miércoles, 27 de agosto de 2025
Escuchar a Dios
miércoles, 6 de agosto de 2025
Cómo sobrevivir a nuestra cultura
viernes, 25 de julio de 2025
La clave para el servicio
jueves, 12 de diciembre de 2024
El llamado a tener valentía
¿Qué diría usted si Dios le pidiera liderar a muchas personas, como le pidió a Josué? ¿Comunicar sus palabras a líderes prominentes, como le dijo a Daniel? ¿Convertirse en un misionero como Pablo?
Dios quiere que respondamos con valentía cuando nos llama a hacer frente a algo.
Nuestro primer paso para tener valentía es meditar en la Palabra de Dios; debemos escudriñar el significado de las Sagradas Escrituras como si estuviéramos buscando un tesoro. Con la ayuda del Espíritu Santo, entenderemos la Biblia y aprenderemos cómo aplicar su sabiduría.
Lo siguiente es la obediencia a la Palabra. Meditar en las verdades de Dios influye en nuestras acciones. La Biblia tiene el propósito de moldear nuestros pensamientos y hacer que sigamos los principios bíblicos. Cuanto más pensemos a la manera de Dios, más lo seguiremos.
Confiar en las promesas de Dios es lo tercero para desarrollar valentía. Josué cruzó el río Jordán hacia Jericó porque creyó lo que Dios le dijo.
El cuarto paso para superar el temor es recordar las victorias del pasado. El joven pastor David, hizo esto de manera efectiva. Recordar la protección de Dios en el pasado le dio valor para luchar contra el gigante filisteo Goliat (1 S 17).
Poner en práctica estos pasos nos dará poder para perder el miedo, centrarnos en la victoria en vez de la derrota y obedecer a Dios.
Dios desea que demos testimonio de Él en un mundo incrédulo y hostil.
¿Proclamará usted la verdad de la resurrección de Jesucristo, de su poder salvador del pecado, y de su prometido regreso? El Señor está llamando su nombre. ¿Cuál será su respuesta?
viernes, 13 de septiembre de 2024
Valentía para obedecer
La mayoría de las personas se deleitarían en aceptar el honor de dirigir una nación. Quizás Josué se sintió así, aunque estaba consciente de la enorme tarea y responsabilidad que sería ser el líder de los israelitas al salir del desierto.
El pueblo hebreo no era nada fácil. No solamente se quejaba de la comida, el agua, la seguridad y las normas; también cuestionaba el liderazgo de Moisés, y casi tan pronto como él se daba vuelta, se rebelaba contra Dios. Ahora Josué, un hombre a quien una vez trataron de apedrear (Nm 14.10), debía introducir en la tierra, sanos y salvos, a estos rebeldes nómadas del desierto. Su tarea era realmente colosal.
Pero Josué, al final asumió el manto de liderazgo con valentía.
Cualquier incertidumbre fue sustituida por valentía y determinación. Puso su fe en Dios, quien nunca le había fallado al pueblo.
Josué esperaba que el Señor fuera fiel a su palabra una vez más, y los introdujera en la tierra prometida. No sé qué problema esté usted enfrentando, pero sí sé que Dios le permitirá encararlo con valentía y calma, para que salga victoriosamente. Si usted es una mujer que está sufriendo en su matrimonio; o un padre de familia que está pensando en retomar sus estudios; o una persona en las garras de una enfermedad terrible, Dios le dice: “Esfuérzate y sé valiente” (Jos 1.9).
La valentía de Josué se debía a los muchos años de fidelidad de Dios en su vida. No importa si usted es cristiano desde hace cinco minutos o cincuenta años, puede tener la misma confianza. La Biblia promete que Él es suficiente para saciar sus necesidades y sacarle adelante en su andar hasta que llegue al cielo (Fil 4.19).
jueves, 12 de septiembre de 2024
Los pasos de obediencia
Juan 14.3, 15-17
Cuando estudiábamos ayer la necesidad de aumentar nuestra confianza en Dios, fuimos desafiados a hacer de la espera en Él parte de nuestra vida cotidiana.
Hoy veremos tres cualidades más que son esenciales.
Meditar. Si queremos saber qué piensa Dios, tenemos que meditar en su Palabra. No tenemos necesidad de buscar los versículos bíblicos “correctos” para poder conocer la voluntad del Señor. Él tiene el poder para darnos dirección mediante cualquier pasaje. A nosotros nos corresponde buscar conocimiento por medio de la Palabra, durante un período de tiempo prolongado.
Escuchar. Aprenda a escuchar el silencioso impulso del Espíritu Santo, quien es nuestro Ayudador. La Palabra de Dios es el principal recurso que utiliza el Espíritu Santo. Si estamos estudiando un pasaje de la Biblia, Él nos iluminará la mente para que podamos comprender la manera en que nos está dirigiendo. O traerá a nuestra memoria un pasaje para ayudarnos a entender cómo se aplica a nuestra situación.
Ir. La lección final que debemos aprender acerca de la obediencia es que a veces debemos ir, aunque el camino no sea claro.
Abraham es un buen ejemplo de esto. Dios le dijo que se marchara de su tierra, pero no le especificó el destino.
Abraham obedeció por fe (He 11.8). Podemos obedecer sin tener que saberlo todo, porque Dios se hace responsable de las consecuencias.
Nuestra única responsabilidad es obedecer. ¡Esa es una buena noticia!
Al llegar al final de nuestra lección, ¿de qué aspecto le está pidiendo Dios que se ocupe primero: confiar, esperar, meditar, escuchar o ir?
sábado, 7 de octubre de 2017
Fe y obediencia
Fe y obediencia
Leer | 1 Reyes 18.1-15
Piense en la fe y la obediencia como compañeras de viaje que se dirigen al mismo destino, es decir, agradar y dar gloria al Señor. Usted no puede tener una sin la otra. Crecen simultáneamente al practicarse, pero se marchitarán si se descuidan.
Elías era un hombre con ambas cualidades. Le creía a Dios, y siempre respondía con obediencia. Cuando el Señor le dijo que se presentara ante el rey Acab, no dejó que el temor lo detuviera. Había aprendido que el Padre celestial era fiel y digno de confianza.
El temor pone trabas a la fe cuando comenzamos a dudar de que el plan de Dios sea realmente el mejor. Si permitimos que la preocupación gane terreno en nuestra mente, nos negaremos a hacer lo que diga el Señor. Al rechazar el camino de la fe y la obediencia estamos en realidad eligiendo la senda de la incredulidad y el pecado.
A Satanás le encanta que sintamos temor y desobedezcamos, para que así no recorramos el camino que Dios ha ideado para nosotros. No podemos creer que el Señor hará cosas grandes en un aspecto de nuestra vida si estamos permitiendo que haya pecado en otro. ¿Dónde ha flaqueado usted? ¿Le ha dado terreno al pecado? ¿Está negándose a obedecer algo que Dios dice en su Palabra?
La fe grande comienza con pasos pequeños. Si usted decide obedecer la Palabra de Dios, comenzará un ciclo cada vez mayor de fe y obediencia. No deje que el temor o el pecado le roben la gran aventura que el Señor ha planificado para su vida. ¿Quién puede elegir mejor el camino correcto —usted o Dios?
Enviado desde el Templo Cristiano Pasos de Fe
jueves, 31 de diciembre de 2015
Un pequeño asunto de obediencia
Leer | Lucas 5.1-11
La obediencia a Dios en las cosas pequeñas es un paso esencial para recibir bendición. Lo que Él nos pide que hagamos nunca es insignificante aunque no siempre podamos reconocer la importancia de aceptar lo que el Señor nos pida. Pedro no podía imaginar el impacto que una sencilla salida en una barca tendría en su vida. Pudo haber dicho: “Estoy demasiado cansado, Maestro. Toma otra barca”. Pero su obediencia abrió la puerta para que Dios lo bendijera con un ministerio transformador.
Como hijos de Dios, debemos preguntarle qué quiere Él que hagamos cada día “¿Qué quieres que diga o cuál es la mejor decisión, Señor?” Tenemos que aprender a escuchar a nuestro Padre celestial, y a ser sensibles a la sutil voz que nos impulsa a lo largo del día. Si mantenemos nuestra mente en sintonía con Él, comenzaremos a entender el significado de algunas decisiones que, de otra manera, apenas nos daríamos cuenta. En última instancia, esta conciencia dará lugar a un estilo de vida de caminar con el Señor, y entonces recibiremos lo mejor que Él tiene para nosotros.
Una cosa que sé con certeza es que cada vez que he obedecido a Dios, Él me ha bendecido. El costo de desobedecer es muy alto. Estamos hablando de un Dios que nos ama incondicionalmente, y que tiene un plan perfecto. Obedecerle jamás nos decepcionará. Al mirar el 2015, ¿puede usted ver la sabiduría del Señor cuando le guió a tomar decisiones correctas? La visión retrospectiva es fantástica para reconocer las bendiciones de Dios.
Haga del 2016 un año de obediencia. Cuando obedecemos a Dios, nuestro corazón se abre completamente para que su poder se derrame en nosotros.
viernes, 13 de marzo de 2015
Devocional
Lectura 13 de Marzo -
"Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande."
Jeremías 1: 6, 7.
Jeremías era joven y sentía una reticencia natural cuando fue enviado por el Señor a cumplir un gran encargo; pero el que lo envió no aceptaría que dijera: "Soy niño" . Lo que era en sí mismo no debía ser mencionado, sino que había de perderse en la consideración de que era elegido para hablar por Dios. No tenía que idear ni inventar un mensaje, ni elegir un audiencia: él tenía que hablar lo que Dios le mandase, y hablar adonde Dios le enviase, y sería capacitado para hacer esto con una fuerza que no era la suya. ¿No ocurre lo mismo con algún joven predicador, o algún maestro que lea estas líneas? Dios sabe cuán joven eres, y cuán débiles son tu conocimiento y tu experiencia; pero si Él decide enviarte, no te corresponde cuestionar el llamado celestial. Dios se engrandecerá en tu debilidad. Si fueras tan viejo como Matusalén, ¿cuánto te ayudarían tus años? Si fueras tan sabio como Salomón, podrías ser tan coherente como él. Has de atenerte a tu mensaje, y será tu sabiduría; sigue tus órdenes de marcha y serán tu discreción.