sábado, 2 de enero de 2016

Un varón conforme al corazón de Dios

Leer | Hechos 13.13-22

¿Ha visto alguna vez una lápida grabada con un conmovedor epitafio acerca de la persona allí enterrada? No es raro ver descripciones como “Una madre dedicada” o “Un amigo querido por muchos”. En un futuro distante, ¿qué quisiera usted que las personas leyeran en su tumba? ¿Qué epitafio resumiría lo mejor de su vida?

En el libro de Hechos, vemos la manera como el poderoso rey David ha sido recordado a lo largo de la historia. En un sermón a un grupo mayormente judío, el apóstol Pablo habla de David, quien, por supuesto, era bien conocido por la audiencia. Al recordar todos los grandes logros de su reinado, ¿cómo decide Pablo describirlo? Dice que David fue la persona a quién Dios llamó “varón conforme a mi corazón” (Hch 13.22; 1 S 13, 14).

¿Qué significa ser un varón conforme al corazón de Dios? Para David, era relacionarse de manera cercana e íntima con el Padre celestial (Sal 63.1, 6-8). Esto implica mucho más que tener una rutina para repetir oraciones memorizadas; por el contrario, esta intimidad está basada en el deseo intenso de crecer lo más unido posible a Dios (Sal 42.1).

¿Qué se necesitaría para que usted sea descrito como un hombre o una mujer conforme al corazón de Dios? ¿De qué actividades debería apartarse? ¿Qué prácticas debería añadir a su estilo de vida? Pídale a Dios que le ayude a hacer los ajustes que sean necesarios, y también le ayude a tomar la decisión de hacer de este epitafio la meta de su vida.

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