La promesa del Padre
Leer | Hechos 1.1-8
La Biblia es un libro de promesas, cada una de las cuales está garantizada por la naturaleza inmutable del Señor (2 Co 1.20). Una promesa preciosa es que los que ponen su fe en el Señor Jesús como Salvador, no estarán solos jamás. Nuestro Padre celestial ha prometido enviar su Santo Espíritu para que habite dentro de cada creyente. La Biblia enseña que el Espíritu Santo es un miembro de la Trinidad, junto con Dios el Padre y Dios el Hijo.
La naturaleza trina de Dios es clara en varios pasajes de la Biblia. Por ejemplo, Génesis 1.1, 2 identifica al Padre y al Espíritu como participantes de la creación. Más tarde, el Nuevo Testamento afirma que Jesucristo también estuvo presente cuando el mundo fue creado (Col 1.16).
Encontramos otro ejemplo en el Evangelio de Juan. La noche antes de su crucifixión, Jesús dijo a los discípulos que se iría pero que iba a pedir al Padre que enviara “otro Consolador” (14.16). El Cristo resucitado comisionó después a sus seguidores a hacer discípulos y bautizarlos en el nombre de los tres miembros de la Trinidad (Mt 28.19).
Basándonos en la verdad bíblica, podemos saber a ciencia cierta que el Espíritu Santo es totalmente Dios, al igual que el Padre y el Hijo. La Biblia enseña que podemos conocer al Padre y a Jesús, y lo mismo puede decirse de la tercera persona de la Trinidad. Por la importancia del Espíritu Santo, el Señor Jesús pasó mucho tiempo hablando de Él con los discípulos.
¿Conoce usted al Espíritu Santo tan bien como conoce al Padre y al Hijo? Si no es así, pase tiempo leyendo la Biblia para comprender el lugar que Él tiene en su vida.
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