Identifique su inseguridad
Leer | Salmo 139.13-26
Examinemos algunas de las afirmaciones que ciertas personas se hacen con frecuencia. Al leer cada una de ellas, pregúntese: ¿Pienso así?
• ¿Para qué molestarme en intentarlo? Nunca lo haré bien.
• Todo el mundo me está observando, esperando que haga el ridículo.
• Soy un fracasado.
• Soy una persona fea.
• Nunca puedo ganar. No soy más que un perdedor.
• No importa lo mucho que me esfuerce en mi trabajo, nadie lo reconoce.
• Soy incompetente en todo. Nada me sale bien.
• Nadie podría hablar bien de mí.
• Tuve un fracaso, así que no importa lo que haga, seguiré siendo un fracasado el resto de mi vida.
• Es imposible que la gente piense bien de mí, que me respeten o acepten.
• No merezco que me traten bien.
• No encajo aquí ni en ningún otro lugar.
• Todo el mundo se ve feliz, menos yo.
• Soy una persona incompleta, y no hay nada que pueda hacer para cambiar.
• Mejor no digo nada, después de todo, ¿por qué va a interesarse alguien en escuchar mi opinión?
• Las personas son amable solo cuando quieren algo de mí.
¿Son ciertas para usted algunas de las afirmaciones anteriores? Piense sinceramente en las que captaron su atención. Luego, lleve estas inseguridades específicas al Señor, y permita que Él le muestre su verdad en cuanto a cada aspecto. Dios quiere liberarle de cualquier cosa que estorbe su crecimiento espiritual y le robe el gozo y la paz que Él tiene para usted.
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