jueves, 26 de diciembre de 2024

La Navidad: Un tiempo para dar

La Navidad: Un tiempo para dar
 Lucas 2.1-20

La Navidad es una de las celebraciones más gozosas, ya que durante este tiempo la gente es más generosa que en cualquier otra época del año. La práctica de dar no es una tradición reciente pues comenzó en la primera Navidad, cuando nació el Señor Jesús, el regalo más maravilloso que ha existido. Todos los personajes de la historia tuvieron algo para dar.

Cuando María se sometió al plan de Dios, de ser la madre de Cristo, dio su cuerpo para ser la primera morada del Salvador encarnado (Lc 1.30-38).

También renunció a su buena reputación para cumplir con el llamado del Señor a su vida.

• José dio su amor y su protección a María, y al niño que no era suyo (Mt 1.18-25).

• Un ángel dio el anuncio del nacimiento del Mesías a unos humildes pastores que cuidaban sus rebaños durante la noche.

• Una hueste celestial de ángeles ofreció alabanza y gloria a Dios.

• Los pastores dieron el primer testimonio personal acerca del Mesías.

• Los magos renunciaron a sus comodidades para buscar al recién nacido Rey y obsequiarle regalos dignos de un rey (Mt 2.1-11).

A primera vista, puede parecer que estos regalos pertenecen solo a la primera Navidad, pero cada uno tiene una aplicación para nosotros hoy.

Lea la lista otra vez. ¿Qué regalos podría darle usted a Cristo hoy? Tal vez necesite someterse a su voluntad, o soportar malentendidos para obedecerle. ¿Y qué de los demás? ¿Quién necesita su protección, amor, o quizás buenas nuevas de salvación en Cristo?

lunes, 23 de diciembre de 2024

El Dador supremo

El Dador supremo
Romanos 11.33-36

En medio de todos los preparativos, de toda la ornamentación, y de todas las celebraciones de la temporada navideña, tenemos que apartar tiempo para reflexionar en cuanto a los regalos divinos que cambiaron para siempre el curso del destino humano. Cuando ese pequeño bebé entró en nuestro mundo en Belén, se desencadenó desde el cielo el primero de un flujo interminable de bendiciones.

Nos enfocamos, por lo general, en el regalo del Padre, el cual dio a su Hijo para ser el Salvador del mundo (1 Jn 4.14).

Pero los tres miembros de la Trinidad tuvieron parte en este despliegue divino de generosidad que continuará hasta la eternidad. El Señor Jesús vino a ofrecer su vida en rescate por muchos, y después de su muerte y resurrección, Él y el Padre enviaron al Espíritu Santo para morar dentro de los creyentes para siempre (Mr 10.45; Jn 14.16; 16.7).

El Espíritu, a su vez, da dones espirituales a todos los creyentes y produce su maravilloso fruto en sus vidas (1 Co 12.7-11; Gá 5.22, 23).

Pero estos regalos divinos no terminan en la Tierra. Seguirán en el cielo cuando el Señor evalúe a los cristianos y les recompense por las buenas obras que jamás habrían podido hacer sin el poder de Él (1 Co 3.13, 14; Jn 15.5). Todo el mérito y la gloria pertenecen a Cristo; sin embargo, el Señor cubrirá de alabanzas, por gracia, a los suyos (1 Co 4.5).

Adoramos a un Dios compasivo y generoso.

Piense en el derramamiento continuo de bendiciones desde su trono, y pregunte: ¿Cómo responderé hoy? Él no necesita nada de usted, pero quiere ser parte suya —no para controlarle, sino para mostrarle las “abundantes riquezas de su gracia en su bondad” (Ef 2.4-7).


viernes, 20 de diciembre de 2024

La oración en la vida del creyente

La oración en la vida del creyente
Isaías 57. 15

Las dos disciplinas más importantes en la vida de un creyente son el estudio de la Biblia y la oración. Es imposible crecer continuamente en Cristo sin la práctica de ambas.

La oración es el medio principal para hablar con Dios, y también una de las maneras que tiene para enseñarnos.

Cuando oramos, estamos pidiendo al Señor y confiando en su respuesta. De este modo, aprendemos a escucharle y a esperar su contestación. A Él le encanta que le honremos por medio del acto espiritual de adoración llamado oración.

En verdad, la oración es una de las mejores maneras de honrar a Dios. Cuando oramos a nuestro Padre celestial, estamos reconociendo que Él es Dios, que es verdaderamente “el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es Santo” (Is 57.15).

Solamente Dios merece gloria, y que le honremos al orar sin cesar (cf. 1 Ts 5.17).

Es decir, debemos mantener una actitud centrada en Dios a lo largo del día, pidiéndole continuamente que gobierne cada detalle de nuestra vida.

El pasaje de hoy dice que nuestro Padre celestial habita en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu.

Esto significa que nuestra motivación y la condición de nuestro corazón son muy importantes en la oración.

Simplemente recibir “lo que queremos” no es el espíritu de oración que honra a Dios. Además, no genera oraciones que Él responderá.

El Padre celestial anhela tener una relación estrecha con sus hijos. El tiempo dedicado a la comunicación con Dios es la mejor manera de crecer en intimidad con Él.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Los pasos de la fe

Los pasos de la fe
Deuteronomio 10.12-13

La Biblia describe a la vida cristiana como un andar. Habla de andar en el Espíritu, en el camino del Señor, en amor, y en verdad. Nuestra vida, entonces, debe ser cada vez más como la del Señor Jesús. La Biblia llama a esto “santificación”.

Pero, ¿y si usted siente que está retrocediendo en vez de avanzar? ¿Sabe cómo dar un giro? Solamente por fe en Cristo podemos movernos en la dirección correcta.

He aquí la manera de cambiar de rumbo:

Primero, tenga la seguridad de que Dios cumple cada promesa. La Biblia contiene un increíble número de ellas, incluyendo la de darnos sabiduría, compañía constante de Dios y paz, cuando nos enfocamos en Él.

Segundo, espere con ilusión la respuesta del Padre. En otras palabras, tenga la gozosa seguridad en sus promesas, que resultarán en bendiciones para su vida.

Tercero, esté consciente cada día de la actividad de Dios en su vida. Al dedicar tiempo a la Palabra, a la oración y a la meditación, usted se volverá más sensible a lo que Él está haciendo.

Cuarto, ore con audacia, porque usted es hijo de Dios (He 4.16; Gá 3.26). Acercarse así al Padre no es arrogancia, sino una expresión de su fe en Él.
Por último, obedezca la guía del Espíritu. Esta es la verdadera prueba de su fe; de hecho, la Biblia dice que sin acción, la fe está muerta (Stg 2.17).

¿Siente que su vida está creciendo y madurando a imagen de Cristo? ¿O que las circunstancias y su carácter parecen haberla detenido? Dios promete seguir embelleciendo la vida de sus hijos. Usted puede resistirse, o cooperar con su obra de gracia en usted.

martes, 17 de diciembre de 2024

Andar por fe

Andar por fe
2 Corintios 5.6-8

En la comunidad cristiana, a menudo escuchamos hablar de la palabra fe. Sin embargo, cuando esa palabra se utiliza con frecuencia y de manera trivial, puede volverse familiar y perder así su profundo significado para nuestra vida. Hoy hablaremos de lo que implica en realidad la fe.

La fe es común a todas las personas. Por ejemplo, hace falta una medida de confianza para sentarse en una silla de lona sin probar primero su resistencia. Pero la confianza en el hecho de que esa silla soportará nuestro peso es muy diferente a confiarle a Dios nuestra vida. Un juicio equivocado en cuanto a lo primero puede resultar en una lesión física, mientras que lo segundo no solo determinará nuestro éxito en esta vida, sino también nuestro destino eterno.

¿Cuál es entonces la definición bíblica de fe? Hebreos 11.1 nos dice que es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Y sabemos que sin fe es imposible agradar a Dios (11.6). En realidad, no hay nada que podamos hacer para ganar la salvación; el único camino al cielo es tener confianza plena en la muerte expiatoria del Señor Jesús en la cruz, que pagó la deuda que debíamos por nuestro pecado. Además, la fe no es nada que podamos crear dentro de nosotros, la Biblia es clara en Efesios 2.8 cuando dice que la fe es un regalo de Dios.

¿Ha aceptado usted el regalo de fe del Padre celestial y emprendido el maravilloso viaje que le invita a tener con Él? Dios responde a los corazones que le buscan. Si usted no tiene claro si ha puesto su fe en Cristo, pídale que le guíe y le revele la verdad.

lunes, 16 de diciembre de 2024

La clave para sobrevivir en tiempos difíciles

La clave para sobrevivir en tiempos difíciles
Hebreos 11.23-29

En el pasaje de hoy, leemos cómo Moisés soportó tiempos difíciles: por medio de la fe. Todo creyente enfrentará tiempos de dificultades. Lo que hay que recordar es que los tiempos difíciles son . . .

Inevitables. “El hombre nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia arriba” (Job 5.7 LBLA). Todos experimentaremos tiempos difíciles.

Tendremos presiones económicas, problemas familiares y de salud, dificultades laborales, oposición dentro de la iglesia —la lista de problemas que podríamos enfrentar es interminable.
Por tanto, es esencial que aprendamos a reaccionar de la manera que Dios desea.

Capaces de destruirnos o de hacernos crecer. ¿Alguna vez ha notado usted cómo algunas personas reaccionan de manera diferente frente a las mismas situaciones? Algunas se vuelven más reflexivas, mientras que otras se desmoronan o incluso son destruidas por la prueba. Nuestra reacción dependerá de la perspectiva que tengamos.

Superables. La clave está en aprender a caminar conscientes de la presencia de Dios. Moisés fue una demostración de esto al buscar liberar al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Había aprendido a “ver” al Dios invisible caminando a su lado, y a estar consciente de su presencia. Moisés no puso su atención en los egipcios, en el poder de Faraón, ni en los hijos de Israel. Su atención estuvo puesta en Dios.

¿Qué tan consciente está usted de la presencia del Señor? ¿Cree en su protección y suficiencia? Moisés no siempre tuvo tal conciencia; tuvo que desarrollarla. Nosotros, también, la tendremos si buscamos al Señor.

viernes, 13 de diciembre de 2024

La eficacia de la voluntad de Dios

La eficacia de la voluntad de Dios
Éxodo 3.1-22

Ayer vimos el fracaso de Moisés al tratar de liberar a su pueblo de la esclavitud en Egipto, pero hoy vemos que le fue dada una segunda oportunidad para hacer las cosas a la manera de Dios. Si podemos aprender las lecciones que aprendió Moisés en cuanto al peligro de confiar en uno mismo, y la importancia de depender del Señor, nos ahorraremos muchas dificultades.

Si decidimos someternos al plan de Dios, Él hará cosas grandiosas en y por medio de nosotros. A pesar del fracaso de Moisés, el Señor lo usó para llevar a cabo su plan divino, pero solo después de librarlo de su autosuficiencia.

Observe lo que Dios logró cuando Moisés lo obedeció:

Le mostró las grandes cosas que podía hacer por medio de una persona que depende de Él.

Hizo más cosas en menos tiempo, y con menos recursos, sin necesidad de ninguna insurrección ni guerra prolongada.

Demostró su superioridad en cuanto a la manera de hacer las cosas, librando a más de dos millones de personas sin la pérdida de una sola vida hebrea.

Los esclavos se marcharon libres y con las riquezas de sus captores (Éx 3.21, 22).

Demostró tanto a israelitas como a egipcios que solo Él es el Dios de los cielos y de la tierra.

Nuestros fracasos en el pasado nunca son un obstáculo para que Dios quiera o pueda usarnos. De hecho, nuestra debilidad es una gran oportunidad para que Él muestre su gloria


jueves, 12 de diciembre de 2024

A nuestra manera, o a la manera de Dios

A nuestra manera, o a la manera de Dios
Éxodo 2.11-25

Cada vez que se presentan problemas, tenemos dos maneras diferentes de actuar: a la manera de Dios, o a la nuestra. Moisés es ejemplo de un hombre que, en ocasiones, probó ambas opciones. En el pasaje de hoy, vemos lo que sucedió cuando tomó un asunto en sus manos.

Aunque su deseo era aliviar el sufrimiento de su pueblo, utilizó las vías incorrectas. Moisés cometió tres errores:

1. Se centró en la dificultad, no en el Señor. ¿Cuántas veces hemos hecho lo mismo? La injusticia o dolor de una situación se apodera de nuestra atención, y en la búsqueda de solución nos olvidamos de nuestro Dios todopoderoso.

2. Confió en sus propias fuerzas y entendimiento. Cuando surge un problema, la reacción más natural es hacer lo que esté en nuestro poder para solucionarlo.

3. Actuó impulsivamente en vez de esperar en el Señor. Si una situación nos parece urgente, es probable que nuestra prioridad sea solucionar el problema lo más rápido posible.

La manera nuestra puede parecer lógica en el momento, pero pensemos en qué tan eficiente fue Moisés en el logro de su objetivo. Un egipcio fue asesinado, pero el pueblo hebreo no reaccionó favorablemente.

Cuando Faraón se enteró de lo sucedido, lo buscó para matarlo, y Moisés tuvo que huir de Egipto.

Todos hemos seguido el ejemplo de Moisés en algún momento, y sufrido las consecuencias. Sin embargo, Dios no rechazó a Moisés ni anuló los planes que tenía para él. En vez de eso, depuró su carácter por medio de pruebas, y le dio otra oportunidad. ¿Acaso no hará Dios lo mismo con nosotros?

El llamado a tener valentía

El llamado a tener valentía
Josué 3.1-17

¿Qué diría usted si Dios le pidiera liderar a muchas personas, como le pidió a Josué? ¿Comunicar sus palabras a líderes prominentes, como le dijo a Daniel? ¿Convertirse en un misionero como Pablo?

Dios quiere que respondamos con valentía cuando nos llama a hacer frente a algo.

Nuestro primer paso para tener valentía es meditar en la Palabra de Dios; debemos escudriñar el significado de las Sagradas Escrituras como si estuviéramos buscando un tesoro. Con la ayuda del Espíritu Santo, entenderemos la Biblia y aprenderemos cómo aplicar su sabiduría.

Lo siguiente es la obediencia a la Palabra. Meditar en las verdades de Dios influye en nuestras acciones. La Biblia tiene el propósito de moldear nuestros pensamientos y hacer que sigamos los principios bíblicos. Cuanto más pensemos a la manera de Dios, más lo seguiremos.

Confiar en las promesas de Dios es lo tercero para desarrollar valentía. Josué cruzó el río Jordán hacia Jericó porque creyó lo que Dios le dijo.

El cuarto paso para superar el temor es recordar las victorias del pasado. El joven pastor David, hizo esto de manera efectiva. Recordar la protección de Dios en el pasado le dio valor para luchar contra el gigante filisteo Goliat (1 S 17).

Poner en práctica estos pasos nos dará poder para perder el miedo, centrarnos en la victoria en vez de la derrota y obedecer a Dios.
Dios desea que demos testimonio de Él en un mundo incrédulo y hostil.

¿Proclamará usted la verdad de la resurrección de Jesucristo, de su poder salvador del pecado, y de su prometido regreso? El Señor está llamando su nombre. ¿Cuál será su respuesta?

martes, 10 de diciembre de 2024

El poder positivo de la valentía

El poder positivo de la valentía
Josué 1.1-9

¿Qué tienen en común Josué, el líder de Israel; Daniel, el visionario; los doce discípulos de Jesús; y el apóstol Pablo? Tenían en común que, además de amar y obedecer a Dios, tuvieron que ser valientes. Obedecer al Señor requiere valentía, firmeza de espíritu que pueda hacer frente a las crisis sin retroceder.

Josué, designado por Dios, fue llamado a conducir a la nación de Israel a la tierra prometida.

Tal vez pensó: ¿Quién soy yo para tomar el lugar de Moisés? o ¿Y si el pueblo no me acepta como su líder? Dios habló tres veces para tranquilizarlo, diciéndole que fuera esforzado y valiente.

Josué reaccionó con fe, y confió en las dos promesas que recibió de su Padre celestial.

Promesa # 1 - Dios viaja con nosotros. El Señor prometió que estaría con los israelitas en la nueva tierra, y que nunca les desampararía o dejaría. En Hebreos 13.5, Él nos hace la misma promesa. De hecho, el Señor nos acompaña de una manera mucho más cercana —por medio de su Espíritu que habita en nosotros.

Promesa # 2 - Dios va delante de nosotros. Dios prometió encargarse del enemigo antes de que los israelitas llegaran. Todavía tendrían que enfrentar batallas, pero les aseguró la victoria si tenían fe y le obedecían. El Señor Jesús ha ido delante de nosotros al cielo con la batalla espiritual ya ganada. Nuestra redención ha sido asegurada por toda la eternidad, nuestro lugar en la familia de Dios establecida de manera permanente y nuestra herencia celestial garantizada. A pesar de que nuestras luchas terrenales continuarán, debemos recordar que ellas son solo temporales.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Para descubrir la voluntad de Dios

Para descubrir la voluntad de Dios
2 Timoteo 3.14-17

El plan de Dios asegura a cada creyente el logro de su potencial. Él quiere que sus hijos vivan de cierta manera, y que tomen decisiones correctas; por tanto, acepta toda la responsabilidad de guiarlos. En efecto, el Señor promete: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar” (Sal 32.8). No obstante, nuestra vida no está planificada en un manual de instrucciones, desde el día en que fuimos salvos, descubrimos la voluntad de Dios por fe.

Aprendemos a conocer la voluntad de Dios mediante la lectura de su Palabra. La Biblia nos ofrece una guía completa para cualquier situación.

Allí encontramos normas y mandamientos que nos llevan al éxito, y principios de aplicación diaria. La Biblia no detalla cada situación que pudiéramos enfrentar, pero sus principios nos preparan para tomar decisiones en cada situación que encontremos. El estudio de la Palabra de Dios es la única manera que tenemos de conocer su voluntad.

Descubrimos la voluntad de Dios por medio de las circunstancias. El Señor está guiando activamente cada cosa que nos sucede en la vida, con el fin de zurcir los “hilos” incompatibles para nuestro bien (Ro 8.28).

Los creyentes debemos estar alerta para el momento en que Dios nos revele su voluntad. Pídale cada día que le haga sensible a sus caminos.

viernes, 6 de diciembre de 2024

Enfocados en Dios, no en los obstáculos

Enfocados en Dios, no en los obstáculos
Números 13.25-14.10

El Señor dio a los israelitas el encargo de ir y conquistar la tierra de Canaán. Ellos necesitaban un lugar en el cual pudieran crecer como pueblo de Dios. Es por eso que esta región del mundo fue escogida con este propósito.

Dirigido por Dios, Moisés envió doce hombres a espiar la tierra. ¡Qué decepción debe haber sufrido al escuchar los comentarios negativos que la mayoría de estos espías compartieron al volver! Solamente estaban poniendo sus ojos en los obstáculos que habían visto. Sin embargo, Caleb estaba seguro de que iban a vencerlos fácilmente (Nm 13.30), pues tenía puesto sus ojos en las promesas de Dios, no en las dificultades. Basaba su confianza en las palabras que el Señor había dicho a Abraham: “A tu descendencia daré esta tierra” (Gn 12.7).

El resto del pueblo no pensaba igual. Todos esos relatos acerca de gigantes y fortalezas los atemorizaron.

Normalmente, obstáculos como esos podían haber asustado a cualquiera, pero no al pueblo de Israel, pues ellos servían a un Dios que les había probado lo que podía hacer. Dios había divido al mar Rojo para que escaparan de Faraón, y los había alimentado en el desierto.

Cuando nos enfocamos en los obstáculos, nuestra visión se distorsiona. Los problemas se hacen tan grandes que nos impiden dar el próximo paso de fe.

Cuando Dios nos pide hacer algo, podemos estar seguros de que también nos brindará su ayuda para vencer cualquier dificultad que esté frente a nosotros. Si imitamos a los israelitas y nos negamos a seguir adelante por el temor que sentimos, perderemos las bendiciones que el Señor ha preparado para quienes hacen su voluntad.

jueves, 5 de diciembre de 2024

El poder protector del discernimiento

El poder protector del discernimiento
2 Pedro 3.14-18

El discernimiento espiritual nos protege del engaño. El pecado se disfraza para parecer tentador y atractivo; si pensamos que lo que se ve y se siente bien tiene que ser bueno, entonces estamos en peligro de ser engañados por el enemigo. Cuando Satanás nos tienta, nunca menciona las consecuencias o efectos negativos.

Discernimiento espiritual es la capacidad que nos ha dado Dios para juzgar lo que es bueno o malo.

Nos protege del sufrimiento que acompaña a la desobediencia. No hacer caso a la agitación que se produce en nuestro espíritu —a la que llamo “estática espiritual”— es un paso en la senda del pecado. Cuando buscamos una estación de radio, queremos una recepción clara. Lo mismo sucede en nuestra vida.

Necesitamos tener una clara conexión con el Espíritu Santo para tener paz, y seguridad de que estamos haciendo lo correcto, alineados con la voluntad de Dios.

A veces, una oportunidad nos parece inofensiva o atractiva. Pero si el Espíritu Santo nos envía una señal de alto, no nos aventuremos; por alguna razón, Dios no quiere que sigamos adelante. Y aunque podemos especular, es posible que nunca sepamos qué peligro evitamos por haber sido obedientes.

El pecado no parece, al comienzo, la horrible y engañosa desobediencia que es; por el contrario, viene envuelto en un paquete bonito que es difícil resistir. Los hijos de Dios pueden ver más allá del brillo y de la belleza falsa si deciden escuchar al Señor. Esta sabiduría espiritual solo viene de un corazón limpio y de un espíritu de discernimiento.

Un creyente inteligente es aquel que hace de la oración, del arrepentimiento y de la capacitación bíblica, parte regular de su vida.

martes, 3 de diciembre de 2024

Cómo vencer la inseguridad

Cómo vencer la inseguridad
Romanos 8.33-39

No hay soluciones instantáneas para vencer la inseguridad. Primero, tenemos que reconocer que nos sentimos inseguros. Luego, debemos tratar de identificar qué circunstancias generan esos sentimientos. Por último, debemos decidir vencer ese estado mental.

Deslizarnos” hacia la seguridad es imposible; tenemos que esforzarnos para lograrla.

Sentir seguridad es más que mejorar la autoestima. Jesucristo es nuestra verdadera fuente de fortaleza y confianza. Si tratamos de vencer la inseguridad sin Él, simplemente la estaremos ocultando con nuestros esfuerzos.

La manera como nos vemos no es necesariamente la manera como somos en realidad. Más bien, tenemos que preguntarnos cómo nos ve el Señor. Para quitar nuestra atención de nosotros y de nuestros errores, tenemos que ir a la Palabra de Dios. Por tanto, para vencer la inseguridad tenemos primero que enfrentar cualquier duda que tengamos con la ayuda de la Biblia. Ella es tan efectiva, que cuando leemos lo que Dios dice acerca de nosotros, nuestros pensamientos comienzan a cambiar, y somos capaces de abandonar la destructiva manera de pensar que nos produce inseguridad.

Para continuar con el proceso, concéntrese en las cualidades positivas de su vida. Tome papel y lápiz, y pídale al Señor que le guíe para hacer una evaluación sincera de sus cualidades. Se sorprenderá de lo que Dios le mostrará. Pero es importante que no se fije en las capacidades de los demás para comparar las suyas. Nadie es como usted, y por eso es absurdo hacer comparaciones. Nuestra tarea es seguir a Jesús de la manera que Él nos llama individualmente; por consiguiente, podemos mirarlo y sentir seguridad.


La mina destructiva de la inseguridad

La mina destructiva de la inseguridad
Salmo 40.1-5

Es posible que la inseguridad no nos parezca tan destructiva como el orgullo, la envidia o los celos, pero también puede ser muy peligrosa.

La persona que habitualmente se siente insegura puede terminar muy afectada. Los sentimientos de inseguridad pueden desarrollarse a raíz de tragedias, como la pérdida de los padres en la niñez, o crecer en un ambiente violento. A veces nos sentimos inseguros por fracasos que hemos experimentado.

Cualquiera que sea la causa de nuestra inseguridad, los efectos son siempre los mismos.

Podemos sentirnos indecisos porque nuestro temor de tomar decisiones equivocadas nos lleva a evitar tomar decisiones del todo. A veces nos cuesta establecer relaciones duraderas porque creemos que no seremos buenos amigos. O podemos mantener distancia de los demás por temor al rechazo; pero la gente, con frecuencia, percibe esto como orgullo o engreimiento.

Tarde o temprano, nos convertiremos en críticos de los demás. Al mismo tiempo, podemos llegar a caer en la trampa de creer que el éxito depende de la aceptación de los demás. La verdad es que Dios tiene una senda especial para cada vida, en la que el éxito no puede medirse por la alabanza humana.

La inseguridad no es algo que podemos confesar y con eso ser libres. Más bien, es un mal que debe ser confrontado por un largo tiempo, y finalmente tomar la decisión de confiar en lo que Dios dice acerca de nosotros, no en lo que el enemigo nos susurra. Mañana veremos cómo Dios hace que recuperemos nuestra seguridad.