El proceso de la tentación
1 Corintios 10.12-13
Muchas personas actúan como si no hubiera ninguna defensa contra la tentación. Con el primer indicio de deseo, tiran la toalla y ceden a cada pequeña provocación. ¿Se aplica esto a usted? Lo que debemos entender es que la tentación es un proceso gradual, y puede ser desechada en cualquier etapa.
La tentación, por lo general, comienza en la mente, donde experimentamos escenarios imaginarios.
La mente humana tiene una sorprendente capacidad para crear conversaciones y experiencias de la nada.
Mediante la fantasía, podemos disfrutar de algo sin siquiera traerlo al mundo real. Por consiguiente, dado que no es real, pensamos que es inofensivo.
Pero un mundo de fantasía conduce a una espiral descendente de esclavitud. Al final, nuestros pensamientos se concentran tanto en la tentación, que parece imposible pensar en otra cosa. En este punto, nuestras mentes permanecen cautivas del deseo. No importa a dónde vayamos o qué hagamos, ¡no podemos dejar atrás nuestros pensamientos! Y cuando nuestra vida se enfoca en algo que no sea Dios, quedamos atrapados.
Pero el Señor es fiel y dará la vía de escape. Puesto que la tentación comienza con los pensamientos, la única manera de interrumpir el proceso, es llenar nuestras mentes con la Palabra de Dios.
Cuando nos alimentamos de la Biblia, la Palabra obra en nosotros desarraigando el pecado, transformando nuestros pensamientos y derrotando la tentadora fantasía. ¡La Biblia es poderosa! Podemos confiar en que nos liberará de la carga de la tentación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario