOS
Los fariseos en su vestido religioso, usaban dos artículos de estido, los que usaban otros judíos y lo enfatizaron de una manera especial que llegó a ser su vestido distintivo. Uno de estos era la filatería. Consistía en una pequeña caja de metal, o tiras de pergamino que se aseguraban en las manos o en la frente por medio de ellas. Esta contenía pasajes de la Escritura que se referían a la Pascua y a la redención del primogénito de Egipto. Esta costumbre basaba en ciertas prevenciones (Ex.13:9, 16). Los judíos aún ponen en sus brazos y en sus frentes.
El otro rasgo característico especial del vestido de los eran las franjas azules puestas en las esquinas del manto, como mandaba la ley mosaica (Núm. 15:37, 38; Deut. 22:12). Los judíos usaban sus filacterias anchas, y franjas largas (Mat. 23:5). Fue por el orgulloso uso de estas cosas sin una apreciación de su valor, Jesús los condenó severamente.
EL VESTIDO DE CRISTO
¿Cómo se vestía el Señor Jesucristo? Los artistas famosos han hecho un retrato famoso de El para nosotros, no siempre nos a dado una idea exacta. Un escritor del siglo pasado ha tratado de describir su vestido. Merece un cuidadoso estudio.
"El debe haber usado siempre sobre su cabeza el turbante, el tocado nacional usado tanto por ricos como por pobres... El turbante que El usaba era blanco probablemente, asegurado bajo su mentón por un cordón y por los lados caía sobre los hombros y sobre su túnica, su turbante llevaba su cabello largo, y su barba sin rasurar. Su túnica el vestido interior, era de una pieza y sin costura; por lo mismo era de algún valor, y probablemente le había sido obsequiada por alguna de las mujeres que le ministraban de sustancias. Sobre ésta llevaba el manto suelto y flotando. Este manto no era blanco, pero se ha dicho que emblanqueció durante la transfiguración. No era rojo, porque era el color militar; probablemente era azul, porque el
azul era entonces común; o bien, pudo haber sido simplemente blanco con rayas cafés. En cualesquiera caso, Jesús tenía en las cuatro esquinas de su manto, las franjas... El usó sandalias en sus pies, como lo sabemos por Juan el Bautista; y cuando viajaba de un lugar en lugar, sin duda llevaba un cinto en derredor de su cintura, llevando un bastón en su mano.
NO IMPORTA LO QUE TE SUCEDE SINO COMO REACCIONAS ANTE LO QUE TE SUCEDE
El enemigo de nuestras almas es un especialista en la utilización de un arma que se llama tentación.
Pero que es la tentación?
La tentación es una combinación de una necesidad real junto con una duda lógica que despierta en nosotros un deseo inapropiado.
Esto quiere decir que él se especializa en utilizar nuestras necesidades reales insatisfechas en nuestra contra, la BIBLIA dice que cuando Jesús fue tentado por el diablo en el desierto (Mateo 4: 1 al 11), el enemigo trabajo sobre tres necesidades especificas que se encontraban insatisfechas, fruto de haber estado 40 días en el desierto.
Estas eran las tres necesidades:
Necesidad física = hambre “…di que estas piedras se conviertan en pan”
Necesidad emocional = seguridad “…Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti y En sus manos te sostendrán,
Necesidad material = posesión “…Todo esto te daré, si postrado me adorares”
Jesús en su naturaleza humana estaba hambriento después de haber pasado 40 días sin comer , se sentiría solo dado que nadie lo acompañaba y también estaba desprovisto de todo bien ya que estaba en el medio del desierto en ayuno.
Pero ante cada tentación presentada por el enemigo, Jesús utilizo un “arma espiritual poderosa en Dios” y le respondió por “… porque escrito está”.
Han pasado más de 2000 años pero aún hoy en día el diablo sigue utilizando la tentación a través de nuestras necesidades reales insatisfechas para que abortemos el propósito de Dios para nuestras vidas, pero también sigue siendo la PALABRA DE DIOS el arma espiritual para “…derribar todo argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios” (2da Cor.10:5).
La proclamación de la PALABRA frente a tus necesidades reales dejan en manifiesto lo que hay en tu interior y en quien esta puesta tu esperanza, porque “de la abundancia del corazón habla la boca”.
El es padre de toda mentira (Juan 8:44) y te quiere hacer creer que la crisis que estás viviendo será para siempre que nunca cambiara, pero la BIBLIA dice otra cosa:
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria…” (2da Cor. 4: 17)
La clave para entender este principio del reino es ver más allá de la dificultad sabiendo que…
“…no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 da. Cor. 4:18)
Por eso, lo importante no es lo que te sucede sino como reaccionas ante lo que te sucede, la reacción de Jesús frente a lo que le acontecía fue la clave, tal vez no puedas cambiar tu realidad, probablemente tus necesidades reales insatisfechas sigan están ahí, formando parte de tu vida, pero si puedes determinarte cómo reaccionar ante ellas y sobre todo ante la utilización que el enemigo quiere hacer de las mismas.
viernes, 6 de abril de 2012
Manual de Billy Graham para Obreros Cristianos, Tema : "El Aborto"
"EL ABORTO"
Antecedentes
La mayoría de los cristianos evangélicos consideran que ningún médico ni practicante tiene derecho a tomar el lugar de Dios para poner fin a una vida humana mediante el aborto. Ninguna mujer tiene "derechos" sobre su propio cuerpo hasta el punto de tener libertad para destruir arbitrariamente niños no nacidos. El embrión que se desarrolla en su cuerpo es mucho más que una simple parte de ella. Tiene existencia separada. ¡Es otra vida!
Las Escrituras conceden un valor primordial a la vida humana. Es sagrada y de un valor inestimable para Dios, que nos creó "a su imagen" (Génesis L26, 27), que sostiene la vida ("En sus manos está el alma de todo viviente y el hálito de todo el género humano" (Job 12:10) ) y nos redimió (2 Corintios 5:19).
El aborto es malo porque la Biblia dice: "No matarás" (Deuteronomio 5:17). Es malo porque cada feto tiene potencial para convertirse en una persona plenamente desarrollada y responsable ante Dios. David escribió hace miles de años: "Mi embrión vieron tus ojos. Y en tu libro estaban escritas todas aquella cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:16).
Estrategia de asesoramiento
Este problema tiene muchas facetas. Dos de las que es muy posible que el consejero tenga que abordar son el de una mujer que está planeando tener un aborto, y el de los sentimientos de culpa de alguien que lo haya tenido ya. Será preciso tratar a esas personas de modos distintos. Los consejeros pueden tener también que tratar a los padres de una joven encinta, el padre de un bebé, el personal médico que deberá efectuar abortos o ayudar en ellos, etc.
La persona que planea tener un aborto:
1. Déle ánimo. Dígale que hizo muy bien al decidirse a compartir su ansiedad, que se siente feliz de poder hablar con ella y que espera poder darle cierta información que le ayudará a tomar su decisión final.
2. A continuación, con tacto, hágale comprender que es muy posible que tenga ya sentimientos profundos muy firmes respecto a las implicaciones morales del aborto, porque, de lo contrario, no hubiera llamado.
Evite emitir juicios sobre su situación. Por ejemplo, si es una joven soltera, su embarazo puede deberse a que buscó el amor, la atención y el afecto que nunca recibió en su hogar. Al mismo tiempo, evite tratar de suavizar la gravedad de su conducta, porque se trata de un pecado.
3. Hágale preguntas respecto a sus sentimientos relativos al aborto. ¿Qué fue lo que le impulsó a llamarnos para hablarnos de su problema?
¿Cuáles son sus verdaderos sentimientos respecto al aborto? ¿Hubo algo en el mensaje del doctor Graham que se dirigió a usted en forma especial? ¿Qué fue?
4. Tanto si la persona de que se trate admite que el aborto es malo como si no es así, preséntele los aspectos bíblicos a ese respecto, con amabilidad; pero de manera firme (véase ANTECEDENTES).
5. Pídale que tome en consideración otras alternativas. Si está pensando en tener un aborto debido al estigma de tener un hijo ilegítimo, compli¬cará su situación todavía más y se sentirá culpable por ello. ¡El quitarle la vida a su hijo no nacido convertirá un mal sueño en una verdadera pesadilla! Recomiéndele que piense en la posibilidad de tener su bebé, pidiéndole a Dios que la experiencia sea para bien. El Señor podrá hacerlo así, si la dama se entrega a El y le confía su problema. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Romanos 8:28).
Si le preocupa el no ser capaz de cuidar o sostener a su bebé, recomiéndele que piense en ofrecerlo en adopción. Hay muchas parejas que buscan niños que adoptar, y pueden proporcionar amor y un buen hogar. Existen muchas organizaciones a las que puede acudir en busca de ayuda. Recomiéndele que busque los consejos de un pastor evangélico local, que deberá estar en condiciones de iniciar los trámites para asegurar la adopción del bebé.
6. Pregúntele si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su Señor y Salvador. Si es apropiado, use las "Etapas para obtener la paz con Dios".
7. Aconséjele que comience a leer la Biblia. Para reestructurar su vida según los principios bíblicos, necesita leer y estudiar la Palabra de Dios. Ofrézcale enviarle el folleto "Cómo vivir en Cristo" para ayudarle a comenzar.
8. Pregúntele si tiene una iglesia cerca de ella. Deberá tratar de identificarse con una iglesia que enseñe las doctrinas de la Biblia para encontrar compañerismo, ánimo y crecimiento cristiano.
La persona que ha tenido un aborto y tiene sentimientos de culpabilidad
1. Anímela, asegurándole que ha acudido al lugar correcto. Nos preocupamos y deseamos ayudar en todas las formas que podamos. Dios tiene una solución para cada situación humana y esa persona puede confiar en que el Señor actuará para su bien.
2. No recalque demasiado su pecado; sin embargo, no trate tampoco de quitarle importancia. El hecho de que esté dispuesta a hablar de sus sentimientos de culpabilidad es una indicación de que Dios le está hablando.
3. Háblele del perdón de Dios para quienes están dispuestos a arrepen¬tirse y confesarle sus pecados al Señor.
A la mujer sorprendida en adulterio, Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno; vete, y no peques más" (Juan 8:11).
4. En el caso de que se produzca una confesión, no haga hincapié en el pasado (véase Filipenses 3:13,14).
5. Pregúntele si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su Señor y Salvador personal. Si es apropiado, déle las "Etapas para obtener la paz con Dios".
6. Aconséjele que busque la comunión con Dios por medio de la lectura de la Biblia y la oración.
El perdón es inmediato; pero el sentimiento de restauración y aceptación se obtendrá en el momento apropiado. Mediante su entrega a esta importante disciplina de oración y lectura de la Biblia, esa persona crecerá en su relación con Dios.
7. Aconséjele que busque o reanude su identificación con una iglesia que enseñe las doctrinas de la Biblia.
Allí podrá recibir los consejos del pastor, escuchar las enseñanzas sobre la Palabra de Dios y obtener fortaleza mediante el compañerismo con otros cristianos.
8. Ore con ella.
Pídale a Dios perdón, entrega y fortaleza para el futuro.
Citas bíblicas
La maravilla de la vida
"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre" (Salmo 127:3).
"Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables, maravillosas son tus obras. Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas" (Salmo 139:13-16).
El perdón
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
"Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías 55:7).
"El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias" (Salmo 103:3,4). j
Salmo 32:1-5 (Estos versículos los escribió una persona culpable de adulterio y asesinato).
Valor y fortaleza para seguir adelante
"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán" (Isaías 40:31).
"¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te abates dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío"
(Salmo 42:11).
lunes, 2 de abril de 2012
Tesoros de David; Salmo 39, Charles Spungeon
El Salmista, abatido por la enfermedad y la pena, se ve agobiado por pensamientos de incredulidad que decide ahogar para que no le venga ningún mal por expresarlos (vers. 1, 2).
Pero el silencio crea una pena insoportable, que por fin exige ser expresada, y lo consigue en la oración de los versículos 3-6, que es casi una queja y un suspiro por la muerte, o por lo menos un cuadro sin esperanza de la vida humana. En los versículos 7-17 el tono es de mayor sumisión y se hace más claro el reconocimiento de la mano divina; la nube evidentemente ha pasado y el corazón dolorido es aliviado. C. H. S.
La más hermosa de todas las elegías en el Salterio. H. Ewald
Vers. 1. Dije. He resuelto, me he decidido. En su gran perplejidad, su mayor temor era que podría pecar; y, por ello, busca el método que más le garantice el evitarlo, y está decidido a callar. Es excelente que un hombre se confirme en un buen curso o trayectoria, por el recordatorio de una resolución bien hecha y buena. C. H. S.
Dije: Velaré sobre mis pasos. Se cuenta de un tal Pambo, un hombre bueno y bien intencionado que fue a ver a un amigo suyo y le pidió que le enseñara uno de los Salmos de David. El amigo le leyó este versículo. Pambo contestó: «Este versículo es bastante si lo aprendo bien.»
Diecinueve años más tarde dijo que durante todo aquel tiempo apenas había podido aprender aquel versículo. Samuel Page Para no pecar con mi lengua. Los pecados de la lengua son muy graves; como las chispas del fuego, las palabras necias o vanas esparcidas pueden causar gran daño. Si los creyentes pronuncian palabras duras contra Dios en tiempos de depresión, el maligno y los impíos van a aprovecharlo y usarlas como justificación para sus vidas pecaminosas. Si los propios hijos de un hombre murmuran o le faltan al respeto, no es de extrañar que la boca de los enemigos se halle llena de insultos. C.H.S
La boca del hombre, aunque es sólo un agujero pequeño, puede contener un mundo de pecado.
Porque no hay ningún pecado prohibido en la ley o en el evangelio que no sea dicho por la lengua, pensado en el corazón o hecho en la vida. ¿No es, pues, casi tan difícil gobernar la lengua como gobernar al mundo? Edward Reyner
Pondré a mi boca un freno, o más exactamente, un bozal o mordaza. El bozal -según el originales más efectivo que una brida o un freno, pues impide hablar del todo David habría hecho bien resolviendo ser muy precavido en sus palabras, pero cuando tomó la decisión de guardar silencio total, incluso para el bien, es que tenía evidentemente amargura en su alma. El evitar una falta no nos debe llevar a otra. El usar la lengua contra Dios es un pecado de omisión, pero el no usarla a su favor es un pecado de omisión. Las virtudes elogiosas deben ser seguidas tanto como los vicios han de ser evitados; pero para librarnos de Escila no hemos de caer en Caribdis.
En tanto que el impío esté delante de mí. Esto modifica el carácter de su silencio y atenúa la crítica, porque el mal hombre va a usar mal incluso nuestras palabras más santas, y no es bueno que echemos nuestras perlas delante de los puercos. Los creyentes más firmes son probados por la incredulidad, y el diablo conseguiría una gran victoria si publicaran sus dudas y vacilaciones.
Si yo tengo calentura, no hay razón para que procure contagiar al vecino. Si hay alguien a bordo enfermo, hay que poner el corazón en cuarentena y no permitir que nadie desembarque en el bote del habla hasta que tenga un certificado de salubridad. C. H. S.
Es una aflicción el verse obligado a escuchar tanta cháchara en este mundo, y es una ventaja el discernirlo y evitar las palabras inútiles. Es sorprendente que los hombres puedan poner en movimiento tanto viento, y cuanto más exhalan, más pródigos son en su aliento y su abuso de la paciencia de los demás, y descuidados de sus propias conveniencias. William Struthr
Vers. 2. Enmudecí. Hay siete clases de silencio:
1) Silencio estoico.
2) Silencio político o diplomático.
3) Silencio necio.
4) Silencio hosco.
5) Silencio forzado.
6) Silencio del desánimo.
7) Silencio santo, prudente, gracioso. Thomas Brooks
Guardé silencio y me callé. A un cristiano le preguntaron qué fruto había obtenido de Cristo, y contestó: «¿No es un fruto el no sentirse afectado por vuestros reproches?» En casos de esta
naturaleza hemos de referirlo todo a Dios. Christopher Sutton, B. D.
Vers. 2-9. Un inválido al cual habían ordenado que tomara un par de tabletas, en vez de tragárselas de golpe, fue desplazándolas por la boca con la lengua para que se disolvieran a pesar de ser muy amargas.
Gotthold estaba presente y murmuró: «Los insultos y las calumnias de los adversarios son píldoras amargas; no todos entienden el arte de tragar sin mascar.»
Para los cristianos, sin embargo, son saludables en varias formas. Les recuerdan su propia culpa; ponen a prueba su mansedumbre y paciencia; les muestran de qué deben guardarse; y al fin redundan en su honor y gloria a la vista de Aquel por quien han tenido que sufrir.
Con respecto a las píldoras de la calumnia, sin embargo, así como las otras, es aconsejable no ir diluyéndolas continuamente en la mente, o juzgarlas según la carne y la opinión del mundo. Esto
va a incrementar su sabor amargo, lo extenderá por la lengua y llenará el corazón de animosidad en proporción. La forma correcta de proceder es tragarías, guardar silencio y olvidar. Christian
Scriver
Vers. 3. Ardía mi corazón dentro de mí. La fricción de los pensamientos internos producía un calor intenso mental. La puerta de su corazón estaba cerrada, y con el fuego del sufrimiento ardiendo dentro la estancia de su alma se había calentado de modo irresistible. El silencio es algo terrible para el que sufre; es un método seguro para perder la razón.
En mi meditación se encendió fuego. En tanto que su corazón estaba meditando, se estaba derritiendo, puesto que el tema era confuso.C.H.S.
¡Qué bendición, qué privilegio es la oración (aparte de ser un deber)! Ahora, la meditación es una ayuda a la oración. Gersom la llama el ayo de la oración. La meditación es como aceite para la lámpara; la lámpara de la oración se apagará, a no ser que la meditación la Sostenga.
La meditación y la oración son como dos tórtolas; si se separa la una de la otra, mueren. Un pescador astuto observa el tiempo y la sazón en que los peces pican más, y entonces mete el anzuelo en el agua; cuando el corazón está calentado por la meditación, es el mejor momento para echar la caña de la oración y pescar misericordia.
Después que Isaac hubo meditado en el campo, estaba preparado para la oración cuando llegó a casa. Cuando el cañón ha sido cargado con la pólvora está a punto para disparar. Así que cuando la mente está llena de buenos pensamientos, el cristiano está preparado para disparar la oración, y ahora envía ráfaga tras ráfaga de suspiros y gemidos del cielo.
La meditación produce un doble beneficio: vierte dentro y fuera; primero vierte buenos pensamientos en la mente, y luego los derrama otra vez en oración; la meditación primero provee el material para la oración y luego prepara al corazón para orar. Thomas Watson
Medita hasta que veas que tu corazón se ha calentado para este deber. Si cuando un hombre siente frío le preguntas durante cuánto tiempo se quedará junto al fuego, te dirá: hasta que me haya calentado y me sienta listo para trabajar.
Así que, cristiano, tu corazón es frío; ponte cerca del fuego de la meditación hasta que sientas tus afectos calientes y preparados para el servicio espiritual. Thomas Watson
Cuando los alguaciles entran por la noche en una casa sospechosa, la primera pregunta que hacen es: «¿Cuántos y quiénes son los que están aquí?» Así, cuando Dios entra en nuestro corazón oscuro, la pregunta es: ¿Qué pensamientos hay aquí? ¿Por qué surgen estos pensamientos en tu mente? «¿No os habéis vuelto jueces de malos pensamientos?» (Lucas 24:38; Santiago 2:4). Faithful Teat
Proferí con mi lengua. La lengua amordazada rompe las trabas. Va a salir miseria en abundancia.
Puedes hacer enmudecer la alabanza, pero la angustia dama y vocifera. Resolución o no, precaución o no, pecado o no, el torrente avasallador se abre paso y lo arrastra todo a su paso. C.H.S.
Vers. 4. Hazme saber mi fin. El Salmista quiere saber más de la brevedad de su vida para poder sobrellevar sus males pasajeros, y hasta aquí podemos arrodillarnos con él, pronunciando la misma petición. Pero el que no haya límite a su miseria es un verdadero infierno; el que haya fin a la aflicción de la vida es la esperanza de todos los que tienen esperanza más allá de la tumba.
Dios es el mejor maestro de la filosofía divina, que mira hacia un fin esperado. Los que ven la muerte a través del cristal del Señor ven una vista hermosa, que les hace olvidar el mal de la vida al prever el fin de la vida. C. H. S.
Y cuál es la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy. Es decir, cuándo voy a dejar de ser.
¡Ay!, pobre naturaleza humana, querida como la vida, el hombre alterca con Dios de mod6 que más bien desea dejar de ser que sobrellevar lo asignado por el Señor. ¡Qué mezquindad en un santo! Pero esperemos un poco hasta que nos hallemos en una posición semejante a la suya, y no obraremos mucho mejor. El barco en el muelle se sorprende de que aparezca una vía de agua en la barca, pero cuando él se lanza a alta mar se asombra de que los maderos resistan tales tempestades sin resquebrajarse. El caso de David no se registra para que lo imitemos, sino para que aprendamos. C. H. S.
Entre Walsall e fretsy, en Cheshire, hay una casa (una taberna), edificada el año 1636, con el armazón de roble, rellenado con ladrillo. Sobre el dintel de una ventana se puede leer, grabada en
el roble, una inscripción en latín que dice: «Llorarías si supieras que sólo te queda un mes de vida; pero ríes, sin saber qué quizá sólo te queda un día.»
Qué triste es la idea de que con este mentor silencioso, este sermón veraz ante los ojos, hayan sido a millares los que, entrando en ella, se han emborrachado para la destrucción de su alma. Y, con todo, esto es una semejanza de lo que vemos constantemente en nosotros mismos.
Vers. 5. El tiempo de mi vida es como nada delante de Ti. Tan corto que no es casi nada. Piensa en la eternidad, y en un ángel recién nacido, el mundo nuevo y reluciente, el sol como una chispa que ha saltado del fuego, y el hombre inexistente. Ante el Eterno, la edad del hombre es como un tic-tac de reloj. C. H. S.
Si un hombre es tan minúsculo comparado con la fábrica del gran mundo, y el mundo en sí tan pequeño que no puede contener al Señor, tan pequeño y ligero que El no siente el peso del mismo en la punta de su dedo, se puede muy bien decir del hombre que no es «nada» colocado ante el Señor. Edmund Layfielde
Ciertamente es como un soplo todo hombre que vive. Esto es una gran verdad, y no hay nada más cierto que ello. Considera un hombre, el mejor, y no es más que un hombre, un soplo, insustancial como el viento. Su constancia es la inconstancia. Su vanidad es la única verdad; lo mejor en él es que es vano, sólo vanidad. C. H. S.
Selah. Esta expresión se menciona setenta y cuatro veces en la Escritura: setenta y una veces en el libro de los Salmos y tres en el libro del profeta Habacuc, que fue escrito en forma de Salmo.
E. Layfielde
Vers. 6. Sí, como una sombra que pasa es el hombre. Los hombres en el mundo andan como un viajero que tiene un espejismo: engañados, confundidos y, pronto, llenos de desengaño y desesperación.
Ciertamente, en vano se afana. Lee bien este texto y luego escucha el clamor del mercado, el rumor de la bolsa, el estruendo de las calles de la ciudad, y recuerda que todo este ruido, esta interrupción de la quietud, es algo insustancial, vanidades pasajeras. El descanso interrumpido, el temor ansioso, el cerebro sobrecargado, la mente que se derrumba, la locura, todos ellos son
pasos en el proceso de la inquietud y desasosiego de muchos, y todos se afanan para ser ricos, o sea, llenarse hasta rebosar de arcilla; arcilla que van a dejar pronto, después de todo. C. H. S.
Todo hombre carnal anda en una feria de vanidad y, pese a todo, ¡cómo se envanece de su feria de vanidad! Se inquieta en vano, y es sólo vanidad lo que le inquieta. Labora toda su vida por la ganancia de las riquezas, y, con todo, en la muerte, sus riquezas no le aprovecharán. El que mira a un buey que pasta en un prado lozano, llega a la conclusión de que le preparan para la matanza.
William Secker
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá. Los hombres se levantan temprano y se acuestan tarde para edificar una casa, y luego un extraño se pasea por sus corredores, se ríe en sus estancias, y ni se acuerda de quien la edificó y la llama suya propia. Este es uno de los males bajo el sol para el cual no hay remedio prescrito. C. H. S.
La trinidad del mundo consiste en:
12 honores sin fruto; los que les parecen honores de sustancia no son sino una vana ostentación.
22 Cuidados innecesarios. Se desasosiegan en vano. Congojas imaginarias que sustituyen a los cuidados reales y necesarios.
32 Riquezas inútiles; tales que no
les dan satisfacción permanente ni a ellos ni a sus descendientes que las reciben. G. Rogers
Mañana, mañana, y de nuevo mañana,
Que vienen paso a paso, uno tras otro,
Y así hasta el fin del tiempo registrado;
Y cada ayer fue acompañando a necios En su camino al polvo.
¡Basta ya, endeble vela!
La vida es una sombra que se mueve;
Un pobre actor que se pasea un rato
De arriba abajo por la escena, y luego
Se va y no vuelve ya a asomarse; es un relato
Contado por un necio, bien repleto
De gritos y de gestos, mas sin significado.
William Shakespeare
Vers. 8. Líbrame de todas mis transgresiones. Es una buena señal cuando el Salmista ya no insiste sobre sus aflicciones, sino que pide ser librado de sus pecados. ¿Qué es la pena cuando la
comparamos con el pecado? Que el veneno del pecado sea quitado de la copa, y no tenemos por qué temer su amargura, porque lo amargo cura. Nadie puede librar a un hombre de su trasgresión, más que Aquel bendito a quien llamamos Jesús, porque El salva a su pueblo de sus
pecados. C. H. S.
No me pongas por escarnio del insensato. ¡Por los placeres carnales de unos pocos días algunos truecan su joya eterna! ¡Por unos granos de tierra amarilla se pierden la ciudad empedrada de oro y puertas de perlas! ¡Oh necedad sin medida! ¡Oh locura inconcebible! Verdaderamente, hemos de orar con toda sinceridad: «No me pongas por escarnio del insensato.» Origenes, citado por J.M. Neale
Vers. 9. Enmudeci no abrí mi boca, porque Tú lo hiciste. Dios está enseñando a sus hijos aquí. Este es el verdadero carácter de sus tratos con ellos. La educación de sus santos es el objeto que tiene a la vista. Es un entrenamiento para el reino; es una educación para la eternidad. Es la disciplina del amor. Cada paso del mismo es bondad. No hay ira ni venganza en parte alguna del proceso. La disciplina de la escuela puede ser severa y rígida, pero la de la familia es amor.
El santo anciano estaba en la prisión «por la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo». Sus perseguidores implacables le llevaron en una bandeja la cabeza sangrante de su hijo martirizado, Richard Cameron, y le preguntaron con sorna si la conocía. «La conozco, la conozco» dijo el padre, y besó la frente del hijo; «¡es la de mi hijo, mi propio hijo querido! ¡Es el Señor! Buena es la voluntad del Señor, que no puede hacerme daño a mí o a los míos, sino que ha hecho que la bondad y la misericordia nos sigan todos los días de la vida». Horatius Bonar en La noche del llanto Si el Rey de reyes pone su mano sobre nuestro hombro, queridos, pongamos la nuestra sobre la
boca. Nicholas Estwick, B. D.
Una niña, en la providencia de Dios, nació sordomuda. Fue aceptada y enseñada en una institución establecida para los que padecen este defecto. Un día, un visitante hacía preguntas a estos niños privados de los goces comunes de la infancia. Hizo varias preguntas, que fueron rápidamente contestadas mediante papel y lápiz.
Finalmente, el visitante escribió: «¿Por qué naciste sordomuda?» Una mirada de angustia nubló por un momento el rostro de la niña, pero rápidamente desapareció y, tomando el papel y el lápiz, escribió:
«Está bien, Padre, porque así agrado a tu vista.» Mrs. Rogers en El rey pastor
Vers. 10. Estoy consumido bajo la dureza de tu mano. Podemos fundar nuestros ruegos en nuestra debilidad y aflicción. Es bueno mostrar a nuestro Padre las magulladuras que resultan de sus azotes, por si su compasión paternal le aligera la mano, y le mueve a consolarnos en su pecho. No es para consumirnos que El dirige su disciplina, sino para consumir nuestros pecados.
Vers. 11. Castigando sus pecados, corriges al hombre. Dios no juega con su vara; la usa a causa del pecado, y con vistas a vapulearnos con ella; de ahí que quiere que sintamos los golpes, y de veras los sentimos.
Y deshaces como polilla toda su belleza. Como la polilla echa a perder la tela, y con ello su belleza, agujereándola y dejándola inservible, lo mismo los castigos de Dios descubren en nosotros nuestra locura y debilidad y nos hacen sentir como vestidos viejos, gastados e inútiles.
La belleza ha de ser muy poca cosa cuando una polilla puede consumirla y una reprensión echarla a perder. C. H. S.
Las polillas del Oriente son muy grandes y hermosas, pero de corta vida. Después de unos chubascos, estos espléndidos insectos se ven revolotear en la brisa, pero el tiempo seco y sus numerosos enemigos pronto los eliminan. Del mismo modo, la hermosura del hombre se
consume como la de este hermoso insecto, vestido en sus ropas de púrpura, escarlata y verde. John Kitto
Algunas mariposas sólo viven unas veinticuatro horas. ¡Qué tragedia para la que nace en un día lluvioso! Anónimo
Sin duda como un soplo es todo hombre. ¿Qué es la grandeza? ¿Podemos adscribirla al hombre, independientemente de sus cualidades como ser inmortal? ¿O de sus acciones, independientemente de sus principios y motivos? Así pues, el relucir de la nobleza no es superior al plumaje de un pavo real, ni el valor de un Alejandro a la furia de un tigre, ni los deleites sensuales de Epicuro a los del animal que merodea por el bosque. Ebenezer Porter, D. D.
Vers. 12. Oye mi oración, oh Jehová. Ahora, en esta oración de David hallamos tres cosas, que son tres calificaciones para las oraciones aceptables. La primera es la humildad. La segunda son el fervor y la insistencia. La tercera es la fe. «El que va a Dios es menester que crea que existe, y que es galardonador de los que le buscan con diligencia» (Hebreos 11:6). Y, ciertamente, como el que va a Dios ha de creer esto, el que lo cree, no puede por menos que acudir a Dios.
Condensado, de Robert Leighton
No te hagas sordo a mis lágrimas. Las lágrimas hablan con más elocuencia que diez mil lenguas; actúan como llaves en los departamentos de los corazones tiernos, y la compasión no les niega
nada si a través de ellas el que llora mira las gotas de la sangre de Jesús.
Porque forastero soy junto a Ti. No para Ti, sino junto a Ti. Como Tú, Señor mío, un extraño entre los hijos de los hombres, un extraño para los hijos de mi madre. Dios hizo el mundo, lo sustenta, lo posee, y, con todo, los hombres le tratan como si fuera un intruso y extraño; y como tratan al Señor, así tratan a sus siervos. «No es sorprendente que seamos desconocidos». Estas palabras pueden también significar: «Yo comparto la hospitalidad de Dios» como un extraño
hospedado por un anfitrión generoso. C. H. S.
Por más que estén bien establecidos, éste es el temple de los santos sobre la tierra: el considerarse como extraños. Todos los hombres son en realidad extraños y forasteros, pero los santos disciernen mejor y lo reconocen de modo más franco.
Los hombres malos no tienen morada permanente en la tierra, pero esto va contra sus intenciones; su pensamiento y su deseo internos son que puedan vivir para siempre. Son extraños contra su voluntad; su habitación en el mundo es incierta; y no pueden evitarlo. Thomas Manton
Vers. 13. Déjame, y tomaré fuerzas, antes que me vaya y perezca. El hombre en su estado corrupto es como Nabucodonosor: tiene un corazón de bestia que solamente anhela la satisfacción de su apetito sensual; pero cuando es renovado por la gracia, entonces recobra el
entendimiento.
David, hasta aquí no se ha recobrado todavía de aquel pecado que le puso en un nivel tan bajo como podemos percibir en los versículos 10 y 11. Y el hombre bueno no puede pensar en morir, aceptando el hecho, hasta que su corazón está en condición más santa; y para la paz del evangelio, serenidad de la conciencia y gozo ininterno, toda falta de santidad es como veneno para los espíritus que la beben. William Gurnall
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