Requisitos para la respuesta a la oración
Juan 14.12-14
Jesús enseñó muchas cosas sobre la oración, y su importante papel en la vida del creyente. También prometió que nuestras peticiones serán respondidas si cumplimos ciertos requisitos.
Una condición se menciona en Juan 14.14: después de recibir a Cristo como nuestro Salvador personal, tenemos el derecho de presentar peticiones en el nombre de Jesús, lo que significa pedir algo por lo que el Señor mismo oraría. Para ejercer este privilegio, debemos venir al Padre, dependiendo no de nuestro carácter o buenas obras, sino solamente de los méritos de Cristo. La muerte expiatoria de Jesús en la cruz es la única base para acercarnos a Dios y tener la seguridad de recibir respuesta a nuestras peticiones.
Un segundo requisito es la separación de todo pecado consciente. El Salmo 66.18 dice: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. Esto se refiere a actitudes pecaminosas y a patrones de pensamiento que sabemos que están mal, pero que nos negamos a dejar. Dios mira la actitud de nuestro corazón. Si luchamos contra nuestras actitudes pecaminosas, nos afligimos por ellas y pedimos perdón, Él oirá nuestro clamor y responderá. Pero cuando ve un corazón duro, no está obligado a escuchar.
La próxima vez que usted ore, comience con palabras de alabanza a Dios por su amor sacrificial, y de gratitud al Señor Jesús por morir en su lugar (1 Jn 4.10). Exprésele que entiende por qué sus oraciones son escuchadas: porque tiene una relación con el Padre a través de Cristo, no por nada que usted haya hecho. Confiese todo pecado del que esté consciente, y pídale perdón. Luego, presente sus peticiones al Señor con fe, y confíe en su respuesta.
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