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jueves, 26 de diciembre de 2024

La Navidad: Un tiempo para dar

La Navidad: Un tiempo para dar
 Lucas 2.1-20

La Navidad es una de las celebraciones más gozosas, ya que durante este tiempo la gente es más generosa que en cualquier otra época del año. La práctica de dar no es una tradición reciente pues comenzó en la primera Navidad, cuando nació el Señor Jesús, el regalo más maravilloso que ha existido. Todos los personajes de la historia tuvieron algo para dar.

Cuando María se sometió al plan de Dios, de ser la madre de Cristo, dio su cuerpo para ser la primera morada del Salvador encarnado (Lc 1.30-38).

También renunció a su buena reputación para cumplir con el llamado del Señor a su vida.

• José dio su amor y su protección a María, y al niño que no era suyo (Mt 1.18-25).

• Un ángel dio el anuncio del nacimiento del Mesías a unos humildes pastores que cuidaban sus rebaños durante la noche.

• Una hueste celestial de ángeles ofreció alabanza y gloria a Dios.

• Los pastores dieron el primer testimonio personal acerca del Mesías.

• Los magos renunciaron a sus comodidades para buscar al recién nacido Rey y obsequiarle regalos dignos de un rey (Mt 2.1-11).

A primera vista, puede parecer que estos regalos pertenecen solo a la primera Navidad, pero cada uno tiene una aplicación para nosotros hoy.

Lea la lista otra vez. ¿Qué regalos podría darle usted a Cristo hoy? Tal vez necesite someterse a su voluntad, o soportar malentendidos para obedecerle. ¿Y qué de los demás? ¿Quién necesita su protección, amor, o quizás buenas nuevas de salvación en Cristo?

martes, 19 de noviembre de 2024

Toda nuestra ansiedad

Toda nuestra ansiedad
1 Pedro 5.6-10

¿Se ha preguntado alguna vez por qué un pasaje que habla de la ansiedad describe a Satanás como un león rugiente? La ansiedad puede hacernos sentir deshechos por el temor, la frustración y la impotencia. La ansiedad es un sentimiento torturante y la lectura de hoy nos recuerda que el diablo la maneja hábilmente.

Sin embargo, no tenemos que vivir con ansiedad, pues Dios cierra la boca de los leones que amenazan a sus seguidores (Dn 6.22).

Pedro habló de cómo podemos mantenernos alejados de las mandíbulas de la ansiedad. Primero, humillándonos delante de Dios. Lo que causa la ansiedad es una sensación de impotencia en una situación; por tanto, la mejor respuesta es rendirse a Dios con la confianza de que tiene el poder de controlar su vida.

Además, nunca debe olvidar que Dios está siempre creando las circunstancias para el bien de usted y la gloria de Él (Ro 8.28).

Recuerde que la oración es una declaración de dependencia. Cuando usted se humilla, se está arrodillando delante del Dios omnipotente. Y puesto que nada es un impedimento para su poder, echar nuestra ansiedad sobre Él es la acción de confiar en que Dios se encargará de nuestros problemas. Él asume la responsabilidad de responder a las necesidades de los creyentes; y nosotros de obedecerle (Mt 6.31-33).

Por último, resistir a Satanás permaneciendo firme en la fe. En otras palabras, no arrebate esas preocupaciones de las manos de Dios para angustiarse por ellas otra vez. Cuando los planes de ataque del diablo le hagan temblar, rechace sus mentiras y tenga fe en que el Señor es suficiente para manejar la situación.

martes, 10 de septiembre de 2024

La lucha con el sentimiento de culpa

La lucha con el sentimiento de culpa
1 Juan 1.5-9

Durante una vacaciónes hace varios años atrás, tuve problemas para relajarme.

Tenía sentimientos de culpa: ¿Por qué no estás estudiando más? ¿No deberías estar testificando de Cristo? El sentimiento de culpa se había colado en mi mente y me estaba impidiendo disfrutar de la vida.

Hay dos tipos de culpa: la bíblica y la falsa. La primera se origina por la violación de una ley bíblica. Este no es un sentimiento sino una realidad: hemos pecado y debemos arrepentirnos.

La segunda se refiere al sentimiento de culpa después de haber confesado un pecado, y no está basada en la Palabra de Dios. El Señor nos ha perdonado, por lo que no hay necesidad de sentirse culpable.

Las personas padecen de culpa por muchas razones. La enseñanza legalista, por ejemplo, presenta a la vida como una serie de reglas; sus seguidores a menudo se sienten mal porque les resulta imposible cumplirlas. También está la autocondenación, que puede crear expectativas demasiado difíciles de lograr. Y, por último, la baja autoestima.
Satanás utiliza el falso sentimiento de culpa para paralizarnos.

Inevitablemente, la culpa lleva a dudar del amor de Dios y de la salvación, lo cual prepara el terreno para el temor y la incapacidad de disfrutar de la vida.

El Señor quiere que vivamos libres de culpa. Si usted la está experimentando, pídale al Señor que le ayude a identificar su origen.

Después, recuerde que fue hecho a imagen de Dios y redimido por Él, amado por el Creador del universo y perdonado. Rechace, en el nombre de Jesús, cualquier culpa falsa que tenga.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Descansar en Jesús

Leer | Isaías 26.2-4

Las guerras, las crisis económicas y las responsabilidades diarias, son solo algunas fuentes comunes de estrés que encontramos. Si nos detenemos a pensar mucho en estas cosas, la ansiedad nos abrumará.

El Señor nos dice qué es lo que debemos hacer. Jesús nos aseguró que aunque enfrentaríamos dificultades, podríamos descansar en Él (Jn 16.33). Pero no podemos confiar en alguien que no conocemos. Por esta razón, debemos primero procurar saber quién es Él.

La verdad de la Biblia es el lugar perfecto para comenzar. Por ejemplo, nuestro Dios es Señor y Dueño. Él es omnipresente, omnisciente, fiel y poderoso. Ama incondicionalmente y ofrece el perdón a todos los que confiamos en su Hijo como Salvador. Nos adopta como sus hijos, y quiere lo mejor para la vida de cada uno, tanto así que nos corrige cuando desobedecemos. Y además, desea que lo amemos más que a todos y que a todo en este mundo.

Conocer estas verdades es solo el comienzo. Como en cualquier relación, el tiempo propicia la familiaridad. Podemos leer la Biblia, orar, meditar en la Palabra de Dios y escuchar en silencio que su Espíritu hable a nuestro corazón. Esto nos ayudará a entender cómo piensa Él. Además, ver la manera como obra Dios en la vida de los demás, nos ayudará a conocer sus caminos.

Jesús es fiel, y Él le ofrece descanso en medio de un mundo turbulento. Quiere que usted ponga sus cargas sobre Él y que experimente su paz. ¿Conoce usted a este Dios maravilloso? Saque tiempo diariamente para estar en su presencia y conocerle más y más.

jueves, 24 de diciembre de 2015

La Navidad : Un tiempo para dar

Leer | Lucas 2.1-20

La Navidad es una de las celebraciones más gozosas, ya que durante este tiempo la gente es más generosa que en cualquier otra época del año. La práctica de dar no es una tradición reciente pues comenzó en la primera Navidad, cuando nació el Señor Jesús, el regalo más maravilloso que ha existido. Todos los personajes de la historia tuvieron algo para dar.

Cuando María se sometió al plan de Dios, de ser la madre de Cristo, dio su cuerpo para ser la primera morada del Salvador encarnado (Lc 1.30-38).
También renunció a su buena reputación para cumplir con el llamado del Señor a su vida.
José dio su amor y su protección a María, y al niño que no era suyo (Mt 1.18-25).
Un ángel dio el anuncio del nacimiento del Mesías a unos humildes pastores que cuidaban sus rebaños durante la noche.
Una hueste celestial de ángeles ofreció alabanza y gloria a Dios.
Los pastores dieron el primer testimonio personal acerca del Mesías.
Los reyes magos renunciaron a sus comodidades para buscar al recién nacido Rey y obsequiarle regalos dignos de un rey (Mt 2.1-11).
A primera vista, puede parecer que estos regalos pertenecen solo a la primera Navidad, pero cada uno tiene una aplicación para nosotros hoy.

Lea la lista otra vez. ¿Qué regalos podría darle usted a Cristo hoy? Tal vez necesite someterse a su voluntad, o soportar malentendidos para obedecerle. ¿Y qué de los demás? ¿Quién necesita su protección, amor, o quizás buenas nuevas de salvación en Cristo?

martes, 13 de septiembre de 2011

Paz en la tormenta

Una mujer atrapada en una espantosa tormenta, en medio del Océano Atlántico, tuvo a todos los niños pequeños entretenidos con historias de la Biblia, evitando así que tuviesen miedo. Al llegar a la seguridad del puerto, el capitán de la nave se aproximó a la mujer, a la cual había estado observando en medio del temporal. Le preguntó: "¿Cómo fue capaz de mantener la calma cuando todos a su alrededor temían que el barco se hundiera en la tormenta?" Cuando ella alzó los ojos, él vio en ellos la misma paz que había mantenido durante toda la travesía. "Yo tengo dos hijas", explicó la mujer cristiana. "Una vive en Nueva York. La otra vive en el cielo. Yo sabía que iba a ver a una de ellas al cabo de algunas horas."