domingo, 4 de diciembre de 2011

Salmo 33; Tesoros de David; Charles Spungeor


Título: Este canto de alabanza no tiene título o indicación de autor; «nos enseña» dice Dickson-
«a ver las sagradas Escrituras como totalmente inspiradas por Dios, y no atribuirles valor según escritores de las mismas».
La alabanza de Jehová es el motivo de este cántico sagrado. C. H. S.
¡De qué modo tan absurdo tratan los filósofos el origen del mundo! ¡Qué pocos han razonado de modo sistemático sobre este tema tan esencial! Nuestro profeta resuelve la importante cuestión con un solo principio; y lo que es más notable: este principio, que es expresado noblemente, lleva consigo la evidencia más clara.
El principio es: «Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca»

(vers. 6). Esta es la explicación más racional que se ha dado nunca de la creación del mundo. El mundo es la obra de una voluntad eficiente por si misma, y este principio solamente puede explicar su creación.
La doctrina de la providencia expresada en estas palabras: «Dios considera las obras de los habitantes de la tierra» es una consecuencia necesaria de su principio «Dios formó sus
corazones»; y este principio es una consecuencia necesaria de lo que el Salmista había indicado antes como explicación del origen del mundo.
Una de las objeciones más especiosas que se han opuesto nunca a la doctrina de la providencia es el contraste entre la grandeza de Dios y la pequeñez del hombre. ¿Cómo puede una criatura tan
insignificante como el hombre ser objeto del cuidado y atención de un ser tan magnífico como Dios.
No hay objeción que pueda ser más especiosa o, en apariencia, más invencible. La distancia entre el insecto más rudimentario y el monarca más poderoso, que pisa y aplasta a los reptiles sin la menor consideración para ellos, es una imagen muy imperfecta de la distancia entre Dios y el hombre. Lo que prueba que estaría por debajo de la dignidad del monarca el observar los movimientos de las hormigas, o gusanos, e interesarse en sus acciones y castigarías o premiarías,
parece demostrar que Dios se degradaría si observara, dirigiera, castigara o premiara a la Humanidad, que es infinitamente inferior a El.
Pero con un hecho basta para contestar esta objeción especiosa: esto es, que Dios ha creado a la Humanidad. ¿Se degrada Dios más al gobernar que al crear a la Humanidad? James Saurtn

Vers. 1. Alegraos, oh justos, en Jehová. El gozarse en las comodidades temporales es peligroso; gozarse por si mismo es necio; gozarse en el pecado es fatal; pero gozarse en Dios es celestial.
Quien quiera tener el cielo dos veces, tiene que empezar ya aquí a gozarse como los de allá. C.H.S.
El verbo hebreo, según los etimólogos, originalmente significa «danzar de gozo», y por tanto es una expresión muy fuerte de viva exultación. J. A. ALEXANDER
No os gocéis en vosotros mismos, porque no es seguro, sino gozaos en el Señor. Agustin
A los rectos les va bien la alabanza. La alabanza no va bien a los cantantes profesionales no perdonados; es como zarcillo de oro en la nariz del cerdo. Los corazones torcidos aman la
música torcida, pero los rectos tienen su deleite en el Señor. La alabanza es el vestido de los santos en el cielo; es apropiado que se lo prueben aquí abajo. C. H. S.
La alabanza no va bien, a menos que se sea piadoso. La alabanza en la boca del pecador es como un oráculo en la boca de un necio: ¡Qué poco apropiada es para él la alabanza de Dios si su vida deshonra a Dios! Thomas Watson
Agrada a Dios aquel cuyo agrado está en Dios. Agustín

Vers. 3. Cantadle. Cantar es la música de los santos.
1. Han ejecutado este deber en grandes números (Salmos 147:1,2).
2. En sus mayores apuros (Isaías 26:19).
3. En sus mayores luchas (Isaías 42:10, 11).
4. En sus mayores liberaciones.
5. En sus mayores abundancias (Isaías 65:14).John Wells
Hacedlo bien. Es lamentable escuchar alabanzas a Dios hechas descuidadamente. Todo cristiano debe esforzarse por cantar según las reglas del arte, de modo que cante a compás y afinando con toda congregación. Las melodías más dulces y las voces más dulces, con las palabras más dulces, son todas ellas poco para el Señor nuestro Dios; no las ofrezcamos de modo discorde y desagradable. C. H. S.
Tañendo con júbilo. La buena voluntad y el corazón han de ser conspicuos en la alabanza divina.
Hay que cantar con ánimo, no languideciendo y arrastrándose. No es que el Señor no quiera oírnos si no lo hacemos de modo vivo y bien alto, pero no es el modo natural para una gran
exultación. Los hombres gritan a la vista de sus reyes; ¿no vamos a ofrecer hosannas con júbilo al Hijo de David? C. H. S.

Vers. 4. Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad. Dios escribe con una pluma que no hace borrones, habla con una lengua que nunca se traba, obra con una
mano que nunca falla. ¡Bendito sea su Nombre!

Vers. 5. De la misericordia de Jehová está llena la tierra. Venid aquí, astrónomos, geólogos, naturalistas, botánicos, químicos, mineros, sí, todos los que estudiáis las obras de Dios, porque lo que tenéis que contarnos confirma esta declaración. Desde el animálculo que piruetea en el rayo
de sol, al leviatán en el océano, todas las criaturas deben su abundancia al Creador. Incluso el desierto sin caminos contiene algunas misericordias no descubiertas, y las cavernas del océano esconden tesoros de amor. La tierra podría haber estado llena de terror lo mismo que de gracia, pero abunda en toda clase de bondades.
El que no puede verlo y, con todo, vive en ella como el pez en el agua, merece morir. Si la tierra está llena de misericordia, ¿de qué ha de estar lleno el cielo? C. H. S.

Vers. 6. Es interesante notar la mención del Espíritu en la cláusula: y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. La palabra aliento es la misma que se traduce en otros puntos por «Espíritu». Así, las tres personas de la Divinidad se unen al crear las cosas. ¡Qué fácil para el Señor hacer los astros más poderosos y los ángeles más gloriosos! Una palabra, un aliento, pudo hacerlo. Fue tan fácil para Dios crear el universo como para el hombre respirar; no, más fácil aún, porque el hombre respira no de modo independiente, sino que pide prestado aliento de sus narices a su Hacedor.
Vers. 7. Él junta como montón las aguas del mar. El pone en depósitos los abismos. Es posible que el texto se refiera a las nubes y a los depósitos de granizo y nieve y lluvia, estos tesoros de misericordia y riqueza para los campos de la tierra. Estas masas acuosas se hallan almacenadas para un uso futuro benéfico. La ternura abundante se ve en la previsión de nuestro celestial José, cuyos graneros ya están llenos para el tiempo de necesidad en la tierra. Estos almacenes pueden haber sido, y fueron un tiempo, municiones de venganza; ahora son parte del ministerio de misericordia. C. H. S.

Vers; 8. Tema a Jehová toda la tierra. Que no teman a otro en vez de El. ¿Ruge una fiera? Teme a Dios. ¿Acecha en emboscada una serpiente? Teme a Dios. ¿Te odia el hombre? Teme a Dios.
¿Lucha contra ti el diablo? Teme a Dios. Porque toda la creación está bajo Aquel a quien se te manda que temas. Agustin
Vers. 9. Porque Él dijo, y fue hecho. ¡Feliz el hombre que ha aprendido a apoyarse en la segura Palabra de Aquel que hizo los cielos! C. H. S.

Vers. 10. Jehová frustra el plan de las naciones. Cuanto más se oponían a la verdad los fariseos antaño, y sus sucesores los prelados ahora, más prevalece. La Reforma de Alemania prosperó en gran manera por la oposición papista; sí, cuando dos reyes (entre muchos otros) escribieron contra Lutero -a saber: Enrique VIII de Inglaterra, y Ludovico, de Hungría- y tomaron parte en la controversia, esto hizo que muchos entraran en curiosidad e investigarán la cosa, y el resultado fue un estímulo e inclinación general hacia las opiniones de Lutero. Richard Younge, de Librería cristiana y anula las maquinaciones de los pueblos. Sus persecuciones, calumnias y falsedades
son como bolas de nieve estrellándose contra una pared de granito: sin efecto ni resultado alguno; el Señor se enseñorea sobre el mal, y aun del mal saca bienes. La causa de Dios nunca
está en peligro: las artimañas infernales son superadas por la sabiduría Infinita, y la malicia satánica se ve en jaque ante el poder que no tiene límites. C. H. S.

Vers. 11. El consejo de Jehová permanecerá para siempre. Las ruedecillas de un reloj de bolsillo o de pared se mueven en sentido contrario unas de otras, las unas en una dirección, las otras en otra; con todo, sirven, según el propósito del artesano, para mostrar el tiempo o para hacer que suene la hora.
Así, en el mundo, la providencia de Dios se puede ver que circula por todas sus promesas, los unos de una forma, los otros de otra; los hombres buenos van en una dirección, los malos en otra; pero todos, en conclusión, ejecutan la voluntad y centran su propósito en Dios, el gran Creador de todas las cosas. Richard Sibbes

Vers. 12., Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que El escogió como heredad para sí. Un hombre puede tener su nombre estampado en crónicas y, sin embargo, perderse el nombre; cincelado en mármol perdurable, pero aun así perece; puesto sobre un monumento igual al Coliseo, y a pesar de ello ser cubierto de ignominia; inscrito en las puertas de un hospital, pero ir al infierno; grabado en la fachada de su propia casa, pero la casa estar en posesión de otro; todos estos casos son de escritura en el polvo o sobre el agua, en que los rasgos perecen tan pronto como han sido trazados; no demuestra que el hombre sea feliz, como el necio no podía
probar que Poncio Pilato era feliz porque tenía su nombre escrito en el Credo.
Pero el verdadero consuelo para un hombre es cuando, por la seguridad recibida, puede llegar a la conclusión en su alma de que su nombre está escrito en las hojas eternas del cielo, en el libro de la elección de Dios, que nunca serán envueltas en las hojas de la oscuridad, sino que seguirán legibles por toda la eternidad. Thomas Adams
Algunas veces he equiparado los grandes hombres del mundo y los hombres buenos del mundo,con las consonantes y vocales del alfabeto. Las consonantes son de mayor tamaño; ocupan la
mayor parte de la sala y hacen bulto; pero, creedme, las vocales, aunque son en menor número y son las más pequeñas, son las más útiles, las que producen mayor sonido; no hay pronunciación sin las vocales.
¡Ah! queridos, aunque los grandes hombres del mundo ocupan el lugar y se exhiben por encima de los demás, no son sino las consonantes, un grupo de consonantes mudas y sordas en su mayor
parte; los hombres buenos son las vocales, usadas y más útiles en todo momento; un buen hombre ayuda con sus oraciones; un buen hombre aconseja con sus advertencias; un buen hombre se interpone con su autoridad; ésta es la pérdida que lamentamos, que hemos perdido a un buen hombre; la muerte ha borrado una vocal.
Temo que habrá más silencio allí donde ahora falta; silencio en la cama, silencio en la casa, silencio en la tienda, silencio en la iglesia y silencio en la parroquia, porque en todas partes era una vocal, un buen hombre en todos los sentidos. John Kitchin, M.A., en el sermón de un entierro.

Vers. 15. Observa a todos los moradores de la tierra. Dos hombres dan limosna a un pobre, el uno busca su recompensa en el cielo, el otro la alabanza de los hombres. Tú, en los dos, ves una cosa; Dios entiende dos cosas. Porque El entiende también lo que está dentro, sabe lo que está dentro; El ve sus fines, sus intenciones. «El entiende todas sus obras.» Agustin

Vers. 16. El rey no se salva por la multitud del ejercito. El poder de los mortales es falso, y los que confían en él están engañados. Las hileras apretadas de hombres armados no han sido
capaces de sostener un imperio, o incluso la vida del monarca cuando ha sido emitido un decreto del tribunal del cielo proclamando la derrota del mismo. C. H. S.
En la batalla de Arbela los ejércitos de Persia eran en número de medio a un millón de hombres, pero fueron totalmente derrotados por el de Alejandro, que no contaba con más de cincuenta mil; y el antes poderoso Darío fue vencido.
Napoleón entró en Rusia con medio millón de hombres, pero un invierno terrible deshizo su ejército y él terminó prisionero en la roca solitaria de Santa Elena. Este versículo ha venido
siendo comprobado a lo largo de la línea de la historia. Los batallones más fuertes se derriten como copos de nieve cuando Dios está contra ellos. C. H. S.

Vers. 18. El ojo de Jehová está sobre los que le temen. Mira el sol cuando proyecta su luz y su calor sobre el mundo en su curso general, y verás que brilla sobre buenos y malos con la misma influencia; pero deja que sus rayos se concentren en un cristal de aumento: entonces comprobarás que enciende el objeto que toca, pero que los que le rodean no sufren este efecto.
De la misma manera, en la creación, Dios mira a todas sus obras con un amor general -erant omnia valde bona-, se agrada de todas.
¡Oh!, pero cuando El se complace en proyectar los rayos de su amor y hace que éstos brillen sobre sus elegidos en Cristo, entonces sus afectos son inflamados, en tanto que los otros sólo reciben una influencia leve, la gracia común que brilla un poco sobre cada uno. Richard Holdsworth

Vers. 19. Para librar sus almas de la muerte. La mano del Señor va con su ojo; su soberanía preserva a aquellos a quienes observa en su gracia. Los rescates y restauraciones son como un
mosaico que sustenta la vida de sus santos; la muerte no puede tocarlos hasta que el Rey firma su licencia y les deja partir, y entonces su toque ya no es mortal, sino inmortal; no nos da muerte, sino que mata nuestra mortalidad. C. H. S.

Vers. 20. Nuestra alma. No nuestras almas, sino nuestra alma, como si todos ellos tuvieran una.
Y ¿cuál es la expresión de Dios según el profeta?: «Les daré un corazón y un camino.» Y así los dos discípulos que iban a Emaús exclamaron, en la sorpresa de su descubrimiento: «¿No ardía
nuestro corazón dentro de nosotros?»
Por ello, al principio de esparcirse el evangelio se decía: «La multitud de ellos creía en un solo corazón y una sola alma.» Hemos visto varias gotas de agua sobre la mesa que, al ser puestas en contacto, se juntan en una. Si los cristianos se conocieran mejor entre sí, fácilmente se unirían. William Jay
Nuestra alma espera en Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es El. Hay una historia excelente de un joven que se hallaba navegando, en medio de una furiosa tempestad; y cuando todos los pasajeros estaban desesperados por el terror, él era el único que estaba tranquilo. Cuando le preguntaron la razón de su tranquilidad, contestó: «El piloto del barco es mi padre, y sé que mi padre hará bien las cosas.»
El Dios sabio y grande, que es nuestro Padre, desde toda la eternidad ha decretado cuál será el resultado de todas las guerras y el final de todos los tumultos; Él es nuestro piloto, El se halla al timón; y aunque el barco, la Iglesia o el Estado se hallen a punto de naufragar, podemos estar tranquilos, que nuestro Piloto tendrá cuidado de nosotros.
No se hace nada en este parlamento inferior que es la tierra sin que antes no sea decretado en el superior, que está en los cielos. Las ruedas pequeñas vienen regidas por las mayores. «No se venden cinco gorriones por un cuarto», dijo Cristo. Un gorrión no vale ni medio cuarto. Y no hay hombre que no tenga el valor de un cuarto. Y a ningún hombre se le hará ni un cuarto de daño más de lo que Dios ha decretado desde la eternidad. Edmund Calamy

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