2 Timoteo 3.14-17
El plan de Dios asegura a cada creyente el logro de su potencial. Él quiere que sus hijos vivan de cierta manera, y que tomen decisiones correctas; por tanto, acepta toda la responsabilidad de guiarlos. En efecto, el Señor promete: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar” (Sal 32.8). No obstante, nuestra vida no está planificada en un manual de instrucciones, desde el día en que fuimos salvos, descubrimos la voluntad de Dios por fe.
Aprendemos a conocer la voluntad de Dios mediante la lectura de su Palabra. La Biblia nos ofrece una guía completa para cualquier situación.
Allí encontramos normas y mandamientos que nos llevan al éxito, y principios de aplicación diaria. La Biblia no detalla cada situación que pudiéramos enfrentar, pero sus principios nos preparan para tomar decisiones en cada situación que encontremos. El estudio de la Palabra de Dios es la única manera que tenemos de conocer su voluntad.
Descubrimos la voluntad de Dios por medio de las circunstancias. El Señor está guiando activamente cada cosa que nos sucede en la vida, con el fin de zurcir los “hilos” incompatibles para nuestro bien (Ro 8.28).
Los creyentes debemos estar alerta para el momento en que Dios nos revele su voluntad. Pídale cada día que le haga sensible a sus caminos.
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