domingo, 18 de enero de 2015

Comentario Biblico de Matthew Henry, Génesis 34


Versículos 1—19. Dina deshonrada por Siquem. 
20—31. Los de Siquem son asesinados por Simeón y Leví.

Vv. 1—19. Las personas jóvenes, especialmente las mujeres, nunca están tan a salvo y tan bien
como bajo el cuidado de padres piadosos. Su propia ignorancia y los halagos y artificios mal intencionados de la gente impía, que siempre está poniéndoles trampas, las exponen a gran peligro.
Ellos son sus propios enemigos si desean irse al extranjero, especialmente solos, entre los extraños a
la verdadera fe. Los padres que no impiden a sus hijos que se expongan innecesariamente al peligro
están muy equivocados. Los niños malcriados, como Dina, a menudo se vuelven dolor y vergüenza
para su familia. La disculpa de ella fue ver a las hijas de la tierra, ver cómo se vestían y cómo
danzaban y qué estaba de moda entre ellas; se fue a ver, pero eso no era todo; fue también a que la
vieran. Fue a hacer amistad con las cananeas y a aprender sus costumbres. Véase lo que pasó con el
vagar de Dina. El comienzo del pecado es como dejar escapar el agua. ¿Qué tanto importa que se
encienda un fuego pequeño? Debemos evitar cuidadosamente todas las ocasiones de pecar y las
aproximaciones a ello.

Vv. 20—31. Los de Siquem se sometieron al rito sagrado solamente para darle el gusto a su
príncipe y enriquecerse, y fue justo que Dios los castigara. Como nada nos asegura mejor que la
verdadera religión, así nada nos expone más que la religión solamente fingida. Simeón y Leví fueron
sumamente injustos. Aquellos que actúan malamente so pretexto de la fe, son los peores enemigos
de la verdad y endurecen para destrucción los corazones de muchos. Los crímenes ajenos no
constituyen excusa para nosotros. ¡Ay, cómo un pecado lleva a otro y, como llamas de fuego,
esparce desolación en todas las direcciones! Los placeres necios conducen a la seducción; la
seducción produce ira; la ira tiene sed de venganza; la sed de venganza recurre a la traición; la
traición termina en asesinato; y el asesinato es seguido por otras acciones ilegales. Si hiciéramos la
historia del comercio ilícito entre los sexos, encontraríamos que termina en sangre más que ningún
otro pecado.

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