Título: Siempre edifica el escuchar la experiencia de un santo muy afligido y dotado de gracia.
Aunque no se menciona a David como el autor, este Salmo tiene que ser de su pluma; es tan davídico que huele a él; lleva las marcas de su estilo y sus experiencias en cada letra. Podríamos, más bien, poner dudas sobre la paternidad de la segunda parte de El Peregrino que poner en duda el nombre de David como autor de este Salmo. C. H. S.
Hijos de Coré. Los escritores medievales hacen notar que aquí, como ocurre con frecuencia, la voluntad de Dios era levantar santos allí donde menos podía haberse esperado. ¿Quién podría haberse imaginado que de la posteridad de uno que dijo: «Os quedáis demasiado, vosotros hijos de Aarón» podrían haber surgido descendientes cuyos dulces salmos serían la herencia de la iglesia de Dios hasta el fin de los tiempos? J. M. Neale
Tema: Es el grito de un hombre apartado de las ordenanzas y culto externo de Dios, suspirando por la casa de su Dios, tan amada; y al mismo tiempo es la voz de un creyente espiritual deprimido, que anhela la renovación de la presencia divina, luchando con dudas y temores, pero, con todo, manteniéndose firme en su fe en el Dios vivo.
Vers. 1. Como el ciervo busca jadeante las corrientes de las aguas, así te anhela a Ti, oh Dios, el alma mía. Excluido del culto público, David sentía su corazón enfermo. No buscaba comodidades; no suspiraba por honores; pero el disfrute de la comunión con Dios era una necesidad vital para su alma. La consideraba no meramente como el más dulce de todos los privilegios, sino como una necesidad absoluta, como el agua para el ciervo.
Dadle su Dios, y está contento, como el ciervo que al fin apaga su sed y está perfectamente satisfecho; pero negadle su Señor, y su corazón jadea, su pecho palpita, todo él se estremece como uno a quien le falta el aire después de una carrera.
Querido lector, ¿sabes tú lo que es esto por haberlo sentido personalmente? Es una dulce amargura. Después de haber vivido a la luz del amor del Señor, lo mejor es ser desgraciado hasta que lo poseemos, y jadear en su busca. La sed es una necesidad perpetua y no hay que olvidarla, y lo mismo es continuo el anhelo del corazón hacia Dios.
Cuando es tan natural para nosotros anhelar a Dios como para un animal estar sediento, las cosas van bien en nuestra alma, por penosos que sean nuestros sentimientos. Aprendemos en este versículo que la intensidad de nuestro deseo puede hacerse valer ante Dios, y más aún porque hay promesas especiales para el que es importuno y ferviente. C. H. S.
Vers. 2. Mi alma tiene sed de Dios. Procura que tu corazón no repose en cualquiera de tus deberes, salvo que sea en Cristo. Deja todo deber, a menos que puedas hallar algo de Cristo en él; y no un puñado, sino una brazada (con el anciano Simeón, Lucas 2:28). En realidad, debes tener relación con el cielo y comunión con Cristo, lo cual es llamado la presencia de Dios, o sea, el presentarte delante de El.
Agustín decía que ya no le gustaban las elegantes frases y discursos de Tulio (al revés de antes) porque no podía hallar a Cristo en ellas; ni el alma con la gracia tiene interés en deberes vacíos.
Las flores y adornos retóricos, expresiones sin impresiones al orar o predicar, no son pan verdadero, sino címbalos que retiñen. Christpher Ness
Del Dios vivo. Un Dios muerto es una farsa; odiamos una deidad monstruosa; pero el Dios vivo, la fuente perenne de vida y de luz y amor, es el deseo de nuestra alma.
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? «El ver el rostro de Dios» es una traducción más exacta del hebreo; pero las dos ideas pueden combinarse: quiere ver a su Dios y ser visto por El; ¡esto es digno de ser buscado! C. H. S.
Un hombre inicuo nunca puede decir con sinceridad: «¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?», porque tendrá que hacerlo demasiado pronto, y antes de lo que quisiera, como los diablos que dijeron a Cristo «que los atormentaba antes de su tiempo». Pregúntale a un ladrón si quiere aparecer ante el juez. La respuesta es segura: preferiría que no hubiera jueces en absoluto.
Y así es con los hombres del mundo con respecto a Dios, más bien desean esconderse de El. Thomas Horton
Si quieres que un niñito se contente con sus juguetes, no estará muy satisfecho y llorará pidiendo el pecho de su madre. Así, si un hombre sube al púlpito con frases adornadas y anécdotas preciosas, éstas no contentarán al alma hambrienta. Necesita la leche sincera de la Palabra con que alimentarse. Oliver Heywood
Vers. 3. Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche. El poder llorar, y hacerlo con franqueza, es una prueba de sinceridad. Quizá es bueno para el corazón de este hombre, como una válvula de seguridad; hay una pena seca que es mucho más terrible que las penas con lágrimas.
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? El malvado sabe que la desgracia peor para nosotros sería perder el favor de Dios; por ello su malicia diabólica les lleva a decir estas palabras. C. H. S.
¿Qué ha pasado a tu Dios del que tanto blasonabas y te creías feliz en El aunque no hubiera sido el Dios de nadie más excepto el tuyo? De ello podemos aprender la disposición del malvado. Es venenosa, y su interés es herir a un hombre con su religión.
¿Dónde está tu Dios? Así trató el diablo a la Cabeza de la iglesia, nuestro bendito Salvador, cuando fue a tentarle. «Si eres e] Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en pan» (Mateo 4:3). Viene con un «si»; lo elabora para hacerle vacilar en su Filiación. El diablo, como está apartado de Dios externamente, se ha vuelto un espíritu de división; trabaja para dividir incluso a Dios el Padre de su propio Hijo: «Si eres el Hijo de Dios».
Así procura separar a los cristianos de su Cabeza, Cristo. «¿Dónde está tu Dios?» Este es su objetivo, poner división, si puede, entre su corazón y Dios, hacerle sentir celos de Dios como si El no le hubiera considerado; tú has, pasado por muchas cosas para servir a tu Dios; mira cómo te trata El ahora a ti. «¿Dónde está tu Dios?» Richard Sibbes
Vers. 4. Derramo mi alma dentro de mí. La misma alma de oración se halla en el derramar el alma delante de Dios. Thomas Brooks
De cómo yo iba con la multitud, y la conducía hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¡Qué degradación el suplantar el canto inteligente de toda la congregación por refinamientos insulsos y teatrales, cuartetos, coros y viento de fuelles y tubos!
Lo mismo podríamos orar con maquinaria que alabarle con ella. C. H. S.
El Dios de gracia se ha complacido en estimar como su gloria el que haya muchos mendigos pululando por la Puerta Hermosa de su templo, pidiendo limosna espiritual y corporal. ¡Qué honor para nuestro Señor y Propietario que estas multitudes de ocupantes acudan a su casa a pagar su arriendo de gracias y adoración por todo lo que están usando en esta vida! George Swinnock
Vers. 5. ¿Por qué te abates, oh alma mía? El averiguar la causa de nuestra pena es con frecuencia la mejor cirugía para la misma. La ignorancia no es felicidad; en este caso es miseria. La niebla de la ignorancia aumenta nuestros motivos de alarma; una visión clara hará ver que los monstruos son bagatelas. C. H. S.
Pensad en esto los que sentís la pesadez de vuestra alma; pensad en ello los que no la sentís, para que podáis sentirla. Sabed que hay una pena que «obra arrepentimiento del que no hay que arrepentirse». Sabed que hay una pena que «consume hasta la muerte».
Recuerda que las lágrimas acompañaron a María Magdalena al cielo; recuerda también que hubo lágrimas que no hicieron nada por Esaú lleno de pecado. Porque, como en el martirio, no es la espada, el fuego ni lo que sufrimos lo que nos justifica, sino aquello por lo que sufrimos. Brian Duppa, sermón.
Los inicuos oprimen a David, y el diablo le tienta; con todo, él reprende a su propio corazón y nada más. David no reprende a Saúl ni a Absalón, sino que reprende y mira su propio corazón.
¿Por qué te abates, oh alma mía? Aunque el diablo tienta y los malvados oprimen como instrumentos de castigo por el pecado, pese a todo, nosotros, con David, hemos de reprender a nuestro propio corazón. Christopher Love en Cura del alma abatida ¿Por qué... te turbas dentro de ml? «Estás en tumulto», una expresión aplicada al rugir el mar entumecido. Ver Isaías 17:12; Jeremías 5:22; 6:23; 51:55. Henry March
Espera en Dios. La esperanza nunca produce más gozo que en la aflicción. Es en la nube que lleva agua que el sol pinta los curiosos colores del arco iris... Hay dos gracias que Cristo usa especialmente para llenar el alma de gozo: la fe y la esperanza, porque estas dos aportan el vino sin escatimarlo. La fe dice al alma lo que Cristo ha hecho por ella, y así la consuela y conforta; la esperanza aviva al alma con la noticia de lo que Cristo hará; las dos sacan sus recursos de un
origen común: Cristo y su promesa. Condensado de William Gurnall
Espera en Dios; porque aún he de alabarle. Cuando se puede decir: «Aquel a quien Dios ama está enfermo», puede decirse también: «Esta enfermedad no es para muerte»; y aunque sea la primera muerte, no será la segunda.
¿Quién habría pensado cuando Jonás se hallaba en el mar (ver Jonás 3) que predicaría en Nínive?
¿Quién habría pensado cuando Nabucodonosor se hallaba en el bosque (ver Daniel 4) que volvería a reinar en Babilonia? ¿Quién habría pensado cuando José fue vendido por sus hermanos que éstos le buscarían como siervos suyos? ¿Quién hubiera pensado cuando Job se rascaba sus llagas sentado sobre las cenizas de la basura, sus casas consumidas por el fuego, sus ganados robados y sus hijos muertos que volvería a ser mucho más rico de lo que nunca fue? Así son las acciones de la misericordia divina, que hacen a los rectos exclamar cantando: «El Señor ha triunfado gloriosamente» (Exodo 15:21). Henry Smith
No creas que baste acallar tu corazón para que no alterque con Dios, sino que no debes cesar hasta que le hayas colocado donde repose dulcemente en El. El santo David llegó hasta aquí; no sólo reprendió a su alma por su desasosiego, sino que le encargó que confiara en Dios. William Gurnall
Vers, 5, 11. Lo que molesta a la pobre bestia no es el peso de la carga, sino las ataduras en sus lomos; así, no es el peso de los males externos, sino el escozor interno de una conciencia amargada, no purificada ni curada por la fe, lo que aflige y turba a la pobre criatura. Mathew Laurence en El uso y la práctica de la fe
El pájaro insensato, hallándose en una estancia con la puerta cerrada y los postigos cerrados, arremete contra la pared y las ventanas, magullándose y haciendo saltar sus plumas, en tanto que si esperara a que le abrieran la ventana podría partir sin herirse; lo mismo nos ocurre a nosotros.
Cuando el Señor nos encierra y limita nuestra libertad durante un tiempo, queremos abrirnos paso por nuestra cuenta, usando todos los recursos de nuestro corazón para pasar por las paredes de su providencia; mientras que si esperáramos confiando en su promesa y nos sometiéramos a su disposición, podríamos soportar más fácilmente el encierro y, sin heridas, acabaríamos
recobrando la libertad. Porque Dios toma su decisión, y ¿quién puede cambiarla? Él hará que suceda lo que ha decretado sobre nosotros. John Barlow sermón
Si quieres estar más seguro, pasa más tiempo reforzando tus evidencias del cielo que poniéndolas en duda. La gran falta de muchos cristianos es que pasan más tiempo haciendo preguntas que tratando de afianzar sus consuelos. A base de razonamientos acaban en la incredulidad, y dicen:
«Señor, ¿por qué debo creer?» Christopher Love
Vers. 6. Dios mio. ¡Asombrosa expresión! ¿Quién puede atrever-se a decir al Creador de la tierra, la Majestad de los cielos: «Dios mío»? Un desterrado, un paria, un descarriado; un hombre abandonado, despreciado, un alma abatida y desasosegada, ¿cómo se atreve? ¿Con qué derecho? Por el pacto. HenryMarch
Me acordaré, por tanto, de Ti. Es sabio el almacenar en la memoria nuestras ocasiones especiales de conversación con el cielo; podemos necesitarlas otro día cuando el Señor sea lento en devolvernos de entre los expulsados y nuestra alma se duela y tiemble. ¡Oh valle de Acor no olvidado, tú eres una puerta de esperanza! Días hermosos, ahora desaparecidos, habéis dejado una luz detrás que alegra nuestras tinieblas presentes. C. H. S.
Vers. 7. Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas. Aquí ha unido dos fenómenos naturales terribles. Es un hecho bien conocido por la evidencia de viajeros que los chubascos en forma de tromba marina no son raros en la costa de Judea. Parece que son ocasionados por la acumulación de grandes masas de nubes, cuyas aguas se concentran en un punto para descender luego en una columna ingente, acompañada de un ruido ensordecedor.
Ahora bien, la imagen concebida en la mente del Salmista parece ser la de un inmenso torbellino que se precipita en el mar, ya agitado, y aumenta el remolino y turbulencia de las olas. ¡Qué cuadro tan terrible! Especialmente si añadimos a él las ideas de un cielo nublado, tempestuoso, y el rugido del trueno sumado al tumulto. ¿Cuál sería la situación de un buque en medio de una tempestad así, un diluvio cayendo desde arriba y alrededor el mar furioso, levantándose en
tremendas oleadas, como un barco sin control, inerme, hundiéndose, a menos que escape por una intervención milagrosa?
Pues bien, a una situación así compara David el estado de su alma cuando, sumergido bajo un mar de aflicciones, dice: «Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. » ¡Qué vivo había de ser su sentimiento de angustia en aquella ocasión para hacer uso de una comparación así que expresa el terror más extremo! Henry March
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. Las olas del Atlántico sucediéndose incesantemente, trombas marinas que se acercan, y todo el océano en tumulto alrededor del nadador; la mayoría de los herederos del cielo pueden comprender la descripción, pues muchos han experimentado cosas semejantes.
Esta es una experiencia profunda desconocida para los recién nacidos en la gracia, pero bastante común para los que viajan por las aguas profundas de la aflicción; para éstos sirve de consuelo el recordar que las olas y ondas son del Señor. «Tus olas y tus ondas» dice David-, «todas han sido enviadas y dirigidas por El y realizan sus designios, y el Hijo de Dios, sabiéndolo, está resignado.»
Vers. 8. Pero de día mandará Jehová su misericordia. No amanecerá ningún día sobre el heredero de la gracia, hallándole abandonado por completo por el Señor; el Señor reina, y es un soberano que con autoridad ordena que la misericordia sea reservada para sus escogidos. C. H. S.
Su expresión es notable; no dice simplemente que el Señor concederá, sino que ordenará su misericordia. Como el don concedido es gracia -favor gratuito al que no es digno de él-, así la manera de concederlo es soberana. Es dada por decreto; es un donativo regio. Y si Él manda la bendición, ¿quién impedirá su recepción? Henry March
Y de noche. Para decir la verdad, creo que la noche es el momento más dichoso para el hombre piadoso, y el más triste para el inicuo; éste, aunque hace uso de la noche para esconder su pecado, pese a todo teme a causa de aquello mismo en que consiste su seguridad. Zachary Bogan
Y mi oración al Dios de mi vida. Aquí podemos ver que la religión de David era una religión de oración tanto después de la liberación, como antes. El egoísta que dama en la tribulación habrá terminado con sus oraciones cuando haya terminado la tribulación.
Con David era al revés. La liberación de la tribulación fortalecía su confianza en Dios, enardecía sus peticiones y le proporcionaba nuevos argumentos... Hay una gran necesidad de oración después de la liberación, porque el momento de la liberación es con frecuencia el de la tentación; el alma está jubilosa y afloja su vigilancia. Henry March
Vers. 9. ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Es lamentable que haya que amputar un miembro a un hombre, pero cuando sabemos que la operación es necesaria para salvar su vida, estamos contentos de saber que ha sido realizada con éxito; incluso así, cuando está en marcha la prueba, el designio del Señor al enviarla se hace más fácil de llevar.
Vers. 10. Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? Tal era la malicia de los enemigos de David que, habiendo pensado en esta cruel pregunta, se la repiten constantemente, sin duda para enloquecerle, y quizá lo habrían conseguido de no haber él recurrido a la oración y hacer de las persecuciones de sus enemigos un motivo de ruego a su Señor. C. H. S.
David podía haberles dicho: «Dónde están vuestros ojos? ¿Dónde está vuestra vista? Porque Dios no sólo está en el cielo, sino en mí.» Aunque David no podía presentarse en el santuario, el alma de David era un santuario para Dios; porque Dios no está atado a un santuario hecho de manos. Dios tiene dos santuarios; tiene dos cielos: el cielo de los cielos y el espíritu quebrantado. Richard Sibbes
Las moscas en el campo, aunque sean pequeñas, pueden atormentar y enloquecer a un caballo de guerra; por ello, David dice: «Hasta romperme los huesos, mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?» Frederick William Robertson
Vers. 11. Esperanza. La esperanza es como el sol, que cuando nos dirigimos hacia él proyecta la sombra de nuestra carga detrás. Samuel Smiles
Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. La salud y la vida de tu gracia se hallan las dos, no en tu gracia, dice la fe, sino en Dios, el cual es tu Dios; por tanto, viviré y alabaré a Dios. No es de extrañar que el cristiano débil esté abatido y triste cuando ve su rostro enfermo en algún otro espejo distinto de éste. William Gurnall
¿Has visto brillar el sol en el mes de febrero, con el cielo azul, los setos a punto de brotar, las primaveras asomando la cabeza por la ribera del arroyo, y los pájaros jugueteando y cantando por entre los arbustos? ¿Has pensado que la primavera ya está aquí con su hermosura y sus fragancias suaves? Pero pasan unos 'días, vuelven las nubes, el aire es helado, los pájaros enmudecen y la nieve cubre el suelo, y dices que la primavera no va a venir nunca.
Y así, algunas veces, el joven convertido ve que sus temores son quitados y los consuelos del evangelio vertidos en su corazón, y la alabanza, la acción de gracias y un cántico nuevo brotan de su boca. Y cree, erróneamente, que sus tribulaciones son cosa del pasado. Pero pronto sus dudas reaparecen, sus consuelos menguan, le es quitada la luz y su espíritu está abrumado, y llega a la conclusión de que la salvación y todas sus bendiciones no son para él. Pero la primavera, aunque llegue tarde, por fin extenderá su manto de belleza y de luz. H. G. Salter
jueves, 5 de julio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
Génesis 24; Comentario Biblico de Matthew Henry
Versículos 1—9. Preocupación de Abraham por el matrimonio de Isaac.
10—28. Viaje del siervo de Abraham a Mesopotamia—Su encuentro con Rebeca. 29—53. Rebeca y sus familiares consienten al matrimonio de ella.
54—67. El feliz encuentro y matrimonio de Isaac y Rebeca.
Vv. 1—9. El efecto del buen ejemplo, la buena enseñanza y la adoración de Dios en una familia, generalmente se ve en la piedad, la fidelidad, la prudencia y el afecto de los siervos. Vivir en esas familias o tener tales siervos son, ambas cosas, bendiciones de Dios que deben ser altamente valoradas y reconocidas con gratitud. Sin embargo, no hay en la vida preocupación de mayor importancia para nosotros, el prójimo o la iglesia de Dios que el matrimonio. Por tanto, siempre debe emprenderse con mucho cuidado y prudencia especialmente en referencia a la voluntad de Dios, y con oración por su dirección y bendición. Donde no se consulta ni se considera a los buenos padres, no puede esperarse bendiciones de Dios. Al disponer de sus hijos, los padres deben consultar cuidadosamente el bienestar de sus almas, y su progreso en el camino al cielo. —Obsérvese el cometido que Abraham dio a un buen siervo, uno cuya conducta, fidelidad y afecto, para con él y su familia, conocía desde hacía mucho tiempo. Obsérvese también que Abraham recuerda que Dios lo sacó prodigiosamente de la tierra de su nacimiento, por un llamado de su gracia, y, por tanto, no duda que Él prospere su preocupación de no llevar a su hijo de regreso allá. Dios hará que eso termine en consuelo para nosotros cuando sinceramente tenemos la mira puesta en su gloria.
Vv. 10—28. El siervo de Abraham reconocía devotamente a Dios. Nosotros estamos autorizados para encargar en detalle nuestros asuntos al cuidado de la divina providencia. Propone una señal, no porque tratara de no seguir más adelante si no era prosperado en ello; más bién es una oración para que Dios provea una buena esposa para su joven amo; y esa fue una buena oración. Ella debía ser sencilla, trabajadora, humilde, alegre, servicial y hospedadora. No importa cuál sea la moda, el sentido común y la piedad nos indican que estas son las cualidades apropiadas para una esposa y madre, pues es quien será compañera de su marido, administradora de las cosas domésticas y encargada de la formación de la mente de sus hijos. Cuando el mayordomo fue a buscar una esposa para su amo, no fue a lugares de diversión y placer pecaminoso orando para encontrar a una allí, sino que fue al pozo de agua, esperando encontrar allí a una que estuviera ocupada. Oró que agradara a Dios hacer claro y llano su camino ante él en este asunto. Nuestros tiempos están en las manos de Dios; no sólo los sucesos mismos sino sus tiempos. Debemos cuidarnos de no ser audaces en exceso insistiendo en lo que Dios debe hacer, no sea que los hechos debiliten nuestra fe en lugar de fortalecerla. Pero Dios lo escuchó y le allanó el camino. En todos los aspectos Rebeca respondía a las características que él buscaba en la mujer que iba a ser la esposa de su amo. Cuando llegó al pozo, ella se agachó, llenó su jarro y se enderezó para irse a casa. No se detuvo a mirar al forastero y sus camellos sino que se ocupó de sus asuntos y no hubiera sido apartada de ellos sino por una oportunidad de hacer el bien. No se puso a conversar con él por curiosidad o confiada, sino que le respondió con modestia. Satisfecho de que el Señor había oído su oración, regaló a la doncella unos adornos de los que se usan en los países orientales; al mismo tiempo que le preguntaba sobre su familia. Al saber que era pariente de su amo, inclinó la cabeza y adoró, bendiciendo a Dios. Sus palabras fueron dirigidas al Señor pero dichas al alcance del oído de Rebeca, que pudo darse cuenta quién era él y de dónde venía.
Vv. 29—53. La concertación del matrimonio de Isaac y Rebeca se narra con mucho detalle. Tenemos que notar la providencia de Dios en los hechos corrientes de la vida humana y, en ellos, ejercer prudencia y otras gracias. —Labán fue a pedirle al siervo de Abraham que entrara pero no antes de ver el aro y el brazalete en manos de su hermana. Conocemos el carácter de Labán por su conducta posterior y podemos pensar que él no hubiera estado tan libre para hospedarlo si no hubiera esperado ser bien recompensado. —El siervo estaba dedicado a su tarea. Aunque terminaba un viaje y había llegado a la casa que buscaba, no comería sino hasta cumplir su diligencia. Hacer nuestro trabajo y cumplir nuestros cometidos, sean para Dios o el hombre, debe ser preferido por nosotros antes que la comida; era la comida y bebida de nuestro Salvador, Juan iv, 34. Les cuenta el encargo que su amo le dio, con la razón de ellos. Relata lo pasado en el pozo, para apoyar la proposición, mostrando sencillamente el dedo de Dios en ello. Los sucesos que nos parecen efecto de una elección, de planes o del azar, son determinados por Dios. Esto no impide, más bien estimula, el uso de todos los medios apropiados. Ellos aceptan libre y alegremente la proposición; cuando procede del Señor, todo asunto probablemente resultará fácil. El siervo de Abraham reconoce agradecido el buen éxito que ha hallado. Él era un hombre humilde y los hombres humildes no se avergüenzan de su situación en la vida, cualquiera sea. Todas nuestras preocupaciones temporales son dulces si se mezclan con la piedad.
Vv. 54—67. El siervo de Abraham, como quien opta por su trabajo antes que por su placer, estaba presuroso por llegar a casa. Demorarse y quedarse no son propios en absoluto de un hombre sabio y bueno que es fiel a su deber. —Como los hijos no deben casarse sin el consentimiento de sus padres, así los padres no deben casarlos sin el de ellos. Rebeca consintió, no sólo en ir sino en irse de inmediato. La bondad del carácter de Rebeca muestra que nada incorrecto había en su respuesta aunque no concuerde con nuestras costumbres modernas. Podemos esperar que ella tuviera una idea tal de la religión y piedad de la familia a la que iba, que se sintió dispuesta a olvidar a su propia gente y la casa de su padre. Sus amigas la despidieron con atenciones apropiadas y con cordiales buenos deseos. Ellas bendijeron a Rebeca. Cuando nuestras relaciones entran en una situación nueva, debemos encomendarlas por medio de la oración a la bendición y gracia de Dios. —Isaac estaba bien ocupado cuando se encontró con Rebeca. Salió a aprovechar una tarde tranquila en un lugar solitario para meditar y orar, esos ejercicios divinos por los cuales conversamos con Dios y con nuestros propios corazones. Las almas santas aman el retiro; nos hará bien estar a solas con frecuencia si usamos eso en forma correcta; y nunca estamos menos solos que cuando estamos a solas. —Observe qué hijo tan afectuoso era Isaac: casi tres años habían pasado desde que murió su madre y, sin embargo, él aún no se había consolado. Vea también qué marido cariñoso fue con su esposa. Los hijos respetuosos prometen ser maridos cariñosos; el que cumple con honor su primera posición en la vida, probablemente haga lo mismo en las siguientes.
Vv. 1—9. El efecto del buen ejemplo, la buena enseñanza y la adoración de Dios en una familia, generalmente se ve en la piedad, la fidelidad, la prudencia y el afecto de los siervos. Vivir en esas familias o tener tales siervos son, ambas cosas, bendiciones de Dios que deben ser altamente valoradas y reconocidas con gratitud. Sin embargo, no hay en la vida preocupación de mayor importancia para nosotros, el prójimo o la iglesia de Dios que el matrimonio. Por tanto, siempre debe emprenderse con mucho cuidado y prudencia especialmente en referencia a la voluntad de Dios, y con oración por su dirección y bendición. Donde no se consulta ni se considera a los buenos padres, no puede esperarse bendiciones de Dios. Al disponer de sus hijos, los padres deben consultar cuidadosamente el bienestar de sus almas, y su progreso en el camino al cielo. —Obsérvese el cometido que Abraham dio a un buen siervo, uno cuya conducta, fidelidad y afecto, para con él y su familia, conocía desde hacía mucho tiempo. Obsérvese también que Abraham recuerda que Dios lo sacó prodigiosamente de la tierra de su nacimiento, por un llamado de su gracia, y, por tanto, no duda que Él prospere su preocupación de no llevar a su hijo de regreso allá. Dios hará que eso termine en consuelo para nosotros cuando sinceramente tenemos la mira puesta en su gloria.
Vv. 10—28. El siervo de Abraham reconocía devotamente a Dios. Nosotros estamos autorizados para encargar en detalle nuestros asuntos al cuidado de la divina providencia. Propone una señal, no porque tratara de no seguir más adelante si no era prosperado en ello; más bién es una oración para que Dios provea una buena esposa para su joven amo; y esa fue una buena oración. Ella debía ser sencilla, trabajadora, humilde, alegre, servicial y hospedadora. No importa cuál sea la moda, el sentido común y la piedad nos indican que estas son las cualidades apropiadas para una esposa y madre, pues es quien será compañera de su marido, administradora de las cosas domésticas y encargada de la formación de la mente de sus hijos. Cuando el mayordomo fue a buscar una esposa para su amo, no fue a lugares de diversión y placer pecaminoso orando para encontrar a una allí, sino que fue al pozo de agua, esperando encontrar allí a una que estuviera ocupada. Oró que agradara a Dios hacer claro y llano su camino ante él en este asunto. Nuestros tiempos están en las manos de Dios; no sólo los sucesos mismos sino sus tiempos. Debemos cuidarnos de no ser audaces en exceso insistiendo en lo que Dios debe hacer, no sea que los hechos debiliten nuestra fe en lugar de fortalecerla. Pero Dios lo escuchó y le allanó el camino. En todos los aspectos Rebeca respondía a las características que él buscaba en la mujer que iba a ser la esposa de su amo. Cuando llegó al pozo, ella se agachó, llenó su jarro y se enderezó para irse a casa. No se detuvo a mirar al forastero y sus camellos sino que se ocupó de sus asuntos y no hubiera sido apartada de ellos sino por una oportunidad de hacer el bien. No se puso a conversar con él por curiosidad o confiada, sino que le respondió con modestia. Satisfecho de que el Señor había oído su oración, regaló a la doncella unos adornos de los que se usan en los países orientales; al mismo tiempo que le preguntaba sobre su familia. Al saber que era pariente de su amo, inclinó la cabeza y adoró, bendiciendo a Dios. Sus palabras fueron dirigidas al Señor pero dichas al alcance del oído de Rebeca, que pudo darse cuenta quién era él y de dónde venía.
Vv. 29—53. La concertación del matrimonio de Isaac y Rebeca se narra con mucho detalle. Tenemos que notar la providencia de Dios en los hechos corrientes de la vida humana y, en ellos, ejercer prudencia y otras gracias. —Labán fue a pedirle al siervo de Abraham que entrara pero no antes de ver el aro y el brazalete en manos de su hermana. Conocemos el carácter de Labán por su conducta posterior y podemos pensar que él no hubiera estado tan libre para hospedarlo si no hubiera esperado ser bien recompensado. —El siervo estaba dedicado a su tarea. Aunque terminaba un viaje y había llegado a la casa que buscaba, no comería sino hasta cumplir su diligencia. Hacer nuestro trabajo y cumplir nuestros cometidos, sean para Dios o el hombre, debe ser preferido por nosotros antes que la comida; era la comida y bebida de nuestro Salvador, Juan iv, 34. Les cuenta el encargo que su amo le dio, con la razón de ellos. Relata lo pasado en el pozo, para apoyar la proposición, mostrando sencillamente el dedo de Dios en ello. Los sucesos que nos parecen efecto de una elección, de planes o del azar, son determinados por Dios. Esto no impide, más bien estimula, el uso de todos los medios apropiados. Ellos aceptan libre y alegremente la proposición; cuando procede del Señor, todo asunto probablemente resultará fácil. El siervo de Abraham reconoce agradecido el buen éxito que ha hallado. Él era un hombre humilde y los hombres humildes no se avergüenzan de su situación en la vida, cualquiera sea. Todas nuestras preocupaciones temporales son dulces si se mezclan con la piedad.
Vv. 54—67. El siervo de Abraham, como quien opta por su trabajo antes que por su placer, estaba presuroso por llegar a casa. Demorarse y quedarse no son propios en absoluto de un hombre sabio y bueno que es fiel a su deber. —Como los hijos no deben casarse sin el consentimiento de sus padres, así los padres no deben casarlos sin el de ellos. Rebeca consintió, no sólo en ir sino en irse de inmediato. La bondad del carácter de Rebeca muestra que nada incorrecto había en su respuesta aunque no concuerde con nuestras costumbres modernas. Podemos esperar que ella tuviera una idea tal de la religión y piedad de la familia a la que iba, que se sintió dispuesta a olvidar a su propia gente y la casa de su padre. Sus amigas la despidieron con atenciones apropiadas y con cordiales buenos deseos. Ellas bendijeron a Rebeca. Cuando nuestras relaciones entran en una situación nueva, debemos encomendarlas por medio de la oración a la bendición y gracia de Dios. —Isaac estaba bien ocupado cuando se encontró con Rebeca. Salió a aprovechar una tarde tranquila en un lugar solitario para meditar y orar, esos ejercicios divinos por los cuales conversamos con Dios y con nuestros propios corazones. Las almas santas aman el retiro; nos hará bien estar a solas con frecuencia si usamos eso en forma correcta; y nunca estamos menos solos que cuando estamos a solas. —Observe qué hijo tan afectuoso era Isaac: casi tres años habían pasado desde que murió su madre y, sin embargo, él aún no se había consolado. Vea también qué marido cariñoso fue con su esposa. Los hijos respetuosos prometen ser maridos cariñosos; el que cumple con honor su primera posición en la vida, probablemente haga lo mismo en las siguientes.
Mensaje en Audio: Cambia tu Presente
BOSQUEJO PASTORAL
TEMA: “El PRESENTE”
TITULO: “CAMBIA TU PRESENTE”
TEXTO: Hebreos 4.7
INTRODUCCIÓN: Mucha gente en este mundo quisiera cambiar su presente, Dios nos da la oportunidad de tener esa probabilidad…
I. RECONOCER QUE HAY COSAS QUE NECESITAN SER CAMBIADAS … Proverbios 14.12
A. Hay veces que parece que marchamos bien y lo que hacemos da resultados y no es así.
B. Tenemos que disponer nuestra vida para cambiar.
II. Identificar donde esta nuestro problema … Lamentaciones 3.40
A. Pasado, arrastramos de nuestro pasado miedos, temores, limitaciones… 2 Corintios 5.17
B. Futuro, vivimos en un futuro de ilusiones, son solo sueños, anhelos, deseos sin fundamentos…Lucas 14.28-29
C. Elige hoy cambiar tu presente … Hebreos 11.24-27
III. TRABAJA PARA QUE CAMBIE … Esdras 10.4
A. Esfuérzate y se valiente … Josué 1.9
B. Trabajando de dos formas
1. Lo que yo puedo hacer para cambiar (lo que depende de mi):
a. Arregla tus deudas…lucas 19.8
b. Arregla tus problemas con los demás…Mateo 5.23
C. Lo que no puedo para cambiar (lo que depende de otros):
1. Entrégalo al Señor…Salmo 140.12
CONCLUSIÓN: Así que dediquemos nuestra vida de nuevo a Cristo. Jesús nos va a capacitar para vivir plenamente en el presente al tiempo que obtenemos sabiduría del pasado y encaramos el futuro con valor.
Así que hoy tu puedes cambiar tu presente y construir tu futuro. Dios quiere siempre lo mejor para ti.
sábado, 16 de junio de 2012
Usos y costumbres en los tiempos bíblicos: "Nacimiento y cuidado de los niños"
DESEO DE LAS MUJERES JUDIAS PARA TENER NIÑOS
Había entre las esposas judías el anhelo universal y alegría en la esperanza de tener hijos. El
anhelo se expresaba en las palabras de Raquel a Jacob, "Dame hijos, o si no, me muero"
(Gen. 30:1). El Señor había dicho originalmente a Adán y Eva, "Fructificad y multiplicad" (Gen.
1:28). Y la promesa a Abrahán era, "Y haré tu simiente como el polvo de la tierra" (Gen. 13:16).
La ley de Dios enseñaba que los niños eran una señal de la bendición de Dios: "Bendito el fruto
de tu vientre" (Deut. 28:4). El salmista nos pinta a un hombre bendecido por Dios, al decir: "Tu
mujer será como parra que lleva fruto a los lados de tu casa" (Sal. 128:3). La esterilidad en el
matrimonio se consideraba como una visitación divina de maldición. La esterilidad de Ana fue
"porque Jehová había cerrado su matriz" (1 Sam. 1:6). El tener un hijo después de mucho
tiempo de esterilidad, como en el caso de Elizabeth, quiere decir que el Señor había quitado su
afrenta entre los hombres (Luc. 1:25).
PREFERENCIA POR HIJOS VARONES
Entre los árabes de Palestina hay siempre un deseo de parte los dos padres para que el
recién nacido sea un niño mejor que niña. Una bendición al separarse con frecuencia usada por
los árabes es:
Que las bendiciones de Alá sean sobre ti,
Que tu sombra nunca se empequeñezca,
Que todos tus hijos sean niños y no niñas.
Los niños son siempre más deseados porque existe la tendencia a aumentar en tamaño, riqueza e importancia el grupo familia clan. Cuando crecen y se casan, traen con ellos a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúan en la casa del padre, los hombres aumentan la casa, de las mujeres se piensa que las menguan. Cuando se casan, van a vivir a la casa del esposo.
La actitud entre los árabes de los tiempos actuales, fue siempre la actitud del pueblo hebreo del Antiguo Testamento. Excepto los judíos cristianos, había una razón que añadir por qué cada mujer hebrea que esperaba, deseaba tener un niño. Ella siempre esperaba que su hijo fuera el Mesías. La promesa mesiánica de la Biblia, sin duda estaba siempre en los labios de las mujeres hebreas. "No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh" (Gen. 49:10). "Saldrá estrella de Jacob y levantaráse cetro de Israel.
(Núm. 24:17). Esto conservaba la esperanza de la venida del Mesías, y era causa de que las madres judías desearan un niño en cada alumbramiento, y que quizá ella pudiera ser la madre de Shiloh.
CUIDADO DEL INFANTE
Por años los Orientales de las tierras bíblicas han cuidado los niños tal como cuando Jesús nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia.
Al nacer, al niño se le baña y se frota con sal; con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo. La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente.
El profeta Ezequiel indica que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo. "El día que naciste ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas (Ezeq. 16:4). Todos estamos familiarizados con las palabras de Lucas, de cómo cuidaron al niño Jesús: "Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre" (Luc. 2:12).
RITOS JUDIOS Y OFRENDAS AL NACIMIENTO DEL NIÑO
Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacidos. El que hacía la circuncisión decía las siguientes palabras: "Bendito el Señor nuestro Dios, que nos ha santificado por sus preceptos, y nos dio la circuncisión. Entonces el padre del niño pronunciaba estas palabras: "Quien nos ha santificado por sus preceptos, y nos permite introducir nuestro niño en el pacto de Abrahán nuestro padre. Porque se decía que Dios había cambiado los nombres de Abraham y que le había dicho, "Este será mi pacto, que guardaréis entre mi y vosotros y tu simiente después de ti" (Gen. 17:10). Jesús fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, llamándosele "Jesús en esa ocasión (Luc. 2:21).
Después del nacimiento, la madre judía pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de catorce días si era niña, Y aun después permanecía en casa treinta y tres días por un niño, y seis días por una niña. Entonces ya podía ir al templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del niño. Si era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas (Luc. 2:24).
ASIGNANDO AL NIÑO SU NOMBRE
A los árabes les gusta componer los nombres que pondrán a sus hijos con el nombre de Alá. Esta era una costumbre muy común entre los hebreos de incluir el nombre de Dios como parte del nombre del niño.
Se dan aquí algunos ejemplos, de nombres hebreos que van con su significado:
Abdías, "Siervo de Jehová"
Abías, "Cuyo padre es Dios"
Azarías, "Ayudado por Jehová"
Daniel, "Dios es mi Juez"
Elías, "Mi Dios es Jehová"
Elcana, "A quien Dios creo
Ezequiel, "Dios fortalecerá"
Ochozías, "Poseído por Jehová"
Otra costumbre era practicada por los judíos al poner nombre sus hijos. Después del nacimiento del primer hijo, los padres conocidos como el padre de Fulanito, y la madre de Fulanito. Y hijo añadía el primer nombre del padre como el suyo. Así habló de Pedro en el idioma arameo, como "Simón Bar-Jonás" quiere decir "Simón, hijo de Jonás" (Mat. 16:17). Los árabes dar tal nombre ahora simplemente omiten la palabra "hijo" y él sería llamado "Simón Jonás".Los judíos en tiempo de Cristo tenían nombres dobles. Así se nota en el caso de Tomás. El Evangelio de Juan, al referirse a él, "Tomás, el que se dice el Dídimo" (Jn. 11:16).
Ambos nombres quieren decir "gemelos". El nombre de Tomás era arameo, y el nombre Dídimo era griego. Cuando viajaban a países extranjeros, los judíos con frecuencia asumían el nombre griego o latino, u otro nombre que tuviera un significado similar al suyo propio.
Los nombres judíos dados a las niñas, con mucha frecuencia eran tomados de diversos objetos hermosos de la naturaleza, o de gracias de carácter agradable. Ejemplos bíblicos son Jemima (paloma) Tabitha o Dorcas (gacela); Rhode (rosa); Raquel (cordero); Salomé (paz); Débora (abeja); Esther (estrella). Noemí dijo a las mujeres de Bethlehem, "No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara". Usando los significados de los nombres como los encontramos en el margen de nuestra Biblia, se leerá así: "No me llaméis Placentera, sino llamadme Amargura" Ruth 1:20).
OBLIGACION DE LOS PADRES DE CRIAR BIEN A LOS HIJOS
Se entiende muy claramente en las Escrituras que la madre se entendía con la mayor parte del entrenamiento y enseñanza de sus hijos en sus primeros años. El libro de los Proverbios habla de "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre" (Prov. 31:1). Y en lo que concierne a Timoteo; Pablo dice: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras" (2 Tim. 3:15). Antes, en esta epístola, Pablo se refiere a la fe de la madre de Timoteo y de su abuela (2 Tim. 1:5). Entonces los jóvenes eran enseñados por sus madres.
Las hijas, sin duda quedaban bajo el cuidado y guía de sus madres hasta que se casaban.
Como los jóvenes iban creciendo, entonces eran enseñados por sus padres, aun cuando nunca salieran del entrenamiento de sus madres. En el libro de los Proverbios frecuentemente encontramos referencias a la instrucción de un padre a Su hij0 "Guarda, Hijo mío, el mandamiento de tu padre" (Prov. 6:20). Solamente en las familias que disponían de algunos recursos la enseñanza se confiaba a los tutores, por ser muchos los hijos (2 Reyes, 10:1.5).
Las escuelas para la enseñanza de los judíos jóvenes no las hubo en operación sino hasta una
fecha mucho más tarde.
Tesoros de David, Salmos 41; Charles Spurgeon
El gran tema de este Salmo es, evidentemente, Jesucristo, traicionado por Judas Iscariote; pero
no creemos que sea el exclusivo. El es el antitipo de David, y todos los suyos son en cierta
medida como El, por lo que las palabras atribuidas al Gran Representante son aplicables a todos
los que están en El.
Los que reciben oprobio como recompensa de su bondad hacia los demás pueden leer este Salmo
con mucho consuelo, porque verán que, por desgracia, es común para el mejor de los hombres el
ser recompensado con crueldad y desprecio por su caridad; y cuando han sido humillados por
haber caído en el pecado, se ha sacado partido de su condición abatida, se han olvidado sus
buenos hechos y se les ha mostrado el vilipendio más ruin.
Vers. 1. Bienaventurado el que se preocupa del pobre. Todos aquellos que han sido participantes
de la gracia divina reciben una naturaleza más tierna y no se endurecen contra los de su propia
sangre y carne; adoptan la causa de los humildes y dirigen su mente con tesón al fomento de su
bienestar. No les echan una moneda al pasar, sino que inquieren en sus aflicciones, disciernen
sus causas, estudian los mejores métodos de aliviarlos y prácticamente acuden a rescatarlos. C.H.S.
No hablamos ya de los pobres del mundo en común ni de los pobres santos en particular, sino de
una persona pobre específica; porque la palabra está en número singular, y designa a nuestro
Señor Jesucristo, que en el último versículo del Salmo precedente se dice que fue pobre y
necesitado. John Gill
El dar dinero no es toda la obra y labor de benevolencia. Has de ir al enfermo en su cama. Has de
darle la mano para ayudarle. Ésta es la bondad verdadera y sencilla.
De un sermón de Thomas Chalmers
Un noble piamontés a quien conocí en Turín me contó la siguiente historia: «Yo estaba cansado
de la vida, y después de un día espantoso, que ni quiero recordar, salí corriendo a la calle en
dirección al río, cuando de repente me dieron un tirón de la capa; me volví y vi a un niño
pequeño que la había agarrado y ansiosamente procuraba llamar mi atención. Su mirada y su
actitud eran irresistibles. También lo fue la lección que aprendí: "Somos seis hermanos y nos
estamos muriendo de hambre."
»"¿Por qué no he de aliviar a estos desgraciados?" -pensé-. "Tengo los medios, y no tardaré más
que unos minutos. Pero es igual si tardo más." La escena de miseria a la que me condujo era
indescriptible. Les tiré la bolsa, y su explosión de gratitud me dejó anonadado. Llenó mis ojos de
lágrimas, fue un bálsamo para mi corazón. "Volveré mañana" -les grité.- "¡Necio, y tú pensabas
dejar un mundo donde se pueden tener satisfacciones de este tipo por tan poco!"» Samuel Rogers
en Italia
¡Qué necios son los que temen perder sus riquezas al darlas y no temen perderse ellos al
conservarlas! El que encierra su oro puede ser un buen carcelero, pero el que lo desparrama es un
buen mayordomo. Haz bien mientras tengas oportunidad de hacerlo; alivia al oprimido y ayuda
al huérfano en tanto que tienes tu hacienda en la mano; cuando estés muerto, tus riquezas pasarán
a otros. Una lámpara que uno lleva mirando hacia delante es mucho más útil que veinte hacia
atrás. En tu compasión por los necesitados o para otros usos piadosos, que tus manos sean los
ejecutores y tus ojos los inspectores. Francis Raworth en un sermón
En el día malo lo librará Jehová. La promesa no es que el santo generoso no tendrá tribulaciones,
sino que será preservado en ellas y a su debido tiempo se le librará. ¡Qué verdadero fue esto en el
caso de nuestro Señor! Nunca hubo aflicción más profunda ni triunfo más brillante que el suyo,
y, gloria sea a su nombre. El garantiza la victoria final a todos aquellos a quienes ha comprado
con su sangre.
El egoísmo lleva consigo una maldición; es un cáncer en el corazón, en tanto que la generosidad
es felicidad y forma tuétano en los huesos. En los días oscuros no podemos reposar en el
supuesto mérito de la limosna, pero, con todo, la música de la memoria trae consigo no poco
solaz cuando cuenta de viudas y huérfanos a quienes hemos socorrido y presos y enfermos a
quienes hemos ministrado. C. H. S.
Vers. 1, 5. El que considera. Mis enemigos. Strigelius ha observado que hay una antítesis
perpetua en este Salmo entre los pocos que tienen la debida consideración de los pobres en
espíritu y los muchos que los afligen o abandonan. W. Wilson
Vers. 2. Jehová lo guardará, y le dará vida. El avaro no es útil hasta que ha muerto: que muera; el
justo, como el buey, es útil toda su vida: que viva.
Será bienaventurado en la tierra.
Habla un hombre, un verdadero enigma,
Porque cuanto más daba, más tenía.
Vers. 3. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor. Los brazos eternos sostendrán su alma;
como manos amigas y almohadas blandas apoyarán su cuerpo enfermo. ¡Qué tierna y amorosa es
esta imagen; qué cerca trae a nuestro Dios de nuestras dolencias y enfermedades! ¿Quién ha oído
esto de los antiguos dioses paganos, los de la India o la China?
Éste es el lenguaje peculiar del Dios de Israel; El se digna atender y cuidar personalmente a los
hombres buenos. Si hiere con una mano, sostiene con la otra. ¡Oh, bendito desmayo cuando uno
cae en el pecho del Señor y es sostenido por El! C. H. S.
Tú harás su cama en su enfermedad.~ ¿Cómo va a hacer Dios mi cama si no tengo cama propia?
¡Necio! El puede hacer que el que no tengas cama pase a ser una ventaja para ti. Cuando Jacob
durmió sobre el suelo, ¿quién no habría cambiado la suya por el suelo duro, con tal de tener su
sueño celestial? Thomas Fuller
Cuando fui a visitar, un día, a un querido amigo moribundo, Benjamín Parsons, le dije: «¿Cómo
se encuentra hoy?» Me contestó: «Mi corazón descansa dulcemente sobre tres almohadas: amor
infinito, poder infinito, sabiduría infinita.» Paxton Hood
Vers. 4. Porque contra Ti he pecado. El pecado y el sufrimiento van inevitablemente juntos.
Observa que el Salmista entendía que el pecado era principalmente un mal porque iba dirigido
contra Dios. Esta es la esencia del verdadero arrepentimiento. Aplicando la petición a David y a
otros creyentes pecadores, qué evangélico resulta el argumento: sáname, no porque soy inocente,
sino porque he pecado. ¡Qué contrario es esto a toda transacción de justicia propia! ¡Cómo
concuerda con la gracia! ¡Qué incompatible con el mérito!
Incluso el hecho de que el penitente que confiesa había recordado a los pobres es mencionado
Sólo indirectamente, pero se hace una apelación directa a la misericordia en base al gran pecado.
Oh lector que tiemblas, aquí hay un precedente revelado divinamente para ti; no tardes en
seguirlo. C. H. S.
Saúl y Judas dijeron uno y otro: «He pecado»; pero David dice: «He pecado contra Ti.» William
S. Plumer
Vers. 5. ¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre? Si los perseguidores se salieran con la suya,
la iglesia tendría sólo un cuello, y éste estaría en el tajo. Los ladrones de buena gana apagarían
todas las velas. Las luces del mundo no son los deleites del mundo. Los pobres murciélagos, que
son ciegos, vuelan hacia la lámpara y tratan de derribarla. C. H. S
Es el nombre, el carácter y los privilegios de los verdaderos siervos de Dios lo que provoca el
odio de los impíos, y de buena gana extirparían a Dios de su vista. W. Wilson
Vers. 6. Y si vienen a verme, hablan mentira. Sus visitas de simpatía son una farsa. Cuando la
zorra visita al cordero enfermo, sus palabras son blandas, pero se lame el hocico pensando en su
cadáver.
Su corazón, repleto de iniquidad. A cada cual lo suyo. El pájaro hace su nido de plumas. De las
flores más dulces el químico puede destilar veneno, y de los actos y palabras más puras la
malicia puede hallar base para informes calumniosos. Es maravilloso comprobar cómo el odio
teje su telaraña sin material alguno. C. H. S.
Recuerdo un pequeño apólogo que cuenta Bromiard: «Un pajarero, una fría mañana, habiendo
cazado muchos pajaros que había estado esperando mucho tiempo, empezó a recoger sus redes,
cortando la cabeza a los pájaros y poniéndolos en el suelo unos junto a otros.
»Desde un arbusto, un tordo vio que por sus mejillas resbalaban unas lágrimas, debidas sin duda
al frío extremo reinante, y dijo a su madre que el hombre era compasivo, pues lloraba
amargamente por la calamidad cometida contra los pájaros. Pero la madre le dijo que juzgara
más bien por la actividad de su mano que por la del ojo; y si sus manos obraban a traición, nunca
admitiera amistad con él aunque hablara bien y llorara de compasión.» Jeremy Taylor
Vers. 7. Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen. El espía se reúne con sus
compañeros y se ponen a hablar en voz baja. ¿Por qué no hablar en voz alta? ¿Tenían miedo del
guerrero enfermo? ¿O bien sus designios eran tan aleves que debían esconderlos al
mencionarlos?
Observa la unanimidad de los inicuos: todos. ¡Qué fácilmente se unen los perros para salir a
cazar al ciervo! Ojalá que nosotros estuviéramos unidos en la santa labor sólo la mitad de lo que
están ellos, y nuestra prudencia fuera la mitad de su astucia.
Vers. 9. Hasta mi amigo íntimo. «El hombre de mi paz», según el original, con el cual no tenía
diferencias, con el cual estaba unido, que era antes su paz y su consuelo. Este era Ahitofel, que
fue para David lo que Iscariote fue para nuestro Señor.
Judas era un apóstol admitido a la intimidad del Gran Maestro, al corriente de su pensamiento
secreto, como si dijéramos, permitiéndosele leer el mismo corazón de Jesús. El beso del traidor
hirió el corazón del Señor como el clavo hirió su mano. C. H. S.
Los sufrimientos de la iglesia, como los de su Redentor, generalmente empiezan en casa; sus
enemigos francos no pueden dañarla hasta que sus amigos supuestos la han entregado en sus
manos; y, por extraño que parezca, los que han engordado de sus riquezas son los primeros en
«levantar el talón» contra ella. George Horne
Vers. 11. En esto conoceré que te he agradado. María y Marta recordaron a Cristo sólo dos cosas:
la primera era que Cristo amaba a su hermano Lázaro; la segunda, que Lázaro estaba enfermo;
«El que Tú amas está enfermo»; no había necesidad de decirle qué debía hacer, puesto que
sabían que El haría lo que había de hacer por él, porque le amaba.
Así también podemos decir al Señor cuando estamos seguros de que nos ama: «Señor, el que
amas necesita esto o aquello para su cuerpo o su alma.» No tenemos, pues, que asignarle lo que
ha de hacer, o cuándo, o cómo; porque lo que El vea como más conveniente para nosotros y para
su propia gloria, esto es sin duda lo que hará. William Burton
En que mi enemigo no cante victoria de mí. Cuando Dios nos libra de las manos de nuestros
enemigos, o de otra tribulación, podemos estar persuadidos por ello de que El está en favor
nuestro, como estaba David persuadido.
Pero entonces se puede preguntar: si Dios ama a su iglesia, ¿por qué permite que su iglesia sea
turbada y molestada por los enemigos? La razón es ésta: porque por este medio su amor puede
hacerse más manifiesto al salvarlos y librarlos. Porque, así como un amigo seguro no es probado
hasta el tiempo de la necesidad, del mismo modo la bondad y amor de Dios nunca serán tan bien
percibidos como cuando nos ayuda en momentos en que nosotros no podemos hacer nada por
nosotros mismos. William Burton
Vers. 12. En cuanto a mí, me sustentas en mi integridad. Somos igual que vasos sin pie, que sólo
pueden estar derechos si se les sostiene en la mano; nosotros caemos, lo derramamos y echamos
a perder todo, si se nos deja solos. El Señor debe ser alabado cada día si somos preservados de
grave pecado. Cuando los otros pecan, nos enseñan lo que seríamos nosotros de no ser por la
gracia. «El hoy, y yo mañana» fue la exclamación de un santo cuando veía a otro que caía en
pecado. C. H. S.
Esta misma integridad es como el arca en la que Noé fue preservado cuando todos los demás
perecieron al estar fuera de ella. Es como el cordón rojo que los espías de Josué entregaron a
Rahab, que fue la garantía por la que salvó su vida cuando el resto de la ciudad fue destruido.
Admito que esta integridad es de poca monta para los hombres de este mundo, que creen que no
hay cielo, sólo tierra; pero así como el cordón de Rahab fue mejor para ella que todos sus dioses,
y se probó cuando vino la espada, así también es mejor para los hijos de Dios que todo el mundo
cuando viene la muerte. William Burton
Vers. 13. El Salmo termina con una doxología. Bendito sea Jehová, esto es: sea El glorificado.
La bendición, al comienzo de la boca de Dios, es devuelta, al final, por boca de su siervo. No
podemos añadir a la bendición del Señor, pero podemos derramar nuestros deseos agradecidos, y
éstos El los acepta como nosotros aceptamos flores de los hijos que nos aman. C. H. S.
AQUÍ TERMINA EL PRIMER LIBRO DE LOS SALMOS
domingo, 3 de junio de 2012
Los fundamentos de la Vida Cristiana: "La Sangre de Jesús"
La sangre de Jesús
a) Escrituras clave
Juan 6:53-57 Levítico 17:111 Juan l:7 1 Pedro 1:18-20
Hebreos 9:11-28
b) ¿Qué hace la sangre de Jesús por nosotros?
(I) Por la sangre de Jesús tenemos redención. Somos redimidos de la mano y poder del diablo (Efesios 1:7; Hebreos 9:12).
(II) Por la sangre de Jesús todos nuestros pecados son perdonados si los confesamos. Al caminar en la luz con Jesús, su sangre nos limpia continuamente de todo pecado (1 Juan 1:7-9).
(III) Por la sangre de Jesús somos justificados, hechos justos, tal como si nunca hubiéramos pecado. Estamos vestidos con Su justicia (Romanos 5:9). La persona que confía en Cristo llega a ser, en Cristo, todo lo que Dios requiere que esa persona sea, todo lo que nunca pudiese llegar a ser por sí misma (2 Corintios 5:21).
(IV) Por la sangre de Jesús tenemos acceso a la presencia de Dios a cualquier hora para obtener misericordia y ayuda, en especial en tiempo de necesidad (Hebreos 10:19-20).
(V) Por la sangre de Jesús somos santificados, hechos santos y apartados para Dios (Hebreos 13:12).
(VI) Por la sangre de Jesús nuestra conciencia es limpiada de toda culpabilidad y somos libres en cuerpo, mente, alma y espíritu para servir al Señor Jesucristo (Hebreos 9:14; 2 Timoteo 1:7).
(VII) Entonces tenemos victoria sobre el diablo y le vencemos por la sangre del Cordero y la palabra de nuestro testimonio y menospreciando nuestra vida hasta la muerte (Apocalipsis 12:11).
c) ¿Por qué la sangre?
En tiempos del Antiguo Testamento, el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo cada año para esparcir la sangre de un sacrificio animal ante el símbolo de la presencia de Dios, el arca del testimonio. Esta era una manera temporal de hacer la expiación de una nación ante Dios, por todo el pecado de la nación durante un año. Levítico 17:11 ayuda a explicar el significado de la sangre. Dice: "Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona". Se necesita notar dos puntos aquí. Primero, la sangre del sacrificio es una provisión divina (Dios la ha provisto): "Yo os la he dado". Segundo, el usa de la sangre en el sacrificio es un hecho de pagar un precio: de hacer expiación o reconciliar, lo que significa sencillamente, dar satisfacción por o pagar la consecuencia de. El pecado es el problema y la sangre es el precio redentor que nos rescata o redime de la consecuencia del pecado que es la muerte. La sangre paga el precio que iguala o anula la ofensa del pecador; por tanto, la vida es perdida o entregada en pago por el pecado.Cristo Jesús vino como ofrenda sin pecado, derramó su propia sangre y dio su propia vida, para que todos los que en El crean y le confiesen como Señor no necesiten morir por su propio pecado. Hizo una manera de aniquilar nuestros pecados. Pagó el precio por ellos y obtuvo redención eterna a través de su muerte en la cruz (Colosenses 1:13-14). Necesitó hacerlo una sola vez porque Dios lo puso por rescate de los hombres. Este fue el costo necesario para que nosotros llegáramos a estar sin pecado ante los ojos de Dios (Hebreos 9:22). Dios estableció la muerte como condena por el pecado, y luego pagó el rescate enviando a su propio Hijo al mundo para derramar su sangre y morir por nosotros. Si aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador entonces podemos valemos de esta obra y ser rescatados del reino de las tinieblas y pasar a ser parte del Reino de Dios.
d) Cómo afecta la sangre de Jesús nuestra vida diaria
(I) Victoria sobre rebelión
En el jardín de Getsemaní Jesús oró:
No se haga mi voluntad, sino la tuya.
(Lucas 22:42)
La tensión de la muerte era tan fuerte sobre El que los vasos sanguíneos de su cara se rompieron, se mezclaron con su sudor y cayeron al suelo grandes gotas. Aquella sangre derramada en el jardín habla de una redención particular, es decir, redención de rebelión —ejercitar nuestra voluntad contra la voluntad de Dios— hacer "nuestra propia cosa" y todas sus consecuencias horrorosas. Desde Adán la raza humana ha insistido en hacer su propia voluntad y pisotear la voluntad de Dios. A veces la gente intenta guardar su voluntad en su propio poder, según la ley, pero no tienen ningún poder. Cuando Jesús pronunció la oración del sumo sacerdote: "No se haga mi voluntad, sino la tuya", oró en nuestro lugar, tal como lo hace un sacerdote, representando a la gente ante Dios. Al orar aquella oración derramó su sangre para redimir nuestra voluntad para que nosotros también podamos decir: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".
(II) Jesús derramó su sangre a través de la corona de espinas
La espina era un símbolo de la maldición de Dios sobre el pecado (Génesis 3:18). Era apropiado para Jesús, cuando estaba sufriendo en la cruz por nuestra redención de la maldición del pecado, llevar en su frente el símbolo de esa maldición, es decir, la corona de espinas (Mateo 27:29). Y de esa manera indicó que llevaba la maldición en sí mismo. La sangre derramada habla de redención de la maldición del pecado.
(III) La sangre de sus azotes o latigazos
Esta sangre fue derramada de la espalda de Jesús. Isaías 53:5 dice que por estas llagas o heridas (de los latigazos) somos sanados. Esta es una sanidad total para espíritu, alma, mente y cuerpo; incluso nuestras actitudes y relaciones. Enfermedad y aflicción son el resultado del pecado, pero la sangre de Jesús nos redime de la maldición de ese pecado.
(IV) La sangre de Jesús fue derramada en la cruz del calvario
Los clavos en las manos y pies de Jesús que le sujetaron a la cruz, derramaron sangre que era, y es, suficiente y suficientemente poderosa como para salvarnos y redimirnos eternamente del pecado y la condena de Dios en él (Romanos 8:1-2; Efesios 2:8,9 y 13).
e) Preguntas y puntos de discusión
1. ¿Por qué eligió Dios la sangre como precio para pagar la pena del pecado?
2. ¿Por qué Jesús necesitó aguantar tanto, durante un período de veinticuatro horas, antes de finalmente entregar su vida? Discútelo.
3. ¿Qué crees que estaba experimentando Jesús en el jardín de Getsemaní y por qué? (Lucas 22:39-46).
4. ¿Por qué la sangre cíe Jesús nos ha abierto un camino para poder tener acceso a Dios el Padre?
5. ¿Por qué somos santificados por la sangre de Jesús? (Hebreos 13:12).
6. En el huerto del Edén ¿qué usó Dios para satisfacer (expiar) el primer pecado del hombre? (Génesis 3:21).
7. ¿Por qué instituyó Jesús el beber de su sangre simbólicamente en la Cena del Señor? (Juan 6:53-57; Mateo 26:27-29).
f) Resumen y aplicación
1. La sangre de Jesús es suficiente para pagar el precio para rescatarnos de las consecuencias del pecado y ha preparado el camino para que nosotros volvamos a tener relación con Dios.2. La sangre de Jesús nos purifica de todo pecado si caminamos en la luz con Dios y confesamos nuestro pecado.
3. La sangre de Jesús sólo necesitó ser derramada una vez porque El era el sacrificio perfecto y por tanto aceptable a Dios una vez y para siempre.
4. La sangre de Jesús es efectiva para nuestra vida diaria y nos pone en condiciones para servir a Dios fructíferamente, con la conciencia limpia, y con la paz de Dios rigiendo en nuestro corazón.
5. La sangre de Jesús nos habilita para tener integridad de cuerpo, alma y espíritu.
lunes, 28 de mayo de 2012
¿Cuál es tu cuerda?
Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inicio su travesía, después de años de preparación. Pero quería la gloria para él solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde...
Pero, obsesionado, no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.
Oscureció, la noche cayo con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que se deslizaban por la misma oscuridad y sentir la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... Y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida; pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos... ¡Sí!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedo más que gritar:
-¡Ayúdame Dios Mío...!-
De repente una voz grave y profunda le contestó desde los cielos:
-¿Que quieres que haga, Hijo Mío?-
-¡Sálvame, Dios Mío!-
-¿Realmente crees que te pueda salvar?-
-¡Por supuesto, Señor...!-
-Entonces corta la cuerda que te sostiene...-
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...
¡A TAN SÓLO DOS METROS DEL SUELO...!
¿Y tú? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda? ¿Porqué no la sueltas?
Pero, obsesionado, no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.
Oscureció, la noche cayo con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.
Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... Caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que se deslizaban por la misma oscuridad y sentir la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.
Seguía cayendo... Y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida; pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos... ¡Sí!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedo más que gritar:
-¡Ayúdame Dios Mío...!-
De repente una voz grave y profunda le contestó desde los cielos:
-¿Que quieres que haga, Hijo Mío?-
-¡Sálvame, Dios Mío!-
-¿Realmente crees que te pueda salvar?-
-¡Por supuesto, Señor...!-
-Entonces corta la cuerda que te sostiene...-
Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...
Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado fuertemente con las manos a una cuerda...
¡A TAN SÓLO DOS METROS DEL SUELO...!
¿Y tú? ¿Qué tan confiado estás de tu cuerda? ¿Porqué no la sueltas?
viernes, 25 de mayo de 2012
Usos y costumbres en los tiempos bíblicos: Posición de los Padres en el Hogar
POSICIÓN DEL PADRE
Significado oriental unido a la palabra "Padre". La idea oriental de la familia es un pequeño reino en sí mismo, sobre el que el padre es el jefe supremo. Cada compañía de viajeros, cada tribu, cada comunidad, cada familia, debe tener "un padre" como cabeza del grupo. Se dice que un hombre es "el padre" de lo que el inventa. Jubal "fue padre de todos los que manejan arpa y órgano". Jabal fue el "padre" de todos los que habitan en tiendas y crían ganado. (Gen. 4:20, 21). Porque él era el preservador y protector, José dijo que Dios lo hizo"padre de Faraón" (Gen. 45:8). La mente oriental no puede concebir que ningún grupo o cuadrilla deje de tener alguien que sea el "padre" de ellos.
Supremacía del padre bajo el sistema patriarcal. Bajo la administración patriarcal el mando del padre es supremo. La autoridad del padre se extiende a su mujer, sus hijos, sus nietas, sus siervos y a toda la familia, y si él es el jefe, su autoridad se extiende a la tribu.
Muchos de los árabes beduinos de este tiempo no tienen otro gobierno más que el patriarcal.
Cuando Abraham, Isaac y Jacob vivían en tiendas en la Tierra Prometida, se gobernaban por el mismo sistema. Y cuando la ley de Moisés fue dada a Israel, la autoridad de los padres y específicamente la del padre, aún se reconocía. Uno de Diez Mandamientos es "honra a tu padre y a tu madre". (Ex. 12). En muchos casos el padre era la corte suprema de apelación asuntos domésticos.
Sucesión de Autoridad. En la mayoría de los casos la gran autoridad que el padre tenía, la pasaba a su hijo mayor, quien tomaba el puesto de jefe a la muerte de su padre. Así Isaac vino a ser jefe de la familia de su padre a la muerte de éste. El y Rebeca habían vivido en la familia bajo la autoridad de su padre; pero la sucesión de la autoridad pasó a él como hijo.
Ismael, que era el de la sierva, no recibió herencia (Gen. 25). En algunos casos el padre delegaba la sucesión de autoridad en otro que no fuera el mayor, como cuando Isaac la delegó en Jacob en lugar de Esaú. (Gen. 27).
Reverencia de los niños para el padre. La reverencia de los niños para sus padres, y especialmente para el padre, está casi universal nivel en el Oriente, aún en la actualidad. Entre los árabes, muy raramente se oye decir que un hijo sea desobligado. Es costumbre que él salude a su padre por la mañana, besándole la mano y luego continua de pie delante de él en actitud de humildad, listo para recibir sus órdenes o esperando el permiso para retirarse.
Enseguida el padre recibe al hijo en su seno.
La obediencia a los padres se requería en la ley mosaica, un hijo rebelde y
desobediente podía ser castigado hasta con la muerte. (Deut. 21:18-21). El Apóstol Pablo reiteró el mandamiento de los hijos deben obedecer a sus padres (Efe.. 6:1; Col. 3:20).
LA POSICION DE LA MADRE
La posición de la esposa en relación con el esposo. La mujer tiene una posición subordinada a la del esposo, al menos en las labores hogareñas, sino en naturaleza. La mujer hebrea antigua no gozaba de una libertad ilimitada como las mujeres modernas de Occidente la tienen. En el Oriente el intercambio social entre los sexos está marcado con un grado de reserva no conocida en ninguna parte. El Dr. Thornpson dice, "Las mujeres orientales nunca son estimadas o tratadas como iguales a los hombres". Nunca comen con ellos, sino que al esposoy los hermanos se les sirve primero, y la esposa, la madre y hermanas esperan para tomar lo que queda. En un paseo la mujer nunca va del brazo de los hombres, sino que sigue a una respetuosa distancia; la mujer es, por regla, estrechamente vigilada y observada con celo; cuando sale, va con velo de la cabeza a los pies.
Esta actitud hacia las mujeres puede ilustrarse en la Biblia. Notad cómo a las esposas de Jacob cuando viajaban se les daba lugares aparte y no con él (Gen. 32). No se dice que la madre del hijo pródigo estuviera presente en la fiesta que el padre ofreció a su hijo (Luc. 15:11.32). Esto está de acuerdo con la costumbre oriental. Pero a pesar de estas cosas, debe entenderse que el Antiguo Testamento no califica a la mujer como mera esclava del marido.
Ella tiene gran influencia para bien o para mal sobre su marido. Y él muestra gran respeto para ella en la mayoría de los casos. Sara fue tratada por Abrahán como una reina, y en asuntos de familia ella gobernaba de muchas maneras. Abraham le dijo acerca de Agar, la madre de Ismael, "He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere" (Gen. 16:6). El tributo a una esposa madre hebrea en el libro de los Proverbios indica que ella era una persona de gran influencia sobre su marido: "El corazón de su marido está en ella confiado" (Prov. 31:11). "Abrió su boca con sabiduría" (Prov. 31:26). "Sus hijos llamáronla bienaventurada; y su marido también la alabó" (Prov. 31:28).
Posición de la madre en relación con los hijos. Los niños de Oriente muestran casi el mismo respeto hacia su madre que hacia su Padre. Se cree que la madre tiene derecho a ser honrada y tener la autoridad de Dios. En realidad, al padre y a la madre se les mira como teniendo la representación de Dios en asuntos de autoridad. Se les considera en esta posición a pesar de lo malo que cumplen sus obligaciones. Los niños hebreos tienen por lo general un gran respeto para sus madres, aun cuando lleguen a ser adultos. Esto puede ilustrarse por la gran influencia que ejercían por las reinas-madres sobre los reyes de Judá e Israel (1 Reyes 2:19; 2 Reyes 11:24:12; etc.).
Posición superior de la mujer judía respecto a las mujeres paganas. La degradación de las mujeres del Oriente es asunto de conocimiento común. En muchos casos ella es muy semejante a una moza, esclava, o pasatiempo de los hombres, más que la compañera del hombre como lo es en el Occidente. Esta situación ha existido por siglos. Pero la posición de la mujer hebrea era siempre muy superior a la de las mujeres paganas, mucho antes de que la cristiandad tuviera su origen entre ellas. Acerca de esta superioridad en relación a los árabes,
el Dr. Thompson testifica:
La posición de las mujeres entre los hebreos, era más alta entre los árabes, y el
carácter dc la mujer hebrea debe haber sido, realmente, tal como podría demandar respeto y sostener esta alta posición. Los árabes no pueden mostrar una lista de mujeres piadosas, ilustres como la que adorna la historia de los hebreos. Ninguna madre beduina enseñó, o pudo enseñar tal «profecía» como el rey Lemuel aprendió de la suya; ni podría el cuadro de la mujer virtuosa que se nos da en el último capítulo de Proverbios, ser copiado por un árabe. Que él así conceptuara el carácter de una mujer árabe, sería una imposibilidad moral".
Mensaje en Audio: "Olvida tu pasado"
BOSQUEJO PASTORAL
SERIE DE MENSAJES: “OLVIDA TU PASADO, CAMBIA TU PRESENTE Y CONSTRUYE TU FUTURO”
TEMA: “El pasado”
TITULO: “Olvida tu pasado”
TEXTO: Filipenses 3.13
INTRODUCCIÓN: En los últimos días me he encontrado que mucha gente esta teniendo problemas porque no han podido olvidar su pasado, siempre lo están recordando, es como si cada día sacaran el baúl de los recuerdos y buscaran el álbum de su pasado para no olvidar lo bueno o malo que fue su vida hace años o inclusive ayer.
DESARROLLO:
I. PELIGRO DE VIVIR EN EL PASADO…Eclesiastés 7.10
a. Peligro porque:
1) Tenemos nostalgia o anhelamos volver a ese tiempo.
2) Vivimos de supuestos (que habría pasado si …)
3) Es una queja de nuestro presente…
II. LA BIBLIA RECOMIENDA OS ACORDÉIS DE LAS COSAS PASADAS … Isaías 43.18-19
a. Porque … Nos perdemos gran parte de la vida porque no vemos nuestro futuro, hemos estado tan ocupados con nuestros pensamientos en el pasado que no disfrutamos el presente.
b. Porque … Son los ojos del pasado los que están guiando tu presente, es el razonamiento o cuestionamiento lo que te impide muchas veces alcanzar la tierra prometida.
c. No dejes que el pasado robe tu futuro.
III. EL EJEMPLO A SEGUIR … Filipenses 3.13
a. Eso no significa que su memoria se haya borrado.
b. Significa que Pablo era libre de toda culpa o el orgullo que puede haber sentido por sus acciones pasadas porque Dios lo había perdonado.
CONCLUSIÓN: Recuerda que el pasado es historia que tiene valor como fuente de enseñanza para apoyarnos en los valores positivos y aprender de los errores para no tener que repetirlos. Porque Dios, en su sabiduría, no nos permite volver al pasado y mucho menos modificarlo. El pasado no es para que lo vivas, cada vez que lo haces te alejas de tu futuro.
Génesis 23, Comentario Biblico de Matthey Henry
Versículos 1, 2. Dios manda a
Abraham que sacrifique a Isaac.
2—10. Fe y obediencia de Abraham ante el
mandamiento divino.
11—14. Provisión de otro sacrificio como sustituto
de Isaac.
15—19. Renovación del pacto con Abraham.
20—24. La
familia de Nacor.
Vv. 1, 2.
Nunca estamos a salvo de las pruebas. Tentar y probar en hebreo
se expresan con la misma palabra. Toda prueba es, sin duda, una tentación y
tiende a mostrar las disposiciones del corazón, si son santas o impías. Pero
Dios probó a Abraham, no para llevarlo al pecado, como tienta Satanás. La fe
firme suele ejercitarse con las grandes pruebas y cuando le piden servicios
difíciles de cumplir. —El mandamiento de ofrendar a su hijo se da en un
lenguaje que hace la prueba más penosa aún; aquí cada palabra es una espada.
Obsérvese:
—1. La persona del sacrificio: toma a tu hijo; no tus toros
ni tus corderos. ¡Con cuánta voluntad hubiera partido Abraham con todos ellos
para redimir a Isaac! Tu hijo; no tu siervo. Tu único hijo; el único hijo con
Sara. Toma a Isaac, el hijo que amas.
—2. El lugar: a tres días de
viaje; de modo que Abraham tuviera tiempo de meditar y obedeciera deliberadamente.
—3. La manera: ofrécelo en holocausto; no sólo mata a tu hijo, tu Isaac,
sino matarlo como un sacrificio; matarlo con toda aquella solemne pompa y
ceremonia, con que acostumbraba a ofrecer sus holocaustos.
Vv. 3—10. Nunca fue el oro probado en fuego tan ardiente. ¿Quién, salvo Abraham,
no hubiera discutido con Dios? Tal hubiera sido el pensamiento de un corazón
débil pero Abraham sabía que trataba con un Dios, con Jehová.
La fe le había
enseñado a no discutir, sino obedecer. Tiene la seguridad de que el mandamiento
de Dios es bueno; que lo que Él ha prometido no puede ser quebrantado. En las
cosas de Dios, quien consulte con carne y sangre nunca ofrecerá su Isaac a
Jehová. El buen patriarca se levanta temprano y empieza su triste viaje. ¡Ahora
viaja tres días, e Isaac sigue a su alcance! La desgracia se hace más difícil
cuando dura mucho.
—La expresión, “volveremos a vosotros”, señala que Abraham
esperaba que Isaac, siendo resucitado de los muertos, iba a regresar con él.
Fue una pregunta muy sensible la que le planteó Isaac, mientras iban juntos:
“Padre mío”, dijo Isaac; era una palabra que derrite, la cual, uno pensaría,
calaría hondo en el corazón de Abraham, más que su cuchillo en el corazón de
Isaac. Sin embargo, esperaba la pregunta de su hijo. Entonces Abraham, sin
tener la intención, profetiza: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto,
hijo mío”. El Espíritu Santo, por boca de Abraham, parece anunciar al Cordero
de Dios, que Jehová ha provisto y quita el pecado del mundo.
—Abraham dispone
la leña para la pira fúnebre de su Isaac y, ahora, le da la sorprendente
noticia: ¡Isaac, tú eres el cordero que Dios ha provisto! Indudablemente,
Abraham le consuela con las mismas esperanzas con que él mismo fue consolado
por fe. No obstante es necesario que el sacrificio sea atado. El gran
Sacrificio que, en el cumplimiento de los tiempos, iba a ser ofrecido, debía
ser atado y así, Isaac. Hecho esto, Abraham toma el cuchillo y extiende su mano
para dar el golpe fatal. He aquí un acto de fe y obediencia que merece ser un
espectáculo para Dios, los ángeles y los hombres. Dios, por su providencia, a
veces nos llama a separarnos de un Isaac y debemos hacerlo con alegre sumisión
a su santa voluntad, 1 Samuel 3.18.
Vv. 11—14. No era intención de Dios que Isaac fuera realmente sacrificado aunque,
en el tiempo oportuno, sería derramada por el pecado una sangre más noble que
la de los animales, la sangre del unigénito Hijo de Dios. Pero mientras tanto
Dios no hubiera usado, en ningún caso, los sacrificios humanos.
—Se proveyó
otro sacrificio. Debe de haber tenido referencia al Mesías prometido, la Simiente bendita. Cristo
fue sacrificado en nuestro lugar, como este carnero en lugar de Isaac, y su
muerte fue nuestra expiación. Obsérvese que el templo, el lugar del sacrificio,
fue construido después en este mismo monte Moriah; y estaba cerca el Calvario
donde Cristo fue crucificado.
—Se dio un nuevo nombre a ese lugar, para aliento
de todos los creyentes, hasta el fin del mundo, para que alegremente confíen en
Dios y le obedezcan. Jehová-yireh, Jehová proveerá, aludiendo probablemente a
lo que había dicho Abraham: Dios se proveerá un cordero. El Señor siempre
tendrá su ojo sobre su pueblo, en sus angustias e inquietudes, para darle ayuda
oportuna.
Vv. 15—19. Hay elevadas afirmaciones del favor de Dios para con Abraham en esta
confirmación del pacto con él, que exceden todo aquello con que él había sido
ya bendecido. Quienes están dispuestos a separarse de cualquier cosa por Dios,
se verán recompensados con indecible ventaja. La promesa, versículo 18, apunta
sin duda al Mesías y la gracia del evangelio. Por esto, conocemos la amorosa
bondad de Dios nuestro Salvador para con el hombre pecador, en que Él no
escatimó a su Hijo, su Hijo unigénito, y lo dio por nosotros. En esto notamos
el amor de Cristo, en que se dio como sacrificio por nuestros pecados. Sin
embargo, Él vive y llama a los pecadores que vayan a Él y participen de su
salvación comprada con sangre. Él llama a su pueblo redimido a regocijarse en
Él y a glorificarle. Entonces, ¿qué le daremos por todos sus beneficios? Que su
amor nos constriña a vivir, no para nosotros mismos, sino para Aquel que murió
por nosotros y resucitó. admirando y adorando Su gracia, consagremos nuestro
todo al servicio de Aquel que dio su vida por nuestra salvación.
—Todo lo más
querido en esta tierra es nuestro Isaac. La única manera que tenemos de hallar
consuelo en algo terrenal es ponerlo por fe en las manos de Dios. Pero
recordemos que Abraham no fue justificado por su prontitud para obedecer sino
por la obediencia infinitamente más noble de Jesucristo; su fe al recibir esto,
al confiar en esto, al regocijarse en esto, le dio la disposición y le hizo
capaz de tan admirable abnegación y deber.
Vv. 20—24. Este capítulo termina con un relato de la familia de Nacor que se
había establecido en Harán. Parece haberse incluido por la relación que tenía
con la iglesia de Dios. De allá tomaron esposas Isaac y Jacob; y antes de esta
lista se registra el relato de estos sucesos. Muestra que aunque Abraham vio a
su propia familia sumamente honrada con privilegios, admitida en el pacto y
bendecida con la seguridad de la promesa, él no miró con desdén a sus parientes
sino que se alegró de oír de la prosperidad y bienestar de sus familias.
martes, 1 de mayo de 2012
El toque del Maestro
El subastador pensó que perdía su tiempo mostrando ese viejo violín estropeado y arañado, pero aun así, lo mostró.
-¿Cuánto ofrecen, buena gente?
-gritó.
-¿Quién hará la primera oferta?-
-¡Un dólar, un dólar!
-entonces……-
-¡Dos! ¿Sólo dos?
-Dos dólares!
-¿Hay alguien que dé tres?
-¡Tres dólares! …
a la una!
-¡Tres dólares…a las dos!
-Que se va por tres…pero, -¡No!
- Un hombre canoso se puso de pie, llegó adelante y tomó en sus manos el arco.
Limpiando el polvo del viejo violín armonizó sus cuerdas y tocó una melodía muy tierna.
Al cesar la música el subastador dijo, en voz muy baja y más bien para sí, -
¿Cuánto daría yo por tener este viejo violín?
Y tomándolo con más cariño lo volvió a levantar:
-¡Mil dólares!
- ¿Y quién da doscientos?
-¡Dos mil!-
-¿Y quién da trescientos?
- ¡Tres mil!
-¡Tres mil!-
-¡Tres mil a las dos!
-¡Y se va y se fue!
-Exclamó.
Algunos lloraban y los demás aplaudían…
- No podemos comprender se decían.
-¿Qué cambió su valor? Alguien dijo por allí que fue:
“El toque de la mano de un maestro”.
REFLEXIÓN:
Tal vez consideres que tu vida, en este momento, está desafinada y esto te ha llevado a pensar, que ya no haya ninguna melodía buena que pueda salir de ti.
De la misma manera que sucedió con el viejo violín, has sentido como otros menosprecian tu valor juzgándote por las apariencias.
Tal vez últimamente no le has encontrado sentido a lo que haces, has perdido últimamente la capacidad de reconocer los recursos y talentos que Dios puso dentro de ti.
Pero hoy es necesario que sepas que lo que marca la diferencia en tu existencia es el “toque del Maestro”, un toque de Él, hará salir de tu vida los más preciosos sonidos que harán olvidar los tiempos de desafinación y desuso, Él te hará descubrir tu verdadero valor.
Hoy es un buen día para que le des la oportunidad para que el “Maestro” ejecute las más bellas de las melodías, en tu vida, que son las que se encuentran escritas en la partitura de sus propósitos para ti.
“Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese.” Filipenses 1:6 DHH
“Te alabo porque estoy maravillado, porque es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy bien convencido!” Salmo 139:14
-Que se va por tres…pero, -¡No!
- Un hombre canoso se puso de pie, llegó adelante y tomó en sus manos el arco.
Limpiando el polvo del viejo violín armonizó sus cuerdas y tocó una melodía muy tierna.
Al cesar la música el subastador dijo, en voz muy baja y más bien para sí, -
¿Cuánto daría yo por tener este viejo violín?
Y tomándolo con más cariño lo volvió a levantar:
-¡Mil dólares!
- ¿Y quién da doscientos?
-¡Dos mil!-
-¿Y quién da trescientos?
- ¡Tres mil!
-¡Tres mil!-
-¡Tres mil a las dos!
-¡Y se va y se fue!
-Exclamó.
Algunos lloraban y los demás aplaudían…
- No podemos comprender se decían.
-¿Qué cambió su valor? Alguien dijo por allí que fue:
“El toque de la mano de un maestro”.
REFLEXIÓN:
Tal vez consideres que tu vida, en este momento, está desafinada y esto te ha llevado a pensar, que ya no haya ninguna melodía buena que pueda salir de ti.
De la misma manera que sucedió con el viejo violín, has sentido como otros menosprecian tu valor juzgándote por las apariencias.
Tal vez últimamente no le has encontrado sentido a lo que haces, has perdido últimamente la capacidad de reconocer los recursos y talentos que Dios puso dentro de ti.
Pero hoy es necesario que sepas que lo que marca la diferencia en tu existencia es el “toque del Maestro”, un toque de Él, hará salir de tu vida los más preciosos sonidos que harán olvidar los tiempos de desafinación y desuso, Él te hará descubrir tu verdadero valor.
Hoy es un buen día para que le des la oportunidad para que el “Maestro” ejecute las más bellas de las melodías, en tu vida, que son las que se encuentran escritas en la partitura de sus propósitos para ti.
“Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese.” Filipenses 1:6 DHH
“Te alabo porque estoy maravillado, porque es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy bien convencido!” Salmo 139:14
Ese es Dios...
Escuché una historia de un hombre de negocios que nunca sabré quien es, pero sé que Dios quería que yo oyera su historia.
Él era Gerente en una compañía que había sido diezmada por el ataque a las Torres Gemelas.
Había citado a los miembros restantes de esa compañía, para compartir su espacio en la oficina.
Con su voz llena de temor, contó las historias de por qué estas personas estaban vivas y sus colegas muertos.
Todas las historias eran simples y pequeñas…
Uno de los miembros de la compañía entró tarde ese día porque su hijo empezó el jardín de infantes.
Otro compañero estaba vivo porque le tocó a él ir a comprar las donas de ese día.
La historia que me golpeó mas, fue la del hombre que se puso un nuevo par de zapatos esa mañana ese día se averió su auto, entonces decidió caminar hacia su trabajo; pero antes de llegar, una ampolla afectó su pie. Se detuvo en una farmacia para comprar una venda.
Por eso él está vivo.
Así que, ahora, cuando estoy atorado en el tráfico, espero un ascensor, tardo en contestar un teléfono que insiste o pasan esas cosas pequeñas que me incomodan, pienso:
“Es exactamente donde Dios quiere que esté en ese mismo momento.”
Dios me bendice con todas esas pequeñas molestias.
Es esa vocecita diminuta dentro de ti.
Tenlo presente, y cuando sientas de repente que nada bueno te está pasando...
… ÉSE ES DIOS, que te habla a través del Espíritu Santo.
Cuando pienses en alguien que no has visto en mucho tiempo, y de repente lo ves, o recibes una llamada telefónica, o carta de ellos...
… ÉSE ES DIOS, no hay tal cosa como la "coincidencia."
Cuando has recibido algo maravilloso en tu vida, que ni siquiera sabes cómo llegó, como un dinero en el correo, una deuda que se aclara misteriosamente, o simplemente recibiendo algo querido, pero que no podrías permitirte el lujo de tenerlo…
… ÉSE ES DIOS, Él conoce los deseos de tu corazón.
Cuando pasas por una situación fea en la vida y no tengas ninguna pista de cómo vas a mejorarla…
… ÉSE ES DIOS, que siempre nos permite ver un día más luminoso
Todas las historias eran simples y pequeñas…
Uno de los miembros de la compañía entró tarde ese día porque su hijo empezó el jardín de infantes.
Otro compañero estaba vivo porque le tocó a él ir a comprar las donas de ese día.
La historia que me golpeó mas, fue la del hombre que se puso un nuevo par de zapatos esa mañana ese día se averió su auto, entonces decidió caminar hacia su trabajo; pero antes de llegar, una ampolla afectó su pie. Se detuvo en una farmacia para comprar una venda.
Por eso él está vivo.
Así que, ahora, cuando estoy atorado en el tráfico, espero un ascensor, tardo en contestar un teléfono que insiste o pasan esas cosas pequeñas que me incomodan, pienso:
“Es exactamente donde Dios quiere que esté en ese mismo momento.”
Dios me bendice con todas esas pequeñas molestias.
Es esa vocecita diminuta dentro de ti.
Tenlo presente, y cuando sientas de repente que nada bueno te está pasando...
… ÉSE ES DIOS, que te habla a través del Espíritu Santo.
Cuando pienses en alguien que no has visto en mucho tiempo, y de repente lo ves, o recibes una llamada telefónica, o carta de ellos...
… ÉSE ES DIOS, no hay tal cosa como la "coincidencia."
Cuando has recibido algo maravilloso en tu vida, que ni siquiera sabes cómo llegó, como un dinero en el correo, una deuda que se aclara misteriosamente, o simplemente recibiendo algo querido, pero que no podrías permitirte el lujo de tenerlo…
… ÉSE ES DIOS, Él conoce los deseos de tu corazón.
Cuando pasas por una situación fea en la vida y no tengas ninguna pista de cómo vas a mejorarla…
… ÉSE ES DIOS, que siempre nos permite ver un día más luminoso
Tesoros de David, Salmos 40, Charles Spungeon
Tema: Jesús está aquí evidentemente, y aunque no hay que forzar mucho el lenguaje para ver tanto a David como a su Señor, Cristo, y la iglesia, el doble comentario puede resultar algo oscuro, y por tanto hemos de dejar entrar el sol aunque esto va a borrar las estrellas. Incluso en el caso de que el Nuevo Testamento no se expresara sobre ello, llegaríamos a la conclusión de que
David habla de nuestro Señor (en los versículos 6 al 9), pero el apóstol, en Hebreos 10:5-9, elimina las conjeturas y confina el significado a Aquel que vino al mundo para hacer la voluntad del Padre.
Vers. 1. Pacientemente esperé en Jehová. El esperar paciente en Dios caracterizó al Señor. La impaciencia nunca se alberga en su corazón; mucho menos se escapa de sus labios. A lo largo de toda la agonía de Jesús en el Huerto, su juicio de burlas crueles entre Herodes y Pilato, y su pasión sobre el madero, esperó en paciente omnipotencia.
Ni una mirada de ira, ni un murmullo, ni un acto de venganza del paciente Cordero de Dios; esperó y siguió esperando; fue paciente, paciente hasta la perfección, excediendo a todos los demás que, según su medida, glorificaron a Dios en el fuego. Job sobre la ceniza no iguala a Cristo en la cruz. El Cristo de Dios lleva la corona imperial entre los pacientes. C. H. S.
Esperé pacientemente. Más bien ansiosamente; el original dice dos veces «esperé esperando», un hebraísmo que significa una solicitud vehemente. Daniel Cresswell
La paciencia de nuestro Señor bajo el sufrimiento fue un elemento de perfección en su obra. Si se hubiera impacientado, como hacemos a veces nosotros, y se hubiera desanimado, su expiación habría sido pobre. Podemos gozarnos de que en medio de todas sus tentaciones, y en lo más recio de la batalla contra el pecado y Satán, permaneció paciente y dispuesto a terminar la obra que su Padre le había encomendado. James Frame
Vers. 2. El pozo de la desesperación. Algunos pozos a los que se refiere la Biblia eran mazmorras, como uno que vi en Atenas y otro en Roma. En ellos no había aberturas, excepto el agujero en la parte de arriba, que servía como puerta y como ventana. El fondo de estos pozos por necesidad era sucio y repugnante, y a veces lleno de lodo. John Gadsby
Del lodo cenagoso. Si el hombre tiene un apoyo firme donde poner el pie, su carga queda aliviada; pero si está cargado y ha de andar por fango resbaladizo, su prueba es doblemente difícil.
Vers. 3. Puso luego en mi boca cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. En la Pascua, antes de su pasión, nuestro Señor cantó uno de los grandes Salmos antiguos de la alabanza; pero, ¿cuál es la música de su corazón ahora, en medio de sus redimidos? ¿Qué cántico es éste en que su corazón alegre para siempre dirige el coro de los elegidos? Ni el tambor de Miriam ni el himno alborozado de Moisés pueden por un momento rivalizar con este cántico
nuevo y triunfante.
La justicia engrandecida y la gracia victoriosa; el infierno sometido y el cielo glorificado; la muerte destruida y la inmortalidad establecida; el pecado derrocado y la justicia resplandeciente; ¡qué tema para un himno en aquel día en que nuestro Señor beba el vino nuevo con nosotros todos en el reino de nuestro Padre celestial! C. H. S.
Muchos verán, y temerán, y confiarán en Jehová. Pero en tanto que el pecador sólo ve y teme, sólo está en el estadio inicial de la conversión, en un estado de preparación para huir de la ciudad de destrucción. Puede haber dado el primer paso en su peregrinaje, pero no ha llegado a su Padre todavía para recibir el beso de bienvenida y de perdón.
No ha dado todavía el paso definitivo. Ha visto, realmente; ha temido, también; pero todavía necesita confiar, confiar en el Señor y ahuyentar todos sus temores. Este es el paso culminante del gran cambio; y, a menos que se dé, las otras experiencias van a borrarse y perecer como una flor prematura, o serán combustible para el fuego que no se apaga. James Frame
Vers. 4. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza. La fe obtiene las promesas.
Una confianza simple, sencilla, en Dios es la marca segura de la bienaventuranza. Un hombre puede ser tan pobre como Lázaro, tan aborrecido como Mardoqueo, estar tan enfermo como Ezequías, o tan sólo como Elías, pero en tanto que su mano de la fe está agarrada en Dios, ninguna de sus aflicciones externas puede impedirle ser nombrado entre los bienaventurados.
Y no mira a los rebeldes, ni a los que se desvían tras la mentira. Nunca hemos de prestar atención a los apostatas, a los falsos maestros; son levadura dañina, y cuanto más alejados de ellos estemos mejor; bienaventurados son aquellos a quienes Dios preserva del error en las creencias y la práctica. Verdaderamente, si el enemigo del infierno se paseara en carruaje y criados con librea, y viviera como un señor, tendría a millares que cortejarían su amistad.
Vers. 6. Aquí entramos en uno de los pasajes más maravillosos de todo el Antiguo Testamento, un pasaje en que el Hijo de Dios encarnado se ve, no a través de un cristal oscuro, sino cara a cara.
Sacrificios y ofrendas no te agradaron. Considerados en sí mismos, y por amor a ellos, el Señor no veía nada satisfactorio en las varias ofrendas de la ley ceremonial. Ni la víctima derramando su sangre ni la harina desprendiendo humo en el altar podían dar contento a la mente de Jehová; no tenía interés en la carne de los toros o de los machos cabríos, ni se agradaba del trigo, el vino o el aceite.
Estas ofrendas tenían su valor como tipo, pero cuando Jesús, en antitipo, vino al mundo, dejaron de tener valor, del mismo modo que las velas son retiradas cuando sale el sol. C. H. S.
Has horadado mis orejas, expresión cuyo significado es simbólico: «Tú me has aceptado como tu esclavo», una alusión a la costumbre de Éxodo 21:6, en que el amo perforaba el pabellón de la oreja de un esclavo que rehusaba la libertad que se le había ofrecido, como prueba de que era aceptado de nuevo. Daniel Cresswell
No deseabas holocausto ni expiación. Sabemos por este versículo que Jehová da más valor a la obediencia del corazón que a todas las ceremonias imponentes del culto ritualístico; y que nuestra expiación del pecado viene, no por el resultado de un ceremonial complicado, sino por el efecto de la obediencia de nuestro Sustituto a la voluntad de Jehová.
rra! Aquí hay algo digno de que fijéis en ello la mirada. ¡Sentaos y observad con cuidado, porque el Dios invisible viene en la semejanza de carne pecaminosa, y como un niño el que es infinito pende del pecho de una virgen!
Emmanuel no fue enviado, sino que vino; vino en su propia personalidad, en todo lo que constituía su yo esencial. Vino desde los palacios de marfil a los recintos de la miseria; vino en el momento destinado; vino con alegría santa, como uno que se ofrece libremente. C. H. S.
Como su nombre está por encima de todo otro nombre, así también su venida está por encima de cualquier otra venida. A veces decimos que nuestros nacimientos son nuestra venida al mundo; pero, en realidad, ninguno ha venido al mundo sino El.
Porque:
1º De El sólo, verdaderamente, se puede decir que viene, que existe ya, antes de venir; y esto no lo podemos decir de nosotros, pero sí de El.
2º Sólo viene de modo estricto el que viene voluntariamente; nosotros lloramos y luchamos en nuestra entrada en el mundo como si no estuviéramos dispuestos a hacerlo. El sólo dice: «Aquí estoy.»
3º Sólo viene el que va de un lugar a otro. ¡Ay de nosotros, no venimos de ningún otro sitio sino del seno de la nada! Solamente El tenía un lugar en el que estaba antes de venir. Mark Frank
Vers. 8. El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado. ¿Falló Cristo placer en humillarse y en el tormento, en sufrir y morir por mí, y puedo yo no hallar placer en orar, escuchar, meditar y gozar de los dulces deberes de la comunión con El? ¿Vino El tan alegremente a morir por mí, y yo me dedico a la oración y tomo los sacramentos para tener comunión con El con desánimo?
¿Fue un gozo para Él derramar su sangre, y no lo es para mí el aplicármela, el cosechar los beneficios de ella?
¡Oh, cesen los gemidos y murmuraciones, las excusas culpables, los desánimos y las ejecuciones indiferentes del deber, después de un ejemplo así! Está dispuesto a hacer la voluntad de Dios; está dispuesto también a sufrir. Y en cuanto a los sufrimientos por Cristo, no deberían ser gravosos para los cristianos que saben que Cristo vino del seno del Padre a morir por ellos con buen ánimo.
¿Podemos comparar nuestros sufrimientos con los de Cristo? En modo alguno, pues no hay comparación; hubo más amargura en una gota de sus sufrimientos que en un mar de los nuestros.
Para concluir: tu deleite y disposición para seguir los caminos de la obediencia, con la misma medida de tu santificación. Condensado de John Flavel
Fue Jesús el que hizo la obra. El Padre la quiso, pero no la hizo. Fue Jesús quien la hizo, quien la trajo, quien la llevó tras el velo y la presentó como una ofrenda aceptable y meritoria a los pies del Padre, que se agradó de ella.
La obra estaba terminada; consumada. No tenemos ya que hacerla nosotros. No podemos hacerla. No podemos hacer lo que ya está hecho; y no podríamos hacerla, caso de que no hubiera sido hecha. Hay mucho que puede hacer el hombre, pero no puede ser propiciación por los pecados. James Frame
Tu ley está en medio de mi corazón. Cristo no rindió devoción formal, externa; su corazón estaba en su obra, la santidad era su elemento, la voluntad del Padre su comida y bebida. Cada uno de nosotros hemos de ser como nuestro Señor en esto, o nos faltará la evidencia de ser sus discípulos. Allí donde no hay obra del corazón, no hay place ni deleite en la ley de Dios, no puede haber aceptación.
C. H. S.
Él estaba dispuesto a sangrar y morir por ti como tú estás dispuesto a comer cuando tienes hambre. Él se deleita en ser azotado, herido y crucificado como tú te deleitas en la comida. David Clarkson
Vers. 9. He proclamado tu justicia. Es Jesús el que habla, y habla de sí mismo como predicador.
Era un predicador, y un gran predicador además.
1. Poseía elocuencia genuina. Su mente tocaba la mente de sus Oyentes.
2. Su conocimiento era muy grande. Muchos dominan las palabras y las usan con destreza, pero lo que dicen «carece de conocimiento». Van hablando, intentando al mismo tiempo pensar y guiar a sus oyentes a un terreno inexplorado incluso por ellos mismos.
3. Era grande en bondad. Hay grandeza en la bondad, y la grandeza de la bondad es un elemento importante en la grandeza de un predicador.
4. Otro elemento de la grandeza de Jesús como predicador consistía en la grandeza de su dignidad esencial. Era Dios y hombre a la vez. Esto era Cristo como predicador. Es verdad que era mas que un predicador: era también un Modelo, un Sacerdote y un Propiciador; y como modelo, sacerdote y propiciador no tiene igual. Nunca ha habido un predicador como Él.
Condensado de James Frame
He aquí, no refrené mis labios, Jehová, Tú lo sabes. Ni por amor a la conveniencia ni al temor de los hombres se quedaron cerrados los labios del gran Maestro. Sus palabras no variaban según la sazón.
El pobre le escuchaba, y los príncipes escuchaban sus reprensiones; los publícanos se gozaban en El, los fariseos se sentían irritados, pero a todos proclamaba El la verdad del cielo. C. H. S.
Vers. 9, 10. He proclamado, no refrené... no he ocultado, he publicado. Estas palabras se juntan para expresar su franqueza: la de un corazón ardiente que quiere mostrar su gratitud. No se necesita ninguna descripción complicada para que podamos ver la semejanza de Uno «cuya vida era un acto de acción de gracias». J. J. Stewart Perowne
Vers. 10. No encubrí. Esto da a entender que todo el que emprende la predicación del evangelio de Cristo va a sentir la gran tentación de esconderlo, porque tiene que ser predicado contra gran oposición y frente a dificultades. Matthew Henry
No oculté tu misericordia y tu verdad a la gran asamblea. Jesús reveló plenamente los atributos de Dios, tanto los tiernos como los severos. El esconder estaba muy lejos del Gran Apóstol de nuestra profesión. Nunca exhibió cobardía ni vacilación en su lenguaje.
El que como niño de doce años hablaba en el templo entre los doctores, y después predicó a cinco mil en Genezaret y a las vastas muchedumbres en Jerusalén en aquel gran día, el último de la fiesta, siempre estaba dispuesto a proclamar el nombre del Señor y nunca puede ser acusado de un silencio no santo.
Vers. 12. Me han rodeado males sinnúmero; me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar, la vista. El no tenía pecado, pero los pecados fueron puestos sobre El, y El los tomó como si fueran suyos. «Fue hecho pecado por nosotros.» ¡Oh alma mía!, ¿qué consecuencias te habrían acarreado tus pecados eternamente si el amigo de pecadores no hubiera condescendido en tomarlos sobre sí?
Son más que los cabellos de mi cabeza.
Pecados contra el Dios Santo,
Pecados contra sus leyes justas,
Pecados contra su amor, su sangre;
Pecados contra su nombre y su causa,
Pecados inmensos como el mar.
¡Escóndeme, oh Getsemaní!
C. H. S.
El apóstol decuplica cada pecado (Santiago 2:10). Lo que nos parece uno a nosotros, según el sentido de la ley y la cuenta de Dios es multiplicado por diez. El pecar directamente contra uno quebranta cada mandamiento, y por ello peca diez veces en una; además, hay un enjambre de circunstancias pecaminosas y agravantes que rodean cada acto en tal número, que son como átomos que rodean nuestro cuerpo en una habitación polvorienta; te sería más fácil contarlos que
contar los pecados.
Y aunque algunos cuentan éstos sólo como fracciones, pecados incompletos, a pesar de ello es más difícil aún sacar el número de la cuenta. Y, lo que es más asombroso, piensa en los deberes religiosos mejores que hayas ejecutado, e incluso aquí podrás hallar un enjambre de pecados sinnúmero.
En la mejor oración que puedas presentar a Dios hay irreverencia, tibieza, incredulidad, orgullo espiritual, auto estimación, hipocresía, distracciones, etc., y muchos otros, que un alma iluminada lamenta; y, con todo, hay muchos más que los ojos puros de Dios disciernen pero que el hombre no nota. David Clarkson
Vers. 13. Los versículos que quedan de este Salmo son casi exactamente iguales al Salmo 70.
Vers. 14. Sean avergonzados y confundidos a una los que buscan mi vida para destruirla. Ha de redundar en la confusión infinita de Satanás que sus intentos de destruir al Salvador le destruyeron a él; el cónclave diabólico que tramó en el consejo ahora ha sido todo él avergonzado, porque el Señor Jesús ha replicado a todos sus puntos y ha convertido su sabiduría en necedad.
Vers. 15. Quedan consternados en pago de su afrenta los queme dicen: ¡Ja, ja! ¿Escarnecen hoy los malos el nombre del Redentor? ¡Su devastación le vengará a El de todos sus adversarios!
Jesús es el manso Cordero para todos los que buscan misericordia por medio de su sangre; pero los que le desprecian, que tengan cuidado, porque es el León de la tribu de Judá, y ¿quién lo despertará? ¡Oh lector infiel!, si hay alguno que mire y lea esta página, vigila si persigue a Cristo y a su pueblo, porque Dios sin duda vengará a sus elegidos. Tus ¡Ja!, ¡Ja! te van a costar muy caro. Dura cosa es dar coces contra el aguijón.
Vers. 16. Gócense y alégrense en Ti todos los que te buscan. El gimió para que nosotros podamos cantar, y quedó cubierto de sudor y sangre para que nosotros podamos ser ungidos con el aceite de la alegría. C. H. S.
Vers. 17. Aunque yo estoy afligido y necesitado, Jehová pensará en mí. El que encauza a su voluntad los corazones de los reyes como las aguas de los ríos, hace también que a su palabra todos los arroyuelos del mundo bañen y fertilicen cualquier tierra, por sedienta y asolada que pueda estar. Samuel Lee
Hay tres cosas en el hecho de que Dios piense en nosotros que nos proporcionan solaz y deleite.
Observa, primero, la frecuencia de sus pensamientos. Verdaderamente son incesantes. Si tienes un amigo a quien aprecias y amas y quieres vivir en su mente, cuando parte le dices que te escriba: «Piensa en mí.» Le das, quizá, un recordatorio para avivar su memoria.
Pero el amigo más íntimo del mundo no puede estar pensando siempre en ti. ¡La mitad del tiempo está durmiendo y durante la otra mitad está muy ocupado! En cambio, no hay cese en los pensamientos del Señor.
Observa, luego, la sabiduría de sus pensamientos. Tienes un hijo ausente y le sigues en tu mente.
Pero no conoces sus circunstancias presentes. Le dejaste en un lugar determinado, pero ¿dónde está ahora? Le dejaste en una condición dada, pero ¿cómo está ahora?
Tal vez mientras estás pensando en su salud está gimiendo con un brazo magullado o una enfermedad seria. Quizás mientras estás pensando en su seguridad algún enemigo saca ventaja de su inocencia. Quizás mientras te regocijas en su prudencia está dando un mal paso que afectará a toda su vida.
Pero cuando Dios piensa en ti, Él sabe perfectamente cuál es tu situación, tus peligros, tus necesidades.
Asimismo, observa la eficiencia de sus pensamientos. El que piensa en ti es un Dios a mano, no distante; El tiene todos los sucesos bajo su control; es el Dios de toda gracia. William Jay
En las memorias del editor, Dr. Malan, uno de sus hijos escribe así de su hermano Jocelyn, que estuvo sometido durante anos, con anterioridad a su muerte, a dolores intensos corporales: «Un rasgo sobresaliente de su carácter era el santo temor de Dios y la reverencia ante su voluntad.»
Un día estaba yo repitiendo un versículo de los Salmos: En cuanto a mí, soy una pobre alma necesitada, pero el Señor cuidará de mí,’ Tú eres mi ayudador y mi libertador. ¡Oh Señor, no tardes! El dijo: «Mamá, me gusta este versículo, excepto el final, parece como si murmuraras contra Dios. El nunca "tarda" en mi caso». De La vida, labores y escritos de Cesar Malan, por uno de sus hijos.
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