Josué 1.1-9
La mayoría de las personas se deleitarían en aceptar el honor de dirigir una nación. Quizás Josué se sintió así, aunque estaba consciente de la enorme tarea y responsabilidad que sería ser el líder de los israelitas al salir del desierto.
El pueblo hebreo no era nada fácil. No solamente se quejaba de la comida, el agua, la seguridad y las normas; también cuestionaba el liderazgo de Moisés, y casi tan pronto como él se daba vuelta, se rebelaba contra Dios. Ahora Josué, un hombre a quien una vez trataron de apedrear (Nm 14.10), debía introducir en la tierra, sanos y salvos, a estos rebeldes nómadas del desierto. Su tarea era realmente colosal.
Pero Josué, al final asumió el manto de liderazgo con valentía.
Cualquier incertidumbre fue sustituida por valentía y determinación. Puso su fe en Dios, quien nunca le había fallado al pueblo.
Josué esperaba que el Señor fuera fiel a su palabra una vez más, y los introdujera en la tierra prometida. No sé qué problema esté usted enfrentando, pero sí sé que Dios le permitirá encararlo con valentía y calma, para que salga victoriosamente. Si usted es una mujer que está sufriendo en su matrimonio; o un padre de familia que está pensando en retomar sus estudios; o una persona en las garras de una enfermedad terrible, Dios le dice: “Esfuérzate y sé valiente” (Jos 1.9).
La valentía de Josué se debía a los muchos años de fidelidad de Dios en su vida. No importa si usted es cristiano desde hace cinco minutos o cincuenta años, puede tener la misma confianza. La Biblia promete que Él es suficiente para saciar sus necesidades y sacarle adelante en su andar hasta que llegue al cielo (Fil 4.19).
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