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miércoles, 27 de agosto de 2025

Escuchar a Dios

Escuchar a Dios
2 Samuel 7.8-22

De todos los héroes de la Biblia, de pocos se habla con tanto respeto como del rey David. ¿Qué lo hizo tan especial? David se preguntó lo mismo (2 S 7.18). La mejor respuesta es, simplemente, que él era un hombre que escuchaba a Dios.

La rectitud no es posible, a menos que escuchemos al Padre celestial. Cuando lo hacemos, recibimos de Él guía, dirección, disciplina y aliento. Esto fue muy cierto en cuanto al pastor y rey David (Sal 63.1-8).

En los Salmos tenemos un hermoso cuadro de la vida de oración de David. Notemos cuatro cosas que David hacía cuando meditaba en Dios:

1. Examinaba su pasado. Aunque David había cometido pecados graves, esos tiempos difíciles le enseñaron a ser humilde. Mirar hacia atrás lo ayudaba a recordar la fidelidad de Dios.

2. Reflexionaba acerca del carácter del Señor. Cuando nos enfocamos en los atributos de Dios, crecemos en nuestra comprensión de quién es Él. Esto daba como resultado una relación más personal e interactiva.

3. David recordaba las promesas de Dios. Sabía que el Señor había dirigido siempre, y con gran éxito, sus pasos.

4. Hacía peticiones a su Padre celestial. Dios nunca tuvo en mente que nos defendiéramos en la vida solos. Él siempre está listo para actuar en beneficio nuestro.

Deténgase un momento y piense en cómo conversa usted típicamente con Dios. Si usted es el único que habla cuando ora, necesita hacer algunos ajustes. Así como el Señor le hablaba a David, Él tiene también muchas cosas que decirle a usted, si simplemente permite que le hable.

miércoles, 6 de agosto de 2025

Cómo sobrevivir a nuestra cultura

Cómo sobrevivir a nuestra cultura
1 Corintios 3.1-3

Cuando somos llamados a tener una nueva vida con Cristo, encontramos obstáculos. Uno de los más grandes es la cultura en la cual vivimos. Es posible que no reconozcamos el peligro en que estamos, hasta que caigamos. Demos una mirada a nuestro mundo.

Primero, es una cultura secular, lo cual significa que tiene poco interés en los asuntos espirituales o en la Biblia. Enseña a confiar en nosotros mismos y en las cosas que podemos ver, en vez de hacerlo en nuestro Dios trino.

Nuestro mundo es también materialista. Su interés principal es acumular cosas y tener riquezas, no en ocuparse de los demás y dar sacrificialmente. Trágicamente, muchas de las cosas que nuestra cultura valora están en oposición con la manera que Jesús nos llama a vivir. Cuando la Biblia contradice lo que la sociedad cree, no es raro que las personas menosprecien nuestro estilo de vida como estrecho y radical.

En muchos sentidos, nuestra sociedad es espiritualmente rebelde, ya que desafía tanto las leyes de Dios como las leyes de los hombres; la obediencia es considerada opcional. Un gran porcentaje de la población rechaza el criterio de Dios en cuanto a las relaciones sexuales y el matrimonio, porque han sido engañados al hacerles creer que pueden violar las leyes de Dios sin sufrir ninguna consecuencia.

Si no estamos alerta, podemos ser presa de las trampas del mundo. La clave para evitar sus lazos es la Palabra de Dios. Cuando estudiamos la Biblia, el Espíritu Santo identificará las mentiras en que estemos creyendo, y nos mostrará cómo podemos aplicar la verdad de las Sagradas Escrituras para ser libres.

viernes, 25 de julio de 2025

La clave para el servicio

La clave para el servicio
Juan 13.3-16

Algunos cristianos aún no han entendido que el verdadero servicio es más que asistir a la iglesia; implica dedicar nuestras vidas al servicio de los demás. Jesús demostró esto cuando lavó los pies de los discípulos en el aposento alto durante la Última Cena.

El ejemplo del Señor nos enseña que la clave es la humildad. A menos que estemos dispuestos a inclinarnos y a ensuciarnos las manos para servir a los demás, no habremos entendido cuál es la clave del servicio. Además, un siervo verdadero…

- No espera que le pidan ayuda. Nadie le pidió a Jesús que fuera y lavara los pies de los discípulos. Así como Él vio e hizo lo que era necesario, un siervo verdadero está alerta para identificar la necesidad y luego servir como voluntario para atenderla. Lo hará calladamente sin buscar ningún reconocimiento o recompensa. Está satisfecho y muy gozoso por el simple hecho de ayudar.

- Debe aprender a recibir y también a dar. Esto es, por lo general, muy difícil para un siervo. Jesús dijo a sus discípulos que si no le permitían que les lavara los pies, no tendrían parte con Él. Pedro se había negado rotundamente porque era demasiado orgulloso para recibir tal atención (v. 8). No debemos estar tan atados a los convencionalismos o al orgullo, que digamos no a alguien que, por amor, desee “lavar nuestros pies”.

Como seguidores de Jesús, debemos verlo a Él como nuestro ejemplo de siervo. Si Dios mismo tomó “la naturaleza de siervo” (Fil 2.6-7 DHH) para hacer una tarea tan humilde para sus discípulos, ¿qué excusa podemos presentar nosotros para no servir a los demás?

jueves, 12 de diciembre de 2024

El llamado a tener valentía

El llamado a tener valentía
Josué 3.1-17

¿Qué diría usted si Dios le pidiera liderar a muchas personas, como le pidió a Josué? ¿Comunicar sus palabras a líderes prominentes, como le dijo a Daniel? ¿Convertirse en un misionero como Pablo?

Dios quiere que respondamos con valentía cuando nos llama a hacer frente a algo.

Nuestro primer paso para tener valentía es meditar en la Palabra de Dios; debemos escudriñar el significado de las Sagradas Escrituras como si estuviéramos buscando un tesoro. Con la ayuda del Espíritu Santo, entenderemos la Biblia y aprenderemos cómo aplicar su sabiduría.

Lo siguiente es la obediencia a la Palabra. Meditar en las verdades de Dios influye en nuestras acciones. La Biblia tiene el propósito de moldear nuestros pensamientos y hacer que sigamos los principios bíblicos. Cuanto más pensemos a la manera de Dios, más lo seguiremos.

Confiar en las promesas de Dios es lo tercero para desarrollar valentía. Josué cruzó el río Jordán hacia Jericó porque creyó lo que Dios le dijo.

El cuarto paso para superar el temor es recordar las victorias del pasado. El joven pastor David, hizo esto de manera efectiva. Recordar la protección de Dios en el pasado le dio valor para luchar contra el gigante filisteo Goliat (1 S 17).

Poner en práctica estos pasos nos dará poder para perder el miedo, centrarnos en la victoria en vez de la derrota y obedecer a Dios.
Dios desea que demos testimonio de Él en un mundo incrédulo y hostil.

¿Proclamará usted la verdad de la resurrección de Jesucristo, de su poder salvador del pecado, y de su prometido regreso? El Señor está llamando su nombre. ¿Cuál será su respuesta?

viernes, 13 de septiembre de 2024

Valentía para obedecer

Valentía para obedecer
Josué 1.1-9

La mayoría de las personas se deleitarían en aceptar el honor de dirigir una nación. Quizás Josué se sintió así, aunque estaba consciente de la enorme tarea y responsabilidad que sería ser el líder de los israelitas al salir del desierto.

El pueblo hebreo no era nada fácil. No solamente se quejaba de la comida, el agua, la seguridad y las normas; también cuestionaba el liderazgo de Moisés, y casi tan pronto como él se daba vuelta, se rebelaba contra Dios. Ahora Josué, un hombre a quien una vez trataron de apedrear (Nm 14.10), debía introducir en la tierra, sanos y salvos, a estos rebeldes nómadas del desierto. Su tarea era realmente colosal.

Pero Josué, al final asumió el manto de liderazgo con valentía.

Cualquier incertidumbre fue sustituida por valentía y determinación. Puso su fe en Dios, quien nunca le había fallado al pueblo.

Josué esperaba que el Señor fuera fiel a su palabra una vez más, y los introdujera en la tierra prometida. No sé qué problema esté usted enfrentando, pero sí sé que Dios le permitirá encararlo con valentía y calma, para que salga victoriosamente. Si usted es una mujer que está sufriendo en su matrimonio; o un padre de familia que está pensando en retomar sus estudios; o una persona en las garras de una enfermedad terrible, Dios le dice: “Esfuérzate y sé valiente” (Jos 1.9).

La valentía de Josué se debía a los muchos años de fidelidad de Dios en su vida. No importa si usted es cristiano desde hace cinco minutos o cincuenta años, puede tener la misma confianza. La Biblia promete que Él es suficiente para saciar sus necesidades y sacarle adelante en su andar hasta que llegue al cielo (Fil 4.19).

jueves, 12 de septiembre de 2024

Los pasos de obediencia

Los pasos de obediencia
 Juan 14.3, 15-17

Cuando estudiábamos ayer la necesidad de aumentar nuestra confianza en Dios, fuimos desafiados a hacer de la espera en Él parte de nuestra vida cotidiana.

Hoy veremos tres cualidades más que son esenciales.

Meditar. Si queremos saber qué piensa Dios, tenemos que meditar en su Palabra. No tenemos necesidad de buscar los versículos bíblicos “correctos” para poder conocer la voluntad del Señor. Él tiene el poder para darnos dirección mediante cualquier pasaje. A nosotros nos corresponde buscar conocimiento por medio de la Palabra, durante un período de tiempo prolongado.

Escuchar. Aprenda a escuchar el silencioso impulso del Espíritu Santo, quien es nuestro Ayudador. La Palabra de Dios es el principal recurso que utiliza el Espíritu Santo. Si estamos estudiando un pasaje de la Biblia, Él nos iluminará la mente para que podamos comprender la manera en que nos está dirigiendo. O traerá a nuestra memoria un pasaje para ayudarnos a entender cómo se aplica a nuestra situación.

Ir. La lección final que debemos aprender acerca de la obediencia es que a veces debemos ir, aunque el camino no sea claro.

Abraham es un buen ejemplo de esto. Dios le dijo que se marchara de su tierra, pero no le especificó el destino.

Abraham obedeció por fe (He 11.8). Podemos obedecer sin tener que saberlo todo, porque Dios se hace responsable de las consecuencias.

Nuestra única responsabilidad es obedecer. ¡Esa es una buena noticia!

Al llegar al final de nuestra lección, ¿de qué aspecto le está pidiendo Dios que se ocupe primero: confiar, esperar, meditar, escuchar o ir?

sábado, 7 de octubre de 2017

Fe y obediencia


Fe y obediencia
Leer | 1 Reyes 18.1-15
Piense en la fe y la obediencia como compañeras de viaje que se dirigen al mismo destino, es decir, agradar y dar gloria al Señor. Usted no puede tener una sin la otra. Crecen simultáneamente al practicarse, pero se marchitarán si se descuidan.
Elías era un hombre con ambas cualidades. Le creía a Dios, y siempre respondía con obediencia. Cuando el Señor le dijo que se presentara ante el rey Acab, no dejó que el temor lo detuviera. Había aprendido que el Padre celestial era fiel y digno de confianza.
El temor pone trabas a la fe cuando comenzamos a dudar de que el plan de Dios sea realmente el mejor. Si permitimos que la preocupación gane terreno en nuestra mente, nos negaremos a hacer lo que diga el Señor. Al rechazar el camino de la fe y la obediencia estamos en realidad eligiendo la senda de la incredulidad y el pecado.
A Satanás le encanta que sintamos temor y desobedezcamos, para que así no recorramos el camino que Dios ha ideado para nosotros. No podemos creer que el Señor hará cosas grandes en un aspecto de nuestra vida si estamos permitiendo que haya pecado en otro. ¿Dónde ha flaqueado usted? ¿Le ha dado terreno al pecado? ¿Está negándose a obedecer algo que Dios dice en su Palabra?
La fe grande comienza con pasos pequeños. Si usted decide obedecer la Palabra de Dios, comenzará un ciclo cada vez mayor de fe y obediencia. No deje que el temor o el pecado le roben la gran aventura que el Señor ha planificado para su vida. ¿Quién puede elegir mejor el camino correcto —usted o Dios?
Enviado desde el Templo Cristiano Pasos de Fe

jueves, 31 de diciembre de 2015

Un pequeño asunto de obediencia

Leer | Lucas 5.1-11

La obediencia a Dios en las cosas pequeñas es un paso esencial para recibir bendición. Lo que Él nos pide que hagamos nunca es insignificante aunque no siempre podamos reconocer la importancia de aceptar lo que el Señor nos pida. Pedro no podía imaginar el impacto que una sencilla salida en una barca tendría en su vida. Pudo haber dicho: “Estoy demasiado cansado, Maestro. Toma otra barca”. Pero su obediencia abrió la puerta para que Dios lo bendijera con un ministerio transformador.

Como hijos de Dios, debemos preguntarle qué quiere Él que hagamos cada día “¿Qué quieres que diga o cuál es la mejor decisión, Señor?” Tenemos que aprender a escuchar a nuestro Padre celestial, y a ser sensibles a la sutil voz que nos impulsa a lo largo del día. Si mantenemos nuestra mente en sintonía con Él, comenzaremos a entender el significado de algunas decisiones que, de otra manera, apenas nos daríamos cuenta. En última instancia, esta conciencia dará lugar a un estilo de vida de caminar con el Señor, y entonces recibiremos lo mejor que Él tiene para nosotros.

Una cosa que sé con certeza es que cada vez que he obedecido a Dios, Él me ha bendecido. El costo de desobedecer es muy alto. Estamos hablando de un Dios que nos ama incondicionalmente, y que tiene un plan perfecto. Obedecerle jamás nos decepcionará. Al mirar el 2015, ¿puede usted ver la sabiduría del Señor cuando le guió a tomar decisiones correctas? La visión retrospectiva es fantástica para reconocer las bendiciones de Dios.

Haga del 2016 un año de obediencia. Cuando obedecemos a Dios, nuestro corazón se abre completamente para que su poder se derrame en nosotros.

viernes, 13 de marzo de 2015

Devocional

Lectura 13 de Marzo -  
"Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande."
Jeremías 1: 6, 7. 

Jeremías era joven y sentía una reticencia natural cuando fue enviado por el Señor a cumplir un gran encargo; pero el que lo envió no aceptaría que dijera: "Soy niño" . Lo que era en sí mismo no debía ser mencionado, sino que había de perderse en la consideración de que era elegido para hablar por Dios. No tenía que idear ni inventar un mensaje, ni elegir un audiencia: él tenía que hablar lo que Dios le mandase, y hablar adonde Dios le enviase, y sería capacitado para hacer esto con una fuerza que no era la suya.  ¿No ocurre lo mismo con algún joven predicador, o algún maestro que lea estas líneas? Dios sabe cuán joven eres, y cuán débiles son tu conocimiento y tu experiencia; pero si Él decide enviarte, no te corresponde cuestionar el llamado celestial. Dios se engrandecerá en tu debilidad. Si fueras tan viejo como Matusalén, ¿cuánto te ayudarían tus años? Si fueras tan sabio como Salomón, podrías ser tan coherente  como él. Has de atenerte a tu mensaje, y será tu sabiduría; sigue tus órdenes de marcha y serán tu discreción. 

domingo, 2 de octubre de 2011

¡Dios nos habla todavía!

Un joven había estado en el estudio bíblico del miércoles a la noche. El pastor había hablado de escuchar y obedecer la voz del Señor. El joven no pudo evitar pensar, ¿Dios habla con la gente hoy? Después del servicio, salió con unos amigos a tomar un café y comentaron el mensaje. Varios contaron cómo Dios los había guiado en diversas oportunidades. Ya eran las 10 de la noche cuando el joven emprendió el regreso hacia su casa. Sentado en el auto comenzó a orar: "Dios, si todavía hablas con la gente... por favor háblame a mí. Yo te voy a escuchar. Voy a hacer todo lo que pueda por obedecerte." Mientras manejaba por la calle principal de su ciudad, tuvo un pensamiento extraño: parar y comprar un litro de leche. Sacudió la cabeza y dijo en voz alta "¿Dios, eres tu?" Como no obtuvo respuesta, siguió camino hacia su casa. Pero, nuevamente el pensamiento: "compra un litro de leche". El joven recordó como el pequeño Samuel no reconocía la voz del Señor y acudía a pedirle ayuda a Elí. "Esta bien, Dios, en caso de que seas vos, voy a comprar la leche." No parecía una prueba muy difícil de obediencia. La leche siempre es útil. Se detuvo, compró el litro de leche y siguió camino hacia su casa. Cuando estaba por pasar la calle 7, sintió de nuevo el impulso, "Dobla en esta esquina." "Esto es una locura", pensó y pasó de largo la intersección. De nuevo, tuvo la sensación de que debía haber doblado en la calle 7. Así que en la siguiente intersección dobló y volvió hacia la calle 7. Medio en broma dijo en voz alta, " OK Dios, así lo haré ". Anduvo por varias cuadras, cuando de repente sintió que tenía que parar. Estacionó y miró a su alrededor. Estaba en una zona semi-comercial de la ciudad. No era de las mejores, pero tampoco era lo peor. Los negocios estaban cerrados y la mayoría de las casas estaban oscuras, como si sus habitantes ya se hubieran ido a dormir. Otra vez sintió algo, "Anda y dale la leche a la gente de la casa de enfrente. El joven miró la casa. Estaba oscura y daba la impresión de que la gente se había ido o estaba durmiendo. Empezó a abrir la puerta y se volvió a sentar en el auto. "Dios, esto es una locura. Esa gente debe de estar durmiendo y si los despierto se van a enojar y yo voy a quedar como un estúpido " Nuevamente sintió que debía ir y darles la leche. Finalmente, abrió la puerta del auto y dijo "Está bien, Dios, si eres tu, voy a ir y les voy a dar la leche. Si quieres que quede como un loco, está bien. Quiero ser obediente. Supongo que eso servirá de algo pero si no me contestan rápido, me voy." Cruzó la calle y tocó el timbre. Se escuchaban ruidos que venían desde adentro. Un hombre gritó: "¿Quién es? ¿Qué quiere?" Y la puerta se abrió antes de que el joven pudiera salir disparando. El hombre que abrió tenía jeans y una remera. Parecía que recién se había levantado de la cama. Tenía una mirada extraña y no parecía muy contento de ver a un extraño parado en la puerta de su casa. "¿Qué quiere?" le preguntó El joven sacó la botella de leche y dijo, "Aquí tiene, esto es para usted." El hombre tomó la leche y corrió por el pasillo hacia adentro hablando en español. Luego vio pasar a una mujer llevando la leche a la cocina. El hombre la seguía cargando un bebé en bazos. El bebé lloraba. El hombre tenía los ojos llenos de lágrimas y le dijo casi llorando: "Estábamos orando. Tuvimos que pagar muchas cuentas este mes y nos quedamos sin dinero. No teníamos leche para nuestro bebé . Le estábamos pidiendo a Dios que nos muestre como conseguir leche". La esposa desde la cocina gritó: "Le pedimos que mandara a un ángel con un poco de leche. ¿Es usted un ángel? El joven buscó su billetera, sacó toda la plata que tenía y la puso en la mano del hombre. Dio media vuelta y volvió a su auto. Las lágrimas corrían por su rostro. Se dio cuenta de que Dios todavía contesta nuestras oraciones. Esto es simplemente una prueba.