sábado, 16 de diciembre de 2017

La búsqueda de Dios y la oración


La búsqueda de Dios y la oración

Durante el reinado de Josafat, un inmenso ejército se reunió para atacar a la nación de Judá. La respuesta del rey a la situación puede guiarnos en cuanto al manejo de nuestras propias crisis.
La Biblia registra que el rey “decidió consultar al Señor” en oración (v. 3 NVI). Asimismo, cuando nosotros enfrentemos dificultades, nuestra mejor respuesta es clamar a nuestro Padre celestial. Como hijos de Dios, podemos tener la seguridad de que Él nos ama y se preocupa por los detalles de nuestras vidas.
Mediante la cruz, Dios estableció un nuevo pacto con quienes ponen su fe en el Señor Jesús (Lc 22.20). Él estuvo de acuerdo en perdonar nuestros pecados, adoptarnos en su familia, y velar por nosotros. Esta salvación no depende de nuestras buenas acciones, sino de la obra perfecta de Jesús, quien murió en nuestro lugar (Ef 2.8). Dios también envió su Espíritu para vivir en nosotros como prueba de nuestra salvación, y para estar siempre presente en nosotros. Él está interesado en cada aspecto de nuestras vidas, y promete escuchar nuestras oraciones.
Josafat estaba preparado para esta crisis porque había cultivado el hábito de buscar al Señor en diversas situaciones. Si nosotros queremos estar preparados para lo inesperado, entonces debemos disciplinarnos para buscar con empeño a Dios cada día, reconociendo su señorío y nuestra dependencia de Él.
Si comenzamos el día pensando en Él en vez de nuestros propios planes, y leemos y aplicamos con regularidad las Escrituras, demostramos tener un corazón que verdaderamente le busca.

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