jueves, 24 de marzo de 2011

Un llamado a la responsabilidad


PASAJE CLAVE: Mateo 25.14–30 |

LECTURAS DE APOYO: Génesis 2.15–17; 3.8–19 | Mateo 16.16–18, 21–23 Romanos 14.10–12 | Gálatas 5.1, 13


INTRODUCCIÓN:
A todos nos gusta la libertad.
Damos gracias a Dios por los paises que valoran y protegen la libertad. Sin embargo, la libertad no nos permite hacer lo que queramos, sino que conlleva responsabilidad de hacer lo correcto como ciudadanos.
Lo mismo ocurre con nuestra libertad en Cristo. Gálatas 5.13 dice «vosotros, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros». Un día, estaremos ante el tribunal de Cristo y rendiremos cuentas del modo cómo vivimos (Ro 14.10–12).
¿Cómo podemos prepararnos para aquel día? Siendo responsables ante el Señor y rindiendo cuentas de nuestras acciones los unos a los otros.
DESARROLLO DEL SERMÓN:
La responsabilidad es un principio bíblico.
El Señor Jesús ilustró la importancia de la responsabilidad de rendir cuentas en la parábola de los talentos (Mt 25.14–30). Se les dieron a los siervos talentos, según su capacidad de manejarlos; dos de los hombres invirtieron su parte sabiamente
y duplicaron sus recursos. El tercero tuvo miedo de su señor, y enterró su dinero. Cuando el señor regresó, elogió la administración sabia de los dos siervos y reprochó al que escondió su talento. Aunque esta parábola se refiere al manejo
del dinero, el principio se aplica al uso de nuestros dones espirituales, talentos, destrezas, oportunidades, compromisos, habilidades y tiempo, conforme a las capacidades con que Dios nos ha dotado.

¿Qué es responsabilidad? Es un medio de control y equilibrio en nuestra vida que
realmente nos protege del daño que nos haríamos nosotros mismos o del daño causado por otros.
¿Existen ejemplos bíblicos de responsabilidad?
Dios, Adán y Eva: El Señor les llamó a cuentas y les explicó las consecuencias de
su desobediencia (Gn 3.8–19).
Cristo y Pedro: El discípulo que por revelación de Dios lo había confesado como el Mesías, ahora por su falta de discernimiento procuraba desviarlo del camino de la cruz. Cristo reprendió a Pedro por permitir que Satanás influyera en sus pensamientos (Mt 16.21–23).
¿Cuál es la importancia de la responsabilidad?
Buena mayordomía: Una compañía que no llame a cuentas a sus empleados tendrá
problemas. La gente irresponsable es perjudicial para todos. Hacemos lo mejor cuando sabemos que alguien espera lo mejor de nosotros y nos llama a cuentas.
Es alentadora: La responsabilidad motiva cuando sabemos que rendiremos cuentas. En una prueba de entrenamiento para oficiales de reserva donde participaba mi nieto, él se sentía confiado mientras presentaba su prueba de resistencia, porque sabia que su abuelo oraba por él. Al terminar el entrenamiento, se sintió motivado a compartir los resultados con más entusiasmo.
Le ayuda a superarse: Es más frecuente que sean promovidos los subalternos no porque sean los más talentosos, sino porque sean dignos de confianza y colaboradores leales; nadie tiene que vigilarlos cuando se les asignan tareas.
La responsabilidad es un principio bíblico:
Dios no juzgó por igual al hombre de un talento que al de cinco; lo juzgó basándose en lo que cada uno hizo con lo que se le encomendó. Solo somos responsables de hacer nuestro trabajo de la mejor manera. Cuando alguien no tiene a quien rendir cuentas, está en terreno peligroso. El diablo trabaja y la tentación acecha al creyente,
distrayéndolo para que no rinda cuentas.
Promueve buenas relaciones: Necesitamos dar cuentas, para edificar nuestras vidas junto con otras personas. Si aquellos a quienes debemos rendir cuentas hacen lo correcto, nos alentarán y serán fuente de fortaleza para nosotros.
¿Existen requisitos sobre la responsabilidad?
Confiabilidad: Ser confiable, honesto(a), cumplido(a), transparente, sincero(a).
Convicciones: Tener principios bíblicos firmes.
¿Por qué se resiste la gente a ser responsable?
Las personas irresponsables, al ser confrontadas son prontas a quejarse, acusar a otros o a excusarse. Critican para defender su error.
Rebeldía: Algunos no quieren someterse al Señor. Aunque asisten a la iglesia están atrapados por la bebida, las adicciones y las malas palabras.
Pereza: Aquellos que fingen estar enfermo para no trabajar dañan su testimonio cristiano. O los que llegan tarde a su trabajo y se van antes de cumplir con su horario.
Orgullo: Algunos rehúsan humillarse, incluso ante Dios. Cerciórese de comenzar cada día pidiendo la dirección del Señor; así en la noche al entregar su día a Dios, podrá escucharle decir: «¡hiciste bien, siervo bueno y fiel!», (Mt 25:21, NVI).
¿Qué pasa si no somos responsables?
Bajo rendimiento: Perdemos la oportunidad de ayudar a otros.
Desperdicio de los bienes: Despilfarramos los recursos en cosas innecesarias.
Crecimiento espiritual débil: Maduramos lentamente. Como cristianos somos responsables de esforzarnos por proseguir hacia la madurez.
División: Para trabajar como equipo se necesita la unidad. Todos deben hacer su parte.
Malversación de recursos: Los funcionarios del gobierno deberían rendir cuentas al pueblo que confió en ellos. Cuando nos enteramos de malos manejos, tenemos derecho a cuestionar qué está pasando a quienes son responsable de administrar los recursos que les han sido confiados.
CONCLUSIÓN:
Debemos estar dispuestos a permitir que otros nos motiven y a tener amigos que puedan
alentarnos a vivir piadosamente. Cultivemos relaciones con quienes podamos rendir cuentas de nuestra responsabilidad, y la libertad para aceptar la verdad y asumir el desafío.
Si usted nunca ha rendido cuentas de su vida espiritual, hoy puede empezar. El Señor bendecirá su obediencia de maneras inimaginables. La responsabilidad nos motiva a querer «ser lo mejor, hacer lo mejor y lucir lo mejor» delante de Dios.

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