lunes, 22 de agosto de 2011
Banco del tiempo
Imagínate que existe un banco, que cada mañana acredita en tu cuenta, la suma de $86,400. No arrastra tu saldo día a día. Cada noche borra cualquier cantidad de tu saldo que no usaste durante el día. ¿Qué harías? Retirar hasta el último centavo, ¡por supuesto! Cada uno de nosotros tiene ese banco. Su nombre es tiempo.
Cada noche, este banco te acredita 86,400 segundos. Cada noche, este banco borra, y da como perdido, cualquier cantidad de ese crédito que no has invertido en un buen propósito. Este banco no arrastra saldos. Ni permite sobregiros. Cada día te abre una nueva cuenta. Cada noche elimina los saldos del día. Si no usas tus depósitos del día, la perdida es tuya. No se puede dar marcha atrás. No existen los giros a cuenta del depósito de mañana. Debes vivir en el presente con los depósitos de hoy. Invierte de tal manera, de conseguir lo mejor en salud, felicidad y éxito. El reloj sigue su marcha. Consigue lo máximo en el día.
Para entender el valor de un año, pregúntale a algún estudiante que perdió el año de estudios.
Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que alumbró a un bebé prematuro.
Para entender el valor de una semana, pregúntale al
editor de un semanario.
Para entender el valor de una hora, pregúntale a los
amantes que esperan a encontrarse.
Para entender el valor de un minuto, pregúntale a una persona que perdió el tren.
Para entender el valor de un segundo, pregúntale a una persona que con las justas evitó un accidente.
Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale a la persona que ganó una medalla de plata en las olimpiadas.
Atesora cada momento que vivas. Y atesóralo más si los compartiste con alguien especial, lo suficientemente especial como para dedicarle tu tiempo. Y recuerda que el tiempo no espera por nadie.
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