domingo, 1 de mayo de 2011

Conocer la Biblia o conocer a Jesús


Yo sé que mi Redentor vive.
Job 19:25.

(Jesús dijo) Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Juan 10:14.

Un célebre comediante fue invitado a una fiesta de familia y se le pidió que recitase un texto. Como no sabía qué escoger, el abuelo le propuso el Salmo 23. El artista, un poco molesto, declamó con su habitual talento y fue felicitado con aplausos. Cuando se hizo silencio, el anciano creyente a su vez recitó el Salmo con su voz habitual. Todos estaban emocionados. Entonces el actor se volvió hacia el abuelo y le confesó: –Bien puedo decir que yo conozco el Salmo, pero usted conoce al Pastor.

En otra oportunidad, durante un ensayo, una solista acababa de cantar el fragmento de «El Mesías» de Haendel en el cual el compositor puso música al versículo 19:25 del libro de Job. Entonces el jefe de orquesta le dijo: –Usted canta magníficamente, señora, pero no se siente que su Redentor vive. La cantante no supo qué contestar.

Estas dos anécdotas atraen nuestra atención sobre un hecho importante. ¿Leemos la Biblia y podemos recitar pasajes enteros de ella? Está bien, pero lo importante es que yo esté convencido de que es la Palabra de Dios para mí, que me lleva a tener un contacto personal con Jesucristo, el Hijo de Dios. El conocimiento intelectual del Santo Libro no salva ni da la paz. Lo que necesitamos es un Salvador, una persona viva, un Redentor que atraiga nuestro corazón hacia él y nos aleje de la esclavitud de Satanás y del pecado. Él también es el buen Pastor que se ocupa con amor diariamente de nosotros.

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