miércoles, 17 de agosto de 2011

Tesoros de David: Salmo 26 Charles Spurgeon


Titulo: «Salmo de David.» El dulce cantor de Israel está delante de nosotros en este Salmo como alguien que sufre reproche; en esto era el tipo del gran Rijo de David, y un ejemplo alentador para que llevemos la carga de la calumnia al trono de la gracia. Es una suposición ingeniosa la de que esta apelación al cielo fue escrita por David en el tiempo del asesinato de Is-boset por Baaná y Recab, para protestar su inocencia de toda participación en aquel asesinato a traición.

El tenor del Salmo ciertamente está de acuerdo con la supuesta ocasión, pero no es posible ir más allá de la conjetura con datos tan endebles.

Vers. 1. Júzgame, oh Jehová. Una apelación así no debe hacerse de modo precipitado en ninguna ocasión; y en toda nuestra vida no debería hacerse en modo alguno, a menos que estemos justificados en Cristo Jesús; una oración mucho más apropiada para un mortal pecador es la súplica: «No entres en juicio con tu siervo.» C. H. S.
Como un ejemplo de apelación al cielo podemos citar la del gran predicador de la Palabra,George Whitefield: «Aunque algunos me consideren un saltabanco o un entusiasta, uno que va a haceros dar vueltas a la cabeza con método, y pueden lanzarme toda clase de invectivas, con todo, Cristo lo sabe todo; El lo observa, y le dejo a El que defienda mi causa, porque es un Amo misericordioso. Ya he visto que lo es, y estoy seguro que seguirá siéndolo. La venganza es suya, El pagará.» George Whitefield
Porque yo en mi integridad he andado. David tenía la integridad como principio, y andaba en ella como práctica. No había usado medios solapados o torcidos para ganar la corona y conservarla;
sabía perfectamente que era guiado por los principios más nobles del honor en todas sus acciones referentes a Saúl y su familia.
¡Qué consuelo es tener la aprobación de la conciencia propia! Si hay paz dentro del alma, las borrascas de la calumnia que tanto aúllan alrededor de nosotros no tienen mucha importancia.
Cuando el pajarillo en mi seno canta una canción alegre, no me importa si ululan alrededor de mí cien lechuzas.
He confiado asimismo en Jehová sin titubear. ¿Por qué debo robar, cuando Dios ha prometido suplir mi necesidad? ¿Por qué debo vengarme, cuando sé que el Señor ha adoptado mi causa?
La confianza en Dios es la seguridad más efectiva contra el pecado.
Por tanto, no resbalaré. El camino es resbaladizo, de modo que ando como sobre el hielo; pese a ello, la fe guarda mis pies de caer y seguirá haciéndolo. Los caminos dudosos más tarde o más
temprano harán caer al que camina por ellos, pero los caminos de honradez y sinceridad, aunque sean ásperos, son siempre seguros. No podemos confiar en Dios si andamos por caminos
torcidos, o sea, usando medios turbios; pero los caminos rectos y la fe simple llevan al peregrino al término feliz de su jornada. C. H. S.

Vers. 2. El Salmista usa tres palabras: «examina», «escudriña», «prueba». Estas palabras tienen por objeto incluir todos los modos en que la realidad de algo puede ser puesta a prueba; e
implican, juntos, que deseaba que se hiciera la más concienzuda investigación; no trataba de esquivar la prueba. Albert Barnes
Examina, escudriña, prueba. Como el oro es purificado de la escoria por el fuego, así la sinceridad del corazón y la simplicidad del verdadero cristiano se ven mejor y se hacen más
evidentes en las tribulaciones y la aflicción. En la prosperidad todo hombre parece piadoso, pero las aflicciones hacen salir del corazón lo que hay en él, sea bueno o malo. Robert Cawdray

Vers. 3. Y ando en tu verdad. Algunos hablan de la verdad; es mejor andar en ella. Algunos prometen obrar bien en el futuro, pero sus resoluciones se desmoronan; sólo el hombre regenerado puede decir: «Ando en tu verdad.» C. R. S.

Vers. 3, 4. Dios no va a dar la mano al inicuo, como dice la Vulgata (Job 8:20), ni tampoco debe hacerlo el hombre piadoso. David demuestra la sinceridad de su curso por el cuidado con que evita estas compañías. George Swinnock

Vers. 4. No me he sentado con hombres hipócritas. Lejos de ser un ofensor abierto contra las leyes de Dios, el Salmista ni aun se había asociado con los amadores del mal. Se había mantenido aparte de los hombres de Belial. Un hombre se conoce por sus compañeros, y si nos hemos mantenido a distancia de los malos, siempre será una evidencia a favor nuestro, caso que nuestro carácter sea impugnado. El que nunca se ha embarcado no puede ser el que ha hundido el barco.
Los verdaderos ciudadanos no tienen tratos con los traidores. David no se había sentado con hombres hipócritas. No eran sus amigos en las fiestas, ni sus consejeros en los consejos, ni sus amigos en la conversación. Tenemos necesidad de ver, hablar y tratar con los hombres del mundo, pero no hemos de tener nuestro esparcimiento y solaz en una sociedad frívola. No sólo el hombre de palabra soez, sino también el vano e hipócrita deben ser evitados. Todos los que son superficiales,charlatanes y frívolos, son indignos de la amistad de un cristiano.C. H. S.
¿Qué tienen que hacer las palomas de Cristo entre las aves de presa? ¿Qué tienen que ver las vírgenes con las rameras?
La compañía de los malos contamina; es como pasearse entre los que tienen la plaga. «Se mezclaron con los paganos y aprendieron sus obras.» Si mezclas una armadura brillante con otra herrumbrosa, la bruñida no hará brillante a la herrumbrosa, sino que la herrumbrosa echará a perder a la otra. Faraón enseñó a José a jurar, pero José no enseñó a Faraón a orar. Thomas Watson
Ni entré con los que andan simuladamente. La congregación de los hipócritas es tal que no merece que tengamos comunión con ella. Dejemos de relacionarnos con ellos pronto, pues más
adelante quizá no sintamos el deseo de hacerlo. C. H. S.
El hipócrita tiene mucho de ángel por fuera, pero más de diablo por dentro. Es ardiente en palabras, helado en obras; habla a varas, hace bien a pulgadas. Es un estercolero hediondo
cubierto de nieve; un molino que sigue girando pero no muele nada; una gallina que cacarea, pero que no pone. Thomas Adams

Vers. 4, 5. «Es difícil, incluso en caso de un milagro, guardar los mandamientos de Dios y tener malas compañías a la vez.» Lewis Stuckley

Vers. 5. Aborrecí la reunión de los malignos. Una frase severa, pero no demasiado severa. Un hombre que no aborrece el mal a fondo no ama el bien de corazón. A los hombres, como hombres, siempre hemos de amarlos, porque son nuestros prójimos, y por tanto hemos de amarlos como a nosotros mismos; pero los malhechores, como tales, son traidores al gran Rey, y ningún súbdito leal puede amar a los traidores. Lo que Dios aborrece hemos de aborrecerlo nosotros. La congregación o asamblea de los malhechores significa hombres violentos, aliados para derrocar al inocente; estas sinagogas de Satanás han de ser aborrecidas.
Qué reflexión tan triste es la de que debería de haber una congregación de malhechores, así como una congregación de justos; una iglesia de Satanás, y una iglesia de Dios; una simiente de la serpiente, así como una simiente de la mujer; una antigua Babilonia, así como una nueva Jerusalén; una gran ramera sentada sobre las muchas aguas, para ser juzgada en ira, así como una casta esposa del Cordero que sea coronada a su venida. C. H. S.
El odio a los enemigos en cuanto enemigos (sí, el tenerles verdadero odio), tan por completo opuesto al indiferentismo de nuestros días, siempre ha sido una marca de sus siervos antiguos.
Piénsese en Fineés (Salmo 106:31): «Y le fue contado por justicia de generación en generación para siempre»; Samuel con Agag; Elías con los sacerdotes de Baal. Y notemos el elogio del
ángel de Efeso: «Tú no puedes tolerar a los malos» (Apocalipsis 2:2). J. M. Neale
Y con los impíos nunca me senté. Los santos tienen un asiento en otra mesa, y nunca dejan las viandas del Rey por las cáscaras de la pocilga. Es mejor estar sentado con los ciegos, cojos y mancos en la mesa de la misericordia que con los inicuos en sus fiestas impías; sí, mejor estar sentado en la ceniza con Job que con Faraón en el trono. Que cada lector procure la buena compañía, porque la que tengamos en este mundo es probable que sea la misma que tendremos en el próximo.C.H.S.
¡Cuán pocos son los que consideran que su contacto con los inicuos les endurece, en tanto que el apartarse de ellos podría dar por resultado que se sintieran avergonzados! Mientras que nos divertimos con ellos, les hacemos creer que su condición no es deplorable, que su peligro no es grande; por el contrario, si les evitamos, como evitamos una pared que se desploma, en tanto que siguen siendo enemigos del Señor, esto podría hacerles bien, pues les sobresaltaría y despertaría de la seguridad y engaño en que ahora se encuentran. Lewis Stuckley

Vers. 6. La varé en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová. Digan lo que quieran los psicólogos de Roma haciendo ver el poder de la naturaleza y la libre voluntad, a nosotros, miserables pecadores, se nos enseña a damos mejor cuenta de nuestra propia debilidad.
El mismo apóstol de Cristo, el fuerte Tomás, falló en la fe de su resurrección; Pedro (cuya cátedra ahora se quiere hacer ver que es la sede de infalibilidad) negó a su Maestro; David, «un
hombre según el corazón de Dios», tuvo necesidad de ser purificado; y ¿quién puede decir: «Soy puro a la vista del Señor»? Ciertamente, oh Señor, ninguna carne es justa ante tu vista. Isaac Bargrave

Vers. 7. Y contando todas tus maravillas. El pueblo de Dios no debería tener la lengua trabada. Las maravillas de la gracia divina son bastantes para hacer hablar a up mudo. Las obras del amor de Dios son maravillosas si consideramos el poco valor de sus objetos, el coste de su método y la gloria de su resultado. Y si como hombres hallamos gran placer en hablar de cosas notables y asombrosas, de la misma manera los santos se regocijan contando las grandes cosas que el Señor ha hecho por ellos. C. H. S.

Vers. 8. Jehová, la habitación de tu casa he amado. «Tengo en mi congregación» dijo un ministro venerable del evangelio «una señora anciana que durante muchos años ha sido sorda como una
tapia, pero siempre es de las primeras en sentarse a la hora de la reunión.» Al preguntarle la razón de su asistencia constante, aunque no pudiera oír el sermón, contestó:
"Aunque no puedo oírle, vengo a la casa de Dios porque quiero hacerlo, y quiero que se me halle en sus caminos; y Dios me da pensamientos dulces sobre el texto cuando se me indica; otra razón es que estoy entre la mejor compañía aquí, en la presencia más inmediata de Dios, y entre sus santos, los dignos de la tierra. No estoy satisfecha de servir a Dios en privado; mi deber y privilegio es honrarle regularmente en público"» ¡Qué reprensión hay aquí para los que pueden oír, si es que se presentan y no acuden a destiempo al lugar de adoración, si es que acuden! K. Arvine

Vers. 9. No juntes con los pecadores mi alma. «¡No juntes mi alma con los pecadores» por causa del lagar de tu ira eterna! Marción, el hereje, viendo a Policarpo, se admiraba de que no le reconociera. «¿No me conoces, Policarpo?» «Sí» contestó Policarpo», «te conozco como al primogénito del diablo», y le despreció. George Swinnock
La muerte es el momento de la cosecha para Dios, en que recoge las almas que le pertenecen y el diablo recoge las que le pertenecen a él. Un tiempo han ido juntas, pero luego se separan; y los santos son llevados a la congregación de los santos, y los pecadores a la congregación de los pecadores.
Y lo que nosotros hemos de decir es: «No juntes con los pecadores mi alma.» Sean cuales sean los nuestros aquí, el pueblo de Dios o el del diablo, la muerte va a juntar nuestras
almas con ellos.
Será algo horrible verse juntado a los pecadores en el otro mundo. El mero hecho de pensar que nuestras almas puedan ser juntadas a ellos, basta para erizarle a uno los cabellos.
Hay ahora muchos que se juntan de buena gana con los pecadores; es el deleite de sus corazones; su vida es atrevida, divertida a sus ojos. Les es una carga juntarse con los santos, ocuparse del Señor y sus cosas los domingos.
Pero el ser juntado con ellos en el otro mundo es algo terrible.
A) Los santos lo temen, como en el texto. David nunca temió tanto la compañía de los enfermos, los perseguidos, etc., como la de los pecadores. Estaba contento al reunirse con los santos de cualquier condición; pero, «Señor» dice-, «no juntes mi alma con los pecadores».
B) Los malvados mismos tienen horror ante la perspectiva. «Déjame morir la muerte de los justos» dice el inicuo Balaam-, «y que éste sea mi fin» (Números 23:10). Aunque están contentos viviendo con ellos en la vida, sus conciencias les dan testimonio de que están horrorizados ante la idea de estar con ellos en la muerte. Quieren vivir con los pecadores, pero morir con los santos. Una idea pobre, que se condena a sí misma.
Thomas Boston

Vers. 10. Sobornos. ¿Con qué pueden hacerse todas las doctrinas
Claras, honestas y aceptables? Muy sencillo.
Basta con doscientas libras anuales.
¿Y si es necesario demostrar Que lo recto es torcido, o viceversa?
¡Fácil! ¡Doscientas libras más!
—SAMUEL BUTLER en Hudibras

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